sábado, 13 de septiembre de 2014

SAN JUAN CRISÓSTOMO, PATRONO DE LOS PREDICADORES, 13 DE SEPTIEMBRE



Autor: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net 
Juan Crisóstomo, Santo
Patrono de los predicadores, 13 de septiembre


Juan Crisóstomo, Santo
Patrono de los predicadores

Educado por la madre, santa Antusa, Juan (que nació en Antioquía probablemente en el 349) en los años juveniles llevó una vida monástica en su propia casa. 

Después, cuando murió la madre, se retiró al desierto en donde estuvo durante seis años, y los últimos dos los pasó en un retiro solitario dentro de una cueva con perjuicio de su salud. Fue llamado a la ciudad y ordenado diácono, luego pasó cinco años preparándose para el sacerdocio y para el ministerio de la predicación. Ordenado sacerdote por el obispo Fabián, se convirtió en celoso colaborador en el gobierno de la Iglesia antioquena. La especialización pastoral de Juan era la predicación, en la que sobresalía por las cualidades oratorias y la profunda cultura. Pastor y moralista, se preocupaba por transformar la vida de sus oyentes más que por exponer teóricamente el mensaje cristiano.

En el 398 Juan de Antioquía (el sobrenombre de Crisóstomo, es decir Boca de oro, le fue dado tres siglos después por los bizantinos) fue llamado a suceder al patriarca Netario en la célebre cátedra de Constantinopla. En la capital del imperio de Oriente emprendió inmediatamente una actividad pastoral y organizativa que suscita admiración y perplejidad: evangelización en los campos, fundación de hospitales, procesiones antiarrianas bajo la protección de la policía imperial, sermones encendidos en los que reprochaba los vicios y las tibiezas, severas exhortaciones a los monjes perezosos y a los eclesiásticos demasiado amantes de la riqueza. Los sermones de Juan duraban más de dos horas, pero el docto patriarca sabía user con gran pericia todos los recursos de la oratoria, no para halagar el oído de sus oyentes, sino para instruír, corregir, reprochar.

Juan era un predicador insuperable, pero no era diplomático y por eso no se cuidó contra las intrigas de la corte bizantina. Fue depuesto ilegalmente por un grupo de obispos dirigidos por Teófilo, obispo de Alejandría, y desterrado con la complicidad de la emperatriz Eudosia. Pero inmediatamente fue llamado por el emperador Arcadio, porque habían sucedido varias desgracias en palacio. Pero dos meses después era nuevamente desterrado, primero a la frontera de Armenia, y después más lejos a orillas del Mar Negro.

Durante este último viaje, el 14 de septiembre del 407, murió. Del sepulcro de Comana, el hijo de Arcadio, Teodosio el Joven, hizo llevar los restos del santo a Constantinopla, a donde llegaron en la noche del 27 de enero del 438 entre una muchedumbre jubilosa. 

De los numerosos escritos del santo recordamos un pequeño volumen Sobre el Sacerdocio, que es una obra clásica de la espiritualidad sacerdotal.

ORACIÓN A SAN JUAN CRISÓSTOMO - 13 DE SEPTIEMBRE


ORACIÓN A SAN JUAN CRISÓSTOMO

¡Oh doctor insigne, patrono de los predicadores del Evangelio! Tu fuiste sal de la tierra y luz del mundo; predicaste la palabra divina oportuna e inoportunamente, pide a Dios nos de pastores y doctores como tú. Amén!!

IMÁGENES DE SAN JUAN CRISÓSTOMO











viernes, 12 de septiembre de 2014

ORACIÓN PARA INVOCAR EL NOMBRE DE MARÍA


Oración para invocar el nombre de María.

¡Madre de Dios y Madre mía María! Yo no soy digno de pronunciar tu nombre; pero tú que deseas y quieres mi salvación, me has de otorgar, aunque mi lengua no es pura, que pueda llamar en mi socorro tu santo y poderoso nombre, que es ayuda en la vida y salvación al morir. ¡Dulce Madre, María! haz que tu nombre, de hoy en adelante, sea la respiración de mi vida. 

No tardes, Señora, en auxiliarme cada vez que te llame. Pues en cada tentación que me combata, y en cualquier necesidad que experimente, quiero llamarte sin cesar; ¡María! Así espero hacerlo en la vida, y así, sobre todo, en la última hora, para alabar, siempre en el cielo tu nombre amado: 

“¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!” ¡Qué aliento, dulzura y confianza, qué ternura siento con sólo nombrarte y pensar en ti! 

Doy gracias a nuestro Señor y Dios, que nos ha dado para nuestro bien, este nombre tan dulce, tan amable y poderoso. Señora, no me contento con sólo pronunciar tu nombre; quiero que tu amor me recuerde que debo llamarte a cada instante; y que pueda exclamar con san Anselmo:
 “¡Oh nombre de la Madre de Dios, tú eres el amor mío!” Amada María y amado Jesús mío, que vivan siempre en mi corazón y en el de todos, vuestros nombres salvadores. 

Que se olvide mi mente de cualquier otro nombre, para acordarme sólo y siempre, de invocar vuestros nombres adorados. Jesús, Redentor mío, y Madre mía María, cuando llegue la hora de dejar esta vida, concédeme entonces la gracia de deciros: “Os amo, Jesús y María; Jesús y María, os doy el corazón y el alma mía”.

Amén.

HOY ES LA FIESTA DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA, LUZ QUE ILUMINA LOS CIELOS Y LA TIERRA



Hoy es la Fiesta del Santísimo Nombre de María, 
luz que ilumina los cielos y la tierra


Cada 12 de septiembre se celebra el Nombre de María. “El nombre de María, que significa Señora de la luz, indica que Dios me colmó de sabiduría y luz, como astros brillantes, para iluminar los cielos y la tierra”, le dijo la Virgen a Santa Matilde.

