domingo, 11 de septiembre de 2016

LA CORRECCIÓN, AYUDA VALIOSA


La corrección: ayuda valiosa



Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar y corregirnos, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza renovadora.

Agradécele a Dios haber puesto en tu camino personas buenas que corrigen tus defectos. Quienes nos corrigen demuestran mucho amor, porque hay otros que, en lugar de corregirnos, utilizan nuestras faltas y errores para comentarlos con sus amigos, pero nada más. Si quieres mejorar de verdad, decídete aceptar las correcciones que te hagan, sin poner defensas, excusas o pretextos. Ante una crítica, reflexiona por qué te la dicen y si en verdad se justifica. A pesar de que algunos se consideran intachables, todos tenemos defectos. Y aunque estemos llenos de ellos, el Espíritu Santo nos da discernimiento para notar las virtudes que también poseemos.

“Si yo corrigiera mi manera de pensar de los otros, me sentiría sereno. Si yo corrigiera mi manera de actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy y corrigiera mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!”. Anímate a dar pasos decididos.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 11 DE SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 11


Hazte de vez en cuando esta pregunta:
- "¿Para qué estoy yo en la vida?"

Quizás no te la hagas por temor de que te quite el sueño. Te puedo asegurar que es todo lo contrario.

Cuando uno sabe a ciencia cierta para qué está en el mundo, indudablemente no tiene la paz suficiente para conciliar el sueño; al menos un sueño reparador.

Mientras que, cuando se tiene lúcido el horizonte, cuando se sabe a ciencia cierta de dónde se viene y a dónde se va, la tranquilidad del espíritu se trasvasa al mismo cuerpo y éste puede entregarse al descanso y gozar de él de un modo más profundo y reparador.
Es preciso fijarse metas, mirar hacia el futuro, y no ahogarse con las limitaciones del presente.

Es preciso recordar que sobre la tierra está el cielo; y el azul del firmamento es siempre más hermoso que el ocre de la tierra.
“Ya está preparada para mí la corona de la justicia que el Señor, como justo Juez, me dará en ese día y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su manifestación” (2 Tim 4,8). Nadie es tan generoso como el Señor; de nadie debes tener tanta confianza como de Él; nada de lo que haces por él cae en el vacío.



* P. Alfonso Milagro

EL PADRE CORRIÓ A SU ENCUENTRO


El padre corrió a su encuentro



En la liturgia de este domingo se lee íntegramente el capítulo decimoquinto del Evangelio de Lucas, que contiene las tres parábolas llamadas «de la misericordia»: la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo. «Un padre tenía dos hijos...». Basta con oír estas palabras para que quien tenga una mínima familiaridad con el Evangelio exclame enseguida: ¡la parábola del hijo pródigo! En otras ocasiones he subrayado el significado espiritual de parábola: esta vez desearía subrayar en ella un aspecto poco desarrollado, pero extremadamente actual y cercano a la vida. En su fondo la parábola no es sino la historia de una reconciliación entre padre e hijo, y todos sabemos qué vital es una reconciliación así para la felicidad tanto de padres como de hijos.

Quién sabe por qué la literatura, el arte, el espectáculo, la publicidad, se aprovechan de una sola relación humana: la de trasfondo erótico entre el hombre y la mujer, entre esposo y esposa. Publicidad y espectáculo no hacen más que cocinar este plato de mil maneras. Dejamos en cambio sin explorar otra relación humana igualmente universal y vital, otra de las grandes fuentes de alegría de la vida: la relación padre-hijo, el gozo de la paternidad. En literatura la única obra que trata de verdad este tema es la «Carta al padre», de F. Kafka (la famosa novela «Padres e hijos» de Turgenev no trata en realidad de la relación entre padres e hijos, sino entre generaciones distintas).

Si en cambio se ahonda con serenidad y objetividad en el corazón del hombre se descubre que, en la mayoría de los casos, una relación conseguida, intensa y serena con los hijos es, para un hombre adulto y maduro, no menos importante y satisfactoria que la relación hombre-mujer. Sabemos cuán importante es esta relación también para el hijo o la hija y el tremendo vacío que deja su ruptura.

Igual que el cáncer ataca, habitualmente, los órganos más delicados del hombre y de la mujer, la potencia destructora del pecado y del mal ataca los núcleos vitales de la existencia humana. No hay nada que se someta al abuso, a la explotación y a la violencia como la relación hombre-mujer, y no hay nada que esté tan expuesto a la deformación como la relación padre-hijo: autoritarismo, paternalismo, rebelión, rechazo, incomunicación.

No hay que generalizar. Existen casos de relaciones bellísimas entre padre e hijo y yo mismo he conocido varias de ellas. Pero sabemos que hay también, y más numerosos, casos negativos de relaciones difíciles entre padres e hijos. En el profeta Isaías se lee esta exclamación de Dios: «Hijos crié y saqué adelante, y ellos se rebelaron contra mí» (Is 1, 2). Creo que muchos padres hoy en día saben, por experiencia, qué quieren decir estas palabras.

