martes, 30 de julio de 2013

EL EVANGELIO DE HOY: 30.07.2013

Autor: P. Francisco Javier Arriola, LC | Fuente: Catholic.net
La parábola de la cizaña
Mateo 13, 36–43. Tiempo Ordinario. Esperar en el cielo implica trabajar por ser buena semilla del Reino de Dios.
 
La parábola de la cizaña
Del Evangelio según san Mateo 13, 36 -43

Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». El les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga! 

Oración Introductoria

Dios mío, Señor de Misericordia, vengo a ponerme en tu presencia para pedirte que pongas tus palabras y tu mensaje en mi corazón para que sepa darte el fruto que Tú buscas en mí. Aumenta mi fe para verte en mi vida y en los demás; aumenta mi esperanza para vivir con alegría deseando estar contigo en la eternidad; y aumenta mi amor para nunca abandonarte ni dejarte solo porque Tú nunca me abandonas ni te apartas de mí.

Petición

Corazón de Jesús traspasado de amor por mí, inflama mi corazón de amor por ti. Dame tu gracia para darte mi vida; dame tus dones para darte mis acciones y darte gloria por siempre.

Meditación del Papa 

San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio". Queridos amigos, el libro de la sabiduría, del que hoy está tomada la primera lectura, subraya esta dimensión del Ser divino: "porque, fuera de Ti, no hay otro Dios que cuide de todos... porque tu fuerza es el principio de tu justicia y tu dominio sobre todas las cosas te hace indulgente con todos". Y el salmo 85 lo confirma: "Tú Señor eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan". Por tanto, si somos hijos de un Padre tan grande y bueno, ¡tratemos de parecernos a Él! Éste era el objetivo que Jesús se planteaba con su predicación. Decía a quien lo escuchaba: "Sed perfectos como es perfecto el Padre que está en los cielos". Encomendémonos con confianza a María, a quien ayer invocamos con la advocación de la Virgen Santísima del Monte Carmelo, para que nos ayude a seguir fielmente a Jesús, y de este modo vivir como verdaderos hijos de Dios. (Benedicto XVI, 17 de julio de 2011).

Reflexión 

Hay que decirle al Señor que hoy también nos acercamos a su presencia para pedirle que nos explique sus enseñanzas. En nuestra vida muchas veces no podemos ver claro lo que Él pide o no entendemos lo que nos dice. En esta parábola, sin embargo, abre con claridad lo que quiso explicar a la humanidad. Jesús quiere que seamos la buena semilla que pertenece al Reino de Dios. Cuánto duele al Señor saber que muchos eligen el camino del mal y se apartan de Él; a nosotros también nos apena ver que efectivamente muchos se deciden por ser cizaña que ha sembrado el demonio. Satanás está en lucha contra Dios y contra los hombres, que busca constantemente que las almas se alejen de su Creador.

Pero Dios, el creador y dueño de campo que es el mundo, seguirá cuidando con mucha misericordia de su campo y trabajará no por arrancar la cizaña, sino para convertirla en bellas espigas que serán recogidas en la buena cosecha. Aunque en el mundo físico esto no es posible, sin embargo Dios puede hacer esto, pero necesita también de nuestra labor, de nuestras oraciones y nuestros sacrificios para ayudar a convertir a los pecadores.
Para nosotros esto es posible mientras hay vida, y una vez llegado el momento de rendir cuentas, Dios que nos persiguió con su amor infinito, nos evaluará con su infinita justicia. Pidamos a los ángeles, cosechadores del Señor, que ayuden a los seres humanos a obrar el bien y pertenecer al Reino de Dios. Hay que tener fe, porque en nuestra vida muchas veces luchamos por lo que no vemos, pero al final veremos por lo que luchamos: por Dios y su Reino.

El Señor nos dice que el que persevere hasta el fin, ése se salvará (Mt 10, 22). Este es el llamado a la perseverancia en el bien, en ser semilla buena que da fruto abundante en el campo del mundo creado por Dios. Pero la soberbia es la que puede descomponer la buena semilla que Dios ha sembrado, porque es asemejarse al maligno que se ha rebelado contra Dios, o como decía San Agustín, es hacerse perverso e imitador de los errores del diablo.

La cizaña será quemada en el día de la ciega. Este día final se le suele pintar con tintes tremendistas y catastróficos, infundiendo miedos y terrores. Para quien se ha esforzado en seguir la voluntad de Dios, aun a pesar de nuestras muchas deficiencias, debilidades y errores, no puede menos que esperar la misericordia y consideración por parte de Dios. No nos preparamos para un día de temor, sino para un día de esperanza y retribución. Si pensamos más frecuente en este día de la cosecha, sabremos vivir rectamente, incluso en las derrotas si van acompañadas de una sincera lucha y un sincero arrepentimiento. Así brillaremos también en este mundo con el fulgor de los hijos de Dios.

