martes, 24 de septiembre de 2019

SAN PÍO DE PIETRELCINA, 23 DE SEPTIEMBRE

SAN PÍO DE PIETRELCINA
Datos Generales



El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de nada.

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.

Ingresó a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.




Homilía del Papa San Juan Pablo II en la Ceremonia de Canonización del Padre Pío de Pietrelcina



1. «Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mateo 11, 30).

Las palabras de Jesús a los discípulos, que acabamos de escuchar, nos ayudan a comprender el mensaje más importante de esta celebración. Podemos, de hecho, considerarlas en un cierto sentido como una magnífica síntesis de toda la existencia del padre Pío de Pietrelcina, hoy proclamado santo.

La imagen evangélica del «yugo» evoca las muchas pruebas que el humilde capuchino de San Giovanni Rotondo tuvo que afrontar. Hoy contemplamos en él cuán dulce es el «yugo» de Cristo y cuán ligera es su carga, cuando se lleva con amor fiel. La vida y la misión del padre Pío testimonian que las dificultades y los dolores, si se aceptan por amor, se transforman en un camino privilegiado de santidad, que se adentra en perspectivas de un bien más grande, solamente conocido por el Señor.

2. «En cuanto a mí... ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gálatas 6, 14).

¿No es quizá precisamente la «gloria de la Cruz» la que más resplandece en el padre Pío? ¡Qué actual es la espiritualidad de la Cruz vivida por el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su valor para abrir el corazón a la esperanza. En toda su existencia, buscó siempre una mayor conformidad con el Crucificado, teniendo una conciencia muy clara de haber sido llamado a colaborar de manera peculiar con la obra de la redención. Sin esta referencia constante a la Cruz, no se puede comprender su santidad.

En el plan de Dios, la Cruz constituye el auténtico instrumento de salvación para toda la humanidad y el camino explícitamente propuesto por el Señor a cuantos quieren seguirle (Cf. Marcos 16, 24). Lo comprendió bien el santo fraile de Gargano, quien, en la fiesta de la Asunción de 1914, escribía: «Para alcanzar nuestro último fin hay que seguir al divino Jefe, quien quiere llevar al alma elegida por un solo camino, el camino que él siguió, el de la abnegación y la Cruz» («Epistolario» II, p. 155).

3. «Yo soy el Señor que actúa con misericordia» (Jeremías 9, 23).

El padre Pío ha sido generoso dispensador de la misericordia divina, ofreciendo su disponibilidad a todos, a través de la acogida, la dirección espiritual, y especialmente a través de la administración del sacramento de la Penitencia. El ministerio del confesionario, que constituye uno de los rasgos característicos de su apostolado, atraía innumerables muchedumbres de fieles al Convento de San Giovanni Rotondo. Incluso cuando el singular confesor trataba a los peregrinos con aparente dureza, éstos, una vez tomada conciencia de la gravedad del pecado, y sinceramente arrepentidos, casi siempre regresaban para recibir el abrazo pacificador del perdón sacramental.

Que su ejemplo anime a los sacerdotes a cumplir con alegría y asiduidad este ministerio, tan importante hoy, como he querido confirmar en la Carta a los Sacerdotes con motivo del pasado Jueves Santo.

4. «Tú eres, Señor, mi único bien».

Es lo que hemos cantado en el Salmo Responsorial. Con estas palabras, el nuevo santo nos invita a poner a Dios por encima de todo, a considerarlo como nuestro sumo y único bien.

En efecto, la razón última de la eficacia apostólica del padre Pío, la raíz profunda de tanta fecundidad espiritual, se encuentra en esa íntima y constante unión con Dios que testimoniaban elocuentemente las largas horas transcurridas en oración. Le gustaba repetir: «Soy un pobre fraile que reza», convencido de que «la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el Corazón de Dios». Esta característica fundamental de su espiritualidad continua en los «Grupos de Oración» que él fundo, y que ofrecen a la Iglesia y a la sociedad la formidable contribución de una oración incesante y confiada. El padre Pío unía a la oración una intensa actividad caritativa de la que es expresión extraordinaria la «Casa de Alivio del Sufrimiento». Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos.

5. «Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque... estas cosas... las has revelado a los pequeños» (Mateo 11, 25).

Qué apropiadas parecen estas palabras de Jesús, cuando se te aplican a ti, humilde y amado, padre Pío.

Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Amén!

