viernes, 17 de enero de 2014

DAME SEÑOR


Dame Señor...
Autor: Beatriz Esparza


Dame humildad para creer en las buenas intenciones....
Dame prudencia para callar lo que no debo decir....
Dame sabiduría para actuar como debo...

Dame amor para olvidar y perdonar....
Dame paciencia para esperar lo bueno que pueda llegar....
Dame serenidad para soportar todo sin angustia....

Dame alegría para saber sonreír ante la vida...
Dame sencillez para no pretender ser quien no soy....
Dame tu luz para iluminar mi vida....

Después de darme tanto ,Dame tu amor para como tú entregarme sin recompensa

CREE, AMA Y ESPERA


Autor: P. Eusebio Gómez Navarro | Fuente: Catholic.net
Cree, ama y espera
Nuestra relación con Dios, la forma en la que lo amamos, vivimos la fé y depositamos nuestra esperanza en El.

Cree, ama y espera

Una casa se incendió una noche. Los padres y los hijos corrieron afuera. Sin embargo, un niño de cinco años, escapó a sus padres y quedó atrapado en el segundo piso. El padre vio al niño en la ventana rodeado de humo. Le gritó, ¡Salta, yo te recibiré en mis brazos! Pero el niño gritó, Papi, no puedo verte. El padre respondió, No importa, yo sí te puedo ver a ti. ¡Salta! 

Dios nos ve, aunque nosotros no lo veamos, pero tenemos que confiar en Él, pues es nuestro Padre. El cristiano ha recibido el don inmenso de poder decir a Dios: Padre nuestro. ¿Qué podrá negar a los hijos que piden, habiéndoles antes otorgado el que fuesen hijos? (San Agustín). 

Las virtudes teologales de fe, esperanza y amor, van muy unidas, tanto que casi son la misma cosa pero expresada de diferente manera según el quién y el para qué. La Escritura nos ha desvelado la relación entre la falta de amor e increencia: 
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor (1Jn 4,8). Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él (1Jn 4,16). Estas palabras expresan con claridad el corazón de la fe cristiana. 

¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras? (St 2,14-18). Sólo el amor efectivo en la vida de los creyentes manifestará creíblemente al mundo su fe, dará testimonio efectivo de que conocen a Dios y de que han creído en su amor. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento sometido a un constante vaivén de dudas. 

Ambas cosas unidas garantizan nuestra Esperanza, una esperanza que no defrauda, porque la esperanza del cielo tanto alcanza cuanto espera como poéticamente canta san Juan de la Cruz. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino" (Benedicto XVI). La fe, por lo tanto, tiene que estar encarnada en el aquí, en nuestra historia. Esta fe nos impulsa a discernir las llamadas de Dios en los signos de los tiempos y a dar testimonio de aquello que creemos y esperamos. 

El amor verdadero espera en Dios y en el otro; el que espera encuentra siempre nuevos caminos, nos ayuda a dar el salto en medio de la noche. Dios se revela en la historia como el Dios de la esperanza (Rm 15,13), porque hay muchas señales de esperanza en medio de toda clase de dificultades. Junto con esta experiencia está la del Dios liberador, que se preocupa de los seres humanos y busca liberarlos, suscitando anhelos de salvación liberadora en nuestros pueblos. Cuando en una sociedad muere la esperanza, la vida de las personas no tiene sentido; falta empuje y entusiasmo, todo va perdiendo fuerza y calor. 

No son pocos los que, aun llamándose cristianos, viven extraños a las alianzas de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo (Ef 2,12). Una sociedad desesperanzada carece de metas, es pasiva y vive en busca de la seguridad. 

La confianza en Dios y en su fidelidad, la fe en sus promesas son las que garantizan la realidad de este futuro (Hb 11,1) y permiten por lo menos entrever sus maravillas. Las promesas de Dios revelaron poco a poco a su pueblo el esplendor de este porvenir, que no será una realidad de este mundo, sino una patria mejor, es decir, celestial (Hb 11,16): la vida eterna, en la que el hombre será semejante a Dios. 

Cristo es nuestra esperanza (1Tm 1,1), el que esperó y vivió la tensión de la esperanza. Desde tal esperanza aprendemos a creer en Dios y descubrir el sentido de las cosas. Toda la fuerza de nuestra esperanza se basa en su vuelta (Hch 1,11). Nuestra esperanza se funda en la resurrección de Jesucristo. Esperar contra toda esperanza nace del resucitado por Dios. 

Él ha sido el primer resucitado de entre los muertos (Col 1,18). La resurrección de Jesús es garantía de la nuestra. Dios que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su fuerza (1Co 6,14). El Dios Amor (1Jn 4,8) es para el cristiano el Dios de la espe¬ranza (Rm 15,13). Dios se ha manifestado a favor nuestro, por lo que hay motivos para tener con¬fianza, una esperanza mejor (Hb 7,19). Cuando esperamos contra toda esperanza somos testigos de lo gratuito. 

Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva (Ap 21,1). La esperanza cristiana no es pasiva, es pasión por lo nuevo y camino eficaz del futuro. Éste se proyecta confiado en Dios, pero con la colaboración de todos los humanos. 

