miércoles, 1 de octubre de 2014

PAPA FRANCISCO: PIDO A LOS EUROPEOS QUE ABRAN EL CORAZÓN


Papa Francisco: 'Pido a los europeos que abran el corazón'

 El santo padre Francisco ha recibido este miércoles en el Vaticano a una delegación de sobrevivientes y familiares del naufragio en Lampedusa, del 3 de octubre del año pasado, en el que murieron 368 emigrantes. Lo indicó el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.


Lampedusa es una isla italiana, a mitad camino entre las costas de África e Italia y principal punto de llegada de los barcos o 'carretas del mar' cargados de prófugos o emigrantes.

El Papa recibió en la sala colindante con el Aula Pablo VI, a la delegación compuesta por unos 20 sobrevivientes y familiares, provenientes de diversos países europeos en los que encontraron acogida, generalmente junto a familiares que ya estaban en Europa. Entre los países de la actual residencia de ellos figuran Alemania, Suecia, Noruega, Holanda y Dinamarca. Otros sobrevivientes llegarán directamente a la conmemoración en Lampedusa, el próximo 3 de octubre.

Uno de los refugiados le dirigió al Papa unas palabras en inglés, pidiendo apoyo para el reconocimiento de los féretros, que en algunos casos no fue posible identificar. Otra persona de la delegación le agradeció en su idioma, y también una joven por el apoyo moral que les ha dado.

“Siento cosas indecibles porque no se encuentran palabras para expresarlas” dijo el Papa y añadió que "todo lo sufrido se contempla en el silencio y se llora, y buscamos cómo estarles cerca”.

“A veces --prosiguió el Santo Padre-- cuando parece que se ha llegado al puerto suceden cosas muy duras. Se encuentran las puertas cerradas y no se sabe dónde ir. Pero hay muchas personas que les tienen el corazón abierto. Y la puerta del corazón es la más importante en estos momentos. ¡Pido a todos los hombres y mujeres de Europa que abran las puertas del corazón!... ¡Quiero decirles que les estoy cerca, y que rezo. Pido para que se abran las puertas cerradas!”.

Le regalaron al Papa una escultura de hierro, que representa una botella en el mar con una familia en su interior. Al final del encuentro el Papa saludó a cada uno de los presentes.

La delegación fue organizada por el 'Comité 3 de Octubre', y les acompañaba el Limosnero Pontificio, Mons. Konrad Krajewski, y el entonces presidente del Centro Astalli para refugiados, padre Giovanni Lamma.

“En estos días --indicó el portavoz-- ha sido presentada una propuesta de ley para que el 3 de octubre sea la “Jornada de las Víctimas del Mar”.

FOTOS Y TEXTO DE LA AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO, MIÉRCOLES 1 DE OCTUBRE











Texto completo de la audiencia general del Papa Francisco,
 miércoles 1 de octubre


Queridos hermanos y hermanas, buenos días:


En esta semana, continuamos hablando de la Iglesia. Desde el inicio, el Señor ha colmado a la Iglesia de los dones de su Espíritu, haciéndola así siempre viva y fecunda, con los dones del Espíritu Santo. Entre estos dones, se distinguen algunos que resultan particularmente preciosos por la edificación y el camino de la comunidad cristiana: se trata de los carismas. En esta catequesis sobre la Iglesia queremos preguntarnos: ¿qué es exactamente un carisma? ¿Cómo podemos reconocerlo y acogerlo? Y sobre todo: ¿el hecho que en la Iglesia haya una diversidad y una multiplicidad de carismas, es visto en sentido positivo, como algo bonito, o como un problema?

En el lenguaje común, cuando se habla de "carisma", se entiende a menudo un talento, una habilidad natural. Se dice, "esta persona tiene un carisma especial para enseñar, tiene talento".  Así, frente a una persona particularmente brillante y atractiva, se dice: "Es una persona carismática". ¿Qué significa? No lo sé, pero es carismática. Y así decimos, no sabemos qué decimos, pero decimos es carismática. En la prospectiva cristiana, sin embargo, el carisma es mucho más que una cualidad personal, de una predisposición de la que se puede estar dotado: el carisma es una gracia, un don concedido por Dios Padre, a través de la acción del Espíritu Santo. Y es un don que es dado a alguien no porque sea mejor que los otros o porque se lo ha merecido: es un regalo que Dios le hace, para que con la misma gratuidad y el mismo amor  lo pueda poner al servicio de toda la comunidad, para el bien de todos.

Hablando un poco de forma humana se dice así: "Dios da esta cualidad, este carisma a esta persona, pero no para sí, sino para que esté al servicio de toda la comunidad". Hoy antes de llegar a la plaza he recibido muchos muchos niños discapacitados en el Aula Pablo VI, había muchos. Una asociación que se dedica al cuidado de estos niños. ¿Qué es? Esta asociación, estas personas, estos hombres, estas mujeres, tienen el carisma de cuidar a los niños discapacitados. Esto es un carisma.

