miércoles, 7 de agosto de 2013

DISFRUTAR DE LA VIDA


DISFRUTAR DE LA VIDA

Un hombre rico y emprendedor se horrorizó cuando vio a un pescador tranquilamente recostado junto a sus barca contemplando el mar y fumando apaciblemente su pipa después de haber vendido el pescado.
-¿Por qué no has salido a pescar? –le preguntó el hombre emprendedor.

-Porque ya he pescado bastante por hoy? –respondió el apacible pescador.

-¿Por qué no pescas más de lo que necesitas?

-insistió el industrial.

-¿Y qué iba a hacer con ello? –preguntó a su vez el pescador.

-Ganarías más dinero –fue la respuesta –y podrías poner un motor nuevo y más potente a tu barca.

Y podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que sacarías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas… Y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico y poderoso como yo.

-¿Y que haría entonces? –preguntó de nuevo el pescador.

-Podrías sentarte y disfrutar dela vida –respondió el hombre emprendedor.

-¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento? –respondió sonriendo el apacible pescador.

L Tolstoi

ORACIÓN A SAN CAYETANO - 7 DE AGOSTO


ORACIÓN A SAN CAYETANO

¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.

¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.

(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.


EL ECO


EL ECO

Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó:

"AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !".

Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: 
"AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !"

Con curiosidad, el niño grito: "Quién eres tú?"

Recibió de respuesta: "Quién eres tú?"

Enojado con la respuesta, grito: "Cobarde!"

Recibió de respuesta:"Cobarde!"

Miró a su padre y le preguntó: "Que sucede?"

El padre sonrió y dijo: "Hijo mío, presta atención."

Y entonces el padre gritó a la montaña: "Te admiro!"

La voz respondió: "Te admiro!"

De nuevo el hombre gritó: "Eres un campeón!"

La voz respondió: "Eres un campeón!"

El niño estaba asombrado, pero no entendía.

Luego el padre explicó: "La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA...Te devuelve todo lo que dices o haces... Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia... Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado."

Tu vida no es una coincidencia... Es un reflejo de ti. Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites

EL EVANGELIO DE HOY: 07.08.2013

Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Mujer, qué grande es tu fe
Mateo 15, 21-28. Tiempo ordinario. Espera un poco. Insiste. Dios permite esa angustia para purificar tu intención.
 
Mujer, qué grande es tu fe
Del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-28 


En aquel tiempo saliendo de Genesaret, Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada». Pero Él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros». Respondió Él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel». Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» Él respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas». Y desde aquel momento quedó curada su hija. 

Oración introductoria

Mi fe, frente a las dificultades, se debilita, cuando debería crecer. Humildemente recurro a ti, Señor y Padre mío, suplicando la intercesión de san José, para que esta oración me ayude a aumentar mi fe, acrecentar mi esperanza y, sobre todo, sea el medio para crecer en mi caridad, en mi amor a Ti y a los demás.

Petición

¡Señor, hazme un testigo fiel de mi fe!

Meditación del Papa

La lectura del Evangelio comienza con los detalles sobre la región que Jesús iba a visitar: Tiro y Sidón, el noroeste de Galilea, tierra pagana. Y es aquí donde se encuentra con una mujer cananea, que se dirige a Él para pedirle que cure a su hija atormentada por un demonio. Ya en esta petición, se puede observar un inicio del camino de la fe, que en el diálogo con el divino Maestro crece y se refuerza. La mujer no tiene miedo de gritarle a Jesús "Piedad de mí", una expresión que aparece en los Salmos, lo llama "Señor" e "Hijo de David", manifestando así una firme esperanza de ser escuchada. ¿Cuál es la actitud del Señor frente al grito de dolor de una mujer pagana? Puede parecer desconcertante el silencio de Jesús, tanto que suscita la intervención de los discípulos, pero no se trata de poca sensibilidad al dolor de aquella mujer. San Agustín comenta sobre esto: "Cristo se mostraba indiferente hacia ella, no para negarle la misericordia sino para hacer crecer el deseo". Benedicto XVI, 16 de agosto de 2011.

Reflexión

Cuántas angustias y necesidades experimentamos en la vida. El dolor nos visita, los problemas abundan, las tristezas nos sofocan. ¡Ten compasión de mí, Señor! Es el grito del alma a un Dios que siente lejano.

Sin duda, buscamos una respuesta inmediata. Y nos desalentamos si no llega. ¡Cuántas veces pedimos y, quizás, sin resultado! ¿Por qué Dios no nos escucha?

Nos desconcertamos, llegamos a dudar de Dios y hasta nos desesperamos. ¿No será que Dios nos pone a prueba? ¿Hasta cuánto resiste nuestra fe?

Espera un poco. Insiste. Dios permite esa angustia para purificar tu intención, para que sigas creyendo en Él aunque no te atienda a la primera. La mujer cananea del evangelio seguía a Jesús gritando. Los discípulos perdieron la paciencia y obligaron a Jesús a detenerse para atenderla. Nos sorprende la primera reacción de Cristo.

¿Acaso no se conmovió su Corazón, lleno de misericordia? Desde luego que sí. Pero prefirió esperar y ver hasta qué punto la mujer confiaba en Él. Como su fe era grande, Jesús le dijo finalmente: "que se cumpla lo que deseas".

Propósito

En las dificultades de este día, hacer un acto de fe y pedir con confianza la ayuda de Dios.