La esperanza de la Iglesia es gozosa (Rm 12,12), incluso en el sufrimiento (1P 4,13), pues la gloria que se espera es tan grande (2Co 4,17) que repercute ya en el presente (1P 1,8s). Esta esperanza engendra sobriedad (1Ts 5,8) y conversión (Tt 2,12). A los discípulos desesperanzados y temerosos Jesús les repetía: No se turbe vuestro corazón (Jn 14,1), porque volveré y os alegraréis (Jn 16,22). 

La tenacidad en la fe, en el amor y esperanza nos ayuda a mantenernos firmes, con un espíritu cristiano, en los momentos de prueba, pues la tribulación produce la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada esperanza (St 1,2-3). La esperanza es gozosa, paciente y confiada. Gozosa por el bien que se espera y por la ilusión con que se espera. La alegría y la paciencia son hijas de la esperanza y son dos alas que nos permiten volar por encima de todas las dificultades. La esperanza cristiana tiene un fundamento último en Dios que no nos puede fallar, porque es imposible que Dios mienta (Hb 6,18), porque Él permanece fiel (2Tm 2,13). 

Debemos esperar con paciencia y confianza un mundo mejor, y debemos hacerlo con una espera activa y colectiva. Debemos esperar como la madre, el enfermo, el preso... como tanta gente que vive de esperanza. Es necesario que brote la esperanza en nuestras vidas. Dios, difiriendo su promesa, ensancha el deseo; con el deseo, ensancha el alma, y, ensanchándola, la hace capaz de sus dones. Deseemos, pues, hermanos, ya que hemos de ser colmados (san Agustín). 

Y junto a esos deseos hay que pedir, también, al Señor, que fortifique los corazones, que haga fuertes las rodillas de los débiles, que cure las heridas de los enfermos, que devuelva la alegría y la esperanza a los tristes y deprimidos. 

ORACIONES A SAN ANTONIO ABAD, 17 DE ENERO




SAN ANTONIO ABAD, ABAD, 17 DE ENERO

Antonio, Santo
Abad, 17 de enero
Antonio, Santo

Abad

Martirologio Romano: Memoria de san Antonio, abad, que, habiendo perdido a sus padres, distribuyó todos sus bienes entre los pobres siguiendo la indicación evangélica y se retiró a la soledad de la Tebaida, en Egipto, donde llevó una vida ascética. Trabajó para reforzar la acción de la Iglesia, sostuvo a los confesores de la fe durante la persecución del emperador Diocleciano y apoyó a san Atanasio contra los arrianos, y reunió a tantos discípulos que mereció ser considerado padre de los monjes (356).

Etimológicamente: Antonio = florido, inestimable”. Viene de la lengua griega.

Fecha de canonización: Fue canonizado en el año 491.
Antonio nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local haciendo ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a dirigir su vida espiritual en el desierto, más tarde se fue internando mucho más en el desierto, para vivir en absoluta soledad.

De acuerdo a los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en el libro de vidas de santos La leyenda dorada que compiló el dominico genovés Santiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de fuste.


Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo como ermitaño. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.

Jerónimo de Estridón, en su vida de Pablo el Simple, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la leyenda, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales.

Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza. Además, en la Edad Media para mantener los hospitales soltaban los animales y para que la gente no se los apropiara los pusieron bajo el patrocinio del famoso San Antonio, por lo que corría su fama. En la teología el colocar los animales junto a la figura de un cristiano era decir que esa persona había entrado en la vida bienaventurada, esto es, en el cielo, puesto que dominaba la creación.

Reliquias y orden monástica

Se afirma que Antonio vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima. Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, conocidos como Hospitalarios, fundada por esas fechas, se puso bajo su advocación. La iconografía lo refleja, representando con frecuencia a Antonio con el hábito negro de los Hospitalarios y la tau o la cruz egipcia que vino a ser el emblema como era conocido.

Tras la caída de Constantinopla, las reliquias de Antonio fueron llevadas a la provincia francesa del Delfinado, a una abadía que años después se hizo célebre bajo el nombre de Saint-Antoine-en-Viennois. La devoción por este santo llegó también a tierras valencianas, difundida por el obispo de Tortosa a principios del siglo XIV.

La orden de los antonianos se ha especializado desde el principio en la atención y cuidado de enfermos con dolencias contagiosas: peste, lepra, sarna, venéreas y sobre todo el ergotismo, llamado también fuego de San Antón o fuego sacro o culebrilla. Se establecieron en varios puntos del Camino de Santiago, a las afueras de las ciudades, donde atendían a los peregrinos afectados.

El hábito de la orden es una túnica de sayal con capuchón y llevan siempre una cruz en forma de tau, como la de los templarios. Durante la Edad Media además tenían la costumbre de dejar sus cerdos sueltos por las calles para que la gente les alimentara. Su carne se destinaba a los hospitales o se vendía para recaudar dinero para la atención de los enfermos. 

PENSAMIENTO DEL DÍA


EL EVANGELIO DE HOY: 17.01.2014

Autor: Vicente David Yanes | Fuente: Catholic.net
Curación de un paralítico
Marcos 2, 1-12. Tiempo Ordinario. Pedían la curación de su cuerpo y Jesús además, le curó el alma.
 
