miércoles, 30 de septiembre de 2015

OCTUBRE, MES DEL ROSARIO


Octubre: Mes del Rosario
La Iglesia ha dedicado un mes, el de Octubre, para honrar a María con el rezo del Santo Rosario


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net 




Origen e historia de esta devoción: 

En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas". 

Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

La Iglesia recomendó entonces rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.

Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.

Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.

El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas.
Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

La fuerza del Rosario

A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.

Las Letanías

El Rosario no es una oración litúrgica, sino sólo un ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.

La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y por eso se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.

Como rezar el Rosario

Como se trata de una oración, lo primero que hay que hacer es saludar, persignarnos y ponernos en presencia de Dios y de la Santísima Virgen.
Luego, se enuncian los misterios del día que se van a rezar y comenzamos a meditar en el primero de estos cinco misterios. Durante la oración de cada misterio, trataremos de acompañar a Jesús y a María en aquellos momentos importantes de sus vidas. Aprovechamos de pedirles ayuda para imitar las virtudes y cualidades que ellos tuvieron en esos momentos. Al meditarlos frecuentemente, estas guías pasan a formar parte de nuestra conciencia, de nuestra vida. Podemos ofrecer cada misterio del rosario por una intención en particular y se puede leer una parte del Evangelio que nos hable acerca del misterio que estamos rezando.
Cada misterio consta de un Padrenuestro seguido de diez Avemarías y un Gloria. Usamos nuestro rosario pasando una cuenta en cada Avemaría. Así seguimos hasta terminar con los cinco misterios.
Al terminar de rezar los cinco misterios, se reza la Salve y se termina con las Letanías.



Los Misterios

Los veinte misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:

LUNES Y SÁBADO
MISTERIOS GOZOSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia.
2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento
4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.

MARTES Y VIERNES
MISTERIOS DOLOROSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados.
2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio
3. La coronación de espinas. Desapego a lo material
4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz.
5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad

MIERCOLES Y DOMINGOS.
MISTERIOS GLORIOSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad
2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo
3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia
4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María
5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia

JUEVES.
MISTERIOS LUMINOSOS
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.

IMÁGENES DE JESÚS EUCARISTÍA







LA HORA EUCARÍSTICA


La Hora Eucarística
Especial sobre la Adoración Eucarística


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




La Iglesia siempre ha recomendado vivamente a sus fieles dedicar un tiempo a la adoración eucarística, pues agrada a Dios y la misma trae frutos inefables para el alma.

Presentamos una manera de hacerla:

Oración inicial (estando todos arrodillados frente al sagrario):

Jesucristo, aquí nos tienes reunidos a tu lado, nos sentimos tristes por el dolor que nuestros pecados y los pecados de los hombres te han causado. Dígnate purificar nuestros corazones. Ven y quédate con nosotros. Enséñanos la verdad de tu Evangelio y la misión de nuestra vida, a fin de que unidos a Ti por la gracia santificante, podamos agradarte en todo y ser apóstoles eficaces de tu Reino entre los hombres.

Después se lee un pasaje del Evangelio poniéndose todos de pie y se hace una pequeña reflexión acerca del mismo.
Al terminar la reflexión, se rezan de rodillas las siguientes invocaciones:

Señor, creemos en tí. (tres veces)
Señor, esperamos en ti.
Señor, te amamos.
Señor, te adoramos.
Señor, te damos gracias.
Jesucristo, creemos que eres el Hijo de Dios vivo.
Jesucristo, creemos que eres el Salvador de los hombres
Jesucristo, creemos que vendrás de nuevo a juzgar a vivos y muertos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el buen pastor que me llama por mi nombre.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres el amigo que da su vida por sus amigos.
Jesucristo, confiamos en Ti porque eres la luz que ilumina nuestro camino.
Jesucristo, te amamos porque nos has amado Tú primero.
Jesucristo, te amamos porque nos has hecho hijos de Dios.
Jesucristo, te amamos porque te has quedado con nosotros en el sagrario

En seguida se hacen las peticiones:

Por el misterio de tu encarnación, sálvanos Señor.
Por tu nacimiento, sálvanos Señor.
Por tu Pasión y muerte, sálvanos Señor.
Por tu Resurrección, sálvanos Señor.
En el día del juicio, sálvanos Señor.