Este hecho, en el que la Madre de Dios le revela el significado de su nombre a la santa, fue recogido por San Luis María de Monfort, gran propagador de la devoción mariana, en el libro “El secreto admirable del Santísimo Rosario”.

En el Nuevo Testamento, fue el Evangelista Lucas quien dio el nombre de la doncella que sería la Madre del Salvador: “… El nombre de la virgen era María” (Lc. 1, 27).

Es por ello que desde los primeros cristianos hasta nuestros días se le ha honrado con toda clase de títulos porque el “nombre” representa a la “persona”, así como nos lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica (2158):

“El nombre de todo hombre es sagrado. El nombre es la imagen de la persona. Exige respeto en señal de la dignidad del que lo lleva”.

He aquí una de las tantas razones de esta importante fiesta.


Fuente: Aciprensa

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE LA VIRGEN MARÍA


El Santísimo Nombre de María
Padre Tomás Morales, s. j.


MARÍA, EL NOMBRE DE LA VIRGEN

“Y el nombre de la Virgen era María”, nos dirá el Evangelio. En la Sagrada Escritura y en la liturgia el nombre tiene un sentido más profundo que el usual en el lenguaje de nuestros días. Es la expresión de la personalidad del que lo lleva, de la misión que Dios le encomienda al nacer, la razón de ser de su vida.

El nombre de la Madre de Dios no fue escogido al azar. Fue traído del cielo. Todos los siglos han invocado el nombre de María con el mayor respeto, confianza y amor… Si los nombres de personajes bíblicos juegan papel tan importante en el drama de nuestra redención y están llenos de sentido, ¡cuánto más el de María!… Madre del Salvador, tenía que ser el más simbólico y representativo de su tarea en mundo y eternidad. El más dulce y suave, y, al mismo tiempo, el más bello de cuantos nombres se han pronunciado en la tierra después del de Jesús. Sólo para los nombres de María y Jesús ha establecido la liturgia una fiesta especial en su calendario.

España se anticipó en solicitar y obtener de la Santa Sede la celebración de la fiesta del Dulce Nombre de María. Nuestros cruzados, después de ocho siglos de Reconquista, apenas descubierta América, pidieron su celebración en 1513. Cuenca fue la primera diócesis que la solemnizó.

La Virgen en sus distintas advocaciones, coronada de estrellas o atravesada de espadas dolorosas, resume en su culto los amores de la Península Ibérica. Creció bajo su manto, desde las montañas de Covadonga al iniciar la gran cruzada de Occidente, hasta terminarla invocando su nombre en aguas de Lepanto. La carabela de Colón descubriendo América, la prodigiosa de Magallanes dando la primera vuelta al mundo, bordarán también entre los pliegues de sus velas henchidas al viento, el dulce nombre de María, Reina y Auxilio de los cristianos.

Después de la derrota de Lepanto, los turcos se retiran hacia el interior de Persia. Cien años más tarde, con inesperado coraje, reaccionan y ponen sitio a Viena. Alborea límpido y radiante el sol del 12 de septiembre de 1663. El ejército cruzado ‑sólo unos miles de hombres‑ se consagra a María. El rey polaco Juan Sobieski ayuda la misa con brazos en cruz. Sus guerreros le imitan. Después de comulgar, tras breve oración, se levanta y exclama lleno de fe: ¡Marchemos bajo la poderosa protección de la Virgen Santa María!»

Se lanzan al ataque de los sitiadores. Una tormenta de granizo cae inesperada y violenta sobre el campamento turco. Antes de anochecer, el prodigio se ha realizado. La victoria sonríe a las fuerzas cristianas que se habían lanzado al combate invocando el nombre de María, vencedora en cien batallas. Inocencio XI extiende a toda la iglesia la festividad del dulce y santísimo nombre de María para conmemorar este triunfo de la Virgen.

«Y el nombre de la Virgen era María»… Preguntas: «¿quién eres?»> Con suavidad te responde: «Yo, como una viña, di aroma fragante. Mis flores y frutos son bellos y abundantes. Soy la madre del amor hermoso, del temor, de la santa esperaza. Tengo la gracia del camino y de la verdad. En mí está la esperanza de la vida» (cf. Si 24, 16‑21).

ESTRELLA, LUZ, DULZURA

María, Estrella del mar. En las tormentas de la vida, cuando la galerna ruge y encrespa olas, cuando la navecilla del alma está a punto de naufragar: Dios te salve, María, Estrella del mar.

María, Esperanza. Eso significa también su nombre arco iris de ilusión y anhelo que une el cielo con la tierra. «Feliz el que ama tu santo nombre ‑grita San Buenaventura , pues es fuente de gracia que refresca el alma sedienta y la hace fecunda en frutos de justicia».

Está llena de luz y transparencia. Sostiene en sus brazos a la luz del mundo (cf. Jn 8, 12). Irradia pureza. El nombre de María indica castidad, apunta Pedro Crisólogo. Azucenas y jazmines, nardos y lirios, embalsaman el ambiente con la fragancia de sus perfumes. Pero María, iluminada y pura, nos embriaga con el aroma de su virginidad incontaminada. Nos invita a todos: ,Venid a mí los que me amáis, saciaos de mis frutos. Mi recuerdo es más dulce que la. miel, mi heredad mejor que los panales» (Si 24, 19‑20).

