martes, 28 de abril de 2020

MEDITACIONES DIARIAS PARA EL MES DE MAYO, MES DE LA VIRGEN MARÍA


¿Quieres dedicar un obsequio a la Virgen cada día de mayo?
Pablo Cervera Barranco



Por: Cari Filii | Fuente: Religion en Libertad 



El mes de mayo es, por excelencia, el mes de María y, según recoge Cari Filii News, desde sus primeras horas circula por la Red una "ayuda para vivir más intensamente este mes dedicado a nuestra Madre", destinada a ser practicada "sobre todo en familia", preparada por el sacerdote y teólogo Pablo Cervera Barranco, editor y traductor, entre muchos otros textos, de las Obras Completas de Joseph Ratzinger que prepara la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos).

He aquí la forma completa de ofrecer a la Virgen Santísima un obsequio espiritual cada día del mes.

Pincha aquí si prefieres descargarlo en formato PDF e imprimirlo para uso diario.



MES DE MARÍA

El mes de mayo es el mes más sonriente del año. La sonrisa de María, Madre de Jesús y Madre nuestra, serena los rostros pensativos y eleva a visiones de bondad, de misericordia y de confianza los ánimos oprimidos, desconfiados y cansados. 
San Juan XXIII.


Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición: Señor mío, Jesucristo…

Invocación inicial ¡Virgen de las gracias! Haz que continúe tu protección sobre todos los hijos de la Iglesia universal que, por la gracia del Espíritu Santo, son todos hermanos. La vida de aquí abajo no está exenta de sacrificios y de cruces. Pero mirándote a ti, todo se vuelve leve y ligero. Amén.

Peticiones
Que tu Madre, refugio de pecadores, interceda por nosotros, para que obtengamos el perdón de nuestros pecados. Ave María.

Tú, que hiciste a tu Madre llena de gracia, concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Ave María.

Tú, que quisiste nacer de María Virgen para ser hermano nuestro, haz que todos los hombres nos amemos fraternalmente. Ave María.

Con flores a María
En este momento, según el día del mes, se ofrece a María uno de los obsequios espirituales que se proponen más adelante.

Oraciones finales

Oración de san Bernardo
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que ha acudido a vos, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro auxilio, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza, a vos también acudo, oh Virgen, Madre de las vírgenes, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh purísima Madre de Dios, mis humildes súplicas; antes bien, escuchadlas favorablemente. Así sea.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón; mírame con compasión; no me dejes, Madre mía.

Regina Coeli
Reina del cielo, alégrate, aleluya, porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya, ha resucitado, según su palabra, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.

Oración
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos por intercesión de su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.




CON FLORES A MARÍA
(Obsequios espirituales a la Santísima Virgen María)



Día 1: María, Madre, tú, la siempre ocupada en el servicio de tu casa, ilumina con tu sonrisa nuestro trabajo. Préstame tu sonrisa.
Te ofrezco: tratar de sonreír a todos.


Día 2: María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia pobre: enséñame a amar la pobreza; enséñame a desprenderme para ayudar a los pobres.
Te ofrezco: dar alguna limosna.


Día 3: María, Madre, tú que te olvidabas de ti para atender a los demás: enséñame a no estar siempre dándome vueltas a mí y a mis cosas, y dejar de lado mis pequeños desánimos que hacen la vida desagradable a los demás.
Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.


Día 4: María, Madre, la siempre disponible para que Dios se sirviera de ti: enséñame a no quejarme y a estar disponible.
Te ofrezco: no quejarme durante el día de hoy.


Día 5: María, Madre, la de las horas de silencio en casa; la del pensamiento siempre lleno de Dios: ayúdame a vivir siempre en tu presencia y en presencia de Dios.
Te ofrezco: vivir hoy en presencia de Dios.


Día 6: María, Madre, que formaste la familia de Nazaret: enséñame a hacer más cariñoso el ambiente familiar.
Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.


Día 7: María, Madre, tú que trabajabas para atender a Jesús y lo recibías contenta cuando llegaba cansado del trabajo: concédeme tener la alegría siempre a punto y ayudar a los cansados.
Te ofrezco: tratar de estar más alegre con los que me rodean.

Día 8: María, Madre siempre atenta para cuidar a José y a Jesús: concédeme atender a todos, el olvido de mí, mi disponibilidad continua y ser servidor de los demás.
Te ofrezco: ser hoy más servicial en mi casa.

