miércoles, 28 de agosto de 2013

ORACIÓN A SAN JOSÉ


ORACIÓN A SAN JOSÉ

  ¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora vuestra protección experimenta vuestro consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía. Pedid al Señor por mí; libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y apartadme del mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones. Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os pueda ser acepto y agradable para merecer dignamente vuestro amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.

Jaculatoria.-¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el bien; corregid mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados.

LA BELLEZA DE UNA JOYA


La belleza de una joya

Las joyas, en sí mismas, no tienen valor a menos que sean traídas a la luz. Colocadas en ciertas posiciones, reflejarán la belleza del sol. De otra forma, en ellas no hay belleza alguna. El diamante que es llevado a la oscura galería o a la profunda mina subterránea no muestra ninguna belleza. ¿Qué es ella sino un pedazo de carbón, un poco de carbono común, a menos que ella se convierta en un medio para reflejar la luz? Así sucede también con las otras piedras preciosas. Sus variados tonos no son nada sin la luz. Cuantos más lados tengan, reflejan más luz y exhiben más belleza. Si cogemos un diamante en bruto, veremos que no hay brillo en él. En su estado natural él no refleja luz alguna.

Así somos nosotros en un estado natural, de ninguna utilidad, hasta que Dios comienza a brillar sobre nosotros. La luz que existe en un diamante no es su propia posesión: es la belleza del sol. ¿Qué belleza existe en un hijo de Dios? Solamente la belleza de Jesús. Nosotros somos su pueblo especial, escogido para manifestar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Que podamos reflejar, hoy, Su luz y Su amor.

PARÁBOLA DE LA DEUDA


Parábola de la deuda 
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB


Maestro, en este nuevo mundo de tecnología hay que estar pidiendo créditos al gobierno, a los bancos y a todo el mundo. El cristiano se encuentra en una encrucijada grave. Aspira a tener como los otros. Y, claro está, a veces se endeuda.
- ¿ Qué nos dices de la deuda?
- Un hombre debía mucho dinero. Lo estaba pasando fatal. Un día, por no sé qué motivos con su mujer e hijos, tuvo que sufrir mucho.
- Reflexionó y concluyó así:
- Total, mi vida se ha reducido a producir dinero para que lo gasten mis hijos y mi mujer.
- He hecho el tonto.
- ¿Por qué?, le pregunté.
- Porque he leído hoy en la carta a los Romanos:
- " A nadie le debáis nada, más que amor".
- Y de éste he dado poco.
- Así pues, me arreglaré con lo indispensable y toda mi vida- lo que me queda- será únicamente para dar amor. 


¿Das cosas o amor?

ORACIÓN DEL MAESTRO: Padre celestial, este hombre creyente, aunque tarde, se ha dado cuenta de que lo van a juzgar al fin de su vida por el amor. Ha sabido reaccionar a tiempo. Pidamos para que muchos padres de familia se entreguen a dar amor antes que mucho dinero a sus hijos. Todos serán más felices. Y el mundo mejorará.
¿Por qué matarse de trabajar por avaricia inútil?

PRECES

- Por la juventud: para que acuda en su vida a lo fundamental, roguemos al Señor
- Añade tus intenciones


Señor, con todas nuestras debilidades, una cosa tenemos cierta, el amor. Por eso te decimos con gratitud: Padrenuestro

ALEGRE, A PESAR DE TODO


Alegre, a pesar de todo


Cuando los jóvenes veían más alegre y charlador a san Juan Bosco, decían:

–– “Hoy debe haber tenido un problema inmenso, porque está más sonriente que de costumbre”.

Y así sucedía en verdad. Un día su sacerdote le dijo:

–– “Comentan sus amigos que nunca lo habían visto tan alegre y comunicativo como hoy”.

Y él le respondió:

–– “Y, sin embargo, hoy he tenido la pena más grande de toda mi vida y he tenido que solucionar un problema como nunca me lo había imaginado que me iba a llegar”.

EL EVANGELIO DE HOY: 28.08.2012

Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
Sepulcros blanqueados
Mateo 23, 27-32. Tiempo Ordinario. Por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de inmundicia.
 
Sepulcros blanqueados
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 27-32


En aquellos días, dijo Jesús: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!
Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas.¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 


Oración introductoria

¡Oh! Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, dirige mi corazón para actuar siempre de cara a la verdad. ¡Oh! Espíritu de santidad, ven y renueva mi intención. Ven, Espíritu de amor, enséñame a orar.

Petición

Jesús, dame la gracia de buscar siempre la verdad.

