martes, 5 de febrero de 2019

HOY ES LA FIESTA DE SANTA ÁGUEDA DE CATANIA, VIRGEN Y MÁRTIR, 5 FEBRERO


Hoy es la fiesta de Santa Águeda de Catania, virgen y mártir
Redacción ACI Prensa





 Hoy es la fiesta de Santa Águeda de Catania, virgen y mártir
Santa Águeda de Catania fue una virgen que murió mártir durante la persecución del emperador romano, Decio, en el siglo III.

Desde la antigüedad su culto se extendió por toda la Iglesia inmediatamente después de su martirio y el inicio de su veneración pública.

Santa Águeda nació en Catania, Sicilia, al sur de Italia, hacia el año 230. Como Santa Inés, Santa Cecilia y Santa Lucía, decidió conservarse virgen desde muy joven.


Durante la persecución de Decio, el gobernador Quinciano buscó enamorarla, sin embargo, Águeda rechazó todas sus propuestas. Por tal motivo, el romano la acusó de ser una mujer malvada y la subyugó a crueles torturas.

Según las Actas de su martirio, en primer lugar, el gobernador la llevó a una casa de mujeres de mala vida durante un mes, pero nada la hizo quebrantar su juramento de virginidad hecho a Dios. Luego, enfurecido, el romano ordenó que torturaran a la joven y que le cortaran los senos.

Se indica que esa noche se le apareció San Pedro, quien la sanó y la animó a sufrir por Cristo. Eventualmente, ella sucumbió a las repetidas crueldades practicadas sobre ella el 5 de febrero del año 251.


Según la tradición, en una erupción del volcán Etna, ocurrida un año después del martirio de Santa Águeda, la lava se detuvo milagrosamente cuando los pobladores pidieron su intercesión. Por eso la ciudad de Catania la tiene como patrona y las regiones aledañas al Etna la invocan como patrona y protectora contra fuego, rayos y volcanes.

Además de estos elementos, la iconografía de Santa Águeda suele presentar la palma (victoria del martirio) y algún símbolo o gesto que recuerde las torturas que padeció.

FELIZ MARTES!!





domingo, 3 de febrero de 2019

UN RATITO CON SAN JOSÉ: JOSÉ, PURÍSIMO ESPOSO DE MARÍA


UN RATITO CON SAN JOSÉ
José, purísimo esposo de María




Sobre el matrimonio hay varios dichos elaborados por diversos pensadores. Por ejemplo, les menciono algunos. Se dice que "el amor es ciego, pero el matrimonio le devuelve la vista" (G.C. Liechtenberg). Además, a los novios hay que decirles: "Cuando sean novios tengan los dos ojos bien abiertos, pero luego, cuando se casen, deben de cerrar uno" (B. Franklin).

Un dicho más: "Si te vas de viaje reza una vez, si te vas a la guerra reza dos veces, pero si te vas a casar reza mil veces" (refrán ruso). Y un dicho de mi propio pensamiento: "Hay que casarse por la Iglesia, por lo civil y por haberlo pensado muy bien".

La verdad es que el matrimonio exige una lucha diaria, para caminar juntos creciendo en el amor. Y el matrimonio más santo que ha existido en la historia lo conformaron Jóse y María. Ambos, movidos por el Espíritu Santo, decidieron libremente vivir el matrimonio de forma virginal.


P. Carlos Rosell De Almeida




PRIVADOS DE ESPÍRITU PROFÉTICO


PRIVADOS DE ESPÍRITU PROFÉTICO



Sabemos que la oposición a Jesús se fue gestando poco a poco: el recelo de los escribas, la irritación de los maestros de la ley y el rechazo de los dirigentes del templo fueron creciendo hasta acabar en su condena y ejecución en la cruz.

También lo sabe el evangelista Lucas. Pero, intencionadamente, forzando incluso su propio relato, habla del rechazo frontal a Jesús en la primera actuación pública que describe. Desde el principio han de tomar conciencia los lectores de que el rechazo es la primera reacción que encuentra Jesús entre los suyos al presentarse como Profeta.

Lo sucedido en Nazaret no es un hecho aislado. Algo que sucedió en el pasado. El rechazo a Jesús cuando se presenta como Profeta de los pobres, liberador de los oprimidos y perdonador de los pecadores, se puede ir produciendo entre los suyos a lo largo de los siglos.