Algo importante que se subraya enseguida es el hecho que uno no puede entender por sí mismo si tiene un carisma y cuál. Pero muchas veces nosotros hemos escuchado personas que dicen "yo tengo esta cualidad, sé cantar muy bien". Y nadie tiene el valor de decirle "mejor que estés callado porque nos atormenta a todos cuando tú cantas". Nadie puede decir "yo tengo este carisma".  Es dentro de la comunidad que florecen y se desarrollan los dones de los que nos colma el Padre; y es en el seno de la comunidad que se aprende a reconocerlos como un signo de su amor para todos sus hijos. Cada uno de nosotros, entonces, está bien que se pregunte: "¿Hay algún carisma que el Señor ha hecho surgir en mí, que el Señor ha hecho surgir en  mí, en la gracia de su Espíritu, y que mis hermanos, en la comunidad cristina, han reconocido y animado? ¿Y cómo me comporto yo en cuanto a este don: lo vivo con generosidad, poniéndolo al servicio de todos, o lo descuido y termino por olvidarlo? ¿O quizá se convierte en mí en motivo de orgullo, tanto como para quejarme siempre de los otros y pretender que en la comunidad se haga a mi manera? Son preguntas que debemos hacer. Si hay un carisma en mí, sea reconocido este carisma, de la Iglesia y si estoy contento con este carisma. O tengo un poco de celos del carisma de los otros. "Quiero tener ese carisma". El carisma es un don, solamente lo da Dios.

¡La experiencia más bonita es descubrir cuántos carismas diferentes y de cuántos de su Espíritu el Padre colma su Iglesia! Esto no debe ser visto como un motivo de confusión, de malestar: son todos regalos que Dios hace a la comunidad cristiana, para que pueda crecer en armonía, en la fe y en su amor, como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo.

El mismo espíritu que da esta diferencia de Carismas da la unidad de la Iglesia, el mismo Espíritu. Frente a esta multiplicidad de carismas nuestro corazón se debe abrir a la alegría y debemos pensar: "¡Qué bonito! Tantos dones diferentes, porque somos todos hijos de Dios, y todos amados de una manera única". Ay, entonces, si estos dones se convierten en motivo de envidia o de división, de celos. Como recuerda el apóstol Pablo en su Primer Carta a los Corintios, en el capítulo 12, todos los carismas son importantes a los ojos de Dios y, al mismo tiempo, ninguno es insustituible. Esto quiere decir que en la comunidad cristiana necesitamos el uno del otro, y cada don recibido se realiza  plenamente cuando es compartido con los hermanos, por el bien de todos. ¡Esta es la Iglesia! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no se puede equivocar: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de ese sentido sobre natural de la fe, que es donado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida.

Hoy la Iglesia celebra la fiesta Santa Teresa del Niño Jesús. Esta Santa que ha muerto a los 25 años amaba tanto la Iglesia, quería ser misionera, pero quería tener todos los carismas. Y decía "yo quiero hacer esto, esto, esto, todos los carismas quería". Ha ido a rezar, ha escuchado que su carisma era el amor. Y ha dicho esta bella frase "en el corazón de la Iglesia yo seré el amor" y este carisma lo tenemos todos. La capacidad de amar, pidamos hoy a Santa Teresa del Niño Jesús esta capacidad de amar tanto a la Iglesia, de amarla tanto y aceptar todos los carismas con este amor de hijos de la Iglesia, de nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica. 

Traducido por ZENIT

IMÁGENES DEL ÁNGEL DE LA GUARDA


























CORONILLA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS EN ESTAMPAS - 2 DE OCTUBRE





EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 1 DE OCTUBRE DEL 2014



Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Lucas 9, 57-62. Tiempo Ordinario. Seguir a Cristo como nuestro modelo de vida y con la confianza de ir por el camino adecuado.
 
Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré a donde quiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».

Oración Introductoria

Señor, que esta oración renueve mi estilo de vida. Permite que sepa cultivar con esmero mi corazón de modo que siempre sepa responder a tu llamado, dándote el primer lugar en todo, único camino para lograr la santidad.

Petición

Jesús, dame la fuerza para aceptar todo lo que implique seguir tus pasos, sabiendo cortar con todo lo que pueda separarme de Ti.

Meditación del Papa Francisco

Jerusalén es la meta final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así llevar a cumplimiento su misión de salvación. Desde ese momento, después de esa “firme decisión”, Jesús se dirige a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden seguirle les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada estable; saberse desprender de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado.
Pero Jesús dice también a sus discípulos, encargados de precederle en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no hallan disponibilidad para acogerle, que se prosiga, que se vaya adelante. Jesús no impone nunca, Jesús es humilde, Jesús invita. Si quieres, ven. La humildad de Jesús es así. Él invita siempre, no impone. (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013)

Reflexión

Todos los hombres tienen un ídolo, una persona a quién imitar, se sienten atraídos por su forma de ser. Lo imitan en todo, buscan tener su misma marca de ropa, peinarse igual, en fin, su porte gira en lo que es esa persona. Éstas a menudo son artistas o cantantes. Pero hay algo que no hacen: poner límites a sus seguidores.

¿Qué tendría Cristo para atraer tanto a las multitudes? No cantaba ni actuaba. Lo único que hacía era dar a conocer el amor de Dios a los hombres. Ésta fue su arma para que muchos trataran de seguirlo, y aún hoy muchos jóvenes, hombres y mujeres lo siguen como ideal de vida.

En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente: "quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de Mí". Son duras las palabras de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan.

Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos seguirle, aún sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también en una visita o después de la comunión por las vocaciones para que mande obreros fieles
a su mies.

Propósito

Mantenerme fiel a la doctrina de Cristo, aunque el ambiente sea contrario a mi fe católica.

Diálogo con Cristo

Jesús, te pido me des la docilidad y confianza para saber escuchar y responder con prontitud a tu llamada. Permite que sea un testigo de tu amor, auténtico y sincero, de manera que mi fe se manifieste en mis palabras, obras y acciones. Te pido me concedas la gracia para ser coherente con mi fe, especialmente cuando las circunstancias sean contrarias a ella.
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