sábado, 1 de diciembre de 2018

PROPUESTAS DIARIAS PARA ADVIENTO!


¡Llega Navidad! Una propuesta para prepararse en Adviento
Del 30 nov. al 24 dic. 2018


Del 1 al 25 de diciembre, preparemos nuestros corazones con los testigos de la historia de Navidad.



¡Ya está llegando Navidad! María y José ya estaban en el camino hacia Belén. Y nosotros, en pocos días, comenzaremos los preparativos para recibirla: comprar los regalos, hacer el arbolito, poner el pesebre, pensar en la cena...Todo estos preparativos anticipados nos alegran el corazón. Ahora, para nosotros, cristianos, también es importante prepararnos para vivir de lleno la Navidad. 

¿Este año vamos a prepararnos mejor para recibir la Navidad?


Objetivo

El gran objetivo de esta comunidad es ayudarlo, todos los días, a tener un momento de reflexión para prepararse mejor para la Navidad. Y hacer de ese tiempo de espera, un tiempo de preparación, un tiempo conocido como el Adviento. El  Adviento, quiere decir aventura, "lo que viene". ¿Quieres descubir qué vendrá?  ¡Mira la programación!



Programa 

Durante estos 25 días de Adviento, te proponemos de seguir a los testigos de la Navidad : un camino en 3 tiempos, acompañado de un texto y de una imagen y de una resolución cotidiana:

BONUS: Esta comunidad presenta una propuesta de oración diaria.


Parte I : BUSCADORES DE LA VERDAD

“¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez la estrella! 
(Mateo 2, 10)

Día 1: Buscar con confianza

Día 2 : “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”

Día 3 : La Iglesia, regalo de Dios

Día 4 : ¿Debemos creer sin razón?

Día 5 : Los santos, hermanos mayores en la fe

Día 6: Cuando Dios me llama


Parte II : VELADORES DE LA ESPERANZA

“Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad” (Lucas 2, 9)

Día 1 : Vivir de la Esperanza

Día 2 : ¡Estemos listos!

Día 3 : Reconciliarse con Dios

Día 4 : ¡Sigamos luchando!

Día 5 : Santifica tu vida

Día 6 : ¿Un camino para cada uno?

Día 7 : ¡Jesús, Tú eres todo lo que quiero por Navidad!


Parte III : MENSAJEROS DEL EVANGELIO

“Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo” (Lucas 2, 10)

Día 1 : “El amor de Cristo nos motiva”

Día 2 : Mensajeros del Evangelio

Día 3 : ¡Salgan al exterior!

Día 4 : Sean precavidos como la serpiente…

Día 5 : … pero sencillos como la paloma

Día 6 : La evangelización nos transforma


Parte IV : HIJOS DE DIOS

“Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres “ (Lucas 2, 14)

Día 1 : Purifiquemos nuestro corazón

Día 2 : Redescubramos un corazón de niño

Día 3 : ¡Maravillémonos!

Día 4 : ¡Demos gloria a Dios!


¡Contamos contigo para invitar a tus amigos a vivir estos 25 días de preparación a la Navidad!

EL DOMINGO YA EMPIEZA EL ADVIENTO!


¡El domingo ya empieza el Adviento!
Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 




Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...
Mañana será el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra.

Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante, nos preparamos.

La Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor.

Caminos que llevamos en nuestro interior y que tenemos que luchar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo.

Hace unos días celebrábamos el día de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que El nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos".... y a lo "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos.

Es preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo.
A nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.

Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación. por "nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24).

Cuatro domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y gastos superfluos... mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre.

PREPARÉMOSNOS CON ILUSIÓN Y CON FE.

ESTE AÑO VAMOS A PREPARARNOS MEJOR PARA RECIBIR LA NAVIDAD? ADVIENTO 2018


¿Este año vamos a prepararnos mejor para recibir la Navidad?
Adviento 2018 ¡Prepárate para recibir la Navidad! 


Por: Redacción | Fuente: Catholic.net 




“El camino que lleva a Belén, baja hasta el valle que nieve cubrió” Pronto se escucharán los villancicos porque ya está llegando Navidad!

