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viernes, 8 de diciembre de 2017

PAPA FRANCISCO: CATÓLICOS Y LUTERANOS NO PUEDEN PERMITIRSE SER RIVALES


Papa Francisco: “Católicos y luteranos no pueden permitirse ser rivales”
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 07 Dic. 17 / 04:20 am (ACI).- El Papa Francisco, en un discurso dirigido a miembros de la Federación Luterana Mundial en el Vaticano, afirmó que católicos y luteranos “no pueden permitirse ser adversarios o rivales”, y exhortó a “buscar y promover una mayor comunión en el amor y en la fe”.

En su discurso, el Santo Padre hizo memoria del encuentro ecuménico que mantuvo con los miembros de la Federación Luterana Mundial en Lund el 31 de octubre de 2016 con motivo del Año de la Conmemoración de la Reforma.

Francisco señaló el motivo por el que aquel encuentro de oración ecuménica resultó tan importante para la unión de los cristianos: “Era importante encontrarse principalmente en la oración, porque el don de la unidad entre creyentes germina y florece por la gracia de Dios, no en función de proyectos humanos”.

“Sólo rezando nos podremos custodiar unos a otros –explicó–. La oración purifica, fortalece, ilumina el camino, nos hace ir adelante. La oración es como el carburante de nuestro viaje hacia la plena unidad. De hecho, el amor del Señor, que dibujamos rezando, pone en marcha la caridad que nos acerca”.

De esa oración surge “la paciencia de nuestra espera, el motivo de nuestra reconciliación, la fuerza para seguir avanzando juntos”.

El Papa continuó: “Rezando podemos vernos los unos a los otros en la perspectiva justa: la del Padre”. “En el Espíritu de Jesús, al cual rezamos, nos reconocemos como hermanos”.

Con ese espíritu de oración y de fraternidad “miramos hacia la historia pasada y damos gracias a Dios porque las divisiones tan dolorosas que nos han distanciado y enfrentado durante siglos, en los últimos decenios han confluido en un camino de comunión, en el camino ecuménico suscitado por el Espíritu Santo”.

Frente a las diferencias todavía presentes, el Pontífice destacó “la realidad presente, común, fundacional y permanente de nuestro Bautismo, que nos hace hijos de Dios y hermanos entre nosotros”.

Por último, puso en relieve el ejemplo de los mártires. “Son muchos, incluso en nuestros días, los que sufren por dar testimonio de Jesús: su heroísmo pacífico es para nosotros una llamada urgente a una fraternidad siempre más real”.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

PAPA FRANCISCO SOBRE SU VIAJE: HE VISTO EN LOS JÓVENES UN FUTURO DE FRATERNIDAD Y NO DE ARMAS


El Papa sobre su viaje: He visto en los jóvenes un futuro de fraternidad y no de armas
Por Álvaro de Juana
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa





VATICANO, 06 Dic. 17 / 04:13 am (ACI).- La catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles estuvo dedicada a su reciente viaje en Myanmar y Bangladesh, que tuvo lugar del 25 de noviembre al 2 de diciembre.

Como es ya una tradición a la vuelta de cada viaje internacional, el Pontífice hizo un balance de la visita apostólica a estos dos países de Asia y repasó lo más importante.

Myanmar

“En los rostros de esos jóvenes, llenos de alegría, he visto el futuro de Asia. Un futuro que será no de quien construye armas, sino de quien siembra fraternidad”, dijo el Papa al hablar del primer país que visitó.

Francisco recordó que era la primera vez que un Papa acudía a Myanmar, algo posible gracias a que “se han establecido relaciones diplomáticas entre este país y la Santa Sede”.

“He querido, también en este caso, expresar la cercanía de Cristo y de la Iglesia a un pueblo que ha sufrido a causa de conflictos y represiones, y que ahora está lentamente caminando hacia una nueva condición de libertad y de paz”.


