miércoles, 26 de marzo de 2014

PENSAMIENTOS SOBRE EL ESPÍRITU SANTO



PENSAMIENTOS SOBRE EL ESPÍRITU SANTO

Acoge al Espíritu Santo. Guarda en ti la Palabra, vive en Cristo y, como María, canta su misericordia sin fin. 
Jaume Boada i Rafí O.P.

Al Espíritu Santo, Jesús lo llama también Espíritu de la Verdad. Mons. Héctor Aguer

Al Espíritu Santo lo llamamos santo porque su función es santificarnos.
 Mons. Héctor Aguer

«Como fruto de la Cruz, se derrama sobre la Humanidad el Espíritu Santo» "Es Cristo que pasa"

El don precioso que el Espíritu Santo trae a nuestro corazón es la confianza profunda en el amor y en la misericordia de Dios. 
SS. Francisco

El Espíritu ama en lo más íntimo de nuestra propia intimidad. 
Ángel Moreno de Buenafuente

El Espíritu nos deja gustar la paz más profunda. 
Ángel Moreno de Buenafuente

El Espíritu nos habita y nos hace templos suyos.
 Ángel Moreno de Buenafuente

El Espíritu Santo concede el don del amor divino a quienes se unen en el don mutuo del matrimonio. 
Ángel Moreno de Buenafuente

El Espíritu Santo es el Amor de las dos primeras Personas: Amor increado e infinito, Amor consustancial, Amor eterno que procede de la entrega mutua del Padre y del Hijo. 
Mons. Javier Echevarría

"el Espíritu Santo, hoy igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por Él, y pone en los labios las palabras que por sí solo no podría hallar".
 SS. Pablo VI

El Espíritu Santo llega a los cristianos como manantial inagotable de los tesoros divinos.
 Mon. Javier Echevarría

El Espíritu Santo no sólo nos da a conocer la voluntad de Dios, sino que nos hace capaces de cumplirla dándonos fuerzas y gracia. Pedro Sergio Donoso Brant 

El Espíritu Santo nos hace ver de modo nuevo a los demás, como hermanos y hermanas en Jesús, a los que hemos de respetar y amar. SS. Francisco

El Espíritu Santo verdaderamente nos transforma y cuenta con nosotros para transformar el mundo en que vivimos. 
SS. Francisco

“El Espíritu Santo transforma y renueva, crea armonía y unidad, da fuerza y gozo para la misión”.
 SS. Francisco

En la vida de la Iglesia, es el Espíritu Santo el que nos mueve a nosotros a ser testigos de Cristo. Mons. 
Héctor Aguer

"Este es otro efecto del Espíritu Santo: el coraje, para anunciar la noticia del Evangelio de Jesús a todos, con confianza en sí mismo (parresía), en voz alta, en todo tiempo y en todo lugar" 
SS. Francisco

La identificación plena con Cristo, que en eso consiste la santidad, se atribuye de modo especial al Espíritu Santo.
 Mon. Javier Echevarría

La fuerza del Espíritu Santo mueve a los cristianos a una verdadera transformación para difundir el Evangelio en todo el mundo. 
Mons. Javier Echevarría

Nadie puede llamar a Jesús «Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
 San Pablo

Pentecostés nos habla de lenguas, de expansión, de salir de nosotros. Pero también nos anima a buscar la unidad afectiva y efectiva entre todos los hijos de la Iglesia. Una unidad que es signo de esperanza. 
Mons. Javier Echevarría

”Toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo”
 San Ambrosio

"Todos nosotros, una vez recibido, el único y mismo Espíritu, a saber, el Espíritu Santo, nos fundimos entre nosotros y con Dios." San Cirilo de Alejandría

Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos".
 (Jn 20, 22-23)

“Yo os digo: no seréis vosotros los que hablaréis sino que el Espíritu Santo hablará por vosotros.” 
(Mt 10,20)

EL EVANGELIO DE HOY: 26.03.2014

Autor: Christian D. Garrido F | Fuente: Catholic.net
No crean que he venido a abolir la Ley
Mateo 5, 17-19. Cuaresma. Todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
 
No crean que he venido a abolir la Ley


Del santo Evangelio según San Mateo 5, 17-19 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No crean que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los cumpla y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

Oración Introductoria

Jesús mío, yo quiero ser tu testigo y tu apóstol. No puedo ser indiferente ante la necesidad de transmitir tu palabra a todo el mundo, y saber que muchas almas se pierden por falta de conocimiento de ti.

Petición

Te pido Señor, que grabes en mi mente y en mi corazón la urgente necesidad de predicar y transmitir tu palabra, y de esa manera hacer que todo el mundo te conozca y se salve.