María y José, en su época en estas fechas ya estaban en el camino hacia Belén. Y nosotros, en pocos días, comenzaremos los preparativos de Navidad: comprar los regalos, hacer el arbolito, poner el pesebre, pensar en la cena...Todos estos preparativos que anticipamos nos emocionan. Y como cristianos, también es importante preparar nuestro corazón, nuestra vida interior para vivir plenamente la Navidad, el reencuentro con Jesús

Nuestros amigos de Hozana, han creado una comunidad de oración Adviento 2018 ¡Prepárate para recibir la Navidad! Una propuesta para ayudarlos, todos los días, a tener un momento de reflexión para prepararse mejor para la Navidad. Del 1 al 25 diciembre recibe una meditación y una resolución diaria para hacer de ese tiempo de espera, un tiempo de preparación.

El Adviento, quiere decir aventura, "lo que viene". ¿Quieres descubrir lo que te han preparado?  

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 1 DE DICIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
1 de Diciembre




Juan vino a dar testimonio de la verdad y cumplió con esa su misión. Admirable figura del cristiano, que está llamado también a ser testigo de la verdad, a ser testigo de la Palabra de Jesús; ésa es su misión: ser la palabra viviente de Jesús; y el cristiano, como Jesucristo, debe poder afirmar: "Mis obras dan testimonio de mí."

¿Son tus obra siempre testimonio? ¿Son pruebas que convencen de la autenticidad de tus creencias? No lo olvides: tú, como Juan, estás llamado a "dar testimonio de la verdad" y la verdad es Jesús.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 30 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
30 de Noviembre


El amor al prójimo es el segundo precepto de la ley; ahora bien, ese amor exige el no producirle el mal y en cambio desearle y hacerle el bien; de ahí que será preciso exponerse a molestias y sacrificios antes que escandalizar a nadie; vale más la vida moral del prójimo que la vida física propia y habrá que sacrificar toda la comodidad, toda conveniencia o utilidad y todo lo temporal para mantener en nosotros y en los demás la vida de la gracia, que es la que nos posibilitará el ingreso en el Reino de los cielos.


P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO: UN HOMOSEXUAL NO PUEDE SER SACERDOTE NI CONSAGRADO


Papa Francisco: Un homosexual no puede ser sacerdote ni consagrado
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media / ACI Prensa




El Papa Francisco afirmó que un homosexual no puede ser candidato para el sacerdocio o la vida consagrada, y que los formadores deben ser “exigentes” en este punto.

“La cuestión de la homosexualidad es una cuestión muy seria que hay que discernir adecuadamente desde el comienzo con los candidatos, si es el caso. Hemos de ser exigentes. En nuestras sociedades parece incluso que la homosexualidad está de moda y esa mentalidad, de alguna manera, también influye en la vida de la Iglesia”, señala el Papa en el libro “La fuerza de la vocación”, de Publicaciones Claretianas, que saldrá a la venta el 3 de diciembre.

En un fragmento del libro, adelantado este viernes por Religión Digital, el Santo Padre señala que le preocupa la presencia de personas con tendencia homosexual en el clero y la vida consagrada. “Es algo que me preocupa, porque quizá en un momento no se enfocó bien”, indicó.

Francisco dijo que en los candidatos al sacerdocio o vida religiosa “tenemos que cuidar mucho en la formación la madurez humana y afectiva. Tenemos que discernir con seriedad y escuchar la voz de la experiencia que también tiene la Iglesia. Cuando no se cuida el discernimiento en todo esto, los problemas crecen. Como decía antes, sucede que en el momento quizá no dan la cara, pero después aparecen”.


“La cuestión de la homosexualidad es una cuestión muy seria que hay que discernir adecuadamente desde el comienzo con los candidatos, si es el caso”, reiteró en la entrevista realizada por el P. Fernando Prado, director de la editorial claretiana de Madrid.

Francisco recordó que una vez “tuve aquí a un obispo algo escandalizado que me contó que se había enterado de que en su diócesis, una diócesis muy grande, había varios sacerdotes homosexuales y que había tenido que afrontar todo eso, interviniendo, antes que nada, en la formación, para formar otro clero distinto”.

“Es una realidad que no podemos negar. En la vida consagrada tampoco han faltado casos. Un religioso me contaba que, de visita canónica a una de las provincias de su congregación, se había quedado sorprendido. Él veía que había buenos chicos estudiantes y que incluso algunos religiosos ya profesos eran gays”, relató.

