lunes, 23 de julio de 2018

SANTA BRÍGIDA DE SUECIA, 23 JULIO


Brígida de Suecia, Santa
Memoria Litúrgica, 23 de julio


Por: n/a | Fuente: Corazones.org 




Fundadora
Martirologio Romano: Santa Brígida, religiosa, nacida en Suecia, que contrajo matrimonio con el noble Ulfo, del que tuvo ocho hijos, a los cuales educó piadosamente, consiguiendo al mismo tiempo con sus consejos y con su ejemplo que su esposo llevase una vida de piedad. Muerto éste, peregrinó a muchos santuarios y dejó varios escritos, en los que habla de la necesidad de reforma tanto de la cabeza como de los miembros de la Iglesia. Puestos los fundamentos de la Orden del Santísimo Salvador, en Roma pasó de este mundo al cielo († 1373).

Etimológicamente: Brigida = Aquella que es poderosa y fuerte, el origen es incierto, posiblemente hebreo o céltico.

Fecha de canonización: 7 de octubre de 1391 por el Papa Bonifacio IX.


Breve Biografía

SANTA BRIGIDA era hija de Birgerio, gobernador de Uplandia, la principal provincia de Suecia. La madre de Brígida, Ingerborg; era hija del gobernador de Gotlandia oriental. Ingerborg murió hacia 1315 y dejó varios hijos. Brígida, que tenía entonces doce años aproximadamente, fue educada por una tía suya en Aspenas. A los tres años, hablaba con perfecta claridad, como si fuese una persona mayor, y su bondad y devoción fueron tan precoces como su lenguaje. Sin embargo, la santa confesaba que de joven había sido inclinada al orgullo y la presunción.

La Pasión: centro de su vida
A los siete años tuvo una visión de la Reina de los cielos. A los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión de Cristo que la impresionó mucho, soñó que veía al Señor clavado en la cruz y oyó estas palabras: "Mira en qué estado estoy, hija mía." "¿Quién os ha hecho eso, Señor?", preguntó la niña. Y Cristo respondió: "Los que me desprecian y se burlan de mi amor." Esa visión dejó una huella imborrable en Brígida y, desde entonces, la Pasión del Señor se convirtió en el centro de su vida espiritual.

Matrimonio
Antes de cumplir catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf Gudmarsson, quien era cuatro años mayor que ella. Dios les concedió veintiocho años de felicidad matrimonial. Tuvieron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia. Durante algunos años, Brígida llevó la vida de la época, como una señora feudal, en las posesiones de su esposo en Ulfassa, con la diferencia de que cultivaba la amistad de los hombres sabios y virtuosos.

En la Corte
Hacia el año 1335, la santa fue llamada a la corte del joven rey Magno II para ser la principal dama de honor de la reina Blanca de Namur. Pronto comprendió Brígida que sus responsabilidades en la corte no se limitaban al estricto cumplimiento de su oficio. Magno era un hombre débil que se dejaba fácilmente arrastrar al vicio; Blanca tenía buena voluntad, pero era irreflexiva y amante del lujo. La santa hizo cuanto pudo por cultivar las cualidades de la reina y por rodear a ambos soberanos de buenas influencias. Pero, aunque Santa Brígida se ganó el cariño de los reyes, no consiguió mejorar su conducta, pues no la tomaban en serio.

Las Visiones
La santa empezó tener por entonces las visiones que habían de hacerla famosa. Estas versaban sobre las más diversas materias, desde la necesidad de lavarse, hasta los términos del tratado de paz entre Francia e Inglaterra. "Si el rey de Inglaterra no firma la paz -decía-- no tendrá éxito en ninguna de sus empresas y acabará por salir del reino y dejar a sus hijos en la tribulación y la angustia." Pero tales visiones no impresionaban a los cortesanos suecos, quienes solían preguntar con ironía: "¿Qué soñó Doña Brígida anoche?"

Problemas familiares y peregrinaciones
Por otra parte, la santa tenía dificultades con su propia familia. Su hija mayor se había casado con un noble muy revoltoso, a quien Brígida llamaba "el Bandolero" y, hacia 1340, murió Gudmaro, su hijo menor. Por esa pérdida la santa hizo una peregrinación al santuario de San Olaf de Noruega, en Trondhjem. A su regreso, fortalecida por las oraciones, intentó con más ahinco que nunca volver al buen camino a sus soberanos. Como no lo lograse, les pidió permiso de ausentarse de la corte e hizo una peregrinación a Compostela con su esposo. A la vuelta del viaje, Ulf cayó gravemente enfermo en Arras y recibió los últimos sacramentos ya que la muerte parecía inminente. Pero Santa Brígida, que oraba fervorosamente por el restablecimiento de su esposo, tuvo un sueño en el que San Dionisio le reveló que no moriría. A raíz de la curación de Ulf, ambos esposos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa.

