martes, 14 de junio de 2016

IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA










JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 14 - QUE AMAS EL SILENCIO


Nardo del 14 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que amas el silencio!

Meditación: Jesús, que viniste al mundo a sufrir, pero antes
 debías con nosotros convivir. El Niño de Nazaret, el Hombre del Calvario, en el silencio y la mortificación cumplías la Voluntad del Creador. Sólo hablaste para enseñar, aconsejar y para mostrar al Dios de la Verdad. ¡Pero hoy Señor, a todos nos gusta hablar, todos creemos que sabemos, a pesar de que estamos en el desierto. ¡Cine, televisión y permanente conversación han quitado de nuestro corazón el lugar que necesitás Vos!. No queremos oír, solo queremos hacernos respetar, hemos perdido el don de escuchar...somos sordos de corazón. Y Tú, Jesús, permaneces callado porque ya has hablado, y aun cuando hoy quieres con nosotros conversar, no te queremos escuchar. Nos estás esperando como en el Calvario, pero te seguimos abandonando. ¿Sabes Señor, lo que yo creo que ocurrió?: Te hemos sacado de nuestro templo y en Tu lugar nosotros mismos nos hemos puesto. ¡Oh Señor!, permítenos sentir en nuestro corazón el amoroso susurro de Tu Santo Espíritu, para que estos sordos del siglo XXI volvamos a conversar con Vos y cumplamos con el Divino Querer, haciendo el bien. Que podamos repetir: "Señor, habla, que Tu siervo escucha".

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Hagamos una jornada de silencio tanto exterior como interior, alejándonos del ruido del mundo para poder escuchar la Voz de Dios.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.


PAPA FRANCISCO PIDE ACABAR DE UNA VEZ CON EL HAMBRE EN EL MUNDO


Papa Francisco pide acabar de una vez con el hambre en el mundo
Por Alvaro de Juana




VATICANO, 13 Jun. 16  (ACI).- El Papa Francisco pidió hoy desde la sede en Roma del Programa Mundial de Alimentos (PMA) acabar de manera definitiva con el hambre en el mundo y desnaturalizar la miseria.

El Pontífice visitó la asamblea plenaria de este organismo internacional con motivo de la sesión inaugural de 2016 y ofreció un discurso en el que habló del problema del hambre en el mundo y lo que conlleva.

Al comienzo, el Papa denunció que “la excesiva información con la que contamos va generando paulatinamente la ‘naturalización’ de la miseria”. Es decir, “poco a poco, nos volvemos inmunes a las tragedias ajenas y las evaluamos como algo ‘natural’”.

“Son tantas las imágenes que nos invaden que vemos el dolor, pero no lo tocamos; sentimos el llanto, pero no lo consolamos; vemos la sed pero no la saciamos. De esta manera, muchas vidas se vuelven parte de una noticia que en poco tiempo será cambiada por otra. Y mientras cambian las noticias, el dolor, el hambre y la sed no cambian, permanecen. Tal tendencia –o tentación– nos exige un paso más y, a su vez, revela el papel fundamental que Instituciones como la vuestra tiene para el escenario global. Hoy no podemos darnos por satisfechos con sólo conocer la situación de muchos hermanos nuestros”.

En su opinión, “es necesario ‘desnaturalizar’ la miseria y dejar de asumirla como un dato más de la realidad” porque “la miseria tiene rostro”. “Tiene rostro de niño, tiene rostro de familia, tiene rostro de jóvenes y ancianos. Tiene rostro en la falta de posibilidades y de trabajo de muchas personas, tiene rostro de migraciones forzadas, casas vacías o destruidas. No podemos ‘naturalizar’ el hambre de tantos; no nos está permitido decir que su situación es fruto de un destino ciego frente al que nada podemos hacer”.


Por otro lado, el Santo Padre manifestó que “las burocracias mueven expedientes; la compasión, en cambio, se juega por las personas”. Por eso, volvió a decir que “es necesario trabajar para ‘desnaturalizar’ y desburocratizar la miseria y el hambre de nuestros hermanos".

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11:53 - 13 jun 2016
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Desnaturalizar la miseria

“La falta de alimentos no es algo natural, no es un dato ni obvio, ni evidente. Que hoy en pleno siglo XXI muchas personas sufran este flagelo, se debe a una egoísta y mala distribución de recursos, a una ‘mercantilización’ de los alimentos”, dijo el Papa en este punto de su discurso.