Diálogo con Cristo 

Señor, sólo con la fe, la humildad, la confianza y la perseverancia en nuestra oración, a pesar de todas las dificultades –como la mujer cananea– es como penetramos hasta el corazón de Dios y sólo así es como escuchas nuestras plegarias. 

martes, 6 de agosto de 2013

NO TE DES POR VENCIDO


NO TE DES POR VENCIDO 

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable. 

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero, ¿qué hizo...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto...?" "Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué". Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo...

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios".

UN AMIGO... UN TESORO


Un amigo... un tesoro 

Una pequeña historia. Un día, cuando ingresé a la preparatoria, vi a un chico de mi clase caminando hacia su casa desde la escuela. Su nombre era Kyle y estaba cargando todos sus libros. Pensé: ¿por qué alguien trae todos sus libros a casa en viernes? Debe ser un matado.
Tenía planeado un gran fin de semana (fiestas y un juego de futbol en la tarde), así que sólo me encogí de hombros y seguí mi camino. Mientras caminaba, vi a un grupo de chicos corriendo hacia Kyle. Le tiraron los libros que traía cargando y lo empujaron para que cayera al suelo. Sus anteojos salieron volando y vi como cayeron en el pasto a unos tres metros de él. Miró hacia arriba y observe una terrible tristeza en sus ojos. Mi corazón se volcó hace él. Corri ha él y mientras se arrastraba hacia sus anteojos, vi lágrimas en sus ojos.

Mientras le entregaba sus anteojos, le dije: Esos tipos son unos idiotas. Deberían ocuparse en algo. Me miró y dijo: Oye, ¡gracias!. Había una enorme sonrisa en su cara. Era una de esas sonrisas que mostraba auténtica gratitud. Le ayudé a recoger sus libros y le pregunté dónde vivía. Resultó que vivía cerca de mi casa, así que le pregunté por qué nunca lo había visto en el vecindario. Dijo que había ido a una escuela privada anteriormente (yo nunca me había juntado con un chico de una escuela privada). Hablamos en el camino a casa. Resultó ser un chicho muy agradable. Lo invité a jugar futbol conmigo y mis amigos el sábado en la mañana y aceptó.

Pasamos juntos el fin de semana y mientras más lo conocía, más me agradaba. Mis amigos pensaban igual. Llegó la mañana del lunes y allí estaba Kyle de nuevo con su enorme montón de libros. Lo detuve y le dije que si continuaba así, iba a conseguir muy buenos músculos. El simplemente se rio y me pasó la mitad de los libros. Durante los siguentes cuatro años, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos.

Cuando estábamos por salir de la preparatoria, empezamos a pensar en la Universidad. Kyle escogió Georgetown, mientras que yo escogi Duke. Yo sabía que siempre seríamos amigos y que la distancia nunca sería un problema. El decidió convertirse en doctor y yo conseguí una beca en futbol para estudiar en la escuela de negocios. Lo molestaba todo el tiempo de que era un matado. Incluso fue de los primeros seleccionados por Universidades y se estaba preparando para el discurso del día de graduación.Me alegre de no tener que ser yo el que tuviera que pasar al frente y hablar.

El día de la graduación, Kyle lucía fantástico. Se adaptaba e incluso se veía bien con anteojos. Tenía más citas que yo y todas las chicas lo amaban. Bueno, algunas veces estaba realmente celoso de él. Hor era uno de esos días en que él estaba nervioso. Así que le di una palmada en la espalda y le dije: Oye, amigo, estarás genial. Me miró con una de esas miradas (de agradecimiento), sonrió y dijo: Graicas.

Mientras empezaba su discurso, aclaró su garganta y empezó. El tiempo de graduación es el de agradecer a aquellos que nos ayudaron a lograrlo a través de esos años difíciles; nuestros padres, nuestros maestros, nuestros hermanos, tal vez un entrenador... pero más que nada a los amigos. Estoy aquí para decirles que ser un amigo es el mejor regalo que le puedes dar a alguna persona. Les voy a contar una historia -prosiguió (yo miraba incredulamente a mi amigos mientras contaba la historia del primer día en que nos conocimos)-. Había planeado suicidarme ese fin de semana -dijo. Nos contó acerca de cómo había vaciado su casillero para que su mamá no tuviera que hacerlo después y estaba llevando sus cosas a la casa.

Me miró profundamente y me regalo una sonrisa. Gracias a Dios, fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer lo indecible. Oi una exclamación de la multitud, mientras este guapo y popular muchacho nos comentó acerca de su momento de debilidad. Yo vi a sus padres mirándome y sonriendo agradecidamente.

Hasta es momento no me di cuenta de la profundidad de esto.

EL ATARDECER DE LA VIDA


El atardecer de la vida


El sol se despedía del Imperio Tré. El vasallo caminaba junto a 
la anciana del molino amarillo. Iban conversando sobre la vida.
- ¿Qué cosa es lo que más te gusta de la vida, anciana?

La viejecilla del molino amarillo se entretenía en lanzar los ojos 
hacia el ocaso.
- Los atardeceres –respondió.

El vasallo preguntó, confundido:
- ¿No te gustan más los amaneceres? Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré. 
Y reafirmándose, exclamó:
- ¿Sabes? Yo prefiero los amaneceres.

