jueves, 23 de octubre de 2014

HOMILÍA DE SANTA MISA, HOY JUEVES 23 DE OCTUBRE, PAPA FRANCISCO RECUERDA EL AMOR DE CRISTO


Papa Francisco en Sta. Marta:
 No se puede ir adelante sin la fuerza del Espí­ritu


En la homilí­a de este jueves, el Santo Padre recuerda que el amor de Cristo supera todo conocimiento


Ciudad del Vaticano, 23 de octubre de 2014 (Zenit.org) 

"No se puede ser cristiano sin la gracia del Espíritu Santo" que nos dona la fuerza de amar. Así lo ha afirmado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada en la capilla de Santa Marta esta mañana de jueves. La reflexión de hoy ha estado centrada en la Carta a los Efesios en la que san Pablo describe su experiencia de Jesús, una experiencia "que le ha llevado a dejar todo" porque "estaba enamorado de Cristo". Ha recordado que el acto del apóstol es "un acto de adoración": dobla, sobre todo, "las rodillas delante del Padre" que "tiene el poder de hacer mucho más de lo que podemos pedir o pensar". Usa "un lenguaje sin límites": adora este Dios "que es como un mar sin playas, sin límites, un mar inmenso". Y Pablo pide al Padre, por todos nosotros, "para ser potentemente reforzados en el hombre interior, mediante su Espíritu".


Y lo explica así: "Pide al Padre que el Espíritu venga y nos refuerce, nos de la fuerza. No se puede ir adelante sin la fuerza del Espíritu. Nuestras fuerzas son débiles. No se puede ser cristiano, sin la gracia del Espíritu. Es precisamente el Espíritu quien nos cambia el corazón, quien nos hace ir adelante en la virtud, para cumplir los mandamientos".

Tal y como Francisco ha recordado, después san Pablo pide otra gracia al Padre: "la presencia de Cristo, para que nos haga crecer en la caridad". El Pontífice ha subrayado que el amor de Cristo "que supera todo conocimiento", "no se puede entender" si no a través de "este acto de adoración de esa inmensidad grande".

De este modo, el Santo Padre ha proseguido afirmando que "esta es una experiencia mística de Pablo y nos enseña la oración de alabanza y la oración de adoración. Delante de nuestras pequeñeces, de nuestros intereses egoístas, muchos, Pablo estalla en esta alabanza, en este acto de adoración y pide al Padre que nos envíe el Espíritu para darnos fuerza y poder de ir adelante; que nos haga entender el amor de Cristo y que Cristo nos consuele en el amor. Y dice al Padre: 'Gracias, porque Tú eres capaz de hacer lo que también nosotros no osamos pensar'. Es una bella oración... es una bella oración".

Para finalizar, el Obispo de Roma ha observado que "con esta vida interior se puede entender que Pablo haya dejado perder todo y considere todo basura, para ganar a Cristo y ser encontrado por Cristo. Nos hace bien pensar así, nos hace bien adorar a Dios, también a nosotros. Nos hace bien alabar a Dios, entrar en este mundo de amplitud, de grandiosidad, de generosidad y de amor. Nos hace bien, porque así podemos ir adelante en el gran mandamiento -el único mandamiento, que está en la base de todos los demás-: el amor; amar a Dios y amar al prójimo".

(23 de octubre de 2014) © Innovative Media Inc.

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 23 DE OCTUBRE DEL 2014


No he venido a traer paz
Tiempo Ordinario
Lucas 12, 49-53. Tiempo Ordinario. La esencia del cristianismo se encuentra en la caridad. En esto conocerán que somos de Cristo.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra. 

Oración introductoria
Señor, Tú viniste a traer fuego a la tierra, ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo en mi corazón! Dame en esta oración ese fuego de tu amor, que me lleve a sacrificar mi comodidad por el bien de los demás. Dame esa fe que me asegura tu amor. Dame esa esperanza que me lleve a confiar en tu misericordia

Petición
Señor, ayúdame a encender en mí tu caridad divina, para poder amarte sobre todas las cosas y a mi prójimo, como a mí mismo.

Meditación del Papa Francisco

Una palabra de Jesús que nos pone en crisis, y que se ha de explicar, porque de otro modo puede generar malentendidos. Jesús dice a los discípulos: “¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división”. ¿Qué significa esto?

Significa que la fe no es una cosa decorativa, ornamental; vivir la fe no es decorar la vida con un poco de religión, como si fuese un pastel que se le decora con nata [betún]. No, la fe no es esto. La fe comporta elegir a Dios como criterio- base de la vida, y Dios no es vacío, Dios no es neutro, Dios es siempre positivo, Dios es amor, y el amor es positivo. Después de que Jesús vino al mundo no se puede actuar como si no conociéramos a Dios. Como si fuese una cosa abstracta, vacía, de referencia puramente nominal; no, Dios tiene un rostro concreto, tiene un nombre: Dios es misericordia, Dios es fidelidad, es vida que se dona a todos nosotros.» (S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013)

Reflexión
Cuando se ha entendido que la esencia del cristianismo se halla en la caridad, en el apasionado amor a Dios y sus cosas, estas palabras del Señor no deberían sonar extrañas o contradictorias. ¡Fuera de esto sino todo lo contrario! Es más, Cristo está empleando un lenguaje contradictorio en apariencia para dar a entender precisamente en qué consiste el verdadero amor a Él. Sí, porque el amor, realmente como lo ha de entender el cristiano está muy lejos de ser un diluido sentimiento de afecto, bonito y pasajero como una flor de primavera. Más bien es como el fuego que a la vez lo enciende todo y va consumiendo una y otra cosa; es algo que se extiende, que tiende por su naturaleza a expandirse con calor, con pasión y que divide a los corazones fríos y mezquinos que nada más piensan en llenar sus pobres pretensiones.