Así pues, el alimento es “un don” que “hemos convertido en privilegio de unos pocos”. “Hemos hecho de los frutos de la tierra –don para la humanidad– commodities de algunos, generando, de esta manera, exclusión”, alertó.

Francisco aludió al consumismo como una de las causas que “nos ha inducido a acostumbrarnos a lo superfluo y al desperdicio cotidiano de alimento, al cual a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va más allá de los meros parámetros económicos”. Por ello, recordó que “el alimento que se desecha es como si se robara de la mesa del pobre, de quien tiene hambre”.

Desburocratizar el hambre

El Santo Padre recordó que vivimos en un mundo inestable y en el que “últimamente las guerras y las amenazas de conflictos es lo que predomina en nuestros intereses y debates”.

Denunció que “las armas han alcanzado una preponderancia inusitada, de tal forma que han arrinconado totalmente otras maneras de solucionar las cuestiones en pugna” y habló de la paradoja de que “mientras las ayudas y los planes de desarrollo se ven obstaculizados por intrincadas e incomprensibles decisiones políticas, por sesgadas visiones ideológicas o por infranqueables barreras aduaneras, las armas no; no importa la proveniencia, circulan con una libertad jactanciosa y casi absoluta en tantas partes del mundo”. “Y de este modo, son las guerras las que se nutren y no las personas. En algunos casos la misma hambre se utiliza como arma de guerra”, agregó.

“Somos plenamente conscientes de ello, pero dejamos que nuestra conciencia se anestesie y así la volvemos insensible. De tal modo, la fuerza se convierte en nuestro único modo de actuar y el poder en el objetivo perentorio a alcanzar. Las poblaciones más débiles no sólo sufren los conflictos bélicos sino que, a su vez, ven frenados todo tipo de ayuda. Por esto urge desburocratizar todo aquello que impide que los planes de ayuda humanitaria cumplan sus objetivos”.

En opinión del Papa, parte de la solución pasa por “que los Estados miembros incrementen decisivamente su real voluntad de cooperar con estos fines” y por colaborar con el PMA.

“El PMA es un valioso ejemplo de cómo se puede trabajar en todo el mundo para erradicar el hambre a través de una mejor asignación de los recursos humanos y materiales, fortaleciendo la comunidad local. A este respecto, les animo a seguir adelante. No se dejen vencer por el cansancio, ni permitan que las dificultades los retraigan”, aseguró.

Sobre la misión concreta de la Iglesia al respecto, el Pontífice explicó que “quiere trabajar mancomunadamente con todas las iniciativas que luchen por salvaguardar la dignidad de las personas, especialmente de aquellas en las que están vulnerados sus derechos”. “Para hacer realidad esta urgente prioridad de ‘hambre cero’, les aseguro todo nuestro apoyo y respaldo a fin de favorecer todos los esfuerzos encaminados”.

“Un pueblo se juega su futuro en la capacidad que tenga para asumir el hambre y la sed de sus hermanos. En esta capacidad de socorrer al hambriento y al sediento podemos medir el pulso de nuestra humanidad”, concluyó entre aplausos el discurso.

BIENVENIDOS!!!


lunes, 13 de junio de 2016

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 13 - OBEDIENTE HASTA LA MUERTE



Nardo del 13 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, obediente hasta la muerte!

Meditación: La oscuridad del Huerto parece que se hace más espesa…y allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza. La Sangre Bendita cae sobre la roca fría, y hasta parece una alegoría, el corazón del hombre endurecido cual piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el Llanto Santo que del pecado nos limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo decir: "Padre, si es posible que pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu Voluntad y no la Mía". La Oblación de Amor ya ha sido dada…se entrega el Hijo…se desgarra el Padre… "por Amor, a Su propio Hijo entregó". La Voluntad de Nuestro Unico y Trino Dios es dar todo por amor. Si, por amor a esta pobre criatura que soy yo, que tantas veces lo negó, que solo quiere bien vivir, y que me sirvan a mí, que no me importa conocerlo y que con mis miserias y egoísmos he construido ídolos en el lugar del Santo Templo.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Pidamos al Señor vivir cumpliendo Su Santa Voluntad, y aprender a amar. Leamos y reflexionemos la Primera Carta a los Corintios, 13.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.


