domingo, 13 de abril de 2014

JUAN PABLO II SERÁ PATRONO DE LAS JMJ



El Papa en el ángelus: 
' Juan Pablo II será patrono de las JMJ'

Delante de una plaza de San Pedro con unos 70 mil fieles, el papa Francisco al concluir hoy la ceremonia del Domingo de Ramos rezó el ángelus.


“Al concluir esta celebración dirijo un saludo especial a los 250 delegados --obispos, sacerdotes, religiosos y laicos-- que han participado a las Jornadas Mundiales de la Juventud organizadas por el Pontificio Consejo para los Laicos. Inicia así el camino de preparación al próximo encuentro mundial que se realizará en julio de 2016 en Cracovia y que tendrá por tema «Beatos los misericordiosos porque encontrarán misericordia»” dijo.

Y el Papa adelantó lo que iba a suceder en breve: “De aquí a poco jóvenes brasileños entregarán a jóvenes polacos, la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. La entrega de la cruz a los jóvenes fue realizada hace treinta años por el beato Juan Pablo II: él les pidió que la lleven por todo el mundo como signo del amor de Cristo por la humanidad”.

Y prosiguió: “El próximo 27 de abril tendremos todos la alegría de celebrar la canonización de este Papa, junto con Juan XXIII. Juan Pablo II que fue el iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud se volverá su gran patrono, y en la comunión de los santos seguirá siendo para los jóvenes del mundo un padre y un amigo”.

“Pidamos al Señor --rezó el Santo Padre-- que la cruz, junto a la imagen de María Salus Populi Romani sea un signo de esperanza para todos, revelando al mundo el amor invencible de Cristo".

A este punto un grupo de jóvenes brasileños le entregó la cruz de dimensión grande a sus pares polacos.

“Saludo a todos los romanos y a los peregrinos” prosiguió el papa Francisco y añadió: “Saludo en particular a las delegaciones de Río de Janeiro y de Cracovia, guiadas por sus arzobispos: el cardenal Orani Joao Tempesta y Stanislaw Dziwisz. En este contexto tengo la alegría de anunciar que si Dios quiere, el próximo15 de agosto en Daejeon, en la República de Corea, encontraré a los jóvenes asiáticos en su su gran concentración continental”.

Y concluyó sus palabras indicando: “Y ahora nos dirigimos a la Virgen Madre para que nos ayude a seguir siempre a Jesús, con fe y con amor”.

DIOS ES AMOR



Dios es Amor

Los momentos que pasas con Dios en oración ofrecen una bendición edificante, 
pues te dan la oportunidad de descansar 
mental y corporalmente, renovar tu espíritu y sentir cómo el amor de Dios lo rodea todo.

Al tomar un momento ahora para orar, 
recuerda que Dios es amor y que estás unido a este amor ahora y para siempre. 
Ora ahora con mente y corazón en armonía con Dios:

Dios, aquieto mis pensamientos 
y mi alma recibe Tu abrazo divino. 
Tu amor incondicional me satisface.

Tú, Dios, eres mi paz, 
y al acudir a Ti en este momento sagrado de oración, mi corazón recibe paz. 
Centro mis pensamientos sólo en Ti 
y permito que mi mente se tranquilice... 
que mi cuerpo se relaje...

Querido Dios, 
Tu presencia me llena y Tu amor me rodea. 
Te entrego mi vida con fe 
en Tu amorosa presencia en mí.
Descanso en la conciencia tranquila de Tu amor, confiando en que todo está bien... Viviendo en la luz del amor de Dios, 
descubro nuevos discernimientos.

Tú, Dios, 
eres una fuente ilimitada de amor en mí. 
Mantengo esta verdad en mi corazón 
al acudir a Ti por guía. 
Vivo en la luz de Tu sabiduría amorosa, 
querido Dios, y sé que Tu luz 
me guía en el camino correcto. 
Al escoger el sendero que es bueno para mí, tengo la seguridad de que mi sendero es claro.

Estoy receptivo en mente y corazón 
a Tu sabiduría, Tu perspectiva, 
Tu luz interminable. 
Consciente de que Tú me revelas 
lo que necesito saber 
en momentos tranquilos de oración,
me calmo y Te entrego amorosamente 
cualquier preocupación.

Siento paz y calma, 
soy un canal abierto de Tu sabiduría guiadora y poder interminable.

Descanso ahora consciente de Tu amor y guía,
hago una pausa para orar tranquilamente...

La sanadora presencia de Dios 
vierte vitalidad en cada célula de mi cuerpo.

Dios, yo sé que Tu amor obra en toda creación 
e infunde vida y energía. 
Como Tu creación divina, 
siento vida nueva por medio de Tu presencia 
revitalizadora y sanadora.

