viernes, 9 de mayo de 2014

TARJETAS DE SALUDO POR EL DÍA DE LA MADRE


















































IMÁGENES ANIMADAS DE FELIZ DÍA DE LA MADRE



























ORACIÓN POR LOS ENFERMOS DE CÁNCER


ORACIÓN POR LOS ENFERMOS DE CÁNCER

Señor, en tus santísimas manos ponemos a todas esas personas que en este momento están sufriendo por causa del cáncer para que con tus manos santas calmes esos dolores agónicos y si es tu voluntad de que lleguen a ti recíbelos en tus brazos compartiendo con ellos tu santísima gloria, y si tu voluntad es que sigan disfrutando de la vida dales la fortaleza para salir delante de esta terrible enfermedad, te lo pedimos en nombre de tu hijo santísimo Jesucristo………amén!!

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS


El árbol de los problemas.


El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invito a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. 
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó.

"Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura:los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez".

"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior

EL ASPIRANTE


El aspirante
Autor: Dr. Wayne Dyer


La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que otras personas optan por la locura.

Siendo la muerte una propuesta tan eterna y la vida tan increíblemente breve, pregúntate a ti mismo: ¿Debo evitar hacer las cosas que realmente quiero hacer?, ¿Viviré mi vida como los demás quieren que la viva?.

Es en la culpabilidad donde despilfarras tus momentos presentes al estar inmovilizado por causa de un comportamiento pasado.

Es en el preocupación donde te mantienes inmovilizado ahora por algo que está en el futuro y en el que a menudo no tienes ningún control.

Ya mires atrás o adelante estás malgastando el momento presente. 

Empieza a mirar el pasado como algo que jamás puede modificarse, sientas lo que sientas respecto a él.

Acepta en ti mismo cosas que tú has escogido pero que pueden disgustar a cierta gente. Pregúntate a ti mismo lo que estás evitando en el presente por culpa del pasado.

Ve tus momentos presentes como un tiempo para vivir, en vez de obsesionarte por el futuro. El futuro se construye presente a presente.

La esencia de lo nuevo es el contrario a la seguridad. Sólo los inseguros ansían la seguridad de permanecer en áreas que conocían, en no aventurarse a lo desconocido.

Conviértete en el juez de tu propia conducta y aprende a confiar en ti mismo para tomar las decisiones del momento presente. Deja de buscar en las tradiciones y las normativas de toda la vida la respuesta adecuada.

Canta tu propia canción de felicidad de la manera que escojas cantarla, sin preocuparte ni importarte cómo se supone que debe ser.

MADRE DE NUESTRO SILENCIO



Madre de nuestro silencio
Autor: M. J. Márquez


Tesoro de calma y serenidad,
te amamos por tu rostro lleno de luz,
por tu mirada llena de ternura,
por lo profundo de tus palabras silenciosas,
por tu trasparente disponibilidad.
Que en nuestras tareas cotidianas
nos abras a lo profundo de las cosas que no se ven,
nos ilumines con tu luz trasparente,
nos ensanches el corazón con el amor
y la verdad de lo que es importante,
nos contagies tu disponibilidad
ante las sorpresas de Dios.
Madre del silencio,
enséñanos a callar...
enséñanos a contemplar...

PARA UNA MADRE CRUEL - DÍA DE LA MADRE



Madre Cruel...


Tuvimos una de las mamas más malas de todo el mundo.
Mientras otros niños comían dulces para el desayuno, a nosotros nos daba cereal, huevos y pan tostado.

Cuando otros se tomaban una Pepsi y un Twinki para el lunch, teníamos que comer sandwiches y un jugo. Y como podrás ver nuestra mamá nos daba otra cosa que los otros niños no cenaban.

Mamá insistía en saber donde estábamos todo el tiempo, pensábamos que éramos convictos en prisión.