Meditación del Papa

Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Cristo, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento de hecho a las palabras de los profetas. Sí, la maldad y la ignorancia de los hombres no es capaz de frenar el plan divino de salvación, la redención. El mal no puede tanto.
Otra maravilla de Dios nos la recuerda el segundo salmo que acabamos de recitar: Las "peñas" se transforman "en estanques, el pedernal en manantiales de agua". Lo que podría ser piedra de tropiezo y de escándalo, con el triunfo de Jesús sobre la muerte se convierte en piedra angular: "Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente". No hay motivos, pues, para rendirse al despotismo del mal. Y pidamos al Señor Resucitado que manifieste su fuerza en nuestras debilidades y penurias. (Benedicto XVI, 26 de marzo de 2012).


Reflexión

Jesús sigue fustigando el pecado de hipocresía. Aparentar por fuera lo que no se es por dentro, como había condenado los árboles que sólo tienen apariencia y no dan fruto. Aquí desautoriza a las personas que cuidan su buena opinión ante los demás, pero dentro están llenos de maldad.

¿Se nos podría achacar algo de esto a nosotros? ¿No estamos también preocupados por lo que los demás piensan de nosotros, cuando en lo que tendríamos que trabajar es en mejorar nuestro interior? Sabemos que Dios conoce nuestro interior y no podemos engañarle, por ello vale más ser transparentes ante Dios que aparentar lo que no somos ante los hombres. ¿Sería muy exagerado tacharnos de sepulcros blanqueados?

También conviene evaluarnos en el otro aspecto que Jesús denuncia. ¿Somos personas que de palabra se distancian de los malos como los fariseos de sus antepasados, pero en realidad somos tan malos o peores que ellos, cuando se nos presenta la ocasión? Puede ser que emitamos juicios temerarios contra nuestro prójimo, considerándoles inferiores a nosotros, cuando en realidad lo que Cristo nos pide es perdonar y no pensar mal de nadie. En este caso, Cristo poseía la autoridad para denunciar la actitud hipócrita de los fariseos, sin embargo sabemos por el mandato de Cristo, el de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a nosotros, no nos compete este derecho.


Diálogo con Cristo

Padre bueno, dame la gracia de salir de esta oración decidido a vivir siempre con autenticidad venciendo el miedo al qué dirán, la rutina o ley del menor esfuerzo, para aspirar a ser tu discípulo y misionero. Aumenta mi generosidad para aportar todas mis cualidades, mi ingenio e incluso mis recursos materiales para llevarte a los demás.

Propósito

Ante las dificultades del día de hoy, recitar la jaculatoria: Cristo, en Ti confío. 

martes, 27 de agosto de 2013

DANOS, SEÑOR, TU PAZ


Danos, Señor, tu Paz


Tu Paz es débil y es pequeña,
como una semilla, como un fermento,
trasparente como el agua,
encendida como el fuego. 

Tu Paz crece entre los pobres,
los limpios y sufridos.
Tu paz crece, también,
entre los profetas sedientos de justicia. 

Tu Paz, Señor, tiene otros nombres:
desarrollo para todos,
solidaridad sin cámaras ni espectáculos.
perdón, encuentro, misericordia, 

Danos, Señor, tu Paz,
limpia de mentiras, blanca,
verde oliva, paz-ungüento para sanar.
roja fuego, para encender corazones
y despertar pasiones
y enamorar al mundo.

Danos Señor el beso de tu Paz,
tu abrazo de Padre
que nos hace hermanos. 

ORACIONES A SANTA MÓNICA -27 DE AGOSTO





QUIERO APRENDER A ESCUCHAR


Quiero aprender a escuchar

Quiero aprender a escuchar, quiero escuchar con los ojos y oídos, pero sobre todo a escuchar con el alma, Y con todos los sentidos.


Quiero aprender a escuchar lo que dice el corazón, Lo que dicen los hombres caídos, los ojos tristes, las manos inquietas.

Quiero escuchar el mensaje que esconden las palabras, Quiero descubrir la angustia enmascarada, La inseguridad enmascarada, La soledad encubierta.

Quiero penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porque de las lagrimas...Poco a poco, quiero y necesito aprender a amar....

Yo estoy aprendiendo a perdonar, Porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en el corazón herido.

El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos. No cultiva las ofensas con las piedades y autocompasión. El amor perdona, da alivio, extingue todo el dolor en el corazón. Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar, a amar, Yo estoy aprendiendo a descubrir el valor, dentro de cada vida, de todas las vidas.

El afecto y aceptación, para las experiencias duras, Vivido a lo largo de los años. Yo estoy aprendiendo a ver, En las personas, su alma, Y las posibilidades que Dios les dio.

Yo estoy aprendiendo, Pero, !como es lento el aprendizaje! !Como es difícil amar, como Cristo ama! Aunque, tropezando, vagando, yo estoy aprendiendo.

Aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo. Cuando estos impiden el bienestar Y la felicidad de alguien Como es duro amar pero quiero y cada día es mi anhelo aprender a amar como Cristo me amo, con una entrega absoluta, sin interés, sin prejuicios y sin dolor sino con gozo.