Por nuestros padres, hijos y hermanos, te rogamos Señor.
Por nuestros amigos, te rogamos Señor.
Por nuestros enemigos, te rogamos Señor.
Por los que sufren, te rogamos Señor.
Por los que no creen, te rogamos Señor.
Por los sacerdotes, te rogamos Señor.
Por el Papa, te rogamos Señor.
Porque seamos fieles testigos tuyos, te rogamos Señor.

Se termina la hora eucarística con la siguiente oración:

Padre Celestial, al invocar a tu Hijo, modelo de nuestra vida, te pedimos nos concedas conocerlo y entenderlo cada día más para que podamos vivir como fieles discípulos suyos.
Por Cristo Nuestro Señor,

Amén.

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, 1 DE OCTUBRE


Teresa del Niño Jesús, Santa
Teresa de Lisieux

Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux. Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, 1 de octubre


Por: Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 




Virgen y Doctora de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre († 1897)

Fecha de canonización: 17 de mayo de 1925, por el Papa Pío XI

Breve Biografía
La Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y pefección en las cosas pequeñas.

Hay dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux y Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la Iglesia.

María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.

En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo el ciudado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el invierno.

Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su vida.

Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la expeirencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y valiente.
Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.

Algunos meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse frenta al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería

Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; “ Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas.” Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.

Teresita cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque nunca habia salido de su convento.

Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es dulce.”

En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media noche.

Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus hermanas.

En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.
El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo entero.

Escribió el libro “Historia de un alma” que es una autobiografía. Escribe frases preciosas como éstas en ese libro: “Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba.”; “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas.” Teresita se contaba a sí misma entre las almas pequeñas, decía “Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor.”

¿Qué nos enseña Santa Teresita?

Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra.”El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoltua, con humildad sirvendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

Nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.

Nos enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad requi-rió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el sufrimiento se hace dulce.

Nos enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de no oir nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no podemos evitar. Debemos aprender a reirnos de éstas, a disfrutarlas por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.

Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.

Nos enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.


Oración
Virgen María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los que me rodean.


TRATANDO CON LA ENVIDIA


Tratando con la envidia



Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.

La luciérnaga pudo huír durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: ¿Puedo hacerte tres preguntas?

No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente.

Entonces dime: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

¡No!, contestó la serpiente.

¿Yo te hice algún mal?
¡No!, volvió a responder su cazadora.

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?

¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la serpiente.

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?
Sencillo... porque hay algunos(as) que no soportan verte brillar.

La "envidia" es uno de los peores sentimientos que podemos tener.
El hecho de que envidien tus logros, tu éxito, etc., ¡que envidien verte brillar! te va a afectar en más de una ocasión, pero cuando esto pase, ¡no dejes de brillar!, continúa siendo tú mismo(a), sigue
dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran...¡sigue brillando y no podrán tocarte!, porque tu luz seguirá intacta, porque siempre habrá quien te apoye, porque tu huella permanecerá, porque el recuerdo de lo que fuiste e hiciste quedará, ¡pase lo que pase!

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL MES DE OCTUBRE 2015


EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 30 DE SEPTIEMBRE DEL 2015


Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Tiempo Ordinario


Lucas 9, 57-62. Tiempo Ordinario. Seguir a Cristo como nuestro modelo de vida y con la confianza de ir por el camino adecuado. 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la Semana 26o. del Tiempo Ordinario, del domingo 27 de septiembre al sábado 3 de octubre 2015.
Durante el mes de Octubre, Mes del Rosario,  meditaremos cada día un misterio, y así poder "guardar y meditar en  nuestro corazón" la Vida de Jesús. ¡Suscribete a la Meditación diaria!
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Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré a donde quiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».