María, mar amargo, simboliza asimismo su nombre. Asociada a la redención dolorosa de Cristo, su corazón es mar de amargura inundado de sufrimientos. Pide reparación y amor aún hoy, en Fátima y Lourdes. Dios te salve María, mar amargo de dolores. Angustia de madre, que ve con tristeza que sus hijos se condenan…

«María, nombre cargado de divinas dulzuras» (San Alfonso de Ligorio, ‑ 1 de agosto). «Puede el Altísimo fabricar un mundo mayor, extender un cielo más espacioso ‑exclama Conrado de Sajonia‑, pero una madre mejor y más excelente no puede hacerla»». Años antes, San Anselmo (‑‑ 21 de abril), prorrumpía lleno de admiración: «Nada hay igual a ti, de cuanto existe, o está sobre ti o debajo de ti. Sobre ti, sólo Dios. Debajo de ti, cuanto no es Dios>.

«Dios te salve, María…» San Bernardo (.‑ 20 de agosto), entusiasmado al mirarla, siente su corazón arrebatarse en amor. Cantaba un día la Salve con sus monjes en un anochecer misterioso. Llenos de melancolía y esperanza, los cistercienses despiden el día rodeando a la Virgen. Al llegar a la petición final ‑‑‑después de este destierro, muéstranos a jesús, fruto bendito de tu vientre‑, Bernardo sigue solo balbuceando lleno de Júbilo, loco de amor: <«¡Oh clementísima, oh piadosísima, oh dulce Virgen María…!»

MIRA A LA ESTRELLA, INVOCA A MARÍA

Estrella de los mares. Ave, Maris stella», le canta la Iglesia. La estrella irradia luz sin corromperse. De María nace Jesús sin mancillar su pureza virginal. Ni el rayo de luz disminuye la claridad de la estrella, ni el Hijo de la Virgen marchita su integridad. María es la noble y brillante estrella que baña en su luz todo el orbe. Su resplandor ilumina la tierra. Enardece corazones, florecen virtudes, se amortiguan pasiones y se ahogan los vicios.

Es la estrella bella y hermosa reluciendo en las tinieblas del mundo y marcándonos la ruta del cielo. «<Mi recuerdo durará por los siglos. El que me come, tendrá más hambre; el que me bebe, tendrá más sed. El que me escucha, no se avergonzará. El que trabaja conmigo, no pecará. Los que me den a conocer, tendrán la vida eterna» (cf. Si 24, 20‑22).

San Bernardo nos dice en este día del Santísimo y Dulce Nombre de María: ,No apartes tu mirada del resplandor de esta estrella, si no quieres sucumbir entre las olas del mundo. Cuando soplen vientos de tentaciones o te abatan tribulaciones, mira a la estrella, invoca a María. Cuando olas furiosas de soberbia, ambición o envidia amenacen tragarte, mira a la estrella, invoca a María. Si la ira, avaricia o impureza quieren hundir la nave de tu alma, mira a la estrella, llama a María. Si, desesperado por la multitud de tus pecados, anegado por tus miserias, empiezas a desconfiar de tu salvación, piensa en María. En los peligros, en los sufrimientos, en tus trabajos y luchas, piensa en María, invoca a María. Que su nombre no se aleje de tu corazón ni se separe de tus labios».

«Dios te salve, María…» Es tu santo, el de todos tus hijos. Recibe nuestra felicitación emocionada, llena de confianza en el poder de tu nombre santísimo. Unámonos a la Iglesia y con ella alegrémonos venerando el nombre de María para merecer llegar a las eternas alegrías del cielo.

El Santísimo y Dulce Nombre de María será para nosotros emblema de victoria. Así ella va delante señalando luminosa el camino… Nos apropiamos las palabras de San Bernardo que continúan su segunda homilía de la Anunciación. <,,Siguiéndola a ella, no te desviarás. Rogándola, serás fuerte. Mirándola, no te equivocarás. Agarrándote, no caerás. Siendo ella protectora, no temerás. Capitana, no te fatigarás. Siendo propicia, llegarás».




EL SILENCIO INTERIOR


El Silencio Interior

El silencio significa:

La capacidad de pensar sin cabeza,
La capacidad de volar sin alas,
La capacidad de caminar sin pies,
La capacidad de observar sin perturbar,
La capacidad de escuchar sin interrumpir,
La capacidad de palpar sin crear incomodidad.
La capacidad de disfrutar la flor sin robarle su aroma y sobre todo la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad.

La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio.

No solo el silencio de afuera es necesario, pero también el silencio interior.

Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad.

Sin el silencio tu alma no tiene claridad, no tiene luz.

El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille. 

El silencio en un lado y el amor en el otro le dan alas a tu corazón.

Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc.. esto es lo que significa la falta de silencio.

Todas las preguntas están listas para ser respondidas, sin importar que profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.

Recuerda el silencio es el vientre de donde nacen los sabios. Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual haz nacido.

Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado. no hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso que es tu vida.

Deja el temor y permite que el silencio te posea, solo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios dentro de ti llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente esto, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna, pero cuidado, no creas en promesas, has que esta se convierta en tu única realidad. Solo en profundo silencio podrás comprender lo que significa todo esto y sobre todo el estar vivo.

EL SENDERO DE LA AMISTAD


EL SENDERO DE LA AMISTAD

La amistad es un sendero del que puedes disfrutar paseos largos y bellos llenos de felicidad. Es un camino tan lindo y adornado sin igual con las flores más bonitas que puedes imaginar.
La amistad es un sendero al que debes implantar el cariño, la alegría sinceridad y bondad.

Y por cosas de la vida aunque sea bueno y demás, tiene sus piedras pequeñas que te hacen tropezar.