IMÁGENES DE SAN PÍO DE PIETRELCINA









BUENOS DÍAS




domingo, 22 de septiembre de 2019

EL GATO BLANCO


El gato blanco



Intercambiar experiencias entre personas curtidas por la vida, es enriquecedor. Se aprende mucho sin necesidad de sufrirlo en la propia piel. Los clásicos decían, “de lo sucedido a uno sólo, aprendan todos”. Son consejos que siempre tienes que confrontarlos con tus propios conocimientos y aplicarlos con prudencia. Una fábula demuestra el valor de un consejo.

Cuando una familia se mudó de casa se olvidó de llevarse al hermoso gato blanco que tenía. Éste intentó sobrevivir como hacen los gatos pobres que cazan ratones y pájaros. Pero, nunca podía agarrar nada, a pesar de que no era de los más torpes. Un gato gris que lo observaba descubrió el secreto de su mala suerte y le aconsejó rebajar un poco el brillo de su traje, revolcándose en el polvo, ya que por su pelaje blanco, los ratones y pájaros de lejos lo veían venir y se escondían o escapaban. “Por eso, dijo, no cazas nada”. Así lo hizo  y pudo vivir bien.

Ayudar a los que se encuentran en dificultades es un aspecto práctico de la fraternidad humana. De este olvido de ti mismo, surgirá como por magia, tu propia felicidad y alegría, tu auténtica realización. Mira, pues, a tu alrededor: cuántos hoy necesitan de tu consejo, de tu sonrisa, de tu abrazo o simplemente de tu compañía.



* Enviado por el P. Natalio

JUSTIFICANDO LOS PROPIOS ERRORES


Justificando los propios errores
Autor:  Padre Juca



Realmente es increíble el número de personas que tratan de justificar sus errores con base en los defectos de los demás.

"Ah, yo no hago el bien porque ninguno lo hace". "Yo no voy a la Iglesia, aquél va a allá y, cuando llega a la casa, le pega a su mujer". "Aquél va a la misa y durante la semana se la pasa hablando mal de los demás. "Aquél otro...". Y así sucesivamente.

Está claro que esto no es una actitud correcta de cristiano, pero me hace recordar lo siguiente:

Un monje viajaba en un bus y, a su lado, se sentó un señor. Luego de haber viajado un poco aquel señor comenzó a conversar con el monje y, después de cierto tiempo, le dijo:

-Mire, monje, yo soy cristiano, pero no voy a la Iglesia de ninguna forma, pues allá sólo va gente que finge. Son todos unos hipócritas.

Y el monje con toda la calma le respondió:

- No hace daño, amigo, siempre hay sitio para más de uno.

Lo importante no es quedarse mirando cómo viven los demás, sino buscar uno mismo la vida correcta, honesta y auténtica.

¿Qué me dice usted?

NUNCA ES TARDE PARA RECOMENZAR UNA VIDA

PREDICACIÓN DEL EVANGELIO: DENUNCIAR LA DESHONESTIDAD


Denunciar la deshonestidad



Esta parábola del administrador deshonesto y astuto es un texto desconcertante, más aún, escandaloso, pues nos da la impresión de que se alaba el comportamiento antiético. La situación que se describe coincide con lo que han vivido algunas personas que tienen propiedades en el campo. Un día descubren que el administrador de la finca, a quien consideraban de absoluta confianza, lleva años robando.

El dueño reacciona de una manera normal: siente rabia por la traición, desilusión por haber sido víctima de un engaño; y lo despide por justa causa, después de pedirle que haga entrega del cargo. Hasta este momento nos encontramos frente al guión de un drama que se ha repetido innumerables veces.

Lo que sigue es lo sorprendente: como este mayordomo se va a quedar sin empleo, se gana los favores de los que tenían deudas con su patrón modificando los pagarés firmados. Y para sorpresa de todos, recibe el reconocimiento del jefe: “Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido”. ¡El ladrón resultó condecorado!

Los expertos en la literatura bíblica establecen una distinción entre los actos deshonestos y la actitud del que no se deja amilanar por las crisis:
- La condena ética por los comportamientos deshonestos aparece con claridad meridiana en la primera lectura, tomada del profeta Amós, quien denuncia las trampas que se habían generalizado entre los comerciantes de su época, que alteraban las medidas y las pesas, y se aprovechaban de la situación desesperada de los pobres.
- Parecería, pues, que el Evangelio valora la prontitud con la que el hombre buscó una solución a la crisis. ¡De todas maneras queda flotando una cierta ambigüedad!

