jueves, 11 de mayo de 2017

LA LECCIÓN DE LA AMBULANCIA


Lección de la ambulancia



Hoy te ofrezco una reflexión que te ayudará a madurar un sano sentido del verdadero valor de los bienes de la vida. A veces nos falta el sentido de la proporción, pues distorsionamos la importancia de las cosas y perdemos la paz del corazón por pequeñeces que ambicionamos desmedidamente.

Tal vez hoy te encontraste con una ambulancia y quizás eso te obligó a pensar en el dolor, en ese pobre enfermo que iba camino del hospital. Esa ambulancia ha sido para ti un despertador de esa modorra espiritual que elimina enseguida de la reflexión el mundo del dolor. Por eso, Dios permitió que la ambulancia se cruzara en tu camino. Esta mañana te levantaste sano, y esta noche tal vez también te acuestes sano, pero no piensas en la riqueza inmensa que es la salud, y te quejas a veces porque te falta algo de escasa importancia. ¿No es más justo, hermano, agradecer porque gozas de excelente salud y no quejarte por cosas que en verdad son pequeñeces? Aprende la sabiduría de ver en Dios al dador de los bienes fundamentales, y no tanto al negador de ciertas comodidades…

Una vez leí esta frase: “Me quejé de no tener zapatos, hasta que contemplé un hombre que no tenía pies”. En verdad una experiencia así nos abre al sentido de la proporción, pues moderamos nuestras quejas en medio de una intensa gratitud por los bienes básicos que disfrutamos. Que pases un día de acción de gracias.


* Enviado por el P. Natalio

PAPA FRANCISCO OFRECERÁ TERCERA ROSA DE ORO A LA VIRGEN DE FÁTIMA


El Papa Francisco ofrecerá la tercera rosa de oro a la Virgen de Fátima
Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)







FÁTIMA, 11 May. 17 / 10:35 am (ACI).- El Papa Francisco ofrecerá la tercera rosa de oro al Santuario de la Virgen de Fátima en un especial gesto a su llegada a la Capilla de las Apariciones el 12 de mayo, primera parada de su peregrinación a tierras portuguesas por el centenario de las apariciones de la Madre de Dios en ese lugar.

La rosa de oro la entregará personalmente el Santo Padre luego de la oración que el Papa rezará en la Capilla de las Apariciones.

En el video mensaje que dirigió a los portugueses antes de su viaje a Fátima, el Pontífice anunció este gesto, al afirmar: “Necesito tenerlos conmigo, necesito vuestra unión (física o espiritual, lo importante es que sea de corazón) para mi ramo de flores, mi ‘rosa de oro’. Constituyendo ‘un solo corazón, una sola alma’, los entregaré a todos a Nuestra Señora, pidiéndole por cada uno de nosotros: ‘Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios’”.

La rosa de oro, explica la página oficial del viaje de Francisco a Fátima, es una distinción que los Papas otorgan a personalidades o santuarios, iglesias o ciudades, en reconocimiento a los servicios dados a la Iglesia o al bien de la sociedad.


La tradición de la rosa de oro está documentada desde el pontificado de León IX (1049-1054), pero parece remontarse hasta finales del siglo VI o principios del siglo VII. La bendición de las rosas de oro ocurre, habitualmente, en el domingo de la alegría casi al final de la Cuaresma.

Esta es la segunda vez que un Papa hace entrega, personalmente y en territorio portugués, de esta distinción. Este gesto ya había sido hecho por Benedicto XVI, el 12 de mayo de 2010.

La primera rosa de oro ofrecida al Santuario de Fátima fue concedida por el Papa Pablo VI el 21 de noviembre de 1964, al final de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. La entrega en el Santuario la hizo el Cardenal Fernando Cento.

Pablo VI dijo en la ceremonia de bendición de la rosa que esta tiene un “significado místico, representa la alegría de la doble Jerusalén –Iglesia triunfante e Iglesia militante– y la bellísima flor de Jericó –la Virgen Inmaculada– que es también vuestra Patrona y es la alegría y la corona de todos los santos”.

