sábado, 27 de enero de 2018

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 27 DE ENERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, sábado, 27 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (12,1-7a.10-17):

En aquellos días, el Señor envió a Natán a David.
Entró Natán ante el rey y le dijo: «Había dos hombres en un pueblo, uno rico y otro pobre. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes; el pobre sólo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija. Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, cogió la cordera del pobre y convidó a su huésped.» 
David se puso furioso contra aquel hombre y dijo a Natán: «Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte. No quiso respetar lo del otro; pues pagará cuatro veces el valor de la cordera.» 
Natán dijo a David: «¡Eres tú! Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías, el hitita, y matándolo a él con la espada amoníta. Asi dice el Señor: "Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra. Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día."» 
David respondió a Natán: «¡He pecado contra el Señor!» 
Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero, por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá.»
Natán marchó a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo. David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,12-13.14-15.16-17

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme; 
no me arrojes lejos de tu rostro, 
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
afiánzame con espíritu generoso: 
enseñaré a los malvados tus caminos, 
los pecadores volverán a ti. R/.

¡Líbrame de la sangre, oh Dios, 
Dios, Salvador mío, 
y cantará mi lengua tu justicia. 
Señor, me abrirás los labios, 
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-41):

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.» 
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. 
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» 
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» 
El viento cesó y vino una gran calma. 
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» 
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 27 de enero de 2018
Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos:

Gran parte del ministerio de Jesús se desarrolló en torno al lago de Genesaret, y sus navegaciones con los discípulos a través del mismo debieron de ser frecuentes. En ellas es normal que no hayan faltado momentos de viento adverso y avance dificultoso. Pero la narración evangélica de hoy no quiere que nos detengamos en algo tan anodino. La Iglesia primitiva contempló los episodios de la vida de Jesús en profundidad, buscó su significado y acabó componiendo sobre ellos verdaderos tratados teológicos.

Para exprimir la enseñanza encerrada en los mismos tuvo dos recursos principales: la fuerza transfigurante de las experiencias pascuales y numerosos pasajes del AT, su principal, casi único, “libro de teología”. Probablemente el primer encuentro de Pedro con el Resucitado tuvo lugar durante una faena pesquera en el mar de Galilea. Pedro, con la duda y temor de si sería un fantasma, se echó al agua al encuentro de Jesús (Jn 21,8), y experimento la propia debilidad, comenzó a hundirse (cf. reminiscencia en Mt 14,30). La gloria del Resucitado suscita inevitablemente la admiración: “¿Quién es este?”. Ese acontecimiento pascual, cuyos contornos se nos escapan, sirvió para colorear antiguas travesías del lago, quizá muy normales, en compañía del Maestro pescador de hombres.

Volvamos a la travesía que hoy se nos narra. No es probable que Jesús durmiese plácidamente mientras los discípulos forcejeaban contra los elementos; él no había venido a ser servido. El dato del sueño nos remite inconfundiblemente a la leyenda de Jonás, que sesteaba en las bodegas del barco mientras los marineros luchaban contra el oleaje. Pero la superposición de lo sucedido a Jonás con lo de Jesús y sus discípulos, a pesar de las semejanzas, nos sirve para marcar diferencias. A Jonás le pide que invoque a su Dios para que traiga la calma, mientras que Jesús, con autoridad propia, increpa directamente al mar, como si fuese un demonio: “silencio, cállate”. Y llegó la bonanza.

La Iglesia naciente aplicó muy pronto al Resucitado el título de “Señor”, hasta entonces reservado a Yahvé. Enaltecido a su derecha, tiene igual poder y gloria que él. Y el señorío deYahvé se describe frecuentemente en el AT como dominio sobre el mar: “Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá el orgullo de tus olas”, diría Dios al océano (Job 38,11). Y Dios es alabado con expresiones como: “Tú acallas el estruendo de los mares, el tumulto de sus olas” (Sal 65,8).