Curación de un paralítico
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12


Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?" Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."» Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida». 

Oración introductoria

Padre y Señor mío, bien conoces mi fragilidad y lo difícil que me es guardar silencio y apartarme de las distracciones durante mi meditación. Permite que tu Espíritu Santo me lleve ante Ti, como lo logró el paralítico, y que sepa ser dócil a tu gracia.

Petición

Señor, ¡sáname!, para que sea tu discípulo y misionero.

Meditación del Papa Francisco

Jesús al comienzo le dice: "¡Ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados". Tal vez, dijo, esta persona quedó un poco "sorprendida" porque quería sanarse físicamente. Luego, frente a las críticas de los escribas, que entre sí lo acusaban de blasfemia, "porque solo Dios puede perdonar los pecados", Jesús lo cura también en el cuerpo.
De hecho las curaciones, la enseñanza, las palabras fuertes contra la hipocresía, eran solo un signo, un signo de algo más que Jesús estaba haciendo, es decir, el perdón de los pecados, porque es en Jesús en quien el mundo viene reconciliado con Dios, este es el "milagro más profundo": Esta reconciliación es la recreación del mundo: se trata de la misión más profunda de Jesús. La redención de todos nosotros los pecadores; y Jesús hace esto no con palabras, no con gestos, no andando por el camino, ¡no! ¡Lo hace con su carne! Es el mismo Dios, quien se convierte en uno de nosotros, hombre, para sanarnos desde el interior, a nosotros los pecadores". (S.S. Francisco, 4 de julio de 2013, Misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión

"El interés tiene pies". "Querer es poder". "El que quiere azul celeste que le cueste". Estas tres sentencias de la filosofía popular fueron aplicadas con éxito por los parientes del paralítico. Jesús estaba en una casa "atrapado" por las multitudes: imposible el acceso por los caminos convencionales. Así que: ¡fuera techo!

Los familiares del paralítico buscaban la salud para el cuerpo de un pariente. Jesús le dio más y le otorgó también la del alma, mucho más valiosa.

Propósito

En mi oración, pedir a Dios que aumente mi fe.

Diálogo con Cristo

Sólo Tú puedes devolver a nuestras vidas el estado de gracia. Sólo Tú curas nuestras heridas con el bálsamo de tu amor. ¡Qué afortunados somos, pues no tenemos que desmantelar tejados para obtener tu perdón!

Nosotros mismos podemos acudir sin que nadie tenga que llevarnos... 

jueves, 16 de enero de 2014

EL PAPEL ARRUGADO



EL PAPEL ARRUGADO


Mi carácter impulsivo, me hacía reventar en cólera a la menor provocación.

La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.

Un día mi consejero, quien me vió dando excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso.

Y entonces me dijo: Estrújalo

Asombrado, obedecí e hice una bola con él papel.

Luego me dijo: Ahora déjalo como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas.

Entonces mi consejero hablo: "El corazón de las personas es como ese papel. La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel. " Aunque intentemos enmendar el error, ya estará "marcado".

Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor, y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo más triste es que dejamos "arrugas" en muchos corazones.

Cuando sientas ganas de estallar recuerda

"El papel arrugado"

EL VIEJO ERMITAÑO


EL VIEJO ERMITAÑO

Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, uno de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado que hacer. La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo. Les contestó: "Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león". "No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales?" Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron. Porque estos animales los tienen todos los hombres, ustedes también. 

"Los dos halcones son mis ojos. Se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lanzan sobre una presa buena. Los dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlos para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir. Son mis dos manos. Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosa difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta. Son mis dos pies. Los más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula. Es mi lengua. Si no la vigilo de cerca hace daño. 

El burro es muy obstinado. No quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día. Es mi cuerpo. Finalmente necesito domar el león. Quiere ser rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso. Es mi corazón.

PENSAMIENTO MARIANO 23



PENSAMIENTO MARIANO

En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas. 

Padre Evaristo Sada, LC

DIEZ REGLAS PARA ORAR CON SENCILLEZ



Diez reglas para orar con sencillez


1.- Tómate cada día dos minutos de tiempo para estar a solas y en paz. Relaja tu cuerpo, tu cabeza y tu corazón.
2.- Habla con Dios con sencillez y naturalidad, cuéntale todo lo que te preocupa. No hace falta que uses formulas extrañas. Háblale en tus propias palabras. él las entiende bien.

3.- Entra en diálogo con Dios cuando estás en tu trabajo diario. Cierra tus ojos un par de segundos donde estés, en el negocio, en el autobús, en tu mesa de trabajo.

4.- Convéncete de esta verdad: que Dios está contigo y te quiere ayudar. No es que tú estés siempre acosando a Dios para que te dé su bendición: es al revés, es Él el que quiere bendecirte.

5.- Ora con la seguridad de que tu oración es inmediatamente eficaz, más allá de las tierras y los mares, y protege a tus personas queridas allí donde estén, y haz que también a ellas las alcance el amor de Dios.

6.- Cuando ores has de tener ideas positivas, no negativas.

