miércoles, 19 de marzo de 2014

¿CUÁL ES EL PODER DE LA ORACIÓN ANTE LA EUCARISTÍA?


Autor: P. Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com
¿Cuál es el poder de la oración ante la Eucaristía?

Es que Cristo está allí realmente presente en el Sagrario y 

como Dios que es, nos conoce y nos llama.
¿Cuál es el poder de la oración ante la Eucaristía?

El sol ilumina, calienta, ejerce atracción sobre los planetas, es el centro del sistema solar. Me gusta imaginar a Cristo Eucaristía como un sol. La eucaristía es signo de la presencia viva del Resucitado.

Las custodias donde se expone el Santísimo Sacramento tienen forma de sol, la mayoría de las veces. En casa, aquí en Roma, tenemos adoración eucarística todos los días; la custodia es grande, como un sol, según se ve aquí en la foto.

Estar allí “expuestos al Sol”, frente a Él, es escuchar que te dice: “He venido a traer fuego a la tierra y qué quiero sino que arda” (Lc 12, 49).

En la órbita del Sol Eucarístico

En momentos de fuerte sufrimiento moral, de soledad, duda o confusión, la mayoría de nosotros, si no todos, sentimos una atracción especial hacia Cristo Eucaristía. Y es que Cristo está allí realmente presente en el Sagrario y como Dios que es, nos conoce y nos llama.

Para eso se quedó con nosotros, para ser compañero de camino, consuelo, alimento, luz y guía. La experiencia nos demuestra cómo después de esas visitas al Santísimo salimos de la capilla en paz. Tantas veces llegamos con el espíritu descompuesto y rebelde y después de quince minutos frente a Él recobramos la paz. No hicimos nada, simplemente estuvimos en su presencia, “expuestos al Sol”. Y Él hizo su labor. Sólo necesitaba tenernos delante, rendidos con fe en su presencia, como la hemorroísa: “Con que toque la orla de tu manto quedaré sana…” (cf Mt 9,21). No es magia, es la fuerza transformante del amor de Dios.

En muchos libros y predicaciones, al hablar de la unión con Dios y de la búsqueda de la perfección, se insiste en los medios que el hombre debe poner para lograr progreso espiritual: los actos de piedad, los ejercicios espirituales, los métodos de oración, etc. y da la impresión de que la acción de Dios se deja en segundo lugar. Pero el progreso en la oración es gracia, don de Dios. La acción principal es la que pone Dios. El “espíritu que da vida” (1 Cor 15,49) es Él, y a Él lo recibimos por los sacramentos que son la fuente de la vida espiritual.

Alimento espiritual

Al comer, el sistema digestivo transforma el alimento en nuestro mismo cuerpo. En el caso de la Eucaristía, al recibirla como alimento es Cristo quien nos transforma en sí mismo. Nos va haciendo como Él.

Para hablarnos de la unión con Él, Cristo nos propone la parábola de la vid y los sarmientos (cf Jn 15, 1-8) Para visualizar la imagen, ayudan los iconos que representan esta parábola. Se ve cómo la cepa, que es Cristo, alimenta los sarmientos con su savia. Esa savia, energía o vida que nos transmite la hostia consagrada lo hace en virtud de la presencia real de Cristo en ella, en cuerpo, alma y divinidad. Allí está Cristo entero escondido con todo su poder de Dios. (cf. Catecismo 1374)

Cuando comemos su cuerpo y bebemos su sangre, crece su presencia espiritual en nosotros, el amor va creciendo, nos va transformando y modelando, haciéndonos más y más semejantes a Él, manteniéndonos en vida espiritual.

La Eucaristía es vida, es “el pan vivo bajado del cielo” (Jn 6, 51) “Si no comiereis la carne del Hijo del hombre y no bebiereis su sangre no tendréis vida en vosotros” (Jn 6,54). “Mi carne verdaderamente es comida, y mi sangre verdaderamente es bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre mora en mí y yo en él (Jn 6,56-57).

