lunes, 22 de noviembre de 2021

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE NOVIEMBRE DE 2021 - SANTA CECILIA



Lunes 34 del tiempo ordinario
Lunes 22 de noviembre de 2021



1ª Lectura (Dan 1,1-6.8-20): El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, llegó a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la asedió. El Señor entregó en su poder a Joaquín de Judá y todo el ajuar que quedaba en el templo; se los llevó a Senaar, y el ajuar del templo lo metió en el tesoro del templo de su dios. El rey ordenó a Aspenaz, jefe de eunucos, seleccionar algunos israelitas de sangre real y de la nobleza, jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes y aptos para servir en palacio, y ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas. Cada día el rey les pasaría una ración de comida y de vino de la mesa real. Su educación duraría tres años, al cabo de los cuales, pasarían a servir al rey.

Entre ellos, había unos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Daniel hizo propósito de no contaminarse con los manjares y el vino de la mesa real, y pidió al jefe de eunucos que lo dispensase de esa contaminación. El jefe de eunucos, movido por Dios, se compadeció de Daniel y le dijo: «Tengo miedo al rey, mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; si os ve más flacos que vuestros compañeros, me juego la cabeza». Daniel dijo al guardia que el jefe de eunucos había designado para cuidarlo a él, a Ananías, a Misael y a Azarías: «Haz una prueba con nosotros durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber. Compara después nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa real y trátanos luego según el resultado». Aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días.

Al acabar, tenían mejor aspecto y estaban más gordos que los jóvenes que comían de la mesa real. Así que les retiró la ración de comida y de vino y les dio legumbres. Dios les concedió a los cuatro un conocimiento profundo de todos los libros del saber. Daniel sabía además interpretar visiones y sueños. Al cumplirse el plazo señalado por el rey, el jefe de eunucos se los presentó a Nabucodonosor. Después de conversar con ellos, el rey no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y los tomó a su servicio. Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, lo hacían diez veces mejor que todos los magos y adivinos de todo el reino.

Salmo responsorial: Dan 3
R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre santo y glorioso.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria.

Bendito eres sobre el trono de tu reino.

Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos.

Bendito eres en la bóveda del cielo.
Versículo antes del Evangelio (Mt 24,42a.44): Aleluya. Estad preparados, porque no sabéis a qué hora va a venir el Hijo del hombre. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 21,1-4): En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».




«Ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir»

Rev. D. Àngel Eugeni PÉREZ i Sánchez
(Barcelona, España)


Hoy, como casi siempre, las cosas pequeñas pasan desapercibidas: limosnas pequeñas, sacrificios pequeños, oraciones pequeñas (jaculatorias); pero lo que aparece como pequeño y sin importancia muchas veces constituye la urdimbre y también el acabado de las obras maestras: tanto de las grandes obras de arte como de la obra máxima de la santidad personal.

Por el hecho de pasar desapercibidas esas cosas pequeñas, su rectitud de intención está garantizada: no buscamos con ellas el reconocimiento de los demás ni la gloria humana. Sólo Dios las descubrirá en nuestro corazón, como sólo Jesús se percató de la generosidad de la viuda. Es más que seguro que la pobre mujer no hizo anunciar su gesto con un toque de trompetas, y hasta es posible que pasara bastante vergüenza y se sintiera ridícula ante la mirada de los ricos, que echaban grandes donativos en el cepillo del templo y hacían alarde de ello. Sin embargo, su generosidad, que le llevó a sacar fuerzas de flaqueza en medio de su indigencia, mereció el elogio del Señor, que ve el corazón de las personas: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir» (Lc 21,3-4).

La generosidad de la viuda pobre es una buena lección para nosotros, los discípulos de Cristo. Podemos dar muchas cosas, como los ricos «que echaban sus donativos en el arca del Tesoro» (Lc 21,1), pero nada de eso tendrá valor si solamente damos “de lo que nos sobra”, sin amor y sin espíritu de generosidad, sin ofrecernos a nosotros mismos. Dice san Agustín: «Ellos ponían sus miradas en las grandes ofrendas de los ricos, alabándolos por ello. Aunque luego vieron a la viuda, ¿cuántos vieron aquellas dos monedas?... Ella echó todo lo que poseía. Mucho tenía, pues tenía a Dios en su corazón. Es más tener a Dios en el alma que oro en el arca». Bien cierto: si somos generosos con Dios, Él lo será más con nosotros.