7.- Siempre tienes que constatar, cuando te pones a orar, que estés dispuesto a aceptar la voluntad de Dios, cualquiera que sea.

8.- Cuando ores, déjalo todo en manos de Dios. Pide que te dé fuerzas para hacer todo lo que te sea posible, y lo demás, déjalo a Él.

9.- Di una palabra de intersección por aquellos que no te quieren bien o que te han tratado mal. Eso te dará fuerzas de un modo extraordinario.

10.-Cada día tendrías que decir una oración por tu país, por la paz.

El consejo más sencillo es éste: habla con Dios como si estuviera sentado contigo en una silla, como si acabara de entrar en la habitación y dijera: ¿ Qué quieres que haga por ti?

OLOR


OLOR


Un hombre abrió un negocio de venta de pescado y puso un rótulo en la puerta que decía;

"Aquí SE VENDE PESCADO FRESCO".

Un amigo le hizo la indicación de que bien podía suprimir la palabra "aquí" pues estaba sobreentendido que si se vendía pescado era "aquí". El buen hombre siguió el consejo y eliminó el adverbio de lugar.

Otro llegó después que le hizo la observación de que sobraba el adjetivo " fresco", de otra manera no habría razón para venderlo. El hombre aceptó también esta sugerencia y lo quitó.

Mas tarde vino otro que le dijo que no había razón para indicar que "se vende", pues si es un establecimiento abierto al público y hay pescado, esta claro que es para venderlo. Y también lo eliminó. 

Por ultimo, llegó otro que le preguntó por qué anunciaba que allí había pescado. "!QUITALO! ¡No hace falta! ¡. 

Pues de lejos se siente el OLOR A PESCADO…

¿Huele la gente donde hay Cristianos?

¿Hueles tu a un Cristiano autentico?

2da Corintios 2,15-16 "Porque nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo, tanto entre los que se salvan, como entre los que se pierden: para éstos, olor de muerte que lleva a la muerte, para aquellos, olor de vida que lleva a la vida..

Efesios 5,2 "Y hagan del amor la norma de su vida, a imitación de Cristo que nos amo y se entregó a si mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios"

1ra Pedro 2,12 "Portense dignamente entre los no creyentes, para que el buen comportamiento de ustedes desmienta a quienes los calumnian como si fueran malhechores, y así ellos mismos glorifiquen a Dios el día de su venida.

EL EVANGELIO DE HOY: 16.01.2014

Autor: Vicente David Yanes | Fuente: Catholic.net
Curación de un leproso
Marcos 1, 40-45. Tiempo Ordinario. El leproso sabía que Cristo lo amaba y por eso le pide su curación.
 
Curación de un leproso
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45


Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.

Oración introductoria

Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.

Petición

Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.

Meditación del Papa Francisco

La piedad popular valora mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que brotó la salvación para toda la humanidad.[...]
Pensemos esto, es hermoso: la misericordia de Dios da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia!
Vayamos a Jesús. Dirijámonos a la Virgen María: su corazón inmaculado, corazón de madre, compartió al máximo la compasión de Dios, especialmente en la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos. (S.S. Francisco, Angelus, 9 de junio de 2013).

Reflexión

El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador. Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si quieres, puedes curarme". ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos. Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud?

El leproso no se presentó con su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tu puedes curarme, porque todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno. Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama. ¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.

Propósito

Revisar mi programa de vida espiritual para concretar medios que me acerquen más a Cristo.

Diálogo con Cristo

Jesús, ¡cuánto podrías hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! ¡Sería un instrumento que Tú podrías usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jesús, ayúdame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero. 

EL GOZO DE ESTAR JUNTO A TI


El gozo de estar junto a Ti


Jesús Eucaristía:
Venir a Visitarte, me colma el alma e alegría
inmensa, porque es venir a conversar con el
Amigo, porque es venir y colmarse de luz, de
paz y de un gozo que no me cabe en el alma.

Venir a visitarte, y postrarme a tus pies
es para mí causa de inmensa honra, pues me
siento más favorecido que si uno de los grandes
de este mundo me concediera audiencia y me
otorgara toda clase de favores.

Y es natural que mi alma se dilate en ese gozo
santo, al sentirme cerca de tí, Jesús Eucaristía,
al experimentar que bondadosamente me amas y que
te agrada que venga a visitarte.

¡Que gozo! ¡Que alegría! ¡ Que inmenso júbilo
poder estar aquí en tu presencia! Jesús Eucaristía.

Es el gozo de quien sabe que está junto a su
Redentor, cerca de Aquel que todo lo puede, todo
lo sabe y que desea curar nuestros males, aliviar
nuestras heridas y derramar su consuelo divino en
nuestros corazones.

Es un gozo que supera toda alegría humana, porque
simplemente es el gozo de Dios, que se comunica
con plenitud a nuestras almas.

¡Gracias, Jesús Eucaristía! Mil gracias por
concederme esta alegría íntima y profunda de
vivir estos momentos de oración cerca de Tí,
bajo el influjo de tu amor misericordioso que
nos ama, nos purifica y nos santifica.