GOTITAS DE AMOR


Gotitas de amor


Había un incendio en un gran bosque de bambú; el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo; y volvía a regresar
y volvía a ir una y otra vez; y los dioses que la observaban, sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:

- Oye, por qué estás haciendo eso?
Cómo es posible?
Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones?
Date cuenta: No lo vas a lograr.

Y el ave humildemente contestó:
"El bosque me ha dado tanto, le amo tanto, yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza. Este bosque me ha dado todo mi ser.
Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar".

Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio.

"Cada gotita de agua apacigua un incendio.
Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, un mejor mañana será su reflejo.

No subestime sus gotas: millones de ellas forman un océano.
Todo acto que con amor realizamos, regresa a nosotros multiplicado"

EL EVANGELIO DE HOY: 27.08.2013

Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
Escribas y fariseos hipócritas
Mateo 23, 23-26. Tiempo Ordinario. Resistir a la gracia, al Amor, quizás es el pecado más grande.
 
Escribas y fariseos hipócritas
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26


En aquel tiempo Jesús habló diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!

Oración introductoria

Oh, Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, limpia mi conciencia para que pueda convivir permanente con tu gracia, te lo pido por intercesión de la Inmaculada Virgen María que supo actuar siempre de cara a la verdad.

Petición

Jesús, ayúdame a vivir según esta regla: «Es bueno lo que me ayuda a cumplir la voluntad de Dios, y malo lo que me estorba».

Meditación del Papa

Tomemos solamente una de sus palabras-clave: la libertad. La experiencia de ser amado hasta el fondo por Cristo le había abierto los ojos sobre la verdad y sobre el camino de la existencia humana; aquella experiencia lo abarcaba todo. San Pablo era libre como hombre amado por Dios que, en virtud de Dios, era capaz de amar juntamente con él. Este amor es ahora la "ley" de su vida, y precisamente así es la libertad de su vida. Habla y actúa movido por la responsabilidad del amor. Libertad y responsabilidad están aquí inseparablemente unidas. Por estar en la responsabilidad del amor, es libre; por ser alguien que ama, vive totalmente en la responsabilidad de este amor y no considera la libertad como un pretexto para el arbitrio y el egoísmo. Con ese mismo espíritu san Agustín formuló la frase que luego se hizo famosa: "Dilige et quod vis fac", "Ama y haz lo que quieras". Quien ama a Cristo como lo amaba san Pablo, verdaderamente puede hacer lo que quiera, porque su amor está unido a la voluntad de Cristo y, de este modo, a la voluntad de Dios; porque su voluntad está anclada en la verdad y porque su voluntad ya no es simplemente su voluntad, arbitrio del yo autónomo, sino que está integrada en la libertad de Dios y de ella recibe el camino por recorrer. Benedicto XVI, 28 de junio de 2008.

Reflexión

Las severas advertencias de Jesús contrastan con la imagen que todos tenemos de Él. El buen pastor, el que va en busca de los pecadores y cura enfermedades, el que da el pan a los que tienen hambre, el que no juzga sino que perdona, incluso a sus enemigos y a los que le maltratan... ¿cómo es posible que sea Él mismo el que se muestre inflexible y hasta agresivo ante los fariseos y escribas?

¡Hasta cuándo he de soportaros! Exclamó Jesús... y no es para menos. Porque cuando juzgamos excesiva la reacción del maestro, ¿no será acaso porque no tenemos en cuenta todo lo que Él ha hecho por aquellos hombres? Sin embargo, su respuesta fue la incredulidad más hiriente y ciega. Resistir a la gracia, al Amor, quizás es el pecado más grande...

A veces, nos salta la tentación de juzgar también nosotros al Señor. No creemos que lo que nos ocurre sea justo. Nos parece excesivo, insoportable un problema, una enfermedad o la situación familiar de un amigo. Culpamos a Dios de todo esto y le negamos en nuestro interior porque Él no evitó tal circunstancia o no escuchó nuestras oraciones.

Quizás, si somos de verdad sinceros con nosotros mismos, nos comportamos con la misma dureza con la que creemos se comportó Jesús.

Propósito

Buscar «ser» más y mejor persona, en vez de hacer cosas para «parecer» buen cristiano.

Diálogo con Cristo 

Oh, Espíritu de santidad, ven y renueva mi corazón en esta oración. Ven, Espíritu de amor, de paz, y enséñame a ser auténtico y coherente con mi fe para llegar a ser benevolente, lleno siempre de amor y comprensión con todos, especialmente con los más cercanos. Ayúdame a corresponderte con un amor fiel, verdadero y apasionado. 

lunes, 26 de agosto de 2013

EL BRILLO DE UNA ESTRELLA


El brillo de una estrella
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD


  La leyenda dorada de los padres del desierto cuenta la historia de aquel viejo monje que todos los días debía cruzar un largo arenal para ir a recoger la leña que necesitaba para el fuego. En medio del arenal surgía un pequeño oasis en cuyo centro saltaba una fuente de agua cristalina que mitigaba los sudores y la sed del eremita. Hasta que un día el monje pensó que debía ofrecer a Dios ese sacrificio: regalaría a Dios el sufrimiento de su sed. Y al llegar la primera noche, tras su sacrificio, el monje descubrió con gozo que en el cielo había aparecido una nueva estrella. Desde aquel día el camino se le hizo más corto al monje.