Día 9: María, Madre, tú sembrabas confianza en torno a ti, sabías contar con sencillez tus cosas y estabas siempre abierta al diálogo: enséñame a tener más confianza con los que me rodean y a escucharlos con amor e interés. Te ofrezco: tratar de dar conversación a mis familiares.


Día 10: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser manso, a dejarme traer y llevar por la obediencia.
Te ofrezco: cumplir hoy mejor con mis deberes.


Día 11: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a tener hambre y sed de ser santo.
Te ofrezco: pedirle muchas veces hoy al Señor que me haga santo.


Día 12: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser misericordioso, es decir, a amar a cada uno con sus defectos.
Te ofrezco: ser hoy más comprensivo con los defectos de los que me rodean.


Día 13: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser limpio de corazón.
Te ofrezco: no admitir hoy pensamientos malos de los demás.


Día 14: María, Madre, tú sabías reflexionar y animar, sabías curar las angustias: enséñame la virtud de la prudencia y no dejes que me ahogue en un vaso de agua.
Te ofrezco: tener hoy pensamientos positivos y de esperanza.



Día 15: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a llorar con los que lloran, a vivir las alegrías y sufrimientos de los demás como si fueran míos.
Te ofrezco: ayudar a alguien que esté sufriendo.



Día 16: María, Madre, tú eras audaz, emprendedora, confiada plenamente en el Espíritu que te acompañó a lo largo de tu vida: enséñame a desconfiar de mí mismo y a poner mi esperanza en el Poderoso que quiere hacer obras grandes en mí.
Te ofrezco: encomendarme al Señor antes de cada actividad que haga hoy.



Día 17: María, Madre, préstame tus ojos para mirar con cariño a todos.
Te ofrezco: rezar por los que me caen mal.



Día 18: María, Madre: ayúdame a no desanimar a nadie con mis amarguras y a no alejar a nadie con mis críticas.
Te ofrezco: dar gracias a Dios por cada cosa que viva o que me ocurra.


Día 19: María, Madre, en cuya casa todos servíais a todos sin dar espacio a la pereza: ayúdame a cumplir con mi deber sin exigencias ni malos humores.
Te ofrezco: ayudar más en casa.



Día 20: María, Madre, que guardabas la Palabra del Señor en tu corazón, ayúdame a comprender la Escritura y a guardarla en mi corazón.
Te ofrezco: leer un párrafo del Evangelio y meditarlo.


Día 21: María, Madre, que conoces mis pensamientos: haz que no sean nunca de venganza, ni de envidia, ni de darme vueltas a mí mismo.
Te ofrezco: tratar de vivir en presencia de Dios.



Día 22: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando María ha echado raíces en un alma, produce allí maravillas de gracia».
Te ofrezco: consagrarme a ti durante el día.


Día 23: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando el Espíritu Santo, su Esposo, encuentra a María en un alma, vuela allá, entra en ella de lleno y se le comunica abundantemente».
Te ofrezco: repetir durante el día la jaculatoria: «Ven, Espíritu Santo».


Día 24: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Si tengo a Jesús es gracias a María».
Te ofrezco: dar gracias durante el día por el don de la fe.



Día 25: María, Madre consciente de tu pobreza porque sabías que todo es don de Dios: enséñame a ser humilde. Humildad no es negar los dones recibidos, sino afirmar que todo lo recibimos de Alguien que nos ama, y que por ello nos confía grandes empresas.
Te ofrezco: repetir durante el día la petición de san Ignacio en sus Ejercicios: «Te pido el conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo yo enteramente, quiera en todo amar y servir a Su Divina Majestad».


Día 26: María, Madre, que no te quedaste con la alabanza de tu prima Isabel, sino que la referiste a quien correspondía en verdad, diciendo: «El Señor hizo en mí maravillas»; enséñame a reconocer la mano de Dios en todo y a darle gracias por todo.
Te ofrezco: repetir durante el día esta jaculatoria de la beata Maravillas de Jesús: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera».


Día 27: La consagración de la familia a la Virgen es una promesa de amor en la que se le ofrece a Jesús todo lo que la familia es, tiene y hace a través del Corazón Inmaculado de la Virgen María para que, por estos dos Corazones, los miembros de la familia vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre. La familia se abandona así en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.

