jueves, 15 de febrero de 2018

LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN


La conversión del corazón
Jueves después de Ceniza. ¿A quién dirigimos el corazón? ¿Hacia quién me estoy dirigiendo yo? 


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Reflexionar es una conversión que no debe ser solamente una conversión exterior, sino que debe ir sobre todo hacia la conversión del corazón. La conversión del corazón que viene a ser el núcleo de toda la Cuaresma, es vista por la Escritura, como un momento de elección por parte del hombre que debe dirigir a Alguien. La pregunta es: ¿A quién dirigimos el corazón? ¿Hacia quién me estoy dirigiendo yo? En este período en el cual la Iglesia nos invita a reflexionar más profundamente tenemos que preguntarnos: ¿Hacia dónde voy yo?

En la primera lectura Dios pone delante del pueblo de Israel el bien y el mal, diciéndole que puede elegir, decir a quién quiere servir, qué quiere hacer de su vida. Tú también vas a decidir si quieres vivir tu vida amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a Él, o vas a tener un corazón que se resiste. Es en lo profundo de nuestra intimidad donde acabamos descubriendo hacia quién estamos orientando nuestra vida.

La Escritura nos habla por un lado de un corazón que se resiste a Dios y por otro lado de un corazón que se adhiere a Dios. Mi corazón se resiste a Dios cuando no quiero ver su gracia, cuando no quiero ver su obra en mi vida, cuando no quiero ver su camino sobre mi existencia. Mi corazón se adhiere a Dios, cuando en medio de mil inquietudes, vicisitudes, en medio de mil circunstancias yo voy siendo capaz de descubrir, de encontrar, de amar, de ponerme de delante de Él y decirle: "aquí estoy, cuenta conmigo".

Jesús en el Evangelio nos presenta esta elección, entre resistencia del corazón y la adhesión del corazón como una adhesión por Él o contra Él: "El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue su cruz cada día y se venga conmigo." Una conversión que no es solamente el cambiar el comportamiento; una conversión que no es simplemente el tener una doctrina diferente; una conversión que no es buscarse a sí mismo, sino seguir a Jesucristo. Esta es la auténtica conversión del corazón.

Jesús pone como polo opuesto, como manifestación de la resistencia del corazón el querer ganar todo el mundo. ¿Qué prefieres tú? ¿Cuál es la opción de tu vida, cuál es el camino por el cual tu vida se orienta, ganar todo el mundo si no te ganas a ti mismo?, pero si has perdido a base de la resistencia de tu corazón lo más importante que eres tú mismo, ¿cómo te puedes encontrar?. Solamente te vas a encontrar adhiriéndote a Dios.

Deberíamos entrar en nuestra alma y ver que estamos ganando o qué estamos perdiendo, a qué nos estamos resistiendo y a quién nos estamos adhiriendo. Este es el doble juego que tenemos que hacer y no lo podemos evitar. Nuestra alma, de una forma u otra, se va a orientar hacia adherirse a Dios, automáticamente está construyendo en su interior la resistencia a Dios. El alma que no busca ganarse a sí misma dándose a Dios, está automáticamente perdiéndose a sí misma.

Son dos caminos. A nosotros nos toca elegir: "Dichoso el hombre que confía en el Señor, éste será dichoso; en cambio los malvados serán como paja barrida por el viento. El Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo": ¿Qué camino llevo en este inicio de Cuaresma? ¿Es un camino de seguimiento? Me dice Nuestro Señor: ¿Eres de los que quieren estar conmigo, de los que quieren adherirse a Mí? ¿O eres de los que se resisten?

PAPA FRANCISCO EMITE MOTU PROPRIO SOBRE PROCESOS DE RENUNCIA DE OBISPOS Y CARGOS PONTIFICIOS


El Papa emite Motu Proprio sobre procesos de renuncia de obispos y cargos pontificios
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




La Santa Sede ha hecho pública una nueva Carta Apostólica en forma Motu Proprio del Papa Francisco que, con el título de “Aprender a despedirse”, regula la renuncia por motivo de edad de los titulares de algunos oficios de designación pontificia.

Mediante este Motu proprio, se integra la legislación canónica y se realizan algunas modificaciones de la Resolución Pontificia Rescriptum ex audientia del 2 de noviembre de 2014 sobre la renuncia de Obispos Diocesanos y de titulares de oficios de designación pontificia.

El Papa Francisco establece en el artículo 1 de la Carta Apostólica que “al cumplir los setenta y cinco años de edad los obispos diocesanos y eparquiales, y cuantos sean equiparables en los cánones 381 § 2 CIC y 313 CCEO, así como los obispos coadjutores y auxiliares o titulares con encargos pastorales especiales, son invitados a presentar al Sumo Pontífice la renuncia a sus oficios pastorales”.

En el artículo 2 se dice que “cumplidos los setenta y cinco años, los Jefes de Dicasterio de la Curia Romana no cardenales, los prelados superiores de la Curia Romana y los obispos que desempeñen otros oficios o dependencias de la Santa Sede, no cesan ipso facto de sus oficios, sino que deben presentar la renuncia al Sumo Pontífice”.

A continuación, en el artículo 3 se señala que “del mismo modo, los representantes pontificios no cesan ipso facto de sus oficios al cumplir los setenta y cinco años de edad, sino que, en tal circunstancia, deben presentar la renuncia al Sumo Pontífice”.


El artículo 4 de la Carta Apostólica afirma que “para ser efectiva, la renuncia a la que hacen referencia los artículos 1 al 3 debe ser aceptada por el Sumo Pontífice, que decidirá evaluando las circunstancias concretas”.