A los seguidores de Jesús nos cuesta aceptar su dimensión profética. Olvidamos casi por completo algo que tiene gran importancia. Dios no se ha encarnado en un sacerdote, consagrado a cuidar la religión del Templo. Tampoco en un letrado ocupado en defender el orden establecido por la Ley. Se ha encarnado y revelado en un Profeta enviado por el Espíritu a anunciar a los pobres la Buena Noticia y a los oprimidos la liberación.

Olvidamos que la religión cristiana no es una religión más, nacida para proporcionar a los seguidores de Jesús las creencias, ritos y preceptos adecuados para vivir su relación con Dios. Es una religión profética, impulsada por el Profeta Jesús para promover un mundo más humano, orientado hacia su salvación definitiva en Dios.

Los cristianos tenemos el riesgo de descuidar una y otra vez la dimensión profética que nos ha de animar a los seguidores de Jesús. A pesar de grandes manifestaciones proféticas que se han ido dando en la historian cristiana, no deja de ser verdad lo que afirma el reconocido teólogo H. von Balthasar: A finales de siglo segundo «cae sobre el espíritu profético de la Iglesia una escarcha que no ha vuelto a quitarse del todo».

Hoy, de nuevo, preocupados por restaurar «lo religioso» frente a la secularización moderna, los cristianos corremos el peligro de caminar hacia el futuro privados de espíritu profético. Si es así, nos puede suceder lo que a los vecinos de Nazaret: Jesús se abrirá paso entre nosotros y «se alejará»para proseguir su camino. Nada le impedirá seguir su tarea liberadora. Otros, venidos de fuera, reconocerán su fuerza profética y acogerán su acción salvadora.


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc (4,21-30)

HOY ES LA FIESTA DE SAN BLAS, 3 DE FEBRERO


Hoy es la fiesta de San Blas, patrono de enfermedades de la garganta y laringólogos
Redacción ACI Prensa





San Blas, médico y Obispo de Sebaste, Armenia, era conocido por obtener curaciones milagrosas con su intercesión. Cierto día salvó a un niño que se ahogaba por una espina de pescado que se le había trabado en la garganta. De aquí la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta, 3 de febrero.

San Blas hizo vida eremética en una cueva del Monte Argeus y, según la leyenda, también se le acercaban los animales enfermos para que los curase. Sin embargo, no era interrumpido cuando el santo estaba en oración.

Por ese tiempo se produjo la persecución contra los cristianos de Agrícola, gobernador de Cappadocia. Cuando los cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus, encontraron a muchos de ellos que estaban esperando fuera de la cueva donde estaba San Blás.

El santo justo se encontraba orando y fue tomado prisionero. Agrícola trató de que San Blas renegara de la fe, pero no lo consiguió. El tiempo en la prisión le sirvió al santo para interceder a Dios y lograr que algunos presos se curen.

San Blas fue echado a un lago, pero con la gracia de Dios se mantuvo parado sobre la superficie. Luego con valentía invitaba a los perseguidores a caminar sobre las aguas para que demuestren el poder de sus supuestos dioses, pero lo malvados se ahogaban.

Cuando el santo volvió a tierra fue torturado y decapitado. De esta manera murió mártir y partió a la Casa del Padre en el 316 D. C.



Biografía de San Blas


Al principio ejercía la medicina, y aprovechaba de la gran influencia que le daba su calidad de excelente médico, para hablarles a sus pacientes en favor de Jesucristo y de su santa religión, y conseguir así muchos adeptos para el cristianismo.

Al conocer su gran santidad, el pueblo lo eligió obispo.

Cuando estalló la persecución de Diocleciano, se fue San Blas a esconderse en una cueva de la montaña, y desde allí dirigía y animaba a los cristianos perseguidos y por la noche bajaba a escondidas a la ciudad a ayudarles y a socorrer y consolar a los que estaban en las cárceles, y a llevarles la Sagrada Eucaristía.