El Papa también recordó que es un país en el que “la religión budista está fuertemente radicada, con sus principios espirituales y éticos, y donde los cristianos están presentes como un pequeño rebaño y levadura del Reino de Dios”, a los que pudo “confirmar en la fe”.

Francisco mencionó las dos misas que presidió en Myanmar. La primera en Yangon, y la segunda dedicada a los jóvenes: “un signo de esperanza y un regalo especial de la Virgen María, en la catedral que lleva su nombre”.

Además, contó que bendijo aquel día las primeras piedras de 16 iglesias, del seminario y de la nunciatura.

También destacó la importancia de sus reuniones con las autoridades políticas del país para “animar los esfuerzos de pacificación del país y desear que todos los diversos componentes de la nación, ninguna excluida, puedan cooperar en tal proceso en el respeto recíproco”.

Sobre su encuentro con las comunidades religiosas, afirmó que expresó “la confianza en que cristianos y budistas puedan ayudar juntos a las personas a amar a Dios y al prójimo, rechazando toda violencia y oponiéndose al mal con el bien”.

Bangladesh

Después de Myanmar, acudió a la vecina Bangladesh que cuenta con una población mayoritariamente musulmana, por lo que su visita “ha marcado un paso más a favor del respeto y del diálogo entre el cristianismo y el islam”.

A las autoridades del país “he recordado que la Santa Sede ha ayudado desde el principio a la voluntad del pueblo de constituirse como nación independiente, como la exigencia que en ella siempre existe de libertad religiosa”, dijo el Papa.

“En particular, he querido expresar solidaridad a Bangladesh en su compromiso de socorrer a los prófugos Rohingya, llegado en masa hasta su territorio, donde la densidad de población está ya entre las más altas del mundo”.


El Obispo de Roma mencionó también la Misa en Daca en la que ordenó a 16 sacerdotes, “uno de los eventos más significativos y alegres del viaje”.

Por otro lado, explicó que a los obispos del país los ha “animado en su generoso trabajo por las familias, por los pobres, por la educación, por el diálogo y la paz social”.

“En Daca vivimos un momento fuerte de diálogo interreligioso y ecuménico con el que he podido subrayar la importancia de la apertura del corazón como base de la cultura del encuentro, de la armonía y de la paz”.

También habló de su visita a la Casa Madre Teresa de las Misioneras de la Caridad, “donde la Santa se alojaba cuando se encontraba en la ciudad y acogía a muchísimos huérfanos y personas con discapacidad. Allí, según su carisma, las hermanas viven cada día la oración de adoración y el servicio a Cristo pobre y sufriente”.

Por último, el encuentro con jóvenes “rico de testimonios, cantos y danzas”. “Una fiesta que ha manifestado la alegría del Evangelio acogido por esa cultura; una alegría fecundada por los sacrificios de tantos misioneros, de tantos catequista y padres cristianos”. 

martes, 5 de diciembre de 2017

CÓMO PUEDES SABER SI ERES UN CRISTIANO HUMILDE? PAPA FRANCISCO LO EXPLICA


¿Cómo puedes saber si eres un cristiano humilde? El Papa lo explica
Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 05 Dic. 17 / 04:56 am (ACI).- El Papa Francisco, durante la homilía pronunciada en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este martes 5 de diciembre, señaló que todo cristiano debe ser humilde si quiere crecer hacia la plenitud del Espíritu Santo.

Ahora bien, “¿qué es ser humilde?”, se preguntó el Santo Padre. “Algunos pueden pensar que ser humilde es ser educado, cortés, cerrar los ojos cuando se reza… No, ser humilde no es eso. Entonces, ¿cómo puedo saber si soy humilde?”, insistió.

“Hay una señal: aceptar la humillación. La humildad sin humillación no es humildad. Humilde es aquel hombre, aquella mujer, que es capaz de soportar las humillaciones como las ha soportado Jesús, el humillado, el gran humillado”, explicó.