¡Un momento cerca de tí, vale más que miles de
años lejos de tu santificadora presencia.

¡Te amo, Jesús Eucaristía! y gracias por permitirme
vivir estos momentos cerca de tí.

Amén.

DÉJAME VER TU GRANDEZA, SEÑOR


Déjame ver tu grandeza, Señor.


Señor:
Me acaricias con la brisa,
me besas con la luz del sol,
me meces en las olas de Tus playas,
me mimas con las gotas de la lluvia,
me consuelas con Tu Palabra,
me perdonas en el Sacramento de la Reconciliació n
y me das Vida con la Eucaristía.

¡Si supiéramos la grandeza del Sagrario!
Te das por amor en la Eucaristía,
Te inmolas constantemente por mí.
Aumenta mi amor por Tí
y déjame ver Tu Grandeza
y sentir Tu Amor.
¡Amén!

miércoles, 15 de enero de 2014

CREO QUE PUEDES, CREO QUE QUIERES


Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Creo que puedes, creo que quieres
La fe hay que actuarla también en las cosas que pedimos en la oración. Cuántas oraciones están llenas de todo menos de fe.



Comentabamos el día de ayer martes 14, sobre la fe que debemos tener sobre las cosas "que no se pueden" 

A cada idea negativa, -y son tantas las que diariamente nos golpean- hay que saber enfrentar una positiva, a modo de martillazo. Una idea positiva, una idea de que va a salir, una idea de que creo en el poder de Dios. Una idea positiva de fe. A veces hacer un verdadero acto de fe, cuesta mucho trabajo porque existe una idea anti-fe; muy arraigada. Todos o casi todos, dicen: "que no se puede". Algunos sienten la obligación moral de aconsejar a los pobres incautos, idealistas; y demás de que no se puede, "que ellos ya lo han intentado, que está todo bien calculado y medido; no se puede". 

Yo creo que esa expresión es demasiado fea, y demasiado mala. Si yo, por ejemplo, no he logrado algo, no tengo ningún derecho a decir a los que vienen detrás, "que eso no se puede". Una cosa es que yo no pude y otra cosa es que ellos no van a poder hacerlo. Yo les puedo decir yo no lo logré quizás porque me equivoqué, me faltó fe, pero al mismo tiempo decirles: "!Ánimo, es probable que ustedes sí lo logren!" Eso es más caritativo y más humano. 

Hablo de martillazos de fe, esa sería la expresión, porque cada vez que llega una idea negativa de no puedo, martillazo, golpe, sí puedo. Habrá que luchar a veces contra todo y contra todos: contra los propios pensamientos que a veces son los más difíciles de expulsar. Luchar además contra otras personas que sin mala intención concluyen que no se puede; y a veces, los encontramos demasiado cerca de nosotros, en la propia familia, en algunos de nuestros amigos que, además, van con la sana idea de ayudar y te repiten; y te dicen, y hasta se enojan sí tu pretendes decirles que tal vez sí se pueda. Se enojan y te retan: "ya verás", "te lo dije". 

Para ser eficaz en lograr un meta apoyada por la fe, hay que buscar que esas metas sean concretas, precisas, aferrables, que se puedan contar, medir; porque si es una meta genérica, medio nebulosa, no se puede. 

Hay que decir, además, que la fe funciona de distinta manera a la razón, como en zigzag. La razón usa la evidencia, mide, calcula; y en base a eso, saca sus conclusiones. La fe en cambio, se agarra, se aferra a una certeza de lograr una meta aunque parezca muy difícil. Y no duda un segundo, aunque la evidencia le diga que no lo va a lograr. Sigue luchando y sin saber cómo, atrapa la meta. 

Por eso, los que no tienen fe, al final preguntan, ¿cómo le hizo? Yo varias veces he tenido que decir: Fe y saliva. No basta creer por un rato, hay que seguir creyendo sin darse jamás por vencido. Mucha gente es capaz de hacer un acto de fe al inicio un poco a prueba casi para luego convencerse de que "ya ve", "no sale", "se lo dije", "lo teníamos ya calculado, no sale". El hombre de fe no reacciona de esa manera, él sabe que va a lograr la meta. Sigue creyendo, cuando casi evidentemente se ve que no. Y de pronto, sin que otros lo crean, salió el resultado. ¿Cómo le hizo? Así preguntan los que no tienen fe, porque ante la evidencia de que salió, los pobres no pueden decir, "no sale". 

Preguntan "¿cómo le hizo?" La fe hay que actuarla también en las cosas que pedimos en la oración: "Todo lo que pidiereis sin dudar, creed que ya lo habéis recibido, y se os dará". 

Cuántas oraciones están llenas de todo menos de fe. Entre todas esas palabras, y llanto y lágrimas; digamos: Creo que puedes, creo que quieres. Hay en el evangelio oraciones de este tipo que a Cristo le fascinaron, que le arrancaron los milagros a la primera. Un leproso que se le acerca de rodillas y le dice esta oración tan breve y tan profunda: "Señor, sí quieres puedes curarme". Respuesta: "Quiero, queda limpio". 