22 de Noviembre: Santa Cecilia, virgen y mártir


Texto del Evangelio (Mt 25,1-13): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.

»Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora».




«Las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda»

Rev. D. Josep Mª CAMPRUBÍ i Rovira

(Barcelona, España)


Hoy celebramos santa Cecilia, mártir. Según el martirologio conocido como “Martyrologium hieronymianum”, Cecilia fue una noble romana convertida al cristianismo y martirizada por su fe (entre los años 180 y 230). Su nombre está incluido entre los mártires mencionados en la Plegaria Eucarística I de la misa.


Con la parábola de unas vírgenes prudentes y otras que no lo eran, Jesús nos habla de cómo podemos entrar en el Reino de Dios. La prudencia es una virtud: es prudente el hombre sabio que mide sus palabras y actúa con serenidad y sabiduría en su vida; sabe ser previsor antes las circunstancias que se presentan repentinamente. Entre los dones del Espíritu podemos incluir el de la prudencia.


Las vírgenes prudentes poseían este don del Espíritu. En su conducta previsora se habían proveído de suficiente aceite. No fueron sorprendidas en vacío, pudieron entrar en el banquete. Las que no actuaron con esta sabia prudencia quedaron excluidas de la fiesta.


Santa Cecilia es una joven mártir. Cuando («a medianoche») llegó el Esposo, en el momento de su martirio, el Señor la encontró prudentemente proveída del aceite de la fe con la lámpara encendida. Su fe, alimentada por el Espíritu, no se apagó ante la prueba. Acompañó al Esposo con la lámpara encendida de la fe. El místico Serafín de san Buenaventura, comentando este texto evangélico, dijo: «Pienso que a las vírgenes que no eran prudentes les faltaba el Santo Espíritu de Dios. Adolecían de la gracia del Espíritu Santo, simbolizada por el aceite, sin el cual nadie puede ser salvado».


Las vírgenes prudentes, Cecilia entre ellas, con la gracia del Espíritu Santo pudieron mantener encendida la llama de la fe cuando vino el Esposo, «entraron con él a las bodas» (Mt 25,10) siguiendo sus pasos. Sólo con la gracia del Espíritu Santo pudieron acompañar al Esposo…, pudieron como Él pasar por la puerta de la muerte a fin de participar con Él en el banquete eterno de las bodas del Cordero. 

HOY ES LA FIESTA DE SANTA CECILIA, PATRONA DE LOS MÚSICOS



Hoy es la fiesta de Santa Cecilia, patrona de los músicos

Redacción ACI Prensa




Hoy, 22 de noviembre, celebramos a Santa Cecilia, Virgen y Mártir. En su honor fue construida una basílica en Roma en el siglo V y su culto se ha extendido muchísimo en virtud al relato de su martirio, por el que es reconocida como modelo de mujer cristiana. Santa Cecilia es patrona de los músicos y poetas. Es representada generalmente tocando un instrumento musical o cantando.

Se desconoce el año exacto de su nacimiento, pero se cree que vivió entre finales del siglo II e inicios del siglo III. Cecilia nació en el seno de una familia noble convertida al cristianismo.

La tradición cuenta que Cecilia ofreció su virginidad al Señor, como era habitual entre muchas mujeres cristianas de los primeros siglos; sin embargo, su padre deseaba casarla. Así, contra su voluntad, fue entregada en matrimonio con Valeriano, un joven pagano. El día en que se celebraron las nupcias, con la tristeza por no poder consagrar su vida a Cristo, Cecilia pidió paz y fortaleza al Señor, por eso, mientras los músicos tocaban, empezó a alabar con cantos a Dios en su corazón.

La noche de bodas, Cecilia le dijo a Valeriano: "Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí”.