Así es la caridad. Ese es el fuego que Cristo espera arder en los corazones de los que le amen. Están, por tanto, muy lejos de ser sus palabras interpretadas con la literalidad de la carne. Hay que haber experimentado el fuego de su amor para entenderlas correctamente.

Pidamos, por tanto, el don de la caridad, de un amor apasionado a Cristo que traiga la guerra a las fuerzas que quieren destruir la verdadera paz en la tierra. Pidamos saber amar hasta ser incomprendidos por los egoístas de nuestro mundo. Pidamos vivir en estado de lucha, en la lucha del que cree en la fuerza del amor y consigue que el mayor número de seres humanos conozca a ese Dios que se entregó por ellos por puro amor. En esto conocerán los demás que somos de Cristo. Y a tener confianza en Él. Porque el amor siempre logrará la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.

Propósito
Dar gracias a Dios en la oración y cuidar de ser agradecido con todas las personas con las que convivo.

Diálogo con Cristo 
Santísima Trinidad, gracias por esta oración y por el don de mi bautismo. Esa chispa de vida divina que recibí debe estar en continuo crecimiento. No quiero que las presiones externas o mi propia debilidad, me lleven a la mediocridad o la indiferencia que puede apagar esta luz. Te agradezco mi familia y te suplico que nunca permitas que yo sea piedra de tropiezo en su fe. Dame la sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo quedarme callado

LA HUMILDAD



La humildad


Se acercaba mi cumpleaños y quería ese año pedir un deseo especial al apagar las velas de mi pastel. Caminando por el parque me senté al lado de un mendigo que estaba en uno de los bancos, el más retirado, viendo dos palomas revolotear cerca del estanque y me pareció curioso ver a un hombre de aspecto abandonado, mirar las avecillas con una sonrisa en la cara que parecía eterna.

Me acerqué a él con la intención de preguntarle por qué estaba tan feliz. Quise también sentirme afortunado al conversar con él para sentirme más orgulloso de mis bienes, porque yo era un hombre al que no le faltaba nada. Tenía mi trabajo, que me producía mucho dinero. Claro que... ¿cómo no iba a producírmelo trabajando tanto? Tenía mis hijos a los que, gracias a mi esfuerzo, tampoco les faltaba nada y tenían todos los juguetes que quisiesen tener. En fin, gracias a mis interminables horas de trabajo no le faltaba nada a mi familia.

Me acerqué entonces al hombre y le pregunté:
- Caballero, ¿qué pediría usted como deseo en su cumpleaños?

Pensaba yo que el hombre me contestaría que pediría dinero. Así, de paso, yo le daría unos billetes que tenía y realizaría “la obra de caridad del año”.

No sabe usted mi asombro cuando el hombre me contesta lo siguiente, con la misma sonrisa en su rostro que no se le había borrado y nunca se le borró:

- “Amigo, si pidiese algo más de lo que tengo sería muy egoísta, yo ya he tenido de todo lo que necesita un hombre en la vida y más. Vivía con mis padres y mi hermano antes de perderlos una tarde de junio. Hace mucho, conocí el amor de mi padre y mi madre, que se desvivían por darme todo el amor que les era posible dentro de nuestras limitaciones económicas. Al perderlos, sufrí muchísimo pero entendí que hay otros que nunca conocieron ese amor, yo sí y me sentí mejor.

De joven, conocí una chica de la cual me enamoré perdidamente. Un día la besé y estalló en mí el amor hacia aquella joven tan bella. Cuando se marchó, mi corazón sufrió tanto... Recuerdo ese momento y pienso que hay personas que nunca han conocido el amor y me siento mejor.

Un día en este parque, un niño correteando cayó al suelo y comenzó a llorar. Yo fui, lo ayudé a levantarse, le sequé las lágrimas con mis manos y jugué con él por unos instantes más y aunque no era mi hijo, me sentí padre y me sentí feliz porque pensé que muchos no han conocido ese sentimiento.

Cuando siento frío y hambre en el invierno, recuerdo la comida de mi madre y el calor de nuestra pequeña casita y me siento mejor porque hay otros que nunca lo han sentido y tal vez no lo sentirán nunca. Cuando consigo dos piezas de pan comparto una con otro mendigo del camino y siento el placer que da compartir con quien lo necesita, y recuerdo que hay unos que jamás sentirán esto.

Mi querido amigo, ¿qué más puedo pedir a Dios o a la vida cuando lo he tenido todo, y lo más importante es que soy consciente de ello?

Puedo ver la vida en su más simple expresión, como esas dos palomitas jugando. ¿Qué necesitan ellas? Lo mismo que yo, nada... Estamos agradecidos al Cielo de esto, y sé que usted pronto lo estará también”.

Miré hacia el suelo un segundo como perdido en la grandeza de las palabras de aquel sabio que me había abierto los ojos en su sencillez. Cuando miré a mi lado ya no estaba, sólo las palomitas y un arrepentimiento enorme de la forma en que había vivido sin haber conocido la vida. Jamás pensé que aquel mendigo era tal vez un ángel enviado por Dios, que me daría el regalo más precioso que se le puede dar a un ser humano... la humildad.

