viernes, 29 de diciembre de 2017

IMÁGENES DE LA SAGRADA FAMILIA


























IMÁGENES DE FONDOS DE PANTALLA DE AÑO NUEVO




























RITOS DE AÑO NUEVO QUE NINGÚN CATÓLICO REALIZARÍA


Ritos de Año Nuevo que ningún católico realizaría
Absolutamente todas las supersticiones son pecado


Por: servicocatholicohispano | Fuente: servicocatholicohispano.wordpress.com 




La superstición es un pecado contra el primer mandamiento de la ley de Dios porque atribuye a cosas creadas (uvas, calzones rojos, etc.) unos poderes que sólo pertenecen a Dios. Muchos de estos pecados… son cometidos por personas enormemente ignorantes (aunque hayan estudiado en la universidad, y tengan maestrías y doctorados) y carecen de la capacidad de plena deliberación, especialmente en los casos de arraigadas supersticiones populares: números de mala suerte y días afortunados, tocar madera y cosas por el estilo. Pero si se hace con plena deliberación y deseo, el pecado es mortal. Incluso si la realización de actos supersticiosos es sólo por curiosidad, pues damos mal ejemplo y cooperamos al pecado ajeno.

Por otro lado, la «suerte» en sí misma no existe. Sólo existe la Providencia Divina. ¿Qué es la suerte para un creyente? ¿Es un «ente»? ¿Es una «energía desconocida»? ¿Dónde está la suerte? ¿De dónde proviene? ¿De un objeto, una persona, un animal, de la tierra, del cosmos? ¿Puede dominarnos, guiarnos o desviarnos la suerte? ¿Puede influirnos algo que no existe, como lo es la suerte?

Para el verdadero católico sólo Dios nos sostiene, y sólo Él es quien tiene toda respuesta para nuestras dudas y encrucijadas.


MUNDO SUPERSTICIOSO: ¿POR QUÉ 12 UVAS PARA EL AÑO NUEVO? Escrito por María Velázquez Dorantes REPORTAJE ESPECIAL Para @El Observador de la actualidad

La noche del 31 de diciembre es para muchos la despedida de un año viejo y la espera de uno nuevo. En múltiples hogares se reúnen las familias y los amigos para realizar esta espera que culminará cuando el reloj haya marcado la media noche. La más difundida superstición

Alrededor de esta gran costumbre que se festeja en la diversidad de los países occidentales gira una serie de elementos que aparentemente no pueden estar «ausentes» de la reunión-cena de año nuevo, y uno de ellos, quizá el más emblemático, es la presencia de las uvas en la mesa. Las cuales se comen una uva por cada campanada que se escucha en la entrada del año nuevo.

Pero ésta es una de las tantas supersticiones que giran alrededor del año nuevo; no obstante, no es una costumbre o un rito actual que se haya masificado a través de los medios de comunicación, si bien estos han colaborado en los últimos tiempos para seguirlo trasmitiendo; el comer 12 uvas ha sido una tradición que ha caminado a través del recurso oral de las generaciones.


Las uvas no son poderosas

Se ha narrado que quien coma las uvas a tiempo tendrá un año de prosperidad y de suerte. Si bien el fruto es muy rico y de temporada, no tiene en su esencia el poder de otorgar ciertas cosas que el hombre tiene que ir conquistando al paso de su vida.

Un mito de intenciones mercantiles

Cuenta una de las historias que las uvas comenzaron a rodearse de un extraño misticismo cuando, en los viñedos de alicantino —primera década del siglo XX—, se produjo un excedente de este fruto y la industria necesitó impulsar mitos que sostuvieran su economía; y aún en principios del tercer milenio muchos individuos siguen esta tendencia de superstición, misticismo y enajenamiento.


A México desde España, a España desde Asia

La tradición del comer uvas para la buena suerte nos fue traída por parte de los conquistadores españoles; sin embargo, alrededor de la uva existe toda una historia que no sólo implica a España y a su gente, sino que va mucho más allá de la superstición y que involucra la llegada de este fruto a la civilización.

Su origen se encuentra en Asia Menor, cultivada alrededor del año 3500 a. C., en la región del Mar Caspio. Se trata de uno de los alimentos míticos de los países mediterráneos. Primero se ubica en Fenicia, luego de allí llega a Grecia, cuna de nuestra civilización, a Italia y al sur de Francia.