Cuanto más nos expongamos al calor del Sol, mejor

El maestro de oración es Cristo, aquel a quien buscamos en la oración es a Cristo. Por eso, si queremos mejorar nuestra comunicación con Dios lo mejor que podemos hacer es frecuentar a Cristo Eucaristía, visitarle y recibir la comunión. Hacer la meditación diaria en su presencia es excelente opción. Y así, poco a poco, será más grande nuestra unión con Él, toda nuestra persona se irá modelando conforme a Su imagen. Este es el poder de la oración ante Cristo Eucaristía.

“Podría decirse que la vida eucarística conduce a una transformación de toda la sensibilidad, permitiendo la aparición de los sentidos espirituales: la vista se transforma por la contemplación, el gusto se hace capaz de percibir las realidades espirituales y la dulzura de Dios, el olfato siente el aroma de la divinidad.” (cfr. Teología espiritual, Charles André Bernard) 

LA VIRTUD DE LA PRUDENCIA



La virtud de la Prudencia

La prudencia es una de esas virtudes de las que apenas se habla y que, sin embargo, resulta ser una clave en el dificilísimo arte de ordenarnos rectamente en nuestra relación con el prójimo.

No nacemos prudentes, pero debemos hacernos prudentes por el ejercicio de la virtud. Y no es tarea fácil.

El pensamiento puede descarriarse como se descarría la voluntad, porque está expuesto a las mismas pasiones y a los mismos condicionamientos. Pensar y bien, exige una gran atención, no sólo sobre las cosas, sino principalmente sobre nosotros mismos. 

Hay que saber estar atentos sobre las razones, pero mucho más sobre nuestras pasiones que son las que nos impulsan al error. Porque los hombres solemos errar por precipitación en nuestros juicios, afirmando cosas que la razón no ve claras, pero que estamos impulsados a afirmar como desahogo de nuestras pasiones. Quien no sabe controlar sus pasiones, tampoco sabrá controlar sus razones y se hace responsable moral de sus yerros.

La razón es la que ha de regir nuestra conducta en la verdad y por eso la prudencia es la primera de las virtudes cardinales.

Pero la verdad requiere tener sosegada el alma para conseguir tener sosegada la mente con objetivas razones.


EL LIBRO DE TU VIDA


El Libro de tu Vida!!

El día de tu nacimiento, cuando solo sabías llorar, recibiste mil besos y caricias, pero también un libro con las hojas en blanco, sin estrenar: ¡EL LIBRO DE TU VIDA! .

Desde aquel instante comenzaste a escribir la historia de tu vida. Ya llevas varias páginas. ¿Qué has escrito hasta ahora?.

A veces escribimos y escribimos y nunca ojeamos las páginas escritas.

Toma el libro de tu vida y repásalo durante unos minutos. Tal vez encuentres capítulos o páginas que te gustaría besar, algunas escenas te harán llorar, y al abrir alguna página amarilla o reciente, te entraran ganas de arrancarla. Se ve negra con salpicaduras de tinta.

Pero Pilatos te diría:  ¡Lo escrito , amigo, escrito está!.

Tú lo has escrito con tu puño y letra. No con la tinta de una "bic" o de una pluma, sino con la tinta de tu libertad. "Tú mismo has forjado tu propia aventura", decía el manco Lepanto. "Porque veo al final de mi duro camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino", sentencia Amado Nervo, quien prefiere la metáfora del arquitecto.

No arranques esas páginas, pide perdón si cometiste un error, para que así se borren todos tus garabatos y así podrás continuar escribiendo tu historia mejor que ayer.

¿Por qué no almacenar el libro de tu vida entre los Best Seller del mundo?.Aprovecha tu tinta porque tarde o temprano se te va acabar, y ¡no se venden repuestos ni en los kioscos ni en las librerías!

La vida es una y se vive una sola vez. La muerte cerrará tu libro.

Y al final solo pedirán tu libro, y alguien lo leerá o lo pasará en video, como las aventuras.

Todos somos arquitectos y novelistas, así que , amigo, borrón y cuenta nueva.