La anciana dejó sobre el piso la canastilla de espigas que sus 
arrugadas manos llevaban. Dirigiéndose hacia el vasallo, con tono de voz dulce y conciliador, dijo:
- Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas de sol me dicen más. 
Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son  momentos que me dicen cosas de mí misma. 
- ¿Cosas? ¿De ti misma...? – inquirió el vasallo. No sabía a qué se 
refería la viejecilla con aquella frase.

Antes de cerrar la puerta del molino amarillo, la anciana añadió:
- Claro. La vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los  ancianos, como yo, es un bello atardecer. Lo que al inicio el precioso,  al final llega a ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los  atardeceres... - ¡mira!

La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte. El sol se ocultó y un  cálido color rosado se extendió por todo el cielo del Imperio Tré. El  vasallo guardó silencio. Quedó absorto ante tanta belleza. 

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco  amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el  sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”,  coloreé con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos  bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro 
lado. 

ESPÍRITU JOVEN


ESPÍRITU JOVEN
(Reflexión)

No importa tu edad, lo que cuenta es tu espíritu joven.
La juventud no es cuestión de tener poca edad sino de posición mental y de vitalidad de espíritu.

No envejeces por vivir mucho tiempo sino por negarte a mirar la vida como una oportunidad de alcanzar un alto ideal.

Tu eres tan joven como tu FE, como tu esperanza y como tu alegría.

Llena de vida tu tiempo vivido. Y no te importe cuanto has vivido.

Lleva como un viático, por la vida tu decisión de contribuir a la humanización propia y ajena para rejuvenecer al mundo.

Y sobre todo, ábrele los brazos del amor de Dios a todo aquel que quiera acercarse a ti.

No lo menosprecies porque no este a tu altura no cierres tus oídos espirituales, porque nunca sabes en que pequeñez Dios quiera hablarte.

Se joven para Dios y para el mundo.

EL EVANGELIO DE HOY: 06.08.2013

Autor: Rafael Santos Varela | Fuente: Catholic.net
La Transfiguración
Lucas 9, 28-36. Fiesta La Transfiguración. La maravilla del amor de Dios lo vemos en su rostro transfigurado.
 
La Transfiguración
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 28-36


En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. 

Oración introductoria

Jesucristo, ¡qué hermosa experiencia tuvieron Pedro, Santiago y Juan! Y hoy, de algún modo, me invitas a compartir esta experiencia en mi oración. Concédeme acallar mis preocupaciones para guardar ese silencio que me permita contemplarte y alabarte como mi Señor y mi Dios.

Petición

Señor, que mi corazón no se apegue al mundo, a lo pasajero, que sólo aspire a gozar de tu amor en la eternidad.

Meditación del Papa

El evangelista Lucas destaca de modo especial el hecho de que Jesús se transfigurara mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive sobre un alto monte en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro [...] La intervención de Pedro: "Maestro, qué bien estamos aquí" representa el intento imposible de detener tal experiencia mística. Comenta san Agustín:"[Pedro]... sobre el monte... tenía a Cristo como alimento del alma. ¿Para qué descender para volver a las fatigas y a los dolores, mientras allí arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios y que le inspiraban por ello una santa conducta?". Meditando este pasaje del Evangelio, podemos extraer una enseñanza muy importante. Sobre todo, el primado de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo. (Benedicto XVI, 24 de febrero de 2013).

Reflexión

No hay duda, todos somos capaces de distinguir la belleza de la creación, quedamos maravillados, deslumbrados ante un cielo estrellado, un atardecer.

De la misma manera nos impacta el testimonio de una buena obra, de un hombre santo, de un acto de heroísmo.

También es cierto que cuando algo sobrepasa nuestras capacidades quedamos atónitos, sin poder explicarlo o manifestarlo verbalmente, y, si lo hacemos, lo hacemos "más o menos".

Sin embargo, el mundo se ha malacostumbrado a pedir milagros que pasen – según él- las líneas de lo meramente natural; quiere lo espectacular, quiere actos de magia, un atardecer o una noche estrellada ya no le dice nada.

Cuándo seremos capaces de saber que la maravilla del amor de Dios, su rostro transfigurado, se muestra en esas personas que saben decir siempre sí ante los retos actuales del cristianismo.

Ahora mismo debo hacerme la pregunta de si realmente contemplando lo maravilloso del rostro de Cristo, me puedo quedar con una actitud sólo de contemplación o de mero espectador, queriendo hacer "mi tiendita" para sentirme solamente "bien" y no ver lo que significa el contemplar el rostro de Cristo y querer el compromiso de llevarle a los demás.

Diálogo con Cristo

Señor, concédeme adherirme a tu voluntad de tal manera, que sea yo una sola cosa contigo. Tu amor es lo más importante en mi vida porque me ha liberado de la esclavitud de mi egoísmo y soberbia. Que tu gracia me transfigure y me convierta en luz que ilumina el camino de los demás.

Propósito

Darme el tiempo para contemplar y alabar a Cristo en la Sagrada Eucaristía. 

lunes, 5 de agosto de 2013

UNA VISITA DEL PURGATORIO

Huella de la mano de la hna.Teresa
M. Gesta, en su visita desde el purgatorio.
Foligno, Italia.
Imagen cortesía de los Frailes Franciscanos
Recoletos de la Cruz, con permiso


Una Visita del Purgatorio
 -Convento de las Terciarias Franciscanas, Foligno, Italia

Purgatorio

El día 4 de noviembre de 1859 murió de apoplejía fulminante, en el convento de Terciarias Franciscanas de Foligno, una buena hermana llamada Teresa Margarita Gesta, que era hace muchos años maestra de las novicias y a la vez encargada de la pobre ropería del monasterio. Había nacido en Córcega, en Bastia, en 1797 y había entrado en el monasterio en febrero de 1826. 