Hasta que un día tocó al monje hacer su camino junto a un joven novicio. El muchacho, cargado con los pesados haces de leña, sudaba y sudaba. Y cuando vio la fuente no pudo reprimir un grito de alegría; “Mire, padre, una fuente”. Cruzaron mil imágenes por la mente del monje: si bebía, aquella noche la estrella no se encendería en su cielo: pero si no bebía, tampoco el muchacho se atrevería a hacerlo. Y, sin dudarlo un segundo, el eremita se inclinó hacia la fuente y bebió. Tras él, el novicio, gozoso, bebía y bebía también. Aquella noche Dios no estaría contento con él y no se encendería su estrella.

Y al llegar la noche el monje apenas se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo hizo, al fin, con la tristeza en el alma. Y sólo entonces vio que aquella noche en el cielo se habían encendido no una, sino dos estrellas.


José L. Martín Descalzo.


Dios ama más la misericordia que los sacrificios. Es más importante vibrar con el hermano y hacerle feliz, que todas las estrellas que puedan aparecer en el cielo.

Cuando James Calvert y sus compañeros se dirigían a las islas Fiji para llevar el evangelio a sus moradores, el capitán del barco se oponía diciéndoles: exponen su vida y las de sus compañeros yendo a vivir entre esos antropófagos. Calvert respondió: “moriremos antes de venir aquí”. Siempre que uno ama, no mira los riesgos ni mide la vida.

Vivir es compartir en un amor oblativo todo lo que se tiene: tiempo, mesa, techo, bienes. Ayudar a los otros a llevar las cargas con toda humildad, dulzura y paciencia, soportándoles y aceptándoles como son (Ef. 4.2), pues, de una vez por todas, se ha dado este precepto:

“Ama y haz lo que quieras.
Si te callas, cállate por amor.
Si hablas, habla por amor.
Si corriges, corrige por amor.
Si perdonas, perdona por amor.
Mantén en el fondo de tu corazón la raíz del amor.
De esta raiz, no puede nacer más que el bien” (San Agustín).

EL EVANGELIO DE HOY:26.08.2013

Autor: Santiago Garza | Fuente: Catholic.net
Maldiciones contra escribas y fariseos
Mateo 23, 13-22. Tiempo Ordinario. Jesús supo reprenderlos con palabras llenas de fuerza y verdad.
 
Maldiciones contra escribas y fariseos
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 13-22


En aquellos días, dijo Jesús: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! «¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!" ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? Y también: "Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado." ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él. 

Oración introductoria 

Qué triste pero real es constatar que hoy se sigue repitiendo la misma escena. Cuántas personas se alejan de la Iglesia por el pobre testimonio que damos. Ayúdame, Señor Jesús, a hacer esta oración para que mi corazón escuche y mi generosidad crezca a fin de poder responder a todas las luces de tu Espíritu Santo.

Petición 

Padre mío, aumenta mi fe para que pueda crecer mi amor al prójimo.

Reflexión

Nosotros sabemos que la autenticidad de nuestra fidelidad al Evangelio se verifica también en base a la atención y a la solicitud concreta que nos esforzamos en manifestar hacia el prójimo, especialmente hacia los más débiles y marginados. Así, el servicio caritativo, que puede desarrollarse en una multiplicidad de formas, se convierte en una forma privilegiada de evangelización, a la luz de la enseñanza de Jesús, que considerará como hecho a si mismo cuando hayamos hecho a nuestros hermanos, especialmente al más "pequeño" y desatendido. Para que nuestro servicio no sea sólo acción filantrópica, aunque útil y con mérito, es necesario alimentarlo con la oración constante y la confianza en Dios. Es necesario armonizar nuestra mirada con la mirada de Cristo, nuestro corazón con su corazón. De esta manera, el apoyo amoroso, ofrecido a los demás se traduce en participación y en un compartir consciente de sus esperanzas y sus sufrimientos, haciendo visible, y diría que casi tangible, por una parte la misericordia infinita de Dios hacia cada ser humano, y por otra, nuestra fe en Él. Benedicto XVI, 3 de abril de 2009.

Reflexión apostólica

Una de las virtudes humanas más apreciadas por la mayoría de las personas es, sin duda, la coherencia de vida. En la misma vida de Jesús podemos ver un gran ejemplo de coherencia humana, pues Él actúa lo que predica.