Oración Introductoria
Señor, que esta oración renueve mi estilo de vida. Permite que sepa cultivar con esmero mi corazón de modo que siempre sepa responder a tu llamado, dándote el primer lugar en todo, único camino para lograr la santidad.

Petición
Jesús, dame la fuerza para aceptar todo lo que implique seguir tus pasos, sabiendo cortar con todo lo que pueda separarme de Ti.

Meditación del Papa Francisco
Jerusalén es la meta final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así llevar a cumplimiento su misión de salvación. Desde ese momento, después de esa “firme decisión”, Jesús se dirige a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden seguirle les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada estable; saberse desprender de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado.
Pero Jesús dice también a sus discípulos, encargados de precederle en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no hallan disponibilidad para acogerle, que se prosiga, que se vaya adelante. Jesús no impone nunca, Jesús es humilde, Jesús invita. Si quieres, ven. La humildad de Jesús es así. Él invita siempre, no impone. (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013)
Reflexión
Todos los hombres tienen un ídolo, una persona a quién imitar, se sienten atraídos por su forma de ser. Lo imitan en todo, buscan tener su misma marca de ropa, peinarse igual, en fin, su porte gira en lo que es esa persona. Éstas a menudo son artistas o cantantes. Pero hay algo que no hacen: poner límites a sus seguidores.

¿Qué tendría Cristo para atraer tanto a las multitudes? No cantaba ni actuaba. Lo único que hacía era dar a conocer el amor de Dios a los hombres. Ésta fue su arma para que muchos trataran de seguirlo, y aún hoy muchos jóvenes, hombres y mujeres lo siguen como ideal de vida.

En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente: "quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de Mí". Son duras las palabras de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan.

Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos seguirle, aún sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también en una visita o después de la comunión por las vocaciones para que mande obreros fieles a su mies.

Propósito
Mantenerme fiel a la doctrina de Cristo, aunque el ambiente sea contrario a mi fe católica.

Diálogo con Cristo
Jesús, te pido me des la docilidad y confianza para saber escuchar y responder con prontitud a tu llamada. Permite que sea un testigo de tu amor, auténtico y sincero, de manera que mi fe se manifieste en mis palabras, obras y acciones. Te pido me concedas la gracia para ser coherente con mi fe, especialmente cuando las circunstancias sean contrarias a ella.

NUESTRO LIBRO



Nuestro libro




El día de tu nacimiento, cuando solo sabías llorar, recibiste mil besos y caricias, pero también un libro con las hojas en blanco, sin estrenar: 

¡EL LIBRO DE TU VIDA! . 

Desde aquel instante comenzaste a escribir la historia de tu vida. 
Ya llevas varias páginas. 

¿Que has escrito hasta ahora?.

A veces escribimos y escribimos y nunca ojeamos las páginas escritas.
Toma el libro de tu vida y repásalo durante unos minutos. 

Tal vez encuentres capítulos o páginas que te gustaría besar, algunas escenas te harán llorar, y al abrir alguna página amarilla o reciente, te entraran ganas de arrancarla. 

Se ve negra con salpicaduras de tinta. 

Pero Pilatos te diría: ¡Lo escrito, amigo, escrito esta!.

Tú lo has escrito con tu puño y letra. 

No con la tinta de un "bolígrafo" o de una pluma, sino con la tinta de tu libertad.

"Tu mismo has forjado tu propia aventura", decía el manco Lepanto. 

"Porque veo al final de mi duro camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino", sentencia Amado Nervo, quien prefiere la metáfora del arquitecto.

No arranques esas páginas, pide perdón si cometiste un error, para que así se borren todos tus garabatos y así podrás continuar escribiendo tu historia mejor que ayer.

¿Por qué no almacenar el libro de tu vida entre los Best Seller del mundo?. 