Comienza cuanto antes Tu Best Seller.

ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO


ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO 

¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina.

Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna.

Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que os miraba tu Madre: con aquella devoción con que os seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón.

Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu presencia nos hace tan agradable. Concédenos, oh Jesús, no dormirnos, como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el Huerto de los Olivos.

Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces habéis alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre.

¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.

Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras del Real Profeta: "es mejor una hora en tu Casa, que mil años en compañía de los pecadores".


NUNCA ES TARDE PARA PEDIR PERDÓN


ORACIONES A SAN JOSÉ



MÁS QUE UN ANILLO DE COMPROMISO


Más que un anillo de compromiso.

Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.

El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
¿Se va usted a casar pronto? - Le preguntó el joyero.
No - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia.
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.

Es para mi mamá -dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas; pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos.

Fue padre y madre para mí. Fue mi amiga, mi hermana y mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizá después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo.

El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía nada más que a los clientes importantes.

REFLEXIÓN

Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.
Estos son tiempos con mas libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que quizás llegan dos sueldos, pero entran los divorcios.
Son tiempos de casas más bonitas, pero más hogares rotos.
No guardes nada "para una ocasión especial", porque cada día que vives es una ocasión especial.
Lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos.
Come tu comida preferida y visita los sitios que te encantan.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo. Las frases "Uno de estos días", "algún día", quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "uno de estos días".
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuánto los queremos.
Por eso, no demores nada que agregue risa y alegría en tu vida. Cada día, hora, minuto, es especial.

martes, 18 de marzo de 2014

SABRÁS LO QUE ES SER PADRE


Sabrás lo que es ser padre...

Solamente sabrás lo que es ser padre, cuando sientas muy hondo el latido de ese pedazo de tu corazón sobre tu pecho, henchido de legítimo orgullo.

Sabrás lo que es ser padre cuando comprendas que el fruto de tu sueño es ahora una realidad palpitante, ternura en piel viva y mirada inocente ante tu regocijo.

Conocerás la dicha de ser padre cuando entiendas que tu sueño ya jamás será completo, cuando sepas del llanto de la madrugada, de tus largas ojeras y la satisfacción de ver a tu renuevo tranquilamente dormido, aunque tú no lo puedas hacer.

Únicamente sabrás lo que es hacerse padre cuando radiante pasees a tu hijo en su dorada carriola, le hables aunque sepas que no te entiende aún y lo veas descubriendo asombrado cada pequeña cosa que constituirá su primera lección de filosofía.

Sabrás lo que significa ser padre cuando en la noche corras por esa medicina que necesita para aliviar su fiebre, al llevar la cuenta de sus vacunas y cuando de puntillas te acerques a su cuna a escuchar su respiración, acompasada y feliz.

Cuando por primera vez te diga papá, ría cuando lo lances al aire y no sienta el peligro porque tú le das seguridad con tu sonrisa, cuando le impulses a dar sus primeros pasos, inequívoca señal de que empieza el camino hacia su destino y corras detrás de su bicicleta donde afanosamente pedalea los primeros caminos y distancias del peregrinar futuro de su vida.

Sabrás la maravilla que posees cuando lo lleves por vez primera a la escuela y veas sus ojos llorosos porque no quiere separarse de ti y sientas el alma adolorida al alejarte dejándolo en medio de otros egoísmos que, sin embargo, le enseñarán a ser compartido.

Cuando te muestre sus primeros garrapateados dibujos, incipiente Picasso que preludia en ellos el afán por la belleza que se esconde en su corazón. Y sobre todo cuando se abrace a ti, tomando tu mano simbolizando con ello la confianza de tu fortaleza, que le dará seguridad en su andar.

Sabrás lo que es ser padre cuando reclame tu tiempo y tu tengas que buscarlo y encontrarlo en donde puedas, cuando lo lleves al circo y a la playa y al paseo cansado pero gratificante, cuando juntos sueñen en las vacaciones en que ambos se pertenecerán por completo, cuando le enseñes a jugar y a llenar rompecabezas y juntos caminen por el parque cualquier tarde esplendorosa de abril.

