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sábado, 5 de agosto de 2017

OVEJAS CRITICONAS

Ovejas criticonas



“Cuando te hiera la maledicencia, —dice Cicerón— consuélate pensando que no son los peores frutos los que pican las avispas”. Nos sucede que somos excesivamente perspicaces para detectar los mínimos defectos ajenos, pero nos volvemos muy ciegos para descubrir nuestras propias debilidades y falencias y, si las vemos, somos hábiles en disculparlas.

Mientras desfilaba la majada, al salir del corral, un carnero que caminaba solo, escuchaba la conversación de dos ovejas que iban detrás de él. Hablaban de sus compañeras y criticaban sin piedad a todas las que pasaban cerca de ellas. «¡Qué facha! ¡Qué modo de caminar! ¡Qué lana fea! ¡Qué gorda! ¡Qué flaca!» y mil otras cosas peores, algunas. El carnero, pensando al oírlas, que quienes así hablaban no podían ser sino un compendio de la hermosura ovejuna, se dio vuelta, dispuesto a admirar, y se encontró con dos ovejas horrorosas que casi lo asustaron (G. Daireaux)

“Encontré a un hombre de buenas cualidades —relata el P. Alfonso Milagro— que casi las maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: “Porque hacen sombra y eso no me lo perdonan”. Casi siempre detrás de la crítica está la envidia por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos para nosotros.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 4 de agosto de 2017

EL TAXISTA TRANQUILO

El taxista tranquilo



No tengas miedo al silencio. Vitalizará tu mente y tu sistema nervioso, dará solidez y fuerza expresiva a tus palabras. Es un tiempo para buscar el equilibrio interno y el reencuentro consigo mismo y con Dios. Regálate de vez en cuando estas saludables inmersiones en la soledad y el silencio.

Un escritor cuenta que una vez tomó un taxi para llegar a tiempo a un compromiso. ¡Tuvo una sorpresa! El taxista realizaba su trabajo mientras escuchaba música instrumental. Llevado por la curiosidad le preguntó el motivo de algo tan inusual. —Es muy sencillo, -contestó el taxista-, así me siento tranquilo. Y añadió: —Usted no es el primero en reparar en el detalle de la música, y lo notable es que la mayoría de los que viajan conmigo hacen el mismo reparo. Algunos incluso se ponen tan furiosos y violentos, que abandonan el coche.

De vez en cuando y por un lapso de toda una mañana o de una tarde entera, sumérgete en baños de soledad y silencio. Es una disciplina excelente que fortalecerá tu espíritu y te ayudará a encontrarte con tu ser más profundo y verdadero. No le temas a la soledad. Aprende a amarla.


* Enviado por el P. Natalio

miércoles, 2 de agosto de 2017

DONANDO SANGRE


Donando sangre 



Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford, conocí a una  niñita llamada Luz que sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermanito de 5 años, que había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor explicó la situación al chiquillo, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermanita. Yo lo vi dudar por solo un momento antes de tomar un gran aliento y decir: “Si, lo haré, si eso salva a Luz”. Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, y sonreía mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana, viendo cómo retornaba el color a las mejillas de la niña. Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció.

Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: ¿A qué hora empezaré a morirme?  Siendo tan niño, no había comprendido al médico; él pensaba que le daría toda su sangre a su hermanita. Y aun así se la daba.


* Enviado por el P. Natalio

lunes, 31 de julio de 2017

VENGAN A MÍ


Vengan a mí


Jesús Salvador te ofrece descanso, orientación y seguridad. Él es fuerza y poder de salvación, de vida y gozo sin fin. Por la fe y el amor, unidos al Salvador, nuestra vida se potencia. Como el metal, sumergido en el fuego, se pone incandescente, así tu vida se hace ardiente al unirse a Jesús, que vino a traer fuego a la tierra. Él te dice:

“Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Vengan a mí todos los que están deprimidos y agobiados, y yo les daré alivio. Vengan a mí todos los que están desorientados y sin sentido, yo soy el camino. Vengan a mí todos los que están en tinieblas y sombras de muerte, yo soy la luz. Vengan a mí, mansos y humildes, y encontrarán un remanso para su alma. Jesús”

Como la lámpara eléctrica, fría e incolora, irradia de repente claridad, así te transformarás desde dentro de tu alma al contacto de la gracia santificadora de Jesús. Como la naturaleza se anima bajo los bienhechores rayos del sol, así tu vida se desarrollará bajo el influjo salvador de Jesús. “El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto”, dijo el Señor.


* Enviado por el P. Natalio

CUÁL ES NUESTRO TESORO?


¿Cuál es nuestro tesoro?



Dice el Señor que el Reino de Dios es como “un tesoro escondido en un campo”.  Tal vez quisiéramos preguntar: ¿quién esconderá un tesoro en un campo?  Ahora en el tiempo de cerraduras y bancos, nadie lo hará.  Pero en los tiempos antiguos las cosas eran diferentes.  Los ladrones podían dejar la casa vacía de cualquier objeto de valor.  Por eso, los dueños solían enterrar sus tesoros en un rinconcito marcado del campo.  Una mejor pregunta para nosotros es: ¿qué es nuestro tesoro?

Para mí una cosa muy valiosa es el tiempo.  Trato de llegar a cada compromiso a la hora exacta para que no pierda ni cinco minutos de mi tiempo precioso. A lo mejor cada uno define su tesoro en una manera individual.  Pero podemos abstraer algunos constantes para los diferentes grupos de edad.  Los jóvenes buscan como su tesoro a un compañero de vida que es ameno y, sobre todo, guapo.  A los adultos les importa la estabilidad.  Quieren ingresos que proveen las necesidades de la casa y una casa que no perderá su valor con el tiempo.   Los mayores se preocupan por la salud.  Desean evitar el dolor y prolongar la vida tan mucho como posible.