Tenía que conocer quienes eran nuestros amigos y que hacíamos con ellos.  Ella insistía que si decíamos que nos íbamos por una hora........nos fuéramos por una hora o menos.

Estamos avergonzados de admitirlo, pero tuvo el valor de violar los derechos del niño, ya que nos hizo trabajar.

Teníamos que lavar los trastes, hacer nuestra cama, aprender a cocinar y limpiar el piso....así como lavar ropa y otros trabajos crueles, es mas yo creo que se desvelaba pensando en que otras cosas podríamos hacer!
Siempre insistía en que dijéramos la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad.

Crecimos y cuando llegamos a la adolescencia, ¡leía nuestras mentes!.  La vida resultó muy dura.

Por culpa de mamá nos perdimos muchas experiencias que tuvieron nuestros amigos.

A ninguno de nosotros nos encontraron robando, en aventones, en pandillas, invadiendo propiedades ajenas o ni siquiera nos arrestaron por algún delito...¡todo eso fue su culpa!

Ahora que ya no vivimos en casa...todos somos adultos honestos, buenos y educados.

Pienso que el mundo anda mal porque actualmente ya no tenemos suficientes...

                                    ¡ Madres Crueles!

PARA UNA MADRE



Madre


Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.

Cuando tenías un año,
Ella te alimentaba y te bañaba.
Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.

Cuando tenías 2 años, 
Ella te enseñó a caminar.
Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba.

Cuando tenías 3 años,
Ella te hacía todas las comidas con amor.
Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.

Cuando tenías 4 años,
Ella te dió unos lápices de colores.
Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.

Cuando tenías 5 años,
Ella te vestía para las ocasiones especiales.
Tú se lo Agradeciste tirándote por la pila de barro más cercana.

Cuando tenías 6 años,
Ella te llevaba a la escuela.
Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!

Cuando tenías 7 años, 
Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.

Cuando tenías 8 años, 
Ella te trajo un helado.
Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.

Cuando tenías 9 años,
Ella té pago unas clases de piano.
Tú se lo agradeciste nunca practicando.

Cuando tenías 10 años,
Ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.
Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.

Cuando tenías 11 años,
Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.
Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.

Cuando tenías 12 años,
Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.
Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.

Cuando tenías 13 años,
Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.
Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenia gusto.

Cuando tenías 14,
Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano.
Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.

Cuando tenías 15,
Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.
Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.

Cuando tenías 16,
Ella te enseñó cómo manejar su coche.
Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.

Cuando tenías 17 años,
Ella esperaba una llamada importante.
Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.


Cuando tenías 18,
Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.

Cuando tenías 19 años
Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.


Cuando tenías 20,
Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "A Ti no te importa eso"

Cuando tenías 21,
Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "No quiero ser como Tú."

Cuando tenías 22,
Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.

Cuando tenías 23,
Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.

Cuando tenías 24,
Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro.
Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste "¡Cállate!".

Cuando tenías 27,
Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad de el país.

Cuando tenías 30,
Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.

Cuando tenías 40,
Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.

Cuando tenías 50,
Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.


De repente, un día,
Ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.

Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos Mamá, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.

No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así?

¡Es tú Madre!

Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.


Pregúntate a ti mismo:

¿Has separado tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el  trabajo en la cocina, su cansancio?

Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses  diferente de Ella.

Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del Ser Que Llamamos Mamá
Solo Eso Nos Queda

MEDITACIONES DEL DÍA DE LA MADRE : MADRE


Madre


Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que siendo joven tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; una mujer que si es ignorante descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños; una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica, daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud; una mujer que siendo vigorosa se estremece con el vagido de un niño, y siendo débil, se reviste a veces con la bravura del león; una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, por que a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir de ella un sólo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios...

De esa mujer no me exijáis el nombre si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque ya la vi pasar en mi camino.

Cuando crezcan vuestros hijos leedles esta página, y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un boceto del retrato de su nombre.

