miércoles, 11 de mayo de 2011

A JESÚS POR MARÍA

A Jesús por María
Padre Tomás Rodríguez Carbajo

“María es siempre el camino que conduce a Cristo” (Pablo VI).

Toda la razón de ser de las prerrogativas de María está en su función de Madre de Dios.

Todo el que se ha acercado a María es para terminar en Jesús. no se puede concebir un amor a María, que no germine en un amor a Cristo, ya que Él es el centro de nuestra vida y todo lo demás son medios para acercarnos a Él.

En la vida ordinaria vemos la lección, uno que es auténtico devoto de María, no puede menos de amar a Jesús. La experiencia nos la podrían contar todos los santuarios marianos, lugares de regeneración espiritual para muchos que llegan allí hechos un desastre en su conducta y que salen rejuvenecidos dispuestos a dar un sentido a su vida.

Nuestro amor a la Madre, si es auténtico, no se puede concebir sin el mismo amor al Hijo, ya que si amamos de verdad a una persona, tenemos que amar lo que Ella ama.

Nuestro acudir a María es sencillamente, porque Ella puede alegar sus méritos y su vida a favor nuestro ante su Hijo. Ella es licenciada en pleitos divinos-humanos.

Acudimos a María para llegar a Jesús. porque es acomodadora de la misericordia y del perdón.

Como el niño acude al regazo de la madre para buscar su protección, así los cristianos acudimos a María para ir de su mano a Dios, pues, nuestra condición de pecadores nos da vergüenza, si nos acercamos directamente.

María es un atajo seguro, que desemboca en Cristo, quien va de su mano tiene la certeza de que tarde o temprano se unirá a Jesús.

María consciente de su puesto de Medianera de todas las gracias está siempre a nuestra total disposición. Ella fue la que sirvió de enlace, para que Dios bajase a nosotros y sigue siendo el acceso que tenemos los hombres para llegar a Dios.

NO MENOSPRECIES A NADIE...


No menosprecies a nadie
Autor: Tiberio López Fernández

Una nena, diariamente, va y vuelve caminando a la escuela.
A pesar del mal tiempo de aquella mañana y de las nubes que se estaban formando, ella hace su camino diario.

Con el pasar del tiempo, los vientos aumentaron junto a rayos y truenos.
La madre pensó que su hija podría tener mucho miedo en el camino de vuelta, pues ella misma estaba asustada con los rayos y truenos.
Preocupada, la madre rápidamente entro en su auto
y se dirigió por el camino en dirección a la escuela.

En el camino ella vio a su hija caminando, y notó, que a cada relámpago, la
niña paraba, miraba hacia arriba y Sonreía !!!.
Otro y otro trueno y en cada uno, ella paraba, miraba hacia arriba y Sonreía!!!
Finalmente, la niña entro en el auto y la madre curiosa le fue preguntando:

-" Que estabas haciendo?"

La niña respondió:

-"Sonriendo! Dios no para de sacar fotos mías!!"

Dejemos que toda inocencia florezca en nuestros corazones para que podamos ver la bella y real felicidad que está en los momentos de simplicidad...

ORACIÓN PARA UN NIÑO RECIEN NACIDO


ORACIÓN PARA UN NIÑO RECIÉN NACIDO

Señor nuestro Jesucristo,
Hijo de Dios Vivo,
que engendrado antes de todos los siglos,
en el tiempo quisiste ser niño
y amas la inocencia propia de la infancia;
Tú, Señor, que abrazabas con amor
a los niños que te presentaban,
y los bendecías,
cuida a este niño con tierna bendición
y no permitas que la malicia
pervierta su corazón.
Concédele, Señor, que,
creciendo en edad, sabiduría y gracia,
siempre te agrade.
Tu que siendo Dios vives y reinas
con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo
por todos los siglos de los siglos.
Amén.

CRISTO NOS INVITA DESDE LA MONTAÑA


Autor: P. José Luis Richard | Fuente: Catholic.net
Cristo nos invita... desde la montaña.
Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.

En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón, revela los misterios del Reino. Nos da a conocer la sabiduría de Dios y la clave de la felicidad: sembrar con paciencia para recoger los frutos llegado el tiempo, pagar el precio justo.