En la antigüedad antes de Cristo se consideró la sabiduría como el tesoro más precioso.  Valió la pena vender todo lo que se tenía para hacerse sabio.  Con la sabiduría nuestros tesoros se modifican.  Los jóvenes no consideran la belleza como la cualidad número uno en una pareja sino la capacidad de amar.  Es decir, se dan cuenta de que la disposición a poner el bien del cónyuge primero vale más que una figura perfectamente proporcionada.  La sabiduría enseña a los adultos que la estabilidad queda más en lo moral que en lo material: más en tener el respeto mutuo entre los familiares que en tener un cuarto para cada hijo, más en dar la reverencia a Dios que en tomar vacaciones en la playa.  Los viejos se aprovechan de la sabiduría por reconciliarse con Dios y con los demás para que mueran en la paz.

Jesús reemplaza la sabiduría con el Reino de Dios.  No es que los dos difieran mucho; pero el Reino de Dios ofrece un matiz más contundente.  El Reino de Dios mueve al joven buscar primero en una pareja el amor para Dios: que él o ella jamás haría algo ofensivo al Señor.  Le conduce al adulto a confiar en Dios como el cimiento de su casa por guardar sus mandamientos, venga lo que venga.  Al mayor el Reino exige una entrega más o menos completa: que acepte cada día como un regalo de Dios y el sufrimiento como modo de juntarse con Cristo en la salvación del mundo.

Nosotros cristianos reconocemos a Jesús mismo como el cumplimiento del Reino de Dios.  Cuando abrazamos a él como nuestro salvador, se nos acoge en el Reino de su Padre.  Podemos proponer una parábola para explicar esto.  Jesús es como piedra.  Cuando somos jóvenes, él es el diamante más precioso a darse a nuestra novia.  Como adultos él es el cimiento del amor sobre que construimos nuestra casa.  Y cuando nos ponemos viejos, él es la roca que nos aferramos cuando sopla el aire de la muerte.  Jesús es la roca para aferrarse siempre.

P. Carmelo Mele O. P.

domingo, 30 de julio de 2017

DANDO ES COMO RECIBIMOS


Dando es como recibimos



El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás. encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.

El científico Luis Pasteur anduvo siempre escaso de dinero para sostener su Instituto de Investigación. Un día, acudió a la señora Bondicant, dueña de una gran cadena de almacenes, para pedirle su apoyo. La señora recibió al investigador y éste le expuso el motivo de su visita. Al final, la dueña de la empresa le dijo: —Ya he aportado mi ayuda a tanta gente que pide. Usted perdone, de todos modos le daré algo para su obra. La señora salió y regresó con un cheque firmado. Pasteur lo miró antes de dar las gracias, y quedó asombrado. El cheque era por un millón de francos. La señora se adelantó y le dijo: —¡Gracias, profesor, por acordarse de mí! ¡Gracias por darme la oportunidad de compartir!

Cada día puedes ser generoso en acciones pequeñas. Este propósito abre el corazón poco a poco, y descubres admirado que nunca pierdes. Por el contrario te fortaleces y puedes superar el temor de ser vulnerable. Practicar la generosidad ejercita al corazón: cuanto más se da, más se fortalece. Recuerda que Jesús dijo: “Hay más alegría en dar que en recibir”.


* Enviado por el P. Natalio

sábado, 29 de julio de 2017

BETANIA, LUGAR DE ENCUENTRO


Betania, lugar de encuentro



El Evangelio según San Lucas nos muestra a Jesús en Betania, en la casa de Marta, María y Lázaro, en ese lugar de descanso, donde el Señor se detenía en su andar de un lado a otro, anunciando la Buena Nueva del Reino, curando, consolando, comprendiendo, amando…Entrando en ella, contemplamos a María, sentada a los pies del Maestro (Lucas 10,38-42), escuchando atentamente esas palabras que penetran en sus oídos y son semillas sembradas en su corazón donde germinará la fe, transformada en frutos de amor.

También allí, podemos observar a Marta, su hermana, trajinando ansiosamente, ocupada en los quehaceres domésticos, atenta a la limpieza de la casa, a la preparación de la comida, a la hospitalidad que desea brindarle al amigo que llega cansado del camino. Su paciencia ante la actitud, que ella considera pasiva, de María llega al límite. Está molesta porque necesita ayuda y ve que su hermana está ausente con su mente y su corazón de ese lugar geográfico.

Es por ese motivo que se queja. No entiende cómo a Jesús no le preocupa, cómo el Maestro no ve la necesidad de colaboración que ella tiene, en ese momento. “Dile que me ayude”, dice, pidiendo que Jesús tome partido a favor de ella. Y se sorprende, seguramente, cuando no encuentra la respuesta esperada, sino todo lo contrario, ya que Jesús le asegura que todas sus preocupaciones son innecesarias, que María eligió mejor, porque no la distrae otra cosa que no sea rendirle el homenaje de la escucha atenta, eligió aquello que permanecerá en ella para siempre, aquella parte que nadie podrá quitarle.

No podemos creer que Jesús, que es toda comprensión  y que valora infinitamente los gestos de amor más humildes, desprecie el trabajo, el esfuerzo, la dedicación de Marta. Pero es verdad que Él no iba a estar allí siempre, estaba de paso. Y los quehaceres domésticos podían esperar. La Palabra de Dios es prioritaria. No es difícil reconocer a Marta y a María en distintas situaciones de nuestra vida. Y escuchar al Divino Maestro, señalándonos el camino correcto.