Propósito

Hoy rezaré mucho por la salvación de las almas del purgatorio, para que Dios, en su infinita bondad, mitigue los ardores de la purificación de estas almas que esperan con ansias el momento glorioso de su encuentro eterno con Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, tuyo es el mundo porque Tú lo has creado, tuyo es el Reino porque tú lo has instaurado, tuyas son las almas porque Tú las has amado y salvado. Haz, Señor misericordioso, que no nos cerremos a tus palabras y a tu gracia. Transforma los corazones que se han alejado de ti para que no caigan en manos del enemigo que busca perderlos. También concede a mi alma ser la tierra fértil donde caiga la semilla de tu Palabra para que pueda dar fruto, para ayudar a otros y para hacer crecer tu Reino de paz, de vida y de gracia en mí y en el mundo entero.


Jesús nos enseña a ver las cosas con realismo cristiano y a afrontar cada problema con claridad de principios, pero también con prudencia y paciencia. Esto supone una visión trascendente de la historia, en la que se sabe que todo pertenece a Dios y que todo resultado final es obra de su Providencia. Juan Pablo II, audiencia general 25 de septiembre de 1991



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Francisco Javier Arriola, LC 

    lunes, 29 de julio de 2013

    ORACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


    Oración para las almas  del purgatorio

    Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas animas del purgatorio por todos los pecadores del mundo. 

    Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amen.

    El Señor le dijo a Sta. Gertrudis que cada vez que rezara esta oración, pudiese librar 1000 almas del purgatorio.

    DIÁLOGO CON EL SILENCIO


    Diálogo con el silencio 


    Cuantas veces....
    queremos acercarnos a los demás
    con actitudes fraternales,
    y aunque aparentemente somos aceptados;
    ignoramos que nuestros receptores,
    no se sienten con la confianza de
    estrechar ese lazo...
    por esa forma a veces de arrogancia,
    que creen visualizar,
    por esas palabras reflexivas
    que reclaman nuestra presencia
    y que son tomadas con imposiciones...

    Porque la sensibilidad que nos entregan,
    es tan frágil, que si no la cuidamos
    involuntariamente la hacemos añicos,
    dispersando escépticamente,
    lo que pudo ser un diálogo interesante

    Cuantas veces, herimos inconcientemente,
    por no tener disponibilidad de paciencia,
    para analizar el entorno...
    sin percibir que está latente
    esa indiferencia gélida que nos duele.

    Cuantas veces dialogamos con el silencio,
    por el desconsuelo de la soledad,
    pero somos tan exigentes,
    que solo pensamos en nuestros pesares...
    sin comprender el dolor de los demás,
    a quienes castigamos con esas actitudes
    de incompresión...

    Porque no entendemos ese lamento
    por la lejanía, y no hemos valorado
    ese amor que nos brindan...
    cuantas veces seguiremos así,
    sumergidos en ninguna parte,
    apesadumbrados por la soledad,
    y el vacío asfixiante que 
    nos lastima tanto...

    GRACIAS SEÑOR



    GRACIAS SEÑOR...

    Gracias Señor...
    Porque en la cruel tormenta, me haces escuchar el suave susurro de tu voz.

    Gracias Señor...
    Pues envías rayos de luz que iluminan mi camino en medio de las
    adversidades.

    Gracias Señor...
    Por cada instante y cada problema que me recuerda mi necesidad de Ti.

    Gracias Señor...
    Porque hasta en lo alto del cielo y en la profundidad del océano Tus
    oídos están siempre atentos a escuchar mi clamor.

    Gracias Señor...
    Porque a pesar de los errores de la gente, Sigues enviando sol y
    lluvia sobre todos sin distinción.

    Gracias Señor...
    Por este día, en el que me das la oportunidad de Buscarte nuevamente

    Gracias Señor...
    Por cada ser humano que se cruza en mi camino, pues algo deseas que aprenda de él.

    Gracias Señor...
    Por Ti mismo, que escuchas esta humilde oración proveniente de Tu hijo.

    Por todo esto y lo que me sería imposible de contabilizar...
    ¡¡¡Gracias Señor!!!

    Amen

    EL EVANGELIO DE HOY: 29.07.2013

    Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
    Tu hermano resucitará
    Jesús es consciente del valor de la vida frente a la eternidad y la muerte.
     
