martes, 16 de junio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 16 DE JUNIO DEL 2015


Amen a sus enemigos y rueguen por los que les persiguen
Tiempo Ordinario

Mateo 5, 43-48. Si realmente creyéramos que somos hijos del Padre celestial y que estamos destinados a la vida eterna, todo en nosotros cambiaría. 


Por: David Varela Flores | Fuente: Catholic.net



Del Santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiaras a tu enemigo. Pero yo os digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que les persiguen, para que sean hijos de su Padre Celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si aman a quienes les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludan sino a sus hermanos, ¿qué hacen de particular? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.

Oración introductoria
Jesucristo, yo quiero darte lo mejor de mí. Sabes que lo busco en serio, pero soy débil. Busco la santidad y la anuncio, pero me avergüenzo de ella; quiero cambiar, pero me gusta mi imperfección. Necesito de ti para enorgullecerme y amar la santidad. Jesús, que no me quede en palabras.
Petición
Señor, quítame el miedo a la santidad. Dame tu gracia para comprender que la santidad es la verdadera donación y que no consiste en grandes proyectos, sino en el trato personal con los que me rodean, rezando por los que nos persiguen, amando a los que nos odian, saludando a los que no nos conocen.

Meditación del Papa Francisco
Jesús, en el Evangelio, replica: “Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. Estas palabras nos interpelan a todos nosotros, discípulos del Señor; y hoy se dirigen especialmente a mí y a ustedes […] Imitar la santidad y la perfección de Dios puede parecer una meta inalcanzable. Sin embargo, la Primera Lectura y el Evangelio sugieren ejemplos concretos de cómo el comportamiento de Dios puede convertirse en la regla de nuestras acciones. Pero recordemos, todos nosotros, que, sin el Espíritu Santo, nuestro esfuerzo sería vano. La santidad cristiana no es en primer término un logro nuestro, sino fruto de la docilidad ―querida y cultivada― al Espíritu del Dios tres veces Santo.
El Levítico dice: “No odiarás de corazón a tu hermano... No te vengarás, ni guardarás rencor... sino que amarás a tu prójimo...”. Estas actitudes nacen de la santidad de Dios. Nosotros, sin embargo, a veces somos tan diferentes, tan egoístas y orgullosos...; pero la bondad y la belleza de Dios nos atraen, y el Espíritu Santo nos puede purificar, nos puede transformar, nos puede modelar día a día. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).
Reflexión apostólica
Nos falta fe. Si realmente creyéramos que somos hijos de nuestro Padre celestial y que estamos destinados a la vida eterna, todo en nosotros cambiaría. Entonces, comprenderíamos que esta vida con sus sufrimientos y sus pesares, son sólo una preparación para la vida eterna. Esa vida eterna en la que nos sorprenderíamos de lo que hay. Una vida en la que me saludarán incluso los desconocidos, en la que estaremos cerca de la perfección.

Lo mejor de todo es que no hay que esperar tanto; podemos empezar ahora. Sólo hay que acoger al Señor y amarlo con el corazón para traer el cielo a la tierra. Al inicio, costará, pero poco a poco la caridad dará otro sabor al sacrificio, hasta que encontremos que hacer el bien es lo más agradable que existe en el mundo. Y, entonces, disfrutaremos el perdonar, el renunciar a nuestros gustos por los demás, el amor. Entonces, y sólo, entonces, habremos comprendido lo que significa el Cristianismo: ser felices haciendo felices a los demás.

Propósito
Ofreceré la actividad que más me gusta por amor a Dios.

Diálogo con Cristo
Jesús, te pido que aumentes mi fe para que me de cuenta de que la santidad no es hacer lo que no me gusta, sino lo que te gusta a Ti. Dame tu gracia para perdonar de corazón como Tú me has perdonado, Dios mío; para amar no sólo a los que me quieren, sino a los que me han hecho algún daño; para parecerme cada día más a ti.

Se considera como perfección el esfuerzo constante por la perfección. (San Jerónimo, Epist. 254)

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: DÍA 16 DE JUNIO


Nardo del 16 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, traicionado, enllagado, martirizado y destrozado!