La rosa, dijo el Pontífice entonces, también es símbolo de penitencia, recordando el mensaje de la Madre de Dios en 1917: “Viendo a la Virgen de Fátima para recordar al mundo el mensaje evangélico de penitencia y de oración”, deben “ser ustedes, queridos hijos, quienes den ejemplo en el cumplimiento de este mensaje”.

San Juan Pablo II

Aunque San Juan Pablo II no obsequió una rosa de oro a la Virgen de Fátima, el especial presente que le hizo tiene un gran significado.


El 13 de mayo de 1981 el Papa Wojtyla fue baleado en la Plaza de San Pedro por el turco Ali Agca, lo que casi le cuesta la vida.

Un año después del atentado, el 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II viajó por primera vez a Fátima para "agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud".

En 1983 Juan Pablo II formalizó su devoción y agradecimiento a la Virgen obsequiando al Santuario de Fátima la bala que le extrajeron, la misma que está engarzada en la aureola de la corona de la imagen mariana que preside el santuario.

SOMOS HIPÓCRITAS O SERVIDORES?


¿Somos hipócritas o servidores?
Este discurso de Jesús se dirige a los cristianos de todos los tiempos. Se dirige a las autoridades de la Iglesia y se dirige igualmente a cada uno de nosotros.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




En las Sagradas Escrituras, frecuentemente, Jesús ataca a los escribas y fariseos. Invita a los suyos a hacer y cumplir lo que enseñan, pero no imitarlos en su conducta. Son críticas duras que les hace a los dirigentes espirituales de su pueblo. En concreto les echa en cara lo siguiente:

1. No cumplen lo que enseñan
2. Imponen cargas pesadas a la gente, pero ellos ni las tocan
3. Quieren aparentar ante los demás
4. Buscan los primeros puestos y los saludos en las plazas

Ahora, uno podría pensar que estas actitudes fueron propias de esta gente y que con su muerte se acabaron. Lastimosamente no es así. Este discurso de Jesús se dirige, por eso, también a los cristianos de todos los tiempos. Se dirige a las autoridades de la Iglesia y se dirige igualmente a cada uno de nosotros.

Porque los fariseos no son una categoría de personas. Se trata, más bien, de una categoría del espíritu de una postura interior. Es un bacilo siempre dispuesto a infectar nuestra vida religiosa.

Todos somos fariseos:
a. Cuando reducimos la religión a una cuestión de prácticas espirituales, a un legalismo estéril;
b. Cuando pretendemos llegar a Dios dejando de lado al prójimo;
c. Cuando nos preocupamos más de “parecer” que de “ser”;
d. Cuando nos consideramos mejores que los demás.

Toda esta plaga tiene un único y solo nombre: hipocresía. Por eso, con toda justicia, fariseísmo se ha convertido para nosotros en sinónimo de hipocresía.
Los hipócritas tienen una “doble cara”, una vuelta hacia Dios y la otra hacia los demás. Y, sin duda, la cara que mira a Dios es horrible, espantosa.

Para Cristo, la ley no era un ídolo, sino que era un medio. Tenía la tarea de empujar al hombre hacia adelante, de ayudarle para crecer.
El desafío que hoy nos presenta Jesús es, entonces: amor o hipocresía. Porque amar significa servir. Quien ama realmente, sirve a los demás, se entrega a los hermanos.

Es la actitud de Cristo. Toda su vida en esta tierra no fue sino un servicio permanente a los demás. Y al final entrega hasta su vida por nosotros, para liberarnos y salvarnos.

Y es también la actitud de María. En la hora de la Anunciación se proclama la esclava del Señor. Nosotros muchas veces creemos que estamos sirviendo a Dios porque le rezamos una oración o cumplimos una promesa. Miremos a María: Ella le entrega toda su vida, para cumplir la tarea que Dios le encomienda por medio del ángel. Cambia en el acto todos sus planes y proyectos, se olvida completamente de sus propios intereses.