    Tu hermano resucitará
    Del santo Evangelio según san Juan 11, 19-27

    En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas».
    Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta respondió: «Ya sé que resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y crea en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?». Ella contestó: «Sí, Señor. Creo firmemente que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

    Oración introductoria

    Señor Jesús, tu resurrección es la prueba más grande de que el amor puede triunfar en el mundo y en mi vida. Tú me enseñas que el amor es más fuerte y que contigo es siempre posible volver a empezar y trabajar por un mundo basado en la caridad. Ilumina mi oración para vivir este día, y toda mi vida, de cara a la eternidad.

    Petición

    Señor, ven a mi corazón para que nazca en mí la vida nueva que me has ganado por tu cruz y resurrección.

    Meditación del Papa

    Nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: "Yo soy la resurrección y la vida... ¿Crees esto?". Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Jesús de Nazaret: "Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo". La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él. La fe en la resurrección de los muertos y la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la luz de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza. (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2011).

    Reflexión

    Decía santo Tomás de Aquino: "Tan sólo un necio trata de consolar a una madre ante su hijo muerto". Estas palabras surgen como fruto directo de la contemplación de este pasaje en el que Jesús, frente al sepulcro de su amigo Lázaro, derrama unas de las pocas lágrimas que aparecen expresamente en el evangelio.

    Jesús es consciente del valor de la vida frente a la eternidad y la muerte. Sabe que el alma de Lázaro reposa esperando, como la del resto de los hombres, el momento sublime de la redención. Sin embargo, Jesús también es un hombre. Lo que en un primer momento no le cuesta aplazar cuatro días, más tarde se transformará en lágrimas y llanto: la contemplación del sepulcro de su amigo.

    El regreso a la vida de Lázaro es un anticipo, una profecía, de lo que será en el futuro la resurrección de los muertos. Los amigos de Jesús, sus íntimos, sus más queridos, volverán a la vida ante el asombro de sus enemigos y las miradas mezquinas de los que en vida no acogieron a Jesús en su corazón.

    Pidamos a Cristo en este día que guarde un puesto para nosotros en su corazón. Digámosle con todo nuestro ánimo que queremos ser sus amigos y sus íntimos.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, Tú me amas tanto que, con tal de salvarme, venciste el miedo al sufrimiento y a la muerte. Yo también, Jesús, quiero vivir así, sin temer a la renuncia o el desprendimiento, con tal de vivir en tu gracia y así poder acercar a otros a tu amor, especialmente a aquellos miembros de mi familia que se encuentran alejados de tu amor.

    Propósito

    Visitar a esa persona enferma o solitaria que sé que nadie visita, para darle ánimo. 

    JESÚS OCULTO


    Jesús oculto

    Cuentan que una vez había un monasterio escondido en las montañas, donde cada monje tenía su función específica. Algunos eran sembradores, otros cocineros y así cada uno tenía su función. En determinado momento los monjes empezaron a tener problemas entre ellos, y se peleaban y enojaban.

    Preocupado por el asunto, el sacerdote a cargo del monasterio se fue a orar y preguntaba a Dios:

    - "Señor, ¿por qué pasan estas cosas? ¿Cómo lo podemos arreglar?"

    Dios le contestó:

    - "Hijo, he visto sus problemas y por eso, entre ustedes se encuentra de incógnito mi hijo Jesús"

    El sacerdote se asustó mucho al saber semejante noticia y convocó a los monjes. Cuando se dieron cuenta que entre ellos estaba Jesús se empezaron a preguntar quién sería. Tal vez el cocinero o algunos de los que sembraban.

    Como no lo sabían, se empezaron todos a tratar con cortesía y amabilidad y nunca mas hubo problemas entre ellos.

    domingo, 28 de julio de 2013

    EL EVANGELIO DE HOY: 28.07.2013

    Autor: Luis Felipe Nájar | Fuente: Catholic.net
    Parábola del amigo inoportuno
    Lucas 11, 1-13. Tiempo Ordinario. La oración es el diálogo del hombre con Dios. He aquí la grandeza de la oración.
     
    Parábola del amigo inoportuno
    Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-13


    Y sucedió que, estando Jesús en oración en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
    danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. Les dijo también: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan! 


    Oración introductoria

    Señor, gracias por enseñarme a orar. Hoy, humilde e insistentemente, pido tu ayuda para sacar el mayor provecho de esta oración, quiero conocerte mejor para amarte más. Confío en tu misericordia sabiendo que, en la medida en que te ame y te escuche, podré transmitirte a los demás.

    Petición

    Señor Jesús, ayúdame a hablar con el Padre, como Tú lo hacías.

