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viernes, 18 de septiembre de 2015

7 HECHOS SOBRENATURALES EN LA VIDA DE SAN JOSÉ DE CUPERTINO


7 hechos sobrenaturales en la vida de San José de Cupertino
Por Abel Camasca



REDACCIÓN CENTRAL, 18 Sep. 15 / 04:00 am (ACI).- San José de Cupertino, patrono de estudiantes, fue bendecido por Dios con muchos milagros que el Santo siempre atribuía a la intercesión de la Santísima Virgen María. Aquí siete sucesos sobrenaturales que ocurrieron durante su vida.

1.- Volaba por los aires

San José de Cupertino caía constantemente en éxtasis y sus hermanos frailes y los fieles lo vieron “volar” en varias ocasiones. Cierto día los religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen que estaba a tres metros y medio de altura y darle un beso al Niño Jesús. Luego rezó en el aire con intensa emoción.

El más famoso de estos sucesos se dio cuando diez obreros deseaban llevar una cruz pesada a una montaña alta, pero no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con la cruz y la llevó hasta la cima del monte.

2.- Exorcizaba con una frase obediente

Sus superiores lo eligieron para exorcizar demonios, pero el Santo se consideraba indigno de hacerlo. Por ello usaba la siguiente frase contra los malignos: “Sal de esta persona si lo deseas, pero no lo hagas por mí, sino por la obediencia que le debo a mis superiores”. Y los demonios salían.

3.- Podía estar en dos lugares a la vez

El don de estar en dos lugares al mismo tiempo se llama bilocación o ubicuidad. Cuentan que cuando la madre de San José estaba muriendo en el pueblo de Cupertino, el Santo que estaba en Asís lo supo. El fraile entró con una gran luz al cuarto de su mamá y después de verlo partió a la Casa del Padre.

En Asís, sus superiores preguntaron a San José por qué estaba llorando amargamente y él les contestó que su madre acababa de fallecer. Más adelante fueron muchos los que atestiguaron que el Santo acompañó a su madre en Cupertino.

4.- Curaba con la señal de la cruz

Cierta vez un hombre arrogante le dijo a San José: “impío, hipócrita, no por ti, pero por el hábito de religioso que llevas tengo que respetarte. Yo creería en todo lo que haces si con la señal de la cruz sobre mi llaga me sanas”.

El Santo humildemente respondió que todo lo que decía de él era cierto y haciendo la señal de la cruz sobre la llaga, el hombre quedó curado.

Asimismo hizo recobrar la vista a un ciego poniéndole su capa sobre la cabeza. Los mancos y cojos eran sanados al besar el crucifijo que San José ponía ante ellos. Los enfermos de una plaga de fiebre altísima fueron curados cuando el Santo les hacía la señal de la cruz sobre su frente.

5.- Leía los corazones y convertía protestantes

El príncipe luterano John Federick a sus 25 años de edad fue a Asís con dos escoltas, uno católico y otro protestante. Ingresaron a la iglesia donde San José estaba celebrando Misa y en el momento de la consagración el Santo no pudo partir la Hostia Consagrada porque estaba dura como piedra y tuvo que devolverla a la patena.

El P. José empezó a llorar de dolor y se elevó a casi un metro de altura. Al bajar, logró partir la hostia con mucho esfuerzo. Sus superiores le preguntaron por qué había pasado eso y él respondió que se debió al corazón duro de la gente que asistió a la Misa.

Al día siguiente regresó el príncipe con los dos hombres y cuando el Santo elevó la Hostia en la Misa, la cruz de la Sagrada Hostia se puso negra. Esto le causó un gran dolor y llorando levitó con la forma durante unos 15 minutos. Este milagro conmovió el corazón del príncipe por lo que él y su acompañante decidieron convertirse a la fe católica.

6.- Se comunicaba con los animales

Cuando pasaba por un campo y se ponía a rezar, las ovejas se reunían a su alrededor y escuchaban atentas sus oraciones. Las golondrinas volaban en bandadas alrededor de su cabeza y lo acompañaban por varias cuadras.

7.- Profetizó el futuro de los Papas

Cierta vez lo llevaron ante el Papa Urbano VIII, quien deseaba saber si eran ciertos los éxtasis y los episodios de levitación del fraile.