Respiro profundamente 
y dirijo mis pensamientos a Ti. 
Rodeado de Tu amor, tengo confianza 
en que sentiré y disfrutaré de la salud 
y la perfección que son mías.

En este momento valioso de oración, 
me calmo y me vuelvo más consciente 
de Tu presencia sanadora que manifiesta mayor energía y fortaleza.
Sé, en el fondo de mi alma, que me amas y me cuidas, Dios,  y que la curación se está llevando a cabo. 
Tu presencia amorosa sana y transforma 
cada parte de mi cuerpo templo, 
cada átomo, célula y órgano.

Al descansar consciente de Tu amorosa presencia, querido Dios, 
doy gracias por la actividad sanadora 
que se lleva a cabo en mí ahora...

Abro mi corazón a Dios 
y a una abundancia de experiencias que me prosperan.

Al centrar mis pensamientos en prosperidad, tengo confianza en que Tu amor todo proveedor está conmigo, querido Dios.
Tú provees de muchas maneras y bendices mi vida con bien.

Consciente de Tu amor, Dios, dejo ir cualquier preocupacióny Te entrego los buenos deseos de mi corazón.
Siento la seguridad de que me encuentro 
bajo Tu cuidado constante. 
Siento paz... tranquilidad... y confianza.

Mientras respiro profundamente,
estoy consciente de Tu gloria en la abundancia que me rodea. 
La belleza de mi mundo, la gloria de Tu bondad me recuerda que como Tu hijo amado, soy heredero de provisión interminable. 
Gracias, Dios, por rodearme de Tu amor.

Confiando en Tu amor próspero, 
hago una pausa ahora en tranquila oración...

Éste ha sido un momento sagrado de oración, un momento valioso de descanso y renovación.
Antes de regresar a las actividades del día, 
respira profundamente una vez más y afirma: 
Dios es amor...

Puede alentarte saber que el amor de Dios está contigo en cada experiencia de tu vida.En armonía con este amor, 
ora la "Oración de Protección":

La luz de Dios me rodea;
el amor de Dios me envuelve;
el poder de Dios me protege;
la presencia de Dios vela por mi.
¡Dondequiera que estoy, está Dios!

LA CRUZ


!BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!


Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor.




Domingo de Ramos, la Iglesia Católica y sus fieles, conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén. Marcos en su Evangelio, nos describe como fue esa entrada: "Llegó Jesús en un borriquillo mientras muchos extendían sus mantos en el camino y otros lo tapizaban con ramos cortados en el campo y gritaban vivas, ¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!. 

Parece que todo nos anima a que sea un domingo de fiesta, los ramos, las palmas, los gritos de júbilo...y sin embargo la tradición nos sorprende en la santa misa de este día, relatándonos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. 

¡Qué cercano estaba el día en que sería entregado a los sumos sacerdotes, a los grandes personajes y autoridades, Anás, Caifás, Pilato, Herodes y luego al mismo pueblo que ahora lo vitorea y más tarde pedirá su crucifixión. 

Repasamos toda esta historia (que siempre es la misma, dirán algunos) pero que siempre es diferente según la medite nuestro corazón. 

El Domingo de Ramos abre la puerta a la semana de los días más amargos, más crueles para el Dios que se hizo hombre por amor, por amor a rodos los hombres y en ese "todos" estaba yo. 

La agonía en el Getsemaní, una oración al Padre con temblores de miedo, sus palabras "una tristeza en el alma hasta la muerte" y bajo el resplandor de la luna llena de Pascua, allá en el Huerto de los Olivos, nuestro Salvador postrado en tierra, se cubre de sudor y se llena de amarga soledad. Necesita la compañía de sus amigos, "velad conmigo" pero ellos se durmieron. 

Y después el beso que traiciona, la flagelación, las espinas, la cruz, los clavos en pies y manos, la lanza que penetra en su costado, la muerte. "Al que no conoció el pecado, Dios lo trató por nosotros, como el propio pecado, para que, por medio de él, nosotros sintamos la fuerza salvadora de Dios" (Cor 5:21). 

"El fue triturado por nuestros crímenes, sobre él descargó el castigo que nos sana" (Is 53:5). 

Cristo se acerca al Padre en esa hora de redención, los pecados de la humanidad están sobre Cristo misteriosamente. El pecado es el rechazo a Dios. Cristo está entre los hombres de todos los tiempos y ese amor es rechazado, pisado. 

Hay que meditar sobre esto: 

Yo soy la causa pero también el destinatario de la redención, soy el fin de la obra redentora de Cristo. 

