jueves, 17 de mayo de 2018

EL DON DE LA SABIDURÍA - ESPÍRITU SANTO


Don de la Sabiduría
Los dones del Espíritu Santo y la oración. La gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios.


Por: P. Donal Clancy, L.C. | Fuente: la-oracion.com 




En qué consiste el don de la sabiduría

Con los diversos dones, el Espíritu Santo vivifica nuestra oración. Nos lleva a descubrir la presencia de Dios en la creación, a amarle filialmente, a reverenciar su santidad, a penetrar las verdades de la fe, a perserverar en las dificultades y atinar en las aplicaciones. El mayor de sus dones es la sabiduría, que es la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios. Es luz que se recibe de lo alto, una participación especial en ese conocimiento misterioso y sumo, que es propio de Dios. El don de la sabiduría perfecciona la virtud teologal de la caridad, produciendo un conocimiento nuevo, impregnado por el amor.


Ya en el orden natural, el amor agudiza la capacidad de penetrar el interior de otro. El conocimiento mutuo entre dos esposos que se aman, entre unos amigos cercanos, o el conocimiento de una mamá para con sus hijos, goza de una intuición muy allá de los factores intelectuales: el corazón vive lo que la razón no sabe. Ahora bien, en el orden sobrenatural "el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rom 5, 5). Cuando el Espíritu Santo nos comunica el don de la sabiduría, especialmente en los momentos de oración, nos lleva a mirar y saborear a Dios y la creación a través del amor divino.


Ejemplos de sabiduría

Conocemos grandes ejemplos de este don. Pablo VI decía de Santa Catalina de Siena, mujer analfabeta quien vivió apenas 33 años: "Lo que más impresiona en esta santa es la sabiduría infusa, es decir, la lúcida, profunda y arrebatadora asimilación de las verdades divinas y de los misterios de la fe, debida a un carisma de sabiduría del Espíritu Santo" (4 de octubre de 1970). Y Juan Pablo II, declarando doctora de la Iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús, recalcó que el centro de su doctrina es "la ciencia del amor divino. Se la puede considerar un carisma particular de sabiduría evangélica que Teresa, como otros santos y maestros de la fe, recibió en la oración (cf. Ms C 36 r)" (19 de octubre de 1997).

Son casos excepcionales, y sin embargo, todos podemos aspirar a que este don enriquezca nuestra oración. Hay, sí, una condición previa, la humildad de corazón, pues Dios se resiste a los soberbios. "La ciencia del amor divino, que el Padre de las misericordias derrama por Jesucristo en el Espíritu Santo, es un don, concedido a los pequeños y a los humildes, para que conozcan y proclamen los secretos del Reino, ocultos a los sabios e inteligentes (cf. Mt 11, 25-26)" (Ibid.).

Podemos además disponernos y colaborar al don orientando nuestra oración hacia el amor. Cualquiera que sea la materia de nuestra oración – un texto de la Sagrada Escritura, una lectura, una escena evangélica, un icono... – hay que pasar desde la consideración del intelecto, también necesaria, a verla con amor, más aún, desde el amor de Dios. Dios es amor, y no poseemos una verdad plenamente mientras no es amada.


María y el don de sabiduría

La Santísima Virgen María, Trono de la Sabiduría, es también aquí madre y maestra. El Magnificat es la primera oración del Nuevo Testamento. Nos enseña como el don de la sabiduría configura la oración cristiana. María daba vueltas a los acontecimientos y revelaciones "en su corazón", es decir desde el amor. "No mira sólo lo que Dios ha obrado en ella, convirtiéndola en Madre del Señor, sino también lo que ha realizado y realiza continuamente en la historia" (cfr. Benedicto XVI, 14 de marzo de 2012). Es la visión de la sabiduría, que ve todo desde Dios. En su cántico, prorrumpe en una oración de alabanza y de alegría, de celebración de la gracia divina. Pidamos su intercesión: "María, Madre de la oración cristiana, ruega por nosotros". Y pidamos el don de la sabiduría para nuestra oración: "Ven, Espíritu de amor".