Cuando muere Lázaro, el hermano de Marta y de María, nos encontramos nuevamente con Jesús en Betania, en la casa de los amigos. ¡Cuántas veces en nuestras vidas escuchamos la afirmación, generalmente dirigida a los niños de que los hombres no lloran! ¡Gravísimo error! El hombre más hombre, Cristo, lloró (San Juan 11,35). Se conmovió, se turbó y derramó lágrimas de dolor. Lloró por el sufrimiento de las hermanas. Lloró por la muerte del amigo.

Las lágrimas son un regalo de Dios que purifica nuestros ojos y nuestro corazón. Son perlas valiosas, liberadoras, generadas por el sufrimiento, aunque también pueden derramarse lágrimas de alegría, son un cable a tierra que nos evita cortocircuitos interiores.

“Gracias a la vida que me ha dado tanto, que me ha dado la risa y me ha dado el llanto”, dice la canción. San Agustín reconoce que lo único que nos puede consolar en esta sociedad humana tan llena de trabajos y errores es la fe no fingida y el amor que se profesan unos a otros los verdaderos amigos. Y Jesús afirma: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (San Juan 15,13). Y Él la da.

Podemos pensar que Betania es nuestro corazón y encontrar allí a Jesús, vernos reflejados en Marta, en María, en Lázaro. Podemos sentir la presencia del Señor, buscando un lugar para descansar, para dialogar con la confianza que lo hacen los amigos, sin secretos, francamente. Podemos tener la certeza de que Jesús está con nosotros, en medio de nosotros, esperando que lo recibamos con la alegría y hospitalidad que se les brinda a los amigos.

El Papa Francisco, el 27 de marzo de 2013, en la Audiencia en San Pedro, decía: “Jesús no tiene casa porque su casa es la gente, somos nosotros; su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios”.

Qué bueno celebrar la amistad, dándole gracias a Dios por los amigos y rogándole al Divino Maestro, al Amigo Fiel, que nuestro corazón sea lugar de encuentro, que tenga siempre las puertas abiertas como el hogar de Betania para recibirlo con la fe, la alegría y la hospitalidad que caracterizaba a sus habitantes.

© Ana María Casal

viernes, 28 de julio de 2017

SE COMPRA TODO CON DINERO?


¿Se compra todo con dinero?



Jesús señaló la seducción de las riquezas como un peligro que asecha al hombre: “No pueden servir a Dios y al dinero”. Sin duda es un medio importante para nuestra vida y los objetivos que nos proponemos. Pero hay que estar alerta para no poner el corazón en las riquezas. El creyente está invitado a confiar más en la Providencia de Dios, que vela con bondad por nosotros.

Con el dinero puedes comprar una casa, pero no un hogar; la comida, pero no el apetito; una cama, pero no el sueño; un libro, pero no la sabiduría; el lujo, pero no la belleza; la compañía, pero no el amor; la diversión, pero no la alegría; un crucifijo, pero no la fe; un magnífico ataúd, pero no un lugar en el cielo. Preocúpate primero por las cosas de Dios. No siempre te dará todo lo que pidas, pero siempre te dará todo lo que necesitas.

Detrás de estas afirmaciones hay una constatación que Saint Exupery dejó en su famoso libro: “El Principito”: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y lo esencial son esos valores intangibles que el dinero por sí mismo no puede apropiarse, como la paz del hogar, la serenidad de la conciencia, la sensatez que es sabiduría, el amor sacrificado, la belleza del alma.


* Enviado por el P. Natalio

LA TIERRA DEL AMOR


La tierra del amor
Los fuertes y los débiles, bien cultivados, pueden crecer y ayudarse mutuamente en el camino del existir humano.


Por: P. Fernando Pascual L.C. | Fuente: Catholic.net 




Esta es la historia de dos garbanzos. Uno era genéticamente deforme, débil, enclenque, destinado a un futuro incierto, quizá a una muerte prematura. El otro era fuerte, lleno de vida, con un DNA lleno de perfecciones y conquistas evolutivas. Un supergarbanzo, en pocas palabras.

La cosa es que el primer garbanzo cayó en manos de un campesino atento, que reconoció en seguida los defectos de su semilla. No quiso lanzarlo sin más; decidió darle el cuidado conveniente. Lo sembró en un invernadero de calidad, le dio fosfatos y vitaminas, lo regó con más atención que a las demás plantas, y lo sacó al aire puro en el momento más propicio del año.

El “supergarbanzo”, sin embargo, con ser tan bueno, cayó en manos de un campesino despistado, que se confió en la potencialidad de aquella semilla extraordinaria. La sembró en el primer rincón de su campo, la regó poco, no la protegió de los caprichos del tiempo, ni le dedicó un dólar para abonos o sustancias estimulantes.

Los resultados, como era de esperar, “contradijeron” los datos de partida. El garbanzo deficiente se desarrolló en una planta no extraordinariamente bella, pero lo suficientemente fecunda como para premiar los esfuerzos del campesino previsor. El otro, debido a dos granizadas y a no pocos inconvenientes, quedó tan herido que daba más pena que descendencia fecunda...

Desde luego, la historia podría ser invertida totalmente. Lo que nos pueden enseñar estos garbanzos, sin embargo, transciende con mucho las leyes de la biología, desde luego sin contradecirla, cuando lo aplicamos al mundo de los hombres.

Platón, antes de que se descubriesen las leyes de la genética o se empezase a soñar en el control del genoma humano, ya había intuido que una naturaleza humana dotada de cualidades excepcionales en un ambiente de corrupción, podría dar lugar a personas pervertidas, dañinas, quizá incluso criminales o delincuentes.