Entremos pues, con la fe y la alegría del Domingo de Ramos, alabando a Jesús desde nuestros corazones, con la confianza y amor que es nuestro Señor, y preparándonos con la lectura de la Pasión, escuchando la Palabra de Dios (el mismo Dios que nos habla) para acompañar a Cristo en la Pasión, 

Y desde la cruz con nuestra Madre para todos los seres humanos. María que al pie de la cruz nos recibe como hijos que aunque algunas veces perdamos el rumbo, será nuestro faro de luz que nos conducirá amorosamente hasta su Hijo Jesús 

COMENZAMOS LA SEMANA SANTA: DOMINGO DE RAMOS


EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 13 DE ABRIL DEL 2014

Autor: P . Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
Sus llagas nos han curado
Mateo 26, 14-27. 66. Domingo de Ramos. Aprendamos a abrazar la cruz, amando y siguiendo las huellas de nuestro Cristo Crucificado.
 
Sus llagas nos han curado
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-27, 66


Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?» El les dijo: Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos." Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.» Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? El respondió: El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido! Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: Sí, tú lo has dicho.» Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: Bebed de ella todos.


Oración preparatoria 

Jesús, te proclamó como Señor de mi vida. No permitas que la tentación, mi mediocridad o mi tibieza, me lleven a traicionar el gran amor que me tienes. Te ofrezco en esta oración mi fidelidad.

Petición 

Jesucristo, dame la gracia de no quedarme dormido o ser indiferente, quiero acompañarte en tu pasión.

Meditación del Papa Francisco

Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios. Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar. Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también –cada uno lo sabe y lo conoce– nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. Este es el bien que Jesús nos hace a todos en el trono de la cruz. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito eso que ha hecho él aquel día de su muerte. (S.S. Francisco, 24 de marzo de 2013). 

Reflexión

Hoy es Domingo de Ramos porque celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Pero entra como un rey humilde, pacífico y manso.

No entra con tanques ni con metralletas para conquistar la ciudad. Tampoco entra en un caballo blanco al sonido de las trompetas, como lo hacían antaño los emperadores o los generales romanos después de vencer a los enemigos. No. Jesús entra montado en un burrito, signo de humildad y de mansedumbre.

Es aclamado por gente buena y sencilla, y una gran cantidad de sus discípulos son mujeres y niños. Lo proclaman rey no con el estruendo de las armas, sino con los gritos de júbilo. Y no agitan bayonetas o pancartas, sino ramos de olivo y de laurel, signos de la paz. ¡Éste es Jesús, nuestro Rey, el Rey de la paz y del amor verdadero, el que entra hoy triunfante a Jerusalén!

Pero también hoy es Domingo de "Pasión" porque iniciamos esta semana de dolor, que culminará en la Cruz. Por eso en el Evangelio de la Misa de este día se proclama toda la pasión del Señor. Sólo ocurre esto dos días en todo el año: hoy y el Viernes Santo. Pero la muerte de Cristo en el Calvario no es una derrota, sino el triunfo más rotundo y definitivo de Nuestro Señor sobre los poderes del mal, del pecado y de Satanás.

Estos días santos son, pues, para acompañar a Cristo en los sufrimientos de su Pasión y en su camino al Calvario: para unirnos a Él a través de la oración, los sacramentos, la caridad, el apostolado y las obras buenas. ¡Tántas cosas podemos hacer en favor de los demás!, pero tal vez nos falta imaginación o inventiva. O pensar más en los demás y menos en nosotros mismos.

Sería interesante recordar ahora, paso a paso, los diversos momentos de la Pasión de Cristo. Pero eso lo tiene que hacer cada uno en particular. Y no sólo como quien recuerda una historia pasada, sino viviéndolo en primera persona. Tú y yo somos protagonistas de esta historia, pues Cristo sufrió por nosotros, para darnos la salvación, la vida eterna.

Una de los momentos que más impactan es la flagelación. Realista y cruel por parte de los soldados.
Pero nos hace comprender y sentir la inocencia de Jesús, su humildad y su mansedumbre infinita, su heroísmo ante el sufrimiento y su voluntad de oblación a Dios por nosotros: "Padre, mi corazón está pronto". Y enseguida la tortura: los latigazos que se hacen interminables y el brutal ensañamiento de los verdugos romanos, sádicos y ávidos de sangre, que destrozan sin piedad el cuerpo de Jesús y el corazón de su Madre santísima: "¿Cómo, dónde, hasta cuándo decidirás poner fin a tanta tortura, Hijo mío?" –balbucea María al contemplar a su Jesús flagelado-. Las lágrimas y el tremendo dolor de aquella Madre taladran el propio corazón. Es dura. Y nuestro adorable Jesús sufre hasta el paroxismo por amor a cada uno de nosotros. Es la Sangre preciosa del Cordero inmaculado, derramada por amor, para redimirnos del pecado. ¡Es una escena impresionante!

El camino hacia el Calvario está lleno de imágenes profundamente conmovedoras: el encuentro de Jesús con María, el quebranto y la compasión amorosa de aquella Madre bendita traspasan de nuevo el corazón y conmueven muy hondamente. El gesto dulce y compasivo de la Verónica que enjuga el santísimo rostro de nuestro Señor. El humanísimo comportamiento del Cireneo, sobre todo la transformación interior de su alma al contacto con el Cristo sufriente. Renuente al principio, al ir compartiendo la cruz de Jesús se va compadeciendo y compenetrando con aquel condenado a muerte.

