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jueves, 31 de mayo de 2018

DECISIÓN Y VOLUNTAD


Decisión y voluntad



“Un día Tamerlán, conquistador tártaro, sufrió una seria derrota que lo deprimió a tal punto que se encerró en su tienda. Pasaba las horas rumiando su desgracia y pensaba ya desistir de su ambicioso plan, cuando se fijó en una hormiga que subía por la lona de su carpa. Con un palito tiró al suelo la hormiga. Pero el insecto de inmediato volvió a subir. El rey tártaro insistió en arrojarla otra vez al suelo.

- Uno no cae en el combate, sino cuando ha dejado caer antes su ánimo (San Agustín).
- Un ejército está vencido a partir del momento en que se cree vencido (Napoleón).
- Es maravilloso el número de cosas imposibles que la gente decidida logra realizar. Nosotros deberíamos formar parte de ese equipo (Raúl Plus).
- No se duerman pensando que una cosa es imposible; podría despertarlos el ruido que otro hace al realizarla (Refrán americano).
- La perseverancia es el alto precio que hay que pagar por todas las conquistas de este mundo. Todo lo más grande en cualquier ámbito se ha conseguido por una ardiente constancia (Ignacio Larrañaga).

Sin desanimarse la hormiga empezó de nuevo su ascensión. El rey se obstinó en proyectarla al piso una y otra vez, hasta 80 veces. El rey se maravilló por la perseverancia demostrada por aquel pequeño insecto y, recapacitando, se dijo: "La imitaré y venceré". Y el rey tártaro se levantó, reorganizó su ejército, y siguió con renovado empuje la invasión proyectada. Fue un conquistador invencible”. ¿Estás convencido del valor de la constancia?



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 28 de mayo de 2018

LAS PERSONAS SON REGALOS


Las personas son regalos



Las personas son regalos que la vida me ha dado. Y como todos los regalos, llegan envueltas. Algunas vienen envueltas en forma muy bella, otras de una manera menos atractiva, y otras cerradas con gran rigidez. Algunas llegan maltratadas, pero otras llegan como "Entrega Especial". Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto, ya que es muy fácil equivocarse y juzgar el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad; otras veces se necesita la ayuda de otras personas. Tal vez porque tienen miedo, quizá antes fueron heridas y no quieren ser lastimadas de nuevo. Pudo ser que alguna vez se abrieron y fueron desechadas. Quizá ahora se sienten más bien como "cosas", que como seres humanos.

Yo soy una persona. Como todas las demás personas, también soy un regalo. Poseo una bondad que es sólo mía, y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura. Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en lo que llevo dentro, o puede ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.

Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de Dios, unos para otros.

Es difícil pensar que aquel que me ha lastimado, es también un regalo de Dios. Pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo, pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para crecer en su amor y en nuestra fe.

Nosotros mismos podemos tener una envoltura maltratada por el tiempo o las circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro Creador. Sólo tenemos que ver hacia adentro y estar listos para darnos. Descubre en tu interior todos los dones con los que El Señor te conformó y sé el digno regalo para los que te necesitamos.

ESPERANDO LA FUTURA GLORIA


Esperando la futura gloria




El túnel más largo y oscuro se hace un camino llevadero, cuando sabes que al final te aguarda una salida hacia la luz. Las arenas ardientes del desierto se superan, cuando peregrinas sobre ellas con la esperanza segura de alcanzar el oasis reparador. La oración responsorial de hoy —de los salmos 31 y 36— reavivará tu esperanza.

V. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles!
R. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles!
V. Se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias.
R. Lo reservas para tus fieles.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles!

Todo sufrimiento se hace más soportable, si lo vives mirando hacia el futuro, con la seguridad de que un día dejarás de padecer. Mejor aún si puedes vivir la esperanza mayor, la que llega más allá del tiempo, y supera el dolor de la última pérdida, la muerte, con la promesa de una Vida Plena. “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”.