La amistad es un sendero por el que hay que caminar con el corazón abierto y sabiendo perdonar.

Siembra tu mejor semilla y así podrás cultivar de las flores, las más bellas y crecerán muchas más. 

La amistad es un sendero que al andarle sin cesar con los años se convierte en una eterna... hermandad.



LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ


LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ 

Aunque la imagen de la cruz haya llegado a incorporarse como elemento decorativo, incluso para los no creyentes, su contenido continúa siendo un escándalo. Incluso los creyentes, ante la realidad del sufrimiento, reaccionamos pensando que algo no funciona en Dios. Si nosotros fuéramos los creadores y administradores del mundo, éste funcionaría mejor y no habría tantas desgracias.

El escándalo sube de tono cuando la fe nos proclama que Dios ha querido salvar al mundo precisamente con la cruz y no con un despliegue de sabiduría y de poder. 

El sentido de la cruz ha cambiado totalmente a partir de la muerte de Cristo. Ha dejado de ser el suplicio infame, propio de esclavos para ser la revelación del amor de Dios y de Cristo (Juan 3,13-17). La cruz ya no es instrumento de condena sino de salvación. La fuerza de la serpiente ha sido totalmente vencida. Sus mordiscos ya no pueden hacernos daño (Nm 21,4-9).

El amor auténtico, el amor cristiano, es un amor crucificado. Es un movimiento que nos lleva a salir de nosotros mismos y dar la vida por los demás. El valor salvador de la muerte de Cristo no viene de sus sufrimientos y padecimientos sino de su inmenso amor al Padre y a los hombres. 

Ni Dios ni Jesús querían los sufrimientos ni quieren nuestros sufrimientos, pero su amor es tan grande que es capaz de cambiar el sufrimiento en fuente de vida. El odio de los verdugos es vencido con la fuerza del amor.

Muerte y resurrección van estrechamente unidas. Querer llegar a la vida sin pasar por la pasión es totalmente ilusorio. Muerte y resurrección son las dos dimensiones inseparables, como las dos caras de una moneda, del misterio de Cristo. El misterio de Cristo es presentado como un doble movimiento, de descenso y ascensión, de humillación y exaltación (Filip 2,6-11). 

El segundo es consecuencia del primero, la resurrección es efecto de la pasión. Ésta es centro de ambos movimientos. En ella Jesús toca fondo en su humillación y al mismo tiempo experimenta la fuerza de la glorificación, como cuando una pelota da un bote y rebota hacia lo alto.

En el movimiento de humillación o vaciamiento de sí mismo el sujeto es Jesús que emprende ese camino de abajamiento marcado por tres etapas. Siendo Dios, se hace hombre, pero no un hombre rico y distinguido sino un hombre cualquiera. 

Como todo hombre se hace obediente hasta la muerte, pero en este caso una muerte infame, la de la cruz. De esa manera Jesús se ha solidarizado con todo hombre, incluso con el esclavo y el que aparentemente ha perdido su dignidad humana con una muerte infame.

En el movimiento de ascensión y glorificación ya no es Jesús el sujeto activo sino que lo es Dios Padre. Es Dios el que lo exalta y le concede la dignidad misma de Dios, el nombre de “Señor” con el que se traduce el nombre de Yahvé. Como Dios, también Jesús es adorado en cielo y tierra. 

Hoy nosotros adoramos una vez más su cruz gloriosa como manifestación de su amor por nosotros. Al anunciar su muerte proclamamos también su resurrección que transforma totalmente nuestras vidas

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2014




Autor: María Cruz
 | Fuente: Catholic.net
Espíritu de benevolencia
Lucas 6, 39-42. Tiempo Ordinario. A veces lo que nos molesta de los otros son nuestras propias deficiencias.
 
Espíritu de benevolencia
Espíritu de benevolencia
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-42


En aquel tiempo Jesús les añadió una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo", no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.

Oración introductoria

Señor Jesús, sólo transformando mi vida en Ti, podré vivir el Evangelio y ayudar humildemente a otros a experimentar tu amor. Creo y confío en que esta oración me ayude a profundizar en esta verdad y me llene de tu amor para poder darte a los demás, con mi testimonio de vida.

Petición

Jesús, ayúdame a revertir mi tendencia a juzgar a los demás, en vez de ver esas faltas que me alejan de tu amor.

Meditación del Papa Francisco

¡Qué bello es escuchar esto! Cuando uno ha sido convocado por el juez o tiene un juicio, lo primero que hace es buscar a un abogado para que lo defienda. Nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las insidias del diablo, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados.
Queridos hermanos y hermanas, tenemos este abogado: ¡no tengamos miedo de acudir a él a pedir perdón, a pedir la bendición, a pedir misericordia! Él nos perdona siempre, es nuestro abogado: nos defiende siempre ¡No olviden esto! La Ascensión de Jesús al Cielo nos permite conocer esta realidad tan consoladora para nuestro camino: en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad ha sido llevada ante Dios; Él nos ha abierto el camino; Él es como un guía cuando se sube a una montaña, que llegado a la cima, nos tira hacia él llevándonos a Dios. Si confiamos a Él nuestra vida, si nos dejamos guiar por Él estamos seguros de estar en buenas manos, en las manos de nuestro Salvador, de nuestro abogado. (S.S. Francisco, 17 de abril de 2013)

Reflexión

Somos muy dados a mirar lo que pasa afuera y como hay cosas mal hechas, no falta ocasión de convertirnos en "listillos" queriendo enmendar la plana a los otros.