Es impresionante cómo ha ido cambiando nuestro mundo y con qué rapidez. Para los hombres de hace medio siglo, sería una verdadera fantasía el pensar en la informática, tan avanzada y al alcance de todos. Nuestros bisabuelos nunca se imaginaron los nuevos artefactos de guerra tan sofisticados, tan precisos. Jamás soñaron con nuestros medios de transporte tan seguros y veloces...

Los hombres de hace cincuenta o sesenta años sabían que si alguien quería una buena cosecha, tendría que trabajar muy duro durante todo el otoño y pasarse la primavera escardando sus campos. El alfarero, el zapatero, el herrero, todos ellos tenían muy bien sabido que si querían producir más, les hacían falta más horas de trabajo, más mano de obra...

Nosotros, con nuestra tecnología, nos hemos acostumbrado a lo automático, a lo fácil, lo cómodo. A encender la televisión desde la cama con un botón, a abrir la puerta de casa desde el coche, a viajar cómodamente con la visa... pagando después.

A la gente de nuestra época se le atrae así. Si quieren vendernos algo, que sea rápidamente y sin complicaciones.

Si algo ha de producirnos comodidad, alegría, felicidad, placer, tiene que ser al instante, sin tardar. Si se oprime el botón, es para que el trabajo quede listo en un momento. No queremos trabajos sin frutos inmediatos. Queremos la mayor cantidad de bienes con el menor esfuerzo. Es la moda.

Y sin embargo, Cristo, desde la montaña, usa un vocabulario completamente opuesto: Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.

Cristo nos propone abandonarnos a nosotros mismos para seguir su Evangelio. No consentir a las pasiones. No ser tan delicados. Aguantar y ser firmes ante el sufrimiento. Ser generosos y aceptar el dolor por amor a Él, como un medio seguro para conseguir la ansiada felicidad. El Reino de los cielos no se consigue con palancas y botones sino con sacrificio y amor a Cristo.

Nuestra misma sociedad puede explicarnos muy bien lo que Cristo nos invita a hacer desde la montaña. La vida actualmente es muy cara, muy difícil. Hay que pagar por todo. Nada se regala. También nuestra felicidad tiene un precio: pisar las mismas huellas de Cristo. Aunque más de una vez nuestros pies sangren.

Señor, quiero desde hoy trabajar con paciencia y generosidad, sembrar sin prisas, para alcanzar con mi sacrificio la verdadera felicidad.

martes, 10 de mayo de 2011

REGALOS QUE NO TE CONVIENE RECIBIR

Hay regalos que no te conviene recibir

Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.

Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unosdocumentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:

- Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora.

El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.

El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:

- ¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?

El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.

- Por supuesto que no. -Contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.

- Bueno, -prosiguió el profesor-, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.

- No entiendo a qué se refiere. -dijo el alumno confundido.

- Muy sencillo, -replicó el profesor-, tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.

- Muchacho, -concluyó el profesor en tono gentil-, tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.

Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que decidas cambiarlo.

Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.

¿Qué escogiste tú?

ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

APARICIONES DEL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS EN FÁTIMA


Apariciones del Ángel de La Paz en Fátima

Un tiempo antes de la manifestación de Nuestra Señora de Fátima, los niños Videntes, tuvieron tres apariciones de un Angel. La primera tuvo lugar en la primavera de 1916 en la cueva "Loca de Cabeco".

El Angel les dijo: " No teman. Soy el Angel de la Paz. Recen conmigo."

Luego se arrodillo en la tierra, se inclino y dijo :
"Mi Dios, Yo creo en ti, Yo te adoro y Yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen , que no te adoran y no te aman."

Lo repitió tres veces, se levanto y le dijo a los pequeños "Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a sus súplicas." Luego desapareció.

En la segunda aparición, entre otras cosas, el Angel les dijo: "Yo soy el Angel de su guardia, el Angel de Portugal. Sobre todo, acepten y soporten con sumisión el sufrimiento que el Señor les envíe".

En la tercer aparición: El Angel nuevamente se apareció en la cueva Loca de Cabeco, llevaba consigo un cáliz y sostuvo sobre él, una Hostia. Repitió tres veces esta oración:

"Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en acto de reparación por los sacrilegios, ultrajes e indiferencia por la cual Él Mismo es ofendido. Y mediante los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, yo le pido la conversión de los pobres pecadores."