El Papa dijo que el religioso “dudaba de la cuestión y me preguntó si en ello había algo malo. ‘En definitiva -decía él- no es tan grave; es tan solo expresión de un afecto’”.

“Esto es un error –advirtió Francisco–. No es solo expresión de un afecto. En la vida consagrada y en la vida sacerdotal, ese tipo de afectos no tienen cabida. Por eso, la Iglesia recomienda que las personas con esa tendencia arraigada no sean aceptadas al ministerio ni a la vida consagrada. El ministerio o la vida consagrada no es su lugar”.


Luego señaló que “a los curas, religiosos y religiosas homosexuales, hay que urgirles a vivir íntegramente el celibato y, sobre todo, que sean exquisitamente responsables, procurando no escandalizar nunca ni a sus comunidades ni al santo pueblo fiel de Dios viviendo una doble vida. Es mejor que dejen el ministerio o su vida consagrada antes que vivir una doble vida”.

En el libro también se le pregunta al Papa si “hay límites que no se deben tolerar en la formación”.

“Evidente. Cuando hay candidatos con neurosis y desequilibrios fuertes, difíciles de poder encauzar ni con ayuda terapéutica, no hay que aceptarlos ni al sacerdocio ni a la vida consagrada. Hay que ayudarlos a que se encaminen por otro lugar, no hay que abandonarlos. Hay que orientarlos, pero no los debemos admitir. Tengamos en cuenta siempre que son personas que van a vivir al servicio de la Iglesia, de la comunidad cristiana, del pueblo de Dios. No olvidemos ese horizonte. Hemos de cuidar que sean psicológica y afectivamente sanos”, respondió el Papa.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 1 DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 34ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 1 de diciembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (22,1-7):


El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de su plaza, a un lado y otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del árbol sirven para la curación de las naciones. Y no habrá maldición alguna. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le darán culto. Y verán su rostro, y su nombre está sobre sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz de sol, porque el Señor Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo:
«Estas son palabras fieles y veraces; el Señor, Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Mira, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras proféticas de este libro».

Palabra del Señor

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Salmo
Sal 94

R/. Maranatá. ¡Ven, Señor Jesús!

V/. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

V/. Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos. R/.

V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy sábado, 1 de diciembre de 2018
 CR

Queridos amigos y amigas:

Se nos acaba el año, y ¿cómo nos encuentra Dios? Esta tarde la liturgia se viste del blanco de Adviento y el “ángel nos muestra el río de agua viva, luciente como el cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero que hace crecer el árbol de la vida”. Nuestro Redentor está vivo y sólo los vivos contemplan su rostro. No te mueras ahora que queda tan poco.

Para estar vivo, ten cuidado: “no se te embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero, y se te eche encima de repente aquel día. Estate siempre despierto, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir, y mantente en pie ante el Hijo del Hombre”.

¡Qué mensaje más bonito en el último día del año litúrgico para saborearlo en la memoria de María en sábado!. Que no se nos embote la mente con preocupaciones absurdas. Que estemos bien despejados, despiertos de tanto susurro que amortaja el alma en la superficialidad y el desencanto. En pié, alerta, firmes ante Jesús el Cristo de nuestra fe. Sin bostezos ni lágrimas de aburrimiento en los ojillos. Y si no lo puedes evitar, pide fuerza para escapar de lo que está por venir, eso que puede arruinar todo cuanto has hecho hasta ahora y agota el último aceite de la alcuza. No se puede bajar la guardia porque el partido termina cuando pita el árbitro. Todo el tiempo de juego es tiempo de salvación.

Hermano, hemos de pasar por la purificación para llegar al lugar donde “no hay ni habrá ya nada maldito”. Lo maldito se pega a nuestros huesos con suma facilidad y hay que ejercitarse en la ascesis de antaño para rejuvenecer, de lo contrario, no dejaremos la noche y necesitaremos luz de lámpara o del sol, luceros de poca monta comparados con la luz que irradia el Señor Dios.

Mirad que el Señor está para llegar. Dichoso quien tiene presente el mensaje profético. Esperad, postrados en tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

¡Buen Adviento!