JESÚS OCULTO


Jesús oculto


Cuentan que una vez había un monasterio escondido en las montañas, donde cada monje tenía su función específica. Algunos eran sembradores, otros cocineros y así cada uno tenía su función. En determinado momento los monjes empezaron a tener problemas entre ellos, y se peleaban y enojaban.

Preocupado por el asunto, el sacerdote a cargo del monasterio se fue a orar y preguntaba a Dios:

- "Señor, ¿por qué pasan estas cosas? ¿Cómo lo podemos arreglar?"

Dios le contestó:

- "Hijo, he visto sus problemas y por eso, entre ustedes se encuentra de incógnito mi hijo Jesús"

El sacerdote se asustó mucho al saber semejante noticia y convocó a los monjes. Cuando se dieron cuenta que entre ellos estaba Jesús se empezaron a preguntar quién sería. Tal vez el cocinero o algunos de los que sembraban.

Como no lo sabían, se empezaron todos a tratar con cortesía y amabilidad y nunca mas hubo problemas entre ellos.

JESÚS, TE NECESITO!


Jesús, te necesito


Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación
al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista.

Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La
puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no
tiene cerradura, ¿Cómo se hace para abrirla?" "Así es," respondió el
pintor.

"Porque esa es la puerta del corazón del hombre. Sólo se abre por
el lado de adentro"

¡Solamente repite esta frase y verás como se mueve Dios!
"Señor Jesucristo te amo y te necesito, ven a mi corazón por
favor".

ORACIÓN PARA UN NIÑO RECIÉN NACIDO


EL RAMILLETE DE ESPINAS


EL RAMILLETE DE ESPINAS



Era víspera del Día de Acción de Gracias, pero Sandra se sentía muy infeliz cuando entró en una floristería. Su hijo habría nacido estos días si no lo hubiese perdido en un accidente de automóvil... Lamentaba mucho su pérdida.

No bastando eso, aún había posibilidad de que su marido fuera operado. Y para colmo de males, su hermana canceló la visita que le iba a hacer próximamente.

¿Acción de Gracias? ¿Agradecer qué? se preguntó.
Una amiga tuvo el coraje de decir que el sufrimiento era una dádiva de Dios, que hacía madurar y fortalecer...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la vendedora, diciendo:
- ¿Quiere un arreglo tradicional o le gustaría innovar con lo que yo llamo "Especial"? ¿Está buscando algo que realmente demuestre gratitud en el Día de Acción de Gracias?

Sandra explicó que nada tenía para agradecer y la otra replicó, enfática:
- ¡Pues tengo el arreglo perfecto para usted!.

En ese momento entró una cliente que vino a buscar su pedido: 
Un arreglo de largos y espinosos tallos de rosa. Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.

Sandra se quedó pensando por qué alguien pagaría por tallos de rosa, sin flor.
- Este es el "Especial", lo llamo "Ramillete de Espinas de Acción de Gracias" - explicó la vendedora. 
- ¿Pero qué la llevó a crear el ramillete de espinas? - preguntó Sandra.
- Aprendí a ser agradecida por las espinas... Siempre agradecí a Dios las cosas buenas en mi vida y nunca le pregunté por qué esas buenas cosas sucedían. 
Pero cuando vinieron las adversidades, yo lloré y grité: ¿por qué? ¿por qué yo? 
Con el tiempo aprendí que las épocas difíciles son importantes para nuestra fe y nuestro fortalecimiento. Delante de las dificultades nos aproximamos a Dios y valoramos la vida y sus buenos momentos.
Sandra recordó lo que su amiga le había dicho, y exclamó: - Perdí mi bebé y yo estoy enojada con Dios...

En ese momento entró un hombre en la floristería, que también venía a buscar un ramillete de tallos espinosos.

¿Esto es para su esposa? - preguntó Sandra, incrédula. ¿Pero por qué ella quiere un ramillete como ese? 
Mi esposa y yo casi nos divorciamos, pero con la gracia de Dios, nosotros enfrentamos problema tras problema y salvamos nuestro matrimonio. El ramillete especial nos recuerda las épocas "espinosas". Etiquetamos cada tallo con uno de los problemas solucionados y damos gracias por lo que Él nos enseñó. ¡Yo le recomiendo el ramillete especial!

- No sé si puedo ser agradecida por las espinas en mi vida. Es todo tan reciente...
La vendedora respondió, cariñosamente: 
La experiencia me mostró que las espinas vuelven las rosas mas preciosas Apreciamos más el cuidado providencial de Dios durante los problemas que en cualquier otra época.

Varias lágrimas se deslizaron por la cara de Sandra.
- Me llevaré una docena de estos tallos largos y llenos de espinas, por favor. ¿Cuánto le debo?
Nada. Nada si me promete que permitirá a Dios que cure su corazón. El primer ramillete va siempre por mi cuenta. 

La vendedora sonrió y le entregó una tarjeta a Sandra. 
Colocaré esta tarjeta en su ramillete, pero tal vez usted quiera leerla primero.

-Y Sandra leyó: “Señor, yo nunca agradecí mis espinas. Agradecí mil veces las rosas, pero nunca las espinas. Enséñame el valor de mis espinas. Muéstrame que, a través de mis lágrimas, los colores de Tu arcoiris son mucho más brillantes."