Cada cristiano es “como un pequeño brote donde se posará el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conciencia y de temor del Señor. Esos son los dones del Espíritu Santo. De la pequeñez se crece a la plenitud del Espíritu. Esta es la promesa, este es el Reino de Dios. Esta es la vida del cristiano”.

Francisco exhortó a “ser conscientes de que cada uno de nosotros es un brote de aquella raíz que debe crecer, crecer con la fuerza del Espíritu Santo, hasta la plenitud del Espíritu Santo en nosotros. ¿Y cuál sería la misión del cristiano? Simplemente custodiar ese brote que crece en nosotros, custodiar su crecimiento, custodiar el Espíritu”.

El Pontífice se preguntó sobre cuál es el estilo de vida del cristiano: “Es un estilo como el de Jesús, sustentado en la humildad”.

“Hace falta fe y humildad para que crezca ese brote, ese don pequeño que llegará a la plenitud de los dones del Espíritu Santo. Necesitamos humildad para creer que el Padre, Señor del Cielo y de la Tierra ha ocultado estas cosas a los sabios, a los doctores y se las ha revelado a los humildes, como recuerda el Evangelio de hoy. Humildad es ser pequeño como un brote, un brote que crece cada día, un brote que necesita al Espíritu Santo para poder ir adelante hacia la plenitud de la propia vida”.

El Pontífice finalizó su homilía pidiendo “que el Señor nos de esta grandeza de custodiar lo pequeño hacia la plenitud del Espíritu. No olvidéis las raíces y aceptad las humillaciones”.

domingo, 3 de diciembre de 2017

PAPA FRANCISCO: EL ADVIENTO NOS INVITA A ESTAR VIGILANTES Y VENCER EL DESÁNIMO


Papa Francisco: El Adviento nos invita a estar vigilantes y vencer el desánimo
 Foto: ACI Prensa





VATICANO, 03 Dic. 17 / 06:16 am (ACI).- Pocas horas después de regresar de su viaje en Myanmar y Bangladesh, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano para presidir el rezo del Ángelus, durante el que pidió prepararse para la Navidad y estar vigilantes para acoger a Dios.

En el primer domingo de Adviento, el Pontífice explicó que “es el tiempo que nos es dado para acoger al Señor que viene a nuestro encuentro, para verificar nuestro deseo de Dios, para mirar hacia delante y prepararnos al retorno de Cristo”.

“Él volverá a nosotros en la fiesta de la Navidad, cuando haremos memoria de su venida histórica en la humildad de la condición humana” pero que “viene a nosotros cada vez que estamos dispuestos a recibirlo”.

Francisco comentó que las lecturas de la liturgia del día invitan a estar vigilantes y en espera. “La persona que pone atención es la que, a pesar del rumor del mundo, no deja de abrumarse por las distracciones o la superficialidad, sino que vive de manera plena y consciente, con una preocupación dirigida ante todo a los demás”.

“La persona atenta se dirige también al mundo, buscando contrastar la indiferencia y la crueldad presentes en ella, y alegrándose por los tesoros de belleza que también existen y deben ser cuidados”.

El Papa también subrayó que la persona vigilante es la que no “se deja vencer por el sueño del desánimo, de la falta de esperanza, de la desilusión” y al mismo tiempo “rechaza la solicitud de tantas vanidades de las que desborda el mundo y detrás de las cuales, a veces, se sacrifican tiempo y serenidad personal y familiar”.

Por último, invitó a no “vagar perdidos en nuestros pecados e infidelidades” y a no buscar "la felicidades en otras partes", sino a recorrer la “buena vía, la de la fe y el amor”.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO PIDE A LOS BUDISTAS DE MYANMAR SUPERAR LOS PREJUICIOS, EL ODIO Y SANAR LAS HERIDAS


El Papa pide a los budistas de Myanmar superar los prejuicios, el odio y sanar las heridas
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 29 Nov. 17 / 05:57 am (ACI).- El Papa Francisco pidió a los budistas de Myanmar (la antigua Birmania) superar el “prejuicio” y el “odio” y sanar las heridas para llevar a las personas esperanza.