El sufrimiento es recíproco; no es como en la parábola, donde la culpa es única y exclusivamente del hijo... Hay padres cuyo sufrimiento más profundo en la vida es ser rechazados o hasta despreciados por los hijos. Y hay hijos cuyo sufrimiento más profundo e inconfesado es sentirse incomprendidos, no estimados o incluso rechazados por el padre.

He insistido en el aspecto humano y existencial de la parábola del hijo pródigo. Pero no se trata sólo de esto, o sea, de mejorar la calidad de vida en este mundo. Entra en el esfuerzo de una nueva evangelización la iniciativa de una gran reconciliación entre padres e hijos y la necesidad de una sanación profunda de su relación. Se sabe lo mucho que la relación con el padre terreno puede influir, positiva o negativamente, en la propia relación con el Padre celestial y por lo tanto la misma vida cristiana. Cuando nació el precursor Juan Bautista el ángel dijo que una de sus tareas sería la de «hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los corazones de los hijos hacia los padres» [Cf. Lc 1,17. Ndr], una misión más actual que nunca.


* P. Raniero Cantalamessa

EL OTRO HIJO, MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE 2016


EL OTRO HIJO

Sin duda, la parábola más cautivadora de Jesús es la del “padre bueno”, mal llamada “parábola del hijo pródigo”. Precisamente este “hijo menor” ha atraído siempre la atención de comentaristas y predicadores. Su vuelta al hogar y la acogida increíble del padre han conmovido a todas las generaciones cristianas.

Sin embargo, la parábola habla también del “hijo mayor”, un hombre que permanece junto a su padre, sin imitar la vida desordenada de su hermano, lejos del hogar.

Cuando le informan de la fiesta organizada por su padre para acoger al hijo perdido, queda desconcertado. El retorno del hermano no le produce alegría, como a su padre, sino rabia: «se indignó y se negaba a entrar» en la fiesta. Nunca se había marchado de casa, pero ahora se siente como un extraño entre los suyos.

El padre sale a invitarlo con el mismo cariño con que ha acogido a su hermano. No le grita ni le da órdenes. Con amor humilde «trata de persuadirlo» para que entre en la fiesta de la acogida. Es entonces cuando el hijo explota dejando al descubierto todo su resentimiento. Ha pasado toda su vida cumpliendo órdenes del padre, pero no ha aprendido a amar como ama él. Ahora sólo sabe exigir sus derechos y denigrar a su hermano.

Ésta es la tragedia del hijo mayor. Nunca se ha marchado de casa, pero su corazón ha estado siempre lejos. Sabe cumplir mandamientos pero no sabe amar. No entiende el amor de su padre a aquel hijo perdido. Él no acoge ni perdona, no quiere saber nada con su hermano. Jesús termina su parábola sin satisfacer nuestra curiosidad: ¿entró en la fiesta o se quedó fuera?

Envueltos en la crisis religiosa de la sociedad moderna, nos hemos habituado a hablar de creyentes e increyentes, de practicantes y de alejados, de matrimonios bendecidos por la Iglesia y de parejas en situación irregular… Mientras nosotros seguimos clasificando a sus hijos, Dios nos sigue esperando a todos, pues no es propiedad de los buenos ni de los practicantes. Es Padre de todos.

El “hijo mayor” es una interpelación para quienes creemos vivir junto a él. ¿Qué estamos haciendo quienes no hemos abandonado la Iglesia? ¿Asegurar nuestra supervivencia religiosa observando lo mejor posible lo prescrito, o ser testigos del amor grande de Dios a todos sus hijos e hijas? ¿Estamos construyendo comunidades abiertas que saben comprender, acoger y acompañar a quienes buscan a Dios entre dudas e interrogantes? ¿Levantamos barreras o tendemos puentes? ¿les ofrecemos amistad o los miramos con recelo?

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 15,1-32


LECTURAS BÍBLICAS Y EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE 2016,


XXVI del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 11 de Septiembre de 2016

“Dios padre espera ansioso el regreso de sus hijos“


Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (32,7-11.13-14):

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: «Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto.”»
Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.»
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.”» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 50,3-4.12-13.17.19

R/. Me pondré en camino adonde está mi padre

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,12-17):

Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús. Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna. Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (15,1-32)

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.»

Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.” Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: “iFelicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.” Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»

También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.” El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba comer. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.” Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebramos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.” Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.” Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tu bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.” El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.”»

Palabra del Señor

15 AÑOS DEL ATENTADO DEL 11 DE SEPTIEMBRE


15 años del 11S: Arzobispo de Nueva York preside oración por 343 bomberos fallecidos


NUEVA YORK, 11 Sep. 16 /  (ACI).- El Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, presidió el memorial de oración por los 343 bomberos que murieron en los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 perpetrados por terroristas musulmanes.