Meditación: Oh Señor, casi no te reconozco, ¿por qué he sido tan cruel contigo, si eres El Cristo?. Estás encarnizado, eres una llaga viva, te han flagelado...y te han vestido de rey de burlas, envuelto en un manto púrpura. Perdón, perdón Jesús porque yo te puse ahí.…estas desfigurado, tan sólo Tu hermosa y tierna Mirada apacigua la vergüenza de mi alma. Ojos tristes sí, ojos tristes de mi Jesús que ven lo que soy, lo que fui y todo lo que seré. Pero Tú, Señor, lo haces para darme, darme el perdón, darme Tu Amor y regalarme la Vida con Tu agonía.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Ofrezcamos un sacrificio al Señor haciendo algo que sea de Su agrado, pero que nos cueste, recordando que "tu mano derecha no debe saber lo que hace tu mano izquierda".

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

OCHO REGALOS QUE NO CUESTAN UN CENTAVO

 

Ocho regalos que no cuestan un centavo

 

1.- El regalo de Escuchar. 
Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Sólo 
escuchar. 

2.- El regalo del Cariño. 

Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos, estas pequeñas acciones demuestra el cariño por tu familia y amigos. 

3.- El regalo de la sonrisa. 
Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu 
regalo dirá: "me gusta reír contigo" 

4.- El regalo de las notas escritas. 

Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", un detalle como estos puede ser recordado de por vida Y TAL VEZ CAMBIARLA. 

5.- El regalo de un cumplido. 
Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran 
trabajo" o "fue una estupenda comida" puede hacer especial un día. 

6.- El regalo del favor. 

Todos los días procura hacer un favor.

7.- El regalo de la soledad. 

Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás. 

8.- El regalo de la disposición a la gratitud. 

La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle cosas 
que no son difíciles de decir como "Hola" y "Muchas Gracias". 

Los amigos son raras joyas, que pueden hacerte enojar y sonreír, que poco a poco aprenden a escuchar, a alentarte y ellos siempre abrirán su corazón a nosotros. Demuéstrale a tus amigos lo mucho que los estimas regalándoles este mensaje.

EL APÓSTOL SAN PABLO PARA COLOREAR



EL APÓSTOL SAN PEDRO PARA COLOREAR



CALLAR, ESO SÍ QUE ES DIFÍCIL


Callar, eso sí que es difícil



¿Cuántas veces tenemos ganas de decir, de criticar, de negar, de oponernos, de resistirnos, de imponer nuestro particular punto de vista? Es como un fuego interior, irresistible, el que nos grita. ¡No puedes dejar las cosas así! ¡Es que te están tomando de tonto! En muchas ocasiones, estos impulsos están motivados por el amor propio, mejor dicho, el egoísmo que nos invita a no quedar jamás sin poner la última palabra o dejar en claro que no estamos de acuerdo.

Callar, eso si que es difícil. Callar cuando creemos comprender lo que ocurre, más difícil todavía. ¿Y en que medida conocemos realmente la motivación de aquellos a quienes queremos criticar, o aconsejar, o corregir? ¿En qué medida podemos juzgar a los demás? Las más de las veces tomamos posiciones que, con los años, juzgamos como equivocadas. ¡Que equivocado estaba entonces!, solemos exclamar. ¡Si hubiera sido capaz de guardar silencio!

Me refiero hoy a esa enorme llave del amor, que es el silencio, la humildad de callar y privarnos de pasar a la primera fila, de tomar el micrófono y decir todo lo que pensamos. El poder simplemente observar a los demás, escucharlos, e intervenir sólo cuando tenemos algo positivo para dar, seguros de no estar simplemente tratando de decir algo, de tener nuestro "papel protagónico” bien cubierto.

Callar es sacrificio, es amor. No hacer, privarnos de figurar, son gestos muy interiores, que sólo Dios ve y valora. ¿Quién más puede ver lo que está pasando en nuestro interior, si a nadie lo contamos? Ese silencio es una gigantesca muestra de fe, es entregar a Dios ese sacrificio, sabiendo que El lo ve y lo valora. Dios toma esas muestras de amor y las pone en su alhajero, a buen recaudo de los ojos de los hombres. ¿Que hombre, acaso, es testigo de esos actos de heroísmo interior? Nadie, sólo Dios los ve.