Por último, en el artículo 5 se señala que “una vez presentada la renuncia, el oficio al que se refieren los artículos 1 al 3 será considerado prorrogado hasta que no se haya comunicado al interesado la aceptación de la renuncia o la prórroga, por un tiempo determinado o indeterminado, contrariamente a lo establecido en los cánones 189 § 3 CIC y 970 § 1 CCEO”.


Nueva forma de disponibilidad

En la parte introductoria del Motu Proprio, el Santo Padre señala que “la finalización de un oficio eclesial debe considerarse parte integrante del servicio mismo, en cuanto requiere de una nueva forma de disponibilidad”.

“Esta actitud interior –afirma– es necesaria tanto cuando, por razones de edad, se debe preparar para dejar el encargo, como cuando se pide continuar con el servicio por un período más largo a pesar de haber alcanzado la edad de setenta y cinco años”.

Recuerda que “quien se dispone a presentar la renuncia necesita prepararse adecuadamente ante Dios, despojándose de los deseos de poder y de la pretensión de ser indispensable. Esto permitirá atravesar con paz y confianza tal momento que, de otra forma, podría resultar doloroso y conflictivo”.

Al mismo tiempo, “quien asume en la verdad esta necesidad de decir adiós, debe discernir en la oración cómo vivir la etapa que va a iniciar, elaborando un nuevo proyecto de vida caracterizado, en lo posible, por la austeridad, la humildad y la oración de intercesión, tiempo dedicado a la lectura y a la disponibilidad para desempeñar los servicios pastorales”.

Por otra parte, “si excepcionalmente se pide continuar con el servicio por un período más largo, ello implica abandonar, con generosidad, el nuevo proyecto personal. Esta situación, sin embargo, no debe considerarse como un privilegio o como un triunfo persona, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o de la cercanía, ni tampoco como agradecimiento por la eficacia de los servicios dados”.

“Toda eventual prórroga debe comprender sólo algunos motivos siempre vinculados al bien eclesial. Esta decisión pontificia no es un acto automático, sino un acto de gobierno. En consecuencia, requiere de la virtud de la prudencia que ayudará, por medio de un adecuado discernimiento, a tomar la decisión apropiada”.

Algunas razones citadas por el Papa por el que se podría prorrogar un encargo: “la importancia de completar adecuadamente un proyecto muy importante para la iglesia; la conveniencia de asegurar la continuidad de obras importantes; algunas dificultades relacionadas con la composición del Dicasterio en un período de transición; la importancia de la contribución personal que dicha persona puede aportar a la aplicación de directivas recientemente adoptadas por la Santa Sede, o también a la recepción de nuevas orientaciones magisteriales”.

4 MANERAS DE SABER CUÁNDO ALGUIEN REALMENTE TE AMA


4 maneras de saber cuándo alguien realmente te ama
El amor se basa en un compromiso, no en lo que conviene en el momento. El amor es una decisión, no un sentimiento


Por: Dave Willis | Fuente: Dave Willis´s Blog // Píldoras de Fe 




Hace un tiempo visité uno de mis lugares favoritos en esta Tierra: El Orfanatorio Casa Shalom en Guatemala. Casa Shalom significa “Casa de paz” y realmente es un lugar de paz y amor para los casi 100 niños que viven ahí.

Mi amigo Josh dirige el orfanatorio junto con su esposa Jessica. Él nos estaba mostrando el lugar e iba contando la historia de cómo había llegado cada niño ahí. El me dijo:

"Este es Eduardo; sus padres fueron asesinados por narcotraficantes. Ella es Rosa; ella y sus hermanos vivían en  la calle antes de que los trajeran aquí, comían del basurero y estaban malnutridos”.

Cada niño tenía una historia y todas ellas eran muy tristes. A pesar de que provenían de hogares rotos, estos niños ahora se veían felices y saludables.

Josh los conoce a cada uno por su nombre y parecía un padre orgulloso cuando abrazaba a unos o relataba los logros de otros, que eran buenos para el futbol, el arte o la música.


Una adolescente se acercó a Josh y le dio un abrazo. Mientras se alejaba contenta, a Josh se le humedecieron los ojos. Así me platicó su historia:

"Su nombre es Margarita. Ella creció en un hogar donde fue abusada de una forma horrible. Su padre era alcohólico y abusaba de ella de las peores maneras. Eventualmente la sacaron de esa casa y la pusieron al cuidado de una tía y su esposo, pero éste abusó de ella de la misma forma terrible en que lo había hecho su padre.

Ella tuvo que ser llevada a otros hogares, pero en cada uno, las personas que debieron protegerla, abusaron de ella.

Cuando finalmente llegó aquí, tenía el corazón desecho y estaba completamente sola. No confiaba en nadie, casi no hablaba. No estábamos seguros si algún día lograríamos ayudarla. Continuamos nuestra oración por ella y hacíamos todo lo mejor para mostrarle que el amor de Dios existe, pero después de varios meses, nada funcionaba”

Josh hizo una pausa para secar sus lágrimas y continuó:

"Una noche, mi esposa Jessica y yo estábamos sentados disfrutando el atardecer como usualmente lo hacemos, mirando a los niños jugar futbol y a las niñas jugar a la cuerda.

Admirábamos todos los hermosos sonidos que producían en la casa, cuando algo inesperado pasó. Margarita se acercó y se sentó a mi lado. Ella siempre había mantenido su distancia, especialmente con los hombres, pero ese día se acercó y lo que hizo me dejó sin aliento.