Después le dio la Hostia a Lucía y ofreció el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco para que lo bebieran. Volvió a repetir la oración y se marcho.

DEJAR TODO POR JESÚS


Autor: P. Jose Luis Richard | Fuente: Catholic.net
Llega Él... ¡Hay que dejar todo!
¡Todo! Aun las redes nuevas que se acaban de comprar; hasta la barca... Todo.


Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron.

El lago les presentaba ese día una fuente repleta de peces. Simón y Andrés estaban felices con su buena faena. Los dos hermanos podrían haber seguido pescando todo el día sin cansarse. El sol brillaba pero no había mucho calor, la brisa les rodeaba mientras trabajaban... Es decir, era uno de esos días en los que no resulta tan duro ser pescador.

Llega Él.

¡Hay que dejar todo! ¡Todo! Aun las redes nuevas que se acaban de comprar; hasta la barca; incluso la posibilidad de vender los pescados del día... Todo. Para seguirle a Él. A uno que les llama. ¿Y por qué le siguen? Por eso, porque les llama. Porque les invita con una autoridad que nunca habían visto antes, con una fuerza que les asegura: "podéis confiar en mí, podéis poner vuestra vida en mis manos sin temor".

Hoy día sólo han cambiado las circunstancias, el paisaje por donde pasa Cristo. Entonces, en Galilea, fue un lago. Ahora podría ser una montaña de Suiza, un edificio en Londres o una playa en California. Pero es el mismo Jesucristo quien pasa por la vida de muchos inesperadamente, tal vez a una hora en que todo va muy bien, cuando aparece un nuevo trabajo con esperanzas de mucho éxito, o una oportunidad estupenda de descanso.

Cristo sigue llamando porque son muchos los hombres a los que aún no ha llegado su salvación y, sin embargo, "los operarios son pocos". Necesita como nunca colaboradores para esa misión, colaboradores que no piensen en su propio bienestar, cuyos ideales sean más fuertes que el deseo de comodidad y cuyo amor resista al atractivo de una vida fácil y sin problemas.

Para esta misión Cristo llama cuando quiere. A unos les sugiere la donación total en la primavera de la vida, acabados los estudios, cuando están listos para darse de lleno a la tarea. A otros, después de unos años de crecimiento espiritual y humano, cuando han desarrollado ya ciertos talentos y tienen así la oportunidad de hacerlos fructificar para Él.

A cada uno le confía una responsabilidad particular. A los primeros apóstoles la fundación de su Iglesia. Luego invitó a otros muchos discípulos: obispos, laicos, hombres y mujeres consagrados... para continuar su obra y extender el Reino. A otros les invitó a darle a conocer por todo el mundo, en todos los continentes, en las selvas más remotas y en la isla más perdida... Pero la misión de todos es la misma: que los hombres sean felices después de haber conocido el amor de Cristo. Es una misión urgente como nunca. Y para la cual Jesús sigue pidiendo ayuda.

La vocación no es otra cosa que el ofrecimiento de Cristo a colaborar con Él, a trabajar en su viña, a luchar por su Causa, para extender su amor, anunciar su palabra... Vista con fe, ¿no es más preciosa que dominar la tierra entera?

Por eso, después de recibir el llamado, el agraciado sólo tiene que amar mucho. Nada más. El amor le mostrará el camino que no alcanza a divisar el egoísmo. El amor le indicará la voluntad de Dios cuando su sensualidad le grite "¡basta!" . El amor sabrá acallar esos gritos: es capaz de ver el blanco y el negro en un mundo de engaños, en un mundo que no entiende la vocación a trabajar por el Reino y que trata a toda costa de disuadir a los elegidos.

Los discípulos se sentían felices, sí, verdaderamente felices. Su respuesta inmediata les proporcionó la mejor parte en este mundo: el gozo del trabajo al lado de Jesucristo.