A veces pensamos que nuestro servicio a Dios incluye lo que los demás piensan de nosotros, el juicio que tienen de nuestros actos. No es así. Dios ve nuestro corazón y busca aquello que es sincero, profundo y puro. Si la gente, con juicios del todo humanos, ve en nosotros algo que no somos en realidad, no debemos preocuparnos por la opinión de Dios. El ve las cosas como realmente son, ya que las más de las veces es la hipocresía lo que impulsa los actos de las personas. El Señor, el Justo de los Justos, puro Amor y Misericordia, ve el mundo de modo muy distinto. El quiere que le demos sacrificios interiores, que vayan purificando nuestra alma de las necesidades de figuración y protagonismo, que llenan nuestro corazón de vanidad y egoísmo.

El verdadero heroísmo es el de aquellos que pueden callar, esperar, y privarse de las necesidades propias, en beneficio de los demás. Es una gran muestra de amor, que florece también en nuestra relación con quienes nos rodean. ¿Acaso nosotros mismos no nos sentimos incómodos con aquellos que opinan sobre todo, y nos critican, aconsejan, corrigen y enseñan sobre todo en todo momento?

Sin embargo, no siempre nos irá bien practicando el silencio y la humildad. Algunas veces podremos ser incomprendidos, o malentendidos. Pero es Dios el que conoce la motivación que anida en nuestro corazón en esos momentos. Y El se hará cargo de nuestras necesidades, como siempre, en el instante oportuno.

Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante, necesitado de pequeños gestos que te recuerden la humildad y el silencio de Tu Madre, en la pequeña casita de Nazaret. Ella, la más perfecta Criatura surgida del Amor de Tu Padre, guardó silencio desde el día en que el Ángel le anunció Tu venida, hasta aquella tarde en que te vio morir en la Cruz. Tú también guardaste silencio ese día. Ahora, Señor, enséñanos a callar, a esperar, a amar.


© Oscar Schmidt

SI NO AMAS A CRISTO ES QUE NO LO CONOCES


Si no amas a Cristo es que no lo conoces
El amor a Dios es una gracia y esta gracia me interesa para hoy y para mañana, y para todos los días de mi vida. 
Por: Catholic.net 




Cristo es siempre fiel a Dios y al hombre. ¡Qué fácil hubiera sido para Él suavizar su mensaje! En vez de decir “Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros” (Jn 6,54), pudo haber dicho: “Cada vez que veáis pan y vino, recordaréis que yo deseo que vayáis al Cielo”. Pudo haber rebajado su mensaje, al estilo protestante, y lo hubieran aceptado y no lo hubieran abandonado. Pero Cristo tenía la conciencia de que tenía que ser el tipo de Mesías que le pedía ser su Padre. El Catecismo da testimonio de esto en el n.540:

La tentación de Jesús (en el desierto) manifiesta la manera en que tiene que ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y la que los hombres le quieren atribuir.

Cristo es un verdadero profeta, fiel a la Palabra de Dios y fiel al hombre. ¡Hay tantos falsos profetas en el mundo! Traicionan la Palabra de Dios y también al hombre pues el hombre tiene el derecho de conocer la verdad y especialmente la verdad religiosa.

Podemos decir, sin querer exagerar, que el evangelio que no duele no es evangelio. Un evangelio que permite al hombre deshacerse de su mujer cuando encuentra a una más bonita y más joven, un evangelio que deja a la pareja regular los nacimientos usando los métodos que quieren, un evangelio que deja a los novios tener relaciones prematrimoniales “porque lo hacen con amor”, un evangelio que dice que se puede ser buen católico sin ir a la Iglesia... no es el verdadero evangelio.

Cristo predicó la verdad porque era una consecuencia de su amor a Dios y al hombre.

Yo quisiera que meditaran con el Evangelio en la mano la fidelidad de Jesucristo a la misión que el Padre le encomendara y que la tomaran como punto de referencia de la suya e intentaran calcarla. Él, Jesucristo, es fiel porque en su corazón lleva y le consume un grande amor a su Padre, al Reino, a las almas. Su fidelidad es así un resultado que tiene su causa en este amor. Imposible ser fieles si no se ama.

Jesucristo respeta la libertad de cada hombre
Cuando Cristo predicó sobre la Eucaristía muchos discípulos le abandonaron: “Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él”.

Dirigiéndose a sus Apóstoles dijo: “Uno de vosotros me entregará" (Jn 6,70). A continuación dice el Evangelista: “Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce” (Jn 6,71).