* Enviado por el P. Natalio

domingo, 27 de mayo de 2018

EDUCANDO AL PRÓJIMO


Educando al prójimo




Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles sentimientos, honrado, servicial, respetuoso con todos, amable, generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad, que generan en los demás, aprecio y admiración, atracción y simpatía.

Un señor, muy molesto por el ruido, llamó a la puerta del inquilino del piso inferior y preguntó con mal disimulada rabia: —¿No ve que son las cuatro de la madrugada? ¡No es posible cerrar un ojo con ese ruido! ¿Se puede saber qué es todo ese estruendo? — Sí, señor. ¡Es la grabación de la fiesta que usted hizo ayer hasta la madrugada en su casa!

La anécdota de hoy señala un defecto corriente: la falta de respeto por los demás. Respetar, poniéndose en el lugar de los otros, está en la base de la convivencia humana. Jesús nos advirtió: “No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”. Norma fundamental y obvia, pero tantas veces transgredida por egoísmo o inconsciencia. Recuérdala siempre.



* Enviado por el P. Natalio

miércoles, 23 de mayo de 2018

EL POZO DE AGUA


El pozo de agua




Conocerme a mí mismo es llave de sabiduría, porque desde mi realidad personal puedo crecer y superarme. Epitecto, filósofo griego, escribió: “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte serenamente.

Un hombre se acercó a un monje y le preguntó: —¿Qué es lo que aprendes en tu vida de silencio? El monje estaba sacando agua de un pozo y dijo al visitante: —Mira allá abajo, en el fondo del pozo. ¿Qué ves? El hombre miró y no vio nada. —No veo nada, dijo. Después de un tiempo en que el monje estuvo absolutamente quieto, el monje dijo de nuevo al visitante: —Mira ahora. ¿Qué ves en el pozo? El hombre obedeció y respondió: —Ahora me veo a mí mismo: el agua es mi espejo. El monje le dijo: —Ves, cuando sumerjo el cubo, el agua se agita; ahora, en cambio, el agua está tranquila. Esta es la experiencia del silencio: el hombre se ve a sí mismo.

Conocer tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida. Para eso busca un tiempo de silencio y reflexión.



* Enviado por el P. Natalio

AFILAR EL HACHA


Afilar el hacha



“Si vas siempre a velocidades muy altas, cansarás el motor del auto. Si vives siempre bajo presión, tu cuerpo y tu espíritu se gastarán muy pronto. Si corres tanto no encontrarás a nadie y, lo que es más grave, no te encontrarás ni a ti mismo. Si quieres captar lo más profundo que hay en ti, has de saber detenerte y reflexionar” (Michel Quoist). Tómate tiempo para afilar tu hacha.

En cierta ocasión, un hombre joven de nombre Mauro, llegó a un campo de leñadores, ubicado en la montaña, para trabajar. Durante su primer día de tareas trabajó arduamente y como resultado taló muchos árboles. El segundo día, trabajó tanto como el primero, pero su producción fue apenas la mitad del primer día. Al tercer día, se propuso mejorar su producción. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero los resultados fueron nulos. Al ver el capataz el escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó: "¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?". El joven respondió: "Realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles".

Gran sabiduría es tomarte un tiempo de meditación cada día: para encontrarte con ti mismo y con lo que realmente piensas y deseas. Así despertarás esas energías ocultas e insospechadas que necesitas con urgencia, y darás solidez a tu vida, zarandeada por las vicisitudes del trabajo cotidiano. Aprende y practica la secreta sabiduría de “afilar tu hacha”.



* Enviado por el P. Natalio

jueves, 17 de mayo de 2018

LA ESPADA DE DAMOCLES


La espada de Damocles



No envidies a los poderosos, o a las estrellas o astros del cine, del deporte, o de la vida social. La envidia es como un resentimiento irracional causado por desear el bien ajeno, un disgusto oscuro que provoca la elevada posición de una persona, o el brillo de sus cualidades. Detrás de la envidia hay una incapacidad de asumir con serenidad los propios límites. 