Comprenderás la maravilla que Dios te concedió, cuando te rete con sus primeras preguntas y de momento no sepas como contestarlas, cuando le ayudes a escribir la carta a Santa Claus y esperes la vigilia de la Navidad con el ansia compartida de una nueva niñez tuya y descubra en tu abrazo y tu caricia y tu beso incondicional, cuando le amas.

Sabrás lo que es ser padre cuando lo lleves a que toque a Dios por primera vez, le enseñes a rezar por todos y sienta que tu cariño es algo en lo que puede confiadamente descansar. Y cuando ves que va creciendo y tú lo acompañas, va avanzando y tú estás a su lado, y se va haciendo adolescente y en ese proceso tú no lo dejas, por duro que sea el ver que poco a poco se desprende de ti, para ir en busca de sí mismo.

Sabrás lo que es ser padre cuando oigas el reclamo inesperado y su deseo de independencia. El día que deje de acompañarte, porque sus amigos lo esperan y sientas que tu corazón se estremece, porque el día llegó antes de lo que pensabas y sientas profundamente que así debe ser, porque es el precio que pagarás por el aprendizaje de su vuelo definitivo.

Y finalmente sabrás lo que es ser padre cuando un día tu hijo tenga que partir para estudiar en otro lugar, o a un trabajo distante y la nostalgia consuma las horas que antes feliz disfrutaste en su compañía y quizás sea el teléfono o el Internet la lejana liga que te una a él.

Y sobre todo cuando alguien venga y lo lleve de tu lado para perseguir otro arco iris, el de su propia vida, compartida con alguien a quien amará y tú deberás aceptarlo, porque esa es la ley de la vida y tu hijo te fue solamente prestado por un tiempo.

Entonces sabrás lo que es saberte padre. Que no estudiaste para ello, pero lo viviste y lo seguirás viviendo. Y el regocijo que eso te proporcionará deberá entonces ser mayor que el dolor que supone el sentir que algo muy tierno se despide de tu alma.  Pero es solo entonces que podrás saber con plenitud, la maravillosa experiencia, regalo de Dios vivo, que es saberse padre.

FABRICANDO UN PADRE


Fabricando un Padre.

En el taller más extraño y sublime conocido, se reunieron los grandes arquitectos, los afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto:

- “Debe ser fuerte”, comentó uno.

- “También, debe ser dulce”, comentó otro experto.

- “Debe tener firmeza y mansedumbre; tiene que saber dar buenos consejos”.

- “Debe ser justo en momentos decisivos; alegre y comprensivo en los momentos tiernos”.

- “¿Cómo es posible” -interrogó un obrero- “poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo?.”

- “Es fácil”, contestó el ingeniero.

“Solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo”.

Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz: era el Maestro, dueño del taller del cielo:

- “Veo que al fin comienzan” -comentó sonriendo-
“No es fácil la tarea, es cierto, pero no es imposible si ponen interés y amor en ello”.

Y tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a darle forma.

- “¿Tierra?” -preguntó sorprendido uno de los arquitectos
- “¡Pensé que lo fabricaríamos de mármol, o marfil, o piedras preciosas!”.

- “Este material es necesario para que sea humilde” -le contestó el Maestro-
Y extendiendo su mano sacó oro de las estrellas y lo añadió a la masa.

- “Esto es para que en las pruebas brille y se mantenga firme”.
Agregó a todo aquello, amor, sabiduria. Le dió forma, le sopló de su aliento y cobró vida, pero…

faltaba algo, pues en su pecho le quedaba un hueco.
- “¿Y qué pondrás ahí?” -preguntó uno de los obreros-.

Y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, sacó su corazón, le arrancó un pedazo y lo puso en el centro de aquel hueco.

Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su lugar su corazón ensangrentado.