FLORECILLAS A MARÍA: 9 DE MAYO


FLORECILLAS A MARIA
Flor del  9 de mayo : Madre del buen consejo

Meditación: María nos aconsejó en las bodas de Caná, “Haced lo que El os diga” (Juan 2,5), y nos lo vuelve a dictar. ¿Qué quiere Cristo de mi?. ¿Lo podemos seguir cuando nos dice “deja todo y sígueme?”. 
“Hijo, ¿por qué nos haz hecho esto?” (Lucas 2,48). Cristo tenía que mostrarnos ante todo más el amor a Dios que el de la familia. ¡Pero cuántas veces abandonamos a nuestra Madre por amores, caprichos, vanidades y miedos!.

Oración: ¡Oh dulce consejera del alma, oh hermosa Esclava!. Entrega a Dios nuestra alma para que se haga santa, que abramos nuestros oídos y seamos hijos solícitos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser un verdadero Cristo al aconsejar a mi hermano.

¿TE CUESTA CREER EN LA RESURRECCIÓN?


Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
¿Te cuesta creer en la Resurrección?
La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena el corazón, no se pueden contener.

¿Te cuesta creer en la Resurrección?


Reflexionemos hoy en unas palabras de SS Francisco en su primera Catequesis del Año de la Fe: 


Los primeros testigos de la Resurrección fueron mujeres. Al amanecer, van al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús, y encontraron al primer signo: el sepulcro vacío (cf. Mc. 16,1). Esto es seguido por un encuentro con un mensajero de Dios que anuncia: Jesús de Nazaret, el crucificado, no está aquí, ha resucitado (cf. vv 5-6.). Las mujeres se sienten impulsadas por el amor y saben cómo acoger este anuncio con fe: creen, y de inmediato lo transmiten; no lo retienen para sí mismas, sino que lo transmiten. La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena su corazón, no se pueden contener. 

Esto también debería suceder en nuestras vidas: ¡Sintamos la alegría de ser cristianos! ¡Creemos en un Resucitado que ha vencido el mal y la muerte! ¡Tengamos el valor de "salir" para llevar esta alegría y esta luz a todos los lugares de nuestra vida! La resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza; ¡es el tesoro más preciado! 

¿Cómo no compartir con otros este tesoro, esta certeza? No es solo para nosotros, es para transmitirlo, para dárselo a los demás, compartirlo con los demás. Es nuestro propio testimonio. 

En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testigos de la Resurrección se recuerda solo a los hombres, a los Apóstoles, pero no a las mujeres. Esto se debe a que, de acuerdo con la ley judía de la época, las mujeres y los niños no podían dar un testimonio fiable, creíble. 

En los evangelios, sin embargo, las mujeres tienen un papel primordial, fundamental. Aquí podemos ver un elemento a favor de la historicidad de la resurrección: si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo, no hubiera estado ligado al testimonio de las mujeres. Los evangelistas sin embargo, narran simplemente lo que sucedió: las mujeres son las primeras testigos. 

Esto nos dice que Dios no escoge según los criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente sencilla y humilde; los primeros testigos de la resurrección son las mujeres. Y esto es hermoso. ¡Y esto es un poco la misión de las madres, de las mujeres! Dar testimonio a sus hijos, a sus nietos, que Jesús está vivo, que es la vida, que resucitó. 

¡Mamás y mujeres, adelante con este testimonio! Para Dios cuenta el corazón, el cuánto estamos abiertos a Él, si acaso somos como niños que se confían. 

Pero esto también nos hace reflexionar sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de la fe, han tenido y tienen también hoy un rol especial en la apertura de las puertas al Señor, en el seguirlo y en el comunicar su Rostro, porque la mirada de la fe tiene siempre la necesidad de la mirada simple y profunda del amor. 

A los Apóstoles y a los discípulos les resulta más difícil creer. A las mujeres no. Pedro corre a la tumba, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe es importante saber y sentir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se confiesa con la boca y con el corazón, con la palabra y con el amor. 