San José compareció ante el Pontífice y se elevó por los aires ante el asombro de los presentes. De este Papa y de Inocencio X, el Santo predijo el día y la hora de la muerte de ambos.

jueves, 18 de septiembre de 2014

ORACIONES A SAN JOSÉ DE CUPERTINO










SAN JOSÉ DE CUPERTINO, RELIGIOSOS PRESBÍTERO, SEPTIEMBRE 18


Autor: . | Fuente: www.EvangelioDelDIA.org 
José de Cupertino, Santo
Religioso Presbítero, Septiembre 18


José de Cupertino, Santo
Patrón de los estudiantes

Martirologio Romano: En Osimo, en la región Picena, en Italia, san José de Cupertino, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Conventuales, célebre, en circunstancias difíciles, por su pobreza, humildad y caridad para con los necesitados de Dios (1663).

José nació en 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino. Sus padres eran sumamente pobres. El niño vino al mundo en un pobre cobertizo pegado a la casa, porque el papá, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.-

A los 17 años pidió ser admitido de franciscano pero no fue admitido. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían puesto. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas. Por inútil lo mandaron para afuera.-

Al verse desechado, José buscó refugio en casa de un familiar suyo que era rico, pero él declaró que este joven "no era bueno para nada", y lo echó a la calle. Se vio entonces obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La mamá no sintió ni el menor placer al ver regresar a semejante "inútil", y para deshacerse de él le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que lo recibieran al muchacho como mandadero en el convento de los padres franciscanos.-

Sucedió entonces que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los padres como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban. Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.-

Lo pusieron a estudiar para presentarse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa todo y no era capaz de responder. Llegó uno de los exámenes finales y el pobre Fray José la única frase del evangelio que era capaz de explicar completamente bien era aquella que dice: "Bendito el fruto de tu vientre Jesús". Estaba asustadísimo pero al empezar el examen, el jefe de los examinadores dijo: "Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, será la que tiene que explicar". Y salió precisamente la única frase que el Cupertino se sabía perfectamente: "Bendito sea el fruto de tu vientre".-

Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes sí serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: ¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?" y por ahí estaba haciendo turno para que lo examinaran, el José de Cupertino, temblando de miedo por si lo iban a descalificar. Y se libró de semejante catástrofe por casualidad.-

Ordenado sacerdote en 1628, se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor. Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo y consagración a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).-

Desde el día de su ordenación sacerdotal su vida fue una serie no interrumpida de éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales en un grado tal que no se conocen en cantidad semejante con ningún otro santo. Bastaba que le hablaran de Dios o del cielo para que se volviera insensible a lo que sucedía a su alrededor. Ahora se explicaban por que de niño andaba tan distraído y con la boca abierta. Un domingo, fiesta del Buen Pastor, se encontró un corderito, se lo echó al hombro y al pensar en Jesús, Buen Pastor, se fue elevando por los aires con cordero y todo.-

Los animales sentían por él un especial cariño. Pasando por el campo, se ponía a rezar y las ovejas se iban reuniendo a su alrededor y escuchaban muy atentas sus oraciones. Las golondrinas en grandes bandadas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban por cuadras y cuadras.-

Sabemos que la Iglesia Católica llama éxtasis a un estado de elevación del alma hacia lo sobrenatural, durante lo cual la persona se libra momentáneamente del influjo de los sentidos, para contemplar lo que pertenece a la divinidad. San José de Cupertino quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la Santa Misa, cuando estaba rezando los salmos de la S. Biblia. Durante los 17 años que estuvo en el convento de Grotella sus compañeros de comunidad presenciaron 70 éxtasis de este santo. El más famoso sucedió cuando 10 obreros deseaban llevar una pesada cruz a una montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con cruz y todo y la llevó hasta la cima del monte.-

El Papa Benedicto XIV que era rigurosísimo en no aceptar como milagro nada que no fuera en verdad milagro, estudió cuidadosamente la vida de José de Cupertino y declaró: "Todos estos hechos no se puede explicar sin una intervención muy especial de Dios".-

Los últimos años de su vida, José fue enviado por sus superiores a conventos muy alejados donde nadie pudiera hablar con él. La gente descubría donde estaba y corrían hacia allá. Entonces lo enviaban a otro convento más apartado aún. El sufrió meses de aridez y sequedad espiritual (como Jesús en Getsemaní) pero después a base de mucha oración y de continua meditación, retornaba otra vez a la paz de su alma. A los que le consultaban problemas espirituales les daba siempre un remedio: "Rezar, no cansarse nunca de rezar. Que Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que pide, recibe".-

Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años.
Que Dios nos enseñe con estos hechos tan maravillosos, que Él siempre enaltece a los que son humildes y los llena de gracias y bendiciones.-
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