Cuenta la tradición que a la cueva donde estaba escondido el santo, llegaban las fieras heridas o enfermas y él las curaba. Y que estos animales venían en gran cantidad a visitarlo cariñosamente. Pero un día él vio que por la cuesta arriba llegaban los cazadores del gobierno y entonces espantó a las fieras y las alejó y así las libró de ser víctimas de la cacería.

Entonces los cazadores, en venganza, se lo llevaron preso. Su llegada a la ciudad fue una verdadera apoteosis, o paseo triunfal, pues todas las gentes, aun las que no pertenecían a nuestra religión, salieron a aclamarlo como un verdadero santo y un gran benefactor y amigo de todos.

El gobernador le ofreció muchos regalos y ventajas temporales si dejaba la religión de Jesucristo y si se pasaba a la religión pagana, pero San Blas proclamó que él sería amigo de Jesús y de su santa religión hasta el último momento de su vida.

Entonces fue apaleado brutalmente y le desgarraron con garfios su espalda. Pero durante todo este feroz martirio, el santo no profirió ni una sola queja. El rezaba por sus verdugos y para que todos los cristianos perseveraran en la fe.

El gobernador, al ver que el santo no dejaba de proclamar su fe en Dios, decretó que le cortaran la cabeza. Y cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio iba bendiciendo por el camino a la inmensa multitud que lo miraba llena de admiración y su bendición obtenía la curación de muchos.

Pero hubo una curación que entusiasmó mucho a todos. Una pobre mujer tenía a su hijito agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta. Corrió hacia un sitio por donde debía pasar el santo. Se arrodilló y le presentó al enfermito que se ahogaba. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza al niño y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niñito recobró su salud. El pueblo lo aclamó entusiasmado.

Le cortaron la cabeza (era el año 316). Y después de su muerte empezó a obtener muchos milagros de Dios en favor de los que le rezaban. Se hizo tan popular que en sólo Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. Su país, Armenia, se hizo cristiano pocos años después de su martirio.

En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta. El 3 de febrero bendecían dos velas en honor de San Blas y las colocaban en la garganta de las personas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta". Cuando los niños se enfermaban de la garganta, las mamás repetían: "San Blas bendito, que se ahoga el angelito".

A San Blas, tan amable y generoso, pidámosle que nos consiga de Dios la curación de las enfermedades corporales de la garganta, pero sobre todo que nos cure de aquella enfermedad espiritual de la garganta que consiste en hablar de todo lo que no se debe de hablar y en sentir miedo de hablar de nuestra santa religión y de nuestro amable Redentor, Jesucristo.



Oración a San Blas para pedir favores



Glorioso san Blas,
Tú que te retiraste a una cueva
alejándote del mundo
para mejor hablar con Dios,
haz que encontremos
nuestra propia plática con Él.

Tú que confiaste en la fuerza de Dios,
y en su infalible capacidad y poder,
y que por medio de obras y milagros
conseguiste convertir a los que no creían,
transforma nuestra desesperanza en fe,
cambia nuestros lamentos por gozo
y convierte nuestra escasez en abundancia.

Glorioso San Blas de Sebaste
que a la llamada del Señor
respondiste ofreciendo el cáliz del martirio
y fuiste perseguido y cruelmente torturado
otórganos tu santa intercesión.

San Blas médico y mártir,
portento de bondad y compasión
que tanto consuelo, amor y milagros diste,
que incluso en el largo camino a prisión
la gente imploraba tu bendición,
el remedio de sus males
y la curación de sus dolencias,
te rogamos nos favorezcas
en estos momentos de gran pesar:

(hacer la petición)

¡Oh san Blas, obispo de Sebaste!
os suplicamos vuestra mediación
para que llevéis ante el trono del Altísimo
esta necesidad que hoy nos aflige,
que nuestras suplicas sean oídas y atendidas,
y que no nos falte nunca la voz
para cantar contigo las alabanzas del Señor,
buscar su voluntad,
implorar su perdón y misericordia Divina
y pedirle fuerzas para servirle mejor. 

Amén.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.

COMULGAR SIN CONFESARSE? CUIDADO!