Después de las apariciones a las mujeres, les siguen otras: Jesús se hace presente de un modo nuevo: es el Crucificado, pero su cuerpo es glorioso; no ha vuelto a la vida terrenal, sino que lo hace en una condición nueva. 

Al principio no lo reconocen, y solo a través de sus palabras y sus gestos sus ojos se abren: el encuentro con Cristo resucitado transforma, da nuevo vigor a la fe, un fundamento inquebrantable. Incluso para nosotros, hay muchos indicios de que el Señor resucitado se da a conocer: la Sagrada Escritura, la Eucaristía y los demás sacramentos, la caridad, los gestos de amor que llevan un rayo del Resucitado. 

Dejémonos iluminar por la Resurrección de Cristo, dejémonos transformar por su fuerza, para que también a través de nosotros en el mundo, los signos de la muerte den paso a los signos de la vida. 


(...)Jóvenes, a ustedes les digo: 

Lleven esta certeza: el Señor está vivo y camina con nosotros en la vida. ¡Esta es su misión! 

Lleven adelante esta esperanza: este ancla que está en los cielos; mantengan fuerte la cuerda, manténganse anclados y lleven la esperanza. 

Ustedes, testigos de Jesús, den testimonio de que Jesús está vivo y esto nos dará esperanza, dará esperanza a este mundo un poco envejecido por las guerras, por el mal, por el pecado. ¡Adelante, jóvenes!

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 9 DE MAYO DEL 2014

Autor: Arturo López Ramírez, LC | Fuente: Catholic.net
¡Somos sal, somos luz!
Juan 6, 52-59. Pascua. Participar de la Eucaristía es asistir al único momento aquí en la tierra donde es posible unir lo finito con lo infinito.
 
¡Somos sal, somos luz!
Del santo evangelio según San Juan 6, 52-59.

Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.

Oración introductoria

Teniendo en cuenta que la fe vale más que la vida, pues de qué me servirían cien años vividos sin sentido profundo, al inicio de esta oración quiero aprender a creer. Recibe Señor mi oración arrodillándome en mi interior pues te reconozco como mi Padre, mi amigo, mi hermano, alguien que cuenta en mi vida. Mira mi alma que llega cansada de tanto bregar sola en las olas encrespadas de las preocupaciones y dolores de la vida. Ilumina mi entendimiento, suaviza mi corazón, enciende mi alma.

Petición

Cristo, amigo de mi alma que sienta la necesidad de tu compañía para que cuando te reciba en la comunión seas tú el que vivas en mí, que no reine la oscuridad de mi vida solitaria y triste.

Meditación del Papa Francisco

Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos, los sacramentos son la fuerza de Cristo, está Jesucristo en los Sacramentos. Cuando celebramos la Misa, en la Eucaristía, está Jesús vivo, muy vivo, que nos reúne, nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre.
Cada uno de nosotros, de hecho, mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, está incorporado a Cristo y unido a toda la comunidad de los creyentes.
Por tanto, si por un lado está la Iglesia que "hace" los Sacramentos, por otro lado están los Sacramentos que "hacen" a la Iglesia, la edifican, generando nuevos hijos, agregándolos al pueblo santo de Dios, consolidando su pertenencia.
Cada encuentro con Cristo, que en los Sacramentos nos da la salvación, nos invita a "ir" y comunicar a los demás una salvación que hemos podido ver, tocar, encontrar, acoger y que es verdaderamente creíble porque es amor. (S.S. Francisco, 6 de noviembre de 2013). 

Reflexión

¡Qué extraño nos parece la gente que habla de cosas que nadie entiende! Con razón los coetáneos de Cristo pensaron que Él se había vuelto loco: cómo estaba eso de comer su carne y beber su sangre, ¿no es esto un acto de canibalismo? Y todavía son más enigmáticas las palabras del Maestro que nos promete la verdadera vida por este Cuerpo y esta Sangre. Y es que muchas veces los discursos de Dios, en las lágrimas nunca enjugadas de una persona abandonada y explotada, en las decepciones y fracasos, en las ingratitudes e incomprensiones, nos parecen contradictorios. Es entonces cuando brillan las paradojas de Dios, que promete alegría sufriendo, paz al que es perseguido, gloria al que es despreciado.

