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jueves, 23 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO CONDENA EL ESCÁNDALO DE LA DOBLE VIDA, VAN A MISA PERO NO VIVEN COMO CRISTIANOS


El Papa condena el escándalo de la doble vida: Van a Misa pero no viven como cristianos
Por Eduardo Berdejo
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 23 Feb. 17 / 06:42 am (ACI).- “El escándalo destruye”, advirtió el Papa Francisco esta mañana durante la Misa en la Casa Santa Marta, donde dijo a los católicos que tienen una “doble vida” que si no se convierten, cuando se presenten ante el Señor en el cielo Él les dirá “no te conozco”.

“¿Pero qué cosa es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra, es la doble vida. La doble vida en todo: yo soy muy católico, voy siempre a Misa, pertenezco a esta asociación y a otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en las relaciones, reciclo el dinero. Doble vida. Y tantos católicos son así. Y esto escandaliza”, advirtió el Pontífice.

Durante su homilía, el Papa recordó que en la Biblia se dice “córtate la mano”, “quítate el ojo”, antes de “escandalizar a los pequeños” que son los justos, “ellos que confían en el Señor, que simplemente creen en el Señor”.

“Cuántas veces hemos escuchado –todos nosotros, en el barrio y en otras partes–, ‘pero para ser católico como aquel, mejor ser ateo’. Es ese el escándalo. Te destruye. Y esto sucede todos los días, basta ver el noticiero o leer los periódicos. En los periódicos hay tantos escándalos, y también está la gran publicidad de los escándalos. Y con los se destruye”, denunció.

Francisco puso como ejemplo el caso de una importante empresa que estaba al borde de la quiebra. Las autoridades querían evitar un derecho de huelga, pero que no habría hecho bien y querían hablar con los dirigentes de la empresa. La gente entonces no tenía dinero para las necesidades diarias, porque no recibían su salario. Y el gerente, un católico, estaba pasando las vacaciones de invierno en una playa de Oriente Medio y la gente lo sabía, incluso si no salió en el periódico. "Estos son los escándalos", advirtió.

 “Jesús dice, en el Evangelio, sobre estos que hacen escándalo, sin decir la palabra escándalo, pero se entiende: Pero llegarás al cielo y llamarás a la puerta: 'Soy yo, Señor’ – ‘Pero sí, ¿no te acuerdas!? Fui a la iglesia, estaba cerca a ti, pertenecía a tal asociación, hago esto ... ¿no te acuerdas de todas las ofrendas que he hecho?’ – ‘Sí, lo recuerdo. Las ofrendas, las recuerdo: todas sucias. Todo robado a los pobres. Yo no te conozco'. Esa será la respuesta de Jesús a los que escandalizan con esta doble vida", afirmó.

"La doble vida viene de seguir las pasiones del corazón, los pecados capitales que son las heridas del pecado original", dijo el Papa. Además exhortó a no confiarse en las riquezas, no decir: “me basto a mí mismo”; así como no aplazar la conversión.

"A todos nosotros, a cada uno de nosotros, hará bien hoy pensar si hay algo de doble vida en nosotros, de parecer justos, buenos creyentes, buenos católicos, pero por debajo hacer otra cosa; si hay algo de doble vida, si hay una demasiada confianza: 'Pero, sí, el Señor me perdonará después todo, pero yo continúo’”.

“Si hay algo que decir: 'Sí, esto no va bien, me voy a convertir, pero no hoy, mañana'. Vamos a pensar en esto. Y aprovechemos de la Palabra del Señor y pensemos que el Señor en esto es muy duro. El escándalo destruye". 

martes, 21 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO PROPONE ESTE SANTO REMEDIO ANTE LA AMBICIÓN Y LA MUNDANIDAD


El Papa Francisco propone este “santo” remedio ante la ambición y la mundanidad
Por Walter Sánchez Silva
Foto L'Osservatore Romano


VATICANO, 21 Feb. 17 / 06:48 am (ACI).- En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedirle al Señor la gracia de la “santa vergüenza” como remedio ante las tentaciones de la ambición y la mundanidad que también se dan en la Iglesia.

Meditando en las lecturas de hoy, el Santo Padre recordó que Jesús les explica a sus discípulos que “si uno quiere ser el primero, debe hacerse servidor de todos”.

El Pontífice también pidió rezar por la Iglesia, “por todos nosotros”, para que Dios defienda a cada uno “de las ambiciones, de la mundanidad de sentirse más grande que los otros”.

“Que el Señor nos dé la gracia de la vergüenza, aquella santa vergüenza, cuando nos encontremos en esa situación, ante la tentación, de avergonzarnos: ‘¿Soy capaz de pensar así? ¿Cuándo veo a mi Señor en la cruz y quiero usarlo para creerme más?”