Siendo Jesús una persona humanamente bien formada, con principios y valores rectos, la actitud de los escribas y fariseos le parece de lo más reprochable. Es por eso que Jesús les reprime y recrimina. Jesús es consciente que ellos influyen mucho en los demás, ya que son los jefes de las sinagogas, y viendo que sus actitudes no son las más adecuadas, se decide a actuar para poner solución a la situación. Jesús es el buen pastor que cuida de sus ovejas y no las deja solas. Pueden parecer duras las palabras que les dirige, pero lo hace con dos intenciones: la primera es llegar a las conciencias de los escribas y fariseos para que recapaciten su forma de proceder; la segunda, para que las personas que lo escuchan sepan que él ha venido a traer la verdad.

Diálogo con Cristo

Señor Jesús, tú que supiste reprender a los escribas y fariseos con palabras llenas de fuerza y de verdad, danos la gracia de poder escucharte, pues quizá nos estás hablando y no lo hacemos.

Propósito

Rezar un misterio del rosario para pedir de manera especial por todos aquellos que de algún modo son jefes y guías de los demás para que sean realmente personas coherentes y prudentes en sus comportamientos. 

EL AMOR HACIA LOS ENEMIGOS


El amor hacia los enemigos
Autor: María Cruz
En nuestra sociedad, amamos a los que nos aman; hacemos el bien a quienes nos lo hacen y prestamos a quienes sabemos nos lo van a devolver. Una conducta muy razonada, que no compromete en nada. Pero obrando así, ¿qué es lo que nos distingue de los que no tienen fe?. Al cristiano se le pide un "plus" en su vida: amar al prójimo, hacer el bien y prestar sin esperar recompensa, pues eso es lo que hace Dios con nosotros, que nos ama primero para que nosotros le amemos.

Tenemos que adelantarnos a hacer el bien, para despertar en el corazón de los otros sentimientos de perdón, de entrega, de generosidad, paz y gozo; así nos vamos pareciendo al Padre del cielo y vamos formando en la tierra la familia de los hijos.

Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón, mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar. Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos.

domingo, 25 de agosto de 2013

SEGUIRÉ CREYENDO...



Seguiré creyendo


Voy a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la esperanza.

Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.

Voy a seguir construyendo, aun cuando otros destruyan.

Voy a seguir hablando de paz, aun en medio de la guerra.

Voy a seguir iluminando, aun en medio de la oscuridad.

Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.

Y seguiré gritando, aun cuando otros callen.

Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas

Y transmitiré alivio cuando vea dolor.

y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas.

invitaré a caminar al que decidió quedarse.

Y levantaré los brazos a los que se han rendido.

Porque en medio de la desolación siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros
Y aun en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol y en medio del desierto crecerá una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y mariposas que brinden su belleza.
Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío, o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente.
Seguramente, me habrá pasado que la vida me abofeteo y me sorprendió por un segundo.
Ese gesto hará que vuelva a mi camino

Nunca lo olvides.


EL EVANGELIO DE HOY: 25.08.2013

Autor: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net
¡Entrad por la puerta estrecha!
Lucas 13, 22-30. Tiempo Ordinario. A nosotros nos gustaría recibir algún "adelanto" de los que se van a salvar y de los que se van a perder.
 
¡Entrad por la puerta estrecha!
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30


Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois." Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas"; y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!" «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. «Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos».

Oración introductoria

Gracias, Jesús, por regalarme este momento de oración. Dame la gracia de dejar todo lo demás a un lado, mis preocupaciones, mis pendientes… porque en este momento de oración Tú eres lo más importante. Quiero escucharte profundamente para vivir conforme a tu Evangelio, esa puerta estrecha que me puede llevar a la felicidad por toda la eternidad.

Petición

Jesús, concédeme no buscar la ley del menor esfuerzo. Quiero entrar siempre por la puerta estrecha de la abnegación y del sacrificio.

Meditación del Papa

Durante su última subida a Jerusalén, uno le pregunta: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?". Y Jesús le responde: "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán". ¿Qué significa esta "puerta estrecha"? ¿Por qué muchos no logran entrar por ella? ¿Acaso se trata de un paso reservado sólo a algunos elegidos? [...] El mensaje de Cristo va precisamente en la dirección opuesta: todos pueden entrar en la vida, pero para todos la puerta es "estrecha". No hay privilegiados. El paso a la vida eterna está abierto para todos, pero es "estrecho" porque es exigente, requiere esfuerzo, abnegación, mortificación del propio egoísmo. [...] Queridos hermanos y hermanas, si también nosotros queremos pasar por la puerta estrecha, debemos esforzarnos por ser pequeños, es decir, humildes de corazón como Jesús, como María, Madre suya y nuestra. Ella fue la primera que, siguiendo a su Hijo, recorrió el camino de la cruz y fue elevada a la gloria del cielo, como recordamos hace algunos días. El pueblo cristiano la invoca como Ianua caeli, Puerta del cielo. Pidámosle que, en nuestras opciones diarias, nos guíe por el camino que conduce a la "puerta del cielo" (Benedicto XVI, 26 de agosto de 2007).