El servicio de oración se realizó el sábado 10 de septiembre en la Catedral de San Patricio, en el que el Purpurado estadounidense hizo la bendición inicial.

El cuerpo de policía portó hasta el lugar un gran cartel con el número 343 en el centro, seguido de 343 banderas, una por cada uno de los caídos hace 15 años.

“No olvidaremos”, dijo el Cardenal en sus palabras iniciales ante una Catedral completamente abarrotada por autoridades civiles, bomberos y familiares de los fallecidos en los atentados.


“Incluimos en nuestra oración esta tarde a aquellos cuya memoria recordamos” este día, agregó el Purpurado.

La fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, estuvo presente en el memorial en representación del Presidente Barack Obama, quien escribió un mensaje en el que señaló que “la memoria de estos héroes caídos está con nosotros y seguirá cada día.

También se rezó una oración judía en recuerdo de los bomberos de eso credo fallecidos en 2001.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, que tuvo a su cargo el discurso central, dijo sobre los bomberos que perdieron la vida hace 15 años que “cuando los necesitábamos ellos mostraron lo mejor de su humanidad. Cargaron a otros sobre sí y nunca le dieron la espalda a los demás”.

La agencia AP informa que también intervino el Comisionado de los Bomberos de Nueva York, Daniel Nigro, quien dijo que “nuestro departamento nunca olvidará a nuestros héroes o sus familias. Seguiremos fuertes y los honraremos siempre en nuestros corazones”.

El 11 de septiembre de 2001 un grupo de terroristas musulmanes secuestraron cuatro aviones con pasajeros y los estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, y contra las oficinas del Pentágono en las afueras de Washington.

El cuarto avión cayó en la zona de Shanksville en el estado de Pensilvania, donde también hoy habrá un memorial por los fallecidos.

BUENAS NOCHES!!!


sábado, 10 de septiembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 10 DE SEPTIEMBRE 2016


Pon los cimientos de tu casa sobre roca
Parábolas


Lucas 6, 43-49. Tiempo Ordinario. Comienza a edificar sobre Su roca y deja que El arregle las cosas que a ti no te salen. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 6, 43-49
En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: No hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca. ¿Por qué me llamáis: Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa.

Oración Introductoria
Señor, Señor, soy de esos que te llaman y no hacen lo que dices. Dame una fe fuerte, segura, que pueda dar frutos de bondad, así estaré construyendo mi vida sobre la roca firme de Tu Amor.

Petición
Dios mío, ayúdame a producir frutos buenos y abundantes.

Meditación del Papa Francisco
No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’, entrarán en el Reino de los Cielo, estos hablan, hacen, pero les falta otra actitud, que es precisamente la base, que es precisamente el fundamento del hablar, del actuar: les falta escuchar. Por eso Jesús continúa: ‘Quien escucha mis palabras y las pone en práctica”. El binomio hablar-actuar no es suficiente… nos engaña, tantas veces nos engaña.
Y Jesús cambia y dice: “el binomio es el otro, escuchar y actuar, poner en práctica: ‘quien escucha mis palabras y las pone en práctica será como el hombre sabio que construye su casa sobre la roca. Quien escucha las palabras pero no las hace suyas, las deja pasar, no escucha seriamente y no las pone en práctica, será como el que edifica su casa sobre arena. Cuando Jesús advierte a la gente sobre los ‘pseudoprofetas’ dice: ‘por sus frutos les conoceréis’. Y de aquí, su actitud: muchas palabras, hablan, hacen prodigios, hacen cosas grandes pero no tienen el corazón abierto para escuchar la Palabra de Dios, tienen miedo de la Palabra de Dios y estos son ‘pseudocristianos’. Es verdad, hacen cosas buenas, es verdad, pero les falta la roca. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de junio de 201, en Santa Marta).
Reflexión
Cristo nos enseña que la Misericordia de Dios es más fuerte que la dureza del pecado. Podríamos pensar, leyendo superficialmente este pasaje, que tendrían razón los que piensan en la "predestinación eterna", que si hemos nacido zarza no hay nada que hacer; por más que nos matemos trabajando por ser buenos, ¿para qué, si al fin y al cabo me condenaré? Soy árbol malo y no bueno. Estoy condenado a chamuscarme eternamente en el infierno.

Pero esto sería tan absurdo como haber venido el mismo Verbo de Dios al mundo y haber sufrido tremendamente por unos pocos afortunados. A Dios no le importa dejar 99 ovejas por una que se le escapa del redil; a Dios no le importa esperar toda una vida por el hijo que se le ha ido de su casa; a Dios no le importa llenar de besos y celebrar con fiesta grande al que parecía muerto por el pecado.