Meditación del Papa Francisco

La ley del Espíritu nos lleva por el camino del discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios, también esto nos asusta. Cuando nos asalta este miedo corremos el riesgo de sucumbir a dos tentaciones. La primera es la de volver atrás porque no estamos seguros. Pero esto interrumpe el camino. Es la tentación del miedo a la libertad, del miedo al Espíritu Santo: el Espíritu Santo nos da miedo. Cuando la seguridad plena está en el Espíritu Santo que te conduce hacia adelante, que te da confianza y, como dice Pablo, es más exigente: en efecto, Jesús dice que “antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley”. Por lo tanto es más exigente, incluso si no nos da la seguridad humana porque no podemos controlar al Espíritu Santo.
La segunda tentación es el "progresismo adolescente". No se trata de auténtico progreso: es una cultura que avanza, de la que no logramos desprendernos y de la cual tomamos las leyes y los valores que más nos gustan, como hacen precisamente los adolescentes. Al final, el riesgo que se corre es el de resbalar y salirse del camino. No podemos retroceder y deslizarnos fuera del camino. La ley es plena, siempre en continuidad, sin cortes: como la semilla que acaba en la flor, en el fruto. El camino es el de la libertad en el Espíritu Santo, que nos hace libres, en el discernimiento continuo sobre la voluntad de Dios, para seguir adelante por este camino, sin retroceder.(Cf. S.S. Francisco, 12 de junio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión 

La fe que obtenemos por medio del Evangelio es un enorme tesoro que nos da el conocimiento de Cristo, y por él nos viene la vida. Sin embargo, es deber nuestro transmitir la Palabra que hemos recibido, de acuerdo con su mandato: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. No podemos quedarnos solamente en la vivencia de su Palabra cuando hay tanta gente en este mundo que no le conoce. Así pues, todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Dios nunca se deja ganar en generosidad, y promete, a todo el que quiera ser su mensajero, ser grande en el Reino de los Cielos. No dejemos en nuestra vida pasar la oportunidad de ganar un premio que no se acaba, y que a fin de cuentas es el que gozaremos por toda la eternidad.

Propósito

Meditaré un pasaje del evangelio y lo compartiré con mi familia.

Dialogo con Cristo

Jesús, a ejemplo tuyo quiero ser portador de tu palabra, y me propongo no solamente cumplir con tus mandamientos, sino también transmitirte a todos, y en todo momento, por medio de la predicación y el testimonio.



También hoy, para ser en el mundo signo e instrumento de íntima unión con Dios y de unidad entre los hombres, los cristianos debemos basar nuestra vida en estos cuatro «ejes»: la vida fundada en la fe de los Apóstoles transmitida en la Tradición viva de la Iglesia, la comunión fraterna, la Eucaristía y la oración. (Benedicto XVI, 23 de enero de 2011).



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Christian D. Garrido F 

    ¿HAY OSCURIDAD EN TU CORAZÓN?


    martes, 25 de marzo de 2014

    ORACIÓN POR LA VIDA



    ORACIÓN POR LA VIDA

    Padre, tú eres la fuente de toda vida. Por Jesucristo, tu Hijo, ofreces la vida eterna a todo el que la desea. Nosotros creemos en esa vida, Padre. Te damos gracias por ella y esperamos con gozo el día en que podamos compartirla contigo.

    Pero hoy te pedimos por la vida humana creada a tu imagen; la vida de todas las personas del mundo entero. Por tu amor y tu misericordia, santifica y fortalece nuestros esfuerzos por lograr que se respete y dignifique el fundamento de toda vida humana, especialmente por los jóvenes de nuestro mundo. Que tu rostro brille sobre nosotros y que en ti, la humanidad entera encuentre la felicidad y el valor de vivir en ayuda mutua, haciendo de esta vida un anticipo de la vida futura que gozaremos eternamente. Amén.

    EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 25 DE MARZO DEL 2014

    Autor: Andrés Pérez | Fuente: Catholic.net
    La Anunciación de Jesús
    Lucas 1, 26-38. Solemnidad de la Anunciación. La voluntad de María coincide con la voluntad del Hijo en el único proyecto de amor del Padre.
     
    La Anunciación de Jesús
    Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 

    Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola se fue. 

    Oración introductoria

    Oh María, qué gran regalo nos ha hecho Jesús desde su cruz: en Ti tenemos una verdadera Madre que nos acompaña en este peregrinar por el mundo y guía nuestros pasos hasta el cielo. Por eso celebramos con júbilo la Pascua y, en este momento, pido tu intercesión para que esta oración aumente mi fe y sepa decir siempre «sí» al Señor.

    Petición

    Señor, dame tu gracia para que se haga tu voluntad en mi vida con la perfección, delicadeza y amor de María.

    Meditación del Papa Francisco

    La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Angelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aun sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fio de Dios y respondió: "Aquí la esclava del Señor, que se haga en mí según tu palabra".
    Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo encarnado, no se quedó con aquel regalo; se sintió responsable, y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda; realizó un gesto de amor, de caridad y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente. Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. (S.S. Francisco, 28 de julio de 2013). .

    Reflexión

    Ante esta escena uno no sabría qué pensar, ¿cuál de los dos personajes se habrá maravillado más? Penetremos atrevidamente en los pensamientos del arcángel Gabriel para comprender desde otro punto de vista la enorme gracia concedida a la humanidad entera en este grandioso momento.

    En efecto, estamos situados, -y es preciso decirlo despacio y como midiendo cada palabra -, en la plenitud de los tiempos. Parece que toda la creación dependía de este punto culminante. Y así es, sin ninguna exageración. En ese momento se encarna Dios Hombre en las entrañas de María. Y ante este misterio, ¿qué puede hacerse sino contemplar con nuestro corazón y sin palabras este misterio?