Viuda, vida religiosa, aumentan las visiones
Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner por obra su propósito. Santa Brígida se quedó en Alvastra cuatro años apartada del mundo y dedicada a la penitencia. Desde entonces, abandonó los vestidos lujosos, solo usaba lino para el velo y vestía una burda túnica ceñida con una cuerda anudada. Las visiones y revelaciones se hicieron tan insistentes, que la santa se alarmó, temiendo ser víctima de ilusiones del demonio o de su propia imaginación. Pero en una visión que se repitió tres veces, se le ordenó que se pusiese bajo la dirección del maestre Matías, un canónigo muy sabio y experimentado de Linkoping, quien le declaró que sus visiones procedían de Dios. Desde entonces hasta su muerte, Santa Brígida comunicó todas sus visiones al prior de Alvastra, llamado Pedro, quien las consignó por escrito en latín. Ese período culminó con una visión en la que el Señor ordenó a la santa que fuese a la corte para amenazar al rey Magno con el juicio divino; así lo hizo Brígida, sin excluir de las amenazas a la reina y a los nobles. Magno se enmendó algún tiempo y dotó liberalmente el monasterio que la santa había fundado en Vadstena, impulsada por otra visión.

En Vadstena había sesenta religiosas. En un edificio contiguo habitaban trece sacerdotes (en honor de los doce apóstoles y de San Pablo), cuatro diáconos (que representaban a los doctores de la Iglesia) y ocho hermanos legos. En conjunto había ochenta y cinco personas. Santa Brígida redactó las constituciones; según se dice, se las dictó el Salvador en una visión. Pero ni Bonifacio IX con la bula de canonización, ni Martín V, que ratificó los privilegios de la abadía de Sión y confirmó la canonización, mencionan ese hecho y sólo hablan de la aprobación de la regla por la Santa Sede, sin hacer referencia a ninguna revelación privada.

En la fundación de Santa Brígida, lo mismo que en la orden de Fontevrault, los hombres estaban sujetos a la abadesa en lo temporal, pero en lo espiritual, las mujeres estaban sujetas al superior de los monjes. La razón de ello es que la orden había sido fundada principalmente para las mujeres y los hombres sólo eran admitidos en ella para asegurar los ministerios espirituales. Los conventos de hombres y mujeres estaban separados por una clausura inviolable; tanto unos como las otras, asistían a los oficios en la misma iglesia, pero las religiosas se hallaban en una galería superior, de suerte que ni siquiera podían verse unos a otros.

El monasterio de Vadstena fue el principal centro literario de Suecia en el siglo XV. A raíz de una visión; Santa Brígida escribió una carta muy enérgica a Clemente VI, urgiéndole a partir de Aviñón a Roma y establecer la paz entre Eduardo III de Inglaterra y Felipe IV de Francia. El Papa se negó a partir de Aviñón pero, en cambio envió a Hemming, obispo de Abo, a la corte del rey Felipe, aunque la misión no tuvo éxito. Entre tanto, el rey Magno, que apreciaba más las oraciones que los consejos de Santa Brígida, trató de hacerla intervenir en una cruzada contra los paganos letones y estonios. Pero en realidad se trataba de una expedición de pillaje. La santa no se dejó engañar y trató de disuadir al monarca. Con ello perdió el favor de la corte, pero no le faltó el amor del pueblo, por cuyo bienestar se preocupaba sinceramente durante sus múltiples viajes por Suecia.

En Roma e Italia
Había todavía en el país muchos paganos, y Sarta Brígida ilustraba con milagros la predicación de sus capellanes. En 1349, a pesar de que la "muerte negra" hacía estragos en toda Europa, Brígida decidió ir a Roma con motivo del jubileo de 1350. Acompañada de su confesor, Pedro de Skeninge y otros, se embarcó en Stralsund, en medio de las lágrimas del pueblo, que no había de volver a verla. En efecto, la santa se estableció en Roma, donde se ocupó de los pobres de la ciudad, en la espera de la vuelta del Pontífice a la Ciudad Eterna. Asistía diariamente a misa a las cinco de la mañana, se confesaba todos los días y comulgaba varias veces por semana (según era permitido en aquella época). El brillo de su virtud contrastaba con la corrupción de costumbres que reinaba entonces en Roma: el robo y la violencia hacían estragos, el vicio era cosa normal, las iglesias estaban en ruinas y lo único que interesaba al pueblo era escapar de sus opresores. La austeridad de la santa, su devoción a los santuarios, su severidad consigo misma, su bondad con el prójimo, su entrega total al cuidado de los pobres y los enfermos, le ganaron el cariño de muchos. Santa Brígida atendía con particular esmero a sus compatriotas y cada día daba de comer a los peregrinos suecos en su casa que estaba situada en las cercanías de San Lorenzo in Damaso.

Pero su ministerio apostólico no se reducía a la práctica de las buenas obras ni a exhortar a los pobres y a los humildes. En cierta ocasión, fue al gran monasterio de Farfa para reprender al abad, "un hombre mundano que no se preocupaba absolutamente por las almas". Hay que decir que, probablemente, la reprensión de la santa no produjo efecto. Más éxito tuvo su celo por la reforma de otro convento de Bolonia. Allí se hallaba Brígida cuando fue a reunirse con ella su hija, Santa Catalina, quien se quedó a su lado y, fue su fiel colaboradora hasta el fin de su vida. Dos de las iglesias romanas más relacionadas con nuestra santa son la de San Pablo extramuros y la de San Francisco de Ripa. En la primera se conserva todavía el bellísimo crucifijo, obra de Cavallini, ante el que Brígida acostumbraba orar y que le respondió más de una vez; en la segunda iglesia se le apareció San Francisco y le dijo: "Ven a beber conmigo en mi celda". La santa interpretó aquellas palabras como una invitación para ir a Asís. Visitó la ciudad y de allí partió en peregrinación por los principales santuarios de Italia, durante dos años.