¿Comulgar sin confesarse? ¡Cuidado!
Quien come y bebe el cuerpo y la sangre del Señor sin discernir, come y bebe su propia perdición (1 Cor 11,29)


Por: . | Fuente: PildorasDeFe.net 




Cualquier observador atento de las celebraciones litúrgicas habrá constatado un fenómeno generalizado que se está convirtiendo en algo normal. A saber:

-Ha disminuido alarmantemente, el número de fieles que acceden al sacramento del perdón.
-Ha aumentado considerablemente, el número de fieles que se acercan a comulgar.
-Bastantes celebraciones sacramentales (bautizos, bodas, funerales... ), para muchos asistentes, son meros actos sociales.

La enseñanza de la Iglesia, basada en la Palabra de Dios, ha sido constante a lo largo de los siglos. Siempre ha enseñado que para comulgar, se precisa estar en gracia de Dios -sin pecado grave en la conciencia- y guardar el ayuno pertinente.

En la preciosa encíclica del Papa San Juan Pablo II sobre la Iglesia y la Eucaristía en su nº 36c, el Papa ha dejado clara la enseñanza oficial de la Iglesia expuesta en el Catecismo, en el Código de Derecho canónico y “la vigencia de la norma del Concilio de Trento concretando la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para recibir dignamente la Eucaristía, “debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal”.

No es exagerado afirmar que muchos de los que se acercan a comulgar no reúnen las condiciones necesarias para ello; sea por ignorancia, por falta de fe, por rutina o mimetismo (¿dónde va Vicente?...) o por estar en pecado grave, incluso años sin confesarse etc...

Esta praxis está llevando a una trivialización del sacramento principal de la Iglesia y a un falseamiento de la conciencia de muchos bautizados. Los responsables directos de cada celebración eucarística (abusos, sacrilegios etc ...) son los ministros ordenados, obispos y sacerdotes, que presiden las mismas.

A falta de una catequesis adecuada y previa ¿No cabría una advertencia hecha con todo respeto a los presentes, antes de dar la comunión?. Verbi gratia. No hay obligación de acercarse a comulgar... Los que vayan a hacerlo, examinen su conciencia ante Dios y vean si están en su santa gracia. El tomar conciencia de este fenómeno es urgente, muy grave y de la máxima responsabilidad.

Actúese en consecuencia.

EL PAPA FRANCISCO REZA ANTE LA VIRGEN POR LOS FRUTOS DE SU VIAJE A LOS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS




El Papa reza ante la Virgen por los frutos de su viaje a los Emiratos Árabes Unidos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



Como es tradición antes de comenzar su viaje, el Papa Francisco acudió en la tarde del sábado 2 de febrero a la Basílica Pontificia de Santa María Mayor, en Roma, para encomendar a la Virgen la visita apostólica a los Emiratos Árabes Unidos que emprenderá este domingo 3 de febrero.

Según explicó el Director de la Sala de Prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, mediante un mensaje difundido en su perfil de la red social Twitter, el Santo Padre se recogió en oración durante unos instantes ante la imagen de la Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano).

“En la vigilia del viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos, el Papa Francisco se ha acercado esta tarde a Santa María Mayor, donde se ha recogido en oración”, informó Gisotti en su tuit.

El Pontífice tiene como tradición acudir a los pies de la Santísima Virgen en esta importante Basílica Pontificia antes de iniciar y después de concluir sus viajes internacionales.

El Papa se dirigirá al aeropuerto de Roma-Fiumicino tras el rezo del Ángelus este domingo 3 de febrero y despegará a las 13,00, hora de Roma. La hora prevista de llegada al Aeropuerto Presidencial de Abu Dhabi es a las 22,00, hora local.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE FEBRERO 2019


Lecturas de hoy Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 3 de febrero de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (1,4-5.17-19):

EN los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.
Tú cíñete los lomos:
prepárate para decirles todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo,
o seré yo quien te intimide.
Desde ahora te convierto en plaza fuerte,
en columna de hierro y muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá,
frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

V/. A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído y sálvame. R/.

V/. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

V/. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

V/. Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):

Hermanos:
Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.
Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.
Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.
Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.
En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 3 de febrero de 2019
Fernando Torres cmf


Un profeta positivo

      De entrada parece que todos los profetas lo son siempre de desgracias. Nos anuncian un futuro incierto y entre las sombras que vislumbran nos hablan de amenazas, cataclismos, guerras, epidemias y no sé cuantas otras cosas. Todas malas. Todas negativas. Sus palabras se convierten en amenazas que llegan hasta dentro y rompen la poquita armonía y paz que, quizá, habíamos conseguido establecer en nuestra vida. 