A continuación, el evangelista Lucas hace una afirmación muy pertinente: “Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz”.

Este texto nos obliga a reflexionar sobre el comportamiento de las gentes honestas, que se acobardan ante la prepotencia de los malos:
- Con frecuencia, la sociedad guarda un silencio cómplice ante violaciones flagrantes de la ley: no denuncian por temor o porque quieren evitar incomodidades.
- En las instituciones circulan rumores sobre comportamientos que están en contra de la ética empresarial (por ejemplo, comisiones indebidas, acoso sexual, competencia desleal, acoso laboral) Todo el mundo habla en voz baja, pero nadie confirma. El chisme sigue circulando hasta que estalla el escándalo; resulta que casi todo el mundo sabía, pero ninguno se atrevió a denunciar.
- Estos comportamientos de complicidad pasiva también se dan en la vida de la Iglesia: permanecemos como espectadores pasivos ante los ataques de los que es víctima.
- ¡Atención! Ser hijos leales de la Iglesia no quiere decir que tratemos de ocultar la verdad por dolorosa que ésta sea. Ser hijos leales de la Iglesia no significa que tratemos de minimizar la gravedad de los hechos. Los que piensan que debemos obrar de esta manera le prestan un flaco servicio a la verdad, la cual debe brillar por encima de cualquier otra consideración.
- Ser leales con la Iglesia exige de nosotros dar la cara, reconocer lo que haya que reconocer, ilustrar a las personas menos formadas para que comprendan la miseria humana y no se hundan en el pesimismo; debemos entender que la Iglesia es, al mismo tiempo, santa y pecadora: santa por Cristo, su fundador, y por su doctrina; pecadora porque sus miembros somos seres  de carne y hueso.

En medio de la deshonestidad de su comportamiento es posible rescatar la prontitud con que salió al  paso de los acontecimientos que lo amenazaban. Dejemos a un lado nuestra pasividad como ciudadanos y como miembros de la Iglesia. Reaccionemos. Denunciemos. Participemos. De lo contrario nuestro silencio será aprovechado por los enemigos de la sociedad y de la Iglesia.



Padre Jorge Humberto Peláez S. J.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 22 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amos (8,4-7):

Escuchad esto, los que pisoteáis, al pobre
y elimináis a los humildes del país,
diciendo: «Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el grano,
y el sábado, para abrir los sacos de cereal
—reduciendo el peso y aumentando el precio,
y modificando las balanzas con engaño—
para comprar al indigente por plata
y al pobre por un par de sandalias,
para vender hasta el salvado del grano?».
El Señor lo ha jurado por la Gloria de Jacob:
«No olvidaré jamás ninguna de sus acciones».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 112,1-2.4-6.7-8

R/. Alabad al Señor, que alza al pobre.

V/. Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R/.

V/. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R/.

V/. Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,1-8):

QUERIDO hermano:
Ruego, lo primero de todo, que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y respeto.
Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos; este es un testimonio dado a su debido tiempo y para el que fui constituido heraldo y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de las naciones en la fe y en la verdad.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando unas manos limpias, sin ira ni divisiones.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando».
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
22 de septiembre de 2019
Fernando Torres cmf


¿Para qué queremos el dinero?

      Una vez dijo alguien que “es imposible amasar una fortuna sin antes hacer harina a los demás”. Posiblemente sea una exageración pero, como todas las exageraciones, tiene algo-mucho de verdad. La realidad es que la prosperidad que se experimenta hoy en los países desarrollados se debe mucho al trabajo y la industria de sus ciudadanos pero también, seamos realistas, a todo lo que en el pasado y hoy de diversas maneras, se ha sacado de los pueblos más pobres. No es cuestión de entrar aquí a discutir cuestiones económicas ni históricas. Pero sin llegar tan lejos no es difícil comprender que el sistema económico en el que vivimos no es precisamente evangélico. 

      En el evangelio de hoy Jesús nos cuenta la historia del administrador injusto. Sabe que va a ser despedido y procura utilizar todos los recursos de que dispone para hacerse con amigos que le garanticen su futuro. Ya se sabe, “hoy por ti y mañana por mí”. Jesús no pretendía hablar de economía. Simplemente planteaba la situación de un hombre que se encuentra en una situación límite y que es capaz de discurrir lo suficiente como para sacar partido de ella en orden a cubrirse el futuro. Pero a nosotros nos vale la comparación y no es difícil aplicarla al mundo de la economía que tan importante es en nuestra sociedad. 