- “¿Porqué has hecho tal cosa?” -le interrogó un ángel obrero-.
Y aún sangrando, le contestó el Maestro:

- “Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia y, sobre todo, que esté dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de padre allá en la tierra, regresará hasta mí. Y satisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aquí en mi reino”.

ORACIÓN PARA EL DÍA DEL PADRE



Oración para el día del padre

AYÚDAME: A comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas.

HAZME: Tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo.
No me permitas interrumpirlos, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor.

DAME VALOR: De confesar mis faltas para con mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo.

NO PERMITAS: Que induzca a mis hijos ha hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.

TE PIDO: Que me guíes todos las horas del día, para que pueda demostrarles, por todo lo que diga y haga, que la honestidad es fuente de felicidad.

REDUCE: Te lo ruego el egoísmo que hay dentro de mi. Haz que cese mis críticas de las faltas ajenas, que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes, Oh Señor, a contener mi lengua.

HAZ: Que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo.

AYUDAME: A tratar a mis hijos, conforme a sus edades, y no me permitas que de los menores exija el criterio y normas de vida de los adultos.

NO PERMITAS: Que les robe las oportunidades de actuar por si mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar su decisiones de acuerdo a su edad.

PROHIBEME: Señor que los agreda física o verbalmente, con el pretexto de corregirlos, por el contrario que siempre tenga para ellos: TIEMPO, ABRAZOS, TE AMO Y BESOS. Cuatro pasos que como ángeles de la guarda debo yo regalarles.

PERMITEME : El poder satisfacer sus deseos JUSTOS, pero dame valor siempre de negarles un privilegio que sé que les causará daño.

HAZME TAN JUSTO, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor.

AYUDAME: En fin, a ser un LIDER para ellos y no un JEFE.

¡SEÑOR YO QUIERO SER COMO TU, PARA QUE VALGA LA PENA QUE MI HIJO SEA COMO YO !

AMÉN

EL ABC DE SAN JOSÉ



ABC de San José

Abierto con todas las consecuencias a la voluntad de Dios.

Bueno en actitudes, de corazón y pensamiento.

Comedido en palabras pero valiente en sus decisiones.

Dándose con todas las consecuencias sin esperar nada a cambio.

Enfrentándose a las dudas de la noche y aguardando sin medida.

Gentil y afable, honrado y transparente en su camino.

Hombre fiel y solícito a lo reclamado de su persona.

Inmaculado en su ser y en su obrar.

Joven y dócil en espíritu.

Leal a Dios hasta el final de sus días.

Mirando siempre el bien de Jesús y María.

Nadando en las aguas de la sencillez, la obediencia y la humildad.

Obediente aun sin entender ni comprender.

Partícipe de las horas más grandes de Jesús.

Queriendo y respetando los designios salvíficos.

Resolviendo los primeros pasos de Jesús en la tierra.

Sencillo en su forma de vivir y entender la vida.

Tomando con generosidad los mandatos del Señor.

Uniendo  y tejiendo en torno a su hogar una misma familia.

Viendo con los ojos de la fe lo que acontecía en su existencia.

Xilófono con los tonos de la verdad, la paciencia y la austeridad.

Yacente en el último día de su vida con un corazón en paz.

Zambulléndose en las aguas de un amor incondicional a María.

IMÁGENES DE SAN JOSÉ





















EL EVANGELIO DE HOY: 19 DE MARZO DEL 2014

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Jesús perdido en el templo
Lucas 2, 41-51. Solemnidad de San José. San José creyó, y, porque creyó, fue el primero en adorar Aquel Niño que trajo la salvación al mundo entero
 
Jesús perdido en el templo
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando, llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?" Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.


Oración introductoria

Oh Dios, Padre bueno, no dejes que me desanime ante los problemas y angustias de la vida. Haz que aprenda de la Sagrada Familia a peregrinar en el claroscuro de la fe. Que la fe sea lo que me ilumine en los momentos de dificultad y lo que me fortalezca en los momentos de dolor.

Petición

Señor, revive mi la fe en Jesucristo «para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana» que encuentre hoy. San José, intercede para que pueda escuchar la voz de Dios, abrazar su voluntad y permanecer siempre cerca de Jesús y de María, como tú lo hiciste.