Esto es lógico, pues sabemos por la Revelación que el pecado original vino a corromper la el orden entre nuestras facultades espirituales y sensitivas. Nos encontramos en contradicción muchas veces entre nuestras potencias irascibles concupiscibles y racionales. ¿Qué hacer? El Evangelio de hoy nos abre la puerta que comienza a iluminar nuestro camino sembrado de dolores y tinieblas: nos enseña el camino de la Fe.
Sólo a esta luz se puede contemplar este pasaje. Comer el Cuerpo de Cristo, significa saciar nuestra hambre de felicidad que tantas veces buscamos en lugares que lo único que nos traen es vacío y desengaño. Nuestra alma nuestra vida pide alimento y sólo Dios puede saciarlo, lo demás se acaba, se marchita, acaba por no saciarnos. Beber la Sangre de Cristo, participar de la Eucaristía es asistir al único momento aquí en la tierra donde es posible unir lo finito con lo infinito, el tiempo con la eternidad. Pidamos la fe, para que podamos hacer una verdadera experiencia de Cristo, pues uno nunca valorará lo que nunca ha conocido, ni podrá esperar en aquello de lo que nunca ha hecho experiencia.

Cada cristiano ha recibido desde su bautismo la hermosa misión de sembrar, nos abre a la dimensión del apostolado, que no significa otra cosa que compartir el tesoro más grande que hemos recibido. Mas nadie da lo que no tiene. Es un hecho que la gente está sedienta de Dios. Es evidente la falta de principios en la juventud, la falta de ideales. Hoy más que nunca nos da la impresión que la flor espléndida y lozana de la juventud se ha trocado en un museo de energía congelado o casi fosilizado. Es muy común encontrar personas que piensan que hubiera sido mejor no haber venido a la existencia. Es entonces cuando nuestra labor apostólica cobra sentido pues en esos momentos podemos compartir la convicción de que sólo aquel que ha hecho la experiencia de sentirse amado puede encontrar un sentido a su propia vida. ¿O no es esto el secreto en el matrimonio, en el noviazgo o la vida religiosa? Sólo la Eucaristía nos abre a la esperanza de una vida que no se acaba aquí abajo, que sólo se encuentra en quien ha aprendido a amar, es decir que ha entendido lo que significa caer en tierra cual semilla que lentamente se pudre para dar fruto.

Propósito

Hacer de mi próxima Eucaristía un momento de adoración y gratitud por tanto amor de Dios.

Diálogo con Cristo

Señor en este corto peregrinar de nuestra vida, ante las sombras que amenazan oscurecer nuestra verdadera alegría, ante la desorientación y la falta de luz en nuestras vidas y en la sociedad, concédeme la gracia de tener siempre encendida la antorcha de la fe, para que cada contacto con cada persona seas tú el que vuelva encender esa llama, ese fuego y esa pasión que nace de aquellos corazones que han hecho una verdadera experiencia del amor de un Dios que no se cansa de esperar ni de amar con locura.

Todo este anhelo está presente en el mundo de hoy, el anhelo hacia lo que es grande, hacia lo que es bueno. Es la nostalgia del Redentor, de Dios mismo, incluso donde se lo niega.(Benedicto XVI, 5 de febrero de 2010).


  • Preguntas o comentarios al autor
  • Arturo López Ramírez, LC 

    ACTO PARA DESAGRAVIAR Y CONGRACIARSE AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


    ACTO PARA DESAGRAVIAR Y CONGRACIARSE
    AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

    Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido. Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón. Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente, y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. 

    Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón. Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús, de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.

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