Doce días después de la muerte de sor Teresa, el 17 de noviembre, la hermana Ana Felicia, que la había ayudado en su empleo y que la reemplazó después de su muerte, iba a entrar en la ropería, cuando oye gemidos que  parecían salir del interior del aposento. Algo azorada, se apresuró a abrir la puerta: no había nadie. Mas dejándose oír nuevos gemidos acentuados, ella, a pesar de su ordinario valor, sintió miedo.

"¡Jesús, María!; -exclamó - ¿qué es esto?".

Aún no había concluido, cuando oyó una voz lastimera, acompañada de este doloroso suspiro:

"¡Oh, Dios mío! ¡cuánto sufro! Oh Dios! que peno tanto!".

La hermana, estupefacta, reconoció pronto la voz de la pobre sor Teresa. Se repone como puede, y le pregunta:

"¿Y por qué?"

"A causa de la pobreza", responde sor Teresa.

"¡Cómo!... - replica la hermana - ¡vos que erais tan pobre!"

"No es por mí misma, sino por las hermanas, a quienes he dejado demasiada libertad en este punto. Y tú ten cuidado de ti misma".

Y al mismo instante la sala se llenó de un espeso humo, y la sombra de sor Teresa apareció dirigiéndose hacia la puerta, deslizándose a lo largo de la pared. Llegando cerca de la puerta, exclamó con fuerza:

"He aquí un testimonio de la misericordia de Dios".

Y diciendo esto tocó el tablero superior de la puerta, dejando perfectamente estampada en la madera calcinada su mano derecha, y desapareciendo en seguida.

La pobre sor Ana Felicia se había quedado casi muerta de miedo. Se puso a gritar y pedir auxilio. Llega una de sus compañeras, luego otra y después toda la Comunidad; la rodean y se admiran todas de percibir un olor a madera quemada. Buscan, miran y observan en la puerta la terrible marca, reconociendo pronto la forma de la mano de sor Teresa, que era notablemente pequeña. Espantadas, huyen, corren al coro, se ponen en oración, y olvidando las necesidades de su cuerpo, se pasan toda la noche orando, sollozando y haciendo penitencia por la pobre difunta, y comulgando todas por ella al día siguiente.

Espárcese por fuera la noticia; los Religiosos Menores, los buenos sacerdotes amigos del monasterio y todas las comunidades de la población unen sus oraciones y súplicas a las de las Franciscanas. Este rasgo de caridad tenía algo de sobrenatural y de todo punto insólito.

Sin embargo, la hermana Ana Felicia, aun no repuesta de tantas emociones, recibió la orden formal de ir a descansar. Obedece, decidida a hacer desaparecer a toda costa en la mañana siguiente la marca carbonizada que había causado el espanto de todo Foligno. Mas, he aquí que sor Teresa Margarita se le aparece de nuevo.

"Sé lo que quieres hacer; -le dice con severidad -; quieres borrar la señal que he dejado impresa. Sabe que no está en tu mano hacerlo, siendo ordenado por Dios este prodigio para enseñanza y enmienda de todos. Por su justo y tremendo juicio he sido condenada a sufrir durante cuarenta años las espantosas llamas del purgatorio, a causa de las debilidades que he tenido a menudo con algunas de nuestras hermanas. Te agradezco a ti y a tus compañeras tantas oraciones, que en su bondad el Señor se ha dignado aplicar exclusivamente a mi pobre alma; y en particular los siete salmos penitenciales, que me han sido de un gran alivio".

Después, con apacible rostro, añadió:

"¡Oh, dichosa pobreza, que proporciona tan gran alegría a todos los que verdaderamente la observan!".

Y desapareció.

Por fin, al siguiente día, 19, sor Ana Felicia, habiéndose acostado y dormido, a la hora acostumbrada, oye que la llaman de nuevo por su nombre, despiértase sobresaltada, y queda clavada en su postura sin poder articular una palabra. Esta vez reconoció también la voz de sor Teresa, y al mismo instante se le apareció un globo de luz muy resplandeciente al pie de su cama, iluminando la celda como en pleno día, y oyó que sor Teresa con voz alegre y de triunfo, decía estas palabras:

"Fallecí un viernes, día de la Pasión y otro viernes me voy a la Gloria... ¡Llevad con, fortaleza la  cruz!... ¡Sufrid con valor!". 

Y añadió con dulzura: "¡Adiós! ¡adiós! ¡adiós!...

Se transfigura en una nube ligera, blanca, deslumbrante, y volando al cielo desaparece.

Abrióse en seguida una información canónica por el obispo de Foligno y los magistrados de la población. El 23 de noviembre, en presencia de un gran número de testigos, se abrió la tumba de sor Teresa Margarita, y la  marca calcinada de la pared se halló exactamente conforme a la mano de la difunta.

El resultado de la información fue un juicio oficial que consignaba la certeza y la autenticidad de lo que acabamos de referir. En el convento se conserva con veneración la puerta con la señal calcinada. La Madre abadesa, testigo del hecho, se ha dignado enseñármela (dice Mons. de Ségur), y mis compañeros de peregrinación y yo hemos visto y tocado la madera que atestigua de modo tan temible que las almas que, ya sea temporal, ya sea eternamente, sufren en la otra vida la pena del fuego, están compenetradas y quemadas por el  fuego. 