BUENOS DÍAS





viernes, 30 de noviembre de 2018

LECTURAS DEL DOMINGO 1° DE ADVIENTO - CICLO C, DOMINGO 2 DICIEMBRE 2018


Lecturas del Domingo 1º de Adviento - Ciclo C
Domingo, 2 de diciembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (33,14-16):

YA llegan días
—oráculo del Señor—
en que cumpliré la promesa
que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
En aquellos días y en aquella hora,
suscitaré a David un vástago legítimo
que hará justicia y derecho en la tierra.
En aquellos días se salvará Judá,
y en Jerusalén vivirán tranquilos,
y la llamarán así:
“Es Señor es nuestra justicia”.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 24 

R/. A ti, Señor, levanto mi alma

V/. Señor, enséñame tus camino,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

V/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía a los que lo temen,
y les da a conocer su alianza. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2)

Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguir adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Palabra del Señor


IMÁGENES DE TARJETAS DE ADVIENTO PARA SEGUIR DÍA A DÍA HASTA LA NAVIDAD

























jueves, 29 de noviembre de 2018

ANTES DE LEER LA BIBLIA


Antes de leer la Biblia



Dios está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte, fortalecerte… Pero debes acercarte a ella con verdadera fe. Antes de leerla es adecuado que te pongas en la presencia del Señor con alguna oración que te ambiente en un clima de devoción y acogida cordial del don de Dios. Puede servirte la que sigue.

Dios, mi Padre bondadoso. Estoy rodeado de ruidos y voces. Estoy cansado de escuchar palabras sin verdad, sin el calor de la intimidad personal, sin la eficacia del amor comprometido. Tú, Señor, me hablas con una Palabra nueva. Por eso quiero escucharte. Porque tu Palabra me muestra la verdad, me revela la eficacia de tu amor, me ofrece la participación en tu misma vida. Señor, que tu Palabra se haga carne en mi vida. Te ofrezco un corazón pobre y abierto. Siembra en mí tu Palabra, que tu Espíritu la haga fecunda, como en el seno de María, la santísima Virgen y Madre de Jesús. Y seré en el mundo el eco de tu voz, la proclamación de tu Evangelio. Amén.

La actitud de humilde escucha es decisiva para leer con provecho, pero es un don que debes pedirle al Señor con la confianza de un hijo. Y el libro sagrado te animará con promesas de vida sin fin, será para ti una escalera para subir al cielo, te ofrecerá normas simples de vida inocente  y  te descubrirá el amor entrañable de Dios por ti. Que sea tu alimento cotidiano.


* Enviado por el P. Natalio

SABER AGRADECER


Saber agradecer



1)  Para saber
Cuando se tiene una necesidad, es común acudir a quien nos la pueda solucionar. Habría que recordar cuántas veces hemos acudido a Dios para pedirle su ayuda ante un problema. Sin embargo, suele pasar que vamos olvidando todos esos favores. E incluso si alguna vez no vemos la ayuda, aparece la ingratitud, y solemos olvidar todo lo anterior pensando que nunca hemos recibido alguna ayuda.

El Papa Francisco nos invita a ser agradecidos y para ello nos lo facilita hacer memoria y recordar la “gratuidad” de la salvación.

Cuando los escribas y fariseos se presentan como “los justos” ante Jesús, el Señor les recuerda que la justicia, la santidad, siempre viene de Dios, porque a veces “se olvida la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios”.

2) Para pensar
Años antes de que falleciera, entrevistaron a un gran boxeador, peso completo, que fue campeón en la década de 1950. Era una persona que el boxeo no la había dañado, y llevaba una vida sencilla y honrada. Se trataba de Floyd Patterson, a quien se le conocía como “El Caballero del Boxeo”. Le preguntaron qué le había ayudado a conservarse así. Él contestó que fue su religión. Le pidieron que si podía explicar un poco más. Entonces relató un sucedido en sus primeros años de matrimonio.