Aprovecha tu tinta porque tarde o temprano se te va acabar, y ¡no se venden repuestos ni en los kioscos ni en las librerías!

La vida es una y se vive una sola vez. 

La muerte cerrara tu libro.

Y al final solo pedirán tu libro, y alguien lo leerá o lo pasara en video, como las aventuras.

Todos somos arquitectos y novelistas, así que, amigo, borrón y cuenta nueva. 

Comienza cuanto antes Tu Best Seller.

ORACIÓN A SAN JOSÉ


!DAME CALMA, SEÑOR¡


¡Dame calma, Señor!



Déjame sentir la honda paz presente en cada experiencia, la armonía de vivir.

Dame calma, Señor, de manera que pueda entrar en la honda paz dentro de mi corazón.

Dame paz de manera que vea la bendición escondida en todas las cosas.

Guárdame de palabras ociosas y vanas fantasías. Calma la carrera de mi mente para que mis pensamientos tengan la claridad y movimiento fácil del fresco aire que respiro. Busco la serenidad de un lago tranquilo, la fuerza de un roble, el incambiable sólido poder de las montañas.

Dame calma, Señor, para que pueda emplear tiempo en gozar la paz, en la belleza que has creado a mi alrededor.

Necesito tiempo para pensar, tiempo para considerar soluciones a problemas; tiempo para confortar mi interno ser y mi vida en amor y divino 

ALUMBRA TU CAMINO



Alumbra tu camino



Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles  llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo.

El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo.

Entonces, le dice:

- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?
Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:

- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren su camino  cuando me vean a mi...
No solo es importante la luz que me sirve a mí,  sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino  para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil... muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...

¿Cómo?

A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...

¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos  los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no...

Llevar luz y no oscuridad...

Si toda la gente encendiera una luz el mundo entero estaría iluminado  y brillaría día a día con mayor intensidad...

Todos pasamos por situaciones difíciles a veces... todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas... todos sufrimos en algunos momentos... lloramos en otros...

Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros...

No debemos exclamar como es costumbre:
-La vida es así... llenos de rencor, llenos de odio...No debemos...

Al contrario ayudemos a los demás  sembrando esperanza en ese corazón herido...

Nuestro dolor es y fue importante pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo...

Luz...demos luz...

Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer...

Está en nosotros saber usarla...

EL SILENCIO DE LA MEMORIA


El silencio de la memoria
Del silencio exterior al silencio interior


Por: P. Juan Carlos Ortega, L.C. | Fuente: Catholic.net 




El silencio exterior es la capacidad de ser libres frente a las cosas que quieren seducirnos. Para ello, es necesario el silencio de los sentidos que implica sensibilidad a las cosas y personas pero sin perder la propia libertad e identidad en cuanto dueños de nuestro cuerpo. Esto exige el silencio psicológico, dado que los ruidos exteriores a nosotros no nos afectarían si nuestro interior no vibrara con ellos.

Del silencio exterior al silencio interior
El silencio exterior es una predisposición indispensable en el difícil camino hacia la virtud del silencio auténtico, pero no es suficiente. Hay que acallar, sobre todo el ruido interior de los sentimientos, de las ideas y del corazón, dominando las facultades humanas y penetrando siempre más profundamente en uno mismo como dueño de la propia existencia. Ahora reflexionemos en el silencio interior, es decir, el silencio de la mente y de la voluntad. Iniciamos con el silencio de la mente.

Todos nosotros experimentamos que, aunque nuestros sentidos y nuestro cuerpo estén callados, en nuestra mente se pueden estar produciendo muchos ruidos con recuerdos, imágenes, ideas y juicios. Es necesario, por lo tanto, silenciar también nuestra mente.