Cuando, por motivos que sólo Dios conoce, les es dado aparecer en este mundo, lo que ellas tocan lleva la señal del fuego que les atormenta; parece que el fuego y ellas no forman más que uno; es como el carbón  cuando está encendido.

***   ***   ***

En medio de la crisis que hunde al mundo moderno en un rebrotar inmenso del paganismo, con todas sus secuelas de brutalidad y salvajismo, la fe, debilitada y languideciente, en las Verdades reveladas, nos presenta el espectáculo de personas tan preocupadas, hasta el traumatismo psicológico, por la "suerte" de las especies animales y aún las vegetales, que despliegan esfuerzos y queman energías en campañas medioambientales, mientras abandonan, sin la más mínima consideración, a sus seres queridos, (padres, hermanos, esposos o amigos) a sufrimientos atroces sin hacer nada por ellos, pudiendo haberles ayudado inmensamente si aún tuvieran algo de fe. Santo Tomás enseña que el dolor más grande en la tierra es menor que el más pequeño en el Purgatorio.

Pero lo peor de esta situación, y lo más doloroso, es constatar que este olvido de las almas de nuestros seres queridos ha sido causado, en gran medida, por la negligencia o la traición de hombres de Iglesia que no creen, o parecen no creer más el la realidad del Purgatorio, volcando sus esfuerzos "pastorales", casi exclusivamente, en los pleitos políticos contingentes, y curiosamente con el mismo fuerte cariz ideológico que alimenta dichas campañas medioambientales.

Por nuestra parte encomendemos a dichas almas abandonadas a su suerte que constituyen la parte de la Iglesia purgante cuyas oraciones, a su vez, a favor nuestro no dejan de favorecernos, hagamos celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, aprovechemos para ganar las indulgencias del jubileo para aplicarlas a nuestros seres queridos o a quienes quizás por culpa nuestra sufren en el Purgatorio. Cumplamos este deber ya sea en justicia o caridad; Un día, con seguridad, seremos nosotros los necesitados del auxilio que nos puedan prestar las almas fieles pertenecientes, en ese entonces, a la Iglesia militante.

Muchos al leer estas cosas las desprecian como puros cuentos.  No quieren reconocer que la realidad del purgatorio que es enseñanza del magisterio y ha sido confirmada por numerosos testimonios.  Pero el Señor no deja de advertirnos por el bien de los pocos que abren su corazón a la conversión. 

"Concédeles Señor el descanso eterno: y brille para ellas la luz perpetua!"

SUFRIR SONRIENTE

Autor: Antonio Aldrette | Fuente: Buenas Noticias
Sufrir sonriendo
Afrontar el dolor con alegría
Sufrir sonriendo
Sufrir sonriendo

Hace unos días salieron a la luz pública algunos textos del diario de Madre Teresa de Calcuta. Todos los medios se hicieron eco de la noticia: Madre Teresa vivió en el ansia y la dolor los últimos 50 años de su vida. Una noche oscura de su alma, en la que ya no percibía sensiblemente la presencia de Dios.

¡Es impresionante!, cuando lo leí no podía creerlo, lo tuve que leer dos veces: ¡50 años son más de la mitad de su vida! −murió a los 87−. Es decir, Madre Teresa ya vivía en un intenso sufrimiento interior cuando fundó su congregación de las Misioneras de la Caridad. Todavía más impresionante es el hecho de que nunca se le vio en el rostro ni una sola pizca de dolor, ni una sola queja. Por el contrario: siempre una sonrisa en los labios, una mirada sosegada y serena para todos. Sólo verla transmitía, como por irradiación, una inmensa paz.

Este ejemplo de Madre Teresa me hizo pensar en aquello que Franco Richo quiso expresar cuando escribió «Sufrir llorando es humano; sufrir callando es heroico; pero sufrir sonriendo es glorioso». He de confesar que por mucho tiempo yo había pensado que llorar, dejar escapar una queja, desesperarse o ¡hacer lo que sea!, con tal de no callar, era la única manera de afrontar los sufrimientos de la vida.

Siempre me había parecido que callar ante el dolor era una especie de cobardía, camuflada de resignación. Esa resignación a la que siempre le tuve “alergia”, precisamente porque me parecía indigna de alguien que se precie de ser humano. Una resignación que no es auténtica, que no habla de virtud sino que, más bien, se disfraza de virtud siendo en realidad mero temor. Ya lo decía Martín Descalzo: «Yo puedo aceptar esa resignación, que es aceptación serena del dolor y de los hechos, pero me repugna cualquier resignación que amortigüe las ansias de vivir y de mejorar» y añadiría yo que, este segundo tipo de “resignación” –entre comillas–, ni siquiera se puede llamar resignación.

Pero quizás el heroísmo se sitúe más allá del simple “no-quedarse-callado” ante el dolor. Acaso esté justamente en aquellos niveles en los que se alcanza tal grado de dominio que los sufrimientos no logran afectarnos en lo más íntimo de nuestro ser. Sufrimos sin que se note que sufrimos. Un “sufrir-callando” o mejor todavía un “sufrir- sonriendo”. No hablo de masoquismo, hablo de amor heroico.