      Jesús, está claro, es un profeta. Pero no es de esos a lo que estamos acostumbrados. Es muy diferente. No hace ruido. No entra en nuestra vida con grandes gritos ni aspavientos. Apenas unas palabras sencillas. En el Evangelio, continuación del del domingo pasado, hace una de las homilías más breves de la historia. No hace más que recoger lo que ha leído en un texto del profeta Isaías y decir que todo eso se ha cumplido ya. Era un texto que hablaba de liberación para los oprimidos, de consolación para los afligidos, de salud para los enfermos, de libertad para todos. Era el anuncio de la buena nueva de Dios para todos. 

      En la segunda lectura, Pablo explica también el núcleo del mensaje de Jesús. Es un texto ya conocido pero que vale la pena volver a leerlo y releerlo. Muchas veces. Y llevarlo en la cartera. Y en la mente y en el corazón. Dice que la mejor forma de vivir en cristiano es amar. Ése es el carisma mejor. Explica lo que es amar. Es un amar como el de Jesús, que da la vida por todos, sin medida, sin condiciones. Es el mismo amor de Dios. Porque el cristiano está llamado a vivir el amor de Dios. Pablo explica lo que es y lo que no es el amor. Nos recuerda que sin ese amor nada tiene sentido. Podemos trabajar mucho, dar mucho dinero a los pobres, rezar horas y horas, ayudar en la parroquia y muchas otras cosas. Si todo eso se hace sin amor, no vale nada. Es pura pérdida de tiempo. 

      Ése es el centro del mensaje del profeta Jesús. Como se ve, no contiene amenazas sino una invitación a vivir en el amor. No habla de un futuro tenebroso sino de un presente lleno de luz y de sentido. En el amor descubrimos la presencia de Dios cerca de nosotros. En el amor se nos hace transparente que los que nos rodean son nuestros hermanos y hermanas, aunque a veces nos parezca que actúan como si no lo fueran. En el amor, la vida se nos hace más vivible y somos más felices. Lo curioso es que la reacción ante el mensaje de Jesús fue de total oposición. Si les hubiese amenazado con el diluvio final, posiblemente le hubiesen escuchado más. Pero el mensaje de Jesús descolocaba a sus oyentes, les invitaba demasiado a cambiar de vida. Nosotros somos hoy a la vez oyentes del mensaje de Jesús y portavoces para el mundo. Con nuestra vida demostraremos que vivir el amor abre un futuro mejor para la humanidad y para el mundo. 



Para la reflexión

      ¿Somos los cristianos profetas en nuestra sociedad? ¿Cuál es el contenido de nuestra profecía? ¿Qué mensaje ofrecemos con nuestra vida? ¿Y con nuestras palabras? ¿Cuál es el más valioso?

FELIZ DOMINGO




sábado, 2 de febrero de 2019

DON BOSCO TE ANIMA


Don Bosco te anima



Entre los múltiples talentos que tuvo san Juan Bosco está el de escritor. Por varios años cada mes producía un opúsculo popular para una colección llamada “Lecturas católicas”. Se empeñó en redactar con estilo sencillo y claro para que cualquiera pudiera entender fácilmente. Con ese fin leía los borradores a su madre Margarita, y corregía toda palabra que no comprendiera. He aquí algunos pensamientos simples pero luminosos de este admirable santo.

La vida es demasiado corta. Hay que hacer de prisa lo poco que se pueda, antes que nos sorprenda la muerte. Los ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido. Las espinas de la vida serán las flores de la eternidad. A la hora de la muerte se ven las cosas desde otro punto de vista. ¿Quieres llevar contigo el dinero a la eternidad? Da limosna a los pobres. Hagamos el bien que podamos y no aguardemos la recompensa del mundo, sino solamente de Dios. Un rinconcito del paraíso lo arregla todo.

Como los santos, Don Bosco vivió en la tierra sumergido en múltiples tareas y aspiraciones, en especial buscaba la promoción de los jóvenes humildes a una vida más digna. Pero se notaba siempre que su corazón estaba en la eternidad, en los bienes celestiales que pagarían con creces su dedicación total a sus queridos jóvenes.