Nuestro Dios es un Dios de tremenda misericordia. Ya lo dice el mismo Cristo en el pasaje antes leído: ¿por qué me llamáis: "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El vino para que el hombre tenga vida eterna en El. El nos enseña el camino. De nuestra parte está el hacerle caso o no.
Si eres un árbol malo, - pocos podemos gloriarnos de dar buenos frutos -, mira a Cristo, comienza a edificar sobre su roca, deja que El arregle las cosas, colabora activamente con la gracia. El lo hará todo, si le dejas. Y de zarza llegarás a ser deliciosa higuera. Darás frutos de salvación. Si Dios ya hubiera dispuesto quién se salva y quién no, habría mandado a sus ángeles a sacar la cizaña del trigo y a quemarla. Pero ha dejado el campo sin tocar porque espera tu respuesta a su amor. Está esperando que le des permiso para que edifique un grandioso palacio inamovible en la roca de su Corazón, y llegues a ser un delicioso árbol para los demás.

¿Podríamos ser tan obstinados en cerrar las puertas a un Dios que no se cansa de buscar a su oveja perdida?

Propósito
Empezaré a leer diariamente un pasaje del Evangelio para construir mi vida sobre la Palabra de Dios.

Diálogo con Cristo
Jesucristo, quiero iluminar mi vida con la luz de tu Palabra y conducirme en todo siguiendo tus criterios. Quiero construir mi vida con el cimiento fuerte de la oración, sólo así será una construcción que va prevalecer a pesar de las tempestades y dificultades que puedan surgir.

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO, PATRONO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO, 10 DE SEPTIEMBRE


Hoy 10 de septiembre es la fiesta de San Nicolás de Tolentino, patrono de las almas del purgatorio
Por Abel Camasca

 (ACI).- San Nicolás de Tolentino nació en San Angelo (Italia) en 1245; se dice que su madre, avanzada en años, no había podido concebir y junto a su esposo hicieron una peregrinación al Santuario de San Nicolás de Bari donde ella rogó a Dios por un hijo que se entregara al servicio divino, tiempo después quedó embarazada.

Mientras crecía, el pequeño Nicolás pasaba horas en oración, escuchaba con entusiasmo la Palabra de Dios, llevaba a su casa a los pobres para compartir con ellos lo que tenía y se deleitaba en leer buenos libros como estudiante.

Después de escuchar el sermón de un fraile o ermitaño de la Orden de San Agustín, se decidió a renunciar al mundo e ingresó a la Orden en el convento del pequeño pueblo de Tolentino. Hizo su profesión religiosa antes de haber cumplido los 18 años de edad y en 1271 fue ordenado sacerdote en el convento de Cingole.

Los últimos 30 años de su vida, aproximadamente, Nicolás vivió en Tolentino. Predicaba en las calles, administraba los sacramentos en asilos para ancianos, hospitales y prisiones. Asimismo pasaba largas horas en el confesionario.

Cuando por gracia de Dios obraba algún milagro, pedía a los presentes que “no digan nada sobre esto. Denle las gracias a Dios, no a mí".

Los fieles, impresionados de ver las conversiones que obtenía y su profunda espiritualidad, le pedían que intercediera por las almas del purgatorio y esto le valió, muchos años después de su muerte, ser nombrado “Patrón de las Santas Almas”.

El Santo padeció por mucho tiempo de dolores de estómago y poco a poco su salud fue empeorando.  

Un día se le apareció la Virgen María y le dio instrucciones para que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y se lo comiera con la promesa de que se curaría por su obediencia. Así sucedió y en gratitud, San Nicolás bendecía trozos de pan similares y se los daba a los enfermos, obteniendo numerosas sanaciones.

Partió a la Casa del Padre el 10 de septiembre de 1305 y fue enterrado en la iglesia de su convento en Tolentino.


Muchas décadas después fue expuesto su cuerpo incorrupto y se dice que al parecer un hombre extranjero le cortó los brazos para llevárselos a su país natal, pero fue capturado por un flujo de sangre que brotó de las extremidades del Santo.

Un siglo después se hizo el reconocimiento de los huesos y se vio que los brazos amputados se hallaban intactos y empapados en sangre. Siglos después se repitió el derramamiento de sangre fresca de los brazos de San Nicolás de Tolentino.

ORACIÓN A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Oración a San Nicolás de Tolentino por las almas del purgatorio

¡Oh glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas, consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores, vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas.

Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 10 DE SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 10


Cualquier actuación en tu vida tiene una gran importancia, tanto para ti como para todos los hombres.

Si en tal o cual ocasión no procedes mal, el mundo se sentirá un poco menos malo, y esto por ti.

Si en otra oportunidad procedes con rectitud y honradez, el mundo se sentirá algo más bueno, y en esto por ti.

De ti depende que el mal aumente en el mundo, o, por el contrario, crezca el bien; que el mundo siga enfermo, o sane de sus males.
Que el mundo se sienta más desdichado o más feliz.
Todo depende de ti.

No hables tanto, no critiques tanto, no te amargues tanto; obra más y obra mejor y tu acción será positiva.