Acontecimientos come este de Madre Teresa y el rumiar la frase de Richo me hicieron caer en la cuenta de que tenía que existir esta forma más elevada de hacer frente las congojas cotidianas. Ese nivel en el cual el callar o el sonreír ante las dificultades dejan de ser cobardía para transformarse en auténticas piezas de heroísmo. Callar no es fruto del miedo sino del amor. Sonreír no es fruto del nerviosismo o la angustia, sino muestra de felicidad interior. Esto es lo que hace que los 50 años de sufrimiento íntimo en Madre Teresa, llevados con alegría y dignidad, revelen todavía más hermosa y valiente su entrega a los demás −a los más pobres de los pobres−.




Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a:
buenasnoticias@arcol.org

SEÑOR, DAME FUERZAS


Señor dame fuerzas

Señor…
Dame fuerza para sobrellevar mis penas y mis alegrías.
Dame fuerza para que mi amor se traduzca en continuos servicios.
Dame fuerza para no despreciar jamás al pobre y para no doblar las rodillas ante el poderoso insolente.
Dame fuerzas para mantener mi espíritu muy por encima de las pequeñeces humanas.
Dame fuerza para someter mi fuerza a tu voluntad por amor.
Dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar.
Valor para cambiar lo que puede y debe ser cambiado
Y Sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.
Amén

AYÚDAME A NO SER TENTADO


AYÚDAME SEÑOR

Ayúdame Señor Jesús a no ser tentando/a
Ayúdame a hacer silencio, Señor, quiero escuchar tu voz.

Toma mi mano, guíame al desierto, que nos encontremos a solas, Tu y yo.

Necesito contemplar tu rostro, me hace falta la calidez de tu voz, caminar juntos… Callar, para que hables Tu.

Quiero revisar mi vida, descubrir en que tengo que cambiar, afianzar lo que anda bien, sorprenderme con lo nuevo que me pides.

Me pongo en tus manos.

Ayúdame a dejar a un lado las corridas, las preocupaciones que llenan mi cabeza.

Barre mis dudas e inseguridades, quiero compartir mi vida y revisarla a tu lado.

Ver donde aprieta el zapato para apurar el cambio
Me tienta el activismo. Me tienta la seguridad.

Hay que hacer, hacer y hacer. Y me olvido del silencio,
aflojo la oración, ¿leer la Biblia?, para cuando haya tiempo.

Me tienta la incoherencia. Hablar mucho y hacer poco.

Mostrar facha de buen cristiano; pero adentro, donde Tu y yo conocemos, tengo mucho para cambiar.

Me tienta la falta de compromiso. Es mas fácil pasar de largo que bajarse del caballo y hacer la de/l/la samaritano/a.

¡Hay tantos caído/a/s a mi lado, Señor, y yo me hago el/la distraído/a!

Me tienta separar la fe y la vida. Leer el diario, ver las noticias sin indignarme evangélicamente por la ausencia de justicia y la falta de solidaridad.

Me tienta el mirar la realidad sin la mirada del Reino.

Me tienta el alejarme de la política, la economía, la participación social. Que se metan otros; Yo, cristiano, el Domingo. Misa y gracias.

Me tienta el tener tiempo para todo menos para lo importante. La familia, los hijos, la oración.

Hay cosas mas importantes ¿Las hay?…

Me tienta, Señor, el desaliento, lo difícil que a veces se presentan las cosas.

Me tienta la desesperanza, la falta de utopia.

Me tienta el dejarlo para mañana, cuando hay que empezar a cambiar hoy.

Llévame al desierto, Señor, despójame de lo que me ata,
sacude mis certezas y pon a prueba mi amor.

Para empezar de nuevo, humilde, sencillo/a, con fuerza y Espíritu para vivir fiel a TI.

AMEN.

EL EVANGELIO DEL DIA: 05.08.2013

Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
La multiplicación de los panes.
Mateo 14, 13-21. Tiempo Ordinario. Cristo necesita de ti para darte de comer y a muchas almas.
 
La multiplicación de los panes.
Del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21


En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: "Traédmelos". Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente: Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Oración introductoria

Jesús, como esa gente vengo a tu encuentro, quiero hablar contigo y escuchar tus palabras en esta oración. ¿Qué quieres que haga hoy por Ti? No busco ningún interés personal, lo único que te pido es que multipliques tu gracia en mí para poder experimentar tu amor y tu cercanía para trasmitirlos a los demás.

Petición

Señor, no permitas que deje pasar nunca la oportunidad de servir a los demás.

Meditación del Papa

"Aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo". De ese modo, en las personas que encuentro reconozco a hermanos y hermanas por los que el Señor ha dado su vida amándolos "hasta el extremo". Por consiguiente, nuestras comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso, la Eucaristía impulsa a todo el que cree en Él a hacerse "pan partido" para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Pensando en la multiplicación de los panes y los peces, hemos de reconocer que Cristo sigue exhortando también hoy a sus discípulos a comprometerse en primera persona: "dadles vosotros de comer". En verdad, la vocación de cada uno de nosotros consiste en ser, junto con Jesús, pan partido para la vida del mundo. (Benedicto XVI, Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, n. 88).

Reflexión

Los profesionales, las madres, los estudiantes, los trabajadores, los maestros, los padres, los hijos, en definitiva, todos los hombres buscan, consciente o inconscientemente, algo que les realice plenamente, algo que trascienda sus vidas, que les llene de paz interior.