En el Kaba Aye Center de la ciudad de Yangón, el Santo Padre pronunció su discurso después de que los monjes budistas realizasen algunas oraciones, y a continuación destacó que el encuentro “es también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso por la paz, el respeto de la dignidad humana y la justicia para todos los hombres y mujeres”. 

En su opinión, “el gran desafío de nuestros días es el de ayudar a las personas a que se abran a la trascendencia” y a “que sean capaces de mirar en su interior y de conocerse a sí mismas de manera que puedan reconocer la interconexión recíproca con los demás”.

“Si debemos estar unidos, como es nuestro propósito, es necesario superar todas las formas de incomprensión, de intolerancia, de prejuicio y de odio”, expresó.


Francisco afirmó que las personas necesitan que los líderes religiosos den este testimonio común” y den palabras “de esperanza”.

A su vez les exhortó a cerrar las heridas “causadas por los conflictos, la pobreza y la opresión persisten” ya que “crean nuevas divisiones”. “Sabemos que existe un camino que nos permite avanzar, que lleva a la curación, a la mutua comprensión y al respeto. Un camino basado en la compasión y en el amor”, añadió.

El Santo Padre también reconoció que los birmanos han sido formados “en los valores de la paciencia, de la tolerancia y del respeto por la vida, así como en una espiritualidad atenta y profundamente respetuosa de nuestro medio ambiente”.

“Estos valores son esenciales para un desarrollo integral de la sociedad, a partir de la familia, que es la unidad más pequeña pero más esencial, para luego extenderse a la red de relaciones que nos ponen en estrecha conexión”.

En una auténtica cultura del encuentro, estos valores fortalecen a nuestras comunidades y las ayudan para que puedan iluminar al conjunto de la sociedad con esa luz tan necesaria.

Por tanto, abogó por “curar las heridas de los conflictos que a lo largo de los años han dividido a personas de distintas culturas, etnias y convicciones religiosas”.

“Ciertamente, para que estos esfuerzos produzcan frutos duraderos, se necesitará una mayor cooperación entre los líderes religiosos. A este respecto, deseo que sepáis que la Iglesia Católica es un interlocutor disponible”, manifestó.

martes, 28 de noviembre de 2017

DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A LAS AUTORIDADES Y LA SOCIEDAD DE MYANMAR


TEXTO: Discurso del Papa a las autoridades y la sociedad civil de Myanmar
 Foto. Edward Pentin / ACI Prensa





VATICANO, 28 Nov. 17 / 06:01 am (ACI).- El Papa Francisco mantuvo un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Myanmar (Birmania) en el “Myanmar International Convention Center” de la ciudad de Naipyidó y antes de partir a Yangón.

En su discurso, el Pontífice expresó que “las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación”.


A continuación, el discurso completo del Papa Francisco:

Señora Consejera de Estado,

excelentísimos miembros del Gobierno y Autoridades Civiles,


señor Cardenal, venerados Hermanos en el Episcopado,

distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático,

señoras y señores:

Deseo expresar mi viva gratitud por la amable invitación para visitar Myanmar y agradezco a la Señora Consejera de Estado sus cordiales palabras.

Doy las gracias de corazón a todos aquellos que han trabajado incansablemente para hacer posible esta visita. He venido especialmente para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del País. Estoy muy contento de que mi visita se realice tras el establecimiento de relaciones diplomáticas formales entre Myanmar y la Santa Sede. Quiero ver esta decisión como una señal del compromiso de la nación para continuar buscando el diálogo y la cooperación constructiva dentro de la comunidad internacional, así como también para seguir esforzándose en renovar el tejido de la sociedad civil.