* Enviado por el P. Natalio

PENSAMIENTOS DE SAN JUAN BOSCO


Pensamientos de Don Bosco



🌸 “Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma”

🌸 “El dinero no puede satisfacer el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es esto lo que produce la verdadera satisfacción”

🌸 “A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan”

🌸 “Por mucho que nos critiquen sigamos nuestro trabajo adoptando el siguiente sistema y precioso lema: obrar bien y dejar a la gente que hable”

🌸 “Haced todo el bien que esté a vuestro alcance, pero sin ostentación; la violeta aunque esté escondida, se descubre por su fragancia”

UN RATITO CON SAN JOSÉ: VIVIR LA JUSTICIA


UN RATITO CON SAN JOSÉ
Vivir la justicia



Estamos viviendo en una sociedad donde reinan las injusticias de todo tipo. Y la fuente de todas las injusticias es el pecado. Todo pecado es siempre una injusticia (cf. Lc 16,8; Rm 1,18). ¿Por qué? Porque al pecar usamos los dones que Dios mismo nos ha dado, como la inteligencia, la voluntad, la sexualidad, etc., para ir contra Él.

Y somos injustos con Dios cuando no le damos a Él todo lo que merece. Por ejemplo, cuando no rezamos, no vamos a la Santa Misa, no le damos gracias por los dones recibidos, etc. Y cuando no somos justos con Dios, nos volvemos injustos con los demás. Basta ver tanta miseria en nuestra sociedad para darnos cuenta de lo que ocasionan las injusticias.

Acudamos siempre a San José para que nos ayude a relacionarnos correctamente con Dios y con los demás. Podemos rezarle así: "San José, tú que eres llamado el varón justo, te pido que intercedas por mí ante Jesús para que yo practique siempre la justicia. Que así sea."


P. Carlos Rosell De Almeida

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 2 DE FEBRERO 2019 - LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR


Lecturas de hoy Presentación del Señor
Hoy, sábado, 2 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23

R/. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria? 
El Señor, héroe valeroso; 
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. 
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. 

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 2 de febrero de 2019
 Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:

La fiesta de la Presentación del Señor viene a recordarnos la Navidad, unas semanas después del Bautismo del Señor. Fiesta de la luz, que viene a iluminar toda oscuridad.

En el relato del Evangelio, se da un encuentro entre los ancianos y los jóvenes. Algo que el Papa Francisco está recordando frecuentemente que siempre puede ser fructífero. La juventud extrema de Jesús, y de su madre María, contrasta con la ancianidad de Samuel y de Ana. Estos dos ancianos tienen la sabiduría que dan los años para reconocer la luz, para decir una palabra adecuada, para confiar y confiarse a Dios. Para agradecer de corazón. Para llevar a otros la Buena Noticia.

La ancianidad puede considerarse hoy en algunos lugares como una edad sin valor. Frente a la fuerza de los jóvenes y a la capacidad de trabajo de los adultos, los ancianos parecerían un estorbo, sin fuerza ni mucha capacidad de acción. Y sin embargo, la Palabra de Dios nos ofrece varios ejemplos de personas ancianas que abren camino a la Luz: Abraham y Sara, que confían en medio de la adversidad, y se ponen en camino; Job, que se mantienen fiel en la desgracia; Isabel, que concibe una nueva vida cuando ya tenía muchos años…

Para acoger el Reino y ser cauce de la luz de Cristo no hay límite de edad. Lo pueden ser los jóvenes, con su fuerza, y también los ancianos, con su experiencia.

Si eres mayor, puedes agradecer al Señor todo lo recibo, que te hacen tener una experiencia acumulada con la que acompañar y alentar a los más jóvenes.

Si eres joven, escucha a los mayores, respétales y aprende de su experiencia, a la vez que aportas tu fuerza y tu juventud.

En la fiesta de la Presentación del Señor, jóvenes y mayores tienen su lugar. Que también en nuestro mundo los más jóvenes y los más mayores podamos tener nuestro lugar y nuestra aportación a la vida.