Apoyó su cabeza en mi hombro. Yo contuve mi respiración, esperando a que hablara. Cuando finalmente lo hizo me dijo estas palabras que nunca olvidaré:

"Cuando llegué, nunca pensé que pudiera sentirme segura ni de que alguien realmente me amaría, pero ahora, sé que aquí estoy segura y creo que tú realmente me amas"

Ese momento cambió la vida de Josh y le mostró un panorama de lo que realmente significa el amor.

La manera en que Dios nos ama y la manera en que Josh y su esposa Jessica mostraron amor a Margarita (y a cada niño en Casa Shalom), nos puede enseñar cómo debe ser realmente el amor.

Nuestra cultura ha tratado de redefinir el “amor” como algo que se limita a un sentimiento, pero el verdadero amor es algo mucho mayor a eso.

En cada relación sana, si alguien realmente ama, hace lo siguiente (y tú deberías hacerlo por él o ella también). Es la mayor prueba de amor.

Si alguien realmente te ama, entonces:

1.- Te dará lo que necesitas, incluso cuando no estés en posición de pagarle.
Cuando haces algún bien a alguien esperando recompensa, eso no es amor, es solo querer buscar una relación. El verdadero amor requiere dar algo a alguien sin pensar en recibir algo a cambio.

El amor nunca puede pagarse. El amor solo puede ser ofrecido y recibido libremente, sin precio ni condición.


2.- Trabajará para sanar tus heridas y protegerte de que no recibas nuevas
Cuando amas a alguien, ¡Debes ser la persona que enjuga sus lágrimas, no quien las causa!

El amor promueve sanación del pasado, paz en el presente y protección para el futuro. Así se reconoce el verdadero amor


3.- Si alguien te ama te ayudará a ser mejor
Si esa persona te ama de verdad, te aceptará en tu peor momento, mientras te apoya a que te conviertas en una mejor persona.

Cuando alguien realmente te ama, no tratará de cambiarte, pero tampoco te dejará estancarte sin lograr llegar a la plenitud que Dios pensó para ti.

El verdadero amor significa estar completamente comprometido con alguien, incluso cuando esa persona no pueda ser amada en ese momento.

Si alguien realmente te ama, creerá en ti, incluso en esos momentos cuando tú también dudas de ti mismo.


4.- ¡Nunca te abandonará!
El amor se basa en un compromiso, no en lo que conviene en el momento. El amor es una decisión, no un sentimiento. Si alguien realmente te ama, su compromiso durará incluso ante cualquier circunstancia de la vida.

Dios nos muestra Su Amor, hacienda cada una de estas cuatro acciones y nos llama a que nosotros también lo hagamos unos con otros.

Si no estás seguro de cómo empezar, aquí se nos explica cómo debemos amar (directamente de la Fuente):

"El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo" (1 de Corintios 13, 4-7)

Déjate guiar por el amor en tu vida y siempre estarás en camino de la dirección correcta.

ORACIÓN DE ACTO DE CONFIANZA EN DIOS - SAN CLAUDIO D ELA COLOMBIERE


Acto de confianza de San Claudio de la Colombiere


Esta admirable fórmula del Acto de confianza es propiamente parte de un sermón del Santo sobre el amor de Dios: Oeuvres, IV, 215. Cf. carta XCVI.

Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis solicitudes: «en paz me duermo y al punto descanso, porque tú, Señor, me has afirmado singularmente en la esperanza» (Sal 4,10). Despójenme, en buena hora, los hombres de los bienes y de la honra, prívenme las enfermedades de las fuerzas e instrumentos de serviros; pierda yo por mí mismo vuestra gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza; antes la conservaré hasta el último suspiro de mi vida y serán vanos los esfuerzos de todos los demonios del infierno por arrancármela: en paz me duermo y al punto descanso. 

Que otros esperen la dicha de sus riquezas o de sus talentos: que descansen otros en la inocencia de su vida, o en la aspereza de su penitencia, o en la multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones; en cuanto a mí toda mi confianza se funda en mi misma confianza: «Tú, Señor, me has afirmado singularmente en la esperanza» (Sal 4,10). Confianza semejante jamás salió fallida a nadie: «Nadie esperó en el Señor y quedó confundido» (Sir 2,11). Así que seguro estoy de ser eternamente bienaventurado, porque espero firmemente serlo, y porque eres Tú, Dios mío, de quien lo espero: «en Ti, Señor, he esperado; no quedaré avergonzado jamás» (Sal 30,2; 70,1). 

Conocer, demasiado conozco que por mí soy frágil y mudable; sé cuánto pueden las tentaciones contra las virtudes más robustas; he visto caer las estrellas del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de eso logra acobardarme. Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia; y de que esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable. 

En fin, para mí es seguro que nunca será demasiado lo que espere de Ti, y que nunca tendré menos de lo que hubiere esperado. Por tanto, espero que me sostendrás firme en los riesgos más inminentes y me defenderás en medio de los ataques más furiosos, y harás que mi flaqueza triunfe de los más espantosos enemigos. Espero que Tú me amarás a mí siempre y que te amaré a Ti sin intermisión, y para llegar de un solo vuelo con la esperanza hasta dónde puede llegarse, espero a Ti mismo, de Ti mismo, oh Criador mío, para el tiempo y para la eternidad. Amén.

SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIERE, JESUITA ENTREGADO AL CORAZÓN DE JESÚS, 15 FEBRERO


Hoy 15 de febrero recordamos a San Claudio de la Colombiere, jesuita entregado al Corazón de Jesús


 (ACI).- El 15 de febrero la Iglesia Católica conmemora a San Claudio de la Colombiere, sacerdote jesuita francés del siglo XVII (17) que escribió sobre las visiones del Sagrado Corazón de Jesús de otra gran santa: Margarita María Alacoque.

Cuando canonizó a Claudio en 1992, el entonces Beato Juan Pablo II lo presentó como modelo jesuita, recordando cómo "se entregó por completo al Sagrado Corazón, 'siempre abrasado de amor.' Incluso practicó olvido de sí mismo con el fin de alcanzar la pureza del amor y de elevar el mundo a Dios".


Nacido en el sur de Francia durante 1641, San Claudio era parte de una familia de siete hijos, cuatro de los cuales entraron en el sacerdocio o la vida religiosa. Asistió a una escuela de la Compañía de Jesús en su juventud e ingreso a la orden a los 17 años.

Como novicio Claudio admitió tener una "terrible aversión" al riguroso entrenamiento requerido por la orden, pero el noviciado logró incrementar su talento natural, lo que lo llevaría luego a hacer un voto privado para obedecer las reglas lo más perfectamente posible.

Después de completar los períodos de estudio, Claudio fue ordenado sacerdote en 1669. Conocido como un gran predicador, también enseñó en la universidad y sirvió como tutor de los hijos del ministro de finanzas del rey Luis XIV.

En 1674, fue elegido superior de una casa de los jesuitas en la ciudad de Paray-le-Monial. En ese tiempo, cuando también fue confesor en un convento de monjas de la localidad, Claudio hizo parte de diversos acontecimientos que cambiarían su propia vida y la historia de la Iglesia en Occidente.

Una de esas monjas era Santa Margarita María de Alacoque, quien decía haber experimentado revelaciones privadas de Cristo instando a la devoción a su corazón. Dentro del convento, sin embargo, esta noticia –que el tiempo y la Iglesia se encargaría de mostrar que era verdadera– fue recibida con cierto desprecio.

Durante su tiempo en Paray-le-Monial, el Padre Claudio se convirtió en el director espiritual de esta gran Santa y escucha cuidadosamente su testimonio sobre las revelaciones, llegando a la conclusión de que la hermana Margarita María las había efectivamente recibido de manera extraordinaria.

Los escritos de Claudio La Colombière, y su testimonio de la realidad de las experiencias de la Santa, ayudaron a establecer el Sagrado Corazón como un puntal de la devoción católica. Esto, a su vez, ayudó a combatir la herejía jansenista, que afirmaba que Dios no quiere la salvación de algunas personas.

En el otoño de 1676, el Padre Claudio, fue llamado a Inglaterra. Durante un momento de tensión en el país religiosamente desgarrado, ejerció su ministerio como capellán y predicador de María de Módena, una católica que se había convertido en la duquesa de York.

En 1678, un falso rumor se extendió sobre un supuesto complot católico contra la monarquía Inglés. La mentira llevó a la ejecución de 35 personas inocentes, entre ellos ocho jesuitas. El P. Claudio no fue asesinado pero fue acusado, arrestado y encerrado en un calabozo durante varias semanas.


El jesuita francés soportó heroicamente la prueba, pero las condiciones en la prisión maltrataron mucho su salud antes de su expulsión de Inglaterra. Volvió a Francia en 1679 y reanudó su trabajo como maestro y sacerdote, fomentando el amor por Sagrado Corazón de Cristo entre los fieles.

En 1681, Claudio La Colombière volvió a Paray-le-Monial, el sitio de las revelaciones de Santa Margarita María Alacoque.

Allí, en 1682, cuando solo tenía 41 años, el sacerdote murió de una hemorragia interna el primer domingo de Cuaresma un 15 de febrero.

Fue beatificado en 1929 –nueve años después de la canonización de Santa Margarita María Alacoque– y canonizado 63 años después por San Juan Pablo II.


****************

San Claudio de la Colombiere
15 de Febrero


En la Iglesia Católica hay 12 santos que se llaman Claudio, y éste es el más moderno. Tiene el honor de haber sido el director espiritual de la propagadora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, Santa Margarita María Alacoque.

Nació cerca de Lyon, en Francia, en 1641. De familia muy piadosa y acomodada, al principio sentía mucho temor a entrar a una comunidad religiosa. Pero llevado a estudiar a un colegio de los Padres Jesuitas, adquirió un enorme entusiasmo por esta Comunidad y pidió ser admitido como religioso jesuita. Fue admitido y en la ciudad de Avignon hizo su noviciado y en esa misma ciudad dio clases por bastantes años.

El año en que fue declarado santo San Francisco de Sales (1665) los superiores encomendaron a Claudio de la Colombiere que hiciera el sermón del nuevo santo ante las religiosas Salesas o de la Visitación. Y en aquella ocasión brillaron impresionantemente las cualidades de orador de este joven jesuita, y las religiosas quedaron muy entusiasmadas por seguir escuchando sus palabras.

El Padre Claudio preparaba con mucho esmero cada uno de sus sermones, y los escribía antes de pronunciarlos. No los leía al público, porque la lectura de un sermón le quita muchísima de su vitalidad, pero antes de proclamarlos se esmeraba por ponerlos por escrito. En Avignon, en Inglaterra, y en París impresionó muy provechosamente a los que lo escuchaban predicar.

Uno de los más provechosos descubrimientos de su vida fue el de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, tomado de las revelaciones que recibió Santa Margarita. Cuando Claudio cumplió los 33 años (edad en que murió Cristo) se propuso, después de hacer un mes de Retiros Espirituales, morir al mundo y a sus vanidades y dedicarse totalmente a la oración, a la vida interior, a la predicación y a la enseñanza del catecismo, y a dirigir cuantas más almas pudiera, por el camino de la santificación.