    Meditación del Papa

    Cómo aprendo a orar, como crezco en mi oración? Mirando el modelo que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, vemos que la primera palabra es "Padre" y la segunda es "nuestro". La respuesta, entonces, es clara: aprendo a orar, alimento mi oración, dirigiéndome a Dios como Padre y orando-con-otros, orando con la Iglesia, aceptando el regalo de sus palabras, que me resultan poco a poco familiares y ricas de sentido. El diálogo que Dios establece con cada uno de nosotros, y nosotros con Él, en la oración incluye siempre un "con"; no se puede orar a Dios de modo individualista.
    En la oración litúrgica, especialmente en la Eucaristía, y --formados de la liturgia--, en cada oración no hablamos solo como individuos, sino que entramos en el "nosotros" de la Iglesia que ora. Y tenemos que transformar nuestro "yo" entrando en este "nosotros". (Benedicto XVI, 3 de octubre de 2012).

    Reflexión

    Señor, enséñanos a orar. La oración es el diálogo del hombre con Dios. He aquí la grandeza de la oración. Jesús enseñó a sus discípulos la más grande de las oraciones, el Padre Nuestro. En esta oración de Jesús se da una relación filial del hombre con Dios. Hablar como hijos y no como siervos ante alguien desconocido, decir Padre a Dios. Padre Nuestro, es el Padre que nos espera ansioso en la casa, como el Padre del hijo pródigo; es el Padre que nos da el pan diario, que es su Hijo en la Eucaristía, como lo dio en el desierto a los israelitas, para alimentar a los peregrinos de este mundo.

    Pedir con insistencia y con la fe de que recibiremos, así debemos pedir como nos enseña Jesús. Lo primero es fácil, siempre pedimos por nuestras necesidades, por el trabajo, por el hijo enfermo etc. Pero pedir con fe, no es así de fácil. La fe requiere confianza y es una virtud que no se practica mucho en nuestro tiempo. Si tuviésemos la fe como un granito de mostaza diríamos a un árbol plántate en el mar y así sería.

    También hay que pedir por la fe, como aquel padre que pedía por su hija enferma: Señor creo, pero aumenta mi fe. Aunque Jesús ya sabe lo que necesitamos antes de pedirlo.

    Diálogo con Cristo

    Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón.
    Jesús, ayúdame a conocer cada vez mejor a tu Padre en la oración. Dame la gracia de amarle como verdadero hijo, quiero confiar en Él, abandonándome a su voluntad y providencia. Que el tiempo para mi oración personal sea lo más importante en mi agenda de cada día. Y te suplico me ayudes a que sepa irradiar este espíritu de oración en mi familia.

    Propósito

    Hacer diariamente una oración en familia. Si ya lo hago, buscar incrementarla. 

    sábado, 27 de julio de 2013

    ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL


    EL EVANGELIO DE HOY: 27.07.2013

    Autor: Luis Felipe Nájar | Fuente: Catholic.net
    El trigo y la cizaña
    Mateo 13, 24-30. Tiempo Ordinario. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar trigo y... cizaña.
     
    El trigo y la cizaña
    Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30


    En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Él les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Le dijeron los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Jesús le dijo: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.

    Oración introductoria

    Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor. Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia, también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón, mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y un verdadero apóstol de tu Reino.

    Petición

    Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte más cada día.

    Meditación del Papa

    Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio". Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.

    Reflexión

    En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.

    Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.

    Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.

    Propósito

    Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo quien quiero que viva en mí.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu puro y nuevo. 

    LOS CINCO PRIMEROS MINUTOS


    LOS CINCO PRIMEROS MINUTOS

     No es fácil tomar el tren en marcha ni coger el hilo de una conversación ya iniciada, ni situarse en el proceso de un discurso del que no se ha oído el comienzo. 

    Si soy invitado a casa de unos amigos, me las arreglo para no llegar después del aperitivo. 

    Si asisto al teatro, me gusta estar acomodado antes de que suba el telón, ambientarme en mi butaca, en la sala, con el resto del público que está a mi alrededor. 

    Si voy al cine, echo pestes contra los que pasan por delante de la pantalla y me impiden ver la primeras imágenes de la película.
    Si voy a un concierto, me gusta oír cómo el primer violín da el "la", cómo todo se organiza y cómo se pasa de la cacofonía al silencio y del silencio a la música. 

    Si conecto la televisión para escuchar el telediario, me molesta perderme el anuncio inicial de las noticias más importantes del día (los titulares). O que, mientras las intento escuchar, otros hablen y me impidan enterarme.