El esposo le pidió que si le mostraba al ángel, él haría lo que ella pidiera. Cecilia le contestó que si él creía en el Dios vivo y verdadero y recibía el bautismo, entonces vería al ángel. Valeriano, entonces, fue a buscar al obispo de Roma, el Papa Urbano I, quien lo instruyó en la fe y lo bautizó. Tiempo después, el ángel se le apareció a ambos y les puso una guirnalda de rosas y lirios sobre la cabeza como símbolo de su unión espiritual. El hermano de Valeriano, Tiburcio, contagiado de la alegría de los jóvenes esposos, se acercó a ellos y también se hizo cristiano.

Lamentablemente, la persecución alcanzaría a Valeriano y Tiburcio, quienes murieron martirizados por órdenes del prefecto Turcio Almaquio. Máximo, funcionario del prefecto, fue designado para ejecutar la sentencia, pero se negó a cumplirla porque también se había convertido al cristianismo. El prefecto entonces ordenó que fuera ejecutado junto a los hermanos. Cecilia recogió los restos de los tres hombres y los enterró en una tumba cristiana.

No pasaría mucho tiempo para que Cecilia también fuese víctima de la persecución y sea condenada a muerte. Se le ordenó rendir culto públicamente a los dioses paganos pero se negó. Por ello fue condenada a morir por ahogamiento en la fuente de baño de su propia casa. Como no pudieron matarla, hirvieron agua y la colocaron en ella, pero eso tampoco funcionó. El prefecto entonces pidió que fuese degollada. El relato da cuenta de que el verdugo dejó caer su espada tres veces sobre el cuello de la santa sin éxito. Asustado, el hombre huyó dejando a la joven virgen bañada en su propia sangre. Se dice que Cecilia vivió tres días más. El Papa Urbano I enterró su cuerpo en la catacumba del Papa Calixto I.

¿Por qué Santa Cecilia es patrona de los músicos?

El Papa Gregorio XIII, en 1594, nombró a Santa Cecilia patrona de los músicos porque había mostrado un amor especial hacia los acordes melodiosos, los que llegado el momento, le recordaron la belleza de la creación y le ayudaron a elevar el alma a Dios. Cecilia poseía un espíritu sensible y apasionado por la música, por lo que su nombre ha quedado atado a este arte para siempre.

En marzo de 2014, el Papa Francisco se refirió a los mártires de los primeros tiempos cristianos que, como Santa Cecilia, “llevaban siempre con ellos el Evangelio: ellos llevaban el Evangelio; ella, Cecilia, llevaba el Evangelio. Porque precisamente nuestro primer alimento es la Palabra de Jesús, lo que nutre nuestra fe”.

En Trastévere, Roma, se edificó la Basílica de Santa Cecilia en el siglo V. Allí actualmente se encuentra la famosa estatua de tamaño natural del escultor Stafano Maderno, que muestra a la santa como si estuviera dormida, recostada del lado derecho. 

EL PAPA FRANCISCO PIDE UNA NAVIDAD DE COMPASIÓN Y TERNURA QUE DE ESPERANZA EN MEDIO DE LA PANDEMIA



 El Papa pide una Navidad “de compasión y ternura” que de esperanza en medio de la pandemia

Redacción ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco pidió vivir una Navidad “de compasión y ternura” que de esperanza en medio de las consecuencias de la pandemia de coronavirus que todavía causa gran sufrimiento en numerosos lugares del mundo.

El Papa habló así en la audiencia que concedió este lunes 22 de noviembre a los participantes en el evento “Christmas contest”, un concurso de canto que, en palabras del Pontífice, “da voz a los jóvenes invitándoles a crear canciones inspiradas en la Navidad y sus valores”.

El Santo Padre dijo a los jóvenes que se siente “contento de encontraros ahora, a las puertas del Adviento, el período que cada año nos introduce a la Navidad y a su Misterio. También este año sus luces estarán veladas por las consecuencias de la pandemia, que todavía pesa en nuestro tiempo. Con mayor razón estamos llamados a interrogarnos y a no perder la esperanza”.

Aseguró que “la fiesta del Nacimiento de Cristo no desentona con la prueba que estamos viviendo, porque es por excelencia la fiesta de la compasión, de la ternura. Su belleza es humilde y está llena de calor humano”.

Recordó que “la belleza de la Navidad trasciende en el compartir pequeños gestos de amor concreto. No es alienante, no es superficial, o evasivo. Más bien al contrario, agrande el corazón, lo abre a la gratuidad, al entregarse, y puede generar también dinámicas culturales, sociales y educativas”.