En cada pequeña narración, los evangelistas fueron plasmando su propia confesión de fe. Hoy se nos enseña que la Iglesia puede pasar por situaciones turbulentas; pero debe saber que, en medio de ella, está presente su Señor, contra el cual no pueden las fuerzas descontroladas del mal. Y esa Iglesia tiene que ser contemplativa, vivir admirada, en su incapacidad de responder satisfactoriamente a la pregunta “¿quién es este?”. Ante Cristo glorioso, es más acertado admirar y adorar que explicar o especular.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

FELIZ FIN DE SEMANA





viernes, 26 de enero de 2018

SEÑOR DE LOS ÁNGELES


Señor de los Ángeles



Sabes que cuando nos reunimos para la celebración de la Misa, escuchamos la Palabra de Dios, damos gracias al Padre, renovamos la muerte y resurrección de Jesús y comemos el Pan de Vida. Por las palabras de la consagración y la fuerza del Espíritu Santo, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. En su “Diario” santa Faustina narra lo que le pasó al ingresar en el hospital:

Esa noche la hermana que me asistía me dijo: ”Mañana, hermana, no tendrá la Comunión porque está muy cansada, después veremos”. Eso me dolió muchísimo, pero contesté con  calma: “Está bien”. Me abandoné por completo al Señor y traté de dormir. Al amanecer hice la meditación y me preparé para la santa Comunión, aunque no recibiría a mi Jesús. Cuando ardió mi anhelo y amor por Jesús, vi de repente, junto a mi cama, a un Serafín que me dio la santa Comunión y decía: “He aquí el Señor de los Ángeles”. Al recibir a Jesús, me sumergí en el amor de Dios y en el asombro .Eso se repitió durante trece días.

Por la fe y la comunión nos unimos a Jesús para vivir por él y nos hacemos hermanos entre nosotros. Jesús dijo: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». Para comulgar con provecho debes tener el corazón limpio de cualquier pecado grave y prepararte con fe. El ejemplo de Santa Faustina te aliente.



* Enviado por el P. Natalio

EL SANTO ROSARIO


EL SANTO ROSARIO



Parece curioso que una oración tan sencilla como el Rosario sea particularmente asociada a los dominicos. Pensamos raramente en los dominicanos como en personas sencillas. Tenemos la reputación de escribir obras teológicas largas y complejas. Sin embargo, hemos luchado para conservar el Rosario. Es nuestra santa herencia. (…)

Pero ¿por qué esta oración sencilla es tan amada por los dominicos? Probablemente porque en el corazón de nuestra tradición teológica reside una aspiración a la sencillez. Santo Tomás de Aquino decía que no podemos comprender a Dios por que Dios es perfectamente sencillo. (…)

Hay una sencillez falsa de la que nos tenemos que deshacer. Es la simplificación de aquellos que tienen siempre una respuesta fácil a todo, que saben todo por adelantado; o son muy perezosos o son incapaces de pensar. Hay una verdadera sencillez, la del corazón, la de la visión clara. Y nosotros sólo podemos acceder poco a poco con la gracia de Dios, acercándonos a la cegadora sencillez de Dios.

El Rosario es sencillo, en efecto, bien sencillo. Pero de una sencillez sabia y profunda a la que aspiramos y en la cual encontraremos la paz.



(Fr. Timothy Radcliffe, OP)

DIFERENCIA ENTRE APÓSTOL Y DISCÍPULO


Diferencia entre Apóstol y Discípulo



En el cristianismo, las palabras ‘apóstol’ y ‘discípulo’ a menudo se usan indistintamente, pero lo cierto es que hacen referencia a realidades diferentes. Aunque a primera vista las palabras pueden confundirse con facilidad, después de aprender sus definiciones, la distinción es clara.

La palabra ‘apóstol’ deriva del griego apostello, que significa ‘enviar’. Aunque apenas se usa en el Antiguo Testamento, sí se puede encontrar al menos 80 veces en el Nuevo Testamento. Según la Enciclopedia Católica, es probable que Jesús usara originalmente la palabra aramea seliah, que describe a “quienes eran enviados desde la ciudad madre por los gobernantes en alguna misión al extranjero, especialmente aquellos que estaban encargados de recoger los tributos que se pagaban para el servicio del templo”.