    En todas partes, siempre, cuando hay diversas personas que se reúnen para formar asamblea y para llevar a cabo algo que aprecian, es muy importante el primer momento, los primeros cinco minutos.

    A todos los aficionados les gusta llegar al estadio de fútbol con antelación al inicio del partido y vivir el ambiente.

    ¿Y en nuestras iglesias? En nuestras iglesias suele suceder todo lo contrario. La gente llega tarde, se empieza sin silencio, como si no importara lo que se hace y se dice. 

    ¡Bienaventurada la iglesia en la que todos los bancos están ocupados unos minutos antes del inicio de la Misa!

    EL PESO DE TU CRUZ


    EL PESO DE TU CRUZ

    Un joven, ya no podía más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando: 
    "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada".

    El Señor, como siempre, acudió y le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".

    El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor", dijo, e hizo lo que le había dicho.



    Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
    "Señor", susurró, "quisiera esa que está allá", dijo señalándola. Y el Señor contestó: "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".

    Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas. Cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de la lluvia. 

    ¡Ninguna cruz es pesada cuando es Jesús quien te ayuda a cargarla!

    TRES ORACIONES DIARIAS A LA VIRGEN MARÍA



    TRES ORACIONES DIARIAS A LA VIRGEN MARÍA

    BENDITA SEA TU PUREZA:

    Bendita sea tu Pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza. ¡A ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María! yo te ofrezco en este día: alma, vida y corazón; ¡mirame con compasión, no me dejes Madre mia sin tu santa bendición! Amén.

    AVE MARIA + 1 Jaculatoria
    Jaculatoria: Oh María sin pecado concebida ¡Ruega por nosotros que recurrimos a tí!


    ACORDAOS (ACUÉRDATE):

    Acuérdate, oh Piadosísima Virgen María, que JAMAS se ha oído decir que NINGUNO de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a tí también acudo, oh Virgen Madre, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu Presencia Soberana; no deseches, oh Purísima y Santísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien escuchalas y atiéndelas favorablemente. Amén. 

    AVE MARIA + 1 Jaculatoria.

    Jaculatoria: Soy todo tuyo Reina mía y Madre mía ¡y todo lo que tengo tuyo es!


    CONSAGRACIÓN BREVE A LA VIRGEN MARÍA:

    Oh Señora mía, Oh Madre mía: yo me ofrezco del todo a ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día: mi cuerpo, mi alma, mi mente, mi espíritu y mi corazón, en una palabra todo mi ser; ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén. 

    AVE MARIA + 1 Jaculatoria.
    Jaculatoria: Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía.

    viernes, 26 de julio de 2013

    EL EVANGELIO DE HOY: 26.07.2013

    Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net
    Explicación de la parábola del sembrador
    Mateo 13, 18-23. Tiempo Ordinario. Contamos con un medio excelente para la lucha: la oración. Siempre encuentra un tiempo para dedicarlo a Dios.
     
    Explicación de la parábola del sembrador
    Del santo Evangelio según Mateo 13, 18-23


    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.

    Oración preparatoria

    Señor, la semilla de tu Palabra siempre produce buenos frutos. No permitas que las distracciones me arrebaten lo que en esta oración quieres revelarme. ¡Ven, Espíritu Santo!

    Petición

    Señor, dame tu gracia para tu semilla de amor se multiplique en mi vida.

    Meditación del Papa

    ¿Qué fruto da la semilla de la Palabra de Dios en la tierra de mi corazón?
    «El Señor arroja con abundancia y gratuidad la semilla de la Palabra de Dios, aun sabiendo que podrá encontrar una tierra inadecuada, que no le permitirá madurar a causa de la aridez, y que apagará su fuerza vital ahogándola entre zarzas. Con todo, el sembrador no se desalienta porque sabe que parte de esta semilla está destinada a caer en "tierra buena", es decir, en corazones ardientes y capaces de acoger la Palabra con disponibilidad, para hacerla madurar en la perseverancia, de modo que dé fruto con generosidad para bien de muchos. [...] Quien siembra en el corazón del hombre es siempre y sólo el Señor. Únicamente después de la siembra abundante y generosa de la Palabra de Dios podemos adentrarnos en los senderos de acompañar y educar, de formar y discernir. Todo ello va unido a esa pequeña semilla, don misterioso de la Providencia celestial, que irradia una fuerza extraordinaria, pues la Palabra de Dios es la que realiza eficazmente por sí misma lo que dice y desea. (Benedicto XVI, 21 de julio de 2009).