No es parálisis mental

Entendemos por mente el mundo de los recuerdos, imaginaciones, ideas, pensamientos, juicios y demás actividades de la inteligencia, de la memoria y de la imaginación. El silencio de la mente no es parálisis mental ni pobreza de ideas, sino capacidad de escuchar todo y seleccionar lo que se desea. Silenciar una idea, recuerdo o imaginación, no es negarlos ni condenarlos, sino tomar conciencia de ellos, reconocerlos, aceptar su realidad y luego darles su lugar.

Hemos enumerado tres actividades de la mente: la memoria o recuerdo del pasado, la imaginación o proyección del futuro, y la inteligencia que organiza y elabora el pensamiento en el presente. Empecemos por el silencio de la memoria.

¿Cómo formar y vivir el silencio de la mente?
¿Qué entendemos por memoria? La memoria es la capacidad del alma, para conservar contenidos de vivencias más allá del ahora y aquí en que fueron vividos, con la posibilidad de actualizarlos en momentos posteriores. En dos palabras, la memoria es la conservación del pasado.


¿Qué función tiene aquí el silencio? No es fácil el silencio de la memoria, dado que esta facultad ejerce su influjo en los hombres antes de que nos demos cuenta. Solamente es buena aquella memoria del pasado que ayuda a vivir el presente con realismo. Debemos refrescar la memoria con estímulos positivos para revivir las buenas experiencias pasadas y, por otra parte, debemos borrar de la memoria los estímulos negativos hasta que las malas experiencias caigan en el olvido. Para ello se requiere una verdadera educación de la memoria. ¿En qué consiste dicha educación?

La educación de la memoria
Por una parte se exige un esfuerzo activo por no recordar aquellas experiencias que han marcado negativamente la propia vida. Nosotros hemos conocido cosas que para poco o para nada nos sirven, ¿para qué recordarlas?, ¿qué necesidad tenemos de ellas? Por tanto, el silencio de la memoria es olvidar lo que no nos conviene o lo que nos perjudica.

Olvidar el mal

Silencio de la memoria es olvidar el mal realizado. Los propios errores y pecados debilitan la vida espiritual pero ¡cuánto más se debilita el espíritu cuando traemos a la memoria esos hechos! Cada vez que recordamos nuestros pecado, la psicología revive y sufre el desorden como en el momento que fue realizado. Lo que podría ser sufrido solamente en el momento en que se hizo el mal, es multiplicado por la memoria que lo revive en el presente.

Perdonar

Silencio de la memoria es también saber perdonar a los demás y a uno mismo. El perdón supera los males recibidos y los sentidos de culpa. Perdonar a los demás y perdonarse a sí mismo es enterrar un mal pasado de modo que el hecho sufrido no se traiga más veces a la memoria.

Estar en el presente

También es silencio de la memoria hacer el justo silencio de las añoranzas del pasado, de modo especial cuando éstas comportan una queja por su ausencia en el presente. No se puede ser creativo si no se silencia lo que ya poseemos, de manera que podamos escuchar nuevas voces interiores y exteriores, que enriquezcan. ¡Cuántas veces lo bueno del pasado, vivido como añoranza, impide acoger la riqueza del presente! Ejemplos claros es cuando añoramos etapas anteriores de la vida, o funciones y actividades que antes tuvimos, o juventud y salud física…

Ordinariamente, al hablar de la memoria se hace hincapié en olvidar el pasado. Esto tiene una lógica que trataré de explicar. ¿Por qué recordamos ciertos hechos del pasado de un modo muy vivo y en cambio hay tantos otros hechos de la vida que pasan desapercibidos? A bote pronto, la respuesta es sencilla: la memoria o el recuerdo dependen de la fuerza del estímulo o excitación vividos: un accidente es algo que se vive con intensidad; una mala experiencia con un miembro de la familia o un superior puede quedar fuertemente presente en el recuerdo.