No siembres cardos de pesimismos; esparce semillas de bondad.
“Todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo… todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gal 3,27-28). Cristo es el que unifica, el que hace que los hermanos seamos uno, que todos tengamos un solo bautismo y una sola fe, seamos un solo Cuerpo y un solo Amor. Cristo es el principio de la unidad; por tanto, cuando nos falta unidad es porque nos está faltando Cristo.


* P. Alfonso Milagro

LO QUE TE ENSEÑA UNA SONRISA



Lo que te enseña una sonrisa
La alegría es una virtud tan cristiana, porque, si es verdadera, no puede tener otra fuente que Dios, y la fuerza y el poder de una simple sonrisa se encuentran fundados en Él


Por: Evanibaldo Díaz, L.C. | Fuente: GAMA - Virtudes y valores 




Todos hemos experimentado alguna vez el enigmático poder de una sonrisa. Verla tatuada en un rostro es símbolo de aliento y esperanza. Sin duda hay muchas maneras de hacer las cosas: a la fuerza, a regañadientes, por responsabilidad, por exhibicionismo o caridad… pero, cuando observamos que se hacen con una sonrisa, encontramos un latente secreto que trasciende el espacio físico entre las comisuras de los labios. Y digo latente porque una sonrisa es como un secreto a voces, como un corazón sano que bombea serenidad y solaz a borbotones. Se trata de algo muy sencillo, pero que trasluce una fuerza interior capaz de cambiar la existencia.

Una sonrisa es, sí, símbolo de alegría. Y la alegría es capaz de transformarlo todo. Es como un tesoro inacabable que, mientras más da, más se llena. Quien muestra una sonrisa transpira alegría, atrae y nunca deja las cosas igual. Todos queremos, es más, buscamos, estar con quien nos anima y estimula. Puede ser que la vida nos trate mal, pero el estar con personas alegres es siempre un rellano en la montaña de la vida. Y cuando esas personas se apartan, dejan un hueco profundo en el alma y se van de la historia dejando en herencia un mundo mejor.

Y es que no se trata de una alegría hueca, como un globo que apenas toca la punta de un alfiler y explota. Me refiero a esa alegría llena, profunda, cuyas fuentes son más hondas que las distracciones o el placer. Estos a lo mucho tienen como fruto una carcajada, cuando no se quedan en una risa de apariencia y falsedad.

La alegría no es tampoco mero optimismo, es decir, espera insegura de que las cosas irán mejor. La alegría se teje con otra tela: la de la fidelidad a uno mismo. Es alegre quien se conoce, se acepta y busca mejorar en todo. La doblez, el querer al mismo tiempo ser y no ser lo que se es causa la amargura y la tristeza. La persona alegre no niega sus limitaciones ni se tapa los ojos ante las dificultades de la vida; las acepta, las afronta, las sufre, pero jamás, nunca, se traiciona a sí misma: tiene esperanza.

Y esta esperanza no le viene sólo de ella misma o de sus ganas de progresar. Es alegría que se transforma en “en-tusiasmo”: fruto de haberse en-diosado, embebido, permeado de Dios. Por eso es tan profunda, porque sólo Él sabe su causa verdadera, que muchas veces se confunde entre el dolor, el sacrificio y la negación a uno mismo, tratando de ser generosa con un designio más maravilloso y duradero. Por eso Hernest Hello llegó a decir: “Señor, la tristeza es el recuerdo que conservo de mí mismo; la alegría, el recuerdo que conservo de Ti”

Y de aquí que la alegría sea una virtud tan cristiana, porque, si es verdadera, no puede tener otra fuente que Dios, y la fuerza y el poder de aquella simple sonrisa se encuentran fundados en Él. El cristiano, si es sincero, no puede ni debe ser un hombre triste: es como una contradicción. Sabemos que Cristo estuvo triste en Getsemaní, pero fue precisamente cuando sentía que su Padre estaba lejos. En cambio, pasó su vida pública transmitiendo alegría los cojos, a los ciegos, a los endemoniados y a las pecadoras. Los únicos que no la recibieron fueron quienes no la aceptaron.

Quizá usted, leyendo este artículo ha tomado también una decisión: la de pertenecer a ese grupo oculto de personas que mantienen la esperanza en el mundo; la de formar parte de aquellos que con un simple gesto transmiten su felicidad y a Dios. Su sonrisa vale mucho más que mil libros, mil discursos o programas televisivos, porque es capaz de abrir una puerta a la eternidad en medio de los avatares del tiempo. Su sonrisa será capaz de decir a los hombres con un simple gesto, aquello que Dostoievski escribía hace muchos años en los Hermanos Karamazov: “Amigos, no pidáis a Dios el dinero, el triunfo o el poder. Pedidle lo único importante: la alegría”.