Con frecuencia lo que nos molesta de los otros son nuestras propias deficiencias que vistas en los demás despiertan nuestras conciencia; es que los otros hacen de espejo y así sus limitaciones ponen al descubierto nuestros propios límites. Por eso será mejor tratar de curar nuestras heridas - sacar la viga de nuestro ojo -, para poder ayudar a los demás -quitando la mota de sus ojos -.

No nos dejemos llevar por celos indiscretos queriendo hacer buena a la gente; más bien miremos a nuestro interior y seamos consecuentes con nuestras obras no sea que tengamos que oír el reproche que Jesús les dirigió a ellos: ¡Hipócritas!

Propósito

Revisar y cuidar mi actitud al reprender a un familiar, compañero de trabajo o amigo, para que sea siempre una corrección fraterna, basada en el amor.

Diálogo con Cristo 

Señor que conoces el corazón del hombre y ves la miseria de nuestras obras, te pedimos nos trates con tu infinita misericordia para que aprendiendo de tu bondad seamos compasivos los unos con los otros. 

A LA SANTA CRUZ


A LA SANTA CRUZ 

Cruz bendita que con alma y ser venero,
Madero impregnado de Celestial bondad,
Aquel que cansado en Su hombre te cargaba,
Dejo en tus astillas grabado el verbo Amar.

Su Sangre Inmaculada por tus vetas corrió un día,
Junto a ella Agua Santa mas pura que un cristal,
Y ese rostro abofeteado por la injusticia y la ira,
Reclinose en tu costado en un ansiado final.

A ti que Su madre te regalo Sus lagrimas,
Que beso tus clavos y te abrazo junto a Juan,
A ti hoy me hinco, te contemplo y te pido,
Que si es posible te ame, cada día aun mas.

jueves, 11 de septiembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2014



Autor: María Cruz | Fuente: Catholic.net
El amor hacia los enemigos
Lucas 6, 27-38. Tiempo Ordinario. Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos.
 
El amor hacia los enemigos
El amor hacia los enemigos
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: «Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá». 

Oración introductoria

Gracias, Señor, porque conoces mi debilidad y aún así me llamas a la santidad. Te suplico que mi oración me llene de confianza, no en mi esfuerzo o virtud, sino en tu inmensa misericordia, en tu compasión para conmigo y en tu gracia que hace que todo sea posible.

Petición

Señor, ayúdame a no defraudarte y a corresponderte buscando la perfección en mi amor, hoy más que ayer.

Meditación del Papa Francisco

Y, hermanos y hermanas, el rostro de Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia. ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Ésa es su misericordia. Siempre tiene paciencia, paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con el corazón contrito. «Grande es la misericordia del Señor», dice el Salmo. [...] El problema es que nosotros nos cansamos, no queremos, nos cansamos de pedir perdón. Él jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón. No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca. Él es Padre amoroso que siempre perdona, que tiene ese corazón misericordioso con todos nosotros. Y aprendamos también nosotros a ser misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen, que tuvo en sus brazos la Misericordia de Dios hecha hombre. (S.S. Francisco, 17 de marzo de 2013)..

Reflexión

En nuestra sociedad, amamos a los que nos aman; hacemos el bien a quienes nos lo hacen y prestamos a quienes sabemos nos lo van a devolver. Una conducta muy razonada, que no compromete en nada. Pero obrando así, ¿qué es lo que nos distingue de los que no tienen fe?. Al cristiano se le pide un "plus" en su vida: amar al prójimo, hacer el bien y prestar sin esperar recompensa, pues eso es lo que hace Dios con nosotros, que nos ama primero para que nosotros le amemos.

Tenemos que adelantarnos a hacer el bien, para despertar en el corazón de los otros sentimientos de perdón, de entrega, de generosidad, paz y gozo; así nos vamos pareciendo al Padre del cielo y vamos formando en la tierra la familia de los hijos.

Propósito

Transformar los problemas y conflictos del día de hoy en oportunidades para crecer en la confianza en la providencia de Dios.

Diálogo con Cristo 

Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón, mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar. Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos. 




PERSONAS CON JESÚS


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Oración a Nuestra Señora del Santísimo Sacramento 

Virgen María, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, gloria del pueblo cristiano, gozo de la Iglesia universal, ruega por nosotros y concede a todos los fieles verdadera devoción a la Sagrada Eucaristía, siendo dignos de recibirla cada día.

Oración

Oh Sagrado Banquete, en el cual recibimos a Cristo, se renueva la Memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la vida futura!

V. Les has dado pan del cielo

R. Que contiene en sí todo deleite.

Oremos: Oh Dios, Tu nos has dejado el memorial vivo de tu Pasión bajo los velos de este sacramento. Concédenos, te suplicamos, venerar los sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre de manera que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Oración al Santísimo Sacramento

Te doy gracias Señor
Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno
porque aunque soy un siervo pecador
y sin mérito alguno,
has querido alimentarme
misericordiosamente
con el cuerpo y la sangre
de tu hijo Nuestro Señor
Jesucristo.

Que esta sagrada comunión
no vaya a ser para mi
ocasión de castigo
sino causa de
perdón y salvación.
Que sea para mi armadura
de fe, escudo de buena voluntad;
que me libre de todos mis vicios
y me ayude a superar
mis pasiones desordenadas;
que aumente mi caridad
y mi paciencia
mi obediencia y humildad,
y mi capacidad para hacer el bien.

Que sea defensa inexpungable
contra todos mis enemigos,
visibles e invisibles;
y guía de todos
mis impulsos y deseos.

Que me una más íntimamente a ti,
único y verdadero Dios
y me conduzca con seguridad
al banquete del cielo,
donde Tu, con Tu Hijo
y el Espíritu Santo,
eres luz verdadera,
satisfacción cumplida
gozo perdurable
y felicidad perfecta.