Podemos añadir nosotros que también una naturaleza “mediocre”, puesta en condiciones educativas adecuadas (una buena familia, una escuela con maestros y compañeros honestos y solidarios) puede llegar a resultados no sólo “aceptables”, sino buenos en lo que se refiere a la educación de un ciudadano honesto, de un esposo o esposa fiel, de un padre o madre de familia entregado a sus hijos y de un profesionista cualificado.

Por desgracia, hoy se está difundiendo una mentalidad que busca la mejora “genética” de la especie humana, que llega incluso a proponer el aborto y el infanticidio de quienes tienen graves deformaciones cromosómicas o físicas, como si el ser hombre se redujese al tener una buena dotación de ADN (DNA en inglés).

El hombre, es verdad, depende de la estructura corporal, pero es mucho más que eso. Con amor y con un seguimiento educativo adecuado, es posible que personas que podrían vivir relegadas lleguen a integrarse en la sociedad como seres profundamente “útiles” y fecundos. No ofrecerán siempre prestaciones materiales: habrá discapacidades que impidan realizar cualquier trabajo productivo o cultural. Pero el testimonio de una vida de sufrimiento interpela, llama a todas las conciencias, y nos pone ante el misterio del vivir.

¿Es que no hay personas sanas que sufren psicológica o afectivamente mucho más que otros seres que viven buena parte de su existencia entre hospitales y sillas de ruedas? ¿Es que no hay artistas que viven, incluso en la cumbre del éxito y del clamor popular, una extraña soledad y vacío profundo, en esos momentos en los que consideran el valor de su existencia?

Una vida social no puede prescindir de la virtud de la solidaridad. Esta virtud tiene siempre una doble dirección, también ante el dolor y la discapacidad: del “fuerte” hacia el “débil”, y del “débil” hacia el “fuerte”.

Hace falta reconocer que los “fuertes” necesitan el apoyo de los “débiles”, pues no tiene precio el cariño que un ser humano puede otorgar a otros. También el enfermo puede y debe amar. Impedírselo “en nombre de la piedad” es señal de no haber entendido lo que significa ser hombre.

Por eso resulta urgente permitir que cualquier vida, sana o enferma, blanca o negra, rica o pobre, pueda crecer en buena tierra, pueda desarrollarse en la tierra del amor. Así será posible que tanto el garbanzo "perfecto" como el garbanzo "defectuoso" sean tratados de modo correcto, y cada uno contribuirá a la maravillosa armonía de un mundo abierto a todos.

jueves, 27 de julio de 2017

LA ORACIÓN DE LA SEMILLA


La Oración de la Semilla
Por: Claudio de Castro | Fuente: Catholic.net 




Anoche me ocurrió algo curioso. En vez de soñar, recé.

Fue una oración diferente.

Soy una semilla Señor.
Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos.

La repetí una y otra vez, hasta que desperté.

No comprendí bien su significado hasta que reflexioné en esta parábola:

“Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?" Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas” (Lucas 13:6-9).

Entonces lo supe: "por sus frutos los conoceréis" (Mt 7,16).

Tomé papel, un bolígrafo y escribí.


“LA ORACIÓN DE LA SEMILLA”

He visto una semilla Señor,
que ha caído en la vereda del camino.
Tú la creaste.
¿Qué hace allí?

Espera la tierra fértil,
La lluvia del invierno
La brisa del verano.

Si no los encuentra,
¿dónde podrá germinar?

Un niño pasa cerca, pero no la ve.

El viento la mueve a su gusto,
de un lado a otro.

Debe germinar, y crecer
y dar frutos. Para eso la creaste.

Soy como esa semilla Señor.

El viento me lleva de un lado a otro
y aún no vivo, según tu voluntad.

Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos para ti.

Señor yo también quiero germinar y crecer.
Quisiera hacer tantas cosas y no puedo.

Reconozco mi inutilidad.
Sin ti, ¿qué puedo hacer?

Tú lo has dicho: “Sin mí no pueden nada”.
Y yo, sin ti, nada puedo.

Soy una semilla Señor.
Siémbrame en tu Corazón,
para que pueda germinar
y dar frutos.

miércoles, 26 de julio de 2017

DAR Y DARSE


Dar y darse



La generosidad es una virtud que te pone en sintonía con Dios que es todo amor y donación de sí mismo. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das.

El gran secreto está en dar. Aprende, pues, y la vida te recompensará con creces. Dale a tu prójimo una parte de tu tiempo, de tu dinero, de tu comprensión, de tu simpatía, de tu estimulo. De cierto te digo que a cambio recibirás algo valioso. Más al dar no esperes una recompensa inmediata y material. Por misteriosos caminos infalibles, el Supremo Dador te lo ofrecerá multiplicado y en su momento oportuno. A fin de cuentas, el negocio más productivo del mundo es dar (Clement Stone).

El propósito de actuar con generosidad abre el corazón poco a poco, y descubres admirado que nunca pierdes. Por el contrario te fortaleces y puedes superar el temor de ser vulnerable. Practicar esta actitud ejercita al corazón: cuanto más se da, más se fortalece. Recuerda que Jesús dijo: “Hay más alegría en dar que en recibir”.


* Enviado por el P. Natalio

martes, 25 de julio de 2017

LA VIDA TE SONREIRÁ


La vida te sonreirá



No tomes a la vida como una carrera. No es la vida una competencia hacia una meta de llegada. Dios no quiere que llegues a El por lógica inercia o con apuros fanáticos. No quiere que al final de la vida digas: "solo se trataba de esto y nada más". No.

La vida es más que la suma de seres vivos, la vida es un tesoro compartido, un brillante tiempo que ilumina al universo mismo en cuanto te ha sido dada, porque allí es donde nace la esperanza, donde hay un soplo de vida cálido, un soplo de eternidad.