Damocles, era un adulador cortesano de Dionisio, tirano de Siracusa (siglo IV a. C.). Había propagado que Dionisio era un afortunado al disponer de tan gran poder y riqueza. El tirano para darle un escarmiento, le ofreció intercambiar con él por un día sus tareas. Así podría disfrutar de absoluto poder. Esa misma tarde Damocles celebró un opíparo banquete donde fue servido como un rey. Cuando a mitad de la comida miró hacia arriba y reparó en la afilada espada que colgaba de un finísimo hilo sobre su cabeza, empalideció de repente y perdió las ganas de seguir comiendo. Pidió al tirano abandonar su puesto, diciendo que ya no quería seguir siendo tan dichoso.

El envidioso no percibe que su infelicidad no proviene de lo que no tiene, sino de la falta de aprecio por lo que sí posee. Hay además una falta de compromiso y responsabilidad con la propia vida, porque el celoso, pendiente de la vida de otros, no conoce sus fortalezas y posibilidades reales. El Señor te libre de la dañosa envidia.


* Enviado por el P. Natalio

TIEMPO DE CONVERSIÓN


Tiempo de conversión




La predicación de Jesús comenzó así: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Esta invitación resonó como una clarinada que movilizó al pueblo de Dios a volver al Señor, abandonar sus caminos equivocados, purificar el corazón… La Reina de la Paz repite hoy el mismo mensaje de salvación.

“¡Queridos hijos! Los invito a trabajar en la conversión personal. Aún en su corazón, están lejos del encuentro con Dios. Por eso, transcurran el mayor tiempo posible en oración y en adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar, para que él los cambie y ponga en su corazón, una fe viva y el deseo de la vida eterna. Todo es pasajero, hijitos, sólo Dios es eterno. Yo estoy con ustedes y los aliento con amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

El sacramento de la reconciliación o confesión es una excelente respuesta al dulce llamado a la conversión que te hace la Madre del Salvador. Te animo a acercarte a este sacramento, porque ayuda a conocerse más a sí mismo, te da consuelo espiritual, y es canal de gracia para superar la fuerza del mal y del pecado que está en nosotros. El Espíritu del Señor te mueva.



* Enviado por el P. Natalio

martes, 15 de mayo de 2018

LOS COLORES Y EL ARCO IRIS


Los colores y el arco iris




Un día los colores riñeron... todos decían ser el mejor.

El verde dijo: "Soy símbolo de la vida y esperanza. Cubro el campo y las hojas".

El azul interrumpió: "Tú solo piensas en la tierra, pero también debes pensar en el cielo y el mar. El agua es el fundamento de la vida. El cielo da espacio, paz y serenidad".

El amarillo dijo: "Ustedes son tan serios; yo traigo risa y alegría. El sol es amarillo; al mirar un girasol todos sonríen, sin mí no habría diversión".

El anaranjado replicó "Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Llevo las vitaminas más importantes, piensen en la zanahoria y naranja. Cuando lleno el cielo y el amanecer o a la caída del sol, mi belleza es la más impresionante".

El rojo gritó: "Soy el que gobierna, soy la sangre de la vida. Estoy dispuesto a luchar por la causa, traigo el fuego de la sangre, soy la pasión y el amor".

El violeta dijo "Soy de la realeza, el poder. Los reyes, comandantes y obispos siempre me han escogido porque soy el símbolo de autoridad y sabiduría, la gente me escucha y obedece".

Finalmente el añil habló: "Soy el color del silencio difícilmente me notaré pero sin mi todo sería más superficial. Represento el pensamiento y la reflexión".

Los colores siguieron alardeando, cuando hubo un destello sorprendente. La lluvia comenzó a caer implacable, los colores se agacharon y con temor se acercaba el uno con el otro para abrigarse.

La lluvia dijo: "Ustedes colores necios luchan entre sí cada uno tratando de dominar al resto. ¡No saben que cada uno fue hecho con un propósito especial único y diferente! Tómense de las manos y vengan a mí".