Cuando su hija Jennifer cumplió seis años le regaló un gatito. La niña vivía día y noche para el gatito: lo alimentaba, lo limpiaba, lo peinaba, le ponía adornos, etc. Y sucedió un día, que mientras la niña estaba en la escuela, su gato fue atropellado por un carro y murió. Los padres se preocuparon mucho y decidieron enterrarlo en el patio, pero no sabían qué hacer por la reacción que tendría su hija. Desesperado, Floyd se dirigió a la iglesia y ahí le pidió a Dios que lo ayudara. Regresó más calmado a su casa. Su esposa no quería recibir a la niña, no sabía qué decirle. Floyd esperó a su hija. Cuando llegó Jennifer, a pesar de que siempre iba con su gatito, esa vez subió a su habitación sin preguntar nada. Y no se preocupó ni volvió a referirse al gatito, sino hasta doce años después qué le dijo a su papá: “Oye papá, cuando yo era niña tenía un gatito, ¿verdad?”, y en ese momento Floyd recordó cómo Dios le había ayudado y él nunca se lo había agradecido. Entonces fue tal su remordimiento, que se convirtió y decidió nunca más olvidarse de Dios.

3) Para vivir
Comentaba el Papa Francisco que no podemos olvidarnos de tantas gracias recibidas por Dios y, en particular, la salvación obtenida por Jesucristo por la cual ya tenemos acceso a Cielo.

No podemos pensar que por nosotros mismos conseguimos la salvación haciendo a un lado a Jesús, quien además nos acompaña de continuo sosteniéndonos. Dice el Papa que cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en una mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la ley.

Nunca le agradeceremos bastante a Jesús lo que ha hecho por nosotros, sin embargo, así como quien recibe un regalo lo agradece usándolo, así también al frecuentar los Sacramentos y el trato con el Señor, será una forma de decirle “¡Gracias!”.



Pbro. José Martínez Colín

ORACIÓN POR NUESTROS SACERDOTES

Congregación Religiosa Oblatos de San José  
Provincia del Perú


ORACIÓN POR LOS SACERDOTES

"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,
te rogamos que por el inmenso amor y misericordia
de Tu Sagrado Corazón,
atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón
todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,
que enciendas de nuevo el deseo de santidad
en los corazones de aquellos sacerdotes
que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes
el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,
te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial
en la unidad del Espíritu Santo. Amén."

MIENTRAS MÁS DIFÍCIL, MÁS CONFÍA EN DIOS


Mientras más difícil, más confía en Dios
Pruebas difíciles que Dios y el tiempo se encargó de remediar


Por: Sr. Peter Franklin y Sra. Julie Best | Fuente: Catholic.net 




Tenemos muchos años de casados . En todos este tiempo hemos sido bendecidos con ratos felices y con ratos difíciles. Los momentos felices han sido muchos, pero los más felices, para los dos, han sido los nacimientos de nuestros siete hijos. Desde un inicio nosotros nos comprometimos a dejar que Dios planificara nuestro matrimonio (nunca nos imaginamos que lo fuera a hacer del modo que lo hizo, ya lo verá). Durante los dos primeros años, nos sentimos fracasados al ver que pasaban los meses y no venían los niños, incluso empezamos a considerar la posibilidad de adoptar uno. Ahora que miramos para atrás, eso nos parece simpático, al mismo tiempo que agradecemos a Dios nuestros siete hijos. El nacimiento de cada uno de ellos ha sido diferente y cada uno de ellos con su única personalidad, han traído muchas bendiciones para nuestra familia.

Algunos de los momentos de mayor paz y gozo son cuando vamos a misa y vemos a nuestras ya hijas casadas o a nuestros hijos adolescentes participar en la liturgia, o simplemente cuando rezamos juntos en familia, o festejamos algún logro de nuestros hijos.

Durante nuestro matrimonio hemos disfrutado muchos ratos de felicidad como pareja. No hemos tenido la oportunidad de irnos a unas largas vacaciones o de viajar en yate, aunque sí nos hubiera gustado. Sin embargo, hemos considerado muy importante el salir juntos una vez a la semana. A veces, salimos sólo salido a beber una Coca-Cola o a tomar un helado. No hemos sido fieles siempre al respecto pero es un propósito extremadamente útil cuando sube la tensión y el estrés.

En nuestro matrimonio también hemos sufrido muchas pruebas. Cada una de ellas nos ha provocado usar la fe en Dios y en cada uno. A veces, al crecer nuestra fe, parecía aumentar también la severidad de las pruebas.