Un apóstol es alguien que es “enviado” por Dios para predicar el Evangelio por las naciones. Durante muchos siglos, la palabra se empleó exclusivamente para identificar a los 12 apóstoles que fueron enviados por el mundo por Jesús. De forma similar, san Pablo a menudo es llamado “apóstol” debido a su encargo divino recibido de Jesús.

Desde entonces, la palabra se usa a veces para grandes santos que fueron “apóstoles”, enviados de Dios para una misión específica. Por ejemplo, san Bonifacio es conocido como el “apóstol de los germanos”, debido a su obra misionera entre dicho pueblo. Aunque no fue encargado directamente por Jesús, sí siguió la inspiración divina para extender el cristianismo.

En cambio, la palabra ‘discípulo’ deriva del latín discipulus, que significa ‘estudiante’ o ‘pupilo’. Al igual que la palabra ‘apóstol’, se usa casi exclusivamente en el Nuevo Testamento. Normalmente designa a los muchos “estudiantes” que rodeaban a Jesús y aprendían con entusiasmo sus múltiples enseñanzas.

En este contexto, un discípulo de Jesús no es necesariamente alguien que es “enviado” a predicar el Evangelio por el mundo, sino una persona que está en aprendizaje constante de lo que significa ser cristiano.



© Philip Kosloski      

EL SANTO DE LA ALEGRÍA, SAN FELIPE NERI


El santo de la alegría
San Felipe Neri




San Felipe Neri (1515-1595) fue un santo muy simpático. Reunía centenares de niños desamparados para educarlos y hacerlos buenos cristianos. Estos muchachos en sus juegos hacían un ruido ensordecedor, pero Felipe sonriente les decía: "Hagan todo el ruido que quieran, a mí lo único que me interesa es que no ofendan al Señor. Lo demás no me disgusta".

Donde quiera que san Felipe Neri llegaba, se formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes se reían de buena gana. A algunos muy serios les parecía que él debería ser un poco más mesurado y solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”. Tuvo siempre el don de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía».  Un día, una señora rica se presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de zapatos bastante elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo una condena o una crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó a decir: «Cuide de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió todo un discurso.

La expresión «Cuide de no caerse» está en la Biblia en 1 Corintios 10, 12, y es un llamado de atención a los que, con cierta presunción o vanagloria, piensan hallarse seguros en el camino espiritual, pues también ellos pueden caer, si no confían humildemente en Dios. Felipe le daba así una buena advertencia a esa dama. Que el Señor nos arraigue en la humildad.



* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 de enero




No todos los días son iguales, ¿verdad? Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás triste, no te oprimas.

Cristo dijo que él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si vas por ese Camino, no te extraviarás; sí aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte.

Él dijo también que es la Luz del mundo; no te alejes de él y caminarás seguro, bañado por su luz.



* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO CUESTIONA: CÓMO SE PUEDE TRANSMITIR LA FE CON CALUMNIAS Y HABLADURÍAS?


El Papa cuestiona: ¿Cómo se puede transmitir la fe con calumnias y habladurías?
El Papa durante la Misa. Foto: Vatican Media



(ACI).- En una nueva Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre la transmisión de la fe y la importancia de las madres y las abuelas en la misma; sin embargo, dijo que esto no será posible si no se renuncia a las habladurías.

Al comentar las lecturas del día, el Santo Padre afirmó que la predicación “no puede ser tibia” y animó a evangelizar a través del testimonio. “La predicación es una bofetada que te conmueve y te lleva adelante”, comentó.

El Papa recordó que en lugar de amar muchas veces la gente se “despelleja”. “La lengua es un cuchillo para despellejar al otro. ¿Y cómo puedes transmitir la fe con un aire así de viciado de calumnias y habladurías?”.

“Mira, este nunca habla del otro a sus espaldas; este hace esta obra de caridad; este cuando hay alguno que está enfermo va a visitarlo, ¿porqué hace así?”, dijo sobre lo que la gente debería preguntarse de los demás.