EL EVANGELIO DE HOY LUNES 13 DE JUNIO DEL 2016 - FIESTA DE SAN ANTONIO DE PADUA


Día litúrgico: 13 de junio: San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia


Texto del Evangelio (Lc 10,1-9): En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde Él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’».



«Decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’»
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM 
(Barcelona, España)


Hoy, día de san Antonio, vemos en el Evangelio cómo Jesús envía a 72 discípulos a predicar, de una manera simple y evangélica. En primer lugar, esta predicación ha de ser pacífica y pacificadora: «Paz a esta casa» (Lc 10,5). Y, en segundo lugar, el tema de la prédica ha de ser el anuncio del Reino: «El Reino de Dios está cerca de vosotros» (Lc 10,9). Ésta es la manera como Jesús predicaba con su palabra, con sus parábolas y con toda su vida.

Antonio fue un gran predicador y anunció el Reino de esta forma evangélica; y lo hacía desde un conocimiento profundo, meditado y vivido del Evangelio. San Francisco le escribió una carta dándole en encargo de enseñar la teología a los frailes jóvenes, instruyéndoles también sobre cómo había de ser su predicación cuando iban por el mundo. Les decía: «La predicación se ha de hacer con las palabras que da el Espíritu Santo y no sacarlas de la propia cosecha. La palabra es viva cuando hablan las obras. Menos palabras, os lo suplico, y que hablen las obras».

El papa Francisco daba recientemente unos consejos parecidos a unos sacerdotes noveles, el día de su ordenación, y les recomendaba esto: «Leed y meditad asiduamente la palabra de Dios, para creer lo que habéis leído, para enseñar lo que habéis aprendido, ¡y para vivir lo que habéis enseñado». ¡No se puede decir más en tan pocas palabras!

Nosotros, los cristianos, somos enviados por Jesús, como lo fueron esos 72 discípulos, con la misión de predicar la paz y anunciar el Reino: hagámoslo, como nos dice san Antonio, con un buen bagaje del Evangelio, con palabras del Espíritu Santo, y sobre todo con las obras. Y tal como nos dice el Papa: leamos y meditemos el Evangelio y enseñemos viviendo lo que hemos meditado y leído. Y no olvidemos que el Evangelio que meditamos, predicamos y vivimos con las obras, es la misma persona de Jesús.

ALEGRÍA Y VIDA, EN LA EXPERIENCIA ANTONIANA


Alegría y Vida, en la experiencia Antoniana
El experimentar la bondad y misericordia de Dios torna a San Antonio en un hombre de misericordia frente a todos


Por: Fr. Genaro Mújica, ofm | Fuente: www.parroquiasanantoniodepadua.org 




La primera palabra que usaba San Antonio en su predicación no es cruz ni la última es muerte. La primera palabra es alegría y la última palabra es vida. Comienza siempre por anunciar la alegría de una buena noticia, la liberación plena del ser humano.

¿Por qué esta alegría? Porque los seculares ene­migos de la humanidad de Jesús fueron vencidos por la muerte y resurrección: las enfermedades, los pecados, la muerte. Jesús emerge como el más fuerte que vence al fuerte. Así San Antonio manifestará la alegría en la irrupción del Reino entre los que están más distantes de Dios, los pecadores, los pobres, los humillados.

San Antonio, imitando a Cristo, hace una experiencia profundamente pla­centera de Dios. Dios Padre de infinita bondad ama a los ingratos y a los malos y tiene predilección por los pequeños. Es el Dios de los pecadores, del hijo pródigo, de la oveja perdida, del publicano, del gentil, de la mujer adúltera. A éstos, San Antonio proclama la alegría y la vida nueva de reino: "Dichosos los pobres, porque de ellos es el Reino de Dios".

Esta experiencia del Dios bondad y misericordia, torna a San Antonio en un hombre de bondad y de misericordia frente a todos, especialmente a los estigmatizados por el su­frimiento y la necesidad. La pasión por el Padre alimentaba cada día en la vida de San Antonio la pasión por los hombres: "¡Sed misericordiosos como el Padre es misericor­dioso!" ¡Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto!

Era una exigencia en San Antonio que sin un cambio en el modo de pensar y de obrar no se inaugura el Reino ni en nuestro corazón ni en el corazón del mundo. La misericordia y la bondad para con todos, particularmente para con los últimos, libera de las cruces de la vida y hace ligero el fardo de la vida.