    El arcángel, debía comunicar el sublime mensaje de la Encarnación del Verbo. Quizás habrá dicho: Voy a encontrar otra creatura de Dios, quiera o no, esclava del pecado de Adán y Eva. Era lógico. Todos los hombres nacían pecadores, nacían con el pecado original. Nada de común habría de encontrar en ella, salvo que habría de ser afortunadísima. Y hasta podríamos pensar que no conocía a fondo, con ser ángel, el misterio que comunicaría.

    Y he aquí que cuando llega ante ella, ¡magnífico prodigio de la Mano Providente de Dios! Ni en el cielo había criatura tan brillante, tan pura, tan sublime como esa dulce mujer sencilla de pueblo. ¿Ella? Sí, Ella sería la Madre del Verbo. Qué bien ha hecho Dios todo se habrá dicho para sí, estremecido de su hermosura y pureza. Era la mejor Madre.

    Probemos un poco también nosotros de este sobrecogimiento, de este estremecimiento ante el misterio, de verla tan pura y bendita, Ella, Nuestra Madre; y que sea Ella quien nos enseñe a amar a su Hijo, como la mejor de las madres.

    Diálogo con Cristo

    Señor, conocer lo que quieres y seguir tu voluntad es la alegría y el camino para dar plenitud a mi vida. Como María, no debo apegarme ciegamente a las propias ideas, sino que debo abrir el corazón para saber escucharte. Por el amor a tu santísima Madre, te suplico la gracia para serte fiel y perseverar en el cumplimiento de tu voluntad hasta el día de mi muerte.

    Propósito

    Rezar un rosario pidiendo a María su intercesión para crecer en mi fe y mi esperanza, a fin de aceptar con docilidad la voluntad de Dios.



    La Anunciación del Ángel a la Virgen Máría. Fiesta de Jesús que se encarnó y fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra"
     

    EL ÁNGELUS


    Y DIOS PIDIÓ PERMISO PARA ENTRAR



    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
    Y Dios pidió permiso para entrar
    Dios, cada día, vuelve a pedir permiso para entrar. En tu vida, en la mía, en la de cada historia humana.

    La libertad humana es un don grande, muy grande. Tan grande que nos da algo de miedo. Tan grande que permite a Francisco de Asís el llegar a ser santo, y a Judas el traicionar al Maestro. Tan grande que Dios se detiene ante nuestra puerta, con respeto, cuando pide amor, cuando nos invita a la justicia, cuando nos enseña las bienaventuranzas, cuando nos recuerda los mandamientos. 

    Desde la libertad se construye la historia humana. Si le dejamos, si damos un sí generoso, Dios entra. Empieza entonces a caminar a nuestro lado, nos abre a horizontes de esperanza, nos salva. Sobre todo, nos enseña a amar, a trabajar por un mundo sin pecado, liberado de egoísmos y de injusticias. Pero sólo si le dejamos... 

    Hubo un sí grande, sublime, único, que marcó la historia humana, que encendió esperanzas, que permitió que la Vida se hiciese Camino y Verdad para los hombres. Un ángel, de parte de Dios, pidió permiso a una joven nazarena. Dios esperaba, sin amenazas, sin temblores, sin gritos, una respuesta. María, la doncella, abrió su corazón antes de abrir sus labios. Dijo, simplemente, humildemente, "hágase". 

    Ese "hágase" de la Virgen hizo que el mundo diese un vuelco. Los hombres, sin saberlo, comenzaron a vivir con un Dios humano. La Redención se hizo carne, llanto, pasos y palabra. La oveja perdida fue encontrada. El publicano y la prostituta encontraron a Alguien que les tendía una mano de consuelo. El enfermo, el ciego, el sordo, el mudo, tocaron el milagro. 

    Todo fue posible gracias a un sí libre, gracias a la Virgen nazarena. En su libertad, en su corazón, pronunció el "sí" más grande de la historia humana. En su sencillez, en su pobreza, permitió que el mundo tuviese el cielo muy a la mano. En su generosidad, en su grandeza, empezó a ser "bendita entre las mujeres". 

    Jesús, desde ese instante, puede ser nuestro. Gracias a Ella, a la Virgen, a María. Puede ser nuestro... si aprendemos a dar un sí, a decir "hágase". En la libertad, porque nadie nos obliga. Con amor, con confianza, con anhelos de justicia y de paz. Como lo hizo Ella, Virgen humilde, hermana nuestra, judía universal, Mujer que ha llegado a ser Madre de todos. 

    Dios, cada día, vuelve a pedir permiso para entrar. En tu vida, en la mía, en la de cada historia humana. Nos ofrece perdón y misericordia, esperanza y alegría. Nos invita a amar. Basta repetir, sencillamente, humildemente, atrevidamente, las mismas palabras de María: "He aquí un simple esclavo del Señor. Que se haga en mí lo que Dios quiera...". 

    IMÁGENES DE LA ANUNCIACIÓN A MARÍA, 25 DE MARZO












    LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A LA VIRGEN MARÍA, SOLEMNIDAD, 25 DE MARZO DEL 2014


    Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid 
    La Anunciación del Ángel a la Virgen María
    Solemnidad, 25 de marzo de 2014



    Martirologio Romano: Solemnidad de la Anunciación del Señor, cuando, en la ciudad de Nazaret, el ángel del Señor anunció a María: Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que era antes de los siglos el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, se encarnó por obra del Espíritu Santo de María, la Virgen, y se hizo hombre.