Reflexión

El hombre es un ser curioso por naturaleza. Todos queremos saber más y más, y el horizonte de nuestros conocimientos es ilimitado. Recuerdo que, cuando iniciaba mis estudios de filosofía, hace ya muchos años, la primera cosa que me sorprendió fue escuchar que el origen de la filosofía era, precisamente, la curiosidad del hombre, su capacidad de admirarse y de preguntarse sobre el porqué de las cosas. El mismo vocablo "curiosidad" viene del latín, cur, y significa por qué.

Pero yo creo que nuestra curiosidad se agudiza aún más cuando se trata de algo que nos atañe en primera persona o que se refiere a la vida y a la gente que nos rodea. Nos encantaría saber, si nos fuera posible, qué nos deparará el futuro o cuál será el destino de nuestra existencia.

Seguramente por esta misma tendencia de nuestra naturaleza, siempre ha estado tentado el hombre de recurrir a la astrología, a la magia y a las diversas artes adivinatorias, así como también al espiritismo y al contacto con el mundo de los muertos –supuesto o real— para tratar de conocer el propio futuro o la suerte ajena.

Sin embargo, este conocimiento es un misterio velado y vedado para el hombre. El poeta latino Horacio, aun siendo pagano, se atrevió a condenar esta pretensión en una de sus famosas odas: "Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi quem tibi, finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios temptaris números" escribía a una de sus amigas en el libro primero de sus "Carmina". Traducido al castellano, sería mas o menos así: No pretendas tú, ¡oh Leucónoe!, conocer qué fin (destino) nos darán los dioses a ti y a mí, pues nos está vedado; ni lo intentes recurriendo a los cálculos de los astrólogos. Como sea, lo mejor es padecerlo, ya sea que Júpiter te conceda muchos inviernos o que éste sea el último... Mira, mientras hablamos, se nos escapa el ambicionado tiempo. Mejor, aprovecha bien el día presente y no seas demasiado crédula del mañana. Por supuesto que nuestro poeta hacía esta recomendación a su amiga Leucónoe desde su filosofía epicúrea: "Carpe diem!", le decía. "¡Aprovecha el presente día!". Bien entendido, es un sabio consejo, con tal que se eviten los abusos en los que con frecuencia caían los seguidores de la doctrina de Epicuro.

En el Evangelio de hoy encontramos el mismo tema. Pero con una visión totalmente cristiana. "Señor, ¿serán muchos los que se salven?" –preguntan los discípulos a nuestro Señor-. Aquí está la eterna curiosidad del hombre por la suerte propia y la ajena. Se trata, nada menos, del destino final y eterno que tocará a cada uno de nosotros. Es una pregunta ligada íntimamente al misterio de la predestinación, que siempre y en todas las épocas de la historia, tanto ha inquietado a filósofos, teólogos, pensadores, e incluso a la gente común y corriente.

"¿Serán pocos los que se salven?". A nosotros nos gustaría recibir algún "adelanto" de los que se van a salvar y de los que se van a perder.

Incluso muchas veces nos hemos preguntado, no con poca curiosidad, si algunos personajes de la historia que, a nuestro juicio, han sido pérfidos, se habrán salvado...

Pero Jesús no satisface la curiosidad de sus oyentes. A nadie le es permitido conocer el propio futuro ni el de los demás. Aparte de innecesario, resulta totalmente inútil preguntarlo. ¿Qué nos ganamos con ello? Lo mejor es conducir nuestra vida coherentemente, como Dios se espera de nosotros. Y la respuesta del Señor va, precisamente, en esta otra dirección: "Esforzaos, más bien –les dice— en entrar por la puerta estrecha". En vez de indagar, en vano, el propio destino, es mucho más sano y prudente tratar de vivir de una manera digna para hacernos merecedores, al final de nuestra existencia, de ese grandísimo bien que todos anhelamos alcanzar: la vida eterna y bienaventurada.

Pero nuestro Señor nos alerta y nos pone en guardia. Ciertamente, no todos se salvarán, por desgracia. "Muchos intentarán entrar –en el cielo, por supuesto— y no podrán". Entonces, los que se queden fuera, comenzarán a llamar a la puerta y a gritar: "¡Señor, ábrenos!". Es muy dramática la escena que Jesús pinta en este cuadro. Aquellos que supuestamente habían sido sus compañeros de viaje y sus amigos, le dirán: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas". Era de esperarse que, como antiguos comensales de Jesús, Él los conocería y los recibiría con los brazos abiertos en la gloria. Pero no siempre sucede así. ¡Qué tragedia cuando, llenos de confusión, escuchen la sentencia de Cristo: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados"!