Si bien es un gran misterio la traición de Judas, también lo es el hecho de que Cristo le dejó seguir adelante, respetando su libertad. Dios es sumamente respetuoso con el hombre. No quiere forzarnos a amarle: no quiere la sumisión de un esclavo sino la entrega amorosa de un hijo. Nuestra opción por Cristo es definitiva, pero siempre existe la posibilidad, mientras vivimos en este “valle de lágrimas”, de traicionarlo. Por eso, debemos pedir todos los días la gracia de la perseverancia final en nuestro amor por Dios.

El amor a Dios es una gracia y esta gracia me interesa, me interesa hoy y para mañana, y me interesa para todos los días de mi vida. Nada quiero ni nada me consuela, nada tengo y nada apetezco, la única ilusión clavada inalterable es mi Cristo y mi Señor, y si yo pierdo esto, lo único que tengo...

 La fe es una opción por Cristo

Dijo San Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6,68). Aquí la fe aparece en toda su austeridad, en toda su desnudez. Significa optar por Cristo con todos sus consecuencias. En Él hemos visto brillar todas las virtudes: la obediencia, la caridad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia...

Quisiera contagiarles de esta misma pasión (de amor a Cristo), quisiera que la fuerza de su amor a Cristo fuera mucho más fuerte, más arrolladora, más impetuosa que su egoísmo y sensualidad. El amor es una fuerza unitiva; es el poder que abre nuestro corazón para que Dios penetre y se posesione de él.

 Debemos fortalecer nuestra opción por Cristo

La fuerza que más divide a los hombres es el odio y la que más los une es el amor. De allí una conclusión lógica: si queremos reforzar nuestra opción por Cristo, debemos amarlo más.

En una reunión de chicos y chicas, preguntaron a un chico: “¿Tú amas a esta chica?” Él respondió:

“¿A cuál?” Es evidente que no podemos amar lo que no conocemos. Es lo que pasa también en nuestra religión católica: titubeamos en nuestra opción por Cristo porque no lo amamos suficientemente, y no lo amamos porque no lo conocemos todo lo que podríamos.

Cada vez me convenzo más de que si no se le ama (a Cristo), es porque no se le conoce. A cada paso mi corazón se desgarra de dolor y el alma se queda fría al ver la iniquidad y el pecado en que están metidos todos los mortales. También los cristianos, o por lo menos, muchos de ellos. ¡Jesucristo no es conocido! Su doctrina en muchos casos es letra muerta.

JACULATORIA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA


lunes, 15 de junio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 15 DE JUNIO DEL 2015


Los reconocerán por el amor
Tiempo Ordinario

Mateo 5, 38-42. Tiempo Ordinario. Jesucristo ha venido a mostrarnos una nueva forma de ver la vida, basada en el amor por encima del odio. 


Por: Juan Fidel Medina | Fuente: Catholic.net



Del Santo Evangelio según San Mateo 5, 38-42 
Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pues yo os digo: no resistáis el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, da, y al que desee que le prestes algo, no le vuelvas la espalda.

Oración introductoria
Señor, no puedo quedar indiferente ante esta invitación que me haces a ser más generoso. Que vea tu ejemplo de amor por los demás y me esfuerce por imitarlo.

Petición
Señor Jesús, dame la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdame a darme cuenta de que me invitas a ser más generoso. Que acoja esta invitación de forma que me done a los demás.

Meditación del Papa Francisco
También Jesús nos habla en el Evangelio de la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante algunas antítesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios. La primera antítesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Han oído que se les dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo les digo: ...si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho, sino que debemos de esforzarnos por hacer el bien con largueza.
La segunda antítesis se refiere a los enemigos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amen a sus  enemigos y recen por los que los persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacios de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).

Reflexión 
El mundo en que vivimos sería realmente diferente si creyéramos en la fuerza del amor. La experiencia nos demuestra que donde se ha sembrado el rencor, sólo se han cosechado frutos amargos. El amor es la cura para tantos males que padece el mundo. El remedio para la soledad, el abandono y la tristeza es el amor. Con la fuerza del amor nos podemos enfrentar a los retos que nos va a presentar la vida. Un amor que nos libera de nuestro egoísmo y nos ayuda a abrirnos a los demás.

Propósito
Hoy tendré un detalle con algún familiar y perdonaré al que me ofenda.

Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por haberme llamado a formar parte de tus discípulos. Dame la gracia de servir a los demás sin cálculo y sin medida, así como Tú lo hiciste. Tú has dicho: "Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida por sus amigos". Sé que hay muchas personas que esperan ser amadas, y yo estoy dispuesto. Pero este amor perderá su fuerza si Tú no lo alimentas, si Tú no lo alientas. No quiero tener límites en mi amor. Que cuando sirva a las personas con las que convivo, recuerde que te lo estoy haciendo a ti.