ORACIÓN CONTRA LA ANSIEDAD Y EL ESTRESS



miércoles, 22 de octubre de 2014

PAPA FRANCISCO: EN LA IGLESIA NO DEBE HABER CELOS NI ENVIDIAS, Y NADIE DEBE SENTIRSE SUPERIOR


EL PAPA FRANCISCO: EN LA IGLESIA NO DEBE HABER CELOS NI ENVIDIAS, Y NADIE DEBE SENTIRSE SUPERIOR



Queridos amigos, les ofrecemos el texto completo de la catequesis de hoy del Papa Francisco durante la audiencia general, en la que ha hablado sobre "La Iglesia, Cuerpo de Cristo". 

"Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

Cuando se quiere evidenciar cómo los elementos que componen una realidad están estrechamente unidos los unos a los otros y forman juntos una sola cosa, se usa a menudo la imagen del cuerpo. A partir del Apóstol Pablo, esta expresión ha sido aplicada a la Iglesia y ha sido reconocida como su característica distintiva más profunda y más bella. 

Por eso, hoy queremos preguntarnos: ¿En qué sentido la Iglesia forma un cuerpo? ¿Y por qué es definida “Cuerpo de Cristo”?

En el libro de Ezequiel se describe una visión un poco particular, impresionante, pero capaz de infundir confianza y esperanza en nuestros corazones. Dios muestra al profeta una fila de huesos, separados uno del otro y resecos. Un escenario desolador… 

Imagínense, todo un valle lleno de huesos. Dios le pide entonces que invoque sobre ellos al Espíritu. En aquel momento, los huesos se mueven, comienzan a acercarse y a unirse, sobre ellos crecen primero los nervios y luego la carne y se forma así un cuerpo, completo y lleno de vida (cfr. Ez 37, 1-14). 

¡Esta es la Iglesia! Les encomiendo hoy, en casa, tomen la Biblia, en el capítulo 37 del profeta Ezequiel, ¡no lo olviden! Y lean esto, ¡es bellísimo! ¡Ésta es la Iglesia! Es una obra maestra, la obra maestra del Espíritu, el cual infunde en cada uno la vida nueva del Resucitado y nos pone uno al lado del otro, uno al servicio y en apoyo del otro, haciendo así de todos nosotros un cuerpo solo, edificado en la comunión y en el amor.

Pero la Iglesia no es solamente un cuerpo edificado en el Espíritu: ¡la Iglesia es el cuerpo de Cristo! Un poco extraño…pero es así. No se trata simplemente de un modo de decir: ¡lo somos verdaderamente! ¡Es el gran don que recibimos el día de nuestro Bautismo! 

En el sacramento del Bautismo, en efecto, Cristo nos hace suyos, recibiéndonos en el corazón del misterio de la cruz, el misterio supremo de su amor por nosotros, para hacernos luego resucitar con Él como nuevas creaturas. ¡Así nace la Iglesia, y así la Iglesia se reconoce cuerpo de Cristo! 

El Bautismo constituye un verdadero renacimiento, que nos regenera en Cristo, nos hace parte de Él, y nos une íntimamente entre nosotros, como miembros del mismo cuerpo, del cual Él es la cabeza (cfr. Rm 12,5; 1 Cor 12,12 – 13).

La que surge, entonces, es una profunda comunión de amor. En este sentido, es iluminante como Pablo, exhortando a los esposos a “amar a su mujer como a su propio cuerpo”, afirma: “Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros que somos los miembros de su cuerpo” (Ef 5,28-30). 

Qué bueno si recordáramos más a menudo lo que somos, lo que ha hecho de nosotros el Señor Jesús: somos su cuerpo, ese cuerpo que nada ni nadie puede arrancar de Él y al que Él da todo su amor, así como un esposo con su esposa. Este pensamiento, sin embargo, debe hacer surgir en nosotros el deseo de corresponder al Señor y de compartir su amor entre nosotros, como miembros vivos de su mismo cuerpo. 

En los tiempos de Pablo, la comunidad de Corinto encontraba muchas dificultades en este sentido, viviendo, como con frecuencia también nosotros, la experiencia de las divisiones, de las envidias, de las incomprensiones y de la marginación. Todas estas cosas no van bien, porque, en lugar de construir y hacer crecer la Iglesia como cuerpo de Cristo, la fracturan en muchos pedazos, la desmembran. 

Y esto también sucede en nuestros días. Pensemos en las comunidades cristianas, en algunas parroquias, pensemos en nuestros barrios, cuántas divisiones, cuántas envidias, cómo se habla mal, cuánta incomprensión y marginación. ¿Y esto que hace? Nos desmembra. Es el inicio de la guerra. La guerra no comienza en el campo de batalla: la guerra, las guerras comienzan en el corazón, con estas incomprensiones, divisiones, envidias, con esta lucha entre los demás. 

Y esta comunidad de Corinto era así. El Apóstol dio a los Corintios algunos consejos concretos que valen también para nosotros: no ser celosos, sino apreciar en nuestras comunidades los dones y las cualidades de nuestros hermanos. 

Los celos: “aquél compró un coche”, y yo siento aquí celos; “éste ganó la lotería”, y celos; “y ése hace bien esto”, otros celos. Y esto desmembra, hace mal, ¡no se debe hacer! Porque los celos crecen, crecen y llenan el corazón. Y un corazón celoso, es un corazón ácido, un corazón que en vez de sangre parece que tuviera vinagre. Y un corazón que nunca es feliz, es un corazón que desmembra a la comunidad. 