      En primer lugar, ¿quién no está a punto de ser despedido? Ciertamente hoy se vive una situación de precariedad laboral. Pero es que además, nuestra estancia en este mundo es limitada, nuestra vida aquí tiene fecha de caducidad, aunque no esté escrita en la etiqueta como en los productos del supermercado. No sabemos de cuanto tiempo disponemos. En segundo lugar, ¿no es injusto el dinero que tenemos? ¿Podemos decir que es “mío”? Los recursos de este mundo son para todos y en la fraternidad todo se comparte. Así que lo mejor que podemos hacer es compartir aquello de lo que nos hemos apropiado. Y, tercero, que mejor que compartirlo haciendo amigos, creando fraternidad, estableciendo lazos de solidaridad. De esa manera lo que en nuestra sociedad nos separa –lo mío y lo tuyo, mi dinero, mi casa...–, se convierte en instrumento de fraternidad. Y, de paso, nos encontramos con la llave que nos abre la puerta a una vida mejor, a una vida más plena en la que ya aquí podemos saborear la vida del Reino: la fraternidad de los hijos de Dios. 

      Al final, los que se dedican exclusivamente a cuidar lo “suyo” convierten el dinero, lo que poseen, en un ídolo, en otro dios al que sirven con pasión y devoción. Pero se equivocan porque Dios sólo hay uno. Y los bienes de este mundo no son más que instrumentos al servicio del Reino. 



Para la reflexión

      ¿Utilizo bien los recursos de que dispongo o los despilfarro en gastos inútiles que no me benefician ni a mí ni a mi familia? ¿Cómo los debería usar? ¿Cómo contribuyo a crear fraternidad con mis bienes?

EL PAPA FRANCISCO EXPLICA LA CLAVE DEL BUEN USO DEL DINERO Y DE LAS RIQUEZAS MATERIALES


El Papa Francisco explica la clave del buen uso del dinero y de las riquezas materiales
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa





El Papa Francisco invitó a saber “transformar los bienes y las riquezas en relaciones, porque las personas valen más de las cosas y cuentan más de las riquezas poseídas” y advirtió que la riqueza deshonesta es “estiércol del diablo”.

Así lo dijo el Santo Padre antes del rezo del Angelus ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro, durante su reflexión sobre la parábola del Evangelio de este domingo de San Lucas el cual tiene como protagonista un administrador astuto y deshonesto que está por ser despedido.

En esa situación difícil, el personaje de la parábola “no recrimina al jefe, no busca justificaciones, ni se deja desmotivar, sino que idea una forma de salida para asegurarse un futuro tranquilo. Reacciona con lucidez, reconociendo los propios límites: Cavar, no tengo fuerza; mendigar, me da vergüenza”, relató el Papa, quien concluyó que el administrador deshonesto actuó con astucia y robó por última vez a su patrón al llamar a los deudores y reducir las deudas que tienen “para hacérselos amigos y luego ser recompensado ​​por ellos”.

“Esto es hacerse amigos con la corrupción, es obtener gratitud con la corrupción, como lamentablemente es costumbre hoy”, añadió el Papa improvisando en su predicación.


En esta línea, el Pontífice explicó que “Jesús presenta este ejemplo ciertamente no para exhortar a la deshonestidad, sino a la astucia. De hecho, subraya: ‘El Señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente’. Es decir, con esa mezcla de inteligencia y astucia, que te permite superar las situaciones difíciles”.

Por ello, el Papa destacó que “la clave de lectura de esta narración está en la invitación de Jesús al final de la parábola: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas”.

“Pero esto parece un poco confuso, pero no lo es”, advirtió el Santo Padre quien afirmó con fuerza que “la ‘riqueza deshonesta’ es el dinero -dicho también ‘estiércol del diablo’- y en general los bienes materiales”.

De este modo, el Santo Padre advirtió que “la riqueza puede empujar a levantar muros, crear divisiones y discriminaciones. Jesús al contrario, invita a sus discípulos a invertir la rueda: ‘gánense amigos con la riqueza’. Es una invitación a saber transformar los bienes y las riquezas en relaciones, porque las personas valen más de las cosas y cuentan más de las riquezas poseídas”, afirmó.