La vida es la sonrisa de una madre en el recuerdo, es la palabra y la mirada de nuestro padre, llena de comprensión y misterio que nos habla en algún rincón de la memoria. La vida es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea cuando estamos en familia. Lo comprobamos en alguna fiesta, cuando nace un nuevo integrante, cuando se casa un pariente. Los ojos llenos de esperanzas, la piel fresca de alegría. La vida es un abrazo temprano a quienes queremos y un beso sincero en el encuentro.

Cuando aprendas a ver el corazón de las cosas, cuando veas con los ojos del alma la razón de lo que no tiene razón, entonces comprenderás que la vida es más que la suma de sus partes, que es la esencia misma bailando en el espacio, cantando en el viento, mojándote en la lluvia, abrigándote en el silencio de una noche fría frente al fuego. Comprenderás que el otro tiene las mismas inquietudes, los mismos miedos ocultos, que también siente respeto por algo, que alberga culpas que no logra sacar, sonrisas que no puede brindar, ganas de ser querido, ¡tantas cosas! .... tantas.... como también tienes tú.

Verás que el otro es parte de tu vida y tú vives porque hay otro que vive para verte, que aprendiste muchas cosas, porque otro te las enseñó. Tus padres, tu escuela, tus amigos, la vida misma. Comprenderás que la vida es siempre un camino que solo se hace al caminar con la mirada franca y un beso lejano esperándonos en algún horizonte. Sabrás que transitamos por un sendero único e irrepetible porque es la huella que vamos haciendo en el mundo, nuestra marca, nuestra señal, que escribimos en los renglones de un relato compartido. Y tan solo de nosotros depende un verso mejor, una gran alegría, una palabra triste, un momento de olvido o una canción de amor, de nosotros depende elegir la forma de mejorar nuestro rumbo y que cada día sea un canto al sol.

La vida es para aprender a amar y a perdonar, a olvidar cuando debemos olvidar, a recordar cuando debemos recordar. La vida es para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias, para que pensemos en los frutos de nuestros actos y veamos claramente, sin ningún tipo de adorno ni justificaciones oportunistas lo que hemos hecho en el tiempo y todavía, si podemos, volver sobre nuestros pasos para cambiar alguna situación.

No ocupes tu tiempo en ver solo el aspecto negativo de las cosas... sueña, imagina, planea una salida, invita a alguien a comer a tu casa, da un abrazo y ríete con las personas que sonríen, ama con las personas que aman, alégrate con quienes te alegren el día, haz las cosas simples porque en los simple brilla una pequeña luz que se hace fantástica e inmensa a los ojos de quien atesora ilusiones.

Nunca hagas o digas algo que resulte demasiado duro a alguien solitario, porque aunque a ti te parezca que en circunstancias normales, cualquiera lo tomaría con naturalidad, una persona solitaria podría verse herida mortalmente, pues su mente y su corazón son más sensibles a las influencias del exterior. Trata de llevarle un motivo de felicidad, un minuto de alegría, un momento de amor y te lo agradecerá infinitamente.

Sabes, la felicidad es pariente de la belleza y la belleza es el rostro de la verdad. Cuando descubrimos una verdad, descubrimos algo bello, y lo bello solo puedo regocijarnos en el alma porque la verdad y la belleza son atributos de Dios. No pienses en aquello de que la verdad es "dura", lo duro, feo o desagradable no es la verdad, eso se llama realidad, la que el ser humano crea todos los días con su insistente capacidad de nombrar y clasificar las cosas. La verdad es otra cosa, la verdad es el motivo de la felicidad y la libertad, porque nos libera de fantasmas y dudas al caminar, porque nos hace bellos si la sabemos cuidar, porque es el final del camino al que hemos de llegar.

La vida es un encuentro entre Dios y tú. Disfruta tu tiempo sabiendo que el pasado y el futuro son instantes de una realidad que se actualiza de acuerdo a tu conciencia, la cual se enciende a cada instante e ilumina lo que toca, lo que ve y hasta lo que niega.

Recuerda que la vida es más que la suma de seres vivos, es un tesoro compartido del cual formas parte. Cuando comprendas esto, llenarás tus pulmones vacíos con un soplo de eternidad y serás uno con la vida, y la vida te sonreirá.

EQUIPAJE


Equipaje




Cuando tu vida empieza, tienes apenas una pequeña maleta de mano...

A medida en que los años van pasando, el equipaje, va aumentando poco a poco.

Porque existen muchas cosas, que recoges por el camino... porque piensas que ellas, son importantes...

En un determinado punto del camino , comienza a ser insoportable cargar tantas cosas, en verdad pesan demasiado...

Entonces, puedes escoger:

Permanecer sentado a la vera del camino, esperando que alguien te ayude, lo que es muy difícil...

Pues todos los que pasen por allí , ya traerán su propio equipaje. Puedes pasar la vida entera esperando y esperando...

O puedes disminuir el peso, eliminando lo que no te sirva, pero...qué tirar???...

Empiezas tirando todo para afuera y viendo lo que tienes dentro...

Amistad... Amor... Amor... Amistad...

Bien!!!, tienes bastante, es curioso... no pesa nada!!!

Mas tienes algo pesado...

Haces un gran esfuerzo , para tirar...La RABIA - Cómo pesa!!!

Empiezas a tirar y tirar, y aparecen la INCOMPRENSIÓN, el MIEDO, el PESIMISMO...

En este momento, el DESANIMO casi te empuja hacia dentro de la maleta...

Pero tu, empujas para afuera con toda tu fuerza, y aparece una SONRISA, que estaba sofocada en el fondo de tu equipaje...

Sacas otra sonrisa y otra mas, y entonces sale la FELICIDAD...

Colocas las manos dentro de la maleta y sacas la TRISTEZA...