¿Por qué doce?

No se tiene la certificación del porqué de las 12 uvas. Algunos las relacionan con las doce campanadas, otros con los doce meses del año. Lo que es innegable es que este fruto se ha utilizado como un elemento más de la cábala en la que el hombre ha caído y ha depositado su energía y, muy riesgosamente, hasta su fe.

Consumo masivo

En los tiempos actuales el consumo masivo del fruto ha sido incrementado debido a ese tipo de creencias. Los costos se acrecientan de forma impredecible y la gente hace todo un esfuerzo porque en la noche del 31 de diciembre existan las «uvas de la buena suerte».

Agradecer a Dios el verdadero sentido de la fiesta

Alrededor de toda esta creencia no existe un verdadero sentido religioso en donde se agradezca a Dios por el cierre de un ciclo más de la vida que le ha dado al hombre. Éste es el verdadero sentido para pensar la noche en que despedimos un año y recibimos otro.

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Algunos ritos descabellados de año nuevo que ningún verdadero católico realizaría

a) Comer 12 uvas al ritmo de las campanadas del reloj, una por campanada. Cada uva representa un deseo o propósito para cada mes del año, y comerlas a tiempo hace que éstos se cumplan. Idealmente seis uvas deben ser verdes y seis deben ser moradas.

¿Mis 12 deseos se cumplirán aunque yo no me esfuerce por lograrlos? Y, si es necesario mi esfuerzo para conseguirlos, entonces ¿para qué necesito comer uvas?

b) Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas hará conseguir un buen matrimonio.

¿Y si la persona ya está casada y hace el rito? ¿Cómo compaginarlo con el de los 12 deseos (12 uvas): no habrá peligro de ahogo?

c) Para tener mucha ropa nueva todo el año nuevo la noche del 31 se debe usar la ropa interior al revés

¿Y por qué no mejor la ropa exterior al. revés? ¿Sólo porque se ve muy fea?

d) Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el brindis asegura que no faltará el dinero.

¿Y si alguien se traga el anillo por accidente? ¿Y si se brinda con sidra?

e) Sacar las maletas a la puerta de la casa para tener muchos viajes en el año. Mejor aún es dar la vuelta a la manzana.

¿Y si la maleta tiene rueditas funciona igual? ¿Llenar la maleta con piedras arrastrando las maletas aumentará la efectividad?

f) Usar ropa interior amarilla la noche de fin de año para asegurar la felicidad, o ropa interior roja para atraer el amor.

¿Y si la persona quiere tanto el amor como la felicidad de qué color deberá usar los calzones? Si se pone ambos, ¿cuál actúa?

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Absolutamente todas las supersticiones son pecado

El número 2111 del Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que «la superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas».

La superstición es un pecado contra el primer mandamiento de la ley de Dios porque atribuye a cosas creadas (uvas, calzones rojos, etc.) unos poderes que sólo pertenecen a Dios.

En sí misma, la superstición es pecado mortal. Sin embargo, muchos de estos pecados son veniales porque son cometidos por personas enormemente ignorantes (aunque hayan estudiado en la universidad, y tengan maestrías y doctorados) y carecen de la capacidad de plena deliberación, especialmente en los casos de arraigadas supersticiones populares: números de mala suerte y días afortunados, tocar madera y cosas por el estilo. Pero si se hace con plena deliberación y deseo, el pecado es mortal. Incluso si la realización de actos supersticiosos es sólo por curiosidad, pues damos mal ejemplo y cooperamos al pecado ajeno.

Por otro lado, la «suerte» en sí misma no existe. Sólo existe la Providencia Divina. ¿Qué es la suerte para un creyente? ¿Es un «ente»? ¿Es una «energía desconocida»? ¿Dónde está la suerte? ¿De dónde proviene? ¿De un objeto, una persona, un animal, de la tierra, del cosmos? ¿Puede dominarnos, guiarnos o desviarnos la suerte? ¿Puede influirnos algo que no existe, como lo es la suerte?