Meditación del Papa Francisco

Que sean capaces de "guardar" el rebaño que les será confiado, o sea, de tener solicitud por todo lo que lo mantiene unido; de "velar" por él, de prestar atención a los peligros que lo amenazan; pero sobre todo capaces de "velar" por el rebaño, de estar en vela, de cuidar la esperanza, que haya sol y luz en los corazones; de sostener con amor y con paciencia los designios que Dios obra en su pueblo.
Pensemos en la figura de san José que vela por María y Jesús, en su solicitud por la familia que Dios le ha confiado, y en la mirada atenta con la que la guía para evitar los peligros. Por ello, que los pastores sepan estar ante el rebaño a fin de indicar el camino, en medio del rebaño para mantenerlo unido, detrás del rebaño para evitar que nadie se quede atrás y porque el rebaño mismo tiene, por así decirlo, el olfato de encontrar el camino. ¡El pastor debe moverse así! (Cf. S.S. Francisco, 21 de julio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). .

Reflexión

Los designios de Dios son siempre maravillosos y, en ocasiones, incomprensibles para nuestra pobre mente.

La dificultad de José no era banal. Estaba turbado porque no alcanzaba a percibir con claridad la voluntad de Dios. Hay momentos en la vida en los cuales no estamos seguros de cómo debemos actuar para permanecer en la justicia. En estos momentos de incerteza nos parece que Dios fuese lejano: no sentimos su voz y no encontramos una salida.

En realidad Dios no está nunca lejos. Al contrario, está muy cerca. Como sucedió a José, si somos fieles, Él se hará presente con su palabra de consuelo: ¡No temas!

Lo más importante es saber actuar según lo que Él nos dice, a ejemplo de José, también cuando no alcanzamos a comprenderlo todo. Dios es fiel. De José no nos ha llegado a nosotros una sola palabra. En el evangelio él debe tan sólo obedecer bajo la sombra de la fe. Su fe normal, cotidiana, escondida, enfrentada a miles de dificultades, nos debe dar el ejemplo de la firmeza y fortaleza en la fe

A nuestros oídos llega nuevamente la voz del ángel del Señor: "No temas". No temas recibir a María, no temas recibir a Jesús, al Dios hecho niño. Emmanuel, Dios con nosotros. Dios que se hace hombre y viene a nacer en el corazón de cada hombre para traerle la salvación. El Amor de Dios que se hace carne.

San José no dudó en poner en obras las palabras del ángel, pues era hombre de corazón justo que no sabía negarle nada a Dios. San José creyó, y, porque creyó, fue el primero en adorar Aquel Niño que trajo la salvación al mundo entero, la paz, el amor, la felicidad.

No temas. No temas abrir tu corazón al Niño Jesús. Prepara en tu corazón. Él no pide más. Simplemente un pequeño lugar. Lo único que quiere es amar y ser amado.

Emmanuel, Dios con nosotros. Dios en tu corazón, el Amor en tu corazón, la salvación en tu corazón. No temas.

Propósito

Pedir hoy, en una oración especial, la intercesión de san José para imitar su sencillez y humildad para cumplir la voluntad de Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, Tú que viviste treinta años oculto en Nazaret, viviendo bajo la custodia de María y de José, ayúdame a imitarte en tu obediencia pronta, alegre y heroica. Que san José, a quien celebramos hoy, patrono de la Iglesia universal, de la familia y de la buena muerte, interceda por mí para que sepa imitar el respeto, el apoyo y el servicio que él vivió y dio a los demás. 

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA, MARZO 19


Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
José, Santo
Esposo de la Virgen María, Marzo 19

José, Santo
Esposo de la Virgen María

Martirologio Romano: Solemnidad de san José, esposo de la bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre al Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia. 

Etimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.


Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención. 

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo. 

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor. 

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa.


ESTAMPAS DEL VÍA CRUCIS CON ORACIONES
















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