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 17


Décimo séptimo día: Explicación de las letanías



Virgo fidelis

Virgen fiel. María, siempre fiel a la ley del Señor, lo fue también a los designios de la providencia. Dios le hizo saber, de un momento a otro, por su esposo José, que había que huir con el niño Jesús a Egipto. María no busca en lo absoluto comprender la voluntad del Señor, y sin razonar sobre los obstáculos que parecen presentarse en un viaje tan penoso, largo y peligroso, María obedece, parte, y la orden de Dios le sirve de razón. Instruida por las profecías acerca de los tormentos que Jesucristo, su Hijo debía soportar, tenía el alma triste, pero la sumisión estaba de acuerdo con la voluntad de Dios Altísimo. ¡Fidelidad preciosa de María! ¡Quien podrá admirarte suficientemente, cuando la condujiste al pie de la cruz y a recibir los últimos suspiros de su Hijo!

Speculum justitiae

Espejo de justicia. María es el espejo de las virtudes más perfectas, porque, destinada a la gloria de ser la  Madre de Dios, cuya dignidad supera incomparablemente todas las grandezas humanas, y que es la más alta a la que puede ser elevada una criatura, debió ser enriquecida con las virtudes que convenían a esta sublime elevación, y si según Tomás de Villanueva, san Juan, sólo por causa de su calidad de precursor del Mesías fue santificado en el seno de su madre e hizo cosas tan extraordinaria, que entre todos los hijos de las mujeres, según el testimonio del Salvador, no hubo nadie más grande que Juan Bautista.¡Qué decir de la santidad de aquella que concibió y llevó en seno al autor de todas, la virtud de la santidad misma, en fin, el Verbo Eterno que es Dios!

Ejemplo

Un soldado, apellidado Beau-Séjour, rezaba todos los días siete Pater y siete Ave, en honor de las 7 alegrías y de los siete dolores de la Santísima Virgen. Nunca se olvido de satisfacer esta obligación, y si se acordaba, luego de haberse acostad, que no lo había hecho, se levantaba al instante y rezaba esta oración de rodillas. Un día de batalla, Beau Séjour se encontró en la primera línea de combate, en presencia del enemigo, esperando la señal de ataque, se acordó que no había dicho su oración acostumbrada; de inmediato comenzó a decirla haciendo la señal de la cruz. Sus compañeros, dándose cuenta, empezaron a burlarse y las burlas pasaron de boca en boca, pero Beau-Séjour, sin inquietarse, continuaba su oración. Una vez terminada ésta, los enemigos hicieron la primera descarga; y Beau Sejour, sin haber recibido no un solo disparo, quedó solo en la línea. Vio muertos, a sus lados, a todos aquellos que antes de reían de él y se burlaban de su devoción. No pudo dejar, estremecerse ante tal vista y, de reconocer  la mano de la poderosa Protectora que lo había. El resto de la batalla y aun de la campaña, que mató mucha gente, no recibió ni una sola herida. Habiendo recibido finalmente su baja, volvió a su casa y publicó por todos lados las alabanza de María, de quien se reconocía deudor de vida y salud (Récits d’histoires).

Seamos fieles a nuestros ejercicios de piedad hacia María y nos será fiel a la hora del peligro.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 17 MAYO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 7ª semana de Pascua
 Hoy, jueves, 17 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,30;23,6-11):

En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos.
Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos.» 
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?» 
El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.» 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 17 de mayo de 2018
Eguione Nogueira, cmf



¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!

Estando con unos pocos discípulos a su alrededor, Jesús mira la multitud de sus futuros seguidores, nos mira a nosotros. Él fue enviado a todos, incluso a cada uno de nosotros que hemos respondido a su llamada, y a todos les dará su palabra, el nombre y la gloria para que tengan vida. Siguiendo la dinámica de la hora como centro de la historia, podemos contemplar a Jesús rezando por cada uno de nosotros. Sus palabras resuenan en nuestros corazones. Sabemos que no estamos solos, que cada uno de nosotros constituimos, con nuestros dones, la presencia de Jesús en el mundo para que su palabra siga expandiéndose cada vez más.

