miércoles, 28 de noviembre de 2018

ADVIENTO 2018 - INICIO EL DOMINGO 2 DE DICIEMBRE 2018



Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año 2018, comienza el domingo 2 de diciembre, y se prolonga hasta el 23 de diciembre. Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.

En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de la Navidad.

Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.

En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras lecturas son tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la Reconciliación de Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos se recogen las grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más directas del nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación de Dios que viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas lecturas son textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a vivir en espera de la venida del Señor.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:

Primer Domingo: 2 de diciembre

La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

Segundo Domingo: 9 de diciembre

La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.  

Tercer Domingo: 16 de diciembre

El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. La liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

Cuarto Domingo: 23 de diciembre

El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 de Noviembre



Hacerse como un niño es una condición para ser grande en el Reino, sino para ser admitido en el. Hacerse niño es hacerse humilde; en el derecho antiguo el niño no era persona en el sentido legal pleno; no sólo estaba bajo la autoridad de los padres, sino que era propiedad de éstos; el término "niño" empleado aquí por Jesús designa a los sencillos que se han hecho sus discípulos, ya que poseen aquella sencillez afirmada por Jesús como condición para seguirlo: El que no renuncie a sí mismo, no puede ser mi discípulo.



P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de Noviembre



Los discípulos deben ser como los niños, es decir, deben suprimir de su corazón la ambición y la envidia que llevan a desear los puestos de honor. El más humilde será el más grande ante el Padre, poco importa el rango que ocupe el papel que desempeñe en la comunidad.

El sentido de ese "hacerse como los niños" incluye la humildad y sencillez de corazón, pero en este lugar principalmente consiste en el empequeñecerse en lo social y frente a los puestos de dignidad y de mando; esto se deduce de la motivación que dieron los apóstoles a esta enseñanza del Salvador, que fue que cada uno de ellos quería ser el "mayor" en el Reino.


P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DE ADVIENTO



lunes, 26 de noviembre de 2018

RECETAS PARA RESOLVER PROBLEMAS


Recetas para resolver problemas




Desde siempre existen los problemas… El primero que conocemos es el del pobre Adán luego de comerse la manzana. De ahí en adelante tuvo una vida muy, pero muy dura, condenado a ganarse el pan cada día con el sudor de su frente.
   
Y resulta que los problemas son el pan nuestro de cada día.  Para muchos el problema es qué ponerse porque tiene mucho de dónde elegir, y para otros es qué ponerse porque apenas tiene la ropa que lleva encima…
   
Los problemas tienen todos algo en común, y es la forma en que se logra solucionarlos.  La receta es la misma, bien sencilla. Una anécdota –que estoy seguro muchos ya la conocen– nos servirá para explicarla.
   
Se cuenta que en el parque de cierto pueblo se hizo necesario tumbar un enorme roble, al que le había caído una extraña plaga que lo convertía en un verdadero peligro público, temiendo se cayera o contagiara a los demás árboles.
   
Se hizo todo lo posible por salvarlo. Los vecinos estaban muy tristes ante su impotencia.  No es fácil definir la causa de un problema, y no menos fácil es tomar la decisión de solucionarlo.
   
Una mañana llegaron los obreros con sierras automáticas y hachas.  Todos se congregaron en la plaza para presenciar el derrumbe del viejo árbol, excitados ante el inmenso estrépito que produciría su caída.  Todos suponían que los hombres empezarían cortando el gigantesco tronco principal por el sitio más pegado al suelo. Pero fue todo lo contrario.  Colocaron escaleras y comenzaron podando las ramas más altas.
   
Y así, desde arriba hacia abajo, fueron cortando desde las más pequeñas hasta las más grandes ramas, quedando al final tan sólo el tronco central.  Un rato después, aquel poderoso roble se encontraba en el suelo, cuidadosamente cortado a pedazos. El sol cubría esplendoroso el centro del parque. Ya no había sombra: era como si nunca hubiera estado allí, era como si no hubiera tardado más de medio siglo en crecer….
   
Uno de los obreros explicó que de haber cortado el árbol cerca de la tierra y antes de quitar las ramas, se hubiera vuelto incontrolable, produciendo grandes destrozos en su caída. Es más fácil manejar un árbol cuanto más pequeño se le hace.
   
Aprendamos. Tenemos que podar primero los pequeños obstáculos para ir llegando al tronco principal de nuestras preocupaciones. Quitar primero las ramas una a una.  Ocuparnos, no preocuparnos. Reconocer nuestros errores. Tener el valor de enfrentarlos. Establecer las prioridades. Tener claros los objetivos en la vida. Librarnos poco a poco de todo el peso que nos impide trabajar, crecer, disfrutar, vivir.

Concluye la anécdota afirmando que no siempre resulta fácil enfrentar nuestros problemas, pero al menos podemos intentarlo mientras vamos poco a poco, con la ayuda del Señor, transformando nuestro miedo, angustia y desesperación, en fortaleza, esperanza y fe…

Bendiciones y paz.
Enviado por Juan Rafael Pacheco

EL PAN DE CADA DÍA


El pan de cada día




La Biblia contiene la palabra sagrada escrita por autores elegidos e inspirados por Dios. Sabía él muy bien en medio de qué tinieblas se encontrarían sus hijos en los años venideros, y por amor a cada uno de nosotros asistió con dones especiales a los escritores del libro santo para que escribieran todo y solo lo que él les inspiraba. Son cartas de amor de Dios a nosotros.

Cuentan que el emperador romano había prohibido con la amenaza de severos castigos a los cristianos que tuvieran una Biblia en su casa. Pero muchos cristianos la guardaban a pesar de todo y la leían a escondidas. Un día entró al pueblo un contingente de policías para revisar casa por casa. Una mujer que los veía llegar tuvo una idea ingeniosa. Ya que estaba justo preparando la masa para hornear el pan para la semana tomó la Biblia la envolvió en la masa y la introdujo en el horno. Cuando entraron los policías a la casa no encontraron Biblia alguna en la casa. Vieron nada más que pan horneándose. Al día siguiente la madre sacó el pan del horno para servirlo a la familia. En medio del pan la Biblia estaba perfectamente conservada.

Vigorízate cada día con el pan de la Palabra. Te sugiero que pongas en un lugar visible el libro sagrado. Elige un rinconcito de Dios en tu casa. En una mesita con algunas imágenes o estatuas de tus santos, que esté también la Biblia adornada con flores, velas, o ikebanas… Y que de día en día crezcas en amor y vivencia de la Palabra de Dios.



* Enviado por el P. Natalio

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