El amor se manifiesta mejor con hechos que con palabras. (Santo Cura de Ars, Sermón sobre Jesucristo)

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: DÍA 15 DE JUNIO


Nardo del 15 de Junio
!Oh Sagrado Corazón, Corazón del Uno y Trino Dios!

Meditación: Corre una brisa fresca y parece que junto al pequeño río algo de naturaleza despierta...es el Jordán...un pequeño gentío, allí está el Bautista...se acerca imponente mi Jesús, sin pompas, con sencillez pues es el Verdadero Rey. Se miran, se dicen unas pocas palabras y en ese instante el Cielo habla...se abrieron los Cielos y descendió el Espíritu de Dios. Al mismo tiempo se oyó una Voz que desde el Cielo dijo: "Este es Mi Hijo, el Amado, este es Mi Elegido" (Mateo 3-16).
La misma Trinidad se presentaba en la tierra Santa, mostrándonos en lo pequeño un gran misterio. Tres personas distintas y Un sólo Dios. Jesús, al decirle Sus discípulos "muéstranos al Padre" respondería: "hace tanto tiempo estoy entre ustedes y todavía no me conocen". Nuestra limitada naturaleza no puede entender la ilimitada magnificencia de Dios, Uno en el Otro está, y el mismo Corazón es de nuestro Unico Dios. 

Pidamos al Corazón del Hijo conocer el Amor del Padre, y encerrarnos en El, cubiertos con las Alas del Espíritu Santo.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Hagamos la oración de los pastorcitos de Fátima:

 Oh Dios mío, yo creo, espero, adoro y Os amo y Os pido perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no Os aman (repetir tres veces). Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los Tabernáculos de la tierra en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales El mismo es ofendido, y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María Os pido por la conversión de los pecadores. Amén

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

REGANDO MI JARDÍN


Regando mi jardín



Había una joven muy rica, que tenia todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida.

Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en alguna área.

Si el trabajo le consumía tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después.

Hasta que un día, su padre, un hombre sabio, le dio un regalo: Una flor rarísima, de la cuál sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo: Hija, está flor te va a ayudar mucho, ¡más de lo que te imaginas!

Tan sólo tendrás que regarla y podarle de ven en cuándo, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.
La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.
Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señas de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas perfumadas.

Entonces ella pasaba de largo.
Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió. Ella llegó a casa ¡ y se llevó un susto ! Estaba completamente muerta, su raíz estaba reseca sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido.
Su padre entonces respondió: Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual que esa, ella era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a regarlos, podarlos y darles atención, pues igual que la flor, los sentimientos también mueren. Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada y te olvidaste de cuidarla.

¡Cuida a las personas que amas !
¿ Y tú ? ¿ Vas cuidando las bendiciones que Dios te ha dado?
Acuérdate siempre de la flor, pues las Bendiciones del Señor son como ella, Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar.

Le di las gracias y colgué. Sabía lo que Sally quería decir.

RECUERDOS


Recuerdos

 
 
Vivamos com plenitud y alegría el hoy,
de tal forma que cada nuevo día, 
con la luz de su aurora, 
borre la mala sombra del pasado.

Vivamos con desbordante 
entusiasmo y optimismo el presente 
y no nos detengamos a recordar
inútilmente lo malo que nos pasó:
Reflexionemos en lo bueno 
que nos pasa cada nuevo día, 
en la magnitud y la dimensión 
de un solo minuto de nuestra existencia.

Despertemos a este amanecer
llenos de LUZ,
colmados de ESPERANZA 
y rebosantes de FE.

ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




LA FE SE SIEMBRA EN CASA


La fe se siembra en casa
Consejos útiles que los padres podrían seguir para acercar a los hijos al Catolicismo
Por: Alma Delia Suárez 




Es lamentable que en muchos hogares, la fe se mantenga aislada, abandonada y olvidada por los miembros de la familia, como si ésta fuera inútil e innecesaria para estar cerca de Dios, o peor aún, para no estarlo. Aunque parece que algunos padres de familia poco interés tienen en inculcar la religión en sus hijos, muchos otros insisten en sembrarla día a día.