Cuando transmitimos sus palabras estamos reverberando su voz en el tiempo y el lugar donde nos encontramos. Es en este sentido que debemos entender la petición “que todos sean uno”. Pero la unidad que Jesús pide tiene como modelo la unidad que existe entre el Padre y el Hijo: “como tú, Padre, en mí, y yo en ti”, es decir, el Hijo glorifica al Padre y el Padre al Hijo. Todo lo que Jesús hace procede el Padre y vuelta al Padre. Y lo que Jesús quiere es justamente eso: que cada persona entre en esa unidad, que cada cristiano pueda tener la conciencia que sus acciones, procedes de esa unidad, tienen origen y destino divinos. Si el discípulo es capaz de conformar su vida con la de Jesús, todos podrán reconocer en él la presencia del Hijo, y, por la presencia del Hijo, la del Padre.

Por eso, podemos decir con el salmista: “«Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré” (Sl 15).

Como la acción de Jesús, también la nuestra está muy limitada a un espacio y un tiempo determinados. Él desea contar con otros, desea contar con nosotros, para continuar su obra en el mundo. No importa que tengamos límites. Él lo sabe. La decisión de anunciarle llena nuestra vida de confianza y esperanza por un mundo mejor, no importa si lo que hacemos es muy poco, pues, como dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium “Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores»” (EG 3). 

Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 17 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
17 mayo



La condición de discípulo incluye la exigencia de renunciar a todo aquello que pueda oponerse al seguimiento de Jesús.

Jesús no sigue los criterios del mundo; elige a los pobres, sencillos, rudos, ignorantes pescadores, carentes de toda humana formación e influencia, ya que los hombres no se convertirán con argumentos y palabras humanas, sino solamente por la gracia de Dios.

Tú también has sido objeto de esa predilección del Señor. Tú debes responder a ese llamado con la misma rapidez y generosidad con que respondieron los apóstoles; quizás a ti no se te exija la renuncia a todas las cosas; pero, sin duda, tu elección para el apostolado supone renunciar a cosas legítimas, a fin de poder ejercer tu apostolado más eficazmente.


P. Alfonso Milagro

FELIZ JUEVES





miércoles, 16 de mayo de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 mayo



Las palabras de Jesús son vida y comunican vida; no podemos permitir que solamente queden escritas; es preciso vivirlas con la mayor intensidad posible.

Para vivirlas, hay que conocerlas y en consecuencia hay que leerlas y meditarlas con frecuencia; por eso te aconsejo como término de estas reflexiones evangélicas que no se te caiga de las manos el santo Evangelio; ha de ser tu libro de cabecera y tu compañero de viaje, tu más frecuente consejero y tu alivio más seguro.

Los demás libros, por buenos que sean, son siempre la palabra del hombre; el Evangelio es la Palabra de Jesucristo.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 16 MAYO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 7ª semana de Pascua
 Hoy, miércoles, 16 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (20,28-38):

En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: «Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estad alerta: acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros. Siempre os he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”» 
Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 67,29-30.33-35a.35b.36c

R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios

Oh Dios, despliega tu poder, 
tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. 
A tu templo de Jerusalén 
traigan los reyes su tributo. R/. 

Reyes de la tierra, cantad a Dios, 
tocad para el Señor, 
que avanza por los cielos, 
los cielos antiquísimos, 
que lanza su voz, su voz poderosa: 
«Reconoced el poder de Dios.» R/.

Sobre Israel resplandece su majestad, 
y su poder, sobre las nubes. 
¡Dios sea bendito! R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (17,11b-19):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 16 de mayo de 2018
Eguione Nogueira, cmf
¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!