Profecías y revelaciones
Las profecías y revelaciones Santa Brígida se referían a las cuestiones mas candentes de su época. Predijo, por ejemplo, que el Papa y el emperador se reunirían amistosamente en Roma. Al poco tiempo así lo hicieron (El Papa Beato Urbano V y Carlos IV, en 1368). La profecía de que los partidos en que estaba dividida la Ciudad Eterna recibirían el castigo que merecían por sus crímenes, disminuyeron un tanto la popularidad de la santa y aun le atrajeron persecuciones. Brígida fue arrojada de su casa y tuvo que ir con su hija a pedir limosna al convento de las Clarisas.Por otra parte, ni siquiera el Papa escapaba a sus severas admoniciones proféticas.

El gozo que experimentó la santa con la llegada de Urbano a Roma fue de corta duración, pues el Pontífice se retiró poco después a Viterbo, luego a Montesfiascone y aun se rumoró que se disponía a volver a Aviñón.

Al regresar de una peregrinación, a Amalfi, Brígida tuvo una visión en la que Nuestro Señor la envió a avisar al Papa que se acercaba la hora de su muerte, a fin de que diese su aprobación a la regla del convento de Vadstena. Brígida había ya sometido la regla a la aprobación de Urbano V, en Roma, pero el Pontífice no había dado respuesta alguna. Así pues, se dirigió a Montefiascone montada en su mula blanca. Urbano aprobó, en general, la fundación y la regla de Santa Brígida, que completó con la regla de San Agustín. Cuatro meses más tarde, murió el Pontífice. Santa Brígida escribió tres veces a su sucesor, Gregorio XI, que estaba en Aviñón, conminándole a trasladase a Roma. Así lo hizo el Pontífice cuatro años después de la muerte de la santa.

En 1371, a raíz de otra visión, Santa Brígida emprendió una peregrinación a los Santos Lugares, acompañada de su hija Catalina, de sus hijos Carlos y Bingerio, de Alfonso de Vadaterra y otros personajes. Ese fue el último de sus viajes. La expedición comenzó mal, ya que en Nápoles, Carlos se enamoró de la reina Juana I, cuya reputación era muy dudosa. Aunque la esposa de Carlos vivía aún en Suecia y el marido de Juana estaba en España; ésta quería contraer matrimonio con él y la perspectiva no desagradaba a Carlos. Su madre, horrorizada ante tal posibilidad, intensificó sus oraciones. Dios resolvió la dificultad del modo más inesperado y trágico, pues Carlos enfermó de una fiebre maligna y murió dos semanas después en brazos de su madre. Santa Brígida prosiguió su viaje a Palestina embargada por la más profunda pena. En Jaffa estuvo a punto de perecer ahogada durante un naufragio Sin embargo durante, la accidentada peregrinación la santa disfrutó de grandes consolaciones espirituales y de visiones sobre la vida del Señor.

A su vuelta de Tierra Santa, en el otoño de 1372, se detuvo en Chipre, donde clamó contra la corrupción de la familia real y de los habitantes de Famagusta quienes se habían burlado de ella cuando se dirigía a Palestina. Después pasó a Nápoles, donde el clero de la ciudad leyó desde el púlpito las profecías de Santa Brígida, aunque no produjeron mayor efecto entre el pueblo.

La comitiva llegó a Roma en marzo de 1373. Brígida, que estaba enferma desde hacía algún tiempo, empezó a debilitarse rápidamente, y falleció el 23 de julio de ese año, después de recibir los últimos sacramentos de manos de su fiel amigo, el Padre Pedro de Alvastra. Tenía entonces setenta y un años. Su cuerpo fue sepultado provisionalmente en la iglesia de San Lorenzo in Panisperna. Cuatro meses después, Santa Catalina y Pedro de Alvastra condujeron triunfalmente las reliquias a Vadstena, pasando por Dalmacia, Austria, Polonia y el puerto de Danzig.

Santa Brígida, cuyas reliquias reposan todavía en la abadía por ella fundada, fue canonizada en 1391 y es la patrona de Suecia.

Visiones y escritos

Uno de los aspectos más conocidos en la vida de Santa Brígida, es el de las múltiples visiones con que la favoreció el Señor, especialmente las que se refieren a los sufrimientos de la Pasión y a ciertos acontecimientos de su época. Por orden del Concilio de Basilea, el Juan de Torquemada, quien fue más tarde cardenal, examinó el libro de las revelaciones de la santa y declaró que podía ser muy útil para la instrucción de los fieles; pero tal aprobación encontró muchos opositores. Por lo demás; la declaración de Torquemada significa únicamente que la doctrina del libro es ortodoxa y que las revelaciones no carecen de probabilidad histórica. El Papa Bcnedicto XIV, entre otros, se refirió a las revelaciones de Santa Brígida en los siguientes términos: "Aunque muchas de esas revelaciones han sido aprobadas, no se les debe el asentimiento de fe divina; el crédito que merecen es puramente humano, sujeto al juicio de la prudencia, que es la que debe dictarnos el grado de probabilidad de que gozan para que crearnos píamente en ellas."