Al elegirnos para una misión tan grande como es la de extender su Reino entre los hombres, no lo hizo Cristo porque descubriera en nosotros capacidades o cualidades especiales, sino simplemente "porque nos amó más", y ante ese misterio no hay otras razones, sino solamente actitudes de adoración, de agradecimiento, de correspondencia.

lunes, 9 de mayo de 2011

FÁBULA DEL ROSARIO

Fábula del rosario

Paseaba un día el apóstol Santo Tomás por los jardines del cielo, cuando vió pasar un alma que no resplandecía tanto como las demás... y luego vió otra... y una más... De inmediato fue a reclamarle a San Pedro...

“Oye, Pedro, ¿por qué andan por ahí algunas almas que luego luego se ve que no tienen tantas cualidades y virtudes como las demás?”
Pedro le contestó un tanto nervioso, ya que Tomás era capaz de armarle un escándalo que hasta el puesto le podía costar.
“¿Dónde, tú?” “Por todos lados” indicó el quejoso.
“Vamos a ver” dijo Pedro, y saliendo de la portería se dirigieron a los jardines...
en efecto por doquier se veían almas que no resplandecían tanto, sin embargo se veían felíces de estar ahí.

“Pues mira, esos no han pasado por la puerta.
Yo no los hubiera dejado entrar...” puntualizó Pedro.
“Pues entonces aquí está pasando algo raro, y más nos vale que investiguemos.”
Dijó con determinación Tomás, el cual necesitaba ver el origen de la situación.
Decidieron recorrer las bardas del Paraíso, y para su sorpresa encontraron un gran agujero en un de las bardas, la que quedaba más cerca de la Tierra.

“¡Andale, por aquí se están colando¡” dijo con aire triunfal Tomás.
“El que hizo esto lo va a pagar caro con nuestro Dios, que aunque bueno, es muy justo...” sentenció Pedro.

Se acercaron ambos al agujero, y con sorpresa descubrieron que había atado de ahí un inmenso rosario que llegaba hasta la Tierra, y muchas almas por ahí venían subiendo.

apóstoles se voltearon a ver con cara de sorpresa y consternación... tras un silencio, Pedro dijo: “Ay, María no ha cambiado nadita... desde que la conocí en Caná supe que era de esa gente que no deja de estar ayudando...” (Jn 2, 1-11)
Tomás resignado dijo: “Si ni su Hijo se le escapa, ¿te acuerdas que no quería hacer aquel milagro, y con una sola mirada de Ella se dobló?”
Pedro concluyó diciendo: “Mira, Tomás, tú y yo no hemos visto nada...” .

“¿Ustedes también?” resonó una voz que los sobresaltó...
Con cara de asustados voltearon hacia el Trono de la Majestad de Dios...
pero lo que percibieron fue una gran sonrisa...

ODA A LA AMISTAD..


Oda a la amistad

Los amigos se ayudan entre ellos y se comprenden.
Hacen lo imposible el uno por el otro.
Te dan la mano.

Te sonríen con afecto cuando mas lo necesitas.
Te escuchan y entienden lo que acaso no digas con palabras.
Te quieren y recuerdan siempre en sus plegarias...
Un amigo sabe que hay que hacer.
Puede ahuyentar las nubes de tu vida con sus palabras sabias.

A veces te parece que los dos tienen un idioma propio, secreto entre los dos
Un amigo sabe apoyarte, darte fuerza, y alumbrar tu vida con la risa.
Un amigo comprende lo que sientes y lo que quieres.
Un amigo sabe tus sueños mas secretos.
Cuando tu alma rebosa de ilusiones y necesita decírselas a alguien sin fingir, ni mentir, las compartes con un amigo.

Al recibir buenas noticias, el amigo es el primero a quien llamas.
Cuando estas amargado, el amigo es el que trata de secar tus lagrimas.
Los amigos alumbran tu vida.
Te alientan con su presencia, no importa si están lejos o cerca.
Un amigo es un precioso regalo y un tesoro
Que todo el oro del mundo no puede comprar.

CRONOLOGÍA DE FÁTIMA

Cronología de Fátima

13 de mayo, de 1917 -Primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos en Fátima.

13 de octubre, de 1917 -Ultima aparición de la Virgen a los tres pastorcitos y milagro del sol.

28-04-1919 -Se inicia la construcción de la Capillita de las Apariciones.

