domingo, 12 de abril de 2020

IMÁGENES DE TARJETAS DE HAPPY EASTER Y FELICES PASCUAS






















































ORACIÓN PASCUAL


Oración Pascual



En la alegría de esta Pascua, nuestra fe nos reúne en torno a Jesús resucitado, eternamente vivo, para cantar el poder de Dios que ha hecho maravillas. Que la resurrección de Jesucristo renueve nuestras vidas, nos llene de su amor y de su paz, y nos lleve a ser luz de esperanza para nuestros hermanos. Aquí tienes una oración adecuada para expresar tus sentimientos en este día.

Gracias, Jesús, porque eres resurrección y vida eterna para todos los que creen en ti. Alabado y bendito seas porque has resucitado lleno de gloria por el poder del Padre. Seas bendito y alabado por siempre, vencedor de la muerte, que me has abierto las puertas del cielo para gozar de la misma vida de Dios. Gracias, Jesús, porque tu resurrección me trae alegría, paz y esperanza. Gracias, Jesús, que me has hecho pasar de la muerte a la vida y me alientas a vivir como resucitado. Gracias, porque vives resucitado en medio de nosotros alentando mi alegría pascual y fortaleciendo mi fe y esperanza. Jesús, que vives para siempre junto al Padre, ayúdame a ser alegre testigo de tu resurrección en medio de los hombres, mis hermanos. Amén.

Proclamamos hoy nuestra fe en Cristo muerto y resucitado; proclamamos nuestra esperanza en el hombre redimido y hecho hijo de Dios. Damos testimonio hoy del Amor que nos salva y que alienta en nosotros el amor fraterno. Por todo esto comparto contigo la vivísima alegría de la Pascua, deseándote de corazón, los dones y la gracia de Jesús resucitado. ¡Muy felices Pascuas!


* Enviado por el P. Natalio

EL RESUCITADO ESTÁ CON NOSOTROS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 12 DE ABRIL DE 2020


El Resucitado está con nosotros




Se dice que es difícil encontrar asiento en la sinagoga en sólo dos días del año. Todos los judíos quieren participar en los ritos del Año Nuevo Judío y el Día del Perdón. Fuera de estos días no hay ningún problema acomodarse en los templos. En muchos países es igual con los católicos en las fiestas de la Navidad y la Pascua. Pero este año es diferente.  No habrá nadie en la misa de la Pascua menos el sacerdote, el diácono, y -tal vez- la organista.

La gente estará en sus casas con algunos sufriendo la soledad. Se han advertidos los ancianos que no debieran atrapar el virus. También aquellas personas que viven solas se sentirán desertadas sin la oportunidad de salir con sus amistades. Sí, es cierto estas gentes pueden hablar con otros por teléfono y con redes sociales. Pero aparatos casi nunca reemplazan la presencia física de otra persona.

Esta Pascua habrá más sentido del aislamiento, abandono, y tal vez la desesperación que nunca en el pasado recordado. La experiencia de Cristo en la cruz en el Evangelio según San Mateo será vivida por muchas personas. Lo han abandonado sus discípulos, los que han llegado a la cruz se burlan de él, y las tinieblas crean el temor en todos. Las palabras de Jesús –las únicas que emite de la cruz– revelan su angustia. No más llama a Dios “Padre” como en el jardín. Dice “Dios mío…” como cualquier otra persona en la agonía.

Pero Dios no lo ha olvidado. Los eventos que pasan después que expira muestran el acompañamiento de Dios Padres por la ordalía. El velo en el templo se rasga, la tierra se tiembla, y los soldados romanos lo proclaman a Jesús “’Hijo de Dios’”. Después un día completo hay aún mayor testimonio de la presencia del Padre a su Hijo. El sepulcro de Jesús se abre con un terremoto. La guardia puesta para mantener al muerto como muerto se hace como muerta mientras el muerto se levanta a nueva vida. Entonces Jesús aparece a las mujeres asegurándoles que ha resucitado. También las envía en una misión a sus discípulos.

San Pablo dice en la Carta a los Romanos que si hemos muerto con Cristo, viviremos con él. El pecado no más nos tendrá presos. Más bien estaremos libertados de los confines mezquinos del yo para vivir el amor ancho y beneficioso de Jesús. Podemos ver este amor de Cristo en los santos, tanto aquellos canonizados por la Iglesia como los que muestran el amor extraordinario entre nosotros ahora. Se ven muchos actuando como santos estos días trabajando contra la Covid-19. Una médica joven atienda a pacientes todo el día sin tiempo para consultar a sus colegas. Dice ella: “Es muy duro lo que estamos viviendo, pero intento vivirlo desde Dios. Esto me ayuda a tener alegría y profundidad”.

Un amigo me preguntó: “¿Dónde está Dios en toda esta pandemia?” No es fácil contestar con el prospectivo de muchos muriendo y muchísimos sin trabajo y recursos. Pero ahora con la fiesta de Pascua podemos responder con alguna confianza. Dios está recordando a todos que no vivimos por nosotros mismos sino por los demás. Por esta razón nos quedamos en la casa para que no se propague el virus. Dios está instigando actos de caridad en todos lados. Muchas familias ya están haciendo sándwiches para los desamparados. También Dios está inspirando a los científicos a buscar un remedio a Covid-19. Haber resucitado a Jesús, Dios está recreando a nosotros como nuevos hombres y mujeres. No somos abandonados. Jesús, el resucitado Hijo de Dios, está con nosotros.