Recordando algunas de las palabras del Beato Juan Pablo II respecto a la fe en el hogar de cada familia cristiana, dice que es una comunidad de vida y de amor, la cual tiene una misión: comunicar el amor.

En una entrevista realizada al Padre Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, lamentó que por desgracia se ha olvidado que los primeros educadores, en todos los niveles, no sólo en la fe, son los padres de familia, la escuela es subsidiaria de esa obligación y la Iglesia por su parte, es mera auxiliar de los padres, pero los responsables en educar a sus hijos en la fe son los padres.

Los padres deben cuidar la fe de sus hijos, deben abonarla y cultivarla ya que la responsabilidad en primer término es de ellos, no olvidemos que es una obligación moral y religiosa.

La fe es una parte fundamental de la vida de cualquier ser humano, ya que da esperanza, futuro, fuerzas para las adversidades, luz y sentido, nos ayuda a mantener la plenitud; de hecho Cristo, cuando habla de su misión, no dice que ha venido para que tengamos vida en abundancia, ya que ésta no puede ser plena si no está unida a Dios, y como dice San Pablo: “En él existimos, nos movemos y somos.”

Para cultivar la fe en el hogar puede haber cosas muy elementales como encomendarse a Dios desde el inicio del día. Son esas oraciones que debemos enseñar a nuestros hijos para dar gracias al Señor por cada mañana y por la vida, a lo largo del día también podemos tener muchos apoyos de oraciones para acercarnos a Dios, sin olvidar tampoco la asistencia a misa y el rosario. De hecho se recomienda vivir bajo un clima de oración desde el hogar.

Es por ello que me gustaría compartir algunos consejos útiles que los padres podrían seguir para acercar a los hijos al Catolicismo:

Vivir la misa en casa y no sólo en la Iglesia. Si aún sigues creyendo que ser católico es un asunto de asistir a misa los domingos y nada más, te estarás perdiendo de la parte más enriquecedora de ser católico. Habla de Dios y reza en familia todos los días de la semana.

Fomentar un ambiente católico. Debemos crear en nuestros hijos un corazón abierto a la fe católica, lo mejor será que noten claramente que lo que se predica en misa se aplica en casa.
Asumir personalmente el rol de catequizar. Muchos padres esperan que sean los grupos religiosos y las escuelas quienes enseñen a sus hijos sobre la religión. Ahí lo harán valiéndose de recursos pedagógicos que no hay en casa, no hay como poder aprender la historia de la salvación de parte de los propios padres. Ver películas de Dios es un gran recurso.

Llevar a cabo algun apostolado en la familia. Ninguna experiencia ejemplifica mejor las enseñanzas de Jesús que el servicio prestado a los más necesitados.

Rezar por nuestros hijos. Sin importar cual pueda llegar a ser la actitud de los hijos hacia la Iglesia en determinados momentos de su madurez, la oración de nosotros por nuestros hijos siempre será la herramienta más efectiva para solicitarle a Dios que se haga presente en sus corazones.

Revisar nuestros motivos como padres para ser católicos. Si uno no tiene una razón personal clara a prueba de fuego para seguir a Cristo, será poco probable que tengas la pasión por contagiar a los demás de dicho amor a la causa.

Estudiar la religión. No podemos enseñar lo que no conocemos. Así que antes de transmitirles o explicarles a nuestros hijos sobre fe, es necesario estudiarla a consciencia.

Confiar en los caminos de Dios. Si aún resultara que tu hijo necesita un tiempo para analizar su situación personal ante la Iglesia y esto trae como resultado que decida alejarse de la misma, no hay que utilizar la fuerza ni la presión para hacerlo volver. En cambio hay que intensificar su compromiso con nuestra fe, y que nosotros como padres seamos un ejemplo el que lo haga volver.
Recuerda que la fe se abandona constantemente, no pongas como pretexto la edad de los hijos para estar cerca de Dios, todo está en tu forma de acercarlos a Él y en mantener un hogar lleno de fe. Somos privilegiados porque tenemos como ejemplo la Sagrada Familia. La familia es la Iglesia doméstica y la primera responsable de acrecentar y fortalecer la fe en nuestros hijos.

domingo, 14 de junio de 2015

LECTURAS BÍBLICAS Y EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 14 DE JUNIO 2015


domingo 14 Junio 2015
Undécimo Domingo del tiempo ordinario
Santa Digna Córdoba, Beata Francisca de Paula de Jesús 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Pedro Crisólogo : "Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas" 


Ezequiel 17,22-24.
Así habla el Señor: Yo también tomaré la copa de un gran cedro, cortaré un brote de la más alta de sus ramas, y lo plantaré en una montaña muy elevada: 
lo plantaré en la montaña más alta de Israel. El echará ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnífico cedro. Pájaros de todas clases anidarán en él, habitarán a la sombra de sus ramas. 
Y todos los árboles del campo sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. 