“Vosotros habéis compuesto canciones navideñas y las habéis compartido por un proyecto más grande, un proyecto que cree en la belleza como camino de crecimiento humano, para soñar con un mundo mejor”, dijo a los jóvenes.

En ese sentido, repitió “las palabras de San Pablo VI: ‘Este mundo en el que vivimos necesita de la belleza para no caer en la desesperación’. ¿Qué belleza? No la falsa, hecha de apariencia y de riquezas terrenas que está vacía y genera vacío. No. Sino la de un Dios que se ha hecho carne, la de los rostros, de las historias, de las criaturas que forman nuestra casa común y que, como nos enseña San Francisco, participan en las alabanzas al Altísimo”.

“Os doy las gracias, queridos jóvenes, artistas y deportistas, porque no os olvidáis de ser custodios de esta belleza. Que la Navidad del Señor resplandezca en cada gesto cotidiano de amor, de compartir y de servicio”, concluyó el Santo Padre su discurso.

IMÁGENES DE ADVIENTO 2021

 














 

domingo, 21 de noviembre de 2021

¡Viva Cristo Rey!

EL SEÑOR ME ACOMPAÑA



El Señor me acompaña



Para orar al Señor, trata de concentrarte, poniéndote ante él por un sencillo acto de fe en su presencia. Recuerda que “su bondad y su misericordia te acompañan a lo largo de tu vida” (Sal 23) y que “el Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha” (Sal 121).

Ilumíname, Señor, para que reconozca tu presencia y para que me deje guiar por ti en medio de las oscuridades de mi vida. No dejes que me aparte de tu lado, porque sin ti mi vida pierde su rumbo. Cuando escapo de tu presencia al final todo se vuelve confuso, sin sentido. Toca mi interior con tu Espíritu, para que crea en ti con toda mi alma y confíe en tus promesas. Estarás siempre conmigo y podré salir adelante, aunque hoy no vea, aunque hoy no te sienta, aunque mi pequeñez no te reconozca. Abre mis ojos, Señor, para que te descubra siempre conmigo. Amén. (P. Fernández).

Para robustecer tu fe en el Señor que te ama y te acompaña, nada mejor que leer con atención la Biblia. Al inicio del capítulo 43 de Isaías encontramos esta perla deslumbrante: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo. No temas, porque yo estoy siempre contigo”. Medítalo, y agradece al Padre que siente inmensa ternura por ti.


* Padre Natalio 

LO DECISIVO - REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021 - SOLEMNIDAD DE CRISTO REY



Lo decisivo


El juicio contra Jesús tuvo lugar probablemente en el palacio en el que residía Pilato cuando acudía a Jerusalén. Allí se encuentran una mañana de abril del año 30 un reo indefenso llamado Jesús y el representante del poderoso sistema imperial de Roma.

 

El evangelio de Juan relata el dialogo entre ambos. En realidad, más que un interrogatorio, parece un discurso de Jesús para esclarecer algunos temas que interesan mucho al evangelista. En un determinado momento Jesús hace esta solemne proclamación: "Yo para esto nací y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que pertenece a la verdad, escucha mi voz".

 

Esta afirmación recoge un rasgo básico que define la trayectoria profética de Jesús: su voluntad de vivir en la verdad de Dios. Jesús no solo dice la verdad, sino que busca la verdad y solo la verdad de un Dios que quiere un mundo más humano para todos sus hijos.

 

Por eso, Jesús habla con autoridad, pero sin falsos autoritarismos. Habla con sinceridad, pero sin dogmatismos. No habla como los fanáticos, que tratan de imponer su verdad. Tampoco como los funcionarios, que la defienden por obligación, aunque no crean en ella. No se siente nunca guardián de la verdad, sino testigo.

 

Jesús no convierte la verdad de Dios en propaganda. No la utiliza en provecho propio sino en defensa de los pobres. No tolera la mentira o el encubrimiento de las injusticias. No soporta las manipulaciones. Jesús se convierte así en "voz de los sin voz, y voz contra los que tienen demasiada voz" (Jon Sobrino).