Pero la memoria o recuerdo depende de un segundo elemento: la repetición de un mismo acto facilita el recuerdo del mismo. Si durante varios años hemos transitado por el mismo trayecto o hemos orado en la misma capilla, nuestra memoria recordará con relativa facilidad todos los detalles de las calles recorridas y de la capilla visitada. La memoria funciona como en un niño que, al olvidar el inicio de la lección aprendida, queda mudo, pero cuando le dicen las primeras palabras sale disparado repitiendo la lección.

Traer a la mente lo positivo
En consecuencia, para frenar los estímulos negativos es necesario traer a la memoria, de modo consciente, hechos positivos de nuestra vida, para revivir las buenas vivencias del pasado. Debemos reconocer que podemos saturar la memoria con el recuerdo de eventos positivos que han ocurrido en la vida y de tantas misericordias que el Señor ha tenido con nosotros: la toma de hábito o la profesión son acontecimientos que se fijan fuertemente en nuestra memoria; el día de nuestra boda o el nacimiento de los hijos, una buena conversación con un amigo o un sacerdote puede marcar la propia vida; y un largo etcétera.

Recordemos que la memoria de las vivencias positivas no debe ser a modo de añoranza sino como garantía del presente. Es decir, si ocurrió ayer, también puede ocurrir hoy. En ese sentido, María nos ofrece un ejemplo maravilloso y profundo de silencio de la memoria en su canto del Magnificat. En gran medida, la joven virgen creyó en las palabras del ángel ayudada por el recuerdo de las misericordias divinas. María recuerda las maravillas realizadas por Dios en el pueblo de Israel. Ese silencioso recuerdo se convierte en certeza de que también el Señor puede hacer las mismas maravillas en ella. En consecuencia, surge la acción de gracias y no duda que todas las generaciones la llamarán dichosa.

En resumen
El silencio de la memoria no es parálisis u olvido del pasado. Silencio significa acallar la memoria de las experiencias negativas del pasado y recordar todas aquellas que estimulan positivamente nuestra entrega y fidelidad. Es decir, la virtud del silencio comporta un dinamismo interior que conserva en la memoria solamente aquellas vivencias del pasado que pueden ayudar a vivir el presente según los designios de Dios.

Ejercitémonos en practicar el silencio de la memoria. Dejemos atrás las malas experiencias y hagamos memoria de todo lo bueno que el Señor nos ha regalado, seguros que Él seguirá siendo siempre fiel.

El contenido de este artículo puede ser reproducido total o parcialmente en internet siempre y cuando se cite su autor y fuente originales: http://www.la-oracion.com y no se haga con fines de lucro.

SAN JERÓNIMO, TRADUCTOR DE LA BIBLIA Y DOCTOR DE LA IGLESIA, 30 DE SEPTIEMBRE


Jerónimo, Santo
Doctor de la Iglesia, 30 de septiembre


Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 




Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, que, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y allí recibió el bautismo cristiano. Después, captado por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética yendo a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, fijando su residencia en Belén de Judea vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe de muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegando a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420).

Etimología: Jerónimo = Aquel que lleva nombre santo, viene del griego

El IV siglo después de Cristo, que tuvo su momento importante en el 380 con el edicto del emperador Teodosio que ordenaba que la fe cristiana tenía que ser adoptada por todos los pueblos del imperio, está repleto de grandes figures de santos: Atanasio, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, Basilio y Jerónimo.

Este último nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Su espíritu es enciclopédico: su obra literaria nos revela al filósofo, al retórico, al gramático, al dialéctico, capaz de pensar y escribir en latín, en griego, en hebreo; escritor rico, puro y robusto al mismo tiempo. A él se debe la traducción al latín del Antiguo y del Nuevo Testamento, que llegó a ser, con el titulo de Vulgata, la Biblia oficial del cristianismo.

Jerónimo es de una personalidad fortísima: en cualquier parte a donde va suscita entusiasmos o polémicas. En Roma fustiga los vicios y las hipocresías y también preconiza nuevas formas de vida religiosa, atrayendo a ellas a algunas mujeres influyentes patricias de Roma, que después lo siguen en la vida eremítica de Belén.