Para el verdadero católico sólo Dios nos sostiene, y sólo Él es quien tiene toda respuesta para nuestras dudas y encrucijadas

ATACAN IGLESIA CRISTIANA EN EGIPTO Y DEJAN VARIOS MUERTOS


Atacan iglesia cristiana en Egipto y dejan varios muertos






ROMA, 29 Dic. 17 / 06:30 am (ACI).- Egipto ha sufrido una vez más el terror con un nuevo ataque terrorista a una iglesia copta al sureste de El Cairo, en el barrio de Heluán.

El templo de Mar Mina fue atacado este viernes 29 de diciembre por dos personas que irrumpieron en el mismo y matasen al conserje de la iglesia, así como a dos reclusas y un oficial de policía egipcios, y a otras dos personas.

Uno de los dos atacantes ha sido abatido después de que ambos intentaran irrumpir en la iglesia y abrieran fuego a las puertas de la misma cuando se les impidió el acceso, ha detallado la fuente e informa ABC.

Las autoridades han informado que uno de los terroristas llevaba explosivos, sin especificar de qué tipo, y el segundo terrorista fue detenido poco después y resultó herido cuando las fuerzas de seguridad lo estaban persiguiendo tras haber huido del lugar del ataque.

Algunos medios de comunicación locales han informado que el asaltante portaba un cinturón de explosivos y también han publicado fotografías del terrorista abatido en el suelo, aunque todo esto aún está por confirmar.

Los fallecidos estaban en la puerta de la iglesia precisamente para evitar este tipo de ataques, dado que en los últimos meses diversos templos han sufrido atentados por grupos yihadistas. El más mortífero tuvo lugar el pasado Domingo de Ramos, en el norte del país, que dejó 40 fallecidos.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 29 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
Diciembre 29




Si Cristo es la luz, María es la portadora de la luz; si Cristo es el camino, María es la señal que nos asegura que vamos por el buen camino; si Cristo es la verdad, es María la Maestra que nos enseña esa verdad; si Cristo es la vida, es de María de quien nos viene esa vida.

Así el devoto de María sabe de dónde viene, sabe adónde va y sabe por dónde debe ir. No tiene miedo a equivocarse; es el hombre de la seguridad.

Nuestra Señora de la luz, ilumina mi camino y conviérteme en luz para los que caminan en tinieblas.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy 29 de Diciembre. Feria de Navidad
 Hoy, viernes, 29 de diciembre de 2017




Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,3-11):

En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él. Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo –lo cual es verdadero en él y en vosotros–, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.5b-6

R/. Alégrese el cielo, goce la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

El Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-35):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 
Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»


Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 29 de diciembre de 2017
Fernando Prado, cmf



Saludos, amigos,

Cristo es la luz de las gentes. Así lo declara el anciano Simeón. Es una luz que brilla en las tinieblas, capaz de encender los corazones e iluminar el camino de aquel que quiere guiarse bien en la vida. Sin embargo, “quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, aún está en las tinieblas”, dice la epístola de Juan que hemos leído o escuchado en la liturgia de hoy.

Ciertamente, la luz de Cristo está siempre unida a nuestros hermanos. Nuestra fe es una fe que crea fraternidad y nos lleva a ser más hijos y más hermanos. Nuestra fe, así, es fuente de verdadera humanización y de solidaridad con los demás. De lo contrario, nuestra fe no es la de Jesús.

Por ello nuestra fe nos da un criterio de discernimiento, por el cual podemos distinguir y ante el cual se ponen al descubierto muchos corazones. Es un principio importante por el cual nos podemos guiar: todo lo que crea fraternidad, procede del buen espíritu. Aquello que la destruye, no lo es.

Simeón se dio cuenta de que en sus manos estaba aquel que hizo de la fraternidad el sello y certificado de garantía de las promesas. Dios hecho hombre nos hace a todos hermanos y, por tanto, hijos. En esto consistirá caminar en su luz: en ser un poco más hijos y un poco más hermanos.

Pidamos al Señor en este día la gracia de poder vivir esta filiación y esta fraternidad que se nos ha manifestado como luz en Jesús. Que tengamos un buen día y que la Virgen María, que sabe mucho de estas cosas, nos arrope bajo su manto de ternura y misericordia.

Un saludo cordial de vuestro hermano,
Fernando Prado, cmf.

BUENOS DÍAS





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