“Y nos dé la gracia de la simplicidad de un niño: de comprender que solo el camino del servicio… Y tal vez, imagino una última pregunta: ‘¿Señor te he servido toda la vida. He estado hasta lo último toda la vida. ¿Y ahora qué? ¿Qué cosa nos dice el Señor? Di de ti mismo: ‘Soy un siervo inútil’”.

Refiriéndose al pasaje del Evangelio en el que los discípulos discuten sobre quién es el mayor entre ellos, Francisco resalta que “era gente buena que quería seguir al Señor, servir al Señor. Pero no sabían que el camino del servicio al Señor no era tan fácil, no era como enrolarse en una entidad, en una asociación de beneficencia, para hacer el bien: no, era otra cosa. Tenían temor de esto. Y luego está la tentación de la mundanidad: desde el momento en que la Iglesia es Iglesia hasta hoy, esto ha sucedido, sucede y sucederá”.

“Podemos pensar en las parroquias y sus luchas: ‘yo quiero ser presidente de esta asociación, ser más’. ‘¿Quién es el más grande aquí?’ ‘¿Quién es el más grande en esta parroquia? No, yo soy más importante que ese, que el otro allá que no ha hecho tal cosa’. Y así, tenemos la cadena de pecados”.

La tentación de la mundanidad, alertó Francisco, hace que “uno hable a espaldas del otro” y “se crea más”. Al respecto el Papa propone un ejemplo que ocurre entre los sacerdotes y los obispos.

“A veces decimos con vergüenza nosotros los sacerdotes, en los presbiterios: ‘yo quisiera esa parroquia’ –¡Pero el Señor está aquí!– ‘Pero yo quiero esa’. Lo mismo. No es el camino del Señor, pero ese es el camino de la vanidad, de la mundanidad. También entre nosotros los obispos sucede lo mismo: La mundanidad viene como tentación. Muchas veces: ‘estoy en esta diócesis pero miro aquella que es más importante y me muevo para llegar a ella. Sí, muevo esta influencia, esta otra, hago presión. Empujo este aspecto para llegar allá. ¡Pero el Señor está aquí!”

Ante la tentación de la mundanidad, el Santo Padre exhortó a pedirle al Señor “la gracia de avergonzarnos, cuando nos encontremos en estas situaciones”.

Lecturas meditadas por el Santo Padre

Primera lectura
Eclesiástico 2:1-11

1 Hijo, si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.

2 Endereza tu corazón, mantente firme, y no te aceleres en la hora de la adversidad.

3 Adhiérete a él, no te separes, para que seas exaltado en tus postrimerías.

4 Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y en los reveses de tu humillación sé paciente.

5 Porque en el fuego se purifica el oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación.

6 Confíate a él, y él, a su vez, te cuidará, endereza tus caminos y espera en él.

7 Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia, y no os desviéis, para no caer.

8 Los que teméis al Señor, confiaos a él, y no os faltará la recompensa.

9 Los que teméis al Señor, esperad bienes, contento eterno y misericordia.

10 Mirad a las generaciones de antaño y ved: ¿Quién se confió al Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado? ¿Quién le invocó y fue desatendido?

11 Que el Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulación.

jueves, 16 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO: LA GUERRA EMPIEZA EN EL CORAZÓN Y DIOS NOS PEDIRÁ CUENTAS A TODOS


Papa Francisco: La guerra empieza en el corazón y Dios nos pedirá cuentas a todos
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 16 Feb. 17 / 06:25 am (ACI).- El Papa Francisco centró la homilía de la Misa que celebró hoy en la Casa Santa Marta en la guerra, que no solo se da entre poderosos y países, sino que empieza en el corazón de cada uno, en las familias o el trabajo y aseguró que Dios pedirá cuentas a todos los hombres.

"La guerra empieza en el corazón del hombre, comienza en casa, en las familias, entre amigos y después va más allá, a todo el mundo", explicó.


“La Palabra del Señor es clara: ‘De la sangre vuestra, o sea de vuestra vida, yo pediré cuentas; pediré cuentas a cada ser viviente y pediré cuentas de la vida del hombre al hombre, a cada uno de su hermano’. También a nosotros, que parece que estamos en paz, aquí, el Señor nos pedirá cuentas de la sangre de nuestros hermanos y hermanas que sufren la guerra”.  

El Pontífice comentó el significado de tres símbolos que aparecen en la lectura del Génesis en la que se narra cómo Noé libera a la paloma después del diluvio. “Es el signo de lo que Dios quería después del diluvio: paz, que todos los hombres estuviesen en paz”, afirmó.