El Pontífice subrayó que “la fe se transmite en el vientre materno, el vientre de la Iglesia” porque “la Iglesia es madre, la Iglesia es femenina. La maternidad de la Iglesia se prolonga en la maternidad de la madre, de la mujer”.

A este punto, Francisco recordó que en Albania conoció a una religiosa que durante la dictadura estuvo en la cárcel, pero cada cierto tiempo los guardias la hacían salir un poco. Ella iba a lo largo del río, mientras ellos pensaban que no podría hacer nada. Pero, contó el Papa, la monja era astuta y las mujeres le llevaban sus hijos para que los bautizase a escondidas.

“Me da tristeza cuando veo a los niños que no saben hacer la señal de la Cruz y que en lugar de hacerlo bien, saben que tienen que hacer algo y hacen algo parecido a un dibujo raro, porque les falta la madre y la abuela que les enseñe esto. Cuántas veces pienso en las cosas que se enseñan para la preparación al matrimonio, a la que será esposa, esa que será madre: ¿Se le enseña que debe transmitir la fe?”.

Al concluir, el Pontífice pidió “al Señor que nos enseñe como testimonios, como predicadores y también a las mujeres, como madres, a transmitir la fe”. 

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 26 ENERO 2018


Lecturas de hoy Santos Timoteo y Tito
Hoy, viernes, 26 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 
(1,1-8):

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.10

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, 
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.




Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-9):
Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 26 de enero de 2018
 Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos

No es mala ocurrencia la de contemplar hoy, cerca del gran misionero de Tarso, a dos de sus numerosos discípulos y colaboradores, Timoteo y Tito. Pero es indudable que el título de “obispos”, que les conceden los libros litúrgicos, les viene muy pequeño.  Distintos en su relación con el gran difusor del cristianismo, Timoteo y Tito tuvieron en común el privilegio irrepetible, con la consiguiente responsabilidad, de ser receptores inmediatos de la herencia apostólica. Timoteo, una vez que Pablo le conquista para su  misión en Europa, será su colaborador de por vida; hasta podríamos decir su alter ego. Tito debió de acompañar a Pablo solamente una breve temporada, mientras desde Éfeso organizaba en Corinto la gran colecta para aliviar las carencias de la Iglesia de Jerusalén.

El apóstol nos dejó sus expresiones de elogio y agradecimiento para uno y otro. De Timoteo dice a los filipenses: “espero enviárosle pronto, para saber yo de vosotros y quedar tranquilo. No tengo a nadie de un espíritu como el suyo, que tan cordialmente se interese por vosotros… Ha servido conmigo al evangelio como un hijo junto a su padre” (Flp 2,19-22). Y a los de Corinto escribe: “Bendito sea Dios que pone tanto afán por vosotros en el corazón de Tito, pues aceptó mi ruego y, más solícito que nunca, por propia iniciativa, fue a donde vosotros… Es compañero y colaborador mío en lo referente a vosotros” (2Co 8,16s.23). Sin tanto frescor y lozanía, las cartas pseudónimas a Timoteo y Tito, más tardías y de índole predominante disciplinar, se hacen también eco de lo que estos “hijos verdaderos en la fe” (1Tim 1,2; Tito 1,4) significaron para Pablo. Sin duda es muchísimo lo que la Iglesia debe a estos dos santos, a su fidelidad en “guardar el depósito” (1Tim 6,20; 2Tim 1,14). Gracias a ellos permanecemos nosotros en la Iglesia “apostólica”. No es improbable que ellos mismos hayan conservado materialmente algunos de los escritos paulinos, tesoros de valor indecible para la posteridad.    