Quisiera además en esta visita llegar a toda la población de Myanmar y ofrecer una palabra de aliento a todos aquellos que están trabajando para construir un orden social justo, reconciliado e inclusivo. Myanmar ha sido bendecido con el don de una belleza extraordinaria y de numerosos recursos naturales, pero su mayor tesoro es sin duda su gente, que ha sufrido y sigue sufriendo a causa de los conflictos civiles y de las hostilidades que durante demasiado tiempo han creado profundas divisiones. Ahora que la nación está trabajando por restaurar la paz, la curación de estas heridas ha de ser una prioridad política y espiritual fundamental. Quiero expresar mi agradecimiento al Gobierno por los esfuerzos para afrontar este desafío, de modo particular a través de la Conferencia de Paz de Panglong, que reúne a representantes de los diversos grupos con el objetivo de poner fin a la violencia, generar confianza y garantizar el respeto de los derechos de quienes consideran esta tierra como su hogar.


En efecto, el difícil proceso de construir la paz y la reconciliación nacional sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos. La sabiduría de los antiguos ha definido la justicia como la voluntad de reconocer a cada uno lo que le es debido, mientras que los antiguos profetas la consideraban como la base de una paz verdadera y duradera. Estas intuiciones, confirmadas por la trágica experiencia de dos guerras mundiales, condujeron a la creación de las Naciones Unidas y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como fundamento de los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la justicia, la paz y el desarrollo humano en todo el mundo y para resolver los conflictos ya no con el uso de la fuerza, sino a través del diálogo. En este sentido, la presencia del Cuerpo Diplomático entre nosotros testimonia no sólo el lugar que ocupa Myanmar entre las naciones, sino también el compromiso del país por mantener y aplicar estos principios fundamentales. El futuro de Myanmar debe ser la paz, una paz basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad, en el respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo —sin excluir a nadie— ofrecer su contribución legítima al bien común.

En la gran tarea de reconciliación e integración nacional, las comunidades religiosas de Myanmar tienen un papel privilegiado que desempeñar. Las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación. Las religiones pueden jugar un papel importante en la cicatrización de heridas emocionales, espirituales y psicológicas de todos los que han sufrido en estos años de conflicto. Inspirándose en esos valores profundamente arraigados, pueden contribuir también a erradicar las causas del conflicto, a construir puentes de diálogo, a buscar la justicia y ser una voz profética en favor de los que sufren. Es un gran signo de esperanza el que los líderes de las diversas tradiciones religiosas de este país, con espíritu de armonía y de respeto mutuo, se esfuercen en trabajar juntos en favor de la paz, para ayudar a los pobres y educar en los auténticos valores humanos y religiosos. Al tratar de construir una cultura del encuentro y la solidaridad, contribuyen al bien común y sientan las bases morales indispensables en vistas de un futuro de esperanza y prosperidad para las generaciones futuras.

Ese futuro está todavía en manos de los jóvenes de la nación. Ellos son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad. Esta es una exigencia urgente de justicia intergeneracional. El futuro de Myanmar, en un mundo interconectado y en rápida evolución, dependerá de la formación de sus jóvenes, no sólo en el campo de la técnica, sino sobre todo en los valores éticos de la honestidad, la integridad y la solidaridad humana, que aseguran la consolidación de la democracia y el aumento de la unidad y la paz en todos los niveles de la sociedad. La justicia intergeneracional también exige que las generaciones futuras reciban en herencia un entorno natural que no esté contaminado por la codicia y la rapacería humana. Es esencial que no se les robe a nuestros jóvenes la esperanza y la posibilidad de emplear su idealismo y su talento en remodelar el futuro de su país, es más, de toda la familia humana.

Señora Consejera de Estado, queridos amigos.