13-10-1921 -Se permite por primera vez celebrar la Santa Misa.

13-10-1930 -El obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.

13-05-1931 -Primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado Portugués, siguiendo el mensaje de Fátima.

31-10-1942 -Pío XII, hablando en portugués por la radio, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, haciendo mención velada de Rusia, según pedido por Nuestra Señora.

13-05-1946 -La estatua de Nuestra Señora de Fátima ubicada en la capillita es coronada por el Cardenal Marsella, Legado Pontificio. La corona fue ofrecida por las mujeres portuguesas en agradecimiento por haber librado a Portugal de la Segunda Guerra Mundial.

13-05-1967 -El Santo Padre Pablo VI viaja a Fátima en el cincuentenario de la primera aparición para pedir la paz del mundo y la unidad de la Iglesia.

12-13 de mayo, de 1982 -El Santo Padre Juan Pablo II viaja a Fátima como peregrino para agradecer el haber salido bien del brutal atentado sufrido exactamente un año antes en la plaza de San Pedro y de rodillas consagra la Iglesia, los hombres y los pueblos, al Inmaculado Corazón de María, haciendo veladamente mención de Rusia.

25-03-1984 -En la Plaza de San Pedro, delante de la Imagen de la Virgen, Juan Pablo II consagra una vez más, el mundo al Inmaculado Corazón de María, en unión con todos los obispos del mundo que previamente habían sido notificados para que se uniesen con Su Santidad en esta consagración. Mas tarde Lucía confirma que esta consagración satisface la petición hecha por la Virgen.

12 al 13-05-1991 -El Santo Padre Juan Pablo II vuelve a Fátima por segunda vez como peregrino, en el 10mo aniversario de su atentado.

13 de mayo, del 2000 - El Santo Padre Juan Pablo II, en su tercera visita a Fátima y ante mas de 1 millón de peregrinos (entre ellos nosotros), beatifica a Francisco y Jacinta y revela la tercera parte del "secreto de Fátima". Un momento histórico de gran trascendencia. El Papa confirma una vez mas la importancia de los mensajes y de la santidad heroica de los niños videntes. Los presenta como importantísimo ejemplo oración, amor y penitencia. Reconoce la trascendencia los mensajes que la Virgen les comunicó.

Actualmente en Fátima hay unas 50 casas de religiosas femeninas y unas 15 congregaciones masculinas incluyendo seminario.-

Anualmente el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima es visitado por cuatro millones de peregrinos

SI ME DEJO ENVOLVER POR DIOS


Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Si me dejo envolver por Ti
Sólo cuando deje a Dios ser mi Amigo, mi Redentor, me abriré a las dimensiones más hermosas y alegres de la existencia humana.



¿La enfermedad más insidiosa? Construir la propia vida desde mí o desde aquello que está a mi alcance. Pensar que yo decido y yo actúo. Creer que el cambio está en mis manos. Confiar en que encontraré en este mundo el auxilio necesario para llevar a cabo todos mis deseos y proyectos.

Es una enfermedad, porque me hace centrarlo todo en este mundo contingente, frágil, pasajero; porque me hace suponer que soy autosuficiente o que basta con recibir la ayuda de quienes viven a mi lado.

Ciertamente, hay muchas personas buenas junto a mí, he encontrado mil manos amigas que me han levantado y sostenido en mi camino. Pero nadie puede llegar a lo más íntimo de mi alma, ni limpiar ese desorden profundo que me encierra en la soberbia, en la codicia, en los rencores, en la sed de actividad o de diversiones superficiales y egoístas.

Desde esa enfermedad, cierro los ojos del alma a las mil señales que Dios me lanza. Porque el único médico que puede lavarme del pecado es Cristo. Porque sólo la muerte no es un absurdo si Alguien nos espera más allá de la frontera. Porque las flores, los jilgueros y los ancianos viven y reflejan cariño porque han sido antes cuidados, de manera tierna y constante, por las manos del Dios bueno.

Por eso, para salir de mis enfermedades, para romper con la soberbia, para aprender el humilde y magnífico camino del servicio, necesito dejarme envolver por Ti.