Santa Brígida, con gran sencillez de corazón, sometió siempre sus revelaciones a las autoridades eclesiásticas y, lejos de gloriarse por gozar de gracias tan extraordinarias, las aprovechó como una ocasión para manifestar su obediencia y crecer en amor y humildad. Si sus revelaciones la han hecho famosa, ello se debe en gran parte a su virtud heroica, consagrada por el juicio de la Iglesia.

El libro de sus revelaciones fue publicado por primera vez en 1492.

Las brigidinas tienen unas lecciones de maitines tomadas de sus revelaciones sobre las glorias de María, conocidas con el nombre de "Sermo Angelicus", en recuerdo de las palabras del Señor a la santa: "Mi ángel te comunicará las lecciones que las religiosas de tus monasterios deben leer en maitines, y tú las escribirás tal como él te las dicte".

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 23 JULIO 2018


Lecturas de hoy Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa, Fiesta
 Hoy, lunes, 23 de julio de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (2,19-20):

Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9.10-11

R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento, 
su alabanza está siempre en mi boca; 
mi alma se gloría en el Señor: 
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/. 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, 
ensalcemos juntos su nombre. 
Yo consulté al Señor, y me respondió, 
me libró de todas mis ansias. R/. 

Contempladlo, y quedaréis radiantes, 
vuestro rostro no se avergonzará. 
Si el afligido invoca al Señor, 
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/. 

El ángel del Señor acampa 
en torno a sus fieles y los protege. 
Gustad y ved qué bueno es el Señor, 
dichoso el que se acoge a él. R/.

Todos sus santos, temed al Señor, 
porque nada les falta a los que le temen; 
los ricos empobrecen y pasan hambre, 
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mi no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 23 de julio de 2018
CR



Queridos hermanos:

En Europa celebramos hoy a Santa Brígida como una de nuestras patronas. La clave para comprender el por qué de ese título y cómo nos afecta a nosotros, está en echar una mirada a su vida. Brígida nació en Suecia a principios del siglo XIV. Era hija del gobernador de una provincia. Pertenecía por tanto a la nobleza y fue educada como noble. En aquellos tiempos eso significa aprender a leer y a escribir y una cuidada educación espiritual. Casó, como no podía ser de otra manera, con un noble y tuvo ocho hijos. Pero cuidó con esmero su vida cristiana y participó, como era costumbre en la época, en diversas peregrinaciones. Así llegó a Santiago de Compostela. A la vuelta, habiéndose salvado su marido de una enfermedad grave al pasar por Francia, los esposos decidieron entregarse más radicalmente a Dios. Al poco tiempo queda viuda y funda un monasterio. Pero Brígida no se preocupa sólo por su salvación personal. La Iglesia está dividida. El Papa ha abandonado Roma y está en Aviñón. Los reinos cristianos están divididos. Así que abandona Suecia y se dirige al sur. Se instala en Roma y desde allí insta repetidas veces al Papa a dejar Aviñón y a retornar a Roma, a hacer las paces.

Podríamos seguir contando su vida pero ya es suficiente. Brígida fue una laica. Quizá lo último que se haya podido ser en la Iglesia: no ser ministro ordenado y, además, ser mujer. Pero se dejó llevar por el Espíritu y fue portadora de un espíritu profético que le llevaba a denunciar la mala conducta y los errores de papas, reyes y nobles. Sin miedo, sin importarle las consecuencias. Hoy nos hacen falta hombres y mujeres en la Iglesia que, como santa Brígida, sean profetas del Espíritu, que nos llamen a la unidad, a ser fieles al Evangelio, que recuerden a nuestros pueblos que, por encima del consumismo y del bienestar, está la solidaridad y la unidad, la fraternidad y la justicia.

FELIZ SEMANA





sábado, 21 de julio de 2018

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 21 JULIO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 15ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 21 de julio de 2018


Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas (2,1-5):

¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el poder! Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones. 
Por eso, dice el Señor: «Mirad, yo medito una desgracia contra esa familia. No lograréis apartar el cuello de ella, no podréis caminar erguidos, porque será un tiempo calamitoso. Aquel día entonarán contra vosotros una sátira, cantarán una elegía: "Han acabado con nosotros, venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía, reparten a extraños nuestra tierra." Nadie os sortea los lotes en la asamblea del Señor.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 9,22-23.24-25.28-29.35

R/. No te olvides de los humildes, Señor

¿Por qué te quedas lejos, Señor, 
y te escondes en el momento del aprieto? 
La soberbia del impío oprime al infeliz 
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R/.

El malvado se gloría de su ambición, 
el codicioso blasfema y desprecia al Señor. 
El malvado dice con insolencia: 
«No hay Dios que me pida cuentas.» R/.

Su boca está llena de maldiciones, 
de engaños y de fraudes; 
su lengua encubre maldad y opresión; 
en el zaguán se sienta al acecho 
para matar a escondidas al inocente. R/.