Incluso aquella mujer que ni le dijo una palabra, tenía una grave enfermedad, unas hemorragias, había gastado todo su dinero y no había servido de nada. Ella hizo este acto de fe: "Basta que toque su manto y quedaré curada". Efectivamente, tocó su manto y quedó curada en el acto. 

Un centurión romano es decir, una persona que era pagana, tuvo más fe que ninguno. Le pidió a través de unos amigos a Jesús que curara a su siervo que estaba muy enfermo. Y Jesús dijo: "Cómo no, voy a su casa y lo curaré". Cuando él se dio cuenta que venía a su casa, mandó a decirle: "no, no, por favor, no vengas a mi casa, no necesitas venir". Fíjense la fe cómo es: "no necesitas venir, basta con que lo mandes tú". 

De la misma manera, así se argumentaba así mismo, "que yo que soy un centurión tengo cien soldados a mis órdenes, le digo a éste: Haz esto; y lo hace, y a mi siervo: tráeme tal cosa, y me la trae". 

Y Jesús públicamente no se aguantó las ganas de decir estas palabras: "No he encontrado una fe tan grande en todo Israel". Eso es tan hermoso, que incluso en la misa a la hora de la comunión, se pronuncia la frase que dijo el centurión: "No soy digno de que vengas a mi casa". Esas palabras fueron dichas por un pagano que tenía fe. 

En cambio, pongamos otro caso, el de un hombre muy educadito, muy modosito que tenía un hijo enfermo, y había ido con los apóstoles a que le curaran, y no pudieron. Se ve que también les faltó fe a los mismos apóstoles. Y entonces medio desesperado va con Jesús. "Mi pobre hijo enfermo... fui con tus apóstoles y no pudieron". Subrayando: "no pudieron", "sí tú puedes hacer algo", no le dijo: "tú puedes", sino "si tú puedes". La duda. Muy educadito pero sin fe. Y Jesús, como que severamente le dice, "¿Puedes tu creer?" El otro entendió la indirecta y dijo: "Sí, señor, ayuda mi incredulidad". Lo curó como a regañadientes, no muy a gusto. Porque cuando había fe, Cristo muy a gusto curaba. 

Y hoy día, cuando hay un hombre o una mujer de fe, muy a gusto le presta su omnipotencia para que realice las cosas. A los hombres de fe, Dios les presta, repito, su omnipotencia. Por eso no se explica humanamente hablando, cómo es que una persona que tiene fe saca las cosas adelante. La gente no se lo explica, no lo entiende. En cambio Él sí sabe por qué suceden las cosas, porque se fía de esas palabras de Jesús. Asi nos lo dice el Papa Francisco muchas veces: "Los milagros existen, pero es necesario rezar. Con una oración ferviente, insistente, perseverante, no una oración para cumplir." (24-5-2013) 

Alguien dijo, refiriéndose solo a la fe humana, esto de lo que estoy totalmente persuadido: "Todo lo que la mente de un hombre llegue a creer, esa misma mente lo realizará." ¿Será una ley espiritual? Creo que sí. 

Quiero recordar una poesía, creo que es del Dr. Bernard, que a mí realmente me inspira mucho; y que no cabe duda que la siguen los hombres de fe, sean atletas, sean realizadores, en el campo profesional, en el campo espiritual, el que sea. La poesía dice así: 

Sí piensas que estas vencido, lo estás. 
Sí piensas que no te atreves, no lo harás; 
sí piensas que te gustaría ganar, pero que no puedes, no lo lograrás. 
Sí piensas que perderás, ya estás perdido, 
Porque en el mundo encontrarás 
que el éxito comienza con la voluntad del hombre, 
todo está en el estado mental, es decir, en la fe. 
Porque muchas carreras se han perdido 
antes de haberse corrido 
y muchos cobardes han fracasado 
antes de haber su trabajo empezado. 

Piensa en grande y tus hechos crecerán, 
piensa en pequeño, y quedarás atrás, 
piensa que puedes; y podrás. 
Todo está en el estado mental, EN TU FE. 
Sí piensas que estas aventajado, los estás. 
Tienes que pensar bien para elevarte. 

(Y termina de esta manera, que es como el resumen.) 

Tienes que estar seguro de ti mismo 
antes de intentar ganar un premio. 
La batalla de la vida no siempre la gana 
el hombre más fuerte o el más ligero, 
porque tarde o temprano el hombre que gana 
es aquél que CREE QUE PUEDE HACERLO. 

Quisiera repetir al final lo más importante y es, el reto que nos lanza Jesús, en Marcos 11, 22-24. Tened fe en Dios, yo os aseguro que quien diga a este monte, quítate y arrójate al mar; y no vacile en su corazón, sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo, todo cuanto pidáis en la oración creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. 

En la relación a esto, la frase más hermosa que alguien me pudo decir en la vida fue ésta: "Usted me enseñó a creer".

Ojalá que no solo sea una persona, sino muchas las que puedan decir, tú entre ellas: "Usted me enseñó a creer", porque de esa manera te enseñaré también a triunfar en la vida. 


LA EXCOMUNIÓN POR EL ABORTO

Autor: Colin B. Donovan, STL | Fuente: www.ewtn.com
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?
Todos aquellos que colaboran en llevar a cabo el aborto, son considerados conspiradores y sujetos a ser excomulgados
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?