Salmo 92(91),2-3.13-14.15-16.
Es bueno dar gracias al Señor, 
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada, 
y tu fidelidad en las vigilias de la noche,

El justo florecerá como la palmera, 
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor, 
florecerá en los atrios de nuestro Dios.

En la vejez seguirá dando frutos, 
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor, 
mi Roca, en quien no existe la maldad.





San Pablo a los Corintios 2 5,6-10.
Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; 
porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente. 
Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; 
en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. 
Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal. 



Marcos 4,26-34.
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: 
sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. 
La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. 
Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha". 
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? 
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, 
pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra". 
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. 
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo. 


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 
San Pedro Crisólogo (c. 406-450), obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia 
Sermón 98, 1-2; CCL 24A, 602 

"Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas"

Hermanos, habéis aprendido cómo el Reino de los cielos, con toda su grandeza, se compara a un grano de mostaza... ¿Es esto lo que los creyentes esperan? ¿Lo que los fieles entienden ?... «¿Es lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre puede entender ?... ¿Es lo que promete el apóstol Pablo y que ha estado reservado en el misterio inexplicable de salvación, para aquellos que le aman?» (1Co 2,9). No nos dejemos desconcertar por las palabras del Señor. Si, en efecto, "la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre, y si la locura de Dios es más sabia que el hombre" (1Co 1,25), esta pequeña cosa, que es propiedad de Dios, es más espléndida que toda la inmensidad del mundo. Nosotros solamente podemos sembrar en nuestro corazón esta semilla de mostaza, de modo que llegue a ser un gran árbol del conocimiento (Gn 2,9), sobrepasando su altura para elevar nuestro pensamiento hasta el cielo, y desplegando todas las ramas de la inteligencia... 

Cristo es el Reino. A manera de una semilla de mostaza, ha sido sembrado en un jardín, el cuerpo de la Virgen. Creció y llegó a ser el árbol de la cruz que cubre la tierra entera. Después de que hubiera sido triturado por la Pasión, su fruto produjo bastante sabor para dar su buen gusto y su aroma a todos los seres vivos que lo tocan. Porque, mientras la semilla de mostaza permanezca intacta, sus virtudes quedan escondidas, pero despliegan toda su potencia cuando la semilla es molida. De igual modo, Cristo quiso que su cuerpo fuera molido para que su fuerza no quede escondida... Cristo es rey, porque es el principio de toda autoridad. Cristo es el Reino, porque en él reside toda la gloria de su reino. 

REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 14 DE JUNIO 2015



Historias de semillas


Hoy el evangelio nos presenta dos parábolas de Jesús tratando de explicar dos facetas de lo que Él entiende por “Reino de Dios”.


En la primera de las dos parábolas nos dice Jesús que todos, al menos los que nos creemos discípulos suyos, somos cooperadores en la obra de Dios, que es su Reino, porque todos debemos sembrar y al final recoger frutos. Pero esta planta, que es el Reino de Dios, crece aparentemente sola. Crece por la energía que tiene encerrada la semilla. El sembrador poco adelanta o nada por el hecho de que esté vigilando o tire de la mata para que crezca más rápidamente.

Es una invitación a tener paciencia. Trata de exponer la diferencia abismal entre lo poco que puede hacer el hombre y lo mucho que hace Dios. Y es una advertencia para comprender que el Reino de Dios sigue el curso que Dios parece que quiere: lento pero seguro. Por lo tanto ni las fuerzas del mal podrán contra el Reino, ni adelantaremos demasiado por mucho que nos movamos.

Esto requiere explicación. En primer lugar que no es lo mismo el Reino de Dios que la Iglesia. Ésta es “el principio y germen” del reino, como dice el concilio Vaticano II. La Iglesia, aquí en la tierra, está en vías de perfección, camina hacia, prepara el Reino; aunque a veces los dos sentidos pueden significar o tender a una solo cosa.