Pero, ¿qué tengo que hacer? Apreciar en nuestra comunidad, los dones y las cualidades de los otros, de nuestros hermanos. Cuando me pongo celoso - porque todos nos ponemos, ¿eh? ¡Todos, todos somos pecadores, eh! Cuando me pongo celoso decirle al Señor: 'Gracias Señor porque has dado esto a aquella persona'. 

Apreciar las cualidades y contra las divisiones hacerse cercanos, y participar en el sufrimiento de los últimos y de los más necesitados; expresar la propia gratitud a todos. Decir 'gracias': el corazón que sabe decir gracias, es un corazón bueno, es un corazón noble. Es un corazón que está contento porque sabe decir gracias. Me pregunto, todos nosotros, ¿sabemos decir gracias siempre? Y… no siempre, ¿eh? Porque la envidia y los celos nos frenan un poco. 

Y por último, éste es el consejo que el Apóstol Pablo da a los corintios y que también debemos darnos nosotros, los unos a los otros: no considerar a nadie superior a los demás. ¡Cuánta gente se siente superior a los demás! También nosotros tantas veces decimos como aquel fariseo de la parábola: 'Te doy gracias Señor porque no soy como aquél, soy superior'. 

Esto es feo, ¡no hay que hacerlo nunca! Y cuando tengas este pensamiento, acuérdate de tus pecados, de aquéllos que nadie conoce, avergüénzate ante Dios y di: Tú Señor, tú sabes quién es superior, yo cierro la boca'; ¡y esto hace bien! Y siempre en la caridad considerarse miembros los unos de los otros, que viven y se donan en beneficio de todos (cf. 1 Cor 12-14).

Queridos hermanos y hermanas, como el profeta Ezequiel y como el Apóstol Pablo, también nosotros invoquemos al Espíritu Santo, para que su gracia y la abundancia de sus dones nos ayuden a vivir verdaderamente como Cuerpo de Cristo, unidos, como familia, pero una familia que es el Cuerpo de Cristo, y como signo visible y bello del amor de Cristo. Gracias".

Traducción del italiano: María Cecilia Mutual, Griselda Mutual - Radio Vaticana.

martes, 21 de octubre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 22 DE OCTUBRE DEL 2014


Fiel y prudente a la Voluntad de Dios
Parábolas
Lucas 12, 39-48. Tiempo Ordinario. Cumple tu misión en la vida. ¿Cómo?... cada uno ha de descubrirlo con la oración y la lucha.


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net


Del santo Evangeliio según san Lucas 12, 39-48
Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre». Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir", y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.

Oración introductoria
Padre ayúdanos a vivir nuestras vidas de modo que dejemos espacio al Espíritu en un mundo que quiere olvidar a Dios, rechazarlo incluso en nombre de un falso concepto de libertad.

Petición
Dios mío, ayúdame a usar los dones que se se me han dado.

Meditación del Papa Francisco

Cuando sobre el Gólgota todo se hace oscuridad y toda esperanza parece apagarse, solo el amor es más fuerte que la muerte. Es el amor de la Madre y del discípulo amado lo que los lleva a permanecer a los pies de la cruz, para compartir hasta el final el dolor de Jesús.

La amistad de Jesús con nosotros, su fidelidad y su misericordia son el don inestimable que nos anima a continuar a seguirlo con confianza a pesar de nuestras caídas, nuestros errores y nuestras traiciones. Pero esta bondad del Padre no nos exime de la vigilancia frente al tentador, al pecado, al mal y a la traición.

La desproporción entre la grandeza de la llamada de Jesús y nuestra pequeñez, ha subrayado que el Señor, en su gran bondad y en su infinita misericordia, nos toma siempre de la mano, para que no perezcamos en el mar de la aflicción.» (S.S. Francisco, 26 de mayo de 2014)

Reflexión
Uno de los aspectos más chocantes del cristianismo es su concepción de la vida como una misión. En el cristianismo no rige eso del «come y bebe que la vida es breve» ni el «vivir a tope» entendido como aprovechar cada instante para conseguir más placer y más bienestar.

Cristo nos presenta la vida como una misión: «estar al frente de la servidumbre para darle a tiempo su ración» de la cual tendremos que dar cuenta. La vida es una misión. Venimos a la tierra para algo, y ese algo es tan importante que de él depende la felicidad eterna de otras personas. Ese «dar de comer a la servidumbre» es el testimonio que Cristo quiere que durante el tiempo que tiene dispuesto concederme en la tierra. El famoso psiquiatra vienés Víctor Frankl, cuando habla de los casos que se le presentan de enfermos con depresión que ya no encuentran ninguna razón para vivir, que no esperan nada de la vida ni del mundo, se percata de que quizás puede faltar una pregunta esencial y es preguntarse acerca de qué espera el mundo de mí.

Porque, aunque tengamos razones para abandonar no tenemos razón, pues la vida espera algo de nosotros y tenemos una misión en este mundo. Una misión que lleva nuestro nombre y nadie más puede hacer. Si no la hacemos nosotros nadie lo va a hacer. Hemos de descubrir cuál es nuestro camino y cuál es nuestra misión. La salvación del mundo y de las almas tienen muchos matices, la gracia es única pero las formas de alcanzarla son múltiples, por eso nuestra existencia no es casual, ni insignificante.

Propósito
Tenemos que salvar el mundo, sí, pero ¿cómo?, cada uno de una forma diferente que ha de descubrir con la oración y la lucha.