San Antonio nos recuerda que el evangelio del Reino de Dios es buena noticia porque causa alegría. Y causa alegría porque, mediante la conversión, la realidad del ruin se hace buena; el hombre que odia se vuelve compasivo; de cerrado sobre sí mismo se abre amorosamente a los demás. Con esta actitud comienza a ser verdad histórica el hecho de que somos hermanos unos de otros y, realmente, hijos del Padre. Es así como comienza a ser realidad el Reino del Padre y a fermentar en nuestro medio.

El mensaje central de San Antonio no consiste en predi­car la cruz, ni en crear cruces, ni en legitimar las cruces que unos imponen sobre los hombros de los otros, sino en gestar una forma de vida que evite la creación de cruces para los demás, que libera a los crucificados y confiere un sentido humano y divino para las cruces inevitables de nuestra existencia fi­nita y mortal.

La condenación a muerte de Jesús fue conse­cuencia de su vida y de sus obras de misericordia. Estas escandalizaron a los piadosos del templo. Para ellos, Jesús había ido demasiado lejos. Intentaron encuadrarlo dentro de los cánones del tiempo; des­pués, procuraron reducirlo al silencio; enseguida lo enemistaron con el pueblo y con las autoridades romanas; lo expulsaron de la sinagoga, excomulgán­dolo; lo difamaron acusándolo de poseído del demo­nio, de hereje, samaritano, comilón y bebedor y amigo de gente de mala clase; lo amenazaron de muerte haciéndolo ir al exilio; finalmente, decidie­ron matarlo, aprisionándolo, torturándolo, some­tiéndolo a juicio y crucificándolo en el Calvario. La muerte de Jesús en la cruz no fue para ellos sino un crimen más.

Jesús decide no echar pie atrás, no desistir, ni huir sino ofrecer su vida y sacrificarse.

La muerte no se presentará entonces como castigo sino como expresión de libertad. Él tuvo que atravesar una profunda crisis. Tuvo que asimilar el trauma del rechazo y de la muerte hasta abrazarla con plena decisión de su libertad. A El también le parecía la cruz una ignominia y maldi­ción, pues era el castigo para los falsos profetas.

La muerte fue la consecuen­cia de la oposición que su vida y sus obras provocaron. La resurrección es el triunfo de la vida de Jesús; aquella vida de entera donación y servicio, aquella vida de intimidad con el Padre hasta el punto de identificarse con El, no podía acabar en la cruz.

Cada existencia humana viene estructurada por el dinamismo pasión. muerte y resurrección. Todo tiene su precio. La vida nunca aparece terminada. Es una tarea que debe realizarse cada día. Obstáculos que deben superarse, deseos frustrados, esperanzas fugaces. Cada uno tiene que aprender a renunciar y a aceptar lo cotidiano pero abriendo camino hacia ascensiones humanizadoras.

San Antonio, con su vida y doctrina, nos exhorta a afrontar las crisis que pertenecen a la estructura de la vida en continuo crecimiento.

“David tiró por tierra a Goliat con la honda y una piedra; así Cristo con la honda de la humanidad y la piedra de la Pasión venció al diablo.” (San Antonio de Padua)

ORACIONES DIVERSAS A SAN ANTONIO DE PADUA



Trece minutos con San Antonio

Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:

Trece minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios. Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente escuchados.

Hoy que es un día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones, poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas!

Espero Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres.

Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto.

Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.


Una oración breve a San Antonio de Padua


Ampárame en esta hora,
¡oh San Antonio amado!
Bajo tu acción bienhechora,
halla alivio el desgraciado.
El enfermo y el desvalido
y el que en la cárcel se ve
son por ti favorecidos
cuando te invocan con fe.
Yo, con toda confianza,
te invoco en esta ocasión,
y vivo con la esperanza
de obtener tu protección.



Oración de Liberación de San Antonio

Haciendo la señal de la cruz dirás con mucho fervor:

He aquí la Cruz del Señor,+
Huid, potestades enemigas:+
El león Judà, descendiente de David,+
Ha vencido. Aleluya.

Este exorcismo usado frecuentemente por San Antonio es muy eficaz contra las tentaciones del demonio, como lo prueban muchísimos ejemplos. Constituyen esas palabras el breve o carta de San Antonio que él mismo escribió y entregó a una devota suya para librarla de una fuerte y tenaz tentación. 