La manera en que sucede la excomunión por aborto es la siguiente:

El Canon 1398 menciona que "una persona que realiza un aborto exitoso, incurre en la excomunión automática" (latae sententiae). Esto significa que en el mismo momento en que el aborto es consumado exitosamente, la mujer y todos los participantes son excomulgados.

El aborto se define como "el asesinato del feto, de cualquier manera o en cualquier momento, desde el momento de la concepción" (Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos, publicado en las "Actas de la Sede Apostólica" vol. 80(1988),(1818)). Esta definición aplica a cualquier significado, incluyendo drogas, por medio de la cual un ser humano en el vientre de la madre es sacrificado. Cuando una mujer está consciente de estar en estado, la muerte intencional de la nueva vida en ella, no es solamente asesinato sino una ofensa sujeta a excomunión. Una mujer que sospecha que está esperando, tiene una grave responsabilidad y debe averiguar y proteger la posible vida en ella. Cualquier acción para terminar una "posible" vida, aunque probablemente no sea materia de excomunión, si refleja una gran indiferencia por la vida y es materia de pecado grave.

Todos aquellos que colaboran en llevar a cabo el aborto, son considerados conspiradores y sujetos a ser excomulgados. Esto incluye sin duda a los médicos y las enfermeras que participaron directamente, a los esposos, familiares y otros que con cuyo consejo colaboraron en hacerlo moralmente posible para la mujer afectada, y también todos los que la apoyaron en llevarlo a cabo.(Llevando a la clínica, financiando el aborto etc.)

Claramente hablando, aquellos que piensan que la posibilidad de tener abortos químicos solucionaría el problema, se engañan a si mismos. Solamente ampliaría el grupo sujeto a la excomunión y culpables de falta grave, incluyendo entonces a los fabricantes de las medicinas, farmaceuticos y médicos familiares. También debe de tomarse en consideración que actualmente muchas píldoras anticonceptivas son abortivas. Teóricamente el uso y conocimiento de las características abortivas de estas pastillas podría causar la excomunión. Los fabricantes de estas pastillas han estado considerando últimamente la peligrosa responsabilidad que comparten.

Tome nota: Para incurrir en la excomunión, uno debe de estar en conocimiento de que el aborto conlleva esa consecuencia. El Canon 1323 prevee excluir de la sanción a aquellos que no han cumplido los 16 años, los que no conocen esta Ley o están en error sobre su alcance, los que fueron forzados a esta decisión, los que tuvieron un accidente imprevisto, los que actuaron por miedo o no estaban en su santo juicio. (excepto culpabilidad causada por el alcoholismo). Por lo tanto una mujer forzada por un hombre abusivo, para hacerse un aborto, no estaría sujeta a la excomunión, pero si alguien es culpable bajo la influencia del alcoholismo o de drogas, si lo estaría (Canon 1325).

En cualquier caso, haya uno estado sujeto a excomunión o no, el pecado del aborto tiene que ser confesado, como si se le hubiera quitado la vida a un ser humano inocente (5to mandamiento). Si el penitente no conocía esta Ley en el momento de cometer el aborto, entonces él o ella no fueron excomulgados. Si la persona conocía esta Ley, pero existieron circunstancias atenuantes (como las arriba mencionadas referente al Canon 1323), estos factores deben ser explicados al confesor. El confesor mencionará, si tiene la facultad del obispo para absolverlo de esta excomunión o si necesita de ella. Si no tiene la facultad de absolver en este caso, puede privadamente y en secreto obtener la absolución del obispo o enviar al confesor a una persona que si tenga la facultad para hacerlo.

Una persona que piensa pueda estar sujeta a la excomunión, debe abstenerse de recibir la Sagrada Eucaristía hasta tanto la absolución de los pecados y de la excomunión haya sido otorgada.

Un factor que complica esta situación, es cuando intencionalmente se oculta el pecado mortal (aborto) o el conocimiento de la excomunión, esto invalida todas las otras absoluciones recibidas por los otros pecados cometidos, desde el momento en que se comenzó a ocultar este pecado. Ocultar conscientemente un pecado mortal o una excomunión, significa que aún después de haber sido dada la absolución por el sacerdote, debido a la falta de honestidad de parte del penitente, el pecado no queda perdonado. La absolución no es mágica, depende del sincero arrepentimiento de todos los pecados mortales conocidos y un firme propósito de enmienda. Estos pecados deben ser nuevamente confesados, como parte integral de una buena confesión. Este no es el caso de la persona que desconocía que lo que estaba haciendo era pecar ante los ojos de Dios y de la Iglesia, de lo cual se enteró más tarde. Como no ocultó de la confesión lo que sabía que era pecado, sus previas confesiones son válidas.

La Iglesia hace todo el esfuerzo posible para facilitar El Sacramento de la Penitencia y obliga a los sacerdotes a mantener también la anonimidad (Canon 964). Realmente no hay excusa válida para demorar el pleno regreso a los Sacramentos. Todos los que han cometido un aborto deben regresar a casa, a Cristo y a la Iglesia.