Sólo cuando Te deje ser mi Amigo, mi Redentor, mi Dios, me abriré a las dimensiones más hermosas y más alegres de la existencia humana. Sólo cuando acoja tus palabras, tus susurros, tus silencios, estaré listo para iniciar una vida nueva. Sólo cuando Te deje rodearme con tus manos heridas descubriré que toda vida puede salir del fango del pecado y entrar en el mundo, magnífico, de la misericordia divina...


domingo, 8 de mayo de 2011

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA

ORACIÓN POR LAS MADRES

ORACIÓN POR LAS MADRES

Señor: tu también tienes una Madre. La tuya está en el cielo. Es María, pero en algún tiempo estuvo en la tierra. Ayúdanos. pues, a pedir por nuestras madres, aunque tu no necesitas pedir por la tuya. Ellas -nuestras madres- siempre están pidiendo por nosotros. Justo es que nosotros alguna vez pidamos por ellas.

De las madres se han dicho cosas bellísimas. Todas se las merecen ellas.
Ojalá nunca pudiera decirse nada malo de las madres. Sin embargo..., y para que no se diga. Señor. concédenos madres que sepan cuál es e1 fin principal de ellas: la maternidad. Que jamás traicionen esa misión tan maravillosa.

Concédenos madres que sepan amar a sus hijos con amor intenso, con amor cristiano. El amor de instinto no basta.
Que amen a Dios en sus hijos. Que todo su amor sea para encaminarlos a Él.
Con amor que lleve hasta el sacrificio. La madre debe ser toda para sus hijos. Tiene que ser capaz de sacrificar por ellos su cuerpo, su belleza.
Olvidarse de todo menos de que es madre.

Siempre para sus hijos. No sólo madre al traerlos al mundo, si no siempre. Hasta la muerte.
Que críen a sus hijos con esmero y delicadeza, y que sean ellas quienes los eduquen directamente. No hay pretexto que las exima de ese deber.

Educándolos. vigilándolos; con una educación completa, con una vigilancia llena de amor y caridad.
Haz, Señor, que el modelo de nuestras madres sea tu Madre bendita. Que la protectora de nuestras madres sea ella, Maria. Que a ella acudan en sus afanes. Que a ella imiten en sus acciones. Ella, Maria, tu Madre -también nuestra Madre- siguió todos tus pasos, sin dejar un instante de manifestar.. Madre. Así necesitamos a nuestras madres: ¡siempre madres!

Lo más sublime de una mujer es ser madre buena.
Señor, haz que así sean ellas. Amén.

ABANDONO EN DIOS

Abandono en Dios
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos. Toma este barro y trabájalo como arcilla entre las manos del alfarero dale una forma y después, rómpela, si quieres como es despedazada la vida de tantos hermanos.

Pide, ordena ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que no haga? Ensalzado o humillado, perseguido, incomprendido, calumniado, alegre o triste, o inútil para todo, sólo diré, a ejemplo de tu Madre: “Hágase en mí según tu palabra”.

Dame el amor por excelencia, el amor de la cruz. Pero no de las cruces heroicas que podrían nutrir mi vanidad, sino de las cruces vulgares que, sin embargo, llevo con repugnancia.

De esas que se encuentran cada día en la contradicción, en el olvido, en los juicios falsos, en la frialdad del alma, en los desaires y desprecios de los demás; en el malestar y defectos del cuerpo, en la oscuridad de la mente y en el silencio y aridez del corazón.

Entonces sólo Tú sabrás que te amo, aunque ni yo lo sepa, con eso me basta.

MARÍA, LÁMPARA ENCENDIDA

María, lámpara encendida
SS. Juan Pablo II


En ella se realizan
las promesas de nuestra salvación;
en Ella se refleja la belleza primera
con la que Dios concibió a la humanidad.

En Ella se restablece el coloquio de los
Angeles con el hombre inocente;
en Ella reaparece la integridad virginal
que el mundo admira y que no tiene.

En Ella se cumple el misterio soberano
de la Encarnación que glorifica a Dios
y trae la paz a la tierra.

En Ella, el silencio profundo del alma perfecta y
abierta hacia el infinito, se transforma en amor,
en palabra, en vida, se hace Cristo.