En estos días, me gustaría alentar a mis hermanos y hermanas católicos a perseverar en su fe y a seguir anunciando su mensaje de reconciliación y fraternidad a través de obras de caridad y humanitarias, que beneficien a toda la sociedad en su conjunto. Espero que, en cooperación respetuosa con los seguidores de otras religiones y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, contribuyan a abrir una nueva era de concordia y progreso para los pueblos de esta querida nación. Larga vida a Myanmar. Les agradezco su atención y, con los mejores deseos por su servicio al bien común, invoco sobre ustedes los dones celestiales de sabiduría, fortaleza y paz.

lunes, 27 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO YA SE ENCUENTRA EN MYANMAR Y DA INICIO A SU VIAJE APOSTÓLICO




El Papa Francisco ya se encuentra en Myanmar y da inicio a su viaje apostólico
Foto: Edward Pentin / ACI Prensa






VATICANO, 27 Nov. 17 / 02:29 am (ACI).- El Papa Francisco se encuentra ya en Myanmar después de un viaje de diez horas que le llevó de Italia al país asiático, donde fieles y ciudadanos de diferentes confesiones religiosas le esperan con gran interés y alegría por una visita que tendrá un marcado carácter pastoral y evangélico en un momento de especial dificultad.

El Santo Padre despegó a las 22.10 del aeropuerto internacional de Roma-Fiumicino en un avión A 330 de la aerolínea italiana Alitalia, y aterrizó a las 13.30 (hora local de Myanmar) en el aeropuerto internacional de Rangún.

Durante el vuelo el Papa se dirigió a los periodistas que le acompañaban en el avión para agradecerles su compañía y desearles un buen trabajo: “Buenas noches y muchas gracias por la compañía. Gracias por vuestro trabajo. Les deseo una buena estancia…, dicen que hace mucho calor, lo lamento. Que por lo menos sea fructífero”, afirmó con buen humor.

A su llegada al aeropuerto de Rangún el Pontífice fue recibido por autoridades civiles del país, encabezadas por el Ministro Delegado del Presidente de la República, y religiosas, entre ellos los Obispos de la Iglesia en Myanmar.

El Cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Rangún, subió las escaleras del avión para saludar al Papa en el interior de la aeronave y acompañarle en su entrada al país. Visiblemente emocionado, el purpurado se arrodilló ante el Obispo de Roma y le besó el anillo del pescador.

En la pista de aterrizaje le esperaban también un grupo de niños vestidos con trajes tradicionales que entonaban cánticos y agitaban banderas del Vaticano y de Myanmar. Además, un grupo de religiosas entregó al Pontífice un ramo de rosas.

El Papa Francisco descansará todo el día de hoy para recuperarse del largo viaje y el martes 28 comenzará su agenda oficial de este viaje apostólico, el 21 de su Pontificado, que le llevará a recorrer Myanmar y Bangladesh hasta el próximo sábado 2 de diciembre.

Ese martes 28 el Papa se trasladará en avión hasta Nay Pyi Taw, donde de nuevo le recibirán con una acogida oficial, y tendrá lugar la tradicional ceremonia de bienvenida.

A continuación, realizará una visita de cortesía la Presidente y celebrará un encuentro con el consejero de estado y el ministro de Asuntos Exteriores. Esta reunión dará paso a un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y con el cuerpo diplomático. Ahí el Pontífice pronunciará el primer discurso.  

domingo, 26 de noviembre de 2017

PAPA FRANCISCO RECUERDA QUE JESÚS JUZGARÁ A LAS PERSONAS POR SU SERVICIO A LOS NECESITADOS


El Papa recuerda que Jesús juzgará a las personas por su servicio a los necesitados
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 26 Nov. 17 / 06:25 am (ACI).- Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, este domingo 26 de noviembre Solemnidad de Cristo Rey del universo, el Papa Francisco recordó que Jesús, además de pastor, también es Rey y Juez, y que al final de los tiempos “nos juzgará de nuestros actos dirigidos a servirle en nuestros hermanos más pequeños y necesitados”.

El Santo Padre recordó que la realiza de Jesús “es una realeza de guía, de servicio, y también una realeza que, en el fin de los tiempos, se afirmará como juicio. Hoy tenemos delante de nosotros a Cristo como Rey, pastor y juez, que muestra los criterios de pertenencia al Reino de Dios”.