Pero tú ves las penas y los trabajos, 
tú miras y los tomas en tus manos. 
A ti se encomienda el pobre, 
tú socorres al huérfano. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy sábado, 21 de julio de 2018
 Imprimir CR

Cerca de los que sufren

Terminamos la semana con el profeta Miqueas, contemporáneo de Isaías, que entona un amargo lamento por la injusticia que sufre el pueblo, o mejor dicho, como siempre ocurre, una parte del pueblo. Cuando hay oprimidos, tiene que haber opresores, los que tienen el poder, dice Miqueas. Y la imagen que elige para expresar el sufrimiento causado por la injusticia es la imposibilidad de caminar erguidos porque el robo, la mentira y la avaricia son un yugo que oprime a cada persona y la va encorvando.

Y esto, en tiempos de Miqueas y en todos los tiempos. Quizá sea parte de la naturaleza humana, pero también lo es la capacidad para salir de esa opresión, para denunciarla, para elegir con claridad de qué lado estamos. Dios lo tiene claro: ve las penas y los trabajos, los mira y los toma entre sus manos.

Es el mismo Dios que en Jesús se ha hecho palabra y gesto sanador, consolador, salvador. Pasó haciendo el bien, curando dolencias, anunciando el derecho, sembrando esperanza, poniendo en pie a todos los encorvados de la historia... Eso sí: Jesús, el Siervo Mesías, el Hijo de Dios, no lo hará con violencia ni impaciencia; Él es el hombre erguido y fiel que libremente cargará sobre sí nuestras cargas y nos revelará nuestra injusticia, pero sin quebrar la caña cascada ni apagar los pábilos vacilantes de nuestro mundo. Y para esto, se requieren varias cosas: un profundo sentido de la justicia que nos impulse no sólo a denunciar al opresor sino también a sufrir en uno mismo la injusticia para acabar con ella. Además, vivir como el Siervo nos pide un tierno amor a todo ser humano y una esperanza infinita en la vida.

Ojalá Dios nos vaya haciendo cada vez más siervos al estilo de Jesús; es decir, siervos suficientemente valientes para anunciar y denunciar y a la vez, suficientemente comprometidos para que cada una de nuestras palabras vaya siempre acompañada de gestos concretos y sencillos que son, los que al final, hacen de este mundo un lugar más humano, más justo y más fraterno.

BUENOS DÍAS





viernes, 20 de julio de 2018

CARTA ANSIOSAMENTE ESPERADA


Carta ansiosamente esperada



Dios está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte, fortalecerte… Pero debes acercarte a ella con verdadera fe. Antes de leerla es adecuado que te pongas en la presencia del Señor con alguna oración que te transporte a un clima de devoción y acogida cordial del don de Dios.

Aguardas la llegada del cartero para leer la carta impacientemente esperada… Y esa carta vigente, que Jesucristo mismo te ha dejado escrita y que te envía cada día desde el cielo, esa carta que se llama Evangelio, apenas si la esperas y apenas si la has sacado del sobre. En las enseñanzas de Jesús encontrarás respuestas para todos los problemas espirituales, bálsamo para todas las heridas y medicina para todos los pecados. El Evangelio es la boca de Jesucristo de la que salen las palabras que necesitas en cada momento de tu vida (Alfonso Milagro).

La actitud de humilde escucha de la Palabra es decisiva para leer con provecho, pero es un don que debes pedir al Señor con la confianza de un hijo. Y el libro sagrado te animará con promesas de vida sin fin, te ofrecerá normas simples de vida inocente y te descubrirá el amor entrañable de Dios por ti. Que sea tu alimento cotidiano.



* Enviado por el P. Natalio

LA ARAÑA Y EL ESCORPIÓN


La araña y el escorpión




Ser optimista es cultivar una visión serena de la vida que nos hace descubrir lo que hay de bueno, alegre y gratificante en medio de espinas, carencias y calamidades. No pierdas el sentido de la proporción y más bien destaca lo luminoso, porque son muchos los especializados en detectar lo sombrío, difícil y pesado de nuestro diario caminar.

Una mujer tenía en su casa algunas arañas que desde luego, no eran de su gusto, pues encontraba sus telas en las paredes y techos, pero las artesanas no aparecían por ninguna parte. Esta ama de casa maldecía constantemente a las tejedoras por afear la limpieza de su hogar, y verse obligada a quitar estas colgaduras de todas las habitaciones. Un día, observó en el cuarto de su hija pequeña un incidente que le heló la sangre. Sobre la cuna de su bebé encontró un gran escorpión atrapado y muerto en una telaraña.

Busca siempre la faz alentadora de todos los obstáculos y reveses que te presente la vida. No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida. Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.



* Enviado por el P. Natalio

ES NECESARIO EL SACRIFICIO?


¿Es necesario el sacrificio?
Los cristianos le damos un sentido distinto al sacrificio: se hace por amor tal como lo hizo Cristo


Por: Ana Laura Royo | Fuente: Catholic.net 




Las personas más admiradas en la sociedad de hoy son los que saben esforzarse. ¡Cuánto sacrificio se necesita para ganar la medalla de oro en las Olimpiadas! ¡Cuánto sacrificio se invierte en llegar a ser médico, ingeniero o arquitecto de calidad! ¡Cuán admirables son las madres de familia que se sacrifican para que sus hijos tengan un hogar sano, culto y lleno de oportunidades! El sacrificio, en cualquier esfera de la vida, es un valor humano.