El Reino crece de una manera sencilla, sin ruido. Quizá Jesús dijo esta parábola contra algunos que buscaban de Jesús unos hechos espectaculares y querían que el apostolado tuviera efectos brillantes, a través quizá de cierta violencia. Todo ello nos debe dar una gran confianza y optimismo, porque sabemos que Dios es el que verdaderamente está actuando, no a la fuerza ni violentando la libertad humana.

La segunda parábola nos habla de la mostaza, semilla sumamente pequeña que llega a convertirse en un arbolito, de modo que los pájaros pueden poner sus nidos. Aquí Jesús nos quiere hablar de la sencillez de la Iglesia. El profeta Ezequiel en la primera lectura nos dice cómo Dios aborreció al pueblo de Israel cuando soberbio quiso ser muy grande en lo material olvidando su espíritu. Así a veces ha pasado en cierta parte de la Iglesia: Cuando ha buscado el poder y gloria material, se ha apartado del fin que tiene, que es el de ayudar a fundamentar el reino de Dios.

Cuando Dios quiere hacer “grandes cosas”, busca medios sencillos y pobres, como la Virgen María, como tantos santos. Busca entre sus predicadores o sembradores de su palabra corazones entregados a los dones del Espíritu. El justo es una plantación de Dios, nos dice el salmo responsorial. Quiere decirnos Jesús que, aunque su Reino parece poca cosa, tiene tanta potencialidad que, sin ser árbol soberbio, sus ramas pueden acoger a todo aquel que se acerque con sincero corazón. Jesús comienza a darnos ya un sentido universalista del Reino de Dios.


© P. Silverio Velasco (España)

LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Devoción al Sagrado Corazón de Jesús


La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene por objeto el Corazón de Jesucristo y el amor inmenso en que se abrasa por nosotros. Tiene por fin devolverle amor por amor, darle gracias por sus beneficios y reparar los ultrajes que no cesa de recibir.

Esta devoción es la más excelente, sea por su objeto material, que es el corazón de carne del Hombre Dios, manantial de la sangre que ha salvado al mundo, sea sobre todo por su objeto espiritual que es el amor de este divino Salvador.

Este divino Corazón ha sido formado para nosotros en el seno de María; ha palpitado, ha orado, se ha conmovido, ha sufrido. Él ha dictado las hermosas páginas del Evangelio; es la fuente de los Sacramentos.

Él es quien, desde el Tabernáculo santo, sostiene, dirige, consuela a las almas; este Corazón es el que inspira todos los sacrificios, el que santifica todos nuestros dolores, el que hace nacer todas nuestras virtudes.

Este Corazón es el que perdona en el santo tribunal de la Penitencia, que se manifiesta a nosotros por sus inspiraciones interiores; es el que nos ha dado por madre a María, y el que, en la Eucaristía, hace sus delicias al habitar entre los hijos de los hombres.

Esta devoción es una de las más completas, porque resume la religión entera, que no es otra cosa sino un comercio de amor entre Dios y el hombre.

Esta devoción es una de las más amables y más consoladoras, puesto que nos muestra todos nuestros padecimientos sufridos por el corazón de nuestro Dios, antes de llegar a nuestros corazones; porque nos da a conocer el Corazón de Jesús, ese Corazón en el cual abundan todas las cualidades que forman los corazones buenos, los corazones nobles, grandes, generosos, heroicos.

El Corazón de Jesús es el corazón del amigo más adicto y más fiel, el corazón del mejor y del más tierno de los padres, el corazón del libertador más desinteresado y magnánimo, el corazón de un Dios que posee todos los atractivos, todas las perfecciones que puedan agradar, conmover y atraer.



Promesas de Jesucristo a Santa Margarita María, a favor de las personas devotas de su Sagrado Corazón.

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Les consolaré en todas sus penas.
4. Seré su refugio seguro durante su vida y sobre todo en la muerte.
5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
6. Los pecadores encontrarán en mi Corazón un manantial y el océano de la misericordia.
7. Las almas tibias se volverán fervorosas.
8. Las almas fervorosas llegarán rápidamente a una gran perfección.
9. Bendeciré las casas en las cuales sea expuesta y honrada la imagen de mi sagrado Corazón.
10. Daré a los sacerdotes el talento necesario para ablandar los corazones más endurecidos.
11. El nombre de las personas que propaguen esta devoción quedará escrito en mi Corazón y jamás se borrará.
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