Al recordar a estos colaboradores de Pablo, la Iglesia nos invita a considerar que la misión no se agota en los apóstoles de primera hora, que ya Jesús envió a muchos más a evangelizar (“a otros 72”, el número de las naciones paganas), pues la mies es mucha… Y, junto la advertencia sobre la urgencia, se nos orienta acerca de cómo realizar la misión: 
a.- Dispuestos al martirio (“ovejas y lobos”), pues habrá que criticar a ciertos intereses opuestos al proyecto de Dios. 
b.- En gran desprovisión (“sin alforjas”), pues se trata de anunciar al Dios providente.
c.- Transmitiendo siempre paz, que es el don de los tiempos mesiánicos.
d.- En gran cercanía a los evangelizandos, participando de su mesa y de su vida.
e.- Acompañando la palabra con acciones salvíficas: mitigar el dolor y suscitar salud.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

FELIZ VIERNES





jueves, 25 de enero de 2018

SEÑALES


Señales





Se cuenta que un anciano analfabeto oraba todas las noches con tanto fervor y con tanto cariño que, cierta vez, el rico jefe de una gran caravana lo llamó y le preguntó:

- ¿Por qué rezas con tanta fe? ¿Cómo sabes que Dios existe, si ni siquiera sabes leer?

El fiel creyente contestó:

- Gran señor, conozco la existencia de nuestro Padre Celestial por las señales que nos envía.

- ¿Cómo es eso? Quiso saber el jefe, admirado.

El humilde siervo explicó:

- cuando usted recibe una carta de una persona ausente, ¿cómo reconoce quién la escribió?

- Por la letra. Le contestó.

- Y cuando usted admira una joya, ¿cómo se informa sobre su autoría?

- Por la marca del orfebre, claro.

El siervo sonrió y agregó:

- Cuando oye pasos de animales, alrededor de la tienda, ¿cómo sabe, después, si fue un carnero, un caballo o una vaca?

- Por las huellas, respondió el jefe, sorprendido.

Entonces, el viejo creyente lo invitó a salir de la tienda y le mostró el firmamento, donde la luna brillaba, rodeada por multitud de estrellas, y exclamó, respetuoso:

- Señor, esas señales allí arriba ¡no pueden ser de los hombres!

En ese momento el orgulloso caravanero, se rindió a las evidencias y, allí mismo en la arena, bajo la luz plateada de la luna, también empezó a orar.

Dios, aunque sea invisible a nuestros ojos, nos deja señales de las más distintas formas:

En la mañana que nace serena y silenciosa...

En el calor del sol que calienta a los seres y permite la vida...

En la lluvia que moja las praderas, corre en el lecho de los ríos y refresca las arenas calientes de las playas solitarias...

Las señales de Dios están en los pastos verdes que alimentan el ganado... Y en la vida obstinada del desierto que arde en el calor achicharrante del verano...

Podemos encontrar señales de Dios en los campos floridos de todos los continentes... Y en el canto alegre de los pájaros que despiertan la madrugada...

Las señales de Dios son también visibles en las noches bordadas de estrellas y en las tempestades que limpian la atmósfera con sus rayos purificadores.

Las obras realizadas por los hombres son firmadas para que no se confunda el autor. En cambio, las obras de Dios no llevan su firma porque, sencillamente, solamente Él es capaz de crearlas, nadie más. Es por esa razón que Dios no precisa poner el nombre en una etiqueta, en cada campiña que existe, porque sólo él crea campiñas. Partiendo del principio de que no hay obras sin autor, todo lo que no es obra del hombre, solo puede ser obra de Dios.


Web católico de Javier

SAN FRANCISCO DE SALES


San Francisco de Sales



San Francisco de Sales fue el santo de la bondad y la mansedumbre. En la base de estas dos virtudes hay siempre una inquebrantable paciencia, que preserva la serenidad y paz del corazón. Hoy te ofrezco una sabia reflexión de este santo que fue también un apreciado director espiritual. Es un fragmento de una carta a una persona acompañada por él.

Sé paciente con todos, pero sobre todo contigo mismo. Quiero decir que no te desalientes con tus imperfecciones, sino levántate siempre con nuevo valor. Me alegro de que siempre comiences de nuevo cada día, no hay mejor medio de alcanzar la vida espiritual que el comenzar constantemente y no pensar nunca que ya se hizo bastante. ¿Cómo seremos pacientes con las faltas del prójimo, si somos impacientes con las nuestras? Toda corrección fructífera procede de una mente serena y tranquila.