Jesús vive, muere y resucita para que los hombres tengan la vida. Pero su entrega no significa propiamente una sustitución a la responsabilidad que tenemos con nuestra vida. Jesús inicia un movimiento, da el primer paso, abre el camino para que el discípulo pueda hacer lo mismo. El se hizo fuente de donde todo procede para los que creen en su palabra. Por eso, la palabra que recibimos como discípulos suyos no debe hacernos inertes ante la vida, sino asumirla con todas sus consecuencias.

La palabra que hemos recibido pide testimonio de nuestra parte, pide que nosotros seamos sus testigos: “Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo” (Jn 17,18). Eso quiere decir que, si el testimonio de Jesús ha encontrado el odio del mundo, no hay que esperar que la condición de los discípulos sea distinta. El mundo sabe que la palabra de Cristo nos hace libres y verdaderos y eso incomoda las estructuras que viven bajo la dictadura de la mentira (hoy las famosas fake news), de la mundanidad y del relativismo.

La palabra de Jesús amenazaba el orden y la tranquilidad del mundo. Su modo de actuar fue considerado subversivo para los poderes de su tiempo: el poder político, de la cultura y de la religión. Por eso, fue juzgado y condenado por ser la encarnación de la subversión, por no aceptar el dominio supremo del mundo y de las potencias que lo gobernaban: la mentira, el odio, la muerte. Asimismo, es la suerte del cristiano que no tiene otra palabra que la de Cristo y otra suerte que la suya.

Es verdad que en nosotros hay un instinto casi irresistible de protección, seguridad y tranquilidad. Un ejemplo se puede ver en los padres que tuvieron que luchar mucho para lograr buenas condiciones para sus hijos y creen que lo mejor es ahorrarles esfuerzos personales. Pero lo que Jesús nos enseña es que el amor no puede ahorrar el sacrificio de las personas amadas. El amor es fiel y la fidelidad no rehúye de los sacrificios. Eso nos ayuda a comprender la entrega de Jesús en la cruz: solo desde la fidelidad al amor es posible comprender la obediencia de Jesús al Padre. Aunque no nos sintamos a la altura de las exigencias evangélicas, no nos sintamos capaces de abrazar los sacrificios que se presentan en la vida, lo importante es dar el primer paso. Como decía el Papa Francisco en la Exhortación Evangelii Gaudium: “Un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades” (EG 44).

Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 16


Décimo sexto día: Explicación de las letanías


Virgo potens

Virgen poderosa: María, que es la Reina de los ángeles y de los hombres, es la soberana de todas las criaturas, y reina al costado de Aquél que esta sentado por encima de los querubines, que mueve los cielos, que cambia los tiempos, que manda los vientos y a las tempestades, y que altera los elementos. Ahora bien, como todo es posible en el cielo y sobre la tierra al Amo de la naturaleza, toda la naturaleza debe obedecer, toda la naturaleza debe  obedecer a aquella a quien él mismo estuvo sometido. Por eso, los ángeles y los santos, que son testigos del gran poder de María, se apresuran a rendirle los homenajes y la obediencia que le deben.

Virgo clemens

Recurran, pobres pecadores, recurran a María, cuyo trono es accesible a los desventurados, y no duden de la buena voluntad y del poder de esta Madre de clemencia, que está siempre dispuesta a recibir y que Jesús no tiene nada que rehusar a aquella por cuya intercesión hizo su primer milagro y que Él destinó para ser abogada de los pecadores. Recurran a María, ustedes que son sus fieles servidores, recurran a ellas con confianza; que si los grandes pecadores encuentran en ella los auxilios que necesitan, ustedes no dejarán de recibir los favores que ella concede, particularmente a aquellos que la aman y que la sirven, imitando sus virtudes.