Oración

A ti, Antonio, dechado de amor a Dios y a los hombres que tuviste la dicha de estrechar entre tus brazos al Niño-Dios, a ti lleno de confianza, recurro en la presente tribulación que me acongoja………….

Te pido también por mis hermanos más necesitados, por los que sufren, por los oprimidos, por los marginados, por los que hoy más necesiten de tu protección.

Haz que nos amemos todos como hermanos, que en el mundo haya amor y no odios. Ayúdanos a vivir el mensaje cristiano.

Tú, en presencia ya del Señor, no ceses de interceder por El, con El, y en El, a favor nuestro ante El Padre. Amén.


Oración diaria para los devotos de San Antonio de Padua


Te saludo San Antonio y me regocijo en los favores que nuestro Señor libremente te ha otorgado. Te recuerdo en especial tu momento de dicha cuando el Divino Niño Jesús condescendió abrazarte con ternura. ¡Oh, que gran felicidad y alegría llenaría tu corazón en esa ocasión! Por esta especial prerrogativa y por la alegría de tu beatifica visión, que ahora le tienes a El cara a cara, te ruego, te suplico y te imploro Oh querido San Antonio, que me ayudes en mis aflicciones, problemas y ansiedades, particularmente concerniente a (aquí menciona tu problema, tu petición). Oh, deja que tu corazón se conmueva para interceder por mí, para escuchar y responderme. Dile al Señor de los deseos y necesidades de tu devoto (a) cliente. Una palabra, una mirada de tu corazón que tanto ama el Niño Jesús, coronara mi éxito y me llenara de alegría y de gratitud. Amén.

San Antonio a quien el Niño Jesús amo y honró, concédeme lo que te pido.
San Antonio, poderoso en palabra y acción, concédeme lo que te pido.
San Antonio, siempre dispuesto a ayudar a los que te invocan, concédeme mi petición. Amén.

V. Ruega por nosotros San Antonio.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración

Oh Dios, que te dignaste escoger a San Antonio como modelo de todas las virtudes para la bendición de toda la humanidad, y has convertido a muchas almas a través de sus sermones y buen ejemplo, concédeme que por sus méritos e intercesión pueda real y verdaderamente convertirme, renunciar al pecado y a todo deseo de pecar, y hacerme cada vez más y más del agrado de Dios por la practica de la verdadera virtud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración eficaz a San Antonio para cualquier necesidad


Acordaos ¡oh, glorioso San Antonio! amigo del Niño Jesús e hijo querido de María Inmaculada, que jamás se oyó decir que alguno de cuantos han recurrido a vos, implorando vuestra protección, haya sido abandonado. Animado de igual confianza, vengo a vos, ¡oh fiel consolador de los afligidos! y gimiendo bajo el peso de mis pecados me postro a vuestros pies y pecador como soy me atrevo a comparecer delante de vos. No desechéis, pues, mis súplicas, vos que sois tan poderosos cerca del Corazón de Jesús, antes bien, escuchadla favorablemente y dignaos acceder a ella. Amén.


Oración en una necesidad a San Antonio

¡Oh bendito San Antonio de Padua! Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día. A tí elevo mis débiles oraciones. Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo el ser socorrido en mis necesidades.

Bien ves, santo mío, que, llenos de amor, de respeto y de confianza, claman a ti todos cuantos se ven en alguna necesidad o peligro; a ti clama el enfermo en el lecho del dolor, el encarcelado desde su lóbrego calabozo, el cautivo desde su mazmorra, el sencillo pastor desde su rústica cabaña, el peregrino en su largas y penosas expediciones, el navegante entre las espumosas olas del mar.

Unos y otros esperan vencer con tu amparo los obstáculos que se oponen a su felcidiad en el camino de la vida; unos y otros esperan ver satisfechos sus deseos; todos en fín, confían por tu mediación verse remediados en sus necesidades.

Séalo yo al presente, ¡oh milagroso Santo! Alcance yo por tu mediación el poderoso auxilio del cielo, que puede en nuestras tribulaciones sacarnos ilesos y triunfantes. Amén.


Oración infalible a San Antonio

Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros esperaban tu palabra, que tu estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí… 

(menciona tu petición)

. La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros.