Dile, pues, hoy al Señor: “Ayúdame a luchar con paz y gozo, caminando firme, sereno sin prisas. Quiero trabajar bajo tu luz, sabiendo que comprendes mis errores y que siempre puedo empezar de nuevo. Porque tú tienes confianza en mí, me esperas, y deseas que viva sanamente”. Que siempre estés dispuesto a comenzar de nuevo.



* Enviado por el P. Natalio

DIOS, COMO A PABLO, TE INVITA A LA CONVERSIÓN


Dios, como a Pablo, te invita a la conversión
Convertirse significa, para cada uno de nosotros, creer que Jesús se ha entregado a sí mismo por mí.


Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net 




Hoy, 25 de enero, se hace memoria de la "Conversión de san Pablo" (...) En el caso de Pablo, algunos prefieren no utilizar el término conversión, porque -dicen- él ya era creyente, es más hebreo ferviente y por ello no pasó de la no-fe a la fe, de los ídolos a Dios, ni tuvo que abandonar la fe hebrea para adherirse a Cristo. En realidad, la experiencia del Apóstol puede ser el modelo de toda auténtica conversión cristiana.

La de Pablo maduró en el encuentro con el Cristo resucitado; fue este encuentro el que le cambió radicalmente la existencia. En el camino de Damasco sucedió para él lo que Jesús pude en el Evangelio de hoy: Saulo se convirtió porque, gracias a la luz divina, “creyó en el Evangelio”. En esto consiste su conversión y la nuestra: en creer en Jesús muerto y resucitado y en abrirse a la iluminación de su gracia divina.

En aquel momento, Saulo comprendió que su salvación no dependía de las obras buenas realizadas según la ley, sino del hecho que Jesús había muerto también por él -el perseguidor- y que estaba, y está, resucitado. Esta verdad, que gracias al Bautismo ilumina la existencia de cada cristiano, alumbra completamente nuestro modo de vivir.

Convertirse significa, también para cada uno de nosotros, creer que Jesús “se ha entregado a sí mismo por mí”, muriendo en la cruz (cfr Gal 2,20) y, resucitado, vive conmigo y en mí. Confiándome al poder de su perdón, dejándome tomar la mano por Él, puedo salir de las arenas movedizas del orgullo y del pecado, de la mentira y de la tristeza, del egoísmo y te toda falsa seguridad, para conocer y vivir la riqueza de su amor.

Queridos amigos, la invitación a la conversión, valorada por el testimonio de san Pablo, resuena hoy (...) El Apóstol nos indica la actitud espiritual adecuada para poder progresar en el camino de la comunión. “Ciertamente no he llegado a la meta -escribe a los Filipenses -, no he llegado a la perfección; pero me esfuerzo en correr para alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús” (Fil 3,12).

Ciertamente, nosotros los cristianos no hemos conseguido llegar aún a la meta de la unidad plena, pero si nos dejamos continuamente convertir por el Señor Jesús, llegaremos seguramente.

La Virgen María, Madre de la Iglesia una y santa, nos obtenga el don de una conversión verdadera, para que cuanto antes se realice el anhelo de Cristo: "Ut unum sint".



Fragmento de las palabras de SS Benedicto XVI durante el Ángelus, en la Fiesta de la Conversión de San Pablo 25 enero 2009

PAPA FRANCISCO INVITA A LOS PERIODISTAS A REZAR ESTA ORACIÓN PARA TRANSMITIR LA VERDAD


Papa Francisco invita a los periodistas a rezar esta oración para transmitir la verdad
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



(ACI).- Coincidiendo con la festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, el Papa Francisco propuso una oración dirigida especialmente a los profesionales del periodismo para pedir a Dios que les ayude a encontrar y transmitir la verdad.

“Señor, haznos instrumentos de tu paz. Haznos reconocer el mal que se insinúa en una comunicación que no crea comunión. Haznos capaces de quitar el veneno de nuestros juicios. Ayúdanos a hablar de los otros como de hermanos y hermanas. Tú eres fiel y digno de confianza; haz que nuestras palabras sean semillas de bien para el mundo”, comienza la oración.