Estos hombres y mujeres hambrientos y sedientos de Dios se acercan a las puertas de la fe. Y al cruzar el umbral se encuentran con otros hombres y mujeres, como ellos, a quienes Jesús les ha mandado; dadles vosotros de comer.

Así ha querido Jesús darse a conocer a lo largo de los siglos; por medio del testimonio y la evangelización de personas con una vocación especial: son los sacerdotes, las religiosas, las personas consagradas y los laicos.

Es el milagro de los que han recibido a Cristo como alimento. Unidos a Jesús por medio de la Iglesia, son capaces de saciar el hambre de miles de personas. Pero son pocos, muy pocos los que lleven a Cristo a los demás. En este tiempo, hay millones de personas que todavía no conocen a Jesús. Muchos de ellos sienten la necesidad de orientar sus vidas hacia Dios y no tienen quien les ayude. Cristo nos urge a colaborar con Él en la tarea de dar de comer a las almas hambrientas de trascendencia.

Diálogo con Cristo

Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Señor, gracias por hacerme parte de la historia de la salvación. ¡Sí! Yo quiero ser ese pan partido que pueda ayudar a los demás a descubrir y experimentar tu amor. Que mi debilidad no me detenga, que sepa poner los problemas en tus manos y, confiadamente, hacer lo que tu santa voluntad permita.

Propósito

Por la noche voy a examinar mi actitud y mis reacciones ante las dificultades, para ver si corresponden al espíritu de un verdadero discípulo y misionero de Cristo. 

domingo, 4 de agosto de 2013

JUAN XXIII, EL PAPA BUENO



El Papa Bueno en todo y en todos descubría lo bueno
Trataba de ver el lado bueno de las cosas, de los acontecimientos, y, sobre todo, de las personas.
Estando Juan XXIII, de Nuncio en Paris, encontróse con el Rabino principal de Francia, también fornido, ante la puerta de un ascensor estrecho, en el que imposible cupiesen ambas humanidades.---“Despues de usted”-le dijo cortésmente el Rabino.

-De ninguna manera -le contestó el Nuncio Roncalli- ¡Por favor, usted el primero!.

Siguió el forcejeo de cortesías, hasta que lo resolvió Roncalli, con la mejor de sus sonrisas:

-Es necesario que suba usted antes que yo, ya que siempre va delante el Antiguo Testamento, y sólo después, el Nuevo Testamento.

Hay personas que están siempre de buen humor. Todo les cae bien, bendicen siempre, y sonríen; su sonrisa es acogedora y, de esta forma, todo les sonríe en la vida.

Juan XXIII era de espíritu abierto, afable, condescendiente, misericordioso y tolerante, dotado con un extraordinario sentido del humor. No se tomó a sí mismo demasiado en serio, a pesar de que su figura era bien pesada. Se reía de sus debilidades.

Observando un día una de sus fotos se dirigió a Monseñor Fulton Sheen, diciéndole. "El buen Dios, que ya sabía que yo iba a ser elegido Papa, ¿no pudo haberme hecho algo más fotogénico?.

Tenía una imagen positiva, se apreciaba , estaba satisfecho con todo lo que el Señor le había dado.

El Papa Bueno en todo y en todos descubría algo bueno.. Trataba de ver el lado bueno de las cosas, de los acontecimientos, y, sobre todo, de las personas. Se preocupaba de una forma especial de la gente humilde y por los que sufrían . Visitaba los enfermos, los presos. Se acercaba a los obreros del Vaticano, con ellos compartía y tomaba un trago de vino.

Jamás tomó demasiado en serio los problemas, ni el mismo cargo de Papa. Una vez le manifestó un obispo que la carga de su nueva responsabilidad le producía insomnio, el Papa le contestó :"Eso mismo me ocurría a mi durante las primeras semanas de mi pontificado. Hasta que un día se apareció en mi aposento mi ángel custodio y me dijo:"Giovanni, no te consideres tan importante". Y yo comprendí. Desde entonces duermo perfectamente todas las noches".

Vivía en paz y estas fueron sus palabras al recibir el Premio Balzan por la Paz:"Os lo decimos con toda sencillez, como lo pensamos: ninguna circunstancia, ningún acontecimiento, por honroso que sea para nuestra humilde persona, puede exaltarnos ni turbar la tranquilidad de nuestra alma".

"Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre", decía san Francisco de Sales. Angelo Giuseppe Roncalli, nuestro Papa Bueno, sembró alegría y buen humor por donde pasó. Así consiguió abrir una ventana de aire puro donde pudiera entrar libremente el Espíritu y poder renovar desde lo más profundo la Iglesia a la que tanto amó. Su alegría y su buen humor nos lo dejó en herencia.


Autor: P. Eusebio Gómez Navarro OCD | Fuente: Catholic.net

PENSAMIENTO DE SAN JUAN MARÍA VIANEY


" TE AMO, OH MI DIOS " - San Juan María Vianney


" TE AMO, OH MI DIOS "
Autor: San Juan María Vianney

Te amo, Oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte
Hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios,
Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno
Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor,
Oh mi Dios,
si mi lengua no puede decir
cada instante que te amo,
por lo menos quiero
que mi corazón lo repita cada vez que respiro.
Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo,
Y de amarte mientras que sufro,
y el día que me muera
No solo amarte pero sentir que te amo.
Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora
Final aumentes y perfecciones mi amor por Ti.
Amén.