Oración para pedir la Intercesión de San Antonio

¡Oh glorioso San Antonio!,
a quien Dios ha elegido como intercesor nuestro
en los apuros y pérdidas de la vida material,
y como protector de los pobres ante los ricos:
protégenos con tu favor en todas las necesidades
y enredos de nuestra vida,
danos sincero amor de los pobres,
mucha confianza en Dios
y alto aprecio de la vida eterna,
a la cual se ordena toda la vida temporal.
Especialmente suplicamos tu intercesión en este favor que te pedimos.


Oración por los pobres a San Antonio de Padua



Altísimo y Sapientísimo Señor del mundo, de los cielos y de la tierra, que todo lo conoces y todo lo gobiernas suave y fuertemente; excelentísimo Creador de cielos y tierra, que muestras la grandeza de tu poder en las cosas grandes y la perfección de tu gobierno en las cosas pequeñas; vigilantísimo Gobernador del universo, sin cuya anuencia no cae ni un cabello de nuestra cabeza, ni una hoja de nuestros árboles; bondadosísimo Dueño, que vistes de espléndidas galas a las hierbas del campo y das de comer a las aves del cielo; amantísimo Padre, que para que los ricos den su pan a los pobres, los estimulas con tus palabras, los amenazas con tus enemistades y les premias sus caridades con innumerables favores, unas veces advertidos y otras inadvertidos: te suplicamos que atiendas a los ruegos que te dirigimos por medio de tu siervo San Antonio, para que tengas providencia de nosotros para nuestro bien, nos concedas todas las gracias temporales que nos convengan y, sobre todo ordenes nuestra vida, conforme a toda caridad contigo y con tus pobres, para salvación y santificación de nuestras almas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

LETANÍAS A SAN ANTONIO DE PADUA - COMO DEVOCIÓN PRIVADA


Letanías de San Antonio
(como devoción privada)


Señor ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Santa María, ruega por nosotros.
San Francisco, San Antonio de Padua gloria de la orden de frailes menores, mártir en el deseo de morir por Cristo, Columna de la Iglesia, Digno sacerdote de Dios, Predicador apostólico, Maestro de la verdad, Vencedor de herejes, Terror de los demonios,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los necesitados,
Guía de los extraviados,
Restaurador de las cosas perdidas,
Intercesor escogido,
Constante obrador de milagros,
Sé propicio, perdónanos, Señor,
Sé propicio, escúchanos, Señor,
De todo mal, líbranos, Señor,
De todo pecado,
De todo peligro de alma y cuerpo,
De los lazos del demonio,
De la peste, hambre y guerra,
De la muerte eterna,
Por los méritos de San Antonio,
Por su celo en la conversión de los pecadores, 
Por su deseo de la corona del martirio,
Por sus fatigas y trabajos, 
Por su predicación y doctrina,
Por sus lagrimas de penitencia,
Por su paciencia y humildad,
Por su gloriosa muerte,
Por sus numerosos prodigios, 
En el día del juicio, Nosotros pecadores, te rogamos, óyenos, 
Que nos guíes por caminos de verdadera penitencia,
Que nos concedas paciencia en los sufrimientos,
Que nos asistas en las necesidades,
Que oigas nuestras oraciones y peticiones,
Que enciendas en nosotros el fuego de tu amor,
Que nos concedas la protección y la intercesión de San Antonio, Hijo de Dios,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.

V. Ruega por nosotros oh bienaventurado San Antonio, R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. Oremos: Dios
Todopoderoso y eterno, Glorificaste a tu fiel confesor Antonio con el don constante de hacer milagros. Concédenos que cuanto pedimos confiadamente por sus méritos estemos ciertos de recibirlo por su intercesión. Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.R.  Amen.

LOS TRECE MARTES DE SAN ANTONIO


Los trece martes a San Antonio



Por haber obrado el Santo Taumaturgo de Padua el martes siguiente al día de su muerte, tantos milagros que cuantos le invocaron recibieron consuelo, sus devotos le han consagrado la devoción de los trece martes.

Esta práctica se extendió más cuando el mismo Santo la recomendó a una señora de Bolonia si deseaba lograr sus gracias y favores, llegando a su apogeo al conceder León XIII, el 3 de julio de 1898 indulgencia plenaria a todos los fieles que, recibidos los Santos Sacramentos, visitaren una Iglesia franciscana y al enriquecerla el 1 de marzo de 1899 con una indulgencia plenaria para cada uno de los trece martes o domingos consecutivos, en los cuales los fieles recibieran los Santos Sacramentos y practicaran en obsequio del Santo, algún piadoso ejercicio de piedad.

