sábado, 18 de abril de 2020

LECTURAS DE HOY SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA,18 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Sábado de la Octava de Pascua
Hoy, sábado, 18 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,13-21):

EN aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín y se pusieron a deliberar entre ellos, diciendo:
«¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a hablar a nadie de ese nombre».
Y habiéndolos llamado, les prohibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo:
«¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Juzgadlo vosotros. Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído».
Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque todos daban gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios


Salmo
Salmo responsorial Sal 117,1.14-15.16-18.19-21

R/. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos R/.

«La diestra del Señor es poderosa.
La diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R/.

Abridme las puertas de la salvación,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R/.

Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,9-15):

JESÚS, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 18 de abril de 2020
Bonifacio Fernández, cmf


Querido Padre Dios resucitador

Sabes muy bien, querido Dios, que nos cuesta mucho encender los ojos de la fe para verbalizar y dar sentido al gran acontecimiento que has realizado en tu Hijo del alma. Buscamos analogía, buscamos metáforas y comparaciones. Pero somos consciente de que la novedad del Resucitado no cabe en nuestra gramática humana.  Pero, admítelo, Padre, tus portavoces nos lo ponen difícil y complicado; nos hablan en el lenguaje de su tiempo y de su cultura. Tenemos que reinterpretarlo.  A través de ellos, hablas de la resurrección como exaltación: el Hijo humillado en la cruz es ahora exaltado a tu derecha. También te refieres a ella como glorificación de tu Hijo: el rechazado y profanado es ahora el glorificado. El muerto y sepultado es ahora el Viviente, la Vida; el descendido a las entrañas de lo humano es ahora ascendido a los cielos.  El crucificado como un esclavo es ahora el Kyrios.

Nos dices también que la resurrección de tu Mesías no es como la de Lázaro. No es la vuelta a esta vida mortal y temporal. No es despertar del sueño. No es despertar después de estar anestesiado. No es revivificación del cadáver. Es la llegada a tu abrazo eterno con su misma humanidad de Hijo.

Pero especialmente en tu carta nos recuerdas que el Resucitado no nos deja solos ni abandonados. Que viene al encuentro de los suyos, les da su Espíritu. Y les confía la prosecución de su misión. Para que no lo envidemos, nos recuerdas una lista de las apariciones del Resucitado a distintas personas: María magdalena, los dos de Emaús, los Once discípulos, que se convierten en testigos. Al mismo tiempo no haces un reproche: la incredulidad.  Y es que es tan desbordante, deslumbrante e inaudita la noticia, que necesitamos tiempo para que nuestros ojos se habitúen a esa luz. Y nuestro corazón pueda sentir esa gran esperanza.

Gracias, Padre, por la maravilla de la resurrección de tu Hijo. Él es nuestra esperanza.

Con afecto entrañable 

Tu hijo

PAPA FRANCISCO REIVINDICA LA FRANQUEZA Y VALENTÍA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS


El Papa Francisco reivindica la franqueza y valentía de los primeros cristianos
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco reivindicó la franqueza y la valentía de los primeros cristianos, y recordó que “no se puede ser cristiano sin esa franqueza”, “si no tienes esa valentía”.

El Santo Padre se expresó así durante la Misa celebrada este sábado 18 de abril en la Casa Santa Marta.

Francisco comentó en la homilía el fragmento del Libro de los Hechos de los Apóstoles de la primera lectura de hoy, en la que se narra cómo “los jefes, los ancianos, los escribas (de Israel), viendo a estos hombres (a los apóstoles) y la franqueza con la que hablaban, y sabiendo que era gente sin instrucción, que quizás no supieran ni escribir, quedaron asombrados”.

Estaban asombrados, subrayó el Pontífice, y decían: “No lo podemos entender, ¿cómo puede ser esta gente tan valiente, tener esta franqueza?”. El Papa hizo hincapié en que esa palabra, franqueza, “es una palabra muy importante que se convierte en el estilo característico de los predicadores cristianos”.

“Franqueza. Valentía. Decirlo todo. Hablar con claridad. Procede de la raíz griega de ‘decirlo todo’, y también nosotros la usamos muchas veces, la palabra griega, para decir esto: parresia. Franqueza, valentía. Y viendo esa franqueza, esa valentía, esa parresia, ellos (los jefes, ancianos y escribas), no entendían”.