La lluvia continuó: "De ahora en adelante cuando llueva se unirán y cruzarán el cielo formando un gran arco de color como recuerdo que todos pueden vivir en paz".

El arco iris es símbolo de esperanza para el mañana, así que cada vez que la lluvia baña la tierra, un arco iris nace en el cielo ayudándonos a recordar que Dios pide amarnos unos a otros.

Dios nos ha hecho diferentes, pero cuando estamos unidos creamos la más grande acuarela, la cual en las manos del gran Maestro producirá la majestuosa pintura de la Unidad.

lunes, 14 de mayo de 2018

SOLO NO PUEDO, TE NECESITO, SEÑOR


Solo no puedo, te necesito, Señor




Es muy oportuno para crecer en la fe practicar la oración de petición. Por ella permites a Dios entrar en la trama concreta de tu vida. Sientes así la presencia y cercanía del Señor en tus problemas cotidianos. A él no le molesta estar presente en los mínimos detalles de tu existencia, porque te ama. Es también un camino de sólida y auténtica humildad y sencillez.

Señor, sabes que a veces me dejo llevar por mi vanidad, por mi impaciencia, por mis ambiciones egoístas. Cuando estoy solo recapacito y me lamento por lo que hice o lo que dije, pero luego vuelvo a caer. Hago propósitos, pero duran poco tiempo. Necesito tu gracia, y los toques de tu Espíritu para reaccionar a tiempo, necesito tu luz que me ilumine para darme cuenta y tomar decisiones correctas. Quiero crecer, Señor, porque todavía tengo vida y esperanza; no quiero detenerme en el camino ni desaprovechar tus dones. Pero te necesito a ti, invoco tu Espíritu, clamo por tu poder. Ayúdame, Señor. Amén.

La oración humilde y confiada es el poder que Dios pone en tus manos para que, como un niño sencillo, le pidas todo lo que necesitas. Pero no debes desesperar ni suplicarle con una oración agitada, como si quisieras exigirle que cumpla tus deseos. A Dios hay que dejarlo ser Dios y actuar con libertad. Él te ama, y sabe lo que más te conviene.



* Enviado por el P. Natalio

sábado, 12 de mayo de 2018

OREN SIN CESAR


Oren sin cesar



La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.

V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.

V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento.

Si amas de verdad tu mente vuela con frecuencia a la persona amada. Que lo digan si no los enamorados. Ahora bien: Dios te ama como nadie puede amarte. Si, ayudado por la Palabra de Dios, descubres el inmenso amor de Dios por ti, la  oración —diálogo de amor— invadirá tu vida. Te lo deseo de corazón.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 11 de mayo de 2018

DEL LAMENTO A LA ESPERANZA


Del lamento a la esperanza
La alegría lleva a dar a conocer a todos los demás, el amor de quien ha sido fiel en medio de los males.


Por: P. Juan Carlos Ortega | Fuente: Catholic.net 





A inicio de mes una joven me pedía oraciones por su mamá porque le habían detectado una grave enfermedad en el corazón que hacía presagiar lo peor. Una semana más tarde, aun sin conocer los resultados médicos definitivos de su mamá, me avisa que pida por su papá porque al día siguiente le operarán de unos tumores que descubrieron de modo inesperado. En unos días la vida familiar de esta joven puede cambiar considerablemente.

Su corazón experimenta miedo ante los males que le circundan. Sin ser ordinarias, situaciones como la descrita ocurren con cierta frecuencia. Recuerdo una madre de familia cuya hija mayor le informa que se encuentra en una situación moral grave. Dos días más tarde le comunican que su hijo será expulsado temporalmente del colegio por un acto grave de insinceridad e indisciplina. En unos días esta mujer siente que se derrumba todo el trabajo educativo realizado durante años en sus hijos.

Me han impresionado las declaraciones del empresario americano que ha perdido a más de ochocientos empleados en el atentado de New York.

Debido al mal ajeno en un día de una acomodada situación ha pasado a una impotencia y angustia por el futuro de su familia y por no poder ayudar a las familiares de sus empleados, como en conciencia desearía realizar.