Pero estos "sacrificios" exteriores, llamados así por el esfuerzo que conllevan, para ser auténticos deben ser expresión del sacrificio espiritual. Los profetas de la Antigua Alianza denunciaron con frecuencia los sacrificios hechos sin participación interior o sin amor al prójimo. Jesús recuerda las palabras del profeta Oseas: "Misericordia quiero, que no sacrificio". El único sacrificio perfecto es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda total al amor del Padre y por nuestra salvación (cf Hb 9,13-14). Uniéndonos al de Cristo, podemos hacer de nuestra vida un sacrificio para Dios. (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2100)

Para el cristiano, el sacrificio se abre a otra dimensión más profunda. Es un acto de la virtud de la religión: "Adorarás al Señor, tu Dios, y le darás culto". Es la forma más importante del culto externo y público; la manera más solemne y excelente con que puede honrarse a Dios. Los principales actos de esta virtud son adoración, oración, sacrificio, oblación, votos; los pecados contra ella son descuido de la oración, blasfemia, tentar a Dios, sacrilegio, perjurio, simonía, idolatría y superstición.

El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 2099)) nos dice que es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: "Toda acción realizada para unirse a Dios en la santa comunión y poder ser bienaventurado es un verdadero sacrificio". (San Agustín, civ. 10,6)

Pueden realizarse con distintos fines: por simple adoración a Dios (latréutico); para pedirle beneficios (impetratorio); en reparación por los pecados (satisfactorio); en acción de gracias por los beneficios recibidos (eucarístico).

Pueden ser con efusión de sangre, como los del Antiguo Testamento y el del Calvario (cruento); sin derramamiento de sangre, como la Misa (incruento).

De acuerdo con Santo Tomás, la ley natural nos dicta que el ser inferior se someta al superior honrándolo a su modo, expresándolo con signos sensibles, lo que se confirma por la práctica universal, ya que en todas las religiones hay ritos sacrificiales. Esto exige que el hombre ofrezca a Dios algunas cosas exteriores, como producto de nuestro reconocimiento, no sólo de u majestad soberana, sino también de nuestra absoluta dependencia de Él.

En la Nueva Ley, el único sacrificio verdadero y legítimo es la santa Misa, que perpetúa a través de los siglos el sacrificio del Calvario. En el sentido estricto, es una verdad de fe, expresamente definida por el Concilio de Trento. Los sacrificios del Antiguo Testamento son actualmente ilícitos, por ser meras figuras y símbolos del sacrificio del Calvario, ya que inhabilitan la fe en Cristo, como si el sacrificio redentor no se hubiese verificado aún.


Necesidad del sacrificio

Siendo el sacrificio de la Santa Misa el único verdadero y legítimo e infinitamente superior a los del Antiguo Testamento, los cristianos debemos adorar y dar culto a Dios en ella, ya que el oferente es el mismo Cristo, Hijo de Dios, y la ofrenda, su Cuerpo y su Sangre, y abarca en grado eminente los cuatro fines del sacrificio en general: adoración, de petición, en reparación por los pecados y en acción de gracias por los beneficios recibidos.

La Santa Misa es un sacrificio infinitamente eficaz, por ser el mismo Cristo quien ofrece su Cuerpo y su Sangre, además de ser perfecto y estable, porque no prefigura, anuncia o prepara ningún otro sacrificio, sino que fue prefigurado por todos los de la Antigua Ley, que, por lo mismo, han perdido ya su razón de ser y deben cesar en lo absoluto.

Los cristianos reconocemos que Jesucristo eligió para sí mismo el camino del sacrificio por amor, y como el camino de salvación para los hombres. El sacrificio es la entrega o donación de algo, por amor, en honor de Dios. Aceptando con gozo el sufrimiento, el cristiano sigue el camino de Jesús. El sacrificio cristiano es una imitación por el amor, porque el que ama quiere ser como el amado.


Algunas formas de sacrificio y donación cristianos son:

a. La celebración de la Eucaristía, el sacrificio por excelencia.

b. Las ofrendas u oblaciones: como el diezmo, las limosnas, etc.

c. Las obras de caridad y misericordia: como el apostolado y las misiones.

d. La penitencia: como el ayuno y la abstinencia y la mortificación de las pasiones y los sentidos.


e. La oración

El amor es la condición para seguir a Cristo, el sacrificio es lo que verifica la autenticidad del amor. ¡Y bien vale la pena amarle a Él que tanto nos amó!

Dios no necesita nuestro culto, ni interior ni exterior, nuestro homenaje no añade nada a Su gloria. No es esto por lo que, estrictamente hablando, debamos rendirle tributo y ofrecer sacrificios en su honor, sino porque Él lo merece infinitamente y porque es de inestimable valor para nosotros mismos.

DRAMÁTICO LLAMADO DE SACERDOTE EN NICARAGUA, NO NOS DEJEN MORIR...


Dramático llamado de sacerdote en Nicaragua: “No nos dejen morir"
Redacción ACI Prensa
Foto: Pixabay.



El sacerdote nicaragüense Augusto Gutierrez  hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga para evitar las masacres que están teniendo lugar y que han dejado más de 300 fallecidos en tres meses de revueltas y, entre lágrimas, pidió: “No nos dejen morir”.

El sacerdote Augusto Gutiérrez, párroco en el barrio de Monimbó, al sur de Masaya (Nicaragua) concedió una entrevista en la cadena COPE. Por las presiones del gobierno el sacerdote está escondido ya que ha recibido numerosas amenazas.