    La última fase de toda la apoteosis salvadora comenzó en Nazaret. Hubo intervenciones angélicas y sencillez asombrosa. Era la virgen o pártenos del Isaías viejo la destinataria del mensaje. Todo acabó en consuelo esperanzador para la humanidad que seguía en sus despistes crónicos e incurables. Los anawin tuvieron razones para hacer fiesta y dejarse por un día de ayunos; se había entrado en la recta final.

    La iconografía de la Anunciación es, por copiosa, innumerable: Tanto pintores del Renacimiento como el veneciano Pennacchi la ponen en silla de oro y vestida de seda y brocado, dejando al pueblo en difusa lontananza. Gabriel suele aparecer con alas extendidas y también con frecuencia está presente el búcaro con azucenas, símbolo de pureza. Devotas y finas quedaron las pinturas del Giotto y Fra Angélico, de Leonardo da Vinci, de fray Lippi, de Cosa, de Sandro Botticelli, de Ferrer Bassa, de Van Eyck, de Matthias Grünewald, y de tantos más.

    Pero probablemente sólo había gallinas picoteando al sol y grito de chiquillos juguetones, estancia oscura o patio quizá con un brocal de pozo; quizá, ajenos a la escena, estaba un perro tumbado a la sombra o un gato disfrutaba con su aseo individual; sólo dice el texto bíblico que "el ángel entró donde ella estaba".

    Debió narrar la escena la misma María a san Lucas, el evangelista que la refiere en momento de intimidad.

    Así fue como lo dijo Gabriel: "Salve, llena de gracia, el Señor es contigo". Aquel doncel refulgente, hecho de claridad celeste, debió conmoverla; por eso intervino "No temas, María, porque has hallado gracia ante de Dios; concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo a quien pon-drás por nombre Jesús. Éste será grande: se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará 
    La Anunciación del Ángel a la Virgen María
    La Anunciación del Ángel a la Virgen María
    por los siglos sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin". La objeción la puso María con toda claridad: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón?" No hacía falta que se entendiera todo; sólo era precisa la disposición interior. "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá será llamado santo, Hijo de Dios". 

    Luego vino la comunicación del milagro operado en la anciana y estéril Isabel que gesta en su sexto mes, porque "para Dios ninguna cosa es imposible".

    Fiesta de Jesús que se encarnó -que no es ponerse rojo, sino que tomó carne y alma de hombre-; el Verbo eterno entró en ese momento histórico y en ese lugar geográfico determinado, ocultando su inmensidad.

    Fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra". El "sí" de Santa María al irrepetible prodigio trascendental que depende de su aceptación, porque Dios no quiere hacerse hombre sin que su madre humana acepte libremente la maternidad. 

    Fiesta de los hombres por la solución del problema mayor. La humanidad, tan habituada a la larguísima serie de claudicaciones, cobardías, blasfemias, suciedad, idolatría, pecado y lodo donde se suelen revolcar los hombres, esperaba anhelante el aplastamiento de la cabeza de la serpiente.

    Los retazos esperanzados de los profetas en la lenta y secular espera habían dejado de ser promesa y olían ya a cumplimiento al concebir del Espíritu Santo, justo nueve meses antes de la Navidad.

    ¡Cómo no! Cada uno puede poner imaginación en la escena narrada y contemplarla a su gusto; así lo hicieron los artistas que las plasmaron con arte, según les pareció.


    domingo, 23 de marzo de 2014

    DAME TUS OJOS MADRE PARA MIRAR


    UNO CRECE


    Uno crece

    Imposible atravesar la vida…

    Sin que un trabajo salga mal hecho,

    Sin que una amistad cause decepción,

    Sin padecer algún quebranto de salud,

    Sin que nadie de la familia fallezca,

    Sin que un amor nos abandone…

    Sin equivocarse en un negocio.

    Ese es el costo de vivir.

    Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino como reaccionamos nosotros…

    Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.

    Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.

    Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla.

    Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.

    Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás… construyendo y proyectando lo que tiene por delante.

    Crece cuando se supera, se valora, y da frutos.

    Cuando abre camino dejando huellas, asimilando experiencias…

    ¡Y siembra raíces!

    Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes… cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento… ¡Y humano por nacimiento!..

    Cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.

    Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe….

    Uno crece cuando se planta para no retroceder… cuando se defiende como águila para no dejar de volar…

    Cuando se clava como ancla en el mar y se ilumina como estrella.

    Entonces… Uno Crece

    LA CUARESMA NOS AYUDA A SALIR DE LAS COSTUMBRES CANSADAS

    Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
    La Cuaresma nos ayuda a salir de las costumbres cansadas
    Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado; fe auténtica, conversión y apertura del corazón a los hermanos
     
    La Cuaresma nos ayuda a salir de las costumbres cansadas

    Queridos hermanos y hermanas,

    Estamos en el camino cuaresmal que nos llevará al Triduo Pascual, recuerdo de la pasión, muerte y resurrección del Señor, corazón, centro, del misterio de nuestra salvación. La Cuaresma nos prepara a este momento tan importante, y por eso la Cuaresma es un tiempo "fuerte", un punto de inflexión que puede favorecer en cada uno de nosotros el cambio, la conversión. Todos nosotros necesitamos mejorar, cambiar a mejor, y la Cuaresma nos ayuda a salir de las costumbres cansadas y de la perezosa adicción al mal que nos insidia. En el tiempo cuaresmal, la Iglesia nos dirige dos importantes invitaciones: tomar conciencia más viva de la obra redentora de Cristo; vivir con mayor compromiso el propio Bautismo.