Por Cristo, Nuestro Señor, Amén

SEMINARISTA COLOMBIANO ES ORDENADO SACERDOTE Y MURIÓ DOS DÍAS DESPUÉS


Seminarista colombiano cumplió sueño de ser ordenado sacerdote y murió dos días después
  


NASHVILLE, 10 Sep. 14 / 07:47 pm (ACI).- Tenía 51 años de edad y para su familia era una “vocación tardía”. Cuando el seminarista colombiano William Carmona se acercaba por fin al sueño de ser sacerdote le diagnosticaron un agresivo cáncer al colon. Su Obispo decidió que estaba listo y logró recibir el orden sacerdotal dos días antes de partir a la Casa del Padre.

El P. William Carmona falleció esta tarde en San Antonio, Texas. El lunes 8 de setiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen María, fue ordenado diácono y sacerdote desde su lecho en una emotiva ceremonia celebrada en el hospital Christus Santa Rosa.

El sacerdote, de origen colombiano, cursaba el cuarto año de teología y se preparaba para comenzar su último año de preparación para la ordenación como diácono en la diócesis de Nashville, Tennesee.

Mons. David Choby, Obispo  de Nashville, decidió adelantar la ordenación luego que los médicos informaran que la enfermedad había ingresado a fase terminal. 

El Padre Carmona creció en Antioquia, Colombia, en el seno de una familia de 13 hermanos. Según reveló en la solicitud que presentó para ingresar al seminario de Nashville, la primera vez que consideró convertirse en sacerdote tenía 12 años de edad, pero no contaba con los recursos para su formación sacerdotal.

A fines de los ‘90s decidió ingresar al seminario en Colombia. Obtuvo una licenciatura de filosofía. Trabajó en una tienda de ropa y alimentos para mantenerse en el seminario. Estudió Administración de Empresas en la Universidad del Sur de Antioquia y trabajó como miembro de seguridad del gobierno colombiano.

Se mudó a Estados Unidos en el año 2000 y quería ingresar a un seminario en California pero sus conocimientos del idioma Inglés no le bastaron para continuar. Comenzó a trabajar como encargado de pastoral juvenil en una parroquia y en el año 2008 fue aceptado como seminarista de la Diócesis de Nashville.

En diálogo con ACI Prensa desde Colombia, Miriam Carmona, la hermana mayor del Padre William, aseguró que su familia siempre esperó la voluntad de Dios.

“En medio de la tristeza porque estaba tan mal, su ordenación ha sido una bendición muy grande y es que en una familia de pecadores, uno tiene muchos errores. Que llegue un sacerdote a la familia es una bendición muy grande. Gracias a Dios cumplió su sueño, porque él luchó y luchó”, afirmó Miriam.

Narró que en diciembre pasado, su hermano visitó Medellín y ya estaba muy enfermo. “Él no se quejaba de nada. Lo veíamos delgado, comiendo muy poco, pero él no se quejaba de nada. Nos decía ‘todo está bien, no se preocupen por nada. Arriba de Dios no vive nadie’”, agregó.

“Mi hermano era una gran persona, muy alegre. De pequeño salía a jugar con los niños a la procesión. El santo de mi pueblo es el Milagroso Cristo de Cañas Gordas, Antioquia. Él salía con los niños a jugar a la procesión con las tapas de la cocina, con la ropa que encontraba y que la envolvía como sotana y salía a la procesión”, recordó.

El Padre William era “lo más sublime que mi familia tenía porque mi papá quiso mucho a los sacerdotes. Mi papá era un hombre de mucha oración y era muy especial en eso. Y William tuvo mucha influencia de mi padre. Él siempre luchó por salir adelante y fue muy buen hermano, muy calmado, con mucha paz”.

Para el Obispo de Nashville, la ordenación del Padre Carmona refleja cómo "nuestras propias vidas se transforman en la muerte y resurrección de Jesús".

“La alegría y la satisfacción en la administración del sacramento del orden, es un punto culminante en la vida de cualquier obispo, pero tener la oportunidad de celebrar el sacramento por el que tanto se espera mientras se enfrenta a la certeza de la muerte hizo que fuera más conmovedor”, afirmó Mons. Choby.

El Padre Carmona yacía en una cama clínica durante la ordenación. Ahí el Obispo le impuso las manos, le dieron una estola y lo ungió con los óleos sagrados.

Durante la homilía, Mons. Choby recordó que la redención y la salvación no "depende de lo que logran los seres humanos" y dijo que el Padre Carmona al ser ordenado "participa en lo que es más central en la vida de la fe, que es el misterio de la muerte y resurrección del Señor."

Aunque el Padre Carmona fue incapaz de responder verbalmente al celebrante durante su ordenación, había expresado su consentimiento antes de la ceremonia según explicó Mons. Choby a los presentes.

Unas 200 personas, incluyendo sacerdotes, amigos y estudiantes del Seminario de la Asunción, llegaron al centro médico para asistir a la ordenación. La música estuvo a cargo de un coro de seminaristas.

Tras la ceremonia, que duró una hora y media, el Padre Carmona regresó a la unidad de cuidados intensivos.  Sus restos del Padre Carmona serán trasladados a Colombia recibir sepultura.

¿LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR PUEDEN RECIBIR LA COMUNIÓN? - RESPONDE UN SACERDOTE



"Padre, ¿qué opina de la Comunión 
a los divorciados vueltos a casar?"

Un sacerdote responde a las dudas y preguntas de algunos parroquianos sobre el tema de gran actualidad, a la luz del Magisterio de la Iglesia

Roma, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org)

¿Los divorciados vueltos a casar no pueden recibir la Comunión porque son más pecadores que los otros?