Vuestro hermano en la fe:                
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

EL PAPA FRANCISCO PIDE A LOS PARLAMENTARIOS QUE TRABAJEN POR EL BIEN COMÚN


El Papa Francisco pide a los parlamentarios que trabajen por el bien común
Redacción ACI Prensa
 Foto: Marina Testino / ACI Prensa




El Papa Francisco recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano este sábado 2 de febrero a una delegación del Consejo Nacional del Principado de Mónaco (órgano legislativo de este pequeño país europeo).

Ante ellos, el Santo Padre animó a los parlamentarios a “trabajar juntos, sin pausa, por el bien común. Debéis tener siempre en mente la búsqueda de un futuro para cada ciudadano, en el respeto fundamental de los valores que son la dignidad de las personas y de toda vida humana, así como el respeto a las instituciones del Principado”.

Además, también alabó el compromiso de las autoridades de Mónaco con la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.


“Hoy se suma el desafío del calentamiento climático y de sus consecuencias que ponen en peligro a los habitantes, con frecuencia en situaciones precarias, de las regiones marítimas de nuestro planeta”.  

También destacó que los trabajos de los legisladores de Mónaco en el ámbito humanitario: “Vosotros hacéis mucho por acudir en ayuda ante dificultades de todo tipo, en colaboración con la Iglesia Católica y otras confesiones cristianas, así como con numerosas ONG”.

En este sentido, recordó que “nuestra responsabilidad es grande, especialmente con los jóvenes, para que ellos encuentren en nosotros a adultos que confíen en ellos y alientes sus talentos para comprometerse con el servicio al bien común de su país y del mundo entero”.


“En un tiempo de creciente desconfianza y de egoísmo, a veces incluso de rechazo, es urgente tejer vínculos entre las personas y los países, con el fin de que crezca en cada uno el sentimiento alegre de la propia responsabilidad en cuanto que se es habitante del mundo, ciudadano y actos del futuro”.

Por lo tanto, “para repensar nuestro destino común y construirlo, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad y emprender el camino de la paz con uno mismo, de la paz con los otros y de la paz con la creación”.

“Esta es la política de la paz que os invito a promover, cada uno de vosotros y todos juntos con la alta misión que se os ha sido confiada”, concluyó el Papa.

HOY ES LA FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO


Hoy es la fiesta de la Presentación del Señor
Redacción ACI Prensa





Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, donde se realiza el encuentro con Simeón y Ana, que se entiende como el encuentro del Señor con su pueblo, y además se realiza la purificación ritual de la Virgen María.

En esa época cuando nacía el primogénito era llevado a los cuarenta días al Templo para su presentación, así como lo describe la Ley de Moisés, por eso desde el 25 de diciembre que se celebra el nacimiento del Verbo encarnado al 2 de febrero, José y María cumplieron con llevarlo a consagrar.


Al llegar al Templo, se encuentran con Simeón, a quien el Espíritu Santo prometió que no moriría sin antes ver al Salvador del mundo, y fue el mismo Espíritu quien le dijo al profeta que ese pequeño niño era el Redentor y Salvador de la humanidad.

También en este día se encontraba en el Templo la hija de Fanuel de la Tribu de Aser, de nombre Ana, de edad muy avanzada; Ana enviudó a los 7 años de haberse casado y permaneció así hasta los 84 años, y paraba día y noche en el Templo sirviendo a Dios y ofrecía ayunos y oraciones. Ana al ver al niño alababa a  Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

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La presentación del Señor




Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad. Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo. Navidad, epifanía, presentación del Señor son tres paneles de un tríptico litúrgico.

Es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. La peregrina Eteria, que cuenta esto en su famoso diario, añade el interesante comentario de que se "celebraba con el mayor gozo, como si fuera la pascua misma"'. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, si no antes, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad.

Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. San Lucas narra el hecho en el capítulo 2 de su evangelio. Obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él 1.

Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora. Pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.

La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas son rasgos chocantes de la celebración actual. El misal romano ha mantenido estas costumbres, ofreciendo dos formas alternativas de procesión. Es adecuado que, en este día, al escuchar el cántico de Simeón en el evangelio (Lc 2,22-40), aclamemos a Cristo como "luz para iluminar a las naciones y para dar gloria a tu pueblo, Israel".
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