  • La conciencia de las maravillas que el Señor ha obrado por nuestra salvación dispone nuestra mente y nuestro corazón a una actitud de gratitud a Dios por lo que Él nos ha dado, por todo lo que realiza a favor de su Pueblo y de la entera el humanidad. Desde aquí comienza nuestra conversión: ésta es la respuesta agradecida al misterio estupendo del amor de Dios. Cuando nosotros vemos este amor que Dios tiene por nosotros, sentimos el deseo de acercarnos a Él y ésta es la conversión.
  • Vivir a fondo el Bautismo – aquí está la segunda invitación – significa no acostumbrarnos a las situaciones de degradación y miseria que nos encontramos caminando por las calles de nuestras ciudades y nuestros países. Existe el riesgo de aceptar pasivamente ciertos comportamientos y de no asombrarnos ante las tristes realidades que nos rodean. Nos acostumbramos a la violencia, como si se tratara de una noticia diaria asumida; nos acostumbramos a los hermanos y hermanas que duermen en la calle, que no tienen un techo donde refugiarse. Nos acostumbramos a los prófugos en busca de libertad y dignidad, que no son acogidos como se debería. Nos acostumbramos a vivir en una sociedad que pretende prescindir de Dios, en la que los padres ya no enseñan a sus hijos a orar ni a hacerse la señal de la cruz. Y yo os pregunto: vuestros hijos, vuestros niños, ¿saben hacerse el signo de la cruz? Pensad: ¿vuestros nietos saben hacerse el signo de la cruz? ¿Les habéis enseñado a hacerlo? Pensadlo y contestad en vuestro corazón. ¿Saben rezar el Padrenuestro? ¿Saben rezar a la Virgen con el Avemaría? Pensadlo y respondeos a vosotros mismos. ¡Este acostumbrarnos a comportamientos no cristianos y cómodos nos narcotiza el corazón!

    La Cuaresma llega a nosotros como un tiempo providencial para cambiar de rumbo, para recuperar la capacidad de reaccionar frente a la realidad del mal que siempre nos desafía.

    La Cuaresma se vive como un tiempo de conversión, de renovación personal y comunitaria mediante el acercamiento a Dios y la adhesión confiada al Evangelio. De este modo nos permite mirar con ojos nuevos a los hermanos y a sus necesidades.

    Por esto la Cuaresma es un momento favorable para convertirse al amor a Dios y al prójimo; un amor que sepa hacer propio la actitud de gratuidad y de misericordia del Señor, el cual "se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza" (cfr. 2 Cor 8, 9). Meditando los misterios centrales de la fe, la pasión, la cruz y la resurrección de Cristo, nos daremos cuenta de que el don sin medida de la Redención se nos ha dado por la iniciativa gratuita de Dios.

    Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado; fe auténtica, conversión y apertura del corazón a los hermanos: estos son los elementos esenciales para vivir el tiempo de Cuaresma. 

    En este camino, queremos invocar con particular confianza la protección y la ayuda de la Virgen María: que sea Ella, la primera creyente en Cristo, la que nos acompañe en los días de oración intensa y penitencia, para llegar a celebrar purificados y renovados en el espíritu, el gran misterio de la Pascua de su Hijo. 
  • VALE LA PENA


    Vale la pena.

    Hay momentos que sentimos que todo esta mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver
    ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.
    En esos momentos debemos de tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.
    Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena levantarnos de nuevo, y solo puedo contestar una cosa: "Hagamos que nuestra vida valga la pena".

    Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
    Vale la pena estar en la oscuridad y caer hasta lo mas profundo, porque ya no puedo ir más hacia abajo, de ahí en adelante todo va a ser hacia arriba hasta que vea la luz.
    Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras. Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.
    Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.
    Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.
    Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.
    Vale la pena volver a sonreir, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
    Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.
    Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.
    Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.
    Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea.
    Lo demás, depende de cada uno de nosotros.
    Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.
    Hagamos que nuestra vida valga la pena.

    SÉ FELIZ

    ¿Verdad que vale la pena?

    UNA FAMILIA AFORTUNADA


    Una familia afortunada

    Una vez, un padre de una familia acaudalada que vivía en un muy confortable departamento de una gran ciudad, llevó a su hijo de viaje por el campo, con el firme propósito de que viera cuán pobre y necesitada era la gente del campo, a fin de que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.

    Así, estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia campesina muy humilde.
    Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: ¿Qué te pareció el viaje?
    ¡ Muy lindo papá !
    ¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
    ¡ Si  -
    ¿Y, qué aprendiste?
    Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
    Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un río que no tiene fin.
    Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, pero ellos tienen las estrellas.
    Nuestro patio llega hasta el barde de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte.
    Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. 
    Vos y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la que vez conversan conmigo, o conversamos los tres.

    Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... mientras su hijo agregaba:
    ¡¡ Gracias papá, por enseñarme lo rico que podríamos llegar a ser !!

    EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 24 DE MARZO DEL 2014

    Autor: Aníbal de Jesús Espino Rodríguez | Fuente: Catholic.net
    Un día para ser generoso con Dios
    Lucas 4, 24-30. Cuaresma. Ya se vislumbra el final del camino: la muerte en la cruz. Hagamos caso de las insistentes llamadas de Dios a la conversión.
     