Diálogo con Cristo 
Padre mío, ayúdame a ser un servidor fiel y prudente. Me has dado unos talentos que implican gran responsabilidad. Te pido perdón por todas las veces en que no he sabido corresponder a tu confianza. Te prometo que me esforzaré por ser un buen discípulo y misionero de tu amor; sé que con tu gracia puedo ser fiel y servir a todos aquellos que has puesto a mi cuidado.

CURACIÓN MILAGROSA DE FLORIBETH MORA, POR INTERCESIÓN DE SAN JUAN PABLO II


Curación de Floribeth Mora, por intercesión de 
San Juan Pablo II 



Esta es la curación elegida para la canonización de Juan Pablo II, el 27 de abril de 2014. La protagonista es una mujer costarricense que vive en la localidad de Tres Ríos de Cartago. El pasado 18 de junio de 2013, la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos aprobó esta curación, como ya lo hicieran en el mes de abril los médicos que reconocieron que, de forma inexplicable, Flory –como la llaman sus familiares y amigos–superó un aneurisma cerebral cuando ya estaba desahuciada por los médicos.

La propia Flory relata así su testimonio: Todo comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. «Me dio un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza», relata esta mujer en un testimonio escrito por ella misma hace un año, recogido ahora por "La Razón", y confirmado a ese diario español por uno de los partícipes del milagro. 

En aquella primera visita al médico, le diagnosticaron estrés y presión alta. Al comprobar a lo largo de los días posteriores que su estado de salud no mejoraba, decidió acudir a un hospital en San José, la capital de Costa Rica.

«Tras varios exámenes me dijeron que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho». 



Los médicos desistieron

De inmediato la trasladaron a otro centro, mientras los facultativos se mostraban sorprendidos por su aguante. Tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendía tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso.

A partir de este momento, la situación empeoró sobremanera. Tras pasar unos días en observación, las limitaciones del sistema sanitario costarricense impidieron llevar a cabo una operación. 

«Se cerraban así mis posibilidad de sobrevivir a tan fatal diagnóstico», recuerda esta madre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un exoficial de la Policía nacional. 

Tal era la gravedad de su situación que regresó a casa con un aviso claro a su familia: sólo le quedaba un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desesperación que en un primer momento les generó pensar en el desenlace de la historia, «nos llenamos de mucha fe, pero no puedo negar el miedo tan grande que sentía al ver lo que me estaba sucediendo».


Juan Pablo II, beato

No se cumplía ni un mes de aquella mañana en la que su vida se truncó, cuando tuvo lugar otro giro inesperado. El 1 de mayo de 2011, en la plaza de San Pedro, más de un millón de personas participan en la beatificación de Juan Pablo II. 

Benedicto XVI proclamaba beato al Papa polaco destacando en primera persona cómo vivió la santidad de su predecesor en la sede de Pedro: «Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi servicio. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de su ministerio». Cuando amanecía en Costa Rica, Juan Pablo II ya había sido beatificado.


Jesús Sacramentado, en procesión

Como todos los domingos, la familia de Floribeth acudió a misa a la parroquia. Con pocas fuerzas, pero de nuevo animada por su esposo, acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. 

«En ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado y sentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí». 

Entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: «¡Oh, Señor! Hay una sanación». 

La mujer se detuvo y se puso a rezar: «Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara». 

Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. «Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada», apunta esta madre de familia que desde entonces centra las miradas de sus vecinos y amigos. A partir de ahora, de todo el orbe católico.


Reliquias del Papa en un santuario

Unos días después de aquel hecho, Floribeth, consciente de que al Santuario de la Virgen de Ujarrás –cercano a su domicilio– había recibido unas reliquias del Papa polaco, decidió acudir a rezar. «De nuevo, un milagro», apostilla. 

 Se trataba de un relicario que contiene muestras de sangre de Juan Pablo II, extraídas un día antes de morir. 

 Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado, cuando llegó ya había terminado la exposición. Aun así, el padre Dónald Solano hizo una excepción. 

«Me la enseñó y la toqué. Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios», subraya esta mujer, que ha hecho posible que Juan Pablo II sea proclamado santo el 27 de abril de 2014.


El neurocirujano, sin explicación

Según publicó el jueves 20 de junio el diario «La Nación» de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó estos días que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.

 Además, Vargas reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso durante la fase diocesana del proceso de canonización, la primera antes de que los informes sean remitidos a Roma y examinados por las diferentes comisiones de la Congregación para la Causa de los Santos.

«Médicamente, en teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una dilatación. Científicamente, yo no tengo ninguna explicación del por qué desapareció», comenta el doctor, que vivió en primera persona lo ocurrido en el hospital Calderón Guardia.




LOS CRISTIANOS EN LAS REDES SOCIALES


Los cristianos en las redes sociales

Mensaje del Papa: sean portadores tranquilos de la razón, y de la fe 


Por: Gaudium Press | Fuente: es.gaudiumpress.org



Autenticidad, privacidad, respeto, empeño educativo y evangelización: son los pedidos que emergen del Mensaje pontificio para la 47º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, sobre el tema "Redes sociales: puertas de la verdad y la fe - nuevos espacios de evangelización". El documento fue presentado por el arzobispo Claudio María Celli y Mons. Paul Tighe, respectivamente presidente y secretario del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales.