Te ofrezco consagrar hoy mi familia a ti, Virgen María, mediante esta fórmula de Juan Pablo II: «Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial».


Día 28: Tú, que eres Mediadora de las gracias, sé el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión que provienen del Corazón de Cristo.
Te ofrezco: rezar el Rosario para pedir por las personas que se han encomendado a mi oración.


Día 29: Tú, que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén siempre tu mirada misericordiosa sobre cada uno de los miembros de esta familia y, ya que no percibimos nuestras propias necesidades, acércate a tu Hijo implorando, como en Caná, el milagro del vino que nos falta.
Te ofrezco: rezar un Avemaría por cada persona de mi familia.



Día 30: Tú, que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como tú para acoger con obediencia y agradecimiento toda la verdad que nos enseña tu Hijo a través de la Iglesia y su Magisterio.
Te ofrezco: rezar el credo para pedir a Dios el don de la fe y la fidelidad a lo que la Iglesia enseña.


Día 31: Tú, que eres Corredentora, guarda a esta familia en la fidelidad a la cruz. Que en los momentos de sufrimiento no busquemos nuestro propio bienestar, sino acompañar al que sufre. 

Que en los momentos de aridez y desolación nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios y que sepamos vivir los sacrificios y luchas en unión con tu Hijo crucificado.

Te ofrezco: renovar la consagración de nuestra familia a ti, como hicimos el día 27, repitiendo la fórmula del papa Juan Pablo II.

LA RANA Y EL MAR


La rana y el mar



En tu vida se van dando posibilidades de cambiar para bien. Conviene que te detengas, evalúes con precaución las ventajas, y tomes decisiones sabias y prudentes, porque ésa es la forma normal de progresar. No caigas en el error de desechar todo cambio por principio; ni tampoco en el otro extremo, de creer que toda novedad es mejor. Fábula sobre el tema.

He aquí una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir. Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre junto al mar. Tropezó y se cayó en el pozo. —¿De dónde vienes? –preguntó la rana del pozo. —Del mar.  —¿Es grande el mar?  —Extraordinariamente grande, inmenso. La rana del pozo se quedó unos momentos pensativa y luego preguntó: —¿Es el mar tan grande como mi pozo? —¿Cómo puedes comparar tu pozo con el mar? Te digo que el mar es muy grande, descomunal. Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, gritó: —Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo... ¡Nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí!

Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar para bien, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza renovadora.



* Enviado por el P. Natalio

COMER PARA DEJAR DE SUFRIR


Comer para dejar de Sufrir
La comida se ha vuelto un mecanismo de defensa ante los problemas: comer para olvidar.


Por: Artículo de Colaboración | Fuente: Red Familia




Cada vez nos preocupamos más por nuestra salud y la estética corporal. Muchas personas optan por una dieta escasa para perder peso o mantener su figura, sin tener en cuenta que comer poco al final es contraproducente. También hay quien lleva un control estricto de las calorías que ingiere en cada momento, esto con la finalidad de sentirse a gusto consigo mismo y cumplir con las expectativas sociales y existen personas que se refugian en la comida para evitar enfrentar y hablar de sus emociones.

La obesidad cobra 2.8 millones de vida en el mundo, según la Organizacón Mundial de la Salud y esto puede ser la consecuencia de que la comida se ha vuelto uno de los escapes emocionales de la sociedad actual. La tendencia a ingerir grandes cantidades de alimento es uno de los trastornos más comunes que los jóvenes, equivocadamente, han adoptado para expresar sus emociones, los problemas en el trabajo o en la familia, discusiones de pareja, situación de desempleo, la  época de exámenes, entre otras circunstancias.

Es muy fácil que nos demos un atracón si estamos pasando por un momento emocional complicado de tristeza, rabia o ansiedad. La gula causa un alivio inmediato pero pasa factura en el cuerpo y la mente, ya que esta conducta está asociada a la falta de control de impulsos.  Se usa la comida como un mecanismo de defensa ante los problemas: comer para olvidar.

Quien tiene tendencia a ingerir grandes cantidades de comida de forma ansiosa y apresurada suele ser impulsivo e incapaz de gobernar sus arrebatos. Esto se puede considerar  un trastorno, cuando la persona lo hace tres o más veces a la semana.