    Un día para ser generoso con Dios
    Del santo Evangelio según Lucas 4, 24-30


    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria». «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio». Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó. 

    Oración introductoria

    Señor Jesús, al comenzar esta breve conversación contigo, quisiera actuar mi fe en tus palabras; mi esperanza, en tus promesas, y mi caridad, en tu inmenso amor por mí. Gracias, Señor, por ser quien eres. Gracias por cómo me tratas. Gracias por ser mi más grande bienhechor. Gracias, en fin, por todo; porque todo lo que soy y tengo, es gracia tuya.

    Petición

    Señor, te ruego que abras mi corazón a tus palabras, y que por medio de ellas, me decida por fin a ser generoso contigo. No quiero ser como esos hombres a los que visitaste en tu aldea y no te reconocieron. Quiero ser como aquellos otros, que, viéndote escondido detrás de un manto, supieron identificarte con corazón limpio.

    Meditación del Papa Benedicto XVI

    Cita dos milagros cumplidos por los grandes profetas Elías y Eliseo a favor de personas no israelitas, para demostrar que a veces hay más fe fuera de Israel. A este punto la reacción es unánime: todos se levantan y lo echan fuera, y hasta tratan de lanzarlo a un precipicio, pero Él, con soberana tranquilidad, pasa en medio de la gente enfurecida y se va.
    Aquí viene espontáneo preguntarse: ¿cómo así Jesús ha querido provocar esta fractura? Al inicio la gente se admiraba de él, y quizás habría podido obtener cierto consenso… pero justamente este es el punto: Jesús no ha venido para buscar el consenso de los hombres, sino – como dirá al final a Pilato – para "dar testimonio de la verdad". El verdadero profeta no obedece a nadie más que a Dios y se pone al servicio de la verdad, listo a responder personalmente. Es verdad que Jesús es el profeta del amor, pero también el amor tiene su verdad. Es más, amor y verdad son dos nombres de la misma realidad, dos nombres de Dios. (Benedicto XVI, 3 de febrero de 2013). 

    Reflexión

    El Señor nos muestra en el Evangelio la necedad de los hombres al escuchar la palabra de Dios. Jesús habla, en primer lugar, de dos extranjeros que recibieron la gracia de Dios: un leproso y una viuda. En ellos, están representados todos los leprosos, es decir, los pecadores, los que están infectados con la lepra del egoísmo, y por otra parte, nos muestra a la viuda, la figura del necesitado. A ambos, Dios presta su socorro, a ambos, los abraza con su inmenso amor.

    Ahora, podemos preguntarnos por qué dice esto el Señor. ¿Qué encontró Jesús en su pueblo natal? ¿Incredulidad? Tal vez. ¿Soberbia? Quizás. Todo esto lo podemos suponer, pero lo que no podemos suponer es lo que se nos narra: ellos quisieron despeñarlo, lo quisieron matar. Jesús les reprochó el que no estuvieran abiertos a la acción de Dios, al divino amor que les tenía. Les recordó cómo hasta los extraños no eran ajenos a la caridad de Divina. Sin embargo, los nazarenos no estuvieron abiertos ni dispuestos para escuchar esas bellas palabras de Dios: Os amo.

    Propósito

    Hoy haré un acto de generosidad con aquella persona que me parece más antipática.

    Diálogo con Cristo

    Muchos leprosos y muchas viudas había en Israel; muchos pecadores y necesitados hay hoy en día en nuestro mundo, pero sólo visitaste y obraste, Señor, con los que se abrieron a tu amor. Yo convivo a diario contigo, Jesús; presencio cada día infinidad de tus milagros. No obstante, no quiero acostumbrarme a tu presencia y a tus milagros, no quiero tenerte como a un cualquiera. Por eso, te pido que abras, Jesús Bendito, mi corazón, y te ameré como nadie lo ha hecho jamás.

    ¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo! (Beato Juan Pablo II, 22 de octubre 1978)




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Aníbal de Jesús Espino Rodríguez 

    ORACIÓN DE LOS ESPOSOS


    DECIDIR Y SER CONSTANTES


    DECIDIR Y SER CONSTANTES

    En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.

    Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado. 

    En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
    Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.

    De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.

    Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
    Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.

    Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
    Finalmente, le dieron de alta.

    Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada. 

    No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

    Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.
    Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.

    Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.

    Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.
    Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.

    Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
    Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.

    Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!

    Moraleja:

    Haz lo que puedas y Dios hará lo que no puedas.

    EL PERDÓN


    EL PERDÓN

    El tema del día era resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico.

    Ya en clase elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento.

    Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran  realmente pesadas.

    El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas.

    Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado desatendía cosas que eran más importantes para mí.

    Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.

    Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse.

    Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba.
    Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu.

    La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.

    Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
    El perdón es una expresión de amor.

    El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
    No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.

    Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos  negativos que nos causaron dolor o enojo.

    El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
    La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado.

    La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.

    El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.
    Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

    "La declaración del Perdón es la clave para liberarte".
    ¿Con qué personas estás resentido?
    ¿A quiénes no puedes perdonar?
    ¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?
    "Perdona para que puedas ser perdonado"
    "Recuerda que con la vara que mides, serás medido..."

    SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, ARZOBISPO DE LIMA, 23 DE MARZO



    23 de Marzo
     Santo Toribio de Mogrovejo
    Arzobispo de Lima
    (año 1606)

    Santo Toribio de MogrovejoNació en Mayorga, España, en 1538.
    Los datos acerca de este Arzobispo, personaje excepcional en la historia de Sur América, producen asombro y maravilla.

    Los historiadores dicen que Santo Toribio fue uno de los regalos más valiosos que España le envió a América. Las gentes lo llamaban un nuevo San Ambrosio, y el Papa Benedicto XIV dijo de él que era sumamente parecido en sus actuaciones a San Carlos Borromeo, el famoso Arzobispo de Milán.

    Toribio era graduado en derecho, y había sido nombrado Presidente del Tribunal de Granada (España) cuando el emperador Felipe II al conocer sus grandes cualidades le propuso al Sumo Pontífice para que lo nombrara Arzobispo de Lima. Roma aceptó y envió en nombramiento, pero Toribio tenía mucho temor a aceptar. Después de tres meses de dudas y vacilaciones aceptó.

    El Arzobispo que lo iba a ordenar de sacerdote le propuso darle todas las órdenes menores en un solo día, pero él prefirió que le fueran confiriendo una orden cada semana, para así irse preparando debidamente a recibirlas.

    En 1581 llegó Toribio a Lima como Arzobispo. su arquidiócesis tenía dominio sobre Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y parte de Argentina. Medía cinco mil kilómetros de longitud, y en ella había toda clase de climas y altitudes. Abarcaba más de seis millones de kilómetros cuadrados.

    Al llegar a Lima Santo Toribio tenía 42 años y se dedicó con todas sus energías a lograr el progreso espiritual de sus súbditos. La ciudad estaba en una grave situación de decadencia espiritual. Los conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a corregirlos. Muchos para excusarse del mal que estaban haciendo, decían que esa era la costumbre. El arzobispo les respondió que Cristo es verdad y no costumbre. Y empezó a atacar fuertemente todos los vicios y escándalos. A los pecadores públicos los reprendía fuertemente, aunque estuvieran en altísimos puestos.

    Las medidas enérgica que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron muchos persecuciones y atroces calumnias. El callaba y ofrecía todo por amor a Dios, exclamando, "Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor".

    Tres veces visitó completamente su inmensa arquidiócesis de Lima. En la primera vez gastó siete años recorriéndola. En la segunda vez duró cinco años y en la tercera empleó cuatro años. La mayor parte del recorrido era a pie. A veces en mula, por caminos casi intransitables, pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes. Eran viajes para destruir la salud del más fuerte. Muchísimas noches tuvo que pasar a la intemperie o en ranchos miserabilísmos, durmiendo en el puro suelo. Los preferidos de sus visitas eran los indios y los negros, especialmente los más pobres, los más ignorantes y los enfermos.

    Logró la conversión de un enorme número de indios. Cuando iba de visita pastoral viajaba siempre rezando. Al llegar a cualquier sitio su primera visita era al templo. Reunía a los indios y les hablaba por horas y horas en el idioma de ellos que se había preocupado por aprender muy bien. Aunque en la mayor parte de los sitios que visitaba no había ni siquiera las más elementales comodidades, en cada pueblo se quedaba varios días instruyendo a los nativos, bautizando y confirmando.

    Celebraba la misa con gran fervor, y varias veces vieron los acompañantes que mientras rezaba se le llenaba el rostro de resplandores.

    Santo Toribio recorrió unos 40,000 kilómetros visitando y ayudando a sus fieles. Pasó por caminos jamás transitados, llegando hasta tribus que nunca habían visto un hombre blanco.

    Al final de su vida envió una relación al rey contándole que había administrado el sacramento de la confirmación a más de 800,000 personas.

    Una vez una tribu muy guerrera salió a su encuentro en son de batalla, pero al ver al arzobispo tan venerable y tan amable cayeron todos de rodillas ante él y le atendieron con gran respeto las enseñanzas que les daba.

    Santo Toribio se propuso reunir a los sacerdotes y obispos de América en Sínodos o reuniones generales para dar leyes acerca del comportamiento que deben tener los católicos. Cada dos años reunía a todo el clero de la diócesis para un Sínodo y cada siete años a los de las diócesis vecinas. Y en estas reuniones se daban leyes severas y a diferencia de otras veces en que se hacían leyes pero no se cumplían, en los Sínodos dirigidos por Santo Toribio, las leyes se hacían y se cumplían, porque él estaba siempre vigilante para hacerlas cumplir.

    Nuestro santo era un gran trabajador. Desde muy de madrugada ya estaba levantado y repetía frecuentemente: "Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna. El Señor Dios nos tomará estricta cuenta del modo como hemos empleado nuestro tiempo".

    Fundó el primer seminario de América. Insistió y obtuvo que los religiosos aceptaran parroquias en sitios supremamente pobres. Casi duplicó el número de parroquias o centros de evangelización en su arquidiócesis. Cuando él llegó había 150 y cuando murió ya existían 250 parroquias en su territorio.

    Su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía. Un día al regalarle sus camisas a un necesitado le recomendó: "Váyase rapidito, no sea que llegue mi hermana y no permita que Ud. se lleve la ropa que tengo para cambiarme".

    Cuando llegó una terrible epidemia gastó sus bienes en socorrer a los enfermos, y él mismo recorrió las calles acompañado de una gran multitud llevando en sus manos un gran crucifijo y rezándole con los ojos fijos en la cruz, pidiendo a Dios misericordia y salud para todos.