Las últimas palabras de Jesús en la cruz son de una elevación singular: la súplica de perdón para sus enemigos, la promesa del paraíso al buen ladrón, la sed, la entrega de su Madre a Juan, el misterioso abandono paterno, el informe de su misión, la entrega de su espíritu al Padre.

Hoy iniciamos la Semana Santa y la Pasión de Cristo es una experiencia espiritual que todos debemos hacer si queremos ser auténticos cristianos. Sólo en la Pasión logramos comprender y aceptar tantas cosas incomprensibles en nuestra vida y experimentamos en el fondo de nuestra alma el amor infinito de un Dios que se entregó, hasta la locura, para salvarnos. ¡Sus llagas nos han curado! Y por ti y por mí volvería a repetirlo con tal de llevarnos al cielo. Ojalá también nosotros aprendamos a abrazar la cruz, amando y siguiendo las huellas de nuestro Cristo Crucificado. Eso significa ser cristiano.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Córdova LC 

    OFRECIMIENTO A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA


    sábado, 12 de abril de 2014

    ESTAMPA DE DOMINGO DE RAMOS


    ¿ QUE ES UN ABUELO ?



    ¿ QUE ES UN ABUELO ?

    (Las respuestas a esta pregunta fueron escritas por niños de 8 años)

    Los abuelos son una señora y un señor que como no tienen niños propios les gustan mucho los de los demás.

    Un abuelo es una abuela pero hombre.

    Los abuelos son gente que no tienen nada que hacer, solo están ocupados cuando nosotros los vamos a visitar.

    Los abuelos son tan viejitos que no deben correr.

    Los abuelos son personas con las que es bien divertido salir de compras.

    Cuando salimos a pasear con ellos, se detienen para enseñarnos cosas bonitas como hojas de diferentes formas o un ciempiés de muchos colores.

    Ellos no nos dicen:"Apurate!"

    Por lo general, las abuelas son unas señoras bien gordas pero así y todo se agachan para amarrarnos los zapatos.

    Son unos señores que para leer usan anteojos, siempre los pierden y cuando me he quedado a dormir con ellos usan unas ropas bien cómicas.

    Algunos abuelos tienen papás, esos si son bien viejitos, la mamá de mi abuelita, se puede quitar las encías y los dientes.....a la misma vez.

    Nos responden preguntas como:"Por qué Dios no está casado? o Por qué es que los perros persiguen a los gatos ?
    No les importa contarnos el mismo cuento varias veces y les encanta leernos historias.

    Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros.

    Ellos saben que antes dormir podemos comer "algunas" chucherías, antes de acostarnos, les encanta rezar con nosotros y nos besan y consienten aunque nos hayamos portado un poco mal.

    A un niño de 6 años le preguntaron donde vivía su abuelita y él contestó: Ella, ella vive en el aeropuerto, cuando la necesitamos vamos allá y la buscamos y cuando queremos que regrese
    a su casa la volvemos a llevar a su aeropuerto.

    EL PODER DE UN ABRAZO



    EL PODER DE UN ABRAZO

    El poder de un abrazo hace que uno se sienta bien.

    Investigaciones científicas apoyan el hecho de que los abrazos son absolutamente necesarios y muy recomendables para el bienestar físico y emocional, veamos:

    Un abrazo, es agradable y ahuyenta la soledad,
    Aquieta los nervios,
    Fortalece la autoestima,
    Demora el envejecimiento,
    Ayuda a dominar el apetito,
    Alivia las tensiones,
    Combate el insomnio,
    Es democrático.
    Para darse no necesita de un lugar especial,
    Hace más felices los días difíciles.
    Más soportables de los insoportables.
    Llena los vacíos de la vida.
    Al dar un abrazo se expresa y se hace sentir:

    Amor, cariño, seguridad, protección, confianza,
    Fortaleza, apoyo, aprecio, amistad, alegría, felicidad.
    ¿Abrazos? ¿dónde?, ¿cuándo?:

    Cualquier lugar es bueno para un abrazo.
    A cualquier hora, en la mañana, tarde o noche.
    Acompañados siempre de una sonrisa.
    Se debe recordar:

    4 abrazos para sobrevivir
    8 para mantenerse en pie
    12 para crecer.
    Pero lo más importante son los espontáneos, los que damos o nos dan a la hora inesperada.

    EL QUE ES FIEL A MIS PALABRAS NO MORIRÁ PARA SIEMPRE

    Autor: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net
    "El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre"
    Sábado quinta semana de Cuaresma. Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento.
     