No. El problema es la dimensión pública: el divorciado vuelto a casar vive públicamente en contradicción con el sacramento del matrimonio. Todos los sacramentos, y la Comunión en particular, manifiestan (haciendo pública) la pertenencia a Cristo y a la Iglesia; el divorciado vuelto a casar de hecho niega públicamente esta comunión, independientemente de las intenciones subjetivas que tenga, porque vive en contraste con el sacramento que él mismo ha celebrado libremente: esta contradicción depende exclusivamente de sus comportamiento y no de una intervención disciplinaria de la Iglesia. Conceder los sacramentos en estas condiciones implicaría una negación de la misión salvífica de la Iglesia, que es necesariamente pública. Esto, sin embargo, no excluye en absoluto a los divorciados vueltos a casar de todos lo actos que no conllevan un compromiso público en la comunidad cristiana, ni constituye un juicio sobre el estado de su alma.


Por tanto, ¿el sacerdote no puede absolver a un divorciado vuelto a casar que se confiesa?

Debe absolutamente absolverlo si el penitente está decidido a vivir con el nuevo "cónyuge" como hermano y hermana, ya no como marido y mujer, y esto también aunque si alguna vez haya una caída por debilidad, porque es la intención lo que cuenta. También es absuelto si manifiesta signos auténticos de arrepentimiento sobre el segundo matrimonio, aunque aún no se sienta capaz de tomar la decisión, porque se está abriendo a la gracia y por tanto debe ser apoyado. El rol del confesor es importante: por un lado debe valorar la consistencia del arrepentimiento, por el otro con su caridad y una palabra que ilumine puede llevar al pecador al arrepentimiento. Los confesores santos consiguen absolver casi siempre, no porque sean "laxistas", sino porque saben suscitar el dolor por los pecados.

Los divorciados vueltos a casar no pueden nunca recibir la Comunión?

Pueden recibirla si han recibido la absolución sacramental, como en los casos recordados antes, especialmente cuando hayan decidido vivir como hermano y hermana por amor a Cristo, lo que es deseable y plenamente realizable con la ayuda de la gracia. En este caso, lejos de ser raro o imposible, su misma relación se serena y se convierten en un ejemplo edificante para los hijos. Para evitar crear confusión en el pueblo de Dios es importante que frecuenten los sacramentos en comunidad donde su situación de divorciados vueltos a casar no es conocida.

¿El sacerdote puede negar la Comunión a quien se presenta públicamente a recibirla?

No. Se niega la Comunión solo en el caso de que haya una sentencia pública que excluye de la posibilidad de recibir los sacramentos (excomunión) y el sacerdote está seguro de que no ha sido cancelada, o cuando quien va a recibirla lo hace claramente para ridiculizar o como desafío a la comunidad cristiana. Dirigirse o no a la Eucaristía en realidad depende de la conciencia de cada uno: un divorciado vuelto a casar que no se ha arrepentido debería valorar por sí mismo lo inoportuno de dirigirse a los sacramentos. El sacerdote no debería sustituir la conciencia de los fieles: no sabe si hay un arrepentimiento serio (contrición) y por tanto debe absolutamente evitar herir públicamente una persona, dado que provocaría una daño espiritual mayor.

¿Qué puede hacer un sacerdote para impedir que un divorciado vuelto a casar no arrepentido reciba la Comunión?

Por el momento, nada. Si conoce la persona puede, de la forma oportuna, instruirlo sobre la disciplina de la Iglesia, que es un ejercicio de misericordia también cuando debe decir no.

¿Qué sentido tiene recibir la Comunión para un divorciado vuelto a casar no arrepentido?

No tiene sentido, y espiritualmente es nocivo. Recibimos los sacramentos para vivir como hijos de Dios, en la santidad, o por lo menos para encaminarnos en esa dirección; no se trata de un derecho subjetivo, ni sirve para confirmarnos en nuestras elecciones, como una especie de certificado de buena conducta ("¿qué hago mal?") y tampoco para satisfacer necesidades "místicas". Tal actitud devalúa los sacramentos, reduciendo la vida cristiana a la dimensión de las miserias humanas y nada más, y los sacramentos a una "consolación" solo psicológica que cubre las heridas sin curarlas: un pietismo ilusorio que termina por robar la esperanza en una vida nueva.

Entonces, ¿por qué se ha encendido el debate sobre la Comunión a los divorciados vueltos a casar?

Porque existen problemas verdaderos. La causa principal se reconoce en el hecho indiscutible de que estamos celebrando demasiado matrimonios nulos: "ceremonias" en la iglesia, no un verdadero sacramento, porque los esposos, que son los celebrantes, a menudo, en el actual contexto cultural, no han madurado la conciencia mínima de qué es el matrimonio. 

Benedicto XVI en el 2011 subrayó este problema, pero hasta ahora ha permanecido un argumento no escuchado. De este modo, se presenta la situación paradójica de quien estaba casado por la iglesia de forma solo aparente y después ha contraído matrimonio civil, pero esta vez con las intenciones justas, pero obviamente sin la forma canónica, por tanto quedando fuera de los sacramentos. El recurso a los tribunales eclesiásticas hoy es la única solución, pero no debería ser el camino normal, ¡el camino de la mayoría! De hecho, en este caso solo la ley eclesiástica impide recibir los sacramentos. La forma canónica es una obligación introducida por el Concilio de Trento para evitar los abusos de entonces, hoy, sin embargo, la ley termina por estar en contraste con la realidad. Por esto es urgente volver a pensar toda la cuestión.