Lo mismo le pasa con Isabel. Sabe que su prima va a tener un hijo y parte en seguida, a pesar del largo camino de unos cien kilómetros. No busca pretextos por estar encinta y no poder arriesgar un viaje tan largo. Y se queda tres meses con ella, sirviéndola hasta el nacimiento de Juan Bautista.
Hace todo esto, porque sabe que en el Reino de Dios los primeros son los que saben convertirse en servidores de todos. Cuando el ángel le anuncia que Ella será Madre de Dios, entonces María comprende que esta vocación le exige convertirse en la primera servidora de Dios y de los hombres.

Pidamos a Jesús y a María que nos regalen ese espíritu de servicio desinteresado y generoso, que ellos han vivido tan ejemplarmente. Sólo con ese espíritu podremos enfrentar los desafíos del mundo de hoy. Sólo con ese espíritu podremos ser instrumentos aptos para construir un mundo nuevo.

Preguntas para la reflexión

1. ¿En qué grupo estoy, hipócritas o servidores?
2. ¿Cómo podemos servir a los demás?
3. ¿Qué actitud de María puedo adoptar?

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 11 - EL TRUCO


Día 11: El truco



"Pura lana virgen" "¡Da gusto un aire tan puro!" "Agua pura y cristalina". "Puro sabor americano"... Frases impactantes de anuncios publicitarios.

El gran elogio de cualquier cosa es la pureza: no contaminado, sin adulterar, genuino, no pasado, auténtico.

¡Santa María qué alegría!, que Tú, mi Madre, seas piropeada siempre como "Pura", por tu corazón puro, generoso, limpio, grande. Ayúdame a vivir siempre y en todo momento, la virtud de la pureza. En las tres Avemarías de la noche te pido, de rodillas (como para suplicártelo también con mi cuerpo) el regalo de la pureza para mí y para los míos.

Con qué sencillez y alegría se expresaba aquel chaval: "¡Las tentaciones de pureza ya no son un problema! ¡ya tengo el truco!, acudo enseguida a la Virgen "un Bendita sea Tu Pureza y siempre venzo". Después de tiempo luchando y siendo vencido, por fin se dio cuenta dónde tenía la verdadera fuerza para luchar: ¡En su Madre!


Perdona, Madre mía, porque muchas veces me parece que pedir ayuda es... lo de menos, lo menos importante. Lo que pienso, en el fondo, es que para vencer, para conseguir hacer algo que me cuesta, lo importante es lo que yo haga y yo consiga... Ahora me doy cuenta de lo equivocado que estoy. Gracias, Madre, porque ahora sé que lo más importante es lo que yo reciba de Ti y no lo que yo solo pueda hacer.

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 11 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 11



Todos los actos de la vida de la Virgen estuvieron orientados hacia Dios. Todo lo hacía por su Hijo y para su Hijo; pero como su Hijo era Dios, todo en su vida empezaba y terminaba en Dios.

¿Podemos decir nosotros que Dios es el móvil de nuestros actos? ¿Nuestros actos se dirigen a Dios?

Cuanto hagamos en esta vida debe tener su proyección en la vida eterna, ya que esta vida terrena no tiene sentido en sí misma sino en cuanto es preparación para la vida definitiva. Por tanto, sepamos que todo cuanto no hagamos por Dios, se pierde y no tiene mérito para la vida eterna.