    La cercanía a la Semana Santa va haciendo que la Iglesia nos vaya presentando a Jesucristo en contraposición con sus enemigos. En el Evangelio de hoy se nos presenta la auténtica razón, la razón profunda que lleva a los enemigos de Cristo a buscar su muerte. Esta razón es que Cristo se presenta ante los judíos como el Enviado, el Hijo de Dios. Este conflicto permanente entre los dirigentes judíos y nuestro Señor, se convierte también para nosotros en una interrogación, para ver si somos o no capaces de corresponder a la llamada que Cristo hace a nuestra vida.

    Cristo llega a nosotros, y llega exigiendo su verdad; queriendo mostrarnos la verdad y exigiéndonos que nos comportemos con Él como corresponde a la verdad. La verdad de Cristo es su dignidad, y nosotros tenemos que reflexionar si estamos aceptando o no esta dignidad de nuestro Señor. Tenemos que llegar a reflexionar si en nuestra vida estamos realizando, acogiendo, teniendo o no, esta verdad de nuestro Señor.

    Cristo es el que nos muestra, por encima de todo, el camino de la verdad. Cristo es el que, por encima de todo, exige de los cristianos, de los que queremos seguirle, de los que hemos sido redimidos por su sangre, el camino de la verdad.

    Nuestro comportamiento hacia Cristo tiene que respetar esa exigencia del Señor; no podemos tergiversar a Cristo. No podemos modificar a Cristo según nuestros criterios, según nuestros juicios. Tenemos necesariamente que aceptar a Cristo.

    Pero, a la alternativa de aceptar a Cristo, se presenta otra alternativa -la que tomaron los judíos-: recoger piedras para arrojárselas. O aceptamos a Cristo, o ejecutamos a Cristo. O aceptamos a Cristo en nuestra vida tal y como Él es en la verdad, o estamos ejecutando a Cristo.

    Esto podría ser para nosotros una especie de reticencia, de miedo de no abrirnos totalmente a nuestro Señor Jesucristo, porque sabemos que Él nos va a reclamar la verdad completa. Jesucristo no va a reclamar verdades a medias, ni entregas a medias, ni donaciones a medias, porque Jesucristo no nos va a reclamar amores a medias. Jesucristo nos va a reclamar el amor completo, que no es otra cosa sino el aceptar el camino concreto que el Señor ha trazado en nuestra vida. Cada uno tiene el suyo, pero cada uno no puede ser infiel al suyo.

    Solamente el que es fiel a Cristo tiene en su posesión, tiene en su alma la garantía de la vida verdadera, porque tiene la garantía de la Verdad."El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".

    Nosotros constantemente deberíamos entrar en nuestro interior para revisar qué aspectos de mentira, o qué aspectos de muerte estamos dejando entrar en nuestro corazón a través de nuestro egoísmo, de nuestras reticencias, de nuestro cálculo; a través de nuestra entrega a medias a la vocación a la cual el Señor nos ha llamado.
    Porque solamente cuando somos capaces de reconocer esto, estamos en la Verdad.

    Debemos comenzar a caminar en un camino que nos saque de la mentira y de la falsedad en la que podemos estar viviendo. Una falsedad que puede ser incluso, a veces, el ropaje que nos reviste constantemente y, por lo tanto, nos hemos convencido de que esa falsedad es la verdad. Porque sólo cuando permitimos que Cristo toque el corazón, que Cristo llegue a nuestra alma y nos diga por dónde tenemos que ir, es cuando todas nuestras reticencias de tipo psicológico, todos nuestros miedos de tipo sentimental, todas nuestras debilidades y cálculos desaparecen.

    Cuando dejamos que la Verdad, que es Cristo, toque el corazón, todas las debilidades exteriores —debilidades en las personas, debilidades en las situaciones, debilidades en las instituciones—, y que nosotros tomamos como excusas para no entregar nuestro corazón a Dios, caen por tierra.

    Nos podemos acomodar muchas cosas, muchas situaciones, muchas personas; pero a Cristo no nos lo podemos acomodar. Cristo se nos da auténtico, o simplemente no se nos da. "Se ocultó y salió de entre ellos". En el momento que los judíos se dieron cuenta de que no podían acomodarse a Cristo, que tenían que ser ellos los que tenían que acomodarse al Señor, toman la decisión de matarlo.

    A veces en el alma puede suceder algo semejante: tomamos la decisión de eliminar a Cristo, porque no nos convence el modo con el que Él nos está guiando. Y la pregunta que nace en nuestra alma es la misma que le hacen los judíos: "¿Quién pretendes ser?". Y Cristo siempre responde: "Yo soy el Hijo de Dios".