Las personas con este trastorno tienden a confundir la sensación corporal y piensan que tienen hambre, cuando lo que en realidad están  sintiendo es ansiedad. Según los expertos: “las causas de la gula no tienen explicación fisiológica. El atracón se suele dar cuando se producen alteraciones del estado de ánimo o situaciones de estrés puntual”.

Pero ¿cuál es la causa de refugiarse en la comida para sentirse mejor? El comer nos produce satisfacción de manera inmediata y alivia nuestro malestar a corto plazo, ya que se elevan los niveles de serotonina y eso nos produce placer. Sin embargo, el sentimiento de culpa aparece casi de inmediato después del atracón y ahora la culpa es el nuevo ingrediente que se suma al problema que nos hizo comer desmedidamente. Es decir, caemos en un círculo vicioso que hace que la conducta permanezca, en vez de superarse.

La falta de cariño, la inseguridad o el no sentirse bien con uno mismo, puede llevarnos a comer desmedidamente y a desarrollar enfermedades más graves como la bulimia nerviosa, depresión, diabetes u obesidad.

Si nos acostumbramos a enfrentar las dificultades con comida, nuestra capacidad para tomar decisiones y resolver conflictos será menor.

Por esta razón en  queremos darte algunos consejos que podrán ayudarte a evitar caer en esta situación.

•    Ser consciente de que el problema con los atracones existe, hay que saber y comprender lo que nos pasa para saber  cómo resolverlo.

•    Incrementa el consumo de verduras y disminuye las grasas.

•    Hay que aceptar y entender  que es un problema psicológico.

•    Evita los alimentos con alto contenido graso.

•    Guarda los aperitivos más apetitosos, mantén las tentaciones fuera de tu alcance.

•    Busca ayuda profesional para que te apoyen y adquieras herramientas emocionales para susperar el trastorno emocional y con eso, la gula.

•    Realiza 5 comidas al día y no pases más de 4 o 5 horas sin ingerir alimento.

•    Haz alguna actividad física, mínimo 15 minutos de caminata diaria.

Quien sufre de este trastorno, necesita un cambio de hábitos y no puede hacerlo solo, es necesario el apoyo y acompañamiento de la familia para enfrentar y salir del problema, porque en la familia está la solución!!!

ESTE SEMINARISTA ERA MÉDICO Y HA VUELTO AL HOSPITAL PARA AYUDAR A AFECTADOS POR COVID 19


Este seminarista era médico y ha vuelto al hospital para ayudar a afectados por COVID
Redacción ACI Prensa




Abraham Martínez Moratón es seminarista y médico. Cursa el primer curso en el Seminario San Fulgencio, en la diócesis de Cartagena, Murcia (España), pero cuando se decretó el Estado de alerta en España pidió permiso al rector del seminario para ponerse a disposición del Servicio Murciano de Salud y volver al hospital para luchar contra el COVID. 

Según precisan desde la Diócesis de Cartagena al decretarse el estado de alarma el pasado 15 de marzo, los seminaristas fueron enviados a sus casas durante un tiempo.

Sin embargo, él pidió permiso al Rector para ponerse a disposición del servicio Murciano de Salud y por eso se puso en contacto con el Hospital Reina Sofía para ponerse a disposición de sus antiguos jefes y comenzó a trabajar el 16 de marzo en el centro de Salud de Monteagudo.

Según explicó Abraham fue una “bendición ir todos los días a trabajar y, por la carretera de Alicante, divisar el Cristo de Monteagudo. Fue un ‘regalazo’ conocer a todo el personal, hicimos un trabajo en equipo muy bueno”.

En la localidad de Monteagudo estuvo unas semanas y posteriormente fue trasladado al Centro de Salud del barrio del Carmen de Murcia.

Allí se encontró con algunos de sus antiguos compañeros que quedaron sorprendidos al verle de nuevo. “Al verme me dijeron: Esto es un espejismo, ¿tú no estabas en el seminario?”, asegura.

Durante estas semanas Abraham ha compaginado sus estudios de Teología, con la actualización de los conocimientos de medicina y todo lo relativo al Covid-19.

Asegura que esta vuelta al campo sanitario le ha permitido tener más presente “la santificación día a día, ver en los pacientes el rostro de Cristo y rezar más por ellos”.

Y también ha reforzado su vocación porque, según afirmó: “Quiero ser discípulo de Jesús, él que es el médico de los cuerpos y las almas”.