Para entrar en el cielo no basta haber comido y bebido a la mesa de Cristo, sino haber cumplido sus mandamientos. "No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el Reino de los cielos –nos recuerda Jesús por boca de san Mateo- sino el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos”. Cuánta sabiduría contiene el refrán popular, que reza: “obras son amores, que no buenas razones”. Por eso, el consejo de Cristo: “¡Entrad por la puerta estrecha!".

La basílica de la Natividad, en Belén, tiene una puerta lateral, muy baja y pequeña. Las puertas principales se cerraron a cal y canto en los tiempos de las Cruzadas para evitar las profanaciones de los musulmanes, que irrumpían en la basílica armados y a caballo. Y así se dejó la puerta de ingreso, que quedó como un verdadero símbolo: el que quiera entrar a adorar al Niño Dios, tiene que agachar la cabeza e inclinarse, en señal de humildad y de abajamiento.


Propósito

Entrar por la puerta estrecha significa, pues, que hemos de acercarnos a Dios por la senda del sacrificio, de la renuncia, la austeridad, la fe, la humildad, la sencillez y el desprendimiento. Si entramos por esta puerta, nuestro Señor nos acogerá con los brazos abiertos en las moradas eternas. Hagamos méritos, ya desde ahora, con nuestras buenas obras.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Cordova LC 

    SEMBREMOS SÓLO AMOR


    Sembremos sólo amor...


    Una persona, un gesto, puede cambiarnos la vida. Pero así como pueden cambiárnosla a nosotros, también pueden cambiársela a los demás. Por eso es importante que siempre recordemos que somos personas, y que somos dueños de nuestros gestos. Y que al vivir en un mundo de relación, en contacto con otras personas, nuestra propia persona y nuestros gestos pueden cambiar la vida de los demás.

    ¿Nos pusimos a pensar simplemente en el valor de una sonrisa? Cuán diferente nos sentimos cuando se nos recibe con una sonrisa en lugar de una mueca o sólo con indiferencia. Qué distinto nos predispone la amabilidad, una palabra cálida, un gesto de cariño, una caricia, un beso, una manifestación de ternura... En cambio la groseria, el desprecio, la indiferencia, el maltrato, pueden destruirnos.

    Tratamos de ir por la vida sembrando amor y respeto; y no siempre recibimos lo mismo. Pero eso no debe hacer que nosotros cambiemos, porque, entonces, estaríamos imitando modelos que repudiamos. 

    Si algo nos lastima tratemos de cambiarlo; y si no podemos, apartémonos de ello. Pero no emulemos su accionar. Recordemos que esas, nuestras acciones, pueden cambiar la vida de los demás. Y lo lindo es cambiar la vida de los demás para bien, para mejor. Lo bueno es cambiar lágrimas por sonrisas, tristeza por alegría, desprecio por consideración, odio por amor, maldad por bondad...

    Siempre, lo bueno, es cambiar malo por bueno. Obremos de modo tal que, en nuestro paso por la vida de los demás, sembremos sólo amor. Seguramente cosecharemos más de lo que nos podemos imaginar...

    sábado, 24 de agosto de 2013

    UNA SONRISA

    Una sonrisa
    Autor: Madre Teresa de Calcuta


    Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
    conserva nuestro buen humor,
    guarda nuestra alma en paz,
    vigoriza la salud,
    embellece nuestro rostro
    e inspira buenas obras.

    Sonriamos a los rostros tristes,
    tímidos, enfermos, conocidos,
    familiares y amigos.

    Sonriámosle a Dios con la aceptación
    de todo lo que El nos envié y
    tendremos el merito de poseer
    la mirada radiante de su rostro
    con su amor por toda la eternidad.

    Las palabras de Cristo son muy claras,
    pero debemos entenderlas como una
    realidad viviente, tal como El las propuso.
    Cuando El habla de hambre,
    no habla solamente del hambre de pan,
    sino hambre de amor, hambre de ser
    comprendido, de ser querido.

    El experimentó lo que es ser rechazado porque
    vino entre los suyos y los suyos no lo quisieron.
    Y El conoció lo que es estar solo,
    abandonado, y no tener a nadie suyo.

    Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas
    en todo el mundo destruyendo
    hogares y naciones, habla de no tener hogar,
    no solamente un cuarto con
    techo, pero el anhelo de ser aceptado,
    de ser tratado con compasión, y que
    alguien abra nuestro corazón para recibir
    al que se sienta abandonado.

    EL EVANGELIO DE HOY: 24.08.2013

    Autor: P Clemente González | Fuente: Catholic.net
    El encuentro con Natanael
    Juan 1, 45-51. Fiesta Bartolomé apóstol. Bartolomé permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús... ¡alabándole!
     