Aunque más escaso, no es extraño para algunas personas pasar por períodos en los que la ilusión en el cumplimiento de los deberes matrimoniales y familiares, el trabajo apostólico y la misma relación con Dios pierden todo su interés y entran en una oscuridad interior que
provoca incluso momentos de duda y turbación.

De un modo u otro, alguna vez, cada uno ha vivido "la experiencia del temor por el asalto del mal que intenta golpear al justo" (19 de septiembre). El Santo Padre, ayudado de los salmos, recuerda las dos fuentes del mal que acontece al hombre: las fuerzas naturales, representadas por "leones en posición de ataque" (cfr. Sal 57,5), y la malicia humana, actuada por "una banda de perseguidores que tienden trampas y cavan fosas" (cfr.
Sal 57,7).

Ante estas situaciones el Papa recuerda que la "luz vencerá la oscuridad y los miedos". En concreto, invita a renovar la certeza de "la presencia de Dios junto a los fieles" y, en consecuencia, a pedir al Señor que envíe su amor y su verdad a la propia vida. "Incluso si se horroriza por el rugido terrible de las fieras y por la perfidia de los perseguidores, el fiel en su interior permanece sereno y confiado". Una vez más el Santo Padre recalca que Dios,de modo ordinario, no hace desaparecer el mal pero su presencia acogida por el hombre, le hace permanecer sereno y seguro mientras camina en medio del mal.

En segundo lugar, el Papa recuerda que "la presencia de Dios no tardará en mostrar su eficacia". Tarde o temprano el mal, los temores, la oscuridad pasarán, mientras Dios permanecerá junto al hombre fiel.

Ante el amor y la verdad divina, surge el agradecimiento profundo y sincero del hombre a Dios. Este agradecimiento no debe ser solamente de palabra. Las palabras del salmista son elocuentes (Sal 57,10.12):

´Te alabaré entre los pueblos, Señor,
te salmodiaré entre las gentes
porque tu amor es grande ...
¡Álzate, oh Dios, sobre los cielos,
sobre toda la tierra, tu gloria!´

La alegría del salmista no es egoísta. La causa de su alegría es principalmente porque la gloria de Dios ha vencido. Es el bien de Dios, su voluntad la que interesa al fiel. El haber sido salvado de los males pasa a un segundo puesto. Pero además, la alegría le lleva a dar a conocer a todos los demás el amor de quien le ha mantenido fiel en medio de los males.

En resumen, la vida del cristiano es un camino que "transcurre desde el lamento dramático, dirigido a Dios, a la esperanza serena y al agradecimiento alegre".

jueves, 10 de mayo de 2018

LA HORMIGA Y EL ESCARABAJO


La hormiga y el escarabajo




Las obligaciones asumidas constituyen lo que Dios espera de ti, porque son la expresión concreta de su voluntad. Son esas exigencias de la vida familiar, de tu trabajo o profesión, de las relaciones humanas que te envuelven. La paz y la felicidad no surgen de algunas grandes y espectaculares actuaciones, sino del cumplimiento de los deberes de cada día.

Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga: —Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento (Esopo).

Aprecia la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar el tiempo, de concentrarte en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, y así crecerás en esta virtud con traje de faena.



* Enviado por el P. Natalio

LA PAZ DE DIOS


La paz de Dios



La paz interior tiene enemigos: son los pensamientos y sentimientos negativos que confunden y agitan de tal modo que turban el cielo tranquilo de tu corazón. Hombres sabios que sondearon su interior con la luz del Espíritu los han especificado: insatisfacción, ansiedad, irritación, miedo, odio, tristeza, etc. La Reina de la Paz te invita a vivir la paz del corazón.