De hecho, afirma que su vocación siempre ha sido la de ayudar a los demás, y por eso siempre quiso ser médico. Se formó en la Universidad de Murcia e hizo la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. 

“Yo le decía a Dios: Si ya te estoy ayudando a través de la medicina ¿para qué más cosas? Pero también es cierto que siempre le he dicho, y le sigo diciendo, que lo que él quiera para mí. Me dio muchas pistas y me decía alto y claro, con señales luminosas, que mi camino era el seminario. Así, me fui inundando y enamorando tanto de él que tuve que decirle: Vale, Señor, me has robado el corazón, no me siento digno de este camino, pero si es lo que quieres…”, aseguró.

IMÁGENES DE SANTA GIANNA BERETTA MOLLA



HOY 28 DE ABRIL ES LA FIESTA DE SANTA GIANNA BERETTA, PATRONA DE LAS MADRES, MÉDICOS Y NIÑOS POR NACER


Hoy es la fiesta de Santa Gianna Beretta, patrona de las madres, médicos y niños por nacer
Redacción ACI Prensa






El 28 de abril la Iglesia celebra a Santa Gianna, declarada patrona de madres, médicos y niños por nacer, a quien el Beato Pablo VI describió como “una madre que, para dar a luz a su bebé, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada".

Gianna Beretta nació en 1922 en Magenta, ciudad ina a Milán. Desde pequeña acompañaba a su madre a Misa todos los días. A los 15 años, después de un retiro según el método de San Ignacio de Loyola, tomó el propósito de “mil veces morir antes que cometer un pecado mortal”.

Fue muy devota de la Virgen, tanto así que al morir su madre le dijo a María: “confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”. Solía hablar de la Madre de Dios en sus encuentros con las chicas de la Acción Católica y en las cartas a su novio que luego fue su esposo.


Se hizo médico y con un firme propósito: “No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”. Por ello alentaba a las embarazadas para que tuvieran a sus hijos como un regalo de Dios y a rechazar el aborto.

Después de discernir, vio que Dios la llamaba por la vida matrimonial y tuvo con su esposo tres hijos. Al comienzo del cuarto embarazo, tenía que pasar por una cirugía debido a un tumor ubicado en el útero, pero ella pidió que se preocuparan por la vida de la criatura.

La Santa rechazó someterse al aborto “terapéutico” que le proponían los médicos, y la extirpación del fibroma. Optó por no recurrir a esta práctica .

Fue intervenida y logran salvar a la bebé. Meses después, antes del parto, afirmó: “si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no duden; elijan -lo exijo- la suya. Sálvenlo”.

Dio a luz a su hija el 21 de abril de 1962. Sin embargo, Santa Gianna no quedó bien y el 28 de abril con fuertes dolores y repitiendo “Jesús, te amo; Jesús te amo”, partió a la Casa del padre con 39 años de edad. Fue canonizada por San Juan Pablo II en el 2004.

HOY 28 DE ABRIL ES LA FIESTA DE SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT

 San Luis Matía Grignion de Montfort
28 de abril




Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París, sobresaliendo como un seminarista totalmente mariano. Ya ordenado sacerdote, su primera Misa deseó celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

El santo dedicó todas sus grandes cualidades de predicador, de conductor de multitudes, de cantante y compositor a predicar misiones para convertir pecadores, viajando incansablemente por los distintos lugares de Francia anunciando el Evangelio y permitiendo la llegada de Dios Padre en el corazón de las personas.

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes.

El santo fundó una de las comunidades religiosas que han hecho grandes obras por la conversión de las almas: los Padres Monfortianos, a cuya comunidad le puso por nombre "Compañía de María", y las Hermanas de la Sabiduría. San Luis además escribió uno de los libros que junto con "Las Glorias de María" de San Alfonso, ha llegado a ser uno de los libros más famosos que se han escrito acerca de la devoción a la Virgen María: el "Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María", obra que se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. Incluso el Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es".

San Luis falleció el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años de una repentina enfermedad.