 

Esta voz es más necesaria que nunca en esta sociedad atrapada en una grave crisis económica. La ocultación de la verdad es uno de los más firmes presupuestos de la actuación de los poderes financieros y de la gestación política sometida a sus exigencias. Se nos quiere hacer vivir la crisis en la mentira.

 

Se hace todo lo posible para ocultar la responsabilidad de los principales causantes de la crisis y se ignora de manera perversa el sufrimiento de las víctimas más débiles e indefensas. Es urgente humanizar la crisis poniendo en el centro de atención la verdad de los que sufren y la atención prioritaria a su situación cada vez más grave.

 

Es la primera verdad exigible a todos si no queremos ser inhumanos. El primer dato previo a todo. No podemos acostumbrarnos a la exclusión social y la desesperanza en que están cayendo los más débiles. Quienes seguimos a Jesús hemos de escuchar su voz y salir instintivamente en defensa de los últimos. Quien es de la verdad escucha su voz.


(Padre José Antonio Pagola) 

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY: EL PAPA FRANCISCO PIDE JÓVENES QUE SEAN CONCIENCIA CRÍTICA DE LA SOCIEDAD



Solemnidad de Cristo Rey: El Papa pide jóvenes que sean conciencia crítica de la sociedad

POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa}




Dos imágenes bíblicas que muestran a Cristo como Rey del Universo articularon la enseñanza del Papa Francisco en la Misa que celebró en San Pedro del Vaticano este domingo 21 de noviembre en la Solemnidad de Cristo Rey, día que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Juventud en las diócesis de todo el mundo.

La primera imagen procede del Libro del Profeta Daniel y muestra a alguien parecido a “un hijo del hombre” que viene de entre las nubes del cielo a quien “se le dio el poder, la gloria y el reino” y al que “todos los pueblos, naciones y lenguas lo servían”. Su poder “es un poder eterno” y “su reino no será jamás destruido”.

Esa imagen, retomada después por el apóstol San Juan de una forma similar en el Libro del Apocalipsis se refiere, en la explicación del Papa, “a la venida gloriosa de Jesús como Señor y como el fin de la historia”.

La segunda imagen es del Evangelio, “Cristo está ante Pilato y le dice: ‘Soy rey’”. En el camino hacia la Jornada Mundial de la Juventud de 2023, que tendrá lugar en Lisboa, el Pontífice invitó a los jóvenes a “detenernos a contemplar estas imágenes de Jesús”.

Jesús que viene entre las nubes “es una imagen que habla de la venida de Cristo en la gloria al final de los tiempos. Nos hace comprender que la última palabra sobre nuestra existencia será de Jesús, no nuestra”.

Otra enseñanza se desprende de esta imagen de Jesús que viene entre las nubes, en este caso, una enseñanza que se desprende del hecho de que la visión del Profeta Daniel se produzca “en una visión nocturna”.

“Esto quiere decir que Dios viene durante la noche, entre las nubes a menudo tenebrosas que se ciernen sobre nuestra vida”, explicó el Papa Francisco. “Cada uno de nosotros conoce estos momentos. Es necesario que lo reconozcamos, que miremos más allá de la noche, que levantemos la mirada para verlo en medio de la oscuridad”.

En ese sentido, el Santo Padre invitó a los jóvenes a tener “ojos luminosos aun en medio de las tinieblas, no dejen de buscar la luz en medio de las oscuridades que llevamos en el corazón y que vemos a nuestro alrededor”.

En definitiva, pidió a los jóvenes que sueñen, porque “un joven que no es capaz de soñar…, pobre, ha envejecido antes de tiempo”.

Quien sueña “no se deja absorber por la noche, sino que enciende una llama, una luz de esperanza que anuncia el mañana.  Soñad, estad despiertos, y mirad el futuro, con valentía”.

La segunda imagen destacada por el Papa en su homilía es la de Jesús ante Pilato. El Señor pronuncia sus proféticas palabras: “Yo soy Rey”.

Son palabras en las que, en opinión del Papa, “impacta su determinación, su valentía, su libertad suprema. Ha sido arrestado, llevado al pretorio, interrogado por quien puede condenarlo a muerte. En semejante circunstancia hubiera podido dejar que prevaleciera el derecho natural a defenderse, quizá buscando ‘arreglar las cosas’, pactando una solución de compromiso”.