Nuestra primera prueba fue poco después de nuestro tercer aniversario. Mi marido se puso enfermo en octubre de 1970. Hospitalizado por más de seis semanas, no sabíamos aún qué clase de enfermedad tenía. Estuvimos sin recibir su sueldo y él tenía que recibir tratamiento médico a 130 Kms. de donde trabajábamos y vivíamos. Tuve que abandonar la casa que habíamos alquilado y me fui a vivir con mis papás para ahorrar dinero y obtener ayuda para nuestra hija de cuatro meses. La semana antes de Navidad, un examen reveló que mi marido no tenía cáncer, cosa que habíamos temido. Tenía en una condición llamada “sarcoidosis”, la cual era tratable y se podía curar.

Durante los años siguientes vinieron, lo que podríamos llamar, “pruebas matrimoniales”. Nacieron otro hijo y otra hija. También tuvimos nuestros discrepancias y pleitos, unos más graves que otros, y algunos pusieron nuestro matrimonio a prueba de fuego. Durante este período experimentamos un profundo crecimiento espiritual, seguido por la decisión, en mi caso, de dedicarme más al hogar.
En 1982 tuve un aborto natural. En marzo, me di cuenta de que estaba embarazada con nuestro cuarto hijo. En abril lo perdí, un hecho dolorosísimo para mi marido y para mí. Esto probó nuestra fe en la Providencia de Dios para con nuestras necesidades. Al preguntarle a Dios, su respuesta fue simplemente: “Confía en mí”.

En junio, el socio de negocios de mi marido canceló el seguro de salud de la compañía, debido a problemas financieros. Antes de que pudiéramos obtener otro seguro, me di cuenta de que estaba embarazada una vez más. Un día mientras rezaba a Dios acerca de nuestros problemas con los gastos médicos, oí que Dios me susurraba al corazón: “Yo soy el dueño del ganado de mil colinas; confía en Mí, yo me encargo”. En septiembre, saltamos de gozo al saber que íbamos a tener gemelos. Pareció como si Dios hubiera restituido la vida que creíamos haber perdido. Cuando di a luz a los gemelos en marzo de 1983, un bienhechor anónimo pagó la factura médica y hubo suficiente dinero para pagar toda la factura del hospital. Para nuestro consuelo, además eran dos hijos muy sanos.

El año 1984 nos encontró esperando nuestro sexto hijo, otra vez sin seguro, y con pruebas adicionales. En agosto de 1983 a mi marido y su socio les encomendaron un contrato fuera del estado para renovar una iglesia bastante grande. Yo cuidé de nuestros tres hijos mayores y de los gemelos de tres meses sin mi marido, pues solía irse los lunes por la mañana hasta la tarde del viernes, todas las semanas desde agosto del ‘83 hasta enero del ‘84. Al comenzar el nuevo año, mi marido y su socio fueron al consejo de la parroquia para pedirles más tiempo y más dinero debido a varios problemas con el trabajo y a la inflación que en aquel entonces aquejaba a toda la nación. El consejo rechazó su petición y les llevaron a juicio, por lo que la compañía quebró. Empezamos febrero del ‘84 sin sueldo y con el jaleo de encontrar un abogado de finanzas para cerrar el negocio. En marzo, de nuevo embarazada. Mi marido se pasó el resto del año en paro. Y, como siempre, Dios fue fiel, y cuando nuestro hijo nació en noviembre, una vez más apareció el dinero para pagar al doctor y al hospital. Mi marido encontró un trabajo el mes siguiente.

Sin embargo, lo que parecía el comienzo, lleno de esperanza, de un nuevo año –1985- , terminó siendo una prueba mayor, muy dura, para los dos. El nuevo trabajo de mi marido consistía en vender diversos productos en una zona que comprendía varios estados. Después de cinco meses de duro trabajo y mucho esfuerzo, se dio cuenta de que con ese nuevo puesto no podía mantener a la familia y regresó a trabajar en el campo de la enseñanza. Yo sabía que él había hecho esta decisión en la oración, pero de todas maneras yo la recibí con un gran dolor en mi corazón. Dándome cuenta del sueldo que íbamos a recibir, temí que yo también tendría que dedicarme a enseñar otra vez. Durante los dos meses siguientes recé, con lágrimas en los ojos, al seguir escuchando un mensaje al que me rebelaba. Finalmente, una tarde fui con el Señor con un corazón agobiado, y oré por cuatro horas, pidiéndole que me mostrara sus caminos. Por medio de unos pasajes de la Sagrada Escritura me guió, me habló amablemente pero al mismo tiempo firmemente, y ya no dudé más de Su Voluntad.