Oración a San Luis María Grignion de Montfort


Gran apóstol y amante de nuestra Señora, San Luis de Montfort, 
cuyo deseo es incendiar el mundo con el amor a Jesús a través de María, 
te pedimos nos obtengas 
una devoción a María que sea perseverante y perfecta, 
y a participar de la fe, esperanza y caridad de María, 
y recibir el favor que te pedimos nos alcances.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
San Luis de Montfort, ruega por nosotros (3 veces)

SANTORAL DE HOY MARTES 28 DE ABRIL DE 2020

Pedro Chanel, SantoPedro Chanel, Santo
Sacerdote y Mártir, 28 de abril
Prudencio de Armentia, SantoPrudencio de Armentia, Santo
Obispo, 28 de abril
Pánfilo de Corfinio, SanttoPánfilo de Corfinio, Santto
Obispo, 28 de abril
José (Jozef) Cebula, BeatoJosé (Jozef) Cebula, Beato
Presbítero y Mártir, 28 de abril
Gianna Beretta Molla, SantaGianna Beretta Molla, Santa
Laica, 28 de abril
Teodora y Dídimo, SantosTeodora y Dídimo, Santos
Mártires en Alejandría, 28 de abril
María Luisa de Jesús Trichet, BeataMaría Luisa de Jesús Trichet, Beata
Cofundadora, 28 de abril
Luis María Grignion de Montfort, SantoLuis María Grignion de Montfort, Santo
Memoria Litúrgica. 28 de abril

IMÁGENES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA





LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 28 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana de Pascua
Hoy, martes, 28 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):

EN aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:
«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».
Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:
«Señor, no les tengas en cuenta este pecado».
Y, con estas palabras, murió.
Saulo aprobaba su ejecución.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,30-35):

EN aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».
Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 28 de abril de 2020
Alejandro Carbajo Olea, cmf



Queridos amigos, paz y bien.

“Señor, danos siempre de ese pan”. Quizá ahora, como nunca en los últimos años, hay esa hambre del Pan de Vida. Con las iglesias cerradas, con muchas parroquias celebrando “virtualmente”, queda la Comunión espiritual, a la que están acostumbrados muchos ancianos y enfermos, que no pueden acudir a las iglesias. pero hay hambre de Eucaristía. Los contemporáneos de Cristo no tenían todas las claves para entender estas palabras. Nosotros, veintiún siglos después, sabemos que ese pan es el propio Cuerpo de Cristo. Gran milagro, el que se produce cada día, cuando se nos hace accesible el propio Hijo de Dios. Solo con este pensamiento se podría reflexionar largamente.

Decíamos ayer que la historia de Esteban no pintaba bien. Hoy asistimos a su lapidación. Como todos los mártires católicos, muere perdonando a sus enemigos. Y, a imitación de Jesús, pide que no se les tenga en cuenta ese pecado a sus asesinos. Muerte de profeta. Muerte martirial.

A todos nos molestan los profetas. Profeta no es la persona que adivina el futuro, sino el que nos pone ante la verdad, o mejor, la Verdad de nuestra vida. Lo que deberíamos hacer y no hacemos. O lo que hacemos, y no deberíamos hacer. Son incómodos. Las personas que viven cerca de un profeta deben estar siempre atentas, porque no hay mejor testimonio que el de la propia vida. No es muy difícil recordar a san Óscar Arnulfo Romero, mártir de América, o a santa Teresa de Calcuta, modelo viviente de entrega a los demás. “Admirables, pero no imitables”, dicen los escépticos, con una sonrisa torcida. Son personas que caen simpáticas, pero su estilo de vida “no es para mí”. Pues no. Todos estamos llamados a ese estilo de vida, en fidelidad, con alegría, en cada momento.

Esteban vivió su fe hasta el final, y vio los cielos abiertos, y a Cristo a la derecha del Padre. Como Cristo. No hace tanto que estábamos celebrando la Pascua, y nos alegrábamos de poder mirar la victoria sobre la muerte. Pero no todos viven así. Los hubo que se alegraron de la muerte de Esteban. Como hoy hay gente que sonríe cuando atacan a alguien que se destaca un poco entre la multitud. Que nos es incómodo, que no nos cae bien. Ojalá no nos den miedo. Que podamos dar testimonio de nuestra fe, siempre y en todo lugar.

“A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”. “Señor, danos siempre de este pan”. Que, a lo largo del día, repitamos muchas veces estas frases, a modo de letanía, para recordarnos dónde está nuestra fuerza, y Quién nos acompaña a lo largo del camino. Quién nos da el pan nuestro de cada día.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.

BUENOS DÍAS!!!





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