El Sagrado Corazón de Jesús ante Santa Margarita María. En 1675 el Padre Claudio fue nombrado superior del colegio de los jesuitas en Paray le Monial, la ciudad donde vivía Santa Margarita. Esta santa se encontraba en un mar de dudas, y no hallaba un director espiritual que lograra comprenderla. Le había contado a un sacerdote las revelaciones y apariciones que le había hecho el Sagrado Corazón de Jesús, pero aquel sacerdote, que sabía poco de mística, le dijo que todo eso eran engaños del demonio. Entonces ella se dedicó a pedirle a Nuestro Señor que le enviara un santo y sabio sacerdote que la comprendiera, y su oración fue escuchada.

Escribe así Santa Margarita: "El Padre Claudio vino a predicarnos un sermón, y mientras él hablaba oí en mi corazón que Jesucristo me decía: ‘He aquí al sacerdote que te he enviado’. Después del sermón fui a confesarme con él, y me trató como si ya estuviera enterado e informado de lo que me estaba sucediendo. En la segunda confesión que hice con él le informé que yo sentía una gran aversión y repugnancia a confesarme, y me dijo que me felicitaba por esto, pues con vencer la tal aversión podía cumplir aquel mandato de Jesús que dice: ‘El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo’. Este piadoso sacerdote me fue guiando con gran sabiduría, y demostrando un gran respeto por mi alma me fue diciendo todo lo bueno y lo malo que había en mi corazón, y con sus consejos me consoló muchísimo. Me insistía continuamente que aceptara cada día el que se cumpliera en mí todo lo que la Santa Voluntad de Dios permitiera que me sucediera, y me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir las comunicaciones divinas con fe y humildad".

Claudio no sólo dirigió espiritualmente a la santa que el Sagrado Corazón escogió para hacerle sus revelaciones sino que dedicó toda su vida restante y sus muchas energías en propagar por todas partes la devoción del Corazón de Jesús.

Fue enviado el santo sacerdote a Inglaterra, y allí, como predicador de los altos empleados del gobierno, logró muchas conversiones de protestantes hacia el catolicismo. Su tema favorito era la devoción al Sagrado Corazón. Pero los protestantes, que eran muy poderosos en aquel país, le inventaron toda clase de calumnias y obtuvieron que fuera puesto preso y condenado a muerte. Sólo la intervención del rey Luis XIV de Francia logró que no lo mataran. Pero los meses pasados en la prisión le destruyeron casi por completo su salud.

Fue expulsado de Inglaterra a Paray le Monial, la ciudad desde donde se propagó a todo el mundo la devoción al Corazón de Jesús. Santa Margarita le anunció que él moriría en aquella ciudad, y así sucedió el 15 de febrero del año 1682. Santa Margarita recibió una revelación en la cual se le decía que el Padre Claudio estaba ya en el cielo.

El Papa Juan Pablo II lo declaró santo en 1992.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 15 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
15 de Febrero



Cuando Magdalena se alejó de la presencia del Señor ya perdonada, quedaron en la sala dos símbolos: del pasado y del presente: un frasco de esencias roto, de aquellas esencias excitantes, que daban a María incentivos de pecado; y unas lágrimas, dolor de un alma totalmente purificada.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 14 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
14 de Febrero



En el Evangelio Jesús asienta un principio fundamental en su doctrina: No busques la recompensa de tus obras en la opinión de los hombres; no deja de llamar la atención la insistencia con la que el Señor Jesús nos repite varias veces la expresión: Para ser vistos por los hombres.

Esto debe impulsarte a realizar tus obras no para ser visto, o ser reconocido por los hombres; en ese caso dice Jesús que ya has conseguido tu recompensa.

Obra más bien por Dios, sin preocuparte de que los demás aprueben o desaprueben tu modo de obrar; si obras por Dios, por amor a Dios, por fidelidad a Dios, que se te manifiesta en tu conciencia, podrás esperar de Dios la recompensa de tus buenas obras.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 15 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Jueves después de Ceniza
 Hoy, jueves, 15 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (30,15-20):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 1

R/. Dichoso el hombre 
que ha puesto su confianza en el Señor

V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 15 de febrero de 2018
Severiano Blanco, misionero claretiano


Queridos hermanos:

Hoy se habla mucho de la “calidad de vida”. A veces, abusando de ese concepto, se le opone el de “muerte digna”, y se piensa en la eutanasia. En referencia a alguien que pasa por grandes dolores o tribulaciones, siempre hemos oído la expresión: “eso no es vivir”. Jesús distinguía entre los vivos vivos y los vivos muertos; al alguien que pretendió posponer su seguimiento por esperar a dar sepultura a su padre, Jesús le respondió: “deja a los muertos que entierren a sus muertos” (Lc 9,60). Los que no están con Jesús son designados como “los muertos”, aunque se muevan; solo en él está la vida.

El Deuteronomio nos habla hoy de una vida en harmonía con Dios y con la naturaleza, una vida sabiamente orientada, que hace al hombre comparable a un árbol lozano, permanentemente regado por un manso riachuelo, cuyas hojas, por lo mismo, no se amustian. Frente a esta posibilidad está la de la impiedad, la de tomar por Dios lo que no es Dios, la de divinizar lo banal e inconsistente: ese insensato idólatra, quizá idólatra de sí mismo, se convierte en paja que arrebata el viento.