“La página evangélica se abre con una visión grandiosa. Jesús, dirigiéndose a sus discípulos, dice: ‘Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con Él, se sentará en el trono de su gloria’. Se trata de la introducción solemne a la historia del juicio universal”, explicó.

Francisco destacó que, “después de haber vivido la existencia terrena en humildad y en pobreza, Jesús se presenta ahora en la gloria divina que le pertenece, rodeado de los ejércitos angélicos. La humanidad entera es convocada ante Él, y Él ejerce su autoridad separando a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras”.

Entonces, comenzará el Juicio: “A aquellos que ha situado a su derecha les dice: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’”.

Ante esta afirmación, “los justos se sorprendieron, porque no recordaban haberse encontrado nunca con Jesús, y mucho menos el haberlo ayudado de esa manera. Entonces Él aclara: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’”.

“Estas palabras –continuó el Papa– no dejan nunca de golpearnos, porque nos revelan hasta dónde llega el amor de Dios: hasta el punto de identificarse con nosotros, pero no cuando estamos bien, cuando estamos sanos y felices. No, sino cuando estamos en necesidad. Y oculto de esta manera, se deja conocer, nos tiende la mano como un sin techo”.

De ese modo, “Jesús nos revela el criterio decisivo de su juicio, es decir, el amor concreto por el prójimo en dificultad. Y así se revela el poder del amor, la realeza de Dios: solidaria con el que sufre para suscitar en todo lugar actitudes y obras de misericordia”.

“La parábola del juicio continúa presentando al Rey que aleja de sí a aquellos que durante su vida no se preocuparon por las necesidades de sus hermanos. También en este caso se quedan sorprendidos y preguntan: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. De ese modo, querían decir: ‘Si te hubiésemos visto, seguramente te habríamos ayudado’. Pero él responde: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’”.

El Papa insistió: “En el final de nuestra vida seremos juzgados del amor, es decir, de nuestro empeño concreto de amar y servir a Jesús en nuestros hermanos más pequeños y necesitados”. Y recordó: “Aquel sin techo, aquel necesitado que tiende la mano es Jesús. Aquel enfermo que debo visitar es Jesús. Aquel encarcelado es Jesús. Aquel hambriento es Jesús. Pensemos en ello”.

“Jesús vendrá al fin de los tiempos para juzgar a todas las naciones, pero viene donde nosotros todos los días, de muchos modos, y nos pide que lo acojamos. La Virgen María nos ayude a encontrarlo, a recibirlo en su Palabra y en la Eucaristía, y al mismo tiempo en los hermanos y en las hermanas que sufren el hambre, la enfermedad, la opresión, la injusticia”, finalizó.

viernes, 24 de noviembre de 2017

JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2018, PAPA FRANCISCO PIDE ACOGER A MIGRANTES Y REFUGIADOS


Jornada Mundial de la Paz 2018: El Papa Francisco pide acoger a migrantes y refugiados
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano






VATICANO, 24 Nov. 17 / 06:10 am (ACI).- En un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2018, el Papa Francisco pidió una actitud de acogida, comprensión y generosidad con los migrantes y refugiados que abandonan su patria huyendo de las guerras y la miseria y en busca de una vida digna.

En el mensaje, titulado “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”, el Santo Padre critica la retórica del miedo difundida con fines políticos en algunos países de acogida y pide que se mire a los migrantes y refugiados como miembros de una misma familia humana.

1.- Un deseo de paz

El Pontífice subrayó el gran deseo de paz que hay en la humanidad, y exhortó a que ese deseo sea escuchado. “La paz es una aspiración profunda de todas las personas y de todos los pueblos, especialmente de aquellos que más sufren por su ausencia, y a los que tengo presentes en mi recuerdo y en mi oración”.

De entre ellos recordó “a los más de 250 millones de migrantes en el mundo, de los que 22 millones y medio son refugiados”.

“Con espíritu de misericordia, abrazamos a todos los que huyen de la guerra y del hambre, o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental”.