Madre, cuyo ruego poderoso es gracia y bendición, ruega por nosotros.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY 11 DE MAYO DEL 2017


El puesto del servidor
San Juan 13, 16-20. IV Jueves de Pascua



Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, llévame hacia el Corazón de tu Hijo y enséñame a escuchar sus latidos. Tú conoces mejor que nadie a Cristo: ayúdame a imprimir su imagen en mí para transmitir su amor a mis hermanos. Así sea.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20
En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.
No lo digo por todos ustedes, porque Yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.
Yo les aseguro: el que recibe al que Yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Termina la cena y alguien tiene que levantarse a lavar los platos. Esto es lo ordinario en casa. Pero Cristo va más allá: se levanta, se quita el manto –signo de su dignidad– pero no lava platos: lava pies… Toma el puesto del sirviente. Quiere llegar al fondo de la humildad.
"Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón." (Mt 11, 29) Tú, Jesús, me enseñas con tu ejemplo. Así puedo conocer lo que de verdad hace dichoso. Porque sólo es dichoso el que se entrega sin reservas, el que ama hasta dar la vida, el que vive para servir. Alguien tenía que redimir al ser humano y Tú has tomado este puesto. Alguien tenía que expiar el pecado del mundo y Tú has aceptado la cruz.
Me has escogido, Señor, para enseñar esto a los demás con mis palabras y mis obras. Desde el momento del bautismo soy un enviado, un apóstol para que otros puedan descubrir tu amor y tu entrega. Actúa en mí este día. Entra en mi corazón y ayúdame a manifestar la Buena Noticia. Tal vez se me presenten oportunidades sencillas, pero cada gesto de amor sincero lleva tu imagen. Por eso te pido que me acompañes hoy, Señor, para que allá donde me envíes los demás puedan recibirte.
"Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: "yo estoy a tu servicio". Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado."

(Homilía de S.S. Francisco, 28 de marzo 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré servir de algún modo durante la comida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.


BUENAS TARDES!!!




miércoles, 10 de mayo de 2017

7 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LA VIRGEN DE FÁTIMA


7 cosas que debes saber sobre la Virgen de Fátima
 Crédito: Daniel Ibañez





 (ACI).- El 13 de mayo es la fiesta de la Virgen de Fátima, la aparición aprobada por la Santa Sede más famosa del siglo XX, particularmente por el tercer secreto que María reveló a los tres pastorcitos en la Cova da Iria (Portugal) y fue transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944.

Aquí presentamos 7 cosas que todo católico debe saber sobre esta aparición.


1. La Virgen apareció 6 veces en Fátima

En tiempos de la Primera Guerra Mundial la pastorcita Lucía dos Santos dijo haber experimentado las visitas sobrenaturales de la Virgen María en 1915, dos años antes de las famosas apariciones.

En 1917, ella y dos de sus primos, Francisco y Jacinta Marto, estaban trabajando como pastores en los rebaños de sus familias en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría. El 13 de mayo de aquel año, los tres niños vieron una aparición de la Virgen María que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.

María también reveló a los niños, en la segunda aparición, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones.

En la tercera aparición de la Virgen, el 13 de julio, a Lucía se le devela el secreto de Fátima. Según los informes, se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó. Los niños volvieron a ver a la Virgen el 13 de septiembre.

En la sexta y última aparición, el 13 de octubre, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal), se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí.

2. Francisco y Jacinta murieron pronto, Lucía se hizo religiosa 

Una pandemia de gripe española barrió Europa en 1918 y mató cerca de 20 millones de personas. Entre ellos se encontraban Francisco y Jacinta, que contrajeron la enfermedad en 1918 y fallecieron en 1919 y 1920 respectivamente. Por su parte, Lucía entró en el convento de las Hermanas Doroteas.

El 13 de junio de 1929, en la capilla del convento en Tuy en España, Lucía tuvo otra experiencia mística en la que vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Esta última les dijo: "Ha llegado el momento en que Dios le pide al Santo Padre, en unión con todos los obispos del mundo, hacer la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio" (S. Zimdars-Schwartz, Encuentro con María, 197).

El 13 de octubre de 1930, el Obispo de Leiria (ahora Leiria-Fátima) proclamó las apariciones de Fátima como auténticas.