    Sin embargo, Cristo podría regresarnos esa pregunta: ¿Y tú quién pretendes ser? ¿Quién pretendes ser, que no aceptas plenamente mi amor en tu corazón? ¿Quién pretendes ser, que calculas una y otra vez la entrega de tu corazón a tu vocación cristiana en tu familia, en la sociedad? ¿Por qué no terminar de entregarnos? ¿Por qué estar siempre con la piedra en la mano para que cuando el Señor no me convenza pueda tirársela?

    Cristo, ante nuestro reclamo, siempre nos va a responder igual: con su entrega total, con su promesa total, con su fidelidad total.

    Las ceremonias que la Iglesia nos va a ofrecer esta Semana Santa no pueden ser simplemente momentos de ir a Misa, momentos de rezar un poco más o momentos de dedicar un tiempo más grande a la oración. La Semana Santa es un encuentro con el misterio de un Cristo que se ofrece por nosotros para decirnos quien es. El encuentro, la presencia de Cristo que se me da totalmente en la cruz y que se muestra victorioso en la resurrección, tenemos que realizarla en nuestro interior. Tenemos que enfrentarnos cara a cara con Él.

    Es muy serio y muy exigente el camino del Señor, pero no podemos ser reticentes ante este camino, no podemos ir con mediocridad en este camino. Siempre podremos escondernos, pero en nuestro corazón, si somos sinceros, si somos auténticos, siempre quedará la certeza de que ante Cristo, nos escondimos. Que no fuiste fiel ante la verdad de Cristo, que no fuiste fiel a tu compromiso de oración, que no fuiste fiel en tu compromiso de entrega en el apostolado, que no fuiste fiel, sobre todo, en ese corazón que se abre plenamente al Señor y que no deja nada sin darle a Él.

    Cristo en la Eucaristía se nos vuelve a dar totalmente. Cada Eucaristía es el signo de la fidelidad de la promesa de Dios: "Yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo". Dios no se olvida de sus promesas. Y cuando vemos a un Dios que se entrega de esta manera, no nos queda otro camino sino que buscarlo sin descanso.

    Buscarlo sin descanso a través de la oración y, sobre todo, a través de la voluntad, que una vez que ha optado por Dios nuestro Señor, así se le mueva la tierra, no se altera, no varía; así no entienda qué es lo que está pasando ni sepa por dónde le está llevando el Señor, no cambia.

    Dios promete, pero Dios también pide. Y pide que por nuestra parte le seamos fieles en todo momento, nos mantengamos fieles a la palabra dada pase lo que pase. Romper esto es romper la verdad y la fidelidad de nuestra entrega a Cristo.

    Que la Eucaristía abra en nuestro corazón una opción decidida por nuestro Señor. Una opción decidida por vivir el camino que Él nos pone delante, con una gran fidelidad, con un gran amor, con una gran gratitud ante un Dios que por mí se hace hombre; ante un Dios que tolera el que yo muchas veces haya podido tener una piedra en la mano y me haya permitido, incluso, intentar arrojársela. Y sobre todo, una gratitud profunda porque permitió que mi vida, una vez más, lo vuelva a encontrar, lo vuelva a amar, consciente de que el Señor nunca olvida sus promesas.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Cipriano Sánchez LC 

    SANTA TERESA DE LOS ANDES - 12 DE JULIO


    Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 
    Teresa de Jesús de los Andes, Santa
    Monja Carmelita, 12 de abril


    Religiosa Carmelita

    Martirologio Romano: En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús de los Andes, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad (1920). 

    También conocida como Santa Teresa de los Andes.
    También conocida como Santa Teresa Fernándes Solar.

    Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

    Fecha de canonización: 21 de marzo de 1993 por el Papa Juan Pablo II.


    Teresa de Jesús de Los Andes (Juanita Fernández Solar) es la primera chilena y la primera carmelita americana que ha alcanzado el honor de los altares. Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900, en el seno de una familia acomodada, muy cristiana. 
    Desde los 6 años asistía con su madre casi a diario a la santa misa y suspiraba por la comunión, que recibió por primera vez el 1 de septiembre de 1910. Desde entonces procuraba comulgar diariamente y pasar largo rato en diálogo amistoso con Jesús. 

    También desde su niñez vivió una intensa vida mariana, que fue uno de los grandes cimientos de su vida espiritual. El conocimiento y amor de la Madre de Dios vivificó y sostuvo todos los momentos de su camino en el seguimiento de Cristo. 

    Hizo sus estudios en el colegio del Sagrado Corazón. Profundamente afectiva, se creía incapaz de vivir separada de los suyos. Sin embargo, asumió generosamente la prueba de estudiar en régimen de internado los tres últimos cursos, como entrenamiento para la separación definitiva, que se consumaría el 7 de mayo de 1919, ingresando en las Carmelitas Descalzas de Los Andes. 