Ejemplo

Juan, Emperador de Oriente, dio una prueba sorprendente de la devoción que tenía a las imágenes de la madre de Dios. Los escitas habían irrumpido violentamente en la Tracia; concretando una usurpación digna de su mala fe, se convirtieron en los amos. El Emperador, en estas circunstancia que le hacía perder una bella provincia de su imperio, recurrió a la Reina del cielo; y por la intercesión visible que recibió su ejército, rechazó a los bárbaros y los puso en fuga. Entonces, lejos de ser ingrato hacia su libertadora, quiso cederle los honores de esta victoria. Hizo colocar su pintura sobre un carro de triunfo magníficamente tirado por cuatro caballos blancos, montados por los príncipes de su Imperio; y él, presidiendo todo su cortejo, iba a pie, con la cabeza descubierta, delante del carro de triunfo, con una cruz en la mano, otorgando a María toda la gloria. Honremos, a ejemplo de esos grandes personajes, en todas las formas que dependan de nosotros, a las imágenes de la Reina del cielo.

Pidamos a María proteger a la Iglesia y a las familias cristianas contra nuestros enemigos


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

FELIZ MIÉRCOLES!!!





martes, 15 de mayo de 2018

IMÁGENES DE SANTA MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS























QUÉ ES UNA NOVENA?


¿Qué es una Novena?




Los católicos a menudo hablan de las ‘novenas’ y, si no hay un conocimiento previo sobre esta devoción, el nombre puede resultar confuso.

¿Qué es una novena?

Las novenas son una parte antigua de la vida devocional de la Iglesia y muchos remontan el origen de su estructura hasta los días entre la ascensión de Jesús y la fiesta de Pentecostés.

El encargo final de Jesús en la tierra antes de ascender a los Cielos fue que “esperaran la promesa del Padre”.

En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, [Jesús] les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: “La promesa, les dijo, que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días” (Hechos 1,4-5)

Dios cumplió esta promesa en la fiesta judía de Pentecostés, según se describe en el segundo capítulo de Hechos. Esta fiesta judía siempre se celebraba 50 días después de la fiesta de la Pascua judía.

Según san Lucas, Jesús ascendió al Cielo después de aparecerse a los apóstoles “durante cuarenta días” (Hechos 1,3) después de su resurrección. Esto significa que el tiempo entre la ascensión de Jesús y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés es nueve días (sin incluir el día de la ascensión de Jesús).

Muchos cristianos vieron estos nueve días de oración como un modelo de rezo y desarrollaron devociones que consistían en nueve días (o meses) de oración por una intención específica o un santo en particular.

Este número se consideraba de inspiración divina, así que las ‘novenas’ (de la palabra latina novem, nueve), se entendían como una forma perfecta para rezar.

Una de las novenas más antiguas fue un periodo de oración de nueve meses antes de la fiesta de Navidad, en imitación del piadoso embarazo de María.

El número nueve no tardó mucho en ser empleado en todo tipo de situaciones, como una novena de misas celebradas por una persona o una novena de oraciones para la restauración de la salud. Así nació la ‘novena’ y se convirtió en parte central de la devoción católica.



© Philip Kosloski - Aleteia

LOS COLORES Y EL ARCO IRIS


Los colores y el arco iris




Un día los colores riñeron... todos decían ser el mejor.

El verde dijo: "Soy símbolo de la vida y esperanza. Cubro el campo y las hojas".

El azul interrumpió: "Tú solo piensas en la tierra, pero también debes pensar en el cielo y el mar. El agua es el fundamento de la vida. El cielo da espacio, paz y serenidad".

El amarillo dijo: "Ustedes son tan serios; yo traigo risa y alegría. El sol es amarillo; al mirar un girasol todos sonríen, sin mí no habría diversión".

El anaranjado replicó "Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Llevo las vitaminas más importantes, piensen en la zanahoria y naranja. Cuando lleno el cielo y el amanecer o a la caída del sol, mi belleza es la más impresionante".

El rojo gritó: "Soy el que gobierna, soy la sangre de la vida. Estoy dispuesto a luchar por la causa, traigo el fuego de la sangre, soy la pasión y el amor".

El violeta dijo "Soy de la realeza, el poder. Los reyes, comandantes y obispos siempre me han escogido porque soy el símbolo de autoridad y sabiduría, la gente me escucha y obedece".