La decisión que mi esposo y yo escuchamos en nuestra oración fue dolorosa, pero después vino otro sufrimiento mucho más grande, que opacó por completo esa decisión. Pasado un mes, al comenzar el nuevo año escolar, nos enteramos que nuestra hija mayor –una joven de quince años, muy guapa e inteligente, estudiante con matrícula de honor, a punto de comenzar su segundo año de Secundaria- estaba embarazada. Nuestro mundo y el suyo quedaron de pies a cabeza.

En los meses siguientes parecía que aquella situación nos aplastaba más de lo que podíamos aguantar: el reajuste al tener que volver al trabajo, un salario mínimo, aprietos económicos, y una hija embarazada… Pero Dios usa todo para el bien, tal y como Él nos prometió.

Rezamos juntos para pedir fortaleza y luz, para descubrir el lado positivo de todos estos “dolores de cabeza”. Dios respondió fielmente.

En la clase de nuestra hija otra joven quedó embarazada. Ella era una estudiante muy famosa y muy activa. Algunas de sus amigas más cercanas propusieron llevarla a una clínica para abortar a otra ciudad, a unas dos horas de distancia. Como nuestra hija también estaba embarazada, el grupo le confió su plan. Nuestra hija llevó desde nuestra casa unas revistas y folletos ‘pro-vida’, para compartirlas con sus amigas de la escuela. Al final, cambiaron de parecer cinco de las seis chicas que habían organizado el viaje, salvando así la vida del niño (y tal vez de los que pudieran venir en el futuro).

Llegó el momento, y dimos la bienvenida a nuestra nieta, y orientamos lo mejor que pudimos a nuestra hija en medio de sus luchas, en su doble papel de estudiante y de mamá, bajo nuestro techo y guía. Nosotros le ofrecimos nuestro apoyo y nuestra compresión en sus problemas, pues su novio, desbordado por el embarazo y la paternidad, prefirió dedicarse a otros intereses. Festejamos la graduación de nuestra hija, la tercera en una clase de 150, y además fue aceptada en una universidad vecina con una beca completa. En su último año de universidad, empezó a salir otra vez con el padre de su hija, quien había recapacitado sobre la jerarquía de sus intereses y afectos. Se casaron justo antes de su graduación de la universidad, y ahora tienen otra hija, una niña preciosa.

Unos meses después del nacimiento de nuestra nieta, nos dimos cuenta de que íbamos a tener nuestro séptimo hijo. Con su nacimiento en noviembre del ’87, teníamos ya cinco hijos en casa por debajo de los 5 años de edad. En menos de cinco años, Dios había bendecido nuestro hogar con una nueva vida cada 18 ó 19 meses. No es que los ocho niños llegaran a casa en el tiempo más oportuno o más fácil. Ésta ha sido la mayor lección de fe que Dios nos ha enseñado: entregarle nuestras vidas y confiar en Su plan sobre nosotros.

Nuestros bebés y nuestra nieta trajeron enorme gozo y esperanza a la familia en medio de todas las tormentas que tuvimos que aplacar. Nuestros muchos hijos han sido una bendición para nosotros. Nos hemos alegrado tanto en los pequeños éxitos como en los grandes. Por ejemplo, dos de nuestras hijas obtuvieron matrícula de honor en preparatoria y en la universidad. Algunos de nuestros hijos parecen seguir su mismo ejemplo aunque no todos…; pero incluso esto, nos ha enseñado a saber descubrir en ellos otros talentos y cualidades que Dios les ha regalado. El hecho de tener una familia numerosa ha sido como un llamado a esforzarnos para hacer de nuestro hogar una comunidad cristiana, amándonos, compartiéndolo todo, interesándonos los unos por los otros, perdonándonos.

Dios nos ha proveído en nuestras necesidades a lo largo de todos estos años, algunas veces de forma milagrosa. Todo esto ha enseñado a nuestros hijos la importancia de la fe en Él.