3. Sor Lucía escribió el secreto de Fátima 18 años después de las apariciones

Entre 1935 y 1941, bajo las órdenes de sus superiores, Sor Lucía escribió cuatro memorias de los acontecimientos de Fátima.

En la tercera memoria -publicada en 1941- escribió las dos primeras partes del secreto y explicó que había una tercera parte que el cielo aún no le permitía revelar.

En la cuarta memoria añadió una frase al final de la segunda parte del secreto: "En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe, etc".

Esta frase fue la base de mucha especulación, se dijo que la tercera parte del secreto se refería a una gran apostasía.

Tras la publicación de la tercera y cuarta memoria, el mundo puso atención en el secreto de Fátima y las tres partes del mensaje, incluyendo la petición de la Virgen para que Rusia se consagre a su Inmaculado Corazón a través del Papa y los obispos del mundo.

El 31 de octubre de 1942 Pío XII consagró no sólo Rusia, sino a todo el mundo al Inmaculado Corazón de María. Lo que faltó, sin embargo, fue la participación de los obispos del mundo.

En 1943, el Obispo de Leiria ordenó a Sor Lucía poner el tercer secreto de Fátima por escrito, pero ella no se sentía en libertad de hacerlo hasta 1944. Fue puesto en un sobre lacrado en el que Sor Lucía escribió que no debía abrirse hasta 1960.

4. La tercera parte del secreto de Fátima fue leída por varios Papas

El secreto se mantuvo con el Obispo de Leiria hasta 1957, cuando fue solicitado (junto con copias de otros escritos de la Hermana Lucía) por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según el Cardenal Tarcisio Bertone, el secreto fue leído por Juan XXIII y Pablo VI.

"Juan Pablo II, por su parte, pidió el sobre que contiene la tercera parte del ‘secreto’ tras el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo 1981".

Después de leer el secreto, el Santo Padre se dio cuenta de la conexión entre el intento de asesinato y Fátima: “fue la mano de una madre que guió la trayectoria de la bala”, detalló. Fue este Papa quien decidió publicarlo en el año 2000.

Para saber más del tercer secreto de Fátima puede ingresar al siguiente enlace

5. Las claves del secreto: arrepentimiento y conversión

El entonces Cardenal Joseph Ratzinger (Papa Emérito Benedicto XVI), Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que la clave de la aparición de Fátima es su llamado al arrepentimiento y a la conversión. (Comentario Teológico)

Las tres partes del secreto sirven para motivar al individuo al arrepentimiento y lo hacen de una manera contundente.

6. La primera parte del secreto es una visión del infierno

La primera parte del secreto -la visión del infierno- es para muchos la más importante, porque revela a los individuos las trágicas consecuencias de la falta de arrepentimiento y lo que les espera en el mundo invisible si no se convierten.

7. La segunda parte del secreto es sobre la devoción al Inmaculado Corazón

En la segunda parte María dice:

"Usted ha visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón".

Después de explicar la visión del infierno, María habló de una guerra que "iniciará durante el pontificado de Pío XI."

Esta última fue la Segunda Guerra Mundial, que fue ocasionada, según las consideraciones de Sor Lucía, por la anexión de Austria a Alemania durante el pontificado de Pío XI (J. de Marchi, Temoignages sur les apparitions de Fatima, 346).

**********

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

LAS DOS CARTAS


Las dos cartas



La humildad consiste en el reconocimiento de que Dios es el autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino crear distancia respecto de los otros.

El Cura de Ars dijo en cierta ocasión: “He recibido dos cartas en el mismo correo; una decía que yo era un gran santo, y la otra, que era un hipócrita y un impostor. La primera no me hacía mejor de lo que soy y la segunda no me hacía peor de lo que soy. Delante de Dios, todos somos lo que somos, nada más ni nada menos”.

Ubicarse ante Dios significa ser conscientes de nuestra pequeñez y dependencia, porque “El Señor es un Dios grande, tiene en su mano los abismos de la tierra, son suyas las cumbres de los montes, suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos”, (Sal 95). Ante él “somos polvo y ceniza”, como le dijo Abrahán.