    El encuentro con Natanael
    Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51


    En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: Aquel de quien escribieron Moisés y la Ley y los Profetas lo hemos encontrado: a Jesús, hijo de José, de Nazaret. Natanael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y verás. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño. Natanael le contesta: ¿De qué me conoces?Jesús le responde: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Jesús le contestó: ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores. Y le añadió: Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.

    Oración introductoria

    Jesús, eres el hijo de Dios, el rey de mi vida y mi mejor amigo, maestro y pastor. Me tomas de la mano y me conduces al Padre. Me insistes en la conversión, pues sólo un corazón decidido puede a orar en la fe. Ayúdame a orar disponiendo mi corazón para hacer la voluntad del Padre.

    Petición

    Señor, concédeme buscar la santidad en la coherencia y en el cumplimiento de tu voluntad.

    Meditación del Papa

    Volviendo a la escena de la vocación, el evangelista nos dice que, cuando Jesús ve que Natanael se acerca, exclama: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño". Se trata de un elogio que recuerda al texto de un Salmo: "Dichoso el hombre [...] en cuyo espíritu no hay fraude", pero que suscita la curiosidad de Natanael, quien replica sorprendido: "¿De qué me conoces?". La respuesta de Jesús no se entiende en un primer momento. Le dice: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi". Hoy es difícil darse cuenta con precisión del sentido de estas últimas palabras. Según dicen los especialistas, es posible que, dado que a veces se menciona a la higuera como el árbol bajo el que se sentaban los doctores de la ley para leer la Biblia y enseñarla, está aludiendo a este tipo de ocupación desempeñada por Natanael en el momento de su llamada. [...] Concluyendo, podemos decir que la figura de san Bartolomé (Natanael), a pesar de la falta de noticias, nos dice que la adhesión a Jesús puede ser vivida y testimoniada incluso sin realizar obras sensacionales. El extraordinario es Jesús, a quien cada uno de nosotros estamos llamados a consagrar nuestra vida y nuestra muerte. Benedicto XVI, 4 de octubre de 2006.

    Reflexión

    ¿De este pueblo tan pequeño puede salir algo bueno? Estas fueron las palabras que San Bartolomé, también llamado Natanael, dijo a Felipe, sorprendido ante la noticia de que había un gran hombre venido desde Nazaret.

    Natanael permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús, alabándole. Cristo demuestra que conoce perfectamente el interior del hombre, y por eso se permite elogiarle en público. ¿Y qué diría Jesús de nosotros? ¿Podría repetir las palabras que dirigió al santo que hoy contemplamos? Y tú, ¿qué opinión tienes de ti mismo?

    Lo que en realidad somos está recogido en nuestra conciencia. Ella nos avisa ante la bondad o maldad de nuestros actos, antes y después de hacerlos. Por eso, el que actúa guiado por una conciencia recta, tiene la seguridad de llevar una vida honrada, ante sí mismo, ante los hombres y ante Dios.

    Formar una buena conciencia es gran parte del secreto de nuestro obrar. ¿Y cómo se forma? Con criterios objetivos, válidos para todos y siempre. Por ejemplo, los diez mandamientos son la ayuda básica para saber qué debemos hacer y qué hay que evitar. Y una vez que hemos establecido fuertemente los principios, es necesario mantenerse firme en ellos.

    Propósito

    Restar importancia a mis puntos de vista, para estar más abierto a la opinión de los demás.

    Diálogo con Cristo 

    Jesús, frecuentemente soy escéptico y desconfío en que puedo alcanzar la santidad, porque no me dejo transformar por tu gracia y no cumplo la voluntad de Dios. Por eso te pido, hoy, que abras mi espíritu, mi corazón, mi entendimiento, para que sepa reconocerte siempre y darte el lugar que te corresponde en mi vida.

    viernes, 23 de agosto de 2013

    NUNCA TE QUEJES


    Nunca te quejes
    Autor: Pablo Neruda


    Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho lo que querías en tu vida. 

    Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar 
    corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. 

    Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y 
    acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar. 

    No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. 

    No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente. 

    Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán. 

    Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino. 

    Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es: el pretexto de los fracasados.

    ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA


    ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA

    Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con un corazón tan fino y generoso. Tú que despreciaste las vanidades del mundo para abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Tú que profesaste una gran ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Tú que amaste con filial devoción a la Virgen María.  Enséñanos tus grandes virtudes para, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección en la tierra y de tu compañía en el Cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



    Señor, Dios nuestro, Tú haz querido que Santa Rosa se consagre totalmente a ti,
    por su amor virginal, y por su penitencia de amor.

    Haz que guiados por el ejemplo de su caridad, seamos fecundos en el servicio de amor al prójimo, como buenos testigos del amor de Cristo.

    Guiados por el ejemplo de Santa Rosa,
    fortalece Padre, nuestro amor a ti
    y a nuestros hermanos, junto a quienes queremos alabarte y bendecirte,
    por los siglos de los siglos. Amén.

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