EL EVANGELIO DE HOY: 04.08.2013

Autor: P. Luis Gralla | Fuente: Catholic.net
¡Necio! Esta misma noche morirás
Lucas 12, 13-21. Tiempo Ordinario. En las buenas y en las malas contemos con Dios, con Él todo se puede.
 
¡Necio! Esta misma noche morirás
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de la gente a Jesús: Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo. Él le respondió: ¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? Y les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes. Les dijo una parábola: Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?" Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea." Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?" Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios. 
Oración introductoria
Señor, creo, espero y te amo. No quiero confiar en mi propia fuerza o razonamiento. Te necesito. Ilumina mi oración, permite que sepa descubrir que el mayor tesoro al que puede aspirar es precisamente el poder tener este diálogo de amor contigo.

Petición

Jesús, que sea capaz de ponerte siempre y en todo en primer lugar.

Meditación del Papa

Nuestro camino también nos encontramos ante la tentación del tener, de la avidez de dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir. La idolatría de los bienes, en cambio, no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar, como el rico de la parábola: "Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años... Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma". La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia. (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2011).

Reflexión

Cuentan que en una ocasión murió el señor más rico y conocido de todo el mundo, y al llegar al cielo vio una gran cantidad de castillos y palacios. Se preguntaba en cuál de ellos habitaría: "Quizá en aquel que tiene seis torres, o este otro que tiene techos de oro". Al ver a su ángel le dijo: " Sin duda que aquel que tiene seis torres es el mío, pues como yo fui el hombre más famoso y rico de la tierra, ese debe ser el lugar donde viviré, además con todo mi dinero lo podía haber construido". Sin embargo, el ángel le dijo: "Lamento defraudarte, pero su sitio es aquel del fondo, esa casita con cuatro palos a punto de caerse, pues eso fue lo único que le pudimos construir con las cosas que atesoró para el cielo".

Pongámonos por un momento en el lugar de este señor. Cuántas veces nosotros también atesoramos para la tierra y no para el cielo. Nos confiamos en el éxito de un examen, de un negocio, en la compra o venta de algún objeto. Preguntémonos ¿Cuántas veces ante un bienestar humano, en lugar de acercarnos más a Dios nos hemos alejado? ¿Por qué en ocasiones nos sucede que cuantos más bienes materiales tenemos sentimos menos necesidad de acudir a Dios? Y al contrario, cuando todo nos falla, cuando los amigos nos traicionan, cuando en el estudio o en el trabajo las cosas marchan mal, cuando el dinero no alcanza para pagar el colegio de los hijos, -y cada cual ponga su situación personal-, es cuando parece que tenemos más necesidad de Dios.

Esta es la lección que Cristo nos quiere dejar hoy. Que en las buenas y en las malas contemos con Él. Con el que TODO lo puede. Con el que nos ha creado por amor, para hacernos felices en el amor a Él por encima de todo. El secreto del éxito en nuestra vida está en querer lo que Dios quiere de nosotros, pues Él sólo quiere para nosotros lo mejor.

Propósito

Que nuestro propósito para este día sea estar invariablemente unido a Cristo, a Dios. Que ante los éxitos de hoy sigamos unidos y confiados en Cristo de la misma manera que si recibimos desilusiones y fracasos.

Diálogo con Cristo

Líbrame, Señor, de las tentaciones; no permitas que edifique mi vida sobre las arenas movedizas de lo superficial y de lo aparente. Ayúdame a amarte por encima de todo. Sé Tú mi único tesoro, el verdadero sostén y el apoyo más firme de mi vida. 

sábado, 3 de agosto de 2013

LAS TRES PLENITUDES


LAS TRES PLENITUDES

Habla San Alberto Magno que existen tres géneros de plenitudes: "la plenitud del vaso, que retiene y no da; la del canal, que da y no retiene, y la de la fuente, que crea, retiene y da". ¡Qué tremenda verdad!

Efectivamente, yo he conocido muchos hombres-vaso. Son gentes que se dedican a almacenar virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto puede saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría. Tienen, pero no comparten. 
Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente estériles. Son simples servidores de su egoísmo. 
También he conocido hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se pasa la vida haciendo y haciendo cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuanto le entra de vital por los oídos se le va por la boca sin dejar pozo adentro. Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas cosas y todas de prisa, creen estar sirviendo a los demás pero su servicio es, a veces, un modo de calmar sus picores del alma. Hombre-canal son muchos periodistas, algunos apóstoles, sacerdotes o seglares. Dan y no retienen. Y, después de dar, se sienten vacíos.

Qué difícil, en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y reparten todo cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos. Cristo -pienso- debió ser así. El era la fuente que brota inextinguible, el agua que calma la sed para la vida eterna. Nosotros -¡ah!- tal vez ya haríamos bastante con ser uno de esos hilillos que bajan chorreando desde lo alto de la gran montaña de la vida. 

Autor: José Luis Martín Descalzo 
Texto enviado por Gabriela Alejandra Rubiolo.

SERÁS UN TRIUNFADOR


SERÁS UN TRIUNFADOR

Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar. 
Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán. 

Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados. 

Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida. 

Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.

Cuando actúes por convicción y no por adulación. 
Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. 

Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas. 
Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un dios.

Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos. 

Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza. 

Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.

Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.

Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona. 

Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, serás... ¡UN TRIUNFADOR!

JUZGAR


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