    Se había sentido llamada al Carmelo a los 14 años. Y, mediante la lectura de los santos carmelitas y la frecuente correspondencia con la priora de Los Andes, fue preparándose, de suerte que es admirable la clarividencia con que, desde sus 17 años, expone el ideal de la carmelita y el ardor con que defiende su vida contemplativa. Ella la abrazó ilusionada por verdadero amor al mundo; para serle más útil como testigo de la dimensión espiritual del hombre, y para contribuir con su sacrificio a que la sangre de Cristo se derrame sobre la humanidad y la purifique.

    No alcanzando a vivir ni un año entero en el convento, murió el 12 de abril de 1920. Las religiosas aseguraban que al entrar ya era santa. De modo que, en tan corto tiempo, pudo consumar la carrera a la santidad que había iniciado muy en serio mucho antes de su primera comunión: “Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca”, decía.

    Estaba siempre dispuesta a servir y a sacrificarse por los demás, sobre todo para que reinaran la alegría y la felicidad, para hacer amable y atractiva la virtud. Su vida fue enteramente normal y equilibrada. 

    Alcanzó una envidiable madurez integrando en la más armoniosa síntesis lo divino y lo humano: oración, estudios, deberes hogareños... y deporte -al que era muy aficionada- destacando en natación y equitación. 

    Su santuario, visitado por más de cien mil peregrinos cada mes, se ha convertido en uno de los centros espirituales más concurridos de Chile. 

    Fue beatificada por el Papa Juan Pablo 11 en Santiago de Chile el 3 de abril de 1987, y canonizada en la basílica de San Pedro el domingo 21 de marzo de 1993.

    Nota: El calendario carmelita la festeja el 13 de julio, el Martirologio Romano la recuerda el 12 de abril día de su ingreso a la Casa del Padre.

    FONDOS DE PANTALLA DE SEMANA SANTA




    EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 12 DE ABRIL DEL 2014

    Autor: P. Miguel Ángel Gómez | Fuente: Catholic.net
    Conviene que uno muera por todos
    Juan 11, 45-56. Cuaresma. Sintamos con Cristo, el precio de la cruz que con amor ha querido pagar por nuestra redención.
     
    Conviene que uno muera por todos
    Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-56


    Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación». Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación». Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba a en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudada llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?»

    Oración preparatoria

    Jesús, creo en Ti, espero en Ti y te amo con toda mi alma y con todas mis fuerzas. Te pido luz para poder experimentar tu presencia en esta oración.

    Petición

    Dios mío, derrama tu paz en todas mis relaciones con otras personas, para que reine el amor y nunca el rencor.

    Meditación del Papa Francisco

    El hecho que en definitiva precipitó la situación y llevó a la decisión de dar muerte a Jesús fue la resurrección de Lázaro en Betania. El Evangelio de Juan nos hace saber que en la siguiente reunión del sanedrín se constató: "Este hombre realiza muchos signos. Si le dejamos que siga así todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación". Ante estas previsiones y temores Caifás, Sumo Sacerdote, se pronunció con esta sentencia: "Conviene que muera uno sólo por el pueblo y no perezca toda la nación”. El Evangelista añade: "Esto no lo dijo de su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación sino para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos". Y concluye: "Desde este día, decidieron darle muerte".
    Juan, de este modo, nos hace conocer un doble aspecto de aquella toma de posición de Caifás. Desde el punto de vista humano, que se podría más precisamente llamar oportunista, era un intento de justificar la decisión de eliminar un hombre al que se consideraba políticamente peligroso, sin preocuparse de su inocencia. Desde un punto de vista superior, hecho suyo y anotado por el Evangelista, las palabras de Caifás, independientemente de sus intenciones, tenían un contenido auténticamente profético referente al misterio de la muerte de Cristo según el designio salvífico de Dios. (Juan Pablo II, 28 de septiembre de 1988). 

    Reflexión

    Una vez más, Cristo, el redentor del hombre, nos da la oportunidad de buscar la conversión, de volver a la intimidad del Padre como el hijo pródigo. Cuantas veces, quizá, le hemos dado la espalda, olvidándonos de las maravillas que Él ha realizado en nosotros, como les sucedió a los fariseos que, a causa de su cerrazón no supieron apreciar las obras que Cristo estaba obrando en ellos. Así nos lo dice el evangelio: "Por eso Jesús ya no andaba en público con los judíos sino que se retiró al desierto".

    Por eso, necesitamos de redención, de volver a nosotros mismos, como lo hicieron los judíos que creyeron ante la claridad de un milagro. Necesitamos convertirnos a Dios para terminar con la indiferencia que acecha nuestro interior.

    Conversión para valorar el don de nuestra fe en Cristo. Esta conversión significa convencerse de Cristo. Para esto, no hay nada mejor que profundizar en ese primer encuentro en que Él se acercó a nuestra vida y nos propusimos seguir sus caminos. Por ello, quien más le conoce más se convence, y quien más se convence , más se enamora de Él.