(11 de septiembre de 2014) © Innovative Media Inc.

A TU IMAGEN NOS CREASTE, SEÑOR


Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 
A Tu imagen nos creaste, Señor
¿Qué tanto me parezco a Ti? Porque he sido creado a tu imagen. Pero para ser reflejo de Ti, tengo que dejar de ser yo mismo.



Hoy Señor, no estás oculto tras la puerta del Sagrario, no, estás expuesto en el Altar en una hermosa Custodia. Ahí te ha puesto el sacerdote para que nuestros ojos te vean y te adoremos. 

El alma se arrodilla ante ti, ¡Oh, Señor de la Historia, Rey de reyes, Dios de misericordia!

Y llega la pregunta: - “¿Qué tanto conozco yo a este Cristo, a este Jesús, que está oculto en esa Sagrada Hostia? ¿Eres para mí algo lejano, algo distante, eres alguien a quien tengo que tratar de usted? O, ¿eres mi amigo y tengo contigo una relación cordial y amorosa? ¿Eres algo así como mi padre, mi madre, mi hermano, mi mejor amigo? ¿Qué respuesta puedo darte, Señor?

Solo sé que te amo. Porque he sido creada a tu imagen. A imagen de Dios. Y siendo imagen tuya, sé que cuando llegue la hora de presentarme ante Ti, me abrazarás y me pondrás a tu lado. Pero para ser reflejo de Ti, tengo que dejar de ser yo misma y empezar a juzgar a los demás como juzgas tú, como amas tu a todo los seres, como haces tú con esta enfermedad, con esta soledad, con esta ancianidad, con esta juventud, con este matrimonio, con estos hijos, con estos nietos, con este trabajo duro y cansado, o con esta falta de él. Y como haces tú con mi miedo, con mi angustia. Y sentir como tú sientes, para perdonar o para pedir perdón. 

¿Qué tanto me parezco a ti, Señor? 

Tú lo hiciste todo por amor. Esa es tu gran enseñanza, esa es tu gran verdad. Pero los actos de amor no son siempre para ratos bonitos, a veces es algo que duele, que cuesta, porque no está en las palabras sino en los actos y a veces esos actos son de sacrificio, de renuncia, de aceptación, de tolerancia, de entrega: eso es amor. 

¿Y cómo lograremos todo esto? ORANDO. Orar es tener un trato personal con Dios. No solo rezar cuando hay dificultades. Y tampoco la oración se concreta, como ahora, que estoy en la Capilla y Tú estás expuesto para ser adorado y que brote ante Ti, una oración. No, todo nuestro día puede convertirse en oración, en rezo, si te involucro en todo mi diario vivir, los buenos ratos, los malos, los alegres, los tristes… el día completo, con sus horas y minutos, el descanso de la noche y el amanecer del nuevo día… todo eso es orar. 

Unido a esa forma de vivir puedo poco a poco irme pareciendo a Ti, Señor. Tu ayuda y apoyo será mi mayor fuerza para dar testimonio de QUE A TU IMAGEN NOS CREASTE, SEÑOR. 

SAN EMILIANO, 11 DE SEPTIEMBRE



San Emiliano
11 de Setiembre

Santo español, nacido en el año 473 en Berceo (La Rioja). Hijo de una familia campesina de origen hispanorromano, siendo en su juventud pastor de ovejas. Decidió dedicarse a la vida contemplativa, por lo que pasó a ser uno de los discípulos del monje Félix, retirado en los montes de Bilibio, cerca de Haro, donde llevó una vida solitaria y penitente. Sujetó a la disciplina monacal, pero encontrándola demasiado holgada, se retiró a la soledad durante cuarenta y cuatro años en los montes Distercio, soportando allí las inclemencias del tiempo y la dureza de condiciones del lugar.

Su fama de santidad se extendió de tal manera que todos los que estaban en dificultades espirituales acudían a él y fue llamado por el obispo de Tarazona, Dídimo, quien no consintió que tanta virtud se perdiese en la soledad del monte, le ordenó sacerdote y le puso al cargo de la parroquia de Santa Eulalia, en su pueblo natal Berceo.

El paso por la parroquia resultó un estruendoso fracaso ya que las tareas administrativas no parecían encajar con su carácter y entregaba todas las donaciones propiedad de la parroquia a los necesitados por lo que fue acusado de malversación del dinero parroquial por sus hermanos sacerdotes y reprendido por el obispo, quien lo destituyó del cargo.

Decide volver a su soledad y se retira al valle de Suso o de arriba, cercano a su pueblo, donde transcurre la última etapa de su vida. En torno al santo va formándose una comunidad de hermanos y hermanas que formarán un oratorio primitivo, sus nombres son: Aselo, Geroncio, Citonato, Sofronio, Oria y Potamia.

San Millán es visitado, consultado y venerado. Salió al parecer muy poco de su eremitorio. La última salida que hace es para anunciar la destrucción de algunas ciudades de Cantabria. La tradición le atribuye numerosos milagros tanto en vida como después de su muerte, acaecida el 12 de noviembre del 574, con ciento un años, fue enterrado en el suelo del oratorio. Los monjes eligieron otro abad y permanecieron como ermitaños alrededor del sepulcro de San Millán, formando después de la muerte de San Millán el gran Monasterio de San Millán de la Cogolla, en la actualidad declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No dejó nada escrito, y fue hacia el 650 cuando el obispo de Zaragoza, San Braulio escribió Vita Sancti Emiliani, primera biografía de San Millán basándose en los relatos que había escuchado de su hermano Fronimiano, monje en la Cogolla y más tardíamente Gonzalo de Berceo escribió la Historia del Señor San Millán.

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