    Reflexión

    Lo verdaderamente asombroso es que la inmensa mayoría de las personas no luchan por «ser» alguien, sino por «tener» algo; no se apasionan por llenar sus almas, sino por ocupar un sillón; no se preguntan qué tienen por dentro, sino qué van a ponerse por fuera. Tal vez sea ésta la razón por la que en el mundo hay tantos tantas marionetas y tan pocas, tan poquitas personas. Sí, hay que amar la lucha. Creer en algo muy serio. Luchar por ello. Seguir luchando cuando nos cansemos. Seguir adelante cuando nos cansemos de caminar.

    Jesús nos explica en el pasaje evangélico de hoy que la vida del cristiano y la de todo hombre es lucha. Hay que vencer el viento, la dureza de las piedras, las espinas... Quien ha tenido la fortuna de trabajar en el campo, comprende perfectamente la parábola del sembrador. Y es que no basta con tirar la semilla para cosechar frutos abundantes. Hay que elegir el terreno. Hay que preparar la tierra. Hay que cuidar la semilla y tirarla a tiempo. Hay que regar, quitar las malas hierbas y, sobre todo, hay que segar en el momento oportuno. Implica lucha. Trabajo. Esfuerzo. Se dice que: «De los esforzados es el Reino de los Cielos». Es ley de vida. A veces cuesta. Lo importante, no es tanto lo que hacemos, sino el amor con el que obramos. Cuando hay amor, Dios bendice y nos premia, aun si en muchas ocasiones no lo parece a primera vista. Para lograr estar siempre en la «lucha» contamos con un medio excelente: la oración. Jesús la usó y siempre le funcionó.

    Ojalá que sepamos valernos de la oración para permanecer en la «lucha» venciendo esos «problemas» cotidianos por amor a Dios y a nuestros hermanos.

    Propósito

    Poner un medio concreto para crecer en la virtud que me lleve a dominar mi defecto dominante.

    Diálogo con Cristo

    Señor Jesús, aunque creo que Tú eres lo más importante de toda mi vida, tristemente tengo que reconocer que fácilmente dejo que otras cosas ocupen el lugar que sólo a Ti te corresponde. Dejo que tu semilla se ahogue entre las espinas de mi debilidad al permitir que mis sentimientos gobiernen mis acciones, en vez de mi fe y convicciones. Ayuda mi voluntad para que mi vida sea esa tierra buena donde la semilla de tu amor crezca y dé frutos abundantes. 

    ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE PROMESAS Y RECUERDOS?


    ¡EMPUJA!


    ¡EMPUJA!

    Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año". El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró.


    Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semana llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente: "¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover". El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pie con su decisión de empujar.

    Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: "Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro" . Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan".

    Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir. El día de hoy es un llamado a "empujar" sin importar los múltiples pensamientos de duda que ponga el enemigo en nuestras mentes. Pongamos pues todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, más bien, nos hará ser mas fuertes!

    CARTA A LOS ABUELOS DE JESÚS: ANA Y JOAQUIN

    Autor: Susana Ratero | Fuente: Catholic.net
    Carta a los abuelos de Jesús: Ana y Joaquín
    Celebramos hoy a San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús. ¡Gracias por haber sido tan dulces y ejemplares padres de María!
    Carta a los abuelos de Jesús: Ana y Joaquín
    Mis muy queridos Joaquín y Ana:

    Mi nombre es... bueno, no importa… les escribo desde un banco de la parroquia en una inexplicable tarde cálida de julio.
    Me avisó una amiga que el día 26 es su fiesta y, por ello, quise regalarles esta sencilla carta.
    No encuentro palabras para decirles "gracias". Gracias por haber sido tan dulces y ejemplares padres de mi amada María.

    Usted, señora Ana, que habrá compartido con ella tantas tardes luego de intensas jornadas, ha sido una sencilla pero sabia maestra. Fueron sus manos (¿Las de quién, sino?) las que se unieron a las de Ella en un mar de harina, para enseñarle a amasar el pan. Fueron sus manos (¿Las de quién, sino?) las que apretaron fuerte las de Ella cuando el dolor, implacable, les invadía el alma.