El lenguaje de Jesús es muy cercano al Deuteronomio y al Salmo 1º. Con un estilo didáctico muy de su agrado, nos lleva Jesús a la paradoja: el que se entrega a Dios y a los demás, ese se conserva a sí mismo, vive de verdad, a fondo; su vida es una bendición. Pero el que, de forma egoísta, se cierra sobre sí mismo, o se concentra exclusivamente en sus intereses, termina experimentando la frustración y el vacío. No hace falta, para ello, esperar a la otra vida; esto es experiencia humana, siempre actual; y, por supuesto, experiencia cristiana. ¡Cuánta felicidad acumulan miles de misioneros que, dejando la opulenta Europa, han marchado a tierras lejanas, para vivir entre personas que carecen de lo más elemental! Su vida de entrega se ha convertido para ellos en una fuente de alegría, más profunda que todo lo que pudiera brindarles nuestra sociedad de consumo. Esto nos lo cuentan igualmente jóvenes que se han desplazado por un tiempo, en plan de voluntariado, a ayudar en países en vías de desarrollo.

Cuentan de Santa Teresa de Calcuta que, en cierta ocasión, alguien, admirando su servicio a los últimos, le dijo: “yo eso no lo haría por todo el dinero del mundo”, a lo cual ella respondió: “y yo tampoco”.

Las palabras de Jesús están llenas de sabiduría y responden a la más profunda experiencia humana: existe la posibilidad de entregarse y la de reservarse, que acaban traduciéndose respectivamente en autorrealización y autodestrucción. En el caso de Jesús, San Pablo nos recuerda que, gracias a ese su camino de entrega y abajamiento, el Padre “le elevó sobre todo y le concedió un título superior a cualquier título” (Flp 2,9); y a los seguidores que imitan su estilo los espera la conocida invitación: “venid, benditos de mi Padre, pues tuve hambre y me disteis…” (Mt 25, 34).

Los tres textos litúrgicos de hoy (Deuteronomio, Salmo, Evangelio) pertenecen al género llamado sapiencial. Pidamos al Padre que a todos nos conceda la auténtica sabiduría.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf  

FELIZ JUEVES





miércoles, 14 de febrero de 2018

A MÍ ME LO HICIERON


“A mí me lo hicieron”



Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “disculpar, soportar y esperar sin límites”.

Cuando llegaban voluntarios a la puerta de la casa de Madre Teresa para compartir con ella y las hermanas la ayuda a los más necesitados, solía decirles con las manos bien abiertas: “Lo primero que deben aprender es qué son los cinco dedos. Significan cinco palabras dichas por Jesús a sus discípulos: “A mí me lo hicieron”. Es decir, cada vez que hagan esto a uno de mis pequeños, es como si me lo hicieran a mí. No lo olviden. El agonizante cubierto de gusanos entre la inmundicia de Calcuta es Cristo mismo, así como lo es el niño leproso, el enfermo de Sida rechazado por su familia, el joven que muere en las aceras de Nueva York, víctima de una sobredosis”.

Hay personas pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. Yo conozco personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Conozco todas esas personas… y su secreto es amar.



* Enviado por el P. Natalio

ORACIÓN DE SANACIÓN PARA CUARESMA


Oración de sanación para Cuaresma




Ayer me dijo una persona: "No se me ocurre ninguna buena idea para mi sacrificio de Cuaresma. ¿Me sugiere algo que usted crea que le agrade a Jesucristo?"

A los sacrificios de Cuaresma se les da con frecuencia un enfoque negativo: cosas a las que hay que renunciar. Personalmente prefiero el enfoque positivo: vencer el mal con el bien (Rm 12,21), hacer el bien.

Abstinencia, ayuno, abnegación, renuncia, son palabras que se ponen de moda en Cuaresma. Renunciar a cosas agradables es difícil, supone sacrificio. También supone sacrificio ser generoso, salir de sí mismo y pensar en el bien del otro antes que en el propio.

Cuando Jesucristo tenía la cruz delante dijo que él daba su vida voluntariamente: "Nadie me la quita, yo la doy por mí mismo." (Jn 10,18a) Fue un acto de generosidad. El sacrificio de Jesucristo fue poner amor y poner el mayor amor posible.

Si aún no encuentras qué sacrificio de Cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea: Orar por tus enemigos y por aquellas personas que te han hecho sufrir o te resultan pesadas. La oración de intercesión consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigos, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el n. 2647.

¿Y por qué lo propongo como sacrificio de Cuaresma? Porque cambiar la herida en compasión y purificar la memoria transformando la ofensa en intercesión (cfr. Catecismo 2843) es un camino de conversión.

Es también oración de sanación, porque una oración así sana las heridas del corazón, purifica el rencor, prepara al perdón, ensancha el corazón.

"Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca "no su propio interés sino el de los demás" (Flp 2,4), hasta rogar por los que le hacen mal" (Catecismo 2635).

Lo más difícil de este sacrificio es hacer la oración con un corazón que ha conocido la conversión. Cuando hagamos oración por las personas que nos resulten pesadas o nos hayan hecho daño, hay que hacerlo poniendo buenos sentimientos. No es un: "Te suplico, Señor, que esta persona se muera cuanto antes, pues no la soporto", sino de verdad poner amor, como Jesús: "El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen" (Hb 5,7-9).

¿A quién se le ocurre orar por los enemigos, por las personas insoportables, por quienes no nos perdonan, por aquellos que nos han herido, por quienes nos ofenden y hacen daño, por los seres queridos que nos hacen sufrir? A un buen cristiano.