“¡Queridos hijos! Hoy les doy las gracias y deseo invitarlos a la paz de Dios. Yo deseo que cada uno de ustedes experimente en su corazón esa paz que sólo Dios da. Hoy quiero bendecirlos a todos; los bendigo con la bendición del Señor. Les suplico, queridos hijos, que sigan y que vivan mi camino. Yo los amo, queridos hijos, y les agradezco todo lo que ustedes están haciendo por mis intenciones. Les suplico que me ayuden, para que yo pueda ofrecerlos al Señor para que El los salve y los guíe por el camino de la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

Confía en el Señor y vigila tu mente para que no echen raíces ideas o emociones funestas que pueden dañarte y trabar las fuerzas de tu espíritu. Por una parte, mantén la vigilancia y, por otra, fortalece con la meditación los valores perdurables del amor, la paciencia, la serenidad y la alegría profunda. Que el Señor te bendiga y proteja en este crecimiento.
* Enviado por el P. Natalio

martes, 8 de mayo de 2018

PEDALEA


Pedalea




Confiar en Dios es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131).Confía sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Aquel día estaba sentado junto a un camino que conducía a lo alto de una colina. Observé a un muchacho montado en bicicleta que se esforzaba en subir por la colina teniendo incluso el viento en contra. Evidentemente el esfuerzo que tenía que hacer era tremendo. Cuando estaba más fatigado apareció afortunadamente un ómnibus que subía la colina en la misma dirección. Su marcha no era muy acelerada y el joven pudo agarrarse con una mano de los barrotes de subida de la parte trasera del autobús. Puedes imaginarte lo que sucedió. El muchacho subió la cuesta a las mil maravillas.

Cuántas veces tú también estás pedaleando cuesta arriba contra toda clase de oposiciones y te encuentras casi extenuado por el esfuerzo. Recuerda que tienes a mano un poder disponible, la energía que te da la confianza en Dios. Ora así: “El Señor es mi fuerza y mi poder, confiaré y no temeré”. El transformará tu debilidad en fortaleza y tu cansancio en renovado vigor.



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 7 de mayo de 2018

SIGNOS DE MADUREZ


Signos de madurez




Madurar es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos; es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes  de  lo que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos corregir un error, estamos madurando.

Me sorprende cómo celebran nuestros jóvenes la llegada de sus 18 años: emborrachándose, fumando, con grandes fiestas, frecuentando lugares del todo impropios. Se presentan como adultos en la sociedad, rompiendo sus leyes. Cuando un joven aborigen de la tribu Maui de las islas del Pacífico llega a la mayoría de edad, las cosas son diferentes. Se le somete a una prueba, para comprobar si es realmente maduro, adulto, y capaz de llevar una vida responsable, y de formar una  familia. El joven tiene que construir una piragua con sus propias manos y navegar, totalmente solo, por más de 500 kilómetros de mar abierto, hasta una lejana isla, de la cual debe traer una flor exótica de vuelta a casa. Debe sortear todo tipo de peligros.

El conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu maduración armónica como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.



* Enviado por el P. Natalio

CON ENTREGA, SEÑOR...


Con entrega, Señor…




Te ofrezco unos versos inspirados, en los que se elogia a la Palabra de Dios, que es para el creyente luz, fuente de vida, pan reparador, himno de amor…

Con entrega Señor, a ti venimos, escuchar tú. Palabra deseamos;
Que tu espíritu ponga en nuestros labios la alabanza al Padre de los cielos.

Se convierta en nosotros la palabra en la luz que a los hombres ilumina,
En la fuente que salta hasta la vida, en el pan que repara nuestras fuerzas;

En el himno de amor y de alabanza que se canta en el cielo eternamente,
Y en la carne de Cristo se hizo canto de la tierra y del cielo juntamente.

Esta oración te ayude a comenzar una jornada especial, en la que los valores de la fe cristiana impregnen tus pensamientos y acciones, tus sentimientos y palabras, desparramando a tu alrededor el buen perfume de Cristo, el Señor.



* Enviado por el P. Natalio

sábado, 5 de mayo de 2018

CONCÉDEME, SEÑOR, LA GRACIA DEL BUEN HUMOR


CONCÉDEME, SEÑOR,
 LA GRACIA DEL BUEN HUMOR




Concédeme, Señor, la gracia del buen humor. Los santos fueron santos, pero también fueron alegres.