El Santo Padre propuso esta oración en el mensaje por la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que tendrá lugar el próximo 13 de mayo. En ese mensaje, el Pontífice reflexiona sobre el origen y los efectos de las fake news, o noticias falsas, y propone fortalecer la educación en la verdad como instrumento para prevenir la desinformación.

A continuación, la oración completa propuesta por el Papa Francisco:

Señor, haznos instrumentos de tu paz.
Haznos reconocer el mal que se insinúa en una comunicación que no crea comunión.
Haznos capaces de quitar el veneno de nuestros juicios.
Ayúdanos a hablar de los otros como de hermanos y hermanas.
Tú eres fiel y digno de confianza; haz que nuestras palabras sean semillas de bien para el mundo:
donde hay ruido, haz que practiquemos la escucha;
donde hay confusión, haz que inspiremos armonía;
donde hay ambigüedad, haz que llevemos claridad;
donde hay exclusión, haz que llevemos el compartir;
donde hay sensacionalismo, haz que usemos la sobriedad;
donde hay superficialidad, haz que planteemos interrogantes verdaderos;
donde hay prejuicio, haz que suscitemos confianza;
donde hay agresividad, haz que llevemos respeto;
donde hay falsedad, haz que llevemos verdad.
Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 de enero


La Palabra de Dios estaba en Dios, preexistiendo desde toda una eternidad y por lo tanto tan eterna y sabía como el Padre Dios; pero después san Juan nos presenta a esa Palabra, ese Logos o Verbo del Padre, viniendo al mundo, siempre enviada por el Padre y enviada para llevar a cabo una misión: a saber, transmitir, apartándolo de todo error.

La Luz verdadera es Jesucristo; nosotros los cristianos comprometidos también hemos sido llamados luz del mundo: Ustedes son la luz del mundo.

Pero el Evangelio añade que aunque Jesús era la Luz, los suyos no la recibieron; Dios no permita que rechacemos la luz, porque es rechazar la verdad y permanecer voluntariamente en el error.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 de enero


Felices cuando sean insultados y perseguidos y se los calumnie a causa de mí.

"A causa de mí", es decir, por mi causa, por causa de Dios, por la causa del bien, de la justicia, del deber. Porque entonces el insulto es un honor, ya que es reconocer que somos fieles a la verdad, a la bondad, al deber, y no puede darse ningún honor mayo que esa fidelidad.

A causa de Dios, entonces, el insulto, la persecución y la calumnia no quedan en nosotros sino que llegan al corazón del mismo Dios. El que habrá de compensarnos del insulto, de la calumnia y de la persecusión, será el mismo Dios; y cuando Dios compensa, por cierto lo sabe hacer muy bien y lo quiere hacer maravillosamente. Es preferible caer en las manos de los hombres que caer de las manos de Dios; antes hay que obedecer a Dios que a los hombres.

Ser perseguidos por la justicia es reconocer que somos justos; ser insultados por nuestra adhesión a Dios, es juzgarnos partidarios y amigos de Dios.

* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 de enero



Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

No será lo mismo "ser perseguidos por la justicia" que "ser perseguidos por practicar la justicia"

A diario se nos presentan cien y mil ocasiones de practicar la justicia; siempre que cumplimos con un deber para con nuestros prójimos, estamos haciendo un acto de justicia, reconociendo su derecho y respetándolo; siempre que somos fieles a nuestra conciencia, estamos siendo justos y practicando la justicia, pues no hay  mayor mal que podamos hacer a los demás que ser infieles a nuestros compromisos o a nuestras obligaciones.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 de enero



Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Es que no basta ser pacífico; es preciso trabajar por la instauración de la paz entre los hombres, en el mundo entero.

Trabajar por la paz es establecer a aquellas condiciones de vida que hagan a cada hombre feliz, seguro de sí mismo y de su porvenir; es suavizar relaciones humanas, solucionar problemas, crear a nuestro alrededor un clima de comprensión, dar a casa uno lo suyo, respetando el derecho de todos.