Poner amor como un acto generoso y gratuito es un modo de construir la civilización del amor. La civilización del amor también se construye orando por aquellos a quienes hemos hecho sufrir y por quienes nos han hecho sufrir. Como dice la canción: Si amo la flor, amo también sus espinas. Sólo el amor nos hace grandes, sólo el amor hace ver que es precisamente lo que duele lo que hace al hombre amable entre los seres.

Te propongo que al terminar de leer este artículo pienses en alguien que te cueste tratar, o en alguna persona que te haya hecho daño, o en alguien que se dedique a ofenderte, y que reces por él. Y puedes rezar también por aquellos que sienten lo mismo respecto a ti. Hacerlo todos los días de Cuaresma sería lo mejor.



* Autor: P Evaristo Sada LC

HOY 14 DE FEBRERO ES MIÉRCOLES DE CENIZA, LA IGLESIA CATÓLICA COMIENZA LA CUARESMA


Hoy 14 de febrero es Miércoles de Ceniza: La Iglesia Católica comienza la Cuaresma
Redacción ACI Prensa




La Iglesia Católica inicia hoy, con el Miércoles de Ceniza, el tiempo litúrgico de la Cuaresma en el que, durante 40 días y a través de la vivencia del ayuno, la oración y la limosna, los fieles se preparan para la Semana Santa en la que se actualizan los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

En este tiempo los fieles están llamados a trabajar de manera especial en la conversión personal, exhortación que durante la imposición de las cenizas expresa el celebrante con las palabras: "Convertíos y creed en el Evangelio".

Asimismo, con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás" se recuerda la caducidad y fragilidad de la vida humana en la que la muerte es un destino inevitable.

En la Roma antigua, los fieles comenzaban con una penitencia pública el primer día de Cuaresma en el que eran salpicados de cenizas, se vestían con un sayal y estaban obligados a mantenerse alejados hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo.

Cuando estas prácticas cayeron en desuso entre los siglos VIII y X se comenzó a colocar las cenizas en las cabezas de todos los miembros de la congregación.

Actualmente los fieles son marcados con una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos anterior.


Más información en Miércoles de Ceniza 

EL COMIENZO DE LA CUARESMA 2018


El comienzo de la Cuaresma
Cuaresma. Miércoles de ceniza. Si busco a Dios, es el momento para caminar, para buscarlo, para encontrarlo y purificar mi corazón.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Miércoles de Ceniza
Hoy empezamos la Cuaresma a través de la imposición de las cenizas, un símbolo que es muy conocido para todos. La ceniza no es un símbolo de muerte que indica que ya no hay vida ni posibilidad de que la haya. Nosotros la vamos a imponer sobre nuestras cabezas pero no con un sentido negativo u oscuro de la vida, pues el cristiano debe ver su vida positivamente. La ceniza se convierte para nosotros al mismo tiempo en un motivo de esperanza y superación. La Cuaresma es un camino, y las cenizas sobre nuestras cabezas son el inicio de ese camino. El momento en el cual cada uno de nosotros empieza a entrar en su corazón y comienza a caminar hacia la Pascua, el encuentro pleno con Cristo.

Jesucristo nos habla en el Evangelio de algunas actitudes que podemos tener ante la vida y ante las cosas que hacemos. Cristo nos habla de cómo, cuando oramos, hacemos limosna, hacemos el bien o ayudamos a los demás, podríamos estar buscándonos a nosotros mismos, cuando lo que tendríamos que hacer es no buscarnos a nosotros mismos ni buscar lo que los hombres digan, sino entrar en nuestro interior: “Y allá tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.”

Es Dios en nuestro corazón quien nos va a recompensar; no son los hombres, ni sus juicios, ni sus opiniones, ni lo que puedan o dejen de pensar respecto a nosotros; es Nuestro Padre que ve en lo secreto quien nos va a recompensar. Que difícil es esto para nosotros que vivimos en una sociedad en la cual la apariencia es lo que cuenta y la fama es lo que vale.
Cristo, cuando nosotros nos imponemos la ceniza en la cabeza nos dice: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres; de lo contrario no tendrán recompensa con su Padre Celestial”. ¿Qué recompensa busco yo en la vida?

La Cuaresma es una pregunta que entra en nuestro corazón para cuestionarnos precisamente esto: ¿Estoy buscando a Dios, buscando la gloria humana, estoy buscando la comprensión de los demás? ¿A quién estoy buscando?

La señal de penitencia que es la ceniza en la cabeza, se convierte para nosotros en una pregunta: ¿A quién estamos buscando? Una pregunta que tenemos que atrevernos a hacer en este camino que son los días de preparación para la Pascua; la ceniza cae sobre nuestras cabezas, pero ¿cae sobre nuestro corazón?

Esta pregunta se convierte en un impulso, en un dinamismo, en un empuje para que nuestra vida se atreva a encontrarse a sí misma y empiece a dar valor a lo que vale, dar peso a lo que tiene.

Este es el tiempo, el momento de la salvación, nos decía San Pablo. Hoy empieza un período que termina en la Pascua: La Cuaresma, el día de salvación, el día en el cual nosotros vamos a buscar dentro de nuestro corazón y a preguntarnos ¿a quién estamos buscando? Y la ceniza nos dice: quita todo y quédate con lo que vale, con lo fundamental; quédate con lo único que llena la vida de sentido. Tu Padre que ve en lo secreto, sólo Él te va a recompensar.