Ahora, tienes que dejar la PACIENCIA dentro de la maleta, pues vas a necesitar bastante...

Procura entonces , dejar también:

FUERZA, ESPERANZA, CORAJE, ENTUSIASMO, EQUILIBRIO, RESPONSABILIDAD, TOLERANCIA y BUEN HUMOR...

Tira la PREOCUPACIÓN también o déjala de lado, después piensas que hacer con ella...

Bien, tu EQUIPAJE está listo, está para ser usado de nuevo!!!

Mas piensa bien en lo que vas a colocar dentro, ahora es para ti!!!...

Y no te olvides de hacer esto muchas veces, pues el camino es muy, muy largo por recorrer...

lunes, 24 de julio de 2017

EL PAVO REAL Y SUS ADMIRADORES


El pavo real y sus admiradores



Te invito a reflexionar hoy sobre la vanidad humana. “La cola del pavo real honra al que la creó; pero, el pavo no tiene nada que ver en ello” (J. Leclercq). “El vanidoso es como un gallo que se imaginase que el sol sale para oírlo cantar”. “Vasito de barro: ¿por qué te quieres poner tan alto? ¿No ves que si te caes, te quiebras? ¿No sabes que el aroma de tus flores se percibe mejor si estás abajo?” (V. Gar-Mar).

El pavo real, con la cola desplegada, erguido en un delicioso cuadro de prados verdes, de aguas relucientes y de arbustos, parecía sacudir alrededor suyo, bajo los rayos del sol, una lluvia de pedrerías, un rocío de esmeraldas, de zafiros y de oro. Lo rodeaba un gran círculo de admiradores extasiados, y él gozaba de veras. Pero se le ocurrió a uno de los que allí estaba decir en voz alta que también era muy lindo el faisán dorado. Por cierto, no le quitaba al pavo real nada de su mérito, y sin embargo se quedó éste tan triste, casi como si le hubieran llamado feo. Muchos pavos, que no siempre son reales, así piensan que el mérito ajeno rebaja el de ellos. (G. Daireaux).

Guárdate de la vanidad, del afán de figurar y ser tenido en cuenta, pero no dejes de hacer el bien por temor a la vanidad. Una vez santa Teresa se vio tentada de dejar obras buenas que hacía, a causa de recibir grandes elogios por eso. Entonces dirigiéndose a la vanidad, le dijo: “lo que no empecé por ti, no lo voy a dejar por ti”.



* Enviado por el P. Natalio

HÉROES ANÓNIMOS

Héroes anónimos
Héroes anónimos que supieron luchar y trabajar silenciosamente por la difusión de las obras de Dios.


Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org 



A lo largo de los siglos, antes y después de los tiempos de la Redención, Dios le ha hablado a los hombres y ha derramado visiblemente Sus Gracias, de modos diversos. Este hecho resulta evidente cuando se estudia la vida de los santos: ellos no vivieron ni murieron siendo considerados santos (salvo honrosísimas excepciones) sino que fueron elevados a los altares años, décadas o aún siglos después de su muerte. Y en el periodo intermedio, siempre existió algún grado de oposición de consagrados y laicos al reconocimiento de su santidad, de su conversión profunda y verdadera, de los milagros generados por su intercesión, de las revelaciones Celestiales por ellos recibidas, del contacto con el mundo sobrenatural que Dios les concedió a varios de ellos.

Muchos son los ejemplos de tribulaciones, demoras prolongadas y sufrimientos previos a la elevación a los altares: baste mencionar a Sor Faustina Kowalska, o a San Juan Diego, a San Luis Grignon de Montfort, o al Santo Cura de Ars, entre muchos otros. Se puede decir que las obras suscitadas por éstas almas santas debieron superar una purificación, una prueba de fuego, antes de ser ellos reconocidos y elevados a la santidad por la Iglesia, para nuestro gozo. ¡Recordemos la alegría que vivimos cuando fuera Canonizado el Padre Pío, o la Madre Maravillas, o la Madre Teresa de Calcuta, o tantos otros que nos ha regalado nuestro amado Juan Pablo II, el que sin dudas merecerá ser elevado a los altares algún día!.

Y algo similar ha ocurrido con el origen de los santuarios testigos de las apariciones Marianas: mucho se ha debido esperar en varios casos, muchas objeciones debieron ser superadas, mucha oposición y negación debió ser pacientemente enfrentada con amor y tolerancia. Basten recordar los sufrimientos de los pastorcitos de Fátima, de Bernardita en Lourdes, de Melanie y Maximin en La Salette, de Santa Catalina Labouré en la Rue de Bac, origen de la Medalla Milagrosa.

Hoy quiero invitar a agradecer a todos esos héroes anónimos que supieron luchar y trabajar silenciosamente por la difusión de esas obras de Dios, durante años y años. ¿Acaso creemos que las canonizaciones y los reconocimientos formales de la Iglesia a las advocaciones Marianas fueron obra directa y automática realizada por la Mano de Dios?. Como siempre, El se sirve de hombres y mujeres de buen corazón que están dispuestos a luchar valientemente por Sus causas, que entregan a Dios su propia voluntad. Hablamos de gente que creyó cuando todo decía que había que claudicar. En todas estas obras de Dios hubo almas valerosas que en algún momento enfrentaron la oposición formal de hombres de la iglesia, de consagrados o laicos. Ellos debieron en muchos casos luchar contra la incomprensión y el rechazo hacia quienes defendían. ¡Que coraje y amor por Dios hay que tener en el momento en que algunos dicen que no, que lo que defiendes no es obra de Dios, que es un error, que no debes seguir adelante!. Pareciera que para alguna gente resulta difícil aceptar que una persona, de carne y hueso, con virtudes y también defectos, pueda ser santa. Y también resulta difícil de aceptar por otros que Dios siga hablando a los hombres, como fue durante siglos y siglos.