*P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 25 ENERO 2018


Lecturas de hoy Conversión de San Pablo
Hoy, jueves, 25 de enero de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,3-16):

En aquellos días, dijo Pablo al pueblo: «Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran. Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Yo pregunté: "¿Quién eres, Señor?" Me respondió: "Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues." Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz. Yo pregunté: "¿Qué debo hacer, Señor?" El Señor me respondió: "Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer." Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco. Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo: "Saulo, hermano, recobra la vista." Inmediatamente recobré la vista y lo vi. Él me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados."»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 116,1.2

R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-18):

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 25 de enero de 2018
 Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos

El título de la fiesta de hoy no es muy acertado. San Pablo no fue un convertido. Él lo negaría taxativamente. En sus cartas jamás se pone a sí mismo como sujeto del verbo “convertirse”, ni se aplica el sustantivo “conversión”. Más aún, cuando habla de su pasado, lo que destaca es su intachabilidad, su permanente entrega a la causa de Dios, con fidelidad rayana en el fanatismo. “He servido a Dios con tanto fervor…”, le hace decir el autor de Hechos. Y él afirma que, desde joven, aventajaba a sus coetáneos en entusiasmo por sus tradiciones religiosas (Gal 1,14), y que “en lo referente a la observancia de la Ley fue irreprochable” (Flp 3,6). Buscó siempre la fidelidad a la alianza. Y nunca cambió de religión; el Pablo cristiano continuó siendo israelita; en su último escrito afirma con sano y agradecido orgullo: “también yo soy judío, de la tribu de Benjamín” (Rom 11,1).

Entonces, ¿qué celebramos hoy? El encuentro de Saulo con el Mesías de sus esperanzas, y su comprensión inicial de que, con la glorificación de Jesús de Nazaret, se ha abierto un nuevo camino salvífico, el de la fe, accesible por igual a judíos y gentiles. Saulo entendió este encuentro como un salto cualitativo en su crecimiento religioso: “el que me separó desde el seno materno… tuvo a bien revelarme a su Hijo para que le anuncie a los paganos” (Gal 1,16). Probablemente Pablo ya era misionero judío, al servicio del Yahvé de la alianza y las promesas; ahora madura el objeto de su anuncio: Yahvé ha cumplido esas promesas, y a ellas se accede por la fe en su Hijo Jesucristo.

Fue una iluminación y capacitación para una nueva singladura, una experiencia religiosa de densidad apenas imaginable. Saulo-Pablo salió de su conformismo y sus “buenas costumbres”, relativizó algunas de sus formulaciones religiosas, percibió  horizontes más amplios y a ellos se lanzó. El poder de Yahvé le concedió obtener, de forma casi instantánea, lo que Jesús de Nazaret había logrado inculcar trabajosamente en sus discípulos galileos, judíos observantes, durante años de convivencia. Y Pablo respondió generosamente a esta intervención de Dios: “por la gracia de Dios soy lo que soy… y su gracia no se ha frustrado en mí” (1Cor 15,10).

Su entrega tendrá dos vertientes: la mística de identificación con el Crucificado-Resucitado y la dedicación infatigable a darle a conocer. Y ambas siempre en tensión hacia más: “no lo tengo ya logrado, sigo corriendo por ver si…” (Flp 3,12). La mística de Pablo se cifrará en vivir en Cristo y desde Cristo: “ser hallado en él, en el poder de su resurrección y la comunión con sus padecimientos” (Flp 3,9s). Será experiencia de amor que le “apremiará” (2Cor 5,14) compulsivamente a la misión. El fruto de ese arrojo apostólico lo presenta así en su última carta: “desde Jerusalén hasta la Iliria, y en todas las direcciones, lo he llenado todo del evangelio de Cristo” (Rom 15,19).

El Pablo de la “conversión” (¿?) nos habla de desinstalación religiosa, de apertura y docilidad a nuevas luces, y de la pasión creciente con que debe vivirse la causa de Dios.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO, 25 ENERO


25 de Enero
La Conversión de San Pablo




La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La Conversión de San Pablo:La Conversión de San Pablo
"Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.
Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?". El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer".

Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.

Respondió Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre".

El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".

Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.

Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? "Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo".

Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: "Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Apóstol San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Si lo que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.

BUENOS DÍAS





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