    Está cerca también para nosotros la Pascua. Subamos pues, a Jerusalén acompañando a Jesucristo. Sintamos con Él, el precio de la cruz que con amor ha querido pagar por nuestra redención. Amor con amor se paga, y Cristo, nos amó..., me amó primero.

    Propósito

    Con especial fervor asistiré a la celebración Eucarística este último domingo de Cuaresma.

    Diálogo con Cristo 

    Jesús, libremente quiero ofrecerte mi corazón para amarte más en los demás. Te entrego mi boca para que sea tu Palabra la guía de mis conversaciones, porque quiero que pases de mi mente a mi corazón, para sentir permanentemente la urgencia de extender tu Reino, especialmente dentro de mi propia familia. Ayúdame para vivir coherentemente mi fe en la próxima Semana Santa.

    ORACIONES A SANTA TERESA DE LOS ANDES - 12 DE ABRIL



    viernes, 11 de abril de 2014

    NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA



    Novena a la Divina Misericordia
    "En ese día derramaré un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de mi misericordia".



    Autor: Santa Faustina Kowalska | Fuente: Catholic.net




    El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a Santa Faustina que rezara una novena especial antes de la Fiesta de la Misericordia, desde el Viernes Santo. Él mismo le dictó las intenciones para cada día. Por medio de una oración específica, ella traería a su Corazón a diferentes grupos de almas cada día y las sumergería en el mar de su misericordia. Entonces, suplicaría al Padre, por el poder de la Pasión de Jesús, que les concediera gracias a estas almas.




    Celebración de la Fiesta de la Misericordia

    Para observar la Fiesta de la Misericordia, debemos:

    1.- Celebrar la Fiesta el domingo después de la Pascua de Resurrección.

    2.- Arrepentirnos sinceramente de todos nuestros pecados.

    3.- Confiar por completo en Jesús.

    4.- Confesarnos preferiblemente antes de ese domingo.

    5.- Recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta.

    6.- Venerar (hacer un acto o demostración de profundo respeto religioso hacia ella por la persona a quien representa, en este caso a nuestro Señor Jesucristo) la Imágen de la Divina Misericordia.

    7.- Ser misericordioso con los demás a través de nuestras acciones, palabras y oraciones a nombre de ellos.


    Deseo

    Dijo el Señor a Sor Faustina: Durante esos nueve días lleva a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.




    NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

    Se recomienda que se recen las siguientes intenciones y oraciones de la novena junto con la Coronilla de La Divina Misericordia, ya que Nuestro Señor pidió específicamente una novena de Coronillas, especialmente antes de la Fiesta de la Misericordia.

    Cómo rezar la Coronilla a la Divina Misericordia (en un rosario común)

    1.- Un Padre nuestro.

    2.- Un Ave María.

    3.- Un Credo de los Apóstoles.

    4.- En la cuenta grande antes de cada decena:

    Padre Eterno,
    te ofrezco
    el Cuerpo y la Sangre,
    el Alma y la Divinidad
    de tu Amadísimo Hijo,
    nuestro Señor Jesucristo.
    para el perdón de nuestros pecados
    y los del mundo entero.

    5.- En las diez cuentas pequeñas de cada decena:

    Por su dolorosa Pasión,
    ten misericordia de nosotros
    y del mundo entero.

    6.- Al final después de las cinco decenas:

    Santo Dios
    Santo Fuerte
    Santo Inmortal,
    ten piedad de nosotros
    y del mundo entero.
    (tres veces)



    PRIMER DÍA

    Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas.

    Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

    Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa Pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    SEGUNDO DÍA

    Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.

    Jesús Misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el Cielo.

    Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    TERCER DÍA

    Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.

    Jesús Misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre Celestial.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    CUARTO DÍA

    Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia.

    Jesús Compasivísimo, que eres la Luz del mundo entero, acoge en la morada de tu Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen. Que los rayos de tu gracia las iluminen para que también ellas, unidas a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de tu Compasivísimo Corazón.

    Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa sobre las almas de aquellos que no creen en ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    QUINTO DÍA

    Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga Pasión, desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi Pasión.

    Jesús Misericordiosísimo, que eres la Bondad Misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu Compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    SEXTO DÍA

    Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.

    Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho: "Aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón". Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu Compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    SÉPTIMO DÍA

    Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi Pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.

    Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que tu misericordia las envolverá en la hora de la muerte.

    Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a ti, oh Altísimo, un canto de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: "a las almas que veneren esta infinita misericordia mía, yo Mismo las defenderé como mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    OCTAVO DÍA 

    Hoy, tráeme a las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi Justicia.

    Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu Justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su Sacratísima Alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.

    Coronilla de la Divina Misericordia


    NOVENO DÍA

    Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este Cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.

    Jesús Misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu Piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro. Oh Jesús Compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te suplico por la amarga Pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén. 
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