    Fue su ejemplo (¿el de quién, sino?) el que ayudó a María a caminar los senderos de la contemplación simple, sencilla, la que está al alcance de cualquier mujer. Fue este santo ejercicio el que permitió a la Madre, años después, meditar en su corazón los misterios de la Salvación.
    Fue usted, buena señora, la que son su ejemplo más que con sus palabras, le enseñó a María que ser mamá es la tarea más hermosa del mundo. Así, Ella, la veía a usted cuidar y ayudar a amigas y parientas cuando los embarazos venían difíciles en los caminos del alma. Y seguro en su casa los pequeñines siempre hallaron una rica sorpresa, increíblemente siempre lista, para sus sorpresivas y revoltosas incursiones.
    Ustedes llevaron a la "llena de gracia" por las escalinatas del Templo tantas veces… Así, Ella fue conociendo que hace muchos años, un profeta llamado Isaías anunciaba que "...La Virgen está embarazada y da a luz un hijo..." y la profecía le inundaba el alma…



    Usted, mi buen Joaquín, fue un hombre honesto y sencillo. ¿Quién, sino, habría sido digno de traer a este mundo a la "llena de gracia"?. María le habrá contemplado, seguramente, tantos días al partir de la casa para "ganar el pan con el sudor de su frente". Y le habrá esperado de regreso y habrá corrido hacia usted con las mejillas sonrosadas y los ojos llenos de palomas blancas para abrazarle al regreso de la larga jornada. Y usted, la tomó en sus brazos y la alzó al cielo... tan ligera como una gacela, tan pura como una mañana.
    "- "Quisiera que el padre de mi hijo se te pareciera” le dijo un día Ella." Y usted casi no veía su rostro pues las lágrimas delataban que la niña le había besado el corazón.
    - "Quisiera que mi hijo, un día, estuviese tan feliz de mí como yo lo estoy de ti, querida madre..." y sus palabras le hicieron sentir, Ana, que la vida es hermosa y los sacrificios y angustias de muchos años al criar los hijos, pueden desaparecer en un instante con frases como esa.
    No quisiera terminar esta sencilla carta sin imaginar, por un momento, cuanto de ustedes llego al corazón de Jesús a través de María: Usted, mi buena Ana, seguro le alcanzó, desde más allá del tiempo, esa ternura por las pequeñas cosas de cada día, la cual, al llegarle desde el corazón de María, se transformaría luego en parábola, en camino.

    Usted, don Joaquín, le dejó al mejor de los nietos la mejor de las herencias: El amor al trabajo. Así, a través de María y envuelto en las palabras y ejemplo del buen José, hallaría en Jesús el mejor de los depositarios.
    Abuelos, abuelos, cuantas veces Jesús habrá dicho estas palabras. "Extrañas a los abuelos ¿Verdad, Madre querida?". "A veces, Hijo, a veces... Cuando tu te vas a predicar lejos y yo te extraño, muchas veces siento que hubiera querido tener a mis padres cerca”... Y Jesús habrá mirado a María en silencio, sabiendo que había verdades que Ella comprendería más tarde, con la llegada del Espíritu Santo...
    Para terminar les pido un favor. Abracen a todos los abuelos del mundo, en especial a los que se sienten solos. No importa si tienen nietos o no, pues hay una edad del alma en que la palabra "abuelo" se torna en caricia...
    Un gran abrazo a los dos...


    __________________


    NOTA

    Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora, sin intervención sobrenatural alguna.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • Susana Ratero. 

    LA PUERTA


    LA PUERTA 
    Un hombre había pintado un lindo cuadro.

    El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista.

    Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.

    Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.

    Y fue a preguntar al artista:

    "¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?"

    El pintor tomo su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:

    Apocalipsis 3, 20: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo."

    "Así es", respondió el pintor. "Esta es la puerta del corazón del hombre." "Solo se abre por dentro."

    Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS. Cambiemos, aún estamos a tiempo.

    ORACIÓN POR LOS ABUELOS


    ORACIÓN POR LOS ABUELOS
    El Papa Benedicto XVI nos invita a rezar en familia esta oración por los adultos mayores.

    Señor Jesús, tu naciste de la Virgen María,
    hija de San Joaquín y Santa Ana.
    Mira con amor a los abuelos de todo el mundo.
    ¡Protégelos! son una fuente de enriquecimiento
    para las familias, para la Iglesia
    y para toda la sociedad.
    ¡Sostenlos! Que cuando evejezcan
    sigan siendo para sus familias
    pilares fuertes de la fe evangélica,
    custodios de los nobles ideales, hogareños,
    tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas
    haz que sean maestros de sabiduría y valentía
    que transmitan a generaciones futuras los frutos
    de su madura experiencia humana y espiritual.
    Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad
    a valorar la presencia y el papel de los abuelos.
    Que jamás sean ignorados o excluidos,
    sino que encuentren respeto y amor.
    Ayúdales a vivir serenamente
    y a sentirse acogidos durante todos los años
    de vida que les concedas.
    María, Madre de todos los vivientes,
    cuida constantemente a todos los abuelos,
    acompáñalos durante su peregrinación terrena
    y con tus oraciones obten que todas las familias
    se reúnan un día en nuestra patria celestial,
    dónde esperas a toda la humanidad
    para el gran abrazo de la vida sin fin.
    Amén



    ¿DÓNDE ESTÁN LAS MANOS DE DIOS?