El Obispo de Roma explicó en su homilía que “el Libro de los Hechos de los Apóstoles está lleno de esta valentía y franqueza: dice que Pablo y Bernabé trataban de explicar a los hebreos con franqueza el misterio de Jesús y predicaban el Evangelio con franqueza”.

Asimismo, señaló un fragmento de la Carta a los Hebreos “que a mí me gusta mucho”, cuando el autor de la Carta “señala que hay algo en la comunidad que está degradándose, que hay algo que se está perdiendo, que hay una cierta tibieza, que estos cristianos se están volviendo tibios”.

Y dice: “Recordad los primeros días, habéis sostenido una lucha grande y dura: no desperdiciéis vuestra franqueza”.

“Retomar la franqueza, la valentía cristiana de avanzar. No se puede ser cristiano sin esta franqueza: si no se tiene, no se es un buen cristiano. Si no hay la valentía, si para explicar tu posición recurres a la ideología o a las explicaciones casuísticas, te falta la franqueza, te falte ese estilo cristiano, la libertad de hablar, de decirlo todo. La valentía”.

“Y luego vemos que los jefes, los ancianos y los escribas son víctimas, son víctimas de esta franqueza, porque los arrincona. No saben qué hacer. Se dan cuenta de que ‘eran personas simples y sin instrucción, permanecían asombrados y los reconocían como aquellos que habían estado con Jesús. Viendo, luego, en pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado, no sabían qué replicar”.

Estos jefes, ancianos y escribas “en lugar de aceptar la verdad como la estaban viendo delante, tenían el corazón tan cerrado que recurrieron” a la táctica del miedo: “Asustémoslos un poco, digámosles que serán castigados y veamos si así lo dejan”. Esa fue su reacción.

“Estaban tan arrinconados por la franqueza que no sabían como escapar”, explicó el Papa. “No les venía a la mente el pensar: ‘¿Pero realmente esto no será cierto?’. Tenían el corazón cerrado, duro, el corazón corrupto. Ese es uno de los dramas: la fuerza del Espíritu Santo que se manifiesta en esta franqueza de la predicación, en esta locura de la predicación, no puede entrar en los corazones corruptos”.

“Por eso”, pidió el Papa, “permanezcamos atentos: pecadores, sí; corruptos, nunca. No lleguemos a esa corrupción que tiene tantas formas de manifestarse”.

Los jefes, ancianos y escribas de Israel deciden llegar entonces a un compromiso con los apóstoles: “Hagamos las paces: vosotros podéis iros en paz, pero no habléis en el nombre de Jesús, no enseñéis”.

“Pedro, que no era un valiente nato, que había sido un cobarde, que había renegado de Jesús, sin embargo…, ¿qué hace ahora? Responde: ‘Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios. Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído’”.

Ante esta lectura, el Santo Padre también se reconoció sorprendido de la reacción de Pedro: “Esta valentía, ¿de dónde viene? ¿De dónde le viene a este cobarde que había renegado del Señor? ¿Qué ha sucedido en el corazón de este hombre?”.

La respuesta: “el don del Espíritu Santo. La franqueza, la valentía, la parresia es un regalo, una gracia que da el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Precisamente, después de haber recibido el Espíritu Santo, fueron a predicar: con valentía, algo nuevo para ellos. Esto es coherencia, la señal del cristiano, del verdadero cristiano. Es valiente, dice toda la verdad porque es coherente”.

El Papa Francisco terminó su homilía pidiendo “que el Señor nos ayude siempre a ser de esa manera: valientes. Esto no quiere decir imprudentes, no. Valientes. La valentía del cristiano siempre es prudente”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Hechos 4:13-21
13 Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús;
14 y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado; de modo que no podían replicar.
15 Les mandaron salir fuera del Sanedrín y deliberaban entre ellos.
16 Decían: «¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente para todos los habitantes de Jerusalén, que ellos han realizado una señal manifiesta, y no podemos negarlo.
17 Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre.»
18 Les llamaron y les mandaron que de ninguna manera hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús.
19 Mas Pedro y Juan les contestaron: «Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.
20 No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.»
21 Ellos, después de haberles amenazado de nuevo, les soltaron, no hallando manera de castigarles, a causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había ocurrido.

FELIZ FIN DE SEMANA!!! QUÉDATE EN CASA





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