En cambio, “Jesús no escondió la propia identidad, no camufló sus intenciones, no se aprovechó de un resquicio que Pilato le dejaba abierto para salvarlo. No. Con la valentía de la verdad respondió: ‘Soy Rey’”.

Esas palabras muestran la misión de Jesús, que vino “para proclamar con la vida que su Reino es diferente de los del mundo, que Dios no reina para aumentar su poder y aplastar a los demás, que no reina con los ejércitos y con la fuerza. Su Reino es de amor. Yo soy Rey, pero de este Reino de amor. Yo soy Rey de quien da la propia vida por la salvación de los demás”.

Esa imagen, destacó el Papa Francisco, sirve a los jóvenes para que suscite en su interior “la valentía de la verdad”. De este modo, “en la libertad de Jesús también encontramos la valentía de ir contracorriente”.

“Queridos jóvenes. Sean libres, auténticos, sean la conciencia crítica de la sociedad. No tengan miedo de criticar. Necesitamos vuestras críticas”. “Tengan pasión por la verdad, para que con sus sueños puedan decir: mi vida no es esclava de las lógicas de este mundo, porque reino con Jesús por la justicia, el amor y la paz”, concluyó el Papa Francisco. 

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021 - SOLEMNIDAD DE CRISTO REY


 

Domingo 34 del tiempo ordinario: Jesucristo, Rey del Universo (B)

Domingo 21 de noviembre de 2021



1ª Lectura (Dan 7,13-14): Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.



Salmo responsorial: 92

R/. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder.


Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno.


Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término.



2ª Lectura (Ap 1,5-8): Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


Versículo antes del Evangelio (Mc 11,9.10): Aleluya. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! Aleluya.


Texto del Evangelio (Jn 18,33-37): En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús: «¿Eres tú el Rey de los judíos?». Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?». Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?». Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí». Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?». Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz».





«Soy Rey. (...) Todo el que es de la verdad, escucha mi voz»

Rev. D. Frederic RÀFOLS i Vidal

(Barcelona, España)



Hoy, Jesucristo nos es presentado como Rey del Universo. Siempre me ha llamado la atención el énfasis que la Biblia da al nombre de “Rey” cuando lo aplica al Señor. «El Señor reina, vestido de majestad», hemos cantado en el Salmo 92. «Soy rey» (Jn 18,37), hemos oído en boca de Jesús mismo. «Bendito el rey que viene en nombre del Señor» (Lc 19,14), decía la gente cuando Él entraba en Jerusalén.

Ciertamente, la palabra “Rey”, aplicada a Dios y a Jesucristo, no tiene las connotaciones de la monarquía política tal como la conocemos. Pero, en cambio, sí que hay una cierta relación entre el lenguaje popular y el lenguaje bíblico respecto a la palabra “rey”. Por ejemplo, cuando una madre cuida a su bebé de pocos meses y le dice: —Tú eres el rey de la casa. ¿Qué está diciendo? Algo muy sencillo: que para ella este niñito ocupa el primer lugar, que lo es todo para ella. Cuando los jóvenes dicen que fulano es el rey del rock quieren decir que no hay nadie igual, lo mismo cuando hablan del rey del baloncesto. Entrad en el cuarto de un adolescente y veréis en la pared quiénes son sus “reyes”. Creo que estas expresiones populares se parecen más a lo que queremos decir cuando aclamamos a Dios como nuestro Rey y nos ayudan a entender la afirmación de Jesús sobre su realeza: «Mi Reino no es de este mundo» (Jn 18,36).

Para los cristianos nuestro Rey es el Señor, es decir, el centro hacia el que se dirige el sentido más profundo de nuestra vida. Al pedir en el Padrenuestro que venga a nosotros su reino, expresamos nuestro deseo de que crezca el número de personas que encuentren en Dios la fuente de la felicidad y se esfuercen por seguir el camino que Él nos ha enseñado, el camino de las bienaventuranzas. Pidámoslo de todo corazón, pues «dondequiera que esté Jesucristo, allí estará nuestra vida y nuestro reino» (San Ambrosio).

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