Santa Teresa de Jesús decía: "Un santo triste es un triste santo" (También se atribuye esta frase a San Francisco de Sales).

No me imagino a Jesús serio, ni a María.

Hubo mucha seriedad en mi vida, demasiada formalidad. Muchas cosas me robaron la alegría, fueron ladrones de mi buen humor.

El buen humor no es sólo reír ante un chiste, no es la carcajada fácil, aunque reír ayuda.

El buen humor es una actitud frente a la vida, es reconocer el lado alegre de los hechos y de las circunstancias.

El buen humor ayuda a aliviar las congojas y las culpas.

El buen humor transforma nuestros melodramas en comedias.

La ironía es la caricatura del buen humor. La ironía hiere, el buen humor cura. La ironía ridiculiza, el buen humor crea puentes.

Humor es espíritu, actitud, ingenio, alivio, sonrisa, esperanza.

Tú eres, Señor, la causa de mi alegría. Si los Apóstoles se sentían tan bien contigo, no creo que haya sido por tu severidad, sino por tu buen carácter, por tu buen humor.

Que sepa reírme de mí mismo, el primer peldaño del buen humor.
Que nunca me ría de los demás, el primer peldaño de la tristeza.

Ante la seriedad, un poco de soltura. Ante la rigidez, un poco de flexibilidad interior.

Que sepa tener buen humor hará de mi vejez un camino de luz; sabré entusiasmar a otros, sabré reírme con otros.

Amén.




(Tomado del libro "Oraciones para las personas mayores" del P. Ernesto Giobando S.J.)

jueves, 3 de mayo de 2018

AVIVAR LA LLAMA


Avivar la llama



Hoy te ofrezco una parábola moderna que te descubrirá una verdad que fue expresada así por Jesús: “No podéis servir a Dios y al dinero”. La prueba que todos debemos afrontar en esta vida pasajera es la de elegir con sabiduría dónde poner el corazón. Debemos hacer una opción entre los bienes transitorios de esta vida  y Dios, amado con toda nuestra alma.

Un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas y cultivar una profunda religiosidad. Movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano. ”Majestad, —le preguntó en la audiencia—, ¿cómo hace para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?” El rey le dijo: "Te lo revelaré si recorres mi palacio para apreciar mis riquezas. Pero, llevarás una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré". Concluido el paseo, el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas?" La persona respondió: "No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara".  El rey le dijo: "Ése es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas”.

“Avivar la llama interior”, de eso se trata, de tener un amor tan firme a Dios que siempre lo tengamos en el primer lugar de nuestro afecto, preocupaciones, tiempo… Hay un motivo fundamental para eso: Dios nos ama tanto, se ha jugado tanto por nosotros, que no nos queda sino organizar toda nuestra vida como respuesta coherente a su inmensa bondad.



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 30 de abril de 2018

EL TORDO GOLOSO


El tordo goloso




No hay cosa que tranquilice tanto el corazón como tener dominio de sí mismo. Es la mejor preparación para el combate de la vida. Sufrir una ligera palabra, condescender con la voluntad del prójimo, excusar una indiscreción, mortificar un deseo peligroso, he aquí un elenco de actos virtuosos al alcance de todo el mundo y que se te presentan a cada paso.

Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirtos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a abandonarlo. Un jovenzuelo que cazaba pájaros observó que el tordo se acostumbraba al lugar. Un día lo esperó escondido y lo hirió con su honda. Entonces el tordo, viendo próximo su fin, exclamó: — ¡Desgraciado de mí! ¡Por el placer de comer me he privado de la vida! (Esopo)

Serás maduro cuando normalmente tengas la habilidad de controlar los deseos desordenados. Otro signo de madurez es la capacidad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo. Acepta el desafío de transformar este año en un año de crecimiento.



* Enviado por el P. Natalio
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