* Padre Carmelo Mele

¡ALELUYA, CRISTO HA RESUCITADO! ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN¡


¡Aleluya, Cristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Redacción ACI Prensa






Hoy es el día que la Iglesia Católica celebra el sentido de la Fe, porque festeja el Domingo de la Resurrección de Jesús o de Pascua, cuando Cristo triunfante sobre la muerte abre las puertas del cielo.

Durante la celebración eucarística se enciende el Cirio Pascual que permanecerá encendido hasta el día que se conmemora la Ascensión de Jesús al cielo.

Esta fiesta celebra la derrota del pecado y de la muerte, con la resurrección del todo sufrimiento temporal adquiere sentido con la vida eterna.

Es un día de fiesta de gozo, Cristo ha Resucitado, la Tumba está vacía, la humanidad está salvada, ahora es momento de abrazar esa salvación testificando una verdadera vida cristiana.

HOY DOMINGO DE RESURRECCIÓN SE INICIA LA OCTAVA DE PASCUA


Hoy se inicia la Octava de Pascua
Redacción ACI Prensa






Con el Domingo de Resurrección comienza los cincuenta días del tiempo pascual que concluye con la Solemnidad de Pentecostés.

La Octava de Pascua se trata de la primera semana de la Cincuentena; se considera como si fuera un solo día, es decir, el júbilo del Domingo de Pascua se prolonga ocho días seguidos.


Las lecturas evangélicas se centran en los relatos de las apariciones de Cristo Resucitado y las experiencias que los apóstoles tuvieron con Él.

En este tiempo litúrgico, la primera lectura que comúnmente se toma del Antiguo Testamento, se cambia por una de Los Hechos de los Apóstoles.

Para acceder a la Octava de Pascua ingrese al siguiente enlace

El segundo Domingo de Pascua también es llamado Domingo de la Divina Misericordia, según la disposición de San Juan Pablo II durante su pontificado tras la canonización de su compatriota Faustina Kowalska.

El decreto fue emitido el 23 de mayo del 2000 por la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, detallando que ésta tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».

¿QUÉ RELACIÓN TIENE EL CONEJO Y EL HUEVO DE PASCUA CON LA FE CATÓLICA?


¿Qué relación tiene el conejo y el huevo de Pascua con la fe católica?
Redacción ACI Prensa





Al concluir la Semana Santa aparece la tradición del conejo y los huevos de Pascua –mayormente de chocolate–, y muchos se preguntan si ambos símbolos tienen alguna relación con la fe católica.

Esta duda que pueden compartir muchos fieles se debe al proceso de secularización que paulatinamente ha quitado el carácter cristiano a estos elementos, tal como sucede con la figura de San Nicolás de Bari –de la que se inspiró “Papá Noel”– o la idea del “espíritu” de la Navidad que se quiere vender.


El huevo de Pascua

El huevo era considerado por los primeros cristianos como símbolo de la Resurrección de Jesús. En la Edad Media, cuando llegaba la Pascua, los huevos se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados.

En el siglo XVII el Papa Pablo V bendijo el huevo en una plegaria, quizás para dejar la prohibición decretada por la Iglesia en el siglo IX de no consumirlos durante la Cuaresma.


La llegada de la Pascua suponía el levantamiento de la norma. Se puede decir que se realizaba el “festín del huevo”, porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Con el tiempo se levantó el veto y se mantuvo la costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.

A través de su reflexión cotidiana “Punto de Vista”, el director del Grupo ACI, Alejandro Bermúdez, explicó que en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para bendecirlos y consumirlos en el Domingo de Resurrección.

También comentó que en las iglesias de Estados Unidos los niños realizan una búsqueda de huevos de chocolate o de plástico con golosinas dentro. “Se hace en un clima pascual, es por el gozo de la resurrección del Señor, que es dulce. Para ellos es un día especial porque sus padres no batallan con ellos por comer dulces, sino que lo permiten. Entonces hay un poder catequético en estos símbolos”.

Alejandro Bermúdez también resaltó que el huevo y el conejo de Pascua son “símbolos que no podemos rechazar, sino recuperarlos" en su contenido cristiano.


El conejo de Pascua

En el caso del conejo de Pascua, indicó que este proviene del hecho que antiguamente la figura de la liebre silvestre se utilizaba como recurso de catequesis para hablar sobre cómo debía ser el camino del cristiano hacia la resurrección.

Las patas traseras de la liebre son grandes, poderosas y sirven para ascender por terrenos empinados. En cambio, las patas delanteras son pequeñas y débiles.

“Esas patas hacen que al conejo le sea fácil ascender y difícil descender. Esto era utilizado para representar el camino de la vocación del cristiano. Debe ser reacio y difícil a ir hasta abajo en su vida moral y a la vez debe ser pronto, presto y ágil para ir hacia arriba, hacia la resurrección del Señor”.

Los Papas y los huevos de Pascua

En el año 2009, el Papa Benedicto XVI envió cientos de huevos de Pascua a los niños víctimas del terremoto que sacudió la ciudad de L´Aquila, en el centro de Italia, que dejó un saldo de 300 muertos.

En el 2012, un grupo de artesanos de la localidad italiana de Cremona obsequiaron a Benedicto XVI un huevo de Pascua de chocolate que medía 2 metros y medio de alto y pesaba 250 kilos. El Pontífice recibió el regalo y lo donó a los jóvenes recluidos en la correccional Casal del Marmo de Roma.

Por su parte, en el año 2014 el Papa Francisco envió 150 huevos de Pascua al Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús) para alegrar a los niños enfermos de cáncer.

En el 2017, el Santo Padre envió varios paquetes con huevos de Pascua a los niños que están en el centro de acogida de Cáritas Roma.
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