Y sin embargo, éstas almas valientes creyeron, siguieron adelante, respetuosa pero consistentemente. No bajaron los brazos, continuaron argumentando y defendiendo lo que consideraron digno de su sacrificio personal, en muchos casos donando sus propias vidas. Humillaciones, acusaciones, ser segregados de algunos ámbitos, sufrir presiones familiares, muchas son las cruces que llevaron éstas almas anónimas, pero valientes. ¿De donde salió su convicción, su fortaleza?. No cabe duda que éstas fueron almas iluminadas por el Espíritu Santo, que supieron escuchar a su corazón y actuar a conciencia, con amor y perseverancia. Algunas de ellas pudieron ver el final de la obra en vida, otras sin dudas lo festejaron en el Cielo, en compañía de la verdadera Familia.

Hoy, como entonces, hay almas valientes que luchan por la causa de Dios, aquí y allá. Las causas por las que luchan son diversas, ya que Dios ha suscitado una cantidad creciente de Viñas en las últimas décadas. A ellas va el homenaje y el agradecimiento. Dios premiará sin dudas su valentía y coraje, ya que el amor que impulsa sus corazones lavará muchos de sus pecados y errores. ¡Qué buena causa para ser abrazada, qué buen destino para nuestra vida, qué lindo es poder luchar a favor de la Voluntad de Dios!.

SOMOS LO QUE AMAMOS


Somos lo que amamos
Cuando oriento mi corazón y mi vida desde el amor, construyo mi verdadera identidad.


Por: P.Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Catholic.net 




El amor guía nuestros corazones, orienta nuestras mentes, mueve nuestras manos. El amor configura desde dentro nuestras vidas, hasta el punto de que somos lo que amamos.

Lo decía san Agustín de un modo atrevido. “¿Amas la tierra? Serás tierra. ¿Amas a Dios? ¿Qué diré, que eres dios? No me atrevo a decirlo por mí mismo. Escuchemos la Escritura: ‘Yo había dicho: Vosotros sois dioses, todos vosotros hijos del Altísimo’ (Sal 82,6)” (Tratados sobre la primera carta de san Juan, II,14).

La sorpresa es grande cuando descubrimos que Dios ama al hombre... y se hace hombre. El mensaje de la Encarnación nos dice precisamente eso: Dios, que es amor, se encarnó, habitó entre nosotros, se hizo uno como nosotros.

Por eso, cuando oriento mi corazón y mi vida desde el amor, construyo mi verdadera identidad. Seré tierra, o tecnología, o dinero, o pasiones, o guerras, o envidias, o egoísmo, si mi amor va hacia el pecado.

En cambio, seré justicia, misericordia, servicio, humildad, obediencia, si oriento mi corazón hacia amores buenos, si busco imitar a Cristo que me enseña el camino: amar hasta dar la vida por los amigos (cf. Jn 15,12 13).


A través del camino del amor, la vida alcanza su sentido pleno. Ya en este tiempo incierto adquiere una solidez única, porque enraiza en Dios y porque deja a un lado el egoísmo. Luego, llega hasta lo eterno, donde la plenitud de Dios será también nuestra (cf. Col 2,9-10).

El amor es la clave de cualquier vida humana. Si dejamos a un lado amores que destruyen y que llevan al vacío, y si escogemos amores auténticos, en los que unimos la mirada hacia Dios y hacia los hermanos, habremos logrado la meta más maravillosa de cualquier existencia: tener un corazón semejante al de nuestro Padre de los cielos.

domingo, 23 de julio de 2017

UNA BOLSA DE ZOZOBRAS


Una bolsa de zozobras




Hoy elimina de tu agenda dos días: ayer y mañana. Ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy puedas realizar. Hoy te enfrentarás a la vida con la convicción de que este día jamás volverá. Hoy es la última oportunidad que tienes de vivir intensamente, pues nadie te asegura que mañana volverás a amanecer.

Un viajero llevaba una bolsa pesada quejándose sin cesar. Nadie lo ayudaba o consolaba. Iba despacio, cuando se le acercó un ángel y le preguntó: "Hermano, ¿qué llevas ahí?" El hombre respondió refunfuñando: "Mis zozobras". El ángel sonrió con piedad y le dijo: "Veamos tus zozobras" Así lo hicieron, pero la bolsa estaba vacía. "En verdad, dijo el viajero, había dentro dos cargas muy pesadas para ser soportadas por mortal alguno; pero había olvidado que una era de ayer y se fue" "¿Y, la otra?". Preguntó el ángel. "La otra era de mañana y no ha llegado aún". Con una sonrisa compasiva le dijo el ángel: "El hombre se dobla bajo el peso de las zozobras de ayer y de mañana... El que se afana sólo por las cosas de hoy no necesita bolsa para ellas”.

Hoy ten la audacia de no dejar pasar ninguna oportunidad, tu única alternativa es la de triunfar. Hoy invierte tu recurso más importante: tu tiempo, en la obra más trascendental: tu vida; cada minuto realízalo apasionadamente para hacer de hoy un día diferente y único en tu vida.  Juan XXIII vivía la consigna de “sólo por hoy”.

* Enviado por el P. Natalio

sábado, 22 de julio de 2017

CONFÍO Y NO TEMO


Confío y no temo


“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”,  te asegura Dios.

Ya no temo, Señor, la tristeza, ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría tengo siempre tu amistad.

Ya no temo, Señor, a la noche, ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras ya no hay noche, tú eres luz.

Ya no temo, Señor, los abismos, ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino y la vida, la verdad. 