1º Martes.- Considera el candor e inocencia de vida que, desde su infancia guardó San Antonio de Padua. Pide al Santo de los milagros, que te alcance del Señor la pureza de alma y cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

2º Martes.- Considera el menosprecio en que tuvo San Antonio las riquezas y los honores de este mundo, al entrar en religión para consagrarse a Dios. Pide al Santo que te alcance la victoria contra los enemigos de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

3º Martes.- Considera el celo de San Antonio, consagrado en la Orden Franciscana a la evangelización de los pueblos, para llevar almas a Dios. Pide al Santo que te alcance la gracia de cumplir con tus deberes cristianos y tus buenos propósitos ofrecidos al Señor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

4º Martes.- Admira la humildad profunda del Taumaturgo de Padua, a pesar de los tesoros de gracia y de ciencia de que estaba adornado. Pide al Santo la singular merced de conservarte humilde a los ojos de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

5º Martes.- Pondera el notable don de ciencia que poseyó San Antonio y que reveló el mismo Señor para provecho de las almas. Pide al Santo que te alcance una Fe viva y un conocimiento perfecto de la ciencia que lleva a Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

6º Martes.- Considera la singular eficacia de la predicación de San Antonio en la conversión de los herejes y pecadores. Pídele que te alcance la piedad y humilde sujeción necesaria para salvar tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

7º Martes.- Considera el amor y la ternura de San Antonio en socorrer a los desvalidos y desgraciados. Ruega al Santo que te ayude en tus necesidades del alma y del cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

8º Martes.- Admira los portentosos milagros que obró San Antonio durante su vida mortal. Pídele que te obtenga el amor de Dios y que sepas dar al prójimo el óbolo de la caridad y buen consejo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

9º Martes.- Considera la confianza en Dios que tuvo San Antonio y el respeto a la Palabra Evangélica, al predicar a los peces para confusión de los herejes. Pide al Santo la gracia de escuchar con devoción la Divina Palabra, para que fructifique en tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

10º Martes.- Pondera la devoción que siempre profesó San Antonio a Nuestra Santísima Madre María, mereciendo su visita y sus gracias. Ruega al Santo que te alcance igual amor y confianza en Nuestra Bendita Madre.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

11º Martes.- Considera la suma reverencia de San Antonio al Santísimo Sacramento, obligando a los irracionales a postrarse ante la Hostia Consagrada. Pide la gracia de que recibas siempre con fervor la Sagrada Eucaristía y asistas a la Santa Misa con profunda adoración.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

12º Martes.- Recuerda la heroica paciencia de San Antonio en sus enfermedades y el gran deseo de verse libre de los lazos de este mundo para ir al cielo, muriendo a los 36 años, consumido en amor de Dios. Pídele que en la hora de la muerte tengas la dicha de recibir los Últimos Sacramentos y pronuncies los dulces nombres de Jesús, María y José.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

13º Martes.- Considera las muchas obras que nos ha dejado nuestro glorioso Santo, para que podamos obsequiarle y alcanzar sus favores y gracias en esta vida. Pídele que sepas aprovecharte de tales gracias para gloria de Dios y de la Santísima Virgen, honra del Santo y provecho de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.

ROSARIO A SAN ANTONIO DE PADUA


Rosario a San Antonio de Padua

El rosario de San Antonio está formado por 39 cuentas distribuidas en 13 grupos de 3 cuentas. Cada grupo de 3 cuentas se inicia con una invocación y a continuación se reza un padrenuestro en la primera cuenta, un avemaría en la segunda y un gloria en la tercera. Concluidos los 13 grupos de cuentas, se finaliza el rosario con el rezo del Responsorio.

Por la señal de la Santa Cruz…

SEÑOR MÍO JESUCRISTO

Señor mio, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocaciones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados,
y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte,
y me dareis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.
Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

Abrid, Señor mis labios para bendecir vuestro Santo nombre y el de vuestra Santísima Madre, la Bienaventurada Virgen María al rezar los Trece Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de vuestro siervo Antonio, cuyas virtudes deseo, con vuestra gracia, copiar en la tierra, para después gozar de vuestra gloria en el cielo. Amen.