“Nos han amenazado de muerte porque nos dicen que somos cabecillas de esta situación, pero hemos dado la cara porque es injusto lo que el gobierno [de Daniel Ortega] está haciendo. Esto es un genocidio, porque no tiene otro nombre”, asegura el P. Augusto.


Entre lágrimas el sacerdote hace un llamamiento:  “No nos dejen morir. Por favor, intervengan, hagan algo”.  

El pasado martes 17 de julio fue atacado el barrio indígena de Monimbó en Nicaragua por paramilitares afines al presidente Daniel Ortega.

Según relata en la entrevista, los paramilitares llevaban 4 horas de ataque en Monimbó “con armamento militar pesado, están profanando las iglesias y destruyendo la vida”.

El barrio de Monimbó es de gente sencilla pero el sacerdote explica que “desde hace tres meses el gobierno se ha ensañado contra la población de todo Nicaragua, también de Monimbó, que se ha mantenido con gran valentía. Pero ahora nos están matando”.

El sacerdote rompe a llorar por la difícil situación que afronta el país y el grave riesgo que supone ésta para su vida.


En relación con las declaraciones que el Arzobispo de Managua, el Cardenal Leopoldo Brenes, realizó en otra entrevista a la cadena Cope, el P. Augusto aseguró que “apoya todo lo que la Iglesia y los Obispos dicen. Pero ellos [el gobierno de Ortega] ya no quiere entrar en razón, por eso tiene que haber un apoyo internacional que intervenga y salve al pueblo”.

“Esto no es guerra, porque la gente se defiende con lo que puede, con barricadas, con piedras, mortero de artesanías. Ellos [el gobierno] están empecinados en celebrar el 19 de julio sobre la sangre del pueblo. Y no pueden seguir gobernando sobre los muertos y mandando matar”, declaró.

Además aseguró que toda Nicaragua se encuentra en “una situación de emergencia” y explicó que recientemente se aprobó una ley “antiterrorista” por la que “todos los que apoyen a los muchachos que están en los tranques o que según ellos [el gobierno] colabore contra el gobierno, lo van a enjuiciar”.

PAPA FRANCISCO: LA IGLESIA CONDENA EL PECADO PERO ABRAZA AL PECADOR


Papa Francisco: La Iglesia condena el pecado pero abraza al pecador
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco recordó que “la Iglesia condena el pecado, porque debe decir la verdad, pero al mismo tiempo abraza al pecador que se reconoce como tal”.

Así lo indicó el Santo Padre en su mensaje a los participantes del encuentro internacional de los Equipos de Nuestra Señora que se realiza del 16 al 21 de julio en el Santuario de Fátima, según informa Vatican News.

Los trabajos de la conferencia se enmarcan en la reflexión de la parábola del Hijo Pródigo. En su mensaje, el Pontífice exhorta a “reconocerse en este hijo perdido que vuelve al Padre y que no se cansa de abrazarlo y le restituye la grandeza de hijo”.


Eso es lo que hace la Iglesia con los pecadores, explica Francisco, que también alentó a expresarse de corazón, “admitiendo ser pecadores pero con la voluntad de ser nuevamente rescatados por el Señor con sus brazos redentores”.

Los brazos de Cristo en la cruz, prosiguió, “muestran que nadie está excluido del amor del Padre ni de su misericordia” ya que el Señor “no se resigna a perder a ninguno”. El Papa recordó también que “son las personas las que deben ser reencontradas por Jesús y para eso deben salir a buscarlas”.

“Si queremos encontrar al Señor, debemos buscarlo donde Él quiere encontrarnos y no donde nosotros queremos”, concluyó el Pontífice.

Los Equipos de Nuestra Señora son un movimiento laical que promueve el matrimonio y que nació en Francia en 1938, como una iniciativa del sacerdote Henry Caffarel.

Al principio las parejas se reunían mensualmente para profundizar en el significado del sacramento del matrimonio y para buscar un modo coherente de insertarse como parejas y familias en la sociedad.

Actualmente el movimiento está presente en 95 países de los cinco continentes, con más de 13.500 equipos y es dirigido por María Berta y José Moura Soares.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 20 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
20 julio



Tú y yo somos tres.
Adivina quién es el otro.


P. Alfonso Milagro

SABÍAS QUE LA MADRE ANGÉLICA ERA UNA GRAN DEVOTA DEL DIVINO NIÑO JESÚS?


¿Sabías que la Madre Angélica era una gran devota del Divino Niño?
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
Foto: EWTN.



Un hecho no muy conocido de la vida de la Madre Angélica, fundadora de EWTN, la cadena de televisión católica más grande del mundo, fue su gran devoción por el Divino Niño Jesús.

La Madre Angélica conoció la iglesia del Divino Niño Jesús, en el barrio 20 de Julio de Bogotá, durante un viaje realizado a América del Sur en junio de 1996. En ese mismo viaje visitó también Perú, Ecuador y Bolivia.

La devoción del Divino Niño comenzó durante la primera mitad del siglo XX, promovida por el sacerdote salesiano italiano Juan del Rizzo, a cargo de la evangelización del humilde barrio 20 de Julio de la capital colombiana.

El cariño por el Divino Niño ha rebasado las fronteras colombianas y ha llegado a diversos países del mundo.