Está alerta porque vendrán tentaciones de cobardía, desanimación y desesperanza. El enemigo entrará en tu imaginación para levantar en el aire castillos de dificultades insuperables. Déjale a Jesús el cuidado de todas tus cosas y verás que todo te irá mejor. Abandónate en él y todo se resolverá con tranquilidad según sus designios. La confianza en el Señor es la clave.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 21 de julio de 2017

EL DEBER, CLAVE DE FELICIDAD


El deber, clave de felicidad



Las obligaciones asumidas constituyen lo que Dios espera de ti, porque son la expresión concreta de su voluntad. Son esas exigencias de la vida familiar, de tu trabajo o profesión, de las relaciones humanas que te envuelven. La paz y la felicidad no surgen de algunas grandes y espectaculares actuaciones, sino del cumplimiento de los deberes de cada día.

Hay un momento admirable en la vida del hombre: es cuando tomas ante tu propia conciencia el compromiso de cumplir cada día tu deber. De allí en adelante, comienzas a mirar todo desde otro punto de vista, y cada cosa cobra nueva perspectiva y nuevo valor. De allí en adelante, te abres a una nueva etapa, más hermosa y sublime, porque en tu vida ha entrado a ocupar un lugar decisivo, el deber en vez del dinero, del placer, del confort, del egoísmo indiferente. Y si el deber ocupa el primer lugar, también lo ocupa Dios, y si Dios está primero, todo está en orden. Así puedes gozar de la verdadera paz. La fidelidad al deber, a las exigencias de tus relaciones personales es fidelidad al amor, y el único acceso a la auténtica felicidad.

Tu vida, como la de todos, transcurre entre sencillas tareas. Puedes caer en el grave error de juzgarlas sin importancia y hacerlas sin implicarte con entusiasmo y amor poniendo lo mejor de ti mismo. No olvides que “no hay virtud más eminente que la de hacer sencillamente lo que tenemos que hacer”. Que descubras y vivas la felicidad y paz del deber cumplido.


* Enviado por el P. Natalio

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN


Las apariencias engañan



En una prestigiosa universidad de Sudamérica, el primer día de clase, se encontraba en la biblioteca un hombre vestido de overol, esa ropa de trabajo que usan los empleados de las fábricas, y calzaba sandalias en un día muy frío. En sus manos llevaba varios libros.

- ¿Quién es ese hombre?, era la pregunta general.
- Es un profesor de Física, y viene de Norteamérica - fue la respuesta, con la siguiente historia:

Un día este hombre llegó hasta la facultad de Física vestido del modo tan particular en que le gustaba vestir. Pidió, en un español poco fluido, una entrevista con el decano. Le indicaron que estaba en una reunión con un grupo de docentes. El hombre insistió en verlo. La secretaria lo buscó, y al rato salió el decano a verlo. Luego de saludarlo, el hombre le dijo:

- Vengo a pedir trabajo como docente de Física.

El decano miró su apariencia de arriba abajo; su aspecto era la antítesis de un profesor universitario. De pronto, el decano dibujó una leve sonrisa en su rostro y lo invitó a que lo acompañara. Entraron en una sala donde había una media docena de docentes universitarios. El decano le dijo:

- Hace poco recibimos este libro como texto guía. Estamos aquí intentando solucionar unos problemas de Física. Si usted es capaz de resolverlos, lo contrato como docente.

El hombre tomó el texto, se dirigió a una pizarra y tranquilamente comenzó a resolver uno a uno los problemas que le habían indicado. Los docentes cambiaron poco a poco la sonrisa de burla que tenían en sus rostros por una cara de asombro. Cuando terminó, el decano, atónito, le dijo casi tartamudeando:

- ¿Cómo pudo hacerlo? ¡Hemos estado aquí varios días sin poder resolver estos teoremas!
El hombre, con sencillez, simplemente respondió:

- Yo soy el autor del libro.


Moraleja:
La mejor forma de equivocarnos con las personas es juzgarlas por aspectos externos. Ninguna persona encaja fácilmente en los estereotipos que nos formulamos de ellas. Es por eso que las palabras de Dios tienen tanto valor: "No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón".

Ora a Dios para que te dé la sabiduría de no juzgar a las personas por aspectos externos sino por los principios que tienen.
A continuación, podrás leer una serie de errores humanos reales que se cometieron por juzgar inadecuadamente a la gente:

- Ronald Reagan, el ex-presidente de los Estados Unidos y ex-actor de cine, fue rechazado para el papel principal en una película de 1964 llamada “The Best Man” porque “no tenía apariencia de presidente”.

- El ballet “La consagración de la primavera“ de Igor Stravinsky, que hoy es considerado una de las obras cumbres de la música contemporánea, fue estrenado en 1913 en el teatro de los Campos Eiseos de París y el público lo atacó a naranjazos en el medio del teatro.

- Giuseppe Verdi (el autor de la Traviata, de Va pensiero, de la Donna è mobile) fue suspendido en el examen de ingreso al conservatorio por tener una mala posición de manos al tocar el piano.

- Hablando de la Donna è mobile... Verdi necesitaba un aria para terminar su opera Rigoletto y la tarde anterior al estreno aun no la había compuesto. De mal humor, compuso algo con una armonía bien básica, apurado de tiempo, que él mismo consideró bastante de cuarta. Esa aria de descarte es la Donna è mobile, una de las más populares de la música clásica italiana.

- A Johann S. Bach, los críticos de su época le aconsejaron que no intentara innovar en sus composiciones, porque para ese momento, musicalmente ya estaba todo inventado. Bach vivió entre 1685 y 1750 (antes que Mozart, Beethoven, Chopin, Tchaikowsky, Ravel, Debussy, el jazz, el rock 'n' roll, el rap, el hip hop y la música contemporánea)
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