Finalmente el añil habló: "Soy el color del silencio difícilmente me notaré pero sin mi todo sería más superficial. Represento el pensamiento y la reflexión".

Los colores siguieron alardeando, cuando hubo un destello sorprendente. La lluvia comenzó a caer implacable, los colores se agacharon y con temor se acercaba el uno con el otro para abrigarse.

La lluvia dijo: "Ustedes colores necios luchan entre sí cada uno tratando de dominar al resto. ¡No saben que cada uno fue hecho con un propósito especial único y diferente! Tómense de las manos y vengan a mí".

La lluvia continuó: "De ahora en adelante cuando llueva se unirán y cruzarán el cielo formando un gran arco de color como recuerdo que todos pueden vivir en paz".

El arco iris es símbolo de esperanza para el mañana, así que cada vez que la lluvia baña la tierra, un arco iris nace en el cielo ayudándonos a recordar que Dios pide amarnos unos a otros.

Dios nos ha hecho diferentes, pero cuando estamos unidos creamos la más grande acuarela, la cual en las manos del gran Maestro producirá la majestuosa pintura de la Unidad.

EL DON DE LA PIEDAD - ESPÍRITU SANTO


El don de la Piedad
Los dones del Espíritu Santo y la oración. El Espíritu sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios y los demás.


Por: P. Donal Clancy, L.C. | Fuente: la-oracion.com 




Para una buena oración ayudan mucho las actitudes del corazón. Una de estas actitudes es la del hijo, y es la que vamos a reflexionar ahora a la luz del don de la piedad.

¿Qué es un corazón filial? A veces uno encuentra almas de verdad "filiales". En la vida, significa una persona muy a gusto con sus papás, atenta, agradecida, considerada, "que se siente como en casa" junto a ellos. Por el contrario, entendemos lo triste que es carecer del buen corazón filial, el hijo malagradecido o sencillamente egoísta.


¿Cómo tener un corazón filial con Dios?

En la vida espiritual, la persona con corazón filial tiene una relación muy "fresca" con Dios, muy abierta a Él, confiada en Él. Esta persona también disfruta acudir con la Santísima Virgen María. Se siente hijo de la Iglesia, del Papa. Si pertenece a una congregación religiosa, vive una relación confiada con los superiores. Normalmente un alma así tiene una vida de oración fervorosa, y se palpa la presencia del don de la piedad.

Y en relación a nosotros, ¿cómo puede ser nuestro corazón filial delante de Dios? Ya somos hijos de Dios por el bautismo. Al designar a Dios con el nombre de "Padre", la revelación acoge la experiencia de la paternidad y maternidad humanas para revelar quién es Dios Padre. Más aún, Dios transciende también la paternidad y la maternidad humanas, con sus valores y fallos. Nadie es padre como lo es Dios. Y nadie es huérfano de Dios.

¿Qué es el don de piedad?

El don de la piedad perfecciona esta experiencia de la fe. El Espíritu sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios y para con los hermanos. La ternura como actitud sinceramente filial para con Dios se expresa en la oración. La experiencia de la propia pobreza existencial, del vacío que las cosas terrenas dejan en el alma, suscita en el hombre la necesidad de recurrir a Dios para obtener gracia, ayuda, perdón. El don de la piedad orienta y alimenta dicha exigencia, enriqueciéndola con sentimientos de profunda confianza para con Dios, experimentado como Padre providente y bueno. (Cfr. Juan Pablo II, 28 de mayo de 1989). Santo Tomás lo explica así: "los dones del Espíritu Santo son ciertas disposiciones habituales del alma que la hacen ser dócil a la acción del Espíritu Santo. Ahora bien: entre otras mociones del Espíritu Santo, hay una que nos impulsa a tener un afecto filial para con Dios, según expresión de Rom 8,15: Habéis recibido el Espíritu de adopción filial por el que clamamos: ¡Abba! ¡Padre!" (ST II II 121 1).