En Ella, toda piedad, gentileza,
soberanía y poesía es viva;
en Ella el dolor se hace tan acerbo que
ningún otro corazón de madre puede igualarlo.

En Ella, tanto la fe como la esperanza, la fortaleza y la bondad, la humildad y la gracia con esa estela de realismo y misterio tienen expresiones sobrehumanas.

En Ella cual cirio encendido,
se irradia a Cristo y su Espíritu.

sábado, 7 de mayo de 2011

DUEÑO DE MIS EMOCIONES...


Dueño de mis emociones
Autor: Og Mandino

Hoy seré dueño de mis emociones.

Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.

Hoy seré dueño de mis emociones.

Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.

En definitiva, hoy seré dueño de mis emociones

TE BUSCO... SEÑOR

Te busco...Señor
Autor: Alejandra Darú

La vieja Iglesia yacía sola y semiderruída, al pie de la montaña. Sus cristales rotos dejaban filtrarse la luz del sol al atardecer. Su interior vacío recordaba aquel alud que se llevó su arquitectura de piedra del primitivo pueblo de Puente del Inca.

Sólo una imagen sagrada sobrevivió a aquel día.

¿Quién resguardó esa imagen? No lo sé.

Conocí su interior de piedra y silencio un tórrido verano, hace casi veinte años. Recordé una historia, la vida de un ser que me cautivó, la de San Francisco de Asís, cuando San Damián debía ser reconstruída; entonces el Cristo medieval le habló al Pobrecillo ante la pregunta que él le hizo: “-¿Señor, qué quieres que yo haga?”

Pero aquella Iglesia de Mendoza ya había sido reconstruida. Una nueva se erigía un poco más allá de la original. Y dentro de la anterior en ruinas, estaba otra más. Un pequeño templo de carne y hueso, y alma, de veinticuatro años recién cumplidos... Y comencé a buscarte, Señor...

De pie, bajo un arco si pórtico, presintiendo la montaña por detrás de los escasos vidrios rotos que quedaban, buscando la Cruz que formaban los hierros que hacían de sustento, en la que otrora fuera una ventana ojival, hallé una porción de cielo azul y me encontré con tu desafío: tomar mi cruz y seguirte.

Empezaba a hacer frío, entonces busqué nuevamente el camino. Allí quedaba la estructura del templo derribado por la inclemencia del tiempo. Allí estaba yo, dispuesta a no dejar que ningún alud me derribara, y decidida a ser una más entre tus filas.

Podré caer en otros aspectos, pero jamás, nada ni nadie, quebrantará mi Fe...

viernes, 6 de mayo de 2011

VENÍD A MI Y NO TENGAS MIEDO


VENÍD A MI Y NO TENGAS MIEDO

Ah! ¡Si las almas supiesen como las espero lleno de misericordia! ¡Soy el amor de los amores, y no puedo descansar sino perdonando!

¡Siempre estoy esperando con amor que las almas vengan a Mí! ¡Vengan!... ¡Échense en mis brazos! ¡No tengan miedo! Conozco el fondo de las almas, sus pasiones, su atracción por el mundo y los placeres. Sé desde toda la eternidad cuántas almas me han de llenar el corazón de amargura, y que para gran número, ¡mis sufrimientos y mi sangre serán inútiles! Mas, como las amé, así las amo...


No es el pecado lo que más hiere mi Corazón... Lo que lo despedaza es que ellas no quieran refugiarse en Mí después de haberlo cometido. Sí, deseo perdonar, y quiero que mis almas escogidas den a conocer al mundo, cómo mi Corazón espera a los pecadores, transbordando de amor y de misericordia.

También quiero mostrar a las almas que nunca rechazo mi gracia a ellas, ni aun cuando están cargadas de los más graves pecados, y que no las separo, entonces, de aquellas a quienes amo con predilección. A todas las guardo en mi Corazón, para dar a cada una los socorros que su estado reclama. Quiero darles a comprender que no es por el hecho de estar en pecado mortal, que deben apartarse de Mí. ¡No juzguen que ya no hay remedio para ellas y que nunca más serán amadas como lo fueron otrora! ¡No, pobres almas, no son éstos los sentimientos de un Dios que derramó toda su sangre por vosotros!