Durante estos últimos años hemos vivido muchas alegrías junto a nuestros hijos. Pero también hemos tenido más preocupaciones. Nuestras niñas ya han crecido y ya son unas mujeres. Ambas terminaron universidad y ahora están ya casadas. Sin embargo, nuestros cinco hijos, con siete años de diferencia entre el mayor y el más joven, es otro cantar. Es decir, van entrando uno detrás del otro en esos años difíciles de la adolescencia. Nuevas pruebas les llegan a diario y nosotros les estamos cercanos en esta edad, donde necesitan tanto coraje para mantenerse firmes ante tantos peligros del mundo de hoy. La misión de guiarles que como padres tenemos es un nuevo reto cada día. Es una responsabilidad “genial”. Dios nos ha demostrado una y otra vez su amor y su fidelidad. Y sabemos que Él es la fuente de nuestra fuerza.

No es todo. Además, nuestras problemas financieros se han prolongado a lo largo de todos estos años. Recientemente, mi marido empezó un nuevo negocio y ha reducido nuestras entradas y afectado nuestras deudas. Pero es un negocio en el que nuestros hijos han podido colaborar y han podido aprender a trabajar con ética y con responsabilidad. Dios, quien ha sido tan fiel dándonos nuestro “pan de cada día”, seguirá siendo fiel, también en esta situación.

Durante estos 30 años, hemos tenido reproches mutuos como pareja. Diferencias personales de estilo de vida, del trabajo y de gustos personales a menudo nos tentaron a seguir nuestros caminos egoístas. Hemos experimentado fuertes divergencias, y tenido diferentes puntos de vista. Llegamos incluso a considerar la separación o el divorcio. Sin embargo, ambos hemos creído y creemos firmemente en los votos que hicimos delante de Dios hace 30 años –ese compromiso de mantenernos unidos, uno junto al otro, en la prosperidad y en la adversidad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe…-. Durante cada prueba, gracias de Dios, siempre hemos encontrado el modo de reconciliarnos; claro que no ha sido fácil.

En un mundo “mentalidado por el microhondas”, donde todos quieren “¡todo, ya, ahora mismo!”, la fidelidad a los votos matrimoniales es a veces muy duro, requiere mucho tiempo. Es doloroso afrontar cada prueba. No obstante, ambos creemos que los votos que hicimos delante de Dios son sagrados y Él nos llama a LUCHAR para mantener unido nuestro matrimonio. Esto requiere ser creativos, dedicar tiempo para estar juntos, buscar y encontrar nuevas soluciones.

Una última cosa. Nos hicimos promesa: “nunca irnos a dormir en camas separadas, no importa cuán enfadados estemos el uno con el otro”. La hemos mantenido fielmente. Hoy creemos que el “no haber dormido en camas separadas aunque estuviéramos enfadados” nos ha ayudado a “no haber dormido en otras camas” cuando sentíamos la tentación…

Gracias solamente a la ayuda de Dios y a su poder, podemos celebrar estos 30 años de matrimonio juntos.


Reflexión:

“En el reino del amor –decía Fulton F. Sheen- no hay llanura que valga; siempre se sube o se baja”. Y subiendo y bajando… esta formidable pareja ha pasado estos 30 años, pero siempre “en el reino del amor”. Abundantes dificultades, discusiones, aprietos económicos, enredos familiares, reproches mutuos, preocupaciones, trabas, luchas, súplicas, pruebas en la fe,… pero, ¡siempre en la misma cama! ¡Qué hermoso!
Me ha gustado uno de sus trucos: salir juntos. Es verdad que no siempre es posible por 999 razones (los niños, el trabajo, la enfermedad, la lluvia, etc.). Pero tampoco es imposible encontrar 1 entre 1000 para salir juntos al campo, salir juntos al cine, salir juntos a cenar, salir juntos, dándose la mano. Pascal acertó: “El corazón tiene razones que la razón no conoce”.
“El roce provoca el amor”, ¿te acuerdas? No basta amar a alguien, hay que demostrárselo. No dejes pasar un sólo día sin haber plantado una semilla de amor. No pasará mucho tiempo, y te verás rodeado de un paraíso terrenal.
Pero recuerda que en todo jardín siempre hay una serpiente: el egoísmo…
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