La huída de la sociedad de este desterrado voluntario se debió a su deseo de paz interior, no siempre duradero, porque de vez en cuando reaparecía con algún nuevo libro. Los rugidos de este “león del desierto” se hacían oír en Oriente y en Occidente. Sus violencias verbales iban para todos. Tuvo palabras duras para Ambrosio, para Basilio y hasta para su amigo Agustín que tuvo que pasar varios tragos amargos. Lo prueba la correspondencia entre los dos grandes doctores de la Iglesia, que se conservan casi en su totalidad. Pero sabía suavizar sus intemperancias de carácter cuando el polemista pasaba a ser director de almas.

Cuando terminaba un libro, iba a visitar a las monjas que llevaban vida ascética en un monasterio no lejos del suyo. El las escuchaba, contestando sus preguntas. Estas mujeres inteligentes y vivas fueron un filtro para sus explosiones menos oportunas y él les pagaba con el apoyo y el alimento de una cultura espiritual y biblica. Este hombre extraordinario era consciente de sus limitaciones y de sus propias faltas. Las remediaba dándose golpes de pecho con una piedra. Pero también se daba cuenta de sus méritos, tan es así que la large lista de los hombres ilustres, de los que hizo un breve pero precioso resumen (el De viris illustribus) termina con un capítulo dedicado a él mismo. Murió a los 72 años, en el 420, en Belén.

PREPÁRATE EN OCTUBRE, NO DEJES DE REZAR EL ROSARIO



¡Prepárate! en Octubre, no dejes de rezar el Rosario


Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo... El mundo necesita de muchos rosarios.


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net 



Durante el mes de Octubre, Mes del Rosario, en esta sección, meditaremos cada día un misterio, y así poder "guardar y meditar en  nuestro corazón" la Vida de Jesús.
Mañana empezaremos Octubre y lo celebramos como el mes del rosario.

Rezar el rosario para algunas personas es un tiempo desperdiciado en una letanía de repetidas oraciones, que en la gran mayoría, están dichas de una manera distraída y maquinalmente. Pero no es así. El hecho de ponernos a rezarle ya es un acto de amor a la Madre de Dios. Es una súplica constante y repetida para pedir perdón y rogarle por nosotros y por todos los hombres en el presente y también en la hora de la muerte.

Rezar el rosario es meditar en los Misterios de la Vida de Cristo, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, los sufrimientos, los momentos luminosos y transcendentales y glorificación del Señor, siempre acompañado de los momentos de grandeza de la Santísima Virgen, su Madre, siendo así una síntesis de su obra Redentora.

Rezar el rosario es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aún las menos instruidas y una excelente manera de ejercitar los actos más sublimes de fe y contemplación. El Padrenuestro con el que se empieza cada Misterio es la oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo no pueden cansarse de repetirlo. En cuanto el Avemaría, toda ella está centrada en el Misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en el Avemaría hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por la infinita misericordia que nos mostró al encarnarse en Ella y hacerse hombre para su Misión redentora.

La Santísima Virgen en sus repetidas apariciones , siempre ha sido la súplica más importante que en sus mensajes nos ha dado. Ella nos ha pedido que recemos el rosario. Ella nos lo pide insistentemente porque tiene su rezo un GRAN VALOR. Quiere que repitamos una y otra vez la súplica, la alabanza, con la esperanza puesta en su gran amor por toda la Humanidad.

Tal vez, por lo repetitivo del rezo, como decía Santa Teresa, la "loca de la casa", nuestra mente, se nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero aún así nuestro corazón y nuestra voluntad está puesto a los pies de la Madre de Dios, y esas Avemarías son como el incienso que sube en oscilantes volutas hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.

Nuestro mundo se está olvidando de rezar. Tenemos fe, creemos en Dios pero no hablamos con El. El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de muchos rosarios.

Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y "nuestro mundo" será mejor.
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