En este sentido, Francisco señaló que “en la vida, de hecho, da fruto no quien tiene muchas riquezas, sino quien crea y mantiene vivos muchos vínculos, tantas relaciones, tantas amistades a través de las distintas ‘riquezas’, es decir, los diversos dones que Dios ha dado”.


“A recibirlos en el paraíso, si seremos capaces de transformar las riquezas en instrumentos de fraternidad y de solidaridad, no estará solamente Dios, sino también quienes con quienes habremos compartido, administrando bien, todo lo que el Señor ha puesto en nuestras manos”, expresó el Papa.

Por este motivo, el Santo Padre invitó a pensar en la pregunta del administrador deshonesto despedido por el patrón: “¿Qué haré ahora?” para sacar una enseñanza: “Delante a nuestras faltas y a nuestros fracasos, Jesús nos asegura que estamos siempre a tiempo para sanar con el bien, el mal realizado. Quien ha causado lágrimas, haga feliz a alguien; quien ha malversado indebidamente, dé a quien está en necesidad. Haciendo así, seremos alabados por el Señor ‘porque hemos actuado con astucia’, es decir, con la sabiduría de quien se reconoce a sí mismo hijo de Dios y se pone en juego para el Reino de los Cielos”.

“Que la Virgen Santa nos ayude a ser astutos en el asegurarnos no el éxito mundano, sino la vida eterna, para que en el momento del juicio final las personas necesitadas que hemos ayudado puedan testimoniar que en ellos hemos visto y servido al Señor”, concluyó.

HOY SE INICIA LA NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, DEL 22 AL 30 DE SEPTIEMBRE


Novena a Santa Teresita del Niño Jesús
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad 
(22 al 30 de septiembre)


Por: n/a | Fuente: devocionario.com




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho, y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir el Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos... Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Jaculatoria. ¡Oh santita sin igual! Enséñanos el "caminito" de tu infancia espiritual.

Oración. ¡Gloriosa santita mía! Espero confiadamente me alcanzarás de Dios la gracia especial que en esta novena te pido. Yo en cambio, prometo imitar, con todas mis fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apropiarme de las páginas de tu vida encantadora para que tenga la dicha de gozar de Dios en tu compañía en la patria de los santos. En tanto, quiero, cual tu, oh Florecita de Jesús, "deshojar" en la tierra las flores de mis caricias a los pies del Amor de los Amores y cantar a lo divino tus encantadoras armonías:

"Por solo tus amores,
Jesús mi bien amado,
En ti mi vida puse,
mi gloria y porvenir;
Y ya que para el mundo
soy una flor marchita,
No tengo más anhelo
que amándote, morir…"


DÍA PRIMERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida "con ansias de amores inflamada", haz que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEGUNDO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida, escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, haz que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA TERCERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fue camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA CUARTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la "nieve" a las alturas alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de éste pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA QUINTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en "pasar por la Tierra haciendo bien", y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro del ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEXTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de "empequeñecerse" que fue el tema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un "alma tan pequeñita" que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz; y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad... la "pequeñez", para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SÉPTIMO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades y a pagar, cual tú, los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA OCTAVO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! que pueda yo también, santita mía, llevar si no con alegría, a lo menos en conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro para que un día resulte embellecido en la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA NOVENO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las "heces" en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: "Oh... ¡Le amo!.. . ¡Dios mío... os...amo!". Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

233 MÁRTIRES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, 22 DE SEPTIEMBRE


Hoy se conmemora a 233 mártires de la guerra civil española
Redacción ACI Prensa





Hoy se conmemora a 233 mártires de la guerra civil española
El 22 de septiembre la Iglesia recuerda a 233 mártires de la guerra civil española que fueron beatificados por San Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001. Entre ellos se encuentra el Beato José Calasanz, quien sirvió por un tiempo como misionero salesiano en Cuba.

El Beato José Calasanz Marqués nació en España en 1872. Conoció personalmente a San Juan Bosco en Barcelona (1886) y profesó como salesiano en 1890. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1895.

Trabajó como secretario del Beato Felipe Rinaldi por varios años y luego se le encargó la dirección de un colegio. Después viajó como misionero a dirigir la naciente obra salesiana de Camagüey en Cuba. Luego pasó a ser Provincial de la Inspectoría Peruana-Boliviana y desde 1925 fue superior de la Inspectoría salesiana de Tarra­conense, que comprendía Barcelona y Valencia en España.