Debido a la creciente presencia de personas de varias generaciones en las redes sociales, el Papa pasó a considerar la importancia de esta realidad en los días de hoy. Es necesario llevar un mensaje respetuoso y benéfico a los otros participantes del ambiente digital.

"Estos espacios, cuando bien y equilibradamente valorados - observa el Papa -, contribuyen para favorecer formas de diálogo y debate que, si realizadas con respeto y cuidado con la privacidad, con responsabilidad y empeño por la verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana".

El Pontífice invita a los participantes de las redes a ser "alimentados por las aspiraciones contenidas en el corazón del hombre" y para que sea abierto un espacio de "valorización del diálogo, el debate racional y de argumentación lógica", y para que corresponda también "a las más nobles aspiraciones".

"A veces -nota el Santo Padre-, la voz discreta de la razón puede ser tapada por el rumor de excesivas informaciones, y no consigue atraer la atención que, al contrario, es dada a aquellos que se expresan de forma más persuasiva".

Por otro lado, Benedicto XVI ve la importancia de la presencia de la Iglesia en la realidad digital: "si la Buena Nueva no es dada a conocer también en el ambiente digital, podrá quedar fuera del alcance de la experiencia de muchos que consideran importante este espacio existencial".

El Santo Padre llama a los fieles a vivir con autenticidad "la fuente profunda de su esperanza y su alegría", pues en este espacio existe una gran posibilidad para que los fieles puedan contribuir con la presencia de la religión en el debate público y social.

El Pontífice agrega también que: "La confianza en el poder de la acción de Dios debe ser siempre superior a toda y cualquier seguridad que podamos colocar en la utilización de los recursos humanos. Incluso en el ambiente digital, donde es fácil que se levanten voces de tonos demasiado encendido y conflictivos y donde, a veces, existe el riesgo de que el sensacionalismo prevalezca, somos llamados a un cuidadoso discernimiento".

En el Mensaje, fue destacado también el incentivo a la utilización de las redes sociales como espacio de "intercambio de recursos espirituales y litúrgicos", para que se abra en el ambiente digital "las puertas de otras dimensiones de la fe".

"No debería haber falta de coherencia o unidad entre la expresión de nuestra fe y nuestro testimonio del Evangelio en la realidad donde somos llamados a vivir, sea ella física o digital", concluyó el Papa en su Mensaje.

Mons. Celli resaltó también en rueda de prensa, que a través del Mensaje "el Papa nos indica el camino más rico y humano" en la red, que sería aquel del "diálogo respetuoso con los otros". Otro tema fundamental en relación a la utilización de las redes sociales es la autenticidad y la cuestión de la ‘segunda vida´ que se desarrolla en el ambiente digital y que permite a los usuarios ser anónimos o hasta utilizar un nombre falso. Otro fenómeno es el problema de la ‘mídia´ medios de comunicación personal, o sea, la elección de temas, páginas y de todo aquello que agrada al usuario de la red.

Mons. Tighe agregó que "vivimos en la misma realidad", por tanto no existe dualismo en nuestras vidas, pero sí dos espacios de comunicación: en la realidad y a través de medios digitales. Una realidad que nos invita a ser responsables, respetuosos y "portadores tranquilos de la razón".

La presencia del Papa en Twitter confirma su apertura y respeto a los usuarios de las redes sociales, pero también su consciencia en relación a los límites existentes en este medio de comunicación, incluyendo el riesgo de ofensas. Sin embargo, como destacó Mons. Celli, "es mejor participar en lugar de no estar presente solamente para evitar desentendimientos." Un grande y sorprendente éxito lo muestra el twitter del Papa en latín que ya supera los 10 mil seguidores.

El Mensaje fue publicado en siete lenguas: italiano, español, portugués, francés, inglés, alemán y polaco.

SAN JUAN PABLO II, PAPA, 22 DE OCTUBRE



San Juan Pablo II 
Papa, 22 de Octubre

Karol Józef Wojtyła, aclamado pontífice Juan Pablo II, conmovió al mundo durante casi tres décadas del siglo XX. Sus gestos de bondad, la capacidad para llegar al corazón de creyentes y no creyentes, sus dotes de comunicador, los incesantes viajes apostólicos en los que no cesó de transmitir el amor de Dios, como hizo con su ingente obra, sedujeron a millones de jóvenes y adultos. 

El dolor humano, con su carácter de esencial ofrenda a Cristo, ha tenido en él uno de sus insignes valedores. Al ver los estragos del sufrimiento en su persona, todo el planeta pudo constatar la grandeza del mismo cuando se asume como él lo hizo. Así coronó su vida de entrega entrado el siglo XXI, siendo faro para todos los que sufren.


Nació en Wadowice, Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Fue el menor de tres hermanos, aunque Olga apenas sobrevivió. Perdió a su madre a los 9 años y poco después a Edmund, el primogénito, un médico que se contagió en el ejercicio de su profesión. Sus padres dejaron en Karol fuertemente arraigada la semilla de la fe católica. Brillante en sus estudios, con una mente privilegiada, cursó filosofía en la universidad Jagellónica de Cracovia. Al mismo tiempo se vinculó a un círculo teatral. En esa época obtuvo varios galardones como jugador de ajedrez. En 1939, durante la invasión nazi, fue peón en una cantera y obrero en una fábrica química. Era un líder nato, joven atractivo, de carismática personalidad y singular magnetismo para atraer a la gente. Gozaba del respeto y admiración de sus compañeros, católicos idealistas y entusiastas, que conformaron el grupo Unia y que defendían a los más débiles. En 1941, en plena ocupación alemana, falleció su padre, oficial del ejército polaco.