El periodista Raymond Arroyo, en su biografía de la Madre Angélica -“Mother Angelica: The Remarkable Story of a Nun, Her Nerve, and a Network of Miracles”- señala que en su viaje de 1996, la fundadora de EWTN fue llevada por su anfitrión en Colombia, el P. Juan Pablo Rodríguez, a la iglesia del Divino Niño Jesús.

Mientras rezaba al pie de la imagen, en medio de la multitud de fieles congregados en la pequeña capilla del Divino Niño, escribe Arroyo, “lágrimas repentinamente mojan sus mejillas” y a la Madre Angélica le pareció que la imagen se movía.

“‘De repente, Él se voltea hacia mí’, recordó Angélica, ‘y Él dice ‘Constrúyeme un templo y ayudaré a aquellos que te ayuden’”, indica Arroyo.

La Madre Angélica no sabía exactamente cómo interpretar ese mensaje, y no entendía a qué tipo de “templo” se refería. “Todo el mensaje era cuestionable para mí”, le dijo la fundadora de EWTN a Arroyo, y aseguró que no le mencionó a nadie “esa parte del mandato durante un par de años”.

“Meses después -continúa el biógrafo de la Madre Angélica-, a su salida de San Pedro, en Roma, Angélica leyó una inscripción en piedra que comenzaba con las palabras: ‘Este templo’”. Entonces todo quedó claro: “El Niño Cristo quería un santuario elaborado, se dio cuenta la Madre. Existía tal cosa como un templo católico, y su Señor deseaba uno nuevo”.

Raymond Arroyo precisa en su libro que la inspiración de lo que luego sería el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, en Hanceville, estado de Alabama, Estados Unidos, no surgió directamente por el Divino Niño, pues las excavaciones en el terreno habían comenzado alrededor de seis meses antes de la visita de la Madre Angélica a Colombia.

“Lo que el encuentro con el niño Jesús hizo fue cristalizar la visión de la Madre para el monasterio de Hanceville, alterando radicalmente los planes originales. Ante lo que ella consideró un mandamiento divino, la ‘sencilla capilla de granja’ no sería tal”, asegura Arroyo.

Madre Angélica junto a imagen del Divino Niño, mientras se construía el Santuario del Santísimo Sacramento. Foto: EWTN.

Además de una reproducción de la imagen del Divino Niño al interior del Santuario del Santísimo Sacramento del Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, una versión especial de la imagen ideada por la Madre Angélica se encuentra en el centro de la plaza exterior.

IMÁGENES DE DISEÑOS CATÓLICOS DEL DIVINO NIÑO JESÚS




EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 20 JULIO 2018


Misericordia quiero
Santo Evangelio según San Mateo 12, 1-8. Viernes XV de Tiempo Ordinario.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, una vez más vengo ante Ti. Te suplico que aumentes mi fe. Creo en Ti, pero no permitas que las dificultades ni los problemas me hagan apartarme de tu lado. Confío en Ti. Ayúdame a jamás dudar de tu poder y de tu amor cariñoso, tierno y providente. Te amo. Haz que experimente de tal manera tu amor, que no pueda ni quiera separarme de él, y así, me vuelva un apóstol del testimonio, capaz de acercar a los demás a Ti, para así extender tu Reino en el corazón de mis hermanos. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".
Él les contestó: "¿No han leído ustedes que lo hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso comenten pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, Jesús, me invitas en el Evangelio a entender tus palabras: "misericordia quiero y no sacrificios".Muchas veces he intentado justificar muchas de mis mezquindades y fallos por esta frase, pero en todas, ha surgido en mi interior una inquietud que, como si fuera un "GPS", me indica que no es por allí el camino. Misericordia quiero y no sacrificios.
Tú sabes muy bien la estrecha relación que existe entre ambas cosas. Sabes lo peligroso que son los sacrificios hechos sin el corazón, ya que a la larga terminan por frustrar y herir aquello que fue creado para sanar.
Pero igualmente peligroso es una supuesta misericordia "de escritorio", una misericordia que no toca al otro, propia de quien, para evitar caer en el ritualismo formalista de los primeros, deja las obras concretas, y se vuelve tan "espiritual", que termina por encerrarse en la torre de su orgullo. Sé muy bien lo que eso significa, pues miles de veces he querido llamar misericordia a lo que en realidad es desinterés; tolerancia, a lo que no es más que indiferencia. Perdóname, Señor, y ayúdame a entender realmente, que la misericordia es el sacrificio hecho por el bien de mi hermano, y que el verdadero sacrifico es un corazón contrito, el cual, Tú jamás lo desprecias.
Cada uno sabe cuál es su pecado, su debilidad más fuerte. En primer lugar debemos reconocer esto: ninguno de nosotros, todos los que estamos aquí, puede decir: "Yo no soy un pecador". Los fariseos lo decían y Jesús los condena. Eran soberbios, altivos, se creían superiores a los demás. En cambio, todos somos pecadores. Es nuestro título y es también la posibilidad de atraer a Jesús a nosotros. Jesús viene a nosotros, viene a mí porque soy un pecador.
Por eso vino Jesús, por los pecadores, no por los justos.
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de julio de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré vivir la verdadera misericordia haciendo un acto de caridad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BIENVENIDOS





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...