* Enviado por el P. Natalio

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 10 DE MAYO DEL 2017


Solo para salvarte vine al mundo
San Juan 12, 44-50. IV Miércoles de Pascua.



Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quiero siempre serte fiel, Señor. ¿Por qué me alejo de Ti en tantas ocasiones cuando mi deseo no es sino amarte? Soy débil y Tú misericordioso. ¿Me alejé de Ti otra vez? Heme aquí. Para estar contigo, heme aquí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50
En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquél que me ha enviado; el que me ve a mí, ve aquél que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Cuál es el sentido de mi fe?, ¿cuál es el sentido de ser cristiano?, ¿es tan sólo una forma de vivir, Señor?  ¿Qué viniste a darme?, ¿qué trajiste que no pudiese yo encontrar por mis propias fuerzas?, ¿qué trajiste de nuevo? ¿O debería  preguntarte qué viniste a hacer nuevo?
Tantas preguntas surgen en mi corazón, y tantas veces no logro convertirlas en palabras. Como estas preguntas, tantas otras más andan por allí en mi corazón, sin saber ser dichas por mi boca. ¡Cómo quisiera exponértelas todas, Señor! Sí, soy un cristiano con tantos deseos en su interior, con sus crisis, con sus ilusiones, y que camina tantas veces a tientas en los caminos que Tú le muestras.
A veces puedo llegar a sentirme solo, sola, en medio de tantos problemas en el mundo, en donde quizá muchos me reclaman, casi como si fuese yo el culpable, qué es lo que vino Cristo a traer a este mundo.
Hoy me has respondido una vez más. Pero es una respuesta que no aclara todos los misterios. Tantas veces he escuchado que Tú eres un caballero y que jamás te entrometerás en mi corazón. Viniste a abrirme las puertas del cielo, el acceso a la presencia de tu Padre, pero el andar corresponde a mis pies.
Si alguna vez el hombre dudó de su propia salvación, de su permanecer en la eternidad, de trascender a la eterna felicidad; si alguna vez el hombre dudó si viviría después de la muerte; si alguna vez el hombre deseó encontrar un verdadero puente hacia la luz sin fin; finalmente la respuesta llegó: Tú.
Pero viniste a los hombres para llevártelos como hombres; viniste y me abriste las puertas de tu presencia, pero no me quitaste la libertad; me conservaste la capacidad de amar. No viniste a deshacer al hombre de lo que es sino a renovarlo y elevarlo, enseñándolo a donarse plenamente –y siempre libre.
Ese venir no fue tan sólo para pronunciar discursos, transmitir ideologías. Para compartir ideas no habría sido necesario hacerte carne. Viniste a encontrarte conmigo y por ello te hiciste semejante a mí hasta en lo más profundo de mi ser. Puedo afirmar con gratitud, y sólo gratitud, que mi vocación como cristiano no es una forma más de vida, sino el fruto del encuentro con el mismo Dios.
"Dios no nos clava a nuestro pecado, no nos identifica con el mal que hemos cometido. Tenemos un nombre y Dios no identifica este nombre con el pecado que hemos cometido. Nos quiere liberar y quiere que también nosotros lo queramos con Él. Quiere que nuestra libertad se convierta del mal al bien, y esto es posible -¡es posible!- con su gracia.

Que la Virgen María nos ayude a confiarnos completamente a la misericordia de Dios, para convertirnos en criaturas nuevas."
(Ángelus de S.S. Francisco, 13 de marzo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
¿Qué tanto dirijo mi vida según mi vocación de cristiano? ¿Hay algo que pueda hacer para poder amar más libremente?
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA GENERAL: LAS MADRES NO TRAICIONAN


Papa Francisco en la Audiencia General: ¡Las madres no traicionan!
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Elise Harris (ACI Prensa)





(ACI).- Durante la catequesis pronunciada en la Audiencia General celebrada este miércoles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Papa Francisco destacó el papel de María en el plan salvífico de Dios: su fidelidad a la voluntad divina y su valentía al aceptar esa voluntad son un ejemplo para todas las madres del mundo. “¡Las madres no traicionan!”, exclamó.