Para consultar el Código de Derecho Canónico, utilice este enlace

APRENDE A VOLAR


Aprende a volar


"El rey recibió como obsequio dos pichones de Halcón y los entregó al Maestro de Cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de ellos estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la rama desde el día de su llegada a Palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí. El rey mandó llamar a los curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la Corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el Monarca podía ver que el ave continuaba inmóvil. Publicó por fin un edicto entre sus súbditos y, a la mañana siguiente vio al Halcón volando en los jardines.
- Traedme al autor de ese milagro - dijo.
En seguida le presentaron a un campesino.
- Tú hiciste volar al Halcón?, cómo lo hiciste?, eres mago acaso?-.
Entre feliz e intimidado, el hombrecito sólo le explicó:
- No fue difícil Su Alteza, sólo le corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.-"

Sabes que tienes alas?
Sabes que puedes volar?
A que estás agarrado?
De qué no te puedes soltar?
Qué está esperando tu rama para romperse?
Quien o qué la puede cortar?
Cuáles son las razones que hoy te impiden levantar el vuelo?
Nadie vendrá a rescatarte.
Nadie cortará la rama.
Tú eres el mago.
Entonces, qué es tener éxito?

Es comenzar por tener un sueño
Es estar comprometido con los sueños
Es tener confianza en sí mismo
Es algo que no aparece por casualidad
Es aceptar lo que no se puede cambiar
Es saber cambiar a tiempo
Es volver a empezar
Es reconocerme en mis logros
Es saber disfrutar de mis logros y de lo que tengo
Es reconocer que me equivoqué y pedir perdón
Es reconocer que detrás de cada acierto pueden haber varios fracasos
Es enamorarse de lo que uno hace
Es no postergar y hacer algo ahora
Es darse cuenta que estás eligiendo a cada momento
Es reconocer las propias debilidades y fortalezas
Es no parar jamás hasta conseguir los sueños
Es saber con que fin hacemos las cosas
Es no mirar hacia atrás
Es actuar con entusiasmo
Es transitar caminos desconocidos
Es probar hacer algo que nunca hicimos
Es probar hacer algo de una manera diferente
Es saber que no estamos solos
Es no rendirse jamás
Es disfrutar de cada momento
Es disfrutar del tiempo libre
Es tener tiempo libre
Es accionar ya
Es inventar un nuevo paso de baile cuando el anterior no funciona
Es pensar en positivo
Es tener metas claras
Es tener perseverancia en la búsqueda de los deseos
Es estar preparado para ver la oportunidad
Es desarrollar la creatividad
Es utilizar la imaginación
Es recomenzar con el mismo entusiasmo
Es tener la paciencia necesaria
Es tener claridad en el propósito
Es dejar una huella para que otros puedan seguirla
Es estar focalizado a lo que uno quiere
Es arriesgar
Es hacer cosas nuevas todos los días

ÉXITO: ES APRENDER A VOLAR !.

GUÍAME SEÑOR


ANUNCIO COMERCIAL


Anuncio comercial


El texto es de un comercial 
que fue exhibido en los cines recientemente. 

En el film la pantalla queda toda blanca 
y la narración dice lo siguiente:

Este comercial... No tiene una mujer en biquini, 
no tiene cachorros, no tiene niños, no tiene un bebito...
Este comercial no tiene una pareja, no tiene beso, 
no tiene una familia tomando el café de la mañana.

Este comercial no tiene música pegajosa, 
no tiene efectos especiales, 
no tiene una tortuga jugando con una pelota. 
Este comercial no tiene gente famosa, 
ni modelos publicitarios.

Porque este comercial es para vender un producto... 
que todos quieren comprar ! 
sin que nadie los convenza.

Que usted adora consumir... 
y tal vez hasta ya lo haya comprado... 
sólo que no se lo han entregando.

Es un producto que no tiene marca, no tiene slogan, 
no tiene envoltorio, ni hace promoción del tipo 
"lleve 3 y pague 2".

Este comercial es todo blanco. Y de esta manera...
puede ser entendido aquí y en el mundo entero.

Además, sería muy bueno si este comercial...
se pudiera pasar en el mundo entero.

Porque el producto que este comercial quiere vender
es... ¡PAZ!

Y mientras las personas 
que necesitan comprar la PAZ no la compren, 
Usted puede...

Tomar un poco de la PAZ que todavía tiene en casa... 
y usarla en el tránsito, en la fila del banco, 
en el ascensor o... cuando mira un partido de fútbol.

¡La PAZ es un producto interesante! 
Porque cuanto usted más la usa... ¡Más PAZ tiene!

Y si todo el mundo la usara... tal vez llegaría el día... 
en que nadie más.. Tendría que hacer un comercial...
¡Para vender la PAZ!

ORACIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA


ORACIÓN AL A DIVINA MISERICORDIA


¡Oh Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh Dios!; y clama con la potente voz de la desdicha.

¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos: Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos, fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como hijos Tuyos, aguardemos la última venida (día que Tú solo sabes). Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.

Porque Jesús es nuestra esperanza: A través de su Corazón misericordioso, como en el Reino de los Cielos.

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