La Gestapo iba tras él, y se recluyó en una buhardilla. Un sastre le dio a conocer a san Juan de la Cruz y se entusiasmó. En esa época se sintió llamado al sacerdocio. Tuvo que formarse en el seminario clandestino de Cracovia hasta que el arzobispo, cardenal Stefan Sapieha, acogió al grupo de aspirantes en su palacio. Ordenado sacerdote en noviembre de 1946, él lo envió a Roma. Estudió en el Angellicum doctorándose en teología con una tesis sobre su estimado santo y reformador carmelita español. En Polonia fue vicario parroquial, capellán universitario y profesor de teología moral y de ética en el seminario y en las universidades Jagellónica y de Lublin; era afín al pensamiento de Scheler, sobre el que hizo su tesis. En 1958 Pío XII lo designó obispo auxiliar de Cracovia. En 1962 participó en el Concilio Vaticano II, donde sus intervenciones sobre el ateísmo y la libertad religiosa no pasaron desapercibidas. Pablo VI lo nombró cardenal en 1967. Al fallecer Juan Pablo I, tras su fugaz asunción de la Cátedra de Pedro, fue elegido para sucederle; tomó el nombre de este antecesor.

A partir de entonces, este polaco, primero en ostentar la altísima misión como Vicario de Cristo en la tierra, inició un pontificado excepcional. Enamorado de la Eucaristía y devoto de María, supo llegar al corazón de todos con independencia de razas, credos, edades, profesiones... Fue un atleta de Cristo, sacerdote y obispo ejemplar, un gran Pastor. También filósofo y teólogo destacado, defensor de la moral y de los derechos humanos, de la cultura de la vida, amante de la paz y de la justicia, papa de los jóvenes y de las familias, adalid de los derechos del no nacido, de los ancianos y de los enfermos. Apóstol de la reconciliación que supo aglutinar a credos diversos en Asís abriendo una vía ecuménica del diálogo interreligioso de un valor incalculable. El papa viajero que recorrió el mundo una y otra vez abrazando y bendiciendo a todos.

El gravísimo atentado sufrido en mayo de 1981, poco a poco fue minando su salud. Perdonó al agresor y siguió viviendo alumbrado por Cristo y por María, que lo rescató de una muerte prematura, pudiendo llevar a cabo de manera heroica su responsabilidad. Afrontó magistralmente numerosos problemas y dificultades que se le presentaron. Fue un hombre de oración que mostró siempre una imponente fortaleza ante las adversidades. Los últimos años de su vida no ocultó al mundo su deterioro físico; se mantuvo al frente de la Sede de Pedro dando ejemplo de su inalterable fidelidad a Cristo y a la Iglesia.

Catorce encíclicas, once constituciones apostólicas y 1060 audiencias públicas celebradas dan prueba del alcance de su entrega y ardor apostólico. En uno de sus mensajes recordó: «La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte». Él lo cumplió con creces. Si se pudiera hablar en términos numéricos sería uno de los pocos pontífices que ostentó uno de los records más altos. Y no solo por los casi veintisiete años de duración de su pontificado, el tercero más largo de la historia. También por la muchedumbre que le siguió en directo y en diferido multiplicando sus palabras y gestos gracias a los diversos medios de comunicación. Ellos mostraron el dolor que produjo su muerte acaecida el 2 de abril de 2005, y el impresionante gentío que se dio cita en su duelo.

Hay que dejar atrás los detractores que tuvo y sigue teniendo, que también han perseguido a otros integrantes de la vida santa, como se ha recordado aquí para otras biografías; ahí está la reciente de Teresa de Calcuta. Es inútil que traten de silenciar con absurdo griterío el eco de las obras de los grandes hijos de Dios. Él es su valedor; no se le puede acallar. Habla a través de los santos aunque pasen los siglos; lo vemos en esta sección de ZENIT todos los días. La realidad es que por sus muchas virtudes Juan Pablo II fue beatificado por Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011. Francisco lo canonizó junto a Juan XXIII el 27 de abril de 2014, fiesta de la Divina Misericordia que este gran polaco instituyó.



ORACIÓN DEL ENFERMO DE SAN JUAN PABLO II


ORACIÓN DEL ENFERMO
Autor: Juan Pablo II


Señor, 
Tu conoces mi vida y sabes mi dolor,
haz visto mis ojos llorar,
mi rostro entristecerse,
mi cuerpo lleno de dolencias,
y mi alma traspasada por la angustia.


Lo mismo que te pasó a Ti,
Cuando, camino de la cruz,
Todos te abandonaron.
Hazme comprender tus sufrimientos,
y con ellos el Amor que Tu nos tienes.

Y que yo también aprenda,
que uniendo mis dolores a tus dolores,
tienen un valor redentor por mis hermanos.
Ayúdame a sufrir con Amor, hasta con alegría.

Sí no es posible que pase de mi este cáliz.
Te pido por todos los que sufren:
Por los enfermos como yo.
Por los pobres, los abandonados, 
los desvalidos, los que no tienen
cariño ni comprensión y se sienten solos.

Señor:
Sé que también el dolor lo permites Tú.
Para mayor bien de los que te amamos.
Haz que estas dolencias que me aquejan,
me purifiquen, me hagan más humano,
me transformen y me acerque mas a Ti.

Amén.


IMÁGENES DE SAN JUAN PABLO II


















































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