El Santo Padre continuó el itinerario de catequesis sobre la esperanza cristiana que ha desarrollado en los últimos meses. En esta ocasión, quiso mirar hacia María “Madre de la Esperanza”.

Francisco destacó la importancia de la virgen en su camino de madre, pero también sus desvelos. “Desde su primera aparición en la historia evangélica, su figura se presenta como si fuera el personaje de un drama”.

En este sentido, destacó que María era una mujer valiente, que sabía confiar, y eso se demostró en su respuesta afirmativa al ángel de la Anunciación. “No fue sencillo responder con un ‘sí’ a la invitación del ángel: pero ella, una mujer todavía en la flor de la juventud, responde con valentía, a pesar de no saber nada del destino que le esperaba”.

María, continuó el Papa, “se nos aparece en ese instante como una de tantas madres de nuestro mundo: valiente hasta el extremo cuando se trata de acoger en el vientre la historia de un nuevo hombre que nace”.

En este “sí” de María, el Pontífice explicó que reside un rasgo que debe caracterizar la vida de todo cristiano: la confianza en Dios. “Aquel ‘sí’ es el primer paso de una larga lista de obediencia que la acompañará en su itinerario de madre”.

“María no es una mujer que se deprima ante las incertidumbres de la vida, especialmente cuando nada parece ir a nuestra manera. Tampoco es una mujer que proteste con violencia, arremetiendo contra el destino de la vida que a menudo revela una cara hostil”.

Por el contrario, “es una mujer que escucha, que acoge la existencia, así como esa se entrega a nosotros, con sus días de felicidad, pero también con sus tragedias con las que nunca habría querido encontrarse”. En este itinerario, María, como madre, pasó por varias “noches”, hasta “la noche suprema que es cuando su Hijo es clavado al leño de la cruz”.

Hasta el día de la cruz “María había permanecido casi desaparecida de la trama de los Evangelios”. “Pero María reaparece justo en el momento crucial: cuando gran parte de los amigos de su hijo han desaparecido por el miedo”.

“¡Las madres no traicionan!”, exclamó el Papa. “Y en aquel instante, al pie de la cruz, ninguno de nosotros puede decir quién sufría una pasión más cruel: aquel hombre inocente que muere en el patíbulo de la cruz, o la madre que sufre una agonía acompañando los últimos instantes de la vida de su hijo”.

“Todos nosotros hemos conocido a mujeres fuertes que han llevado adelante tantos sufrimientos de los hijos”.

“María ‘estaba’, simplemente estaba ahí. Y ahí nos encontramos nuevamente a la joven mujer de Nazaret”. “María está allí fielmente presente, siempre con una lámpara encendida en un lugar de sombras y tinieblas. Tampoco ella conoce el destino de la resurrección que su Hijo estaba en aquel instante abriendo para todos nosotros: es ahí donde muestra su fidelidad al plan de Dios, del cual se proclama sierva en el primer día de su vocación”.

El Pontífice subrayó cómo con su presencia, María sostuvo la Iglesia en sus primeros pasos. “La encontramos en el primer día de la Iglesia, ella, madre de la esperanza, en medio de aquella comunidad de discípulos tan frágiles: uno de ellos había renegado, muchos habían escapado, todos tenían mucho miedo”.

“Simplemente, María estaba allí, en la más normal de las maneras, como si fuese algo del todo natural: en la primera Iglesia, tras la luz de la Resurrección, pero también en el temor de los primeros pasos que debía dar en el mundo”.

El Papa concluyó: “No somos huérfanos, tenemos una madre en el cielo: la santa Madre de Dios”.
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