¡Venid a Mí y no temáis, porque Yo os amo! Os purificaré en mi Sangre y os tornaréis más blancas que la nieve. Vuestros pecados serán sumergidos en las aguas de mi misericordia, y no será posible arrancar de mi corazón el amor que os tengo.

Vosotros que estáis sumergidos en el mal y que hace más o menos tiempo vivís errantes y fugitivos por causa de vuestros crímenes... Si los pecados de que sois culpados os endurecieron y cegaron el corazón; si para satisfacer vuestras pasiones, caísteis en los peores escándalos... ¡ah! Cuando vuestra alma reconociere su estado, y los motivos o los cómplices de vuestras faltas os abandonaren, no dejéis que de vosotros se apodere el desespero. Mientras el hombre tuviere un soplo de vida, podrá acudir aún a la misericordia e implorar perdón. Vuestro Dios no consentirá que vuestra alma sea presa del infierno.

Por el contrario, desea y con ardor, que de Él os aproximéis para perdonaros. Si no osáis hablarle, dirigidle a Él vuestras miradas y los suspiros de vuestro corazón, y en breve veréis que su mano bondadosa y paternal os conduce a la fuente del perdón y de la Vida!

Deseo que las almas crean en mi misericordia, esperen todo en mi bondad y no duden nunca de mi perdón. ¡Soy Dios, mas Dios de amor! Soy Padre, mas Padre que ama con ternura y no con severidad.



Mi corazón es infinitamente sabio, pero también infinitamente santo, y como conoce la miseria y la fragilidad humanas, se inclina hacia los pobres pecadores con misericordia infinita. Amo a las almas después de que cometieron el primer pecado, si humildemente vienen a pedir perdón. Las amo aún cuando lloraron su segundo pecado, y si esto se repitiere, no digo un billón de veces, sino millones de billones, las amo y les perdono siempre, ¡y lavo en la misma sangre tanto el último como el primer pecado!
No me canso de las almas, y mi Corazón siempre espera que vengan a refugiarse en Él por más miserables que sean. ¿No tiene un padre más cuidado con el hijo enfermo, que con los que tienen buena salud? Para con este hijo, no son mayores sus delicadezas y su desvelo. De igual manera, mi Corazón derrama sobre los pecadores su compasión y ternura, con más liberalidad que sobre los justos.

Denme su amor y nunca desconfíen del mío, y sobre todo, denme su confianza y no duden de mi misericordia. Es fácil esperar todo de mi Corazón!” (1)

Así habló el Divino Redentor. Así continúa hablándonos con el mismo entrañado e infinito amor de Padre y de Dios. Procuremos oírlo, esforcémonos por seguir su cariñoso llamamiento, de depositar en Él esa confianza completa de hijos que todo lo pueden alcanzar de las misericordias de un Corazón omnipotente.

Roguemos a María Santísima, Madre de este Sagrado Corazón, que interceda por nosotros junto a Él, a fin de que ese horno ardiente de caridad “nunca cese de iluminar el horizonte de la vida de cada uno de nosotros, encienda nuestros propios corazones y nos haga abrir las almas para su amor que es eterno y nunca se consume. El único amor capaz de transformar el mundo y la vida humana” (Juan Pablo II, Meditaciones de la Letanía del Sagrado Corazón de Jesús, Junio de 1985).

(“Sagrado Corazón de Jesús, Tesoro de Bondad y de Amor ”, Mons. João Clá Dias, EP)

BELLEZA DE MARÍA

Belleza de María
José M. Pemán

Como en el agua pura y remansada
se reflejan los juncos y las flores,
se refleja en tu frente inmaculada,
la Belleza increada
del Dios de los amores.
Y el pobre peregrino
que va por esta senda de dolores
en busca de un amor grande y divino
que calme su ambición y sus ardores,
mira en tus dulces ojos, Madre mía,
esa divina hartura
de Amor y de Hermosura,
que el corazón ansía,
esa felicidad augusta y plena
que hace en la tierra adivinar el Cielo,
esa quietud beatísima y serena,
esa embriaguez de gracia y de consuelo
que hace olvidar tristezas y pesares,
y es la hartura inefable y deliciosa,
con que embriagaba al rey de los Cantares
el perfume de nardos de la Esposa.
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