INVOCACIONES

1ª. San Antonio de Padua, apóstol por la Fe, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
2ª. San Antonio de Padua, Patriarca por la Esperanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
3ª. San Antonio de Padua, serafín por la Caridad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
4ª. San Antonio de Padua, que practicasteis la Mansedumbre y la Humildad de Jesús, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
5ª. San Antonio de Padua, ángel por la Castidad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
6ª. San Antonio de Padua, prodigio de Penitencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
7ª. San Antonio de Padua Espejo de Obediencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
8ª. San Antonio de Padua, mártir por la Paciencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
9ª. San Antonio de Padua, querubín por la Oración, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
10ª. San Antonio de Padua, celador de la Justicia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
11ª. San Antonio de Padua, dechado de Templanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
12ª. San Antonio de Padua, perla de Pobreza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
13ª. San Antonio de Padua modelo de Constancia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
LAS TRES AVEMARÍAS

1ª. Virgen purísima antes del parto, ruega por nosotros. Avemaría.
2ª Virgen purísima en el parto, ruega por nosotros. Avemaría.
3ª. Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros. Avemaría.
RESPONSORIO DE SAN ANTONIO

Tomando la medalla del Santo en la mano se concluye el rosario rezando el Responsorio y Oración de San Antonio.

Si buscas milagros, mira:
Muerte y error desterrados,
Miseria y demonio huidos,
Leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

El peligro se retira,
Los pobres van remediados;
Cuéntenlo los socorridos,
Díganlo los paduanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ruega a Cristo por nosotros, Antonio divino y santo, para que dignos así de sus promesas seamos.

ORACIÓN FINAL

Haced, oh Señor, que la intercesión de vuestro Confesor San Antonio, llene de alegría a vuestra Iglesia, para que siempre sea protegida con los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos gozos. Por Cristo, nuestro Señor. Amen.

HOY ES LA FIESTA DE SAN ANTONIO DE PADUA, EL SANTO DE TODO EL MUNDO, 13 DE JUNIO


 San Antonio de Padua, el “santo de todo el mundo”
Por Abel Camasca


  (ACI).- El 13 de junio la Iglesia celebra la fiesta de uno de los santos más conocidos y venerados en el mundo, San Antonio de Padua, a quien según la tradición, se le invoca para hallar objetos perdidos.

La tradición se habría originado en un problema que tuvo con un novicio.

San Antonio nació en Portugal en 1195 en una familia de la nobleza. Desde niño se consagró a la Santísima Virgen. En su juventud fue atacado por las pasiones sensuales pero con ayuda de Dios las dominó, encontrando su fortaleza en las visitas al Santísimo.

Fue admitido en los franciscanos a inicios de 1221, participó en Asís del capítulo general de la orden de ese año y más adelante fue enviado a predicar en diversas ciudades, obteniendo un gran éxito en la conversión de los herejes.

Como la gente buscaba estar cerca de él y algunos le arrancaban pedazos de su hábito, se le asignó un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones. En ocasiones predicaba en plazas y mercados. Bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies.

Se trasladó a Padua, donde ya había trabajado anteriormente. Denunció y combatió el vicio de la usura pero poco a poco la salud de San Antonio se fue deteriorando y se retiró a descansar a los bosques. Al sentir que su vida llegaba a su término, pidió regresar a Padua, pero solo llegó hasta los límites de la ciudad.

El 13 de junio de 1231 recibió los últimos sacramentos, entonó un canto a la Virgen y antes de partir a la Casa del Padre, dijo sonriente: "Veo venir a Nuestro Señor". Fue canonizado sin que haya transcurrido un año de su muerte por el Papa Gregorio IX  y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XII.

Un hombre retó a San Antonio a probar que Jesús estaba en la Eucaristía y dejó sin comer tres días a su mula. Llevó al animal al templo y le mostró pasto fresco, pero la mula prefirió ir con el Santo, que se encontraba al lado con una hostia consagrada, y se arrodilló.

Los objetos perdidos

A San Antonio se le invoca para encontrar objetos perdidos tal vez porque cierto día un novicio huyó del convento con un salterio que usaba el Santo. San Antonio oró para recuperar su libro y el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar y devolver lo robado.

Se dice que en una ocasión, mientras oraba, se le apareció el niño Jesús y lo sostuvo en sus brazos. Muchos fieles acuden a San Antonio para que interceda para hallar un buen esposo o esposa. Es patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.
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