Francisco explicó que “acoger al otro exige un compromiso concreto, una cadena de ayuda y de generosidad, una atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de nuevas y complejas situaciones”.

En este punto se detuvo en reclamar a los gobiernos unas políticas comprometidas y responsables: “Los gobernantes tienen una responsabilidad concreta con respecto a sus comunidades a las que deben garantizar los derechos que les corresponden en justicia y un desarrollo armónico”.

2.- ¿Por qué hay tantos refugiados y migrantes?

El Papa Francisco se refirió a las guerras, a las desigualdades y a las injusticias como principales motivos que empujan a esos millones de personas a abandonar sus hogares y embarcarse en un incierto viaje en busca de una vida digna.

“Los conflictos armados y otras formas de violencia organizada siguen provocando el desplazamiento de la población dentro y fuera de las fronteras nacionales”, siguiendo la tendencia iniciada con las guerras mundiales, genocidios y limpiezas étnicas del siglo XX, lamentó el Santo Padre.

“Pero las personas también migran por otras razones”, apuntó: “Se ponen en camino para reunirse con sus familias, para encontrar mejores oportunidades de trabajo o de educación: quien no puede disfrutar de estos derechos, no puede vivir en paz”.

Por eso, criticó la difusión de retóricas anti migrantes o anti refugiados en algunos países de destino para recoger réditos políticos: “En muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el coste de la acogida de los que llegan, despreciando así la dignidad humana que se les ha de reconocer a todos, en cuanto que son hijos e hijas de Dios”.

En este sentido advirtió que “los que fomentan el miedo hacia los migrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz siembran violencia, discriminación racial y xenofobia”.

Por el contrario, “os invito a contemplar las migraciones con una mirada llena de confianza, como una oportunidad para construir un futuro de paz”.

3.- Una mirada contemplativa

Migrantes y población local de los países de acogida forman parte de una misma familia, recordó el Papa. La mirada contemplativa, alimentada por la fe, ayuda a “reconocer que todos, tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra”.

Mirando a migrantes y refugiados con esta mirada contemplativa, comprobamos que “no llegan con las manos vacías: traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones que los acogen”.

“Esta mirada sabe también descubrir la creatividad, la tenacidad y el espíritu de sacrificio de incontables personas, familias y comunidades que, en todos los rincones del mundo, abren sus puertas y sus corazones a los migrantes y refugiados, incluso cuando los recursos no son abundantes”.

Por último, “esta mirada contemplativa sabe guiar el discernimiento de los responsables del bien público, con el fin de impulsar las políticas de acogida al máximo”.

4.- Cuatro piedras angulares para la acción

El Obispo de Roma propuso en el mensaje una estrategia para ayudar a los refugiados, migrantes y víctimas de la trata de personas a alcanzar la paz. Esa estrategia debería estar articulada alrededor de cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar.


Acoger: “Recuerda la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales”.

Proteger: “Nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación”.

Promover: “Tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados”.

Integrar: “Significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales”.

5.- Una propuesta para dos Pactos internacionales

El Papa se refirió a los dos pactos mundiales que a lo largo del año 2018 se adoptarán en el seno de las Naciones Unidas: uno para garantizar una migración segura, ordenada y regulada, y el otro sobre refugiados.

Estos pactos “es importante que estén inspirados por la compasión, la visión de futuro y la valentía, con el fin de aprovechar cualquier ocasión que permita avanzar en la construcción de la paz: sólo así el necesario realismo de la política internacional no se verá derrotado por el cinismo y la globalización de la indiferencia”.

6.- Por nuestra casa común

Por último, el Pontífice recordó las palabras de San Juan Pablo II: “Si son muchos los que comparten el ‘sueño’ de un mundo en paz, y si se valora la aportación de los migrantes y los refugiados, la humanidad puede transformarse cada vez más en familia de todos, y nuestra tierra verdaderamente en ‘casa común’”.
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