Se distinguió por su gran corazón, lleno de amor a los hermanos, a los superiores y a la congregación, demostrando una actividad incansable en el servicio.

En la persecución religiosa en España, después de pasar una semana en la cárcel, fue nuevamente detenido con otros salesianos. Mientras era llevado a Valencia, por el “puente de San José”, murió de un disparo a la cabeza. Era el 29 de julio de 1936.

Pocos días antes de Partir a la Casa del Padre, en una carta a su superior, dejó escrito: “nuestra confianza está puesta en Dios y en la protección de María Auxiliadora y de nuestro Padre San Juan Bosco”.

Entre los 233 mártires hay sacerdotes diocesanos, miembros de la Acción Católica, dominicos, franciscanos, jesuitas, salesianos, hijas de María Auxiliadora, hermanos de las escuelas cristianas (de La Salle), carmelitas, entre otros.

BUENOS DÍAS




sábado, 21 de septiembre de 2019

EJERCITA TU MEMORIA


Ejercita tu memoria



Toda persona es importante, y merece tu respeto y el mío. Alguien escribió que el sonido más dulce y querido para cualquiera de nosotros es el propio nombre y apellido. Ahí tienes un camino para llegar al corazón de los demás. Pon atención en recordar los nombres. Es cuestión de ejercicio y de interés humano.

1. - Doctor, doctor, he perdido la memoria.
- ¿Y eso desde cuándo?
- ¿Desde cuándo qué?

2. Resumiendo la clase de historia, la maestra pregunta:
- Jaimito, ¿por qué es famoso Colón?
- Por su memoria. Responde con gran aplomo.
- ¿Por su memoria? Pregunta extrañada y seria la docente.
- Sí, porque en su monumento está escrito: «A la memoria de Colón».

Había un señor que en las fiestas recibía a los invitados y les preguntaba su nombre. Al final del banquete repetía nombre y apellido de los cien o más invitados. Un aplauso interminable ovacionaba a este prodigio de retentiva, Harry Lorrayne, autor de “Cómo desarrollar una supermemoria”. Algo puedes hacer para mejorar tu memoria. Vale la pena intentarlo.
* Enviado por el P. Natalio

LA CRUZ DE JESÚS


La Cruz de Jesús
Autor: San Josemaría Escrivá de Balaguer




Pero no olvidéis que estar con Jesús es, seguramente, toparse con su Cruz. Cuando nos abandonamos en las manos de Dios, es frecuente que El permita que saboreemos el dolor, la soledad, las contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas, por dentro y por fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza, y tolera también que nos llamen locos y que nos tomen por necios.

Es la hora de amar la mortificación pasiva, que viene —oculta o descarada e insolente— cuando no la esperamos. Llegan a herir a las ovejas, con las piedras que debieran tirarse contra los lobos: el seguidor de Cristo experimenta en su carne que, quienes habrían de amarle, se comportan con él de una manera que va de la desconfianza a la hostilidad, de la sospecha al odio. Le miran con recelo, como a mentiroso, porque no creen que pueda haber relación personal con Dios, vida interior; en cambio, con el ateo y con el indiferente, díscolos y desvergonzados de ordinario, se llenan de amabilidad y de comprensión.

Y quizá el Señor permite que su discípulo se vea atacado con el arma, que nunca es honrosa para el que la empuña, de las injurias personales; con el uso de lugares comunes, fruto tendencioso y delictuoso de una propaganda masiva y mentirosa: porque, estar dotados de buen gusto y de mesura, no es cosa de todos.

Quienes sostienen una teología incierta y una moral relajada, sin frenos; quienes practican según su capricho personal una liturgia dudosa, con una disciplina de hippies y un gobierno irresponsable, no es extraño que propaguen contra los que sólo hablan de Jesucristo, celotipias, sospechas, falsas denuncias, ofensas, maltratamientos, humillaciones, dicerías y vejaciones de todo género.

Así esculpe Jesús las almas de los suyos, sin dejar de darles interiormente serenidad y gozo, porque entienden muy bien que —con cien mentiras juntas— los demonios no son capaces de hacer una verdad: y graba en sus vidas el convencimiento de que sólo se encontrarán cómodos, cuando se decidan a no serlo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...