“La paloma y el arcoíris son frágiles. El arcoíris es bonito después de la tempestad, pero luego viene una nube y desaparece”, aseguró Francisco para recordar que hace unos años durante un Ángelus una gaviota mató a dos palomas que soltó junto a dos niños deed la ventana del Palacio Apostólico.

“La alianza que Dios hace es fuerte, pero como nosotros la recibimos, como nosotros la aceptamos es con debilidad. Dios hace la paz con nosotros, pero no es fácil cuidar la paz”, señaló.

“Es un trabajo de todos los días porque dentro de nosotros todavía está esa semilla, ese pecado original, el espíritu de Caín que por envidia, celos, codicia y ganas de dominar  provoca la guerra”.

El Santo Padre siguió comentando las lecturas del día y afirmó que “somos custodios de los hermanos y cuando hay derramamiento de sangre hay pecado y Dios nos pedirá cuentas”.

“Hoy en el mundo hay derramamiento de sangre. Hoy el mundo está en guerra. Muchos hermanos y hermanas mueren, también inocentes, porque los grandes, los poderosos, quieren un pedazo más de tierra, quieren un poco más de poder o quieren hacer un poco más de ganancias con el tráfico de armas”.

“¿Cómo cuido la paloma?, ¿Qué hago para que el arcoíris sea siempre una guía?, ¿qué hago para que no sea derramada más sangre en el mundo?”, se preguntó.

Francisco explicó que la oración por la paz “no es una formalidad, el trabajo por la paz no es una formalidad”. “La guerra empieza en el corazón del hombre, comienza en casa, en las familias, entre amigos y después va más allá, a todo el mundo”.

“¿Qué hago cuando siento que viene a mi corazón algo que quiere destruir la Paz?”, preguntó.

“La guerra comienza aquí y termina allí. Las noticias las vemos en los periódicos o en los noticieros. Hoy mucha gente muere y esa semilla de guerra que hace la envidia, los celos, la codicia en mi corazón, es la misma –crecidas, hechas árbol– que la de la bomba que cae en un hospital, sobre una escuela y mata niños. Es lo mismo”.

“La declaración de guerra empieza aquí, en cada uno de nosotros. Por eso la pregunta: ¿Cómo cuido yo la paz en mi corazón, en mi intimidad, en mi familia?”, cuestionó. “Custodiar la paz, no solo custodiar: hacerla con las manos, artesanalmente, todos los días. Y así lograremos hacerla en todo el mundo”.


El Papa continuó: “La sangre de Cristo es la que lleva a la paz, pero no esa sangre que hago con mi hermano” o “que provocan los traficantes de armas o los potentes de la tierra en las grandes guerras”.

“Recuerdo cómo comenzaban a sonar las alarmas de los bomberos en la ciudad. Esto se hacía para llamar la atención sobre un hecho o una tragedia u otra cosa. Y rápidamente la vecina de casa que llamaba a mi mamá: ‘Señora Regina, venga, venga, venga. Y mi mamá salió un poco asustada. ‘¿Qué ocurre?’. Y esa señora desde el otro lado del jardín le decía: ‘¡Ha terminado la guerra!’, y lloraba”, dijo sobre recuerdos de su niñez.

“Que el Señor nos dé la gracia de poder decir: ‘Ha terminado la guerra’ y lloremos. Ha terminado la guerra en mi corazón, ha terminado la guerra en mi familia, ha terminado la guerra en mi barrio, ha terminado la guerra en el puesto de trabajo, ha terminado la guerra en el mundo. Así será más fuerte la paloma, el arcoíris y la alianza”, concluyó.

Lectura comentada por el Papa:

Génesis 9:1-13
1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
2 Infundiréis temor y miedo a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el suelo, y a todos los peces del mar; quedan a vuestra disposición.
3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde.
4 Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre,
5 y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.
6 Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.
7 Vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos; pululad en la tierra y dominad en ella.»
8 Dijo Dios a Noé y a sus hijos con él:
9 «He aquí que yo establezco mi alianza con vosotros, y con vuestra futura descendencia,
10 y con toda alma viviente que os acompaña: las aves, los ganados y todas las alimañas que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del arca, todos los animales de la tierra.
11 Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.»
12 Dijo Dios: «Esta es la señal de la alianza que para las generaciones perpertuas pongo entre yo y vosotros y toda alma viviente que os acompaña:
13 Pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de la alianza entre yo y la tierra.

lunes, 13 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO ALERTA DEL PELIGRO QUE COMIENZA CON EL RESENTIMIENTO Y LOS CELOS


El Papa Francisco alerta del peligro que comienza con el resentimiento y los celos
Por Walter Sánchez Silva
Foto L'Osservatore Romano




VATICANO, 13 Feb. 17 / 06:53 am (ACI).- En la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta este lunes 13