    El 23 de marzo de 1606, un Jueves Santo, murió en una capillita de los indios, en una lejana región, donde estaba predicando y confirmando a los indígenas.

    Estaba a 440 kilómetros de Lima. Cuando se sintió enfermo prometió a sus acompañantes que le daría un premio al primero que le trajera la noticia de que ya se iba a morir. Y repetía aquellas palabras de San Pablo: "Deseo verme libre de las ataduras de este cuerpo y quedar en libertad para ir a encontrarme con Jesucristo".

    Ya moribundo pidió a los que rodeaban su lecho que entonaran el salmo que dice: "De gozo se llenó mi corazón cuando escuché una voz: iremos a la Casa del Señor. Que alegría cuando me dijeron: vamos a la Casa del Señor".

    Las últimas palabras que dijo antes de morir fueron las del salmo 30: "En tus manos encomiendo mi espíritu".

    Su cuerpo, cuando fue llevado a Lima, un año después de su muerte, todavía se hallaba incorrupto, como si estuviera recién muerto.

    Después de su muerte se consiguieron muchos milagros por su intercesión. Santo Toribio tuvo el gusto de administrarle el sacramento de la confirmación a tres santos: Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano y San Martín de Porres.

    El Papa Benedicto XIII lo declaró santo en 1726.

    Y toda América del Sur espera que este gran santo e infatigable apóstol, quizás el más grande obispo que ha vivido en este continente, siga rogando para que nuestra santa religión se mantenga fervorosa y creciente en todos estos países.

    EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 23 DE MARZO DEL 2014

    Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
    Encuentro con la samaritana
    Juan 4, 5-42. Cuaresma. Cristo está sediento y en esta Cuaresma se acerca al pozo de nuestra vida para que le “demos de beber”.
     
    Encuentro con la samaritana
    Del santo Evangelio según san Juan 4, 5-42

    En aquel tiempo llegó Jesús a una de ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que y Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: Dame de beber. Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.) Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva. Le dice la mujer: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados? Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para viva eterna. Le dice la mujer: Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla. Le dice la mujer: Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dice: Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad. Le dice la mujer: Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo. Jesús le dice: Yo soy, el que te está hablando. Y fueron muchos más los que creyeron. Así que por sus palabras, y decían a la mujer: Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo. 

    Oración introductoria

    Jesús, dame tu luz, permite que experimente tu presencia en esta oración, para que ya no busque en lugares equivocados la fuente para mantener vivo mi amor por Ti y por los demás.

    Petición 

    Dios mío, que mi alimento sea cumplir hoy, y siempre, tu voluntad.

    Meditación del Papa Benedicto XVI

    La peripecia de esta mujer es particularmente significativa: encuentra a Jesús que le pide de beber, luego le habla de una agua nueva, capaz de saciar la sed para siempre. La mujer al principio no comprende, se queda en el nivel material, pero lentamente es conducida por el Señor a realizar un camino de fe que la lleva a reconocerlo como el Mesías. Y a este respecto san Agustín afirma: "tras haber acogido en el corazón a Cristo Señor, ¿qué otra cosa habría podido hacer [esta mujer] si no abandonar el ánfora y correr a anunciar la buena noticia?".
    El encuentro con Cristo como Persona viva que colma la sed del corazón no puede sino llevar al deseo de compartir con otros la alegría de esta presencia y hacerlo conocer para que todos la puedan experimentar. Es necesario renovar el entusiasmo de comunicar la fe para promover una nueva evangelización de las comunidades y de los países de antigua tradición cristiana, que están perdiendo la referencia a Dios, de forma que se pueda redescubrir la alegría de creer. (Benedicto XVI, 26 de enero de 2012). 

    Reflexión

    Cristo se presenta ante la samaritana como una persona fatigada, sedienta de tanto caminar, como quien tiene urgencia de saciar una necesidad propia del organismo. Se presenta como hombre.

    Podría haberse aparecido de otra forma por ejemplo diciéndole inmediatamente que era el Hijo de Dios o haciendo manar gran cantidad de agua del pozo, para que supiese enseguida quién era. No obstante, la pedagogía de Cristo es una pedagogía de amor, de espera, de comprensión, de respeto a la propia libertad.

    Cristo está sediento y en esta cuaresma se acerca al pozo de nuestra vida para que le "demos de beber". O, mejor dicho, para caer en la cuenta de que los sedientos somos nosotros. "Si conocieras el don de Dios y quien es el que te pide de beber..." Somos nosotros los que tenemos necesidad de beber su agua sólo nos hace falta conocer quién posee esta agua. (Catecismo dela Iglesia Católica No. 2560)

    Podemos preguntarnos ¿por qué no conocemos ese don de Dios? ¿Qué es lo que ata nuestro conocimiento para conocerlo? El mensaje de Cristo se nos presenta claro, como una luz alejada de toda sombra u oscuridad. Sin embargo, nos encontramos ante sombras que esconden el "don de Dios". Ese don no es otro que el del amor, de la conversión, de la paciencia, respeto a la vida etc. Abramos nuestro entendimiento para que como la samaritana conozcamos el don de Dios y así nuestra vida sacie la sed de conocer a Dios. 

    ¿POR QUÉ LLORABA EL PADRE PÍO?


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