La Cuaresma es un camino que todo hombre y toda mujer tenemos que recorrer, no lo podemos eludir y de una forma u otra lo tenemos que caminar. Tenemos que aprender a entrar en nuestro corazón, purificarlo y cuestionarnos sobre a quién estamos buscando.

Este es le sentido de la ceniza en la cabeza; no es un rito mágico, una costumbre o una tradición. ¿De qué nos serviría manchar nuestra frente de negro si nuestro corazón no se preguntara si realmente a quien estamos buscando es a Dios? Si busco a Dios, esta Cuaresma es el momento para caminar, para buscarlo, para encontrarlo y purificar nuestro corazón.

El camino de Cuaresma va a ser purificar el corazón, quitar de él todo lo que nos aparta de Dios, todo aquello que nos hace más incomprensivos con los demás, quitar todos nuestros miedos y todas las raíces que nos impiden apegarnos a Dios y que nos hacen apegarnos a nosotros mismos. ¿Estamos dispuestos a purificar y cuestionar nuestro corazón? ¿Estamos dispuestos a encontrarnos con Nuestro Padre en nuestro interior?

Este es el significado del rito que vamos hacer dentro de unos momentos: purificar el corazón, dar valor a lo que vale y entrar dentro de nosotros mismos. Si así lo hacemos, entonces la Cuaresma que empezaremos hoy de una forma solemne, tan solemne como es el hecho de que hoy guardamos ayuno y abstinencia (para que el hambre física nos recuerde la importancia del hambre de Dios), se convertirá verdaderamente en un camino hacia Dios.

Este ha de ser el dinamismo que nos haga caminar durante la Cuaresma: hacer de las mortificaciones propias de la Cuaresma como son lo ayunos, las vigilias y demás sacrificios que podamos hacer, un recuerdo de lo que tiene que tener la persona humana, no es simplemente un hambre física sino el hambre de Dios en nuestros corazones, la sed de la vida de Dios que tiene que haber en nuestra alma, la búsqueda de Dios que tiene haber en cada instante de nuestra alma.

Que éste sea el fin de nuestro camino: tener hambre de Dios, buscarlo en lo profundo de nosotros mismos con gran sencillez. Y que al mismo tiempo, esa búsqueda y esa interiorización, se conviertan en una purificación de nuestra vida, de nuestro criterio y de nuestros comportamientos así como en un sano cuestionamiento de nuestra existencia. Permitamos que la Cuaresma entre en nuestra vida, que la ceniza llegue a nuestro corazón y que la penitencia transforme nuestras almas en almas auténticamente dispuestas a encontrarse con el Señor.

PAPA FRANCISCO LLAMA A LA RECONCILIACIÓN EN CUARESMA


El Papa llama a la reconciliación en Cuaresma, aunque resulte difícil perdonar
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




En un mensaje hecho público con motivo de la Campaña de Fraternidad 2018, promovida por la Conferencia Episcopal de Brasil, el Papa Francisco invita a perdonar y a dejarse perdonar durante la Cuaresma, aunque resulte difícil, porque es la única forma de alcanzar la paz.

“¡Qué difícil resulta a veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento colocado en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón, la paz”.

“Dejar de lado el resentimiento, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir como hermanos y hermanas y superar la violencia”, dice en el mensaje dirigido al Cardenal Sérgio da Rocha, Arzobispo de Brasilia y Presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil.

El Pontífice afirma en el mensaje que “en este tiempo cuaresmal, de buen grado me uno a la Iglesia en Brasil para celebrar la campaña ‘Fraternidad y superación de la violencia’, cuyo objetivo es construir la fraternidad, promoviendo la cultura de la paz, de la reconciliación y de la justicia, a la luz de la Palabra de Dios, como camino de superación de la violencia”.

De esta manera, “la Campaña de Fraternidad de 2018 nos invita a reconocer la violencia en tantos ámbitos y manifestaciones y, con confianza, fe y esperanza, superarla mediante el camino del amor visibilizado en Jesús Crucificado”.

“Jesús vino para darnos la vida plena”, recuerda el Santo Padre. “En la medida en que Él está en medio de nosotros, la vida se convierte en un espacio de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos”.

Así, “este tiempo penitencial, donde estamos llamados a vivir la práctica del ayuno, de la oración y de la limosna, nos hace percibir que todos somos hermanos. Dejemos que el amor de Dios se vuelva visible entre nosotros, en nuestras familias, en las comunidades, en la sociedad”.

“Ahora es el momento favorable –continúa–, ahora es el día de la salvación que nos trae la gracia del perdón recibido u otorgado. El perdón de las ofensas es la expresión más elocuente del amor misericordioso y, para nosotros cristianos, es un imperativo del que no podemos prescindir”.

Además, invita a que “seamos protagonistas de la superación de la violencia haciéndonos heraldos y constructores de la paz. Una paz que es fruto del desarrollo integral de todos, una paz que nace de una nueva relación, también con todas las criaturas. La paz se teje en el día a día con paciencia y misericordia, en el seno de la familia, en la dinámica de la comunidad, en las relaciones de trabajo, en las relaciones con la naturaleza”.

Se trata de realizar “pequeños gestos de respeto, de escucha, de diálogo, de silencio, de afecto, de acogida, de integración que crean espacios donde se respira fraternidad”.

“En Cristo somos de la misma familia, nacidos de la sangre de la Cruz, nuestra salvación”, subraya.

Por último, el Papa cierra el mensaje pidiendo “a Dios que la Campaña de Fraternidad de este año anime a todos para encontrar caminos de superación de la violencia, conviviendo más como hermanos y hermanas en Cristo”.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...