LA FE CRISTIANA ANTE EL ESPIRITISMO


La fe cristiana ante el espiritismo
La relación cristiana con los difuntos es a través de la oración sin pretender recibir verdades del más allá


Por: Miguel A. Pastorino | Fuente: Religion en Libertad 



En los orígenes

La creencia en la comunicación con los muertos es muy antigua. De ello da testimonio la amplia documentación de la historia de las religiones, y hasta aparece condenada en la Biblia. Sin embargo, el espiritismo que hoy conocemos se origina en tiempos más recientes, en Hydesville (Nueva York), con las hermanas Katherine y Margaret Fox, en 1848. Eran dos niñas que se convirtieron en las creadoras del tablero Ouija (en su versión popular, "juego de la copa"), y a partir de su propia experiencia de "comunicación con difuntos", son citadas como las fundadoras del espiritismo.
Muy pronto el fenómeno comenzó a manifestarse en muchas personas, multiplicándose las sesiones espiritistas y en 1851 se extendió en Europa. Entonces supuestos espíritus famosos de la historia comenzaron a dar clases de espiritualidad, moral y ciencia, a través de los "mediums" que los incorporaban. Aunque las hermanas Fox confesaron en 1888 que había sido un fraude de su adolescencia, y década tras década se han desenmascarado engaños del espiritismo, la credulidad en estos temas no paró de crecer en el siglo XX, convirtiéndose en un fenómeno de masas.
Con Allan Kardec el espiritismo fue sistematizado en una suerte de verdadero catecismo revelado por los "espíritus". Como novedad doctrinal es introducida por él la reencarnación en clave evolucionista.

La moda espiritista

En los últimos años, el movimiento de la Nueva Era viene incorporando las mismas creencias espiritistas, pero con términos renovados. Hablan, por ejemplo de "canalización" (channeling) de entidades, a las que ahora se agregan los extraterrestres, como en el "Libro de Urantia" o en versiones gnósticas como "Un Curso de milagros". "La Casa Redención", remitiéndonos a un fenómeno local, mezcla el espiritismo de Kardec con los OVNIS y los santos católicos, y hasta un Jesús convertido en un comandante intergaláctico.
A través del cine y la televisión, asistimos en los últimos años a una profunda "catequesis" kardecista, que propone la creencia en espíritus que vagan por el mundo y que procuran comunicarse a través de un "medium" o  incluso de una TV o un celular. Populares películas como "Ghost", "Sexto sentido", "La Llamada", "La Maldición", "Barco Fantasma", "Los Otros", "Voces del más allá", "La Libélula", "Actividad Paranormal", "El Ojo", y el crecimiento de series televisivas de este género, son ya un verdadero adoctrinamiento espiritista en el mundo juvenil, que acrítica e inocentemente asume la supuesta intervención de espíritus de muertos en nuestra vida cotidiana.


Muchas personas afectadas por la pérdida de algún familiar, son víctimas del engaño y el proselitismo solapado de supuestos "contactos" con el más allá.

¿Ciencia, fraude o superstición?

El espiritismo se presenta como "ciencia". En realidad se trata de un uso caprichoso del término. No existe ninguna prueba científica de contacto con personas que han muerto. Los avances de la medicina, la psicología y la física, han puesto en evidencia una y otra vez la ingenuidad de las tesis espiritistas. Muchas investigaciones como las del P. González Quevedo sj, han tirado por tierra, en todo Brasil, las supuestas evidencias de "fantasmas" en las casas, y los lugares "embrujados". Todos los que han querido investigar seriamente los supuestos efectos físicos de los "espíritus" se han encontrado con fraudes conscientes o inconscientes generados por la misma sugestión, en el 98% de los casos (Heredia, Amadou, Levington, Quevedo). Ya a finales del siglo XIX, el científico ruso Mendeleiev, que dirigió una comisión científica para estudiar a los mediums más famosos de su tiempo, al concluir la investigación, expresó: "Los fenómenos mediánicos (= de los mediums) son el producto de movimientos inconscientes o de un engaño consciente, y en su conjunto el espiritismo es una superstición".
El Lic. José María Baamonde, uno de los mayores expertos en el tema de las sectas, hablando de las supuestas "incorporaciones" espiritistas y de los estados de trance, escribía: "es obviamente inconveniente fomentar estos estados alterados de conciencia, por el riesgo implícito de generar serias perturbaciones psíquicas a raíz de personificaciones y automatismos inconscientes que, en ciertos casos, asumirán el carácter de delirios sistematizados".