Frutos de la piedad

Esta moción nos permite "sentir" a Dios como Padre buenísimo y amoroso casi de modo inmediato, se podría decir con "una primariedad sobrenatural". El corazón se dilata de amor y de confianza para con Dios. La oración ya no es la búsqueda penosa de un ausente, sino el despertarnos a la mirada amorosa del Presente: un Dios que ya está esperándonos en la oración, escudriñando nuestro corazón, el padre que "ve en lo secreto y recompensará". Es cierto que muchas veces entrar en la presencia de Dios necesita un trabajo nuestro, y debemos hacerlo. Con el ejercicio de la virtud, se hace más fácil, pronto. Pero cuando el Espíritu Santo nos dona la piedad podemos espontáneamente aclamar "Abba". Los ejercicios de piedad dejan de ser una carga pesada y se hacen una verdadera necesidad del alma, un suspiro del corazón hacia Dios. Incluso cuando la sequedad turba la facilidad sensible de la comunicación con Dios, el don de la piedad es capaz de recibir esta privación penosa con paciencia, y aun con alegría, porque viene de un Padre que no se oculta sino para que el alma le busque. Y, como no desea sino darle gusto, goza en padecer por Él. Así Cristo en medio de oración sufrida en Getsemaní no dejó de decir "Abba. Padre"

Pidamos este don al Padre, pidiéndole que escuche la oración de Jesucristo mismo: "Rogaré al Padre para que os envíe otro Paráclito" (Jn 14, 16).

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 15


Décimo quinto día: Explicación de las letanías



Virgo veneranda

Virgen venerable. Leemos en la Escritura que cuando Betsabé se fue a encontrarse a Salomón para hablarle, este rey se levantó prestamente para hacerle los cumplimientos que merecía, y que después de haberla saludado respetuosamente, la sentó en un trono que hizo colocar al lado del suyo, con el fin de honrar públicamente a la autora de sus días. Ahora bien, si este honor convenía a la madre de un Rey, ¿qué gloria, qué distinción conviene a aquella que, por su calidad de Madre de Dios, tiene derechos incomparablemente más santos y mas claros a los honores? Igualmente, Jesucristo para honrar a María, le concedió todos los privilegios y la preeminencia que convenía a tal hijo conceder a tal Madre. Igualmente, ella forma en el cielo un rango aparte: tiene un orden separado, siempre, debajo de Dios, pero siempre por encima de o que no es Dios.

Virgo predicanda

Virgen digna de alabanza. Esforcémonos por ofrecer a María el tributo de nuestras alabanzas y, a ejemplo d esta señora que exclamó al ver al salvador: Dichosas las entrañas que te tuvieron y los pechos que te amamantaron; celebremos su gloria y su honor, porque todo es honorable en ella, que el cielo y la tierra no presentan un objeto más digno de nuestros homenajes y de nuestras alabanzas, después de Dios, que María.

Ejemplo

El admirable san Luís, honor y ejemplo de los reyes, tenía una devoción tan tierna y tan viva por la Santísima Virgen, y tanto amor por su humildad, que para honrarla y para imitarla, hacia reunir todos los sábados, días consagrados a María, una multitud de pobres en su palacio, en su apartamento mismo. Ahí, siguiendo el ejemplo del Salvador, les lavaba los pies en una vacía y los secaba con sus manos reales; enseguida, les besaba con  un respeto que hacía ver que reconocía en ellos a los miembros de Jesucristo; después de aquello, para juntar la caridad con la humildad, los hacía comer, y los servía él mismo en la mesa. Terminaba con una rica limosna que distribuía a cada uno de ellos, siempre en honor de la Reina del cielo y de la tierra. Había deseado morir un sábado, como para coronar con el homenaje de sus últimos suspiros todos los honores que había rendido cada semana  de su vida ese día. Fue escuchado. María quiso que ese día de honor para ella fuese también el de la entrada al la gloria al cielo para su fiel servidor.
Merezcamos, por nuestra caridad, que los pobres nos alaben delante de Dios


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...