    ¿DÓNDE ESTÁN LAS MANOS DE DIOS?

    Cuando observo el campo sin arar; cuando los aperos de labranza están olvidados; Cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto:
    ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero, del campesino carente de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando miro a ese joven, antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol; cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca, se ciñe el vestido y sale a vender su frágil cuerpecito, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces sin vender; cuando lo veo dormir en una puerta titiritando de frío; cuando su mirada me reclama una caricia; cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

    Y me enfrento a Él y le pregunto:

    ¿Dónde están tus manos, Señor? Para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.

    Después de un largo silencio escuché su voz que me reclamó:

    “No te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete a usarlas para lo que fueron hechas: para dar amor y alcanzar estrellas”.

    Y comprendí que las manos de Dios somos “TÚ y YO”, los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje de luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se retienen a sí mismos para ser las manos de Dios.

    Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían de dar, te pido ahora perdón por el amor que me diste y no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación.

    El mundo necesita de esas manos llenas de ideales, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización que busque valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan llegar al final habiendo entregado todo con amor.
    Y Dios seguramente dirá:

    ¡ESAS SON MIS MANOS!

    jueves, 25 de julio de 2013

    EL EVANGELIO DE HOY: 25.07.2013

    Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
    La madre de los hijos de Zebedeo
    Mateo 20, 20-28. Fiesta de Santiago Apóstol. Consolidemos nuestra fe en el ruego sincero a Dios antes de afrontar nuestra pequeña gran cruz.
     
    La madre de los hijos de Zebedeo
    Del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28


    Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?» Ella le dice: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Le dicen: «Sí, podemos». Les dijo Jesús: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos». 

    Oración preparatoria

    Señor, te pido humildemente tu gracia, que es lo único que realmente importa y necesito. Soy todo tuyo, sin reserva alguna. Dame un corazón desinteresado que se consuma sólo por tu amor.

    Petición

    Señor, concédeme vivir en este día con la ilusión de entregarme y de servirte en los demás.

    Meditación del Papa

    Aún hoy, como hace 2000 años, acostumbrados a ver los signos de la realeza en el éxito, la potencia, el dinero o el poder, tenemos dificultades para aceptar un rey así, un rey que se hace servidor de los más pequeños, de los más humildes, un rey cuyo trono es la cruz. Sin embargo, dicen las Sagradas Escrituras, así es como se manifiesta la gloria de Cristo; en la humildad de su existencia terrena es donde se encuentra su poder para juzgar al mundo. Para él, reinar es servir. Y lo que nos pide es seguir por este camino para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado. El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como nos recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad. También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo. Nuestra fe en Él, que vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, un mundo donde la justicia y la verdad no son una parodia, un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios. Benedicto XVI, 20 de noviembre de 2011.

    Reflexión

    Ellos aún no comprendían el modo extraordinario con el que Cristo iniciaba la preparación del Reino de Dios. Quizás ellos también como los otros discípulos imaginaron que antes o después Cristo reivindicaría el poder sobre los hombres, para después administrarlo con aquella infinita sabiduría y compasión que demostró en las muchas regiones de Israel. Pero, una vez más, después de la rara intercesión de la madre de los hijos de Zebedeo, Jesús habla de una "copa que beber".

    Si el que ha creado el universo ha asumido la naturaleza de sus mismas criaturas para quererlas, servirlas y salvarlas, humillándose hasta la muerte de cruz, del mismo modo quien elige seguir las huellas del Maestro tendrá que aprender a servir, a dejar que el poder del mundo lo humille y lo desprecie.

    Quien quiere de verdad beber la copa de Cristo, acompañarlo a llevar la cruz del dolor a este mundo y aliviar los sufrimientos de sus hermanos, tiene que conocer lo que significa realmente sufrir y servir con generosidad. ¿Estamos listos también a hacer nuestra parte? Consolidemos nuestra fe en el ruego sincero a Dios antes de afrontar nuestra pequeña gran cruz.

    Propósito

    Servir con alegría y amor, especialmente a aquellos que más necesitan de mi atención.

    Diálogo con Cristo

    Señor, mi vocación de discípulo y misionero es una vocación al servicio. Ayúdame a rezar, a predicar, a sacrificarme para que Tú seas más amado. Dame tu gracia para poder caracterizarme por el servicio abnegado y eficaz del prójimo. Vivir con plenitud, con profundidad procurando que todas mis obras se caractericen por el servicio generoso. 
    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...