A la luz de la fe cristiana

La Palabra de Dios es clara: "No practiques la adivinación o la magia... No acudas a los que invocan a los muertos, ni consultes adivinos, pues se harán impuros. Yo soy el Señor, tu Dios" (Lev 19, 26.31).
"Si alguno acude a nigromantes y recurre a los adivinos prostituyéndose con ellos, yo me volveré contra él y lo extirparé del pueblo. Santifíquense y sean santos, porque yo soy el Señor, su Dios" (Lev 20,6)
"Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar, no aprenderás a cometer las abominaciones como las de esas naciones. No ha de haber en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, ningún encantador, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para el Señor tu Dios" (Dt 18, 9-11).
La Iglesia se pronuncia claramente sobre la incompatibilidad espiritual, doctrinal y moral de estas prácticas con la fe en Jesucristo, pero no sobre la naturaleza de los "fenómenos espiritistas".
La relación cristiana con los difuntos es a través de la oración, y en la Eucaristía,  en comunión de amor. Pero es ajena a toda invocación morbosa, no pretende recibir verdades del más allá por medio de ellos, ya que todo lo necesario para nuestra salvación ya ha sido revelado en Jesucristo. Y nosotros confiamos a nuestros seres queridos en las manos misericordiosas de Dios.  
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: "Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir.  La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y suertes, los fenómenos de visión, el recurso a "mediums" encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios". (2115-2116)

LA OTRA MEJILLA



La otra mejilla


Existía un monasterio que estaba ubicado en lo alto de la montaña. 
Sus monjes eran pobres, pero conservaban en una vitrina tres manuscritos antiguos, muy piadosos. 

Vivían de su esforzado trabajo rural y fundamentalmente de las limosnas que les dejaban los fieles curiosos que se acercaban a conocer los tres rollos, únicos en el mundo. 

Eran viejos papiros, con fama universal de importantes y profundos.

En cierta oportunidad un ladrón robó dos rollos y fugó por la ladera. 
Los monjes avisaron con rapidez al abad. 

El superior, como un rayo, buscó la parte que había quedado y con todas sus fuerzas corrió tras el agresor y lo alcanzó:

- Que has hecho? Me has dejado con un solo rollo. No me sirve. Nadie va a venir a leer un mensaje que está incompleto. Tampoco tiene valor lo que me robaste. O me das lo que es del templo o te llevas también este texto. Así tienes la obra completa.
- Padre, estoy desesperado, necesito urgente hacer dinero con estos escritos santos.

- Bueno, toma el tercer rollo. Sino, se va a perder en el mundo algo muy valioso. Véndelo bien. Estamos en paz. Que Dios te ilumine.

Los monjes no llegaron a comprender la actitud del abad. 
Estimaron que había estado flojo con el rapaz, y que era el monasterio el que había perdido. 
Pero guardaron silencio, y todos dieron por terminado el episodio.

Cuenta la historia que a la semana, el ladrón regresó. 
Pidió hablar con el Padre Superior:

- Aquí están los tres rollos, no son míos. Los devuelvo. Te pido en cambio que me permitas ingresar como monje. Mi vida se ha transformado.

Nunca ese hombre, había sentido la grandeza del perdón, la presencia de la generosidad excelente.
El abad recuperó los tres manuscritos para beneficio del monasterio, ahora mucho más concurrido por la leyenda del robo y del resarcimiento.
Y además consiguió un monje trabajador y de una honestidad a toda prueba.

El agresor espera agresión, no una respuesta creativa, inesperada, insólita. No sospecha la conmoción del poder incalculable de la otra mejilla.

EL CORAZÓN DEL PADRE PÍO LLEGA POR PRIMERA VEZ A AMÉRICA


El corazón del Padre Pío llega por primera vez a América


 (ACI).- “Estoy muy emocionado por anunciar que los frailes capuchinos que administran el Santuario del Santo Padre Pío han ofrecido venir a Boston con el corazón del Padre Pío por su fiesta este año” que se celebra el 23 de septiembre, afirmó el Arzobispo de esa ciudad estadounidense, Cardenal Sean O’Malley.

El 2 de septiembre, el Purpurado explicó en su blog personal que “esta es la primera vez que una reliquia importante del Padre Pío dejará Italia, y nos alegra que hayan ofrecido venir a Boston para esta histórica visita”.

“Sabemos que muchas personas en nuestro país tienen una gran devoción por el Padre Pío, y por eso los frailes han hecho que esto sea especialmente posible para aquellos que no pueden viajar a San Giovanni Rotondo en Italia para venerar sus reliquias y pedir su intercesión”, señala el Cardenal.

El corazón del Santo fraile capuchino estará en Boston del 21 al 23 de septiembre. La Arquidiócesis de Boston dio a conocer el cronograma para la exposición de la reliquia.


Miércoles 21 de septiembre:

9:00 a.m. a 5:00 p.m. Veneración de las reliquias con Santa Misa a mediodía en la Parroquia Immaculate Conception, en Lowell.

7:00 p.m. a 00:00 Santa  Veneración en la Iglesia St. Leonard, en North End of Boston y Santa Misa a las 07:00 p.m.

Jueves 22 de septiembre:

9:00 a.m. a 5:00 p.m. Veneración de las reliquias con Santa Misa a mediodía en el Pastoral Center de la Arquidiócesis de Boston en Braintree.

7:00 p.m. a 00:00 Veneración y Santa Misa en español a las 7:00 p.m.

Viernes 23 de septiembre: Fiesta del Santo Padre Pío

9:00 a.m. a 00:00 Veneración de las reliquias

Santa Misa a las 9:00 a.m.

Santa Misa con el Cardenal Sean O’Malley a las 7:00 p.m.



El Padre Pío

Durante su vida, Dios le dio muchos dones como el discernimiento extraordinario que le permitió leer los corazones y las conciencias. Por ello muchos fieles acudían a confesarse con él.

También tenía el don de profecía para poder anunciar eventos del futuro; hizo curaciones milagrosas con la oración; se bilocaba, es decir, podía estar en dos lugares al mismo tiempo; y los estigmas que recibió despedían un especial perfume.

El P. Pío Nació en Pietrelcina, Italia, el 25 de mayo de 1887. Su nombre era Francisco Forgione y tomó el nombre de Fray Pío de Pietrelcina en honor a San Pío V, cuando recibió el hábito de franciscano capuchino.

FELIZ FIN DE SEMANA!!!

viernes, 9 de septiembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE SEPTIEMBRE 2016


¿Podrá un ciego guiar a otro ciego?
Tiempo Ordinario

Lucas 6, 39-42. Tiempo Ordinairo. Busca hacer felices a los que viven a tu lado sin pensar en ti mismo. 


Por: Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-42 
En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo", no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. 

Oración Introductoria
Padre mío, gracias por tu paciencia y por tu misericordia. Te pido perdón por las veces en que he ignorado tu presencia. Ayúdame a descubrir en esta oración los medios que tengo que concretar para ya no defraudarte y corresponder siempre a tu amor.

Petición
Dios mío, ayúdame a ser misericordioso y que no me atreva nunca a juzgar a los demás.

Meditación del Papa Francisco

El apelativo «hipócritas» que Jesús da varias veces a los doctores de la ley en realidad es dirigido a cualquiera, porque quien juzga lo hace en seguida, mientras que Dios para juzgar se toma su tiempo.

Quien juzga se equivoca, simplemente porque toma un lugar que no es suyo. Pero no solo se equivoca, también se confunde. Está tan obsesionado con lo que quiere juzgar, de esa persona -¡tan tan obsesionado!- que esa idea no le deja dormir. ... Y no se da cuenta de la viga que él tiene. Es un fantasioso. Y quien juzga se convierte en un derrotado, termina mal, porque la misma medida será usada para juzgarle a él. El juez que se equivoca de sitio porque toma el lugar de Dios termina en una derrota. ¿Y cuál es la derrota? La de ser juzgado con la medida con la que él juzga.

El único que juzga es Dios y a los que Dios da la potestad de hacerlo. Jesús, delante del Padre, ¡nunca acusa! Al contrario: ¡defiende! Es el primer Paráclito. Después nos envía el segundo, que es el Espíritu Santo. Él es defensor: está delante del Padre para defendernos de las acusaciones. ¿Y quién es el acusador? En la Biblia se llama «acusador» al demonio, satanás. Jesús nos juzgará, sí: al final de los tiempos, pero mientras tanto intercede, defiende. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 23 de junio de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
Hoy vemos que la perseverancia en esa lucha por lograr unirse cada vez más a la voluntad santísima de Dios, pues en ello estriba la verdadera perfección, tiene su premio.

Aunque la vida esté llena de dificultades, desalientos y trabajos, también es verdad que es muy corta y que es pasajero el sufrir. Pronto llegará el fin de la jornada y ahí encontraremos el descanso y el premio si hemos sabido luchar por Jesucristo.

Qué hermoso programa el seguir a Cristo buscando hacer felices a los que viven a nuestro lado sin pensar en nosotros mismos y a la vez cuánta fuerza de voluntad y cuánta abnegación nos exige y qué premio tan grande nos conquista para el cielo. Ser viriles en la caridad, ser generosos y magnánimos, sin entregarnos a la estrechez tacaña de lo que es obligación estricta. Más allá comienza el amplio campo de la delicadeza y de las atenciones, del sacrificio y de la afabilidad ingeniosa para dar gusto a los demás en todo. Hay que llegar al detalle y no despreciar las pequeñas ocasiones de sacrificarse dando a nuestro hermano una muestra de atención, un rostro alegre, una palabra de aliento, una condescendencia en la conversación.

Hay que aprovechar esa vida tan pequeña, que es un punto en medio de la eternidad, pues al final nos espera el premio, la corona; nos espera la inefable dicha de poseer a Dios, a Jesús, con plenitud y sin temor de perderle más.

Propósito
Hacer el ejercicio constante de no juzgar la actuación de las personas con las que convivo.

Diálogo con Cristo
Señor, Tú me enseñas que nunca debo juzgar ni criticar a los demás. Haz que logre tratar a los demás como Tú me tratas Señor: comprendiendo sus limitaciones, disculpando sus faltas, poniendo atención a sus necesidades, sin guardar ningún rencor, ningún resentimiento, con la capacidad de ser misericordioso y bondadoso, siempre y con todos.
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