jueves, 25 de octubre de 2018

IMÁGENES DE DISEÑOS CATÓLICOS CON PENSAMIENTOS CRISTIANOS







































































EL ESCLAVO Y EL LEÓN


El esclavo y el león




Grande es la bondad de Dios que puso al hombre en medio del escenario maravilloso de su creación. Además de variadísimas especies de plantas, creó los animales, siempre sorprendentes, en todas las zonas y paisajes de nuestro planeta. Tratemos de no “hacer de la Tierra un Infierno para los pobres animales”.

El esclavo Androcles se escapó un día y corrió a ocultarse en el bosque. Mientras caminaba sin rumbo halló a un león acurrucado, que gimiendo le suplicó: —Por favor, ayúdame. Tropecé con una planta y una espina se me enterró en la garra y me duele mucho. El esclavo lo examinó y extrajo la espina. El león lo invitó a su cueva donde compartieron el alimento. Pero días después el esclavo y el león fueron encontrados. Conducido Androcles ante el emperador, fue condenado a ser devorado por los leones. Una vez en la arena, fue soltado un león, y al acercarse a él reconoció a su bienhechor y lo lamió cariñosamente como un gato a su dueño. Sorprendido el emperador por lo que veía y conocida la historia, perdonó al esclavo y liberó en el bosque al león (Esopo).

El filósofo Arthur Schopenhauer escribió: “La compasión con los animales está ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar que, quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una conmiseración por todos los seres vivos es prueba firme y segura de la conducta moral”. Admiremos y respetemos la naturaleza.




* Enviado por el P. Natalio

HA HECHO PRODIGIOS


Ha hecho prodigios



La Biblia narra la historia de la salvación humana. Es una historia de bondad y misericordia. La meditación de las obras portentosas del Señor, proclamado una y otra vez en las sagradas páginas autor de maravillas, enciende en el alma el deseo de glorificarlo y bendecirlo. Los salmos con palabras inspiradas cantan las maravillas del Señor en mi favor.

- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.

- Bendice, alma mía al Señor, y no olvides nunca sus beneficios.
- Ha hecho por mí, prodigios de misericordia.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Bendito el Señor, que ha hecho por mí prodigios de misericordia.

El eje de la historia de la salvación empieza con la rebelión y caída del hombre creado por Dios. Desde el primer libro el Señor despliega un plan de redención universal a partir de unas tribus dedicadas a servirlo con una vida honesta. De este pueblo, cuidado paternalmente por Dios con líderes y profetas, saldrá el Mesías redentor que traerá del Cielo la salvación prometida. Es una historia que nos implica a todos y que ofrece lecciones sabias y prudentes: camino de salvación personal y colectiva. Aficiónate a meditar esas palabras que son espíritu y vida 



* Enviado por el P. Natalio

QUÉ NOS GRITA DIOS EN SUS SILENCIOS?


¿Qué nos grita Dios en sus silencios?
Tengo que aprender a creer en Él, incluso cuando calla


Por: Silvia Ordoñez | Fuente: Catholic-link.com 




A lo largo de la historia de la humanidad y en muchos relatos de la Biblia, el hombre ha pasado por duras batallas y largas caminatas por desiertos aparentemente interminables. Es decir, el sufrimiento y la sensación de pérdida siempre han estado presentes. En la vida de cada uno de nosotros también se nos manifiestan, en alguna etapa con mayor intensidad, estas tempestades en las que sentimos que nos ahogamos o nos perdemos sin escapatoria.

Me gusta este video porque nos hace ver que no somos los únicos que pasamos por estos momentos difíciles en los que nos sentimos atrapados dentro de un laberinto sin salida en el que muchas veces nos golpeamos contra las paredes en intentos fallidos por salir con nuestras propias fuerzas. Pero, la pregunta es: ¿qué podemos hacer ante esta situación?



1. Aceptar lo que nos está sucediendo   
El primer paso para superar estas situaciones complejas por las que pasamos es aceptarlo y buscar ayuda en Dios y en los demás. Pensemos que muchas personas (incluyendo la chica del video y yo) hemos pasado por estas adversidades. Es por eso que Jesús, al hacerse partícipe de nuestra condición humana, pudo entender mejor nuestros sufrimientos y tuvo que pasar por lo mismo que nosotros: decepciones, traiciones, blasfemias, e incluso la muerte en la Cruz.

2. Hablar con Dios     
Es bueno que le expresemos a Dios cómo nos estamos sintiendo, que le expliquemos que estamos abrumados y no encontramos su presencia. El mismo Jesús llegó a sentirse de esa manera y en la oración en el Huerto de los Olivos expresó su miedo diciendo: «¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz! Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42) y cerca de la hora de su muerte exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27, 45-46). Pero su arma más poderosa para el combate de estas tribulaciones fue la oración, así que, siguiendo su ejemplo, oremos mucho, hablemos con Él y contémosle lo que pensamos y cómo nos sentimos.


3. Escuchar a Dios
Así como hablamos con Dios y le pedimos cosas, quizás sea un buen momento para empezar a preguntarnos: ¿qué es lo que Él quiere de mí? A veces sentimos que lo único que viene de Dios son silencios y que no nos ayuda a encontrar respuestas, le rogamos señales y nos quejamos; pero seguramente somos nosotros quienes, al estar tan enfocados en lo que queremos, tapamos nuestros oídos ante los pedidos de Dios y la misión que se nos ha confiado. A través de esa misión, Jesús busca que seamos felices, pero solamente lo lograremos amando también nuestra Cruz.    

4. Vivir con esperanza y humildad
Para poder llevar a cabo aquello que Dios nos pide debemos cultivar dos virtudes principales: la esperanza y la humildad. Se debe ser humildes para aceptar los pedidos del Señor y no perder la esperanza, que como la define el Papa Francisco: «Es tener la certeza de que yo estoy en camino hacia algo que es y no lo que yo quiero que sea». Esa espera «significa e implica un corazón humilde, pobre».  Solo manteniéndonos en la esperanza y perseverando con humildad, será más fácil ampliar nuestros horizontes y volver a soñar.     

5. Tener verdadera confianza en Él
Cuando nos sentimos abandonados por todos, sin esperanza de encontrar algo mejor, es cuando más difícil se nos hace creer y entender qué es lo que Dios quiere para nosotros o qué espera que hagamos.  En este punto, San Josemaría Escrivá, nos propone vivir un camino que él llama “infancia espiritual”, que implica volvernos con Dios como un niño de 2 años que se abandona completamente en las manos de sus padres. Afirma: «siendo niños no tendréis penas: los niños olvidan en seguida los disgustos para volver a sus juegos ordinarios. Por eso, con el abandono, no habréis de preocuparos, ya que descansaréis en el Padre» (Camino, San Josemaría Escrivá, 864).

Si sientes que estás atravesando por un árido desierto o una tormenta torrencial, recuerda que «a veces Dios permite desiertos para enseñarnos, para formarnos y hacernos crecer. Y es en esos desiertos más oscuros dónde terminamos entendiendo más de Él. Dónde terminamos sintiendo su calma, aún en medio de cualquier tempestad. Búscalo, espera y cree. Él está».

PADRES SINODALES PEREGRINAN A SAN PEDRO Y HACEN LA PROFESIÓN DE FE CON EL PAPA FRANCISCO


Padres Sinodales peregrinan a San Pedro y hacen la profesión de fe con el Papa
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Esta mañana los Padres Sinodales que participan en el Sínodo de los Jóvenes peregrinaron hasta la tumba de San Pedro e hicieron la profesión de fe ante la tumba del primer Papa.

Los obispos y cientos de jóvenes recorrieron una parte de la llamada “Vía Francígena” (El camino que viene de Francia), una ruta de peregrinación que comienza en la Catedral de Canterbury en Inglaterra, pasando por Francia y Suiza, hasta la Basílica de San Pedro en Roma, y que sigue luego hasta Jerusalén.

Los prelados y los jóvenes recorrieron el último tramo de la etapa 45, desde el Monte Mario hasta la Basílica Vaticana en Roma, donde fueron recibidos por el Papa Francisco.

Durante la peregrinación, todos rezaron el Rosario y las dos plegarias propuestas por el Pontífice para defender a la Iglesia ante los ataques del demonio: la oración Sub tuum presídium (Bajo tu amparo), dirigida a la Virgen María; y la oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII.

Al final de la peregrinación promovida por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, presidido por el Arzobispo Rino Fisichella, el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, presidió una Misa en la que el Papa dirigió la profesión de fe con todos los presentes en la forma de preguntas y respuestas con el contenido de la oración del Credo.

“Hoy deseamos acoger el sentido de esta peregrinación. Estamos celebrando juntos con Pedro el Sínodo de los Jóvenes, hemos profesado nuestra fe y ahora queremos acoger el significado de Pedro. De su vida y vocación. Aquí todo habla de Pedro y pedro nos muestra cómo vivir como cristianos”, dijo Mons. Fisichella en su homilía.

El Arzobispo recordó luego el Evangelio de San Lucas que relata que San Pedro se sorprendió cuando el Señor lo llamó cuando no había pescado nada.

“Pedro no conocía Jesús pero estaba fascinado, ¿cómo podía decirle a un pescador de profesión qué cosa hacer? Pedro estaba cansado y desilusionado (…) pero confió en Él. La confianza que puso en Jesús sin conocerlo. De allí la primera enseñanza: sin mí no pueden hacer nada. Pedro lentamente comprende que necesita la gracia de Dios porque sin Él no podemos hacer nada”.

“Apenas Pedro vio que confiar en Jesús da fruto, tomó consciencia de quien es Jesús. Y Jesús no deja a Pedro pecador, le dice que no tema, que será pescador de hombres, y que siga cercano a Él”.

El Evangelio muestra que “Pedro es generoso como es típico en los jóvenes” porque “deja todo y sigue a Jesús, no duda en seguir al Maestro por tres años”.

A pesar de su traición, pese a haber negado tres veces a su Señor, Pedro “rezará de rodillas ante Dios. Pedro reza y es capaz del don del martirio y con ello cumple su vocación”, concluyó el Arzobispo.

Al final de la Misa el Papa Francisco rezó la siguiente oración:

Padre Omnipotente,

que has iluminado al Apóstol Pedro,

para que te proclamara a ti Dios vivo y verdadero,

y a Cristo tu único hijo,

Tú que lo has unido a su Maestro en la gloriosa pasión,

confírmanos en tu verdad y tu amor

y danos, por su intercesión,

la victoria sobre el pecado y la verdadera libertad de espíritu.

Por Cristo nuestro Señor,

Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 Octubre



Jesús nos propone tres aspectos, tres grados, tes dimensiones en nuestra relaciones con nuestro prójimo:

- sean misericordiosos... y la misericordia, la compasión, se realiza con el prójimo; el que es misericordioso no se atreverá nunca a hacer sufrir a los demás y cuando ve que los demás sufren, se siente tocado por ese mismo sufrimiento;

- no juzguen: esto es también difícil de practicar; Jesús nos dice que no juzguemos; no estamos en condiciones de hacerlo porque no conocemos la profundidad, las intenciones o los móviles de los demás a los que pretendemos enjuiciar.

- perdonen: no queramos ser jueces, pero tampoco pretendamos ser verdugos.


P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO: CONOCER A CRISTO ES UNA AVENTURA QUE REQUIERE DOS PASOS


Papa Francisco: Conocer a Cristo es una aventura que requiere dos pasos
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




En la Misa que presidió esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco afirmó que “conocer a Cristo es una aventura en serio” que requiere dos pasos que todo fiel puede realizar.

El Santo Padre explicó que ante la pregunta “¿Quién es Cristo para ti?” es necesario “no contentarse con decir tres o cuatro palabras correctas sobre Jesús” como las que se recita en la oración del Credo, ya que “conocer a Jesús es una aventura, pero una aventura en serio, no una aventura de niños”.

Según informa Vatican News, para explicar los dos pasos que se deben seguir para conocer al Señor, el Papa puso de ejemplo a San Pablo y dijo que la pregunta sobre Cristo puede ser difícil de responder porque “nos avergüenza un poco” ya que para responderla “debo llegar a mi corazón”, es decir partir de la experiencia.

Ante la pregunta, San Pablo dirá que Cristo “Me amó y se entregó por mí”. “El primer paso para el conocimiento de Cristo, para entrar en este misterio, es el conocimiento del propio pecado, de los propios pecados”.

San Pablo experimentó esta realidad “que necesita ser redimida” ya que cada uno debe “pagar el derecho de decirse ‘hijo de Dios’. Todos lo somos, pero es necesario decirlo, sentirlo, era necesario el sacrificio de Cristo”.

En el sacramento de la Reconciliación, continuó Francisco, “decimos nuestros pecados, pero una cosa es decir nuestros pecados” y otra es reconocerse pecadores “capaces de hacer cualquier cosa, reconocerse sucios”.


El segundo paso es el de la contemplación, la oración. “Hay una oración bella de un santo: ‘Señor, que Te conozca y me conozca’. Conocerse uno mismo y conocer a Jesús”.

“El mismo San Pablo lo dice: ‘Él tiene todo el poder de hacer mucho más de cuanto podemos preguntar o pensar. Tiene la potencia de hacerlo pero debemos pedirlo. ‘Señor, que yo te conozca, que cuando yo hable de ti, no diga palabras de papagayo sino palabras nacidas de mi experiencia' y como San Pablo pueda decir ‘Me amó y se entregó por mí’, y que pueda decirlo con convicción”, dijo el Papa.

“Esta es nuestra fuerza, este es nuestro testimonio. Cristianos de palabra tenemos muchos, también nosotros lo somos muchas veces. Esta no es la santidad. La santidad es ser cristianos que obran en la vida lo que Jesús nos ha enseñado y lo que Jesús ha sembrado en el corazón”.

Entonces, concluyó el Santo Padre, “el primer paso es conocerse uno mismo: pecadores. Sin este conocimiento y sin esta confesión interior de que soy un pecador no podemos ir adelante. El segundo paso: la oración al Señor que con su potencia nos hace conocer este misterio de Jesús que es el fuego que Él ha traído a la tierra. Será una bella costumbre si todos los días, en cualquier momento, podemos decir: ‘Señor, que te conozca y me conozca’. Y así ir adelante”.

Lectura meditada por el Papa Francisco

Efesios 3:14-21

14 Por eso doblo mis rodillas ante el Padre,

15 de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra,


16 para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior,

17 que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor,

18 podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad,

19 y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.

20 A Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que actúa en nosotros,

21 a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 Octubre




El precepto más difícil que nos impone Jesús es quizá éste de amar a nuestros enemigos; pero es que el precepto va más allá: si amamos a nuestros enemigos, nadie tiene propiamente por enemigo al que verdaderamente ama; luego, el precepto del Señor apunta no sólo a no odiar, sino a amar positivamente y, aún más, a no tener a nadie como enemigo.

Ese es el cristiano; y si el cristiano a nadie tiene como a enemigo, aun a aquellos que lo persiguen y molestan y le causan un poco mal, el cristiano a todos ama, a todos procura toda clase de bienes, por todos reza, a todos bendice y a todos desea las mejores bendiciones de Dios.

No es que el cristiano nos sienta el mal que le hace o el odio con que lo persiguen; el cristiano tiene un corazón humano sensible y acusa el impacto que recibe; pero aunque lo sienta, el cristiano ama a los que le producen mal, reza por los que lo persiguen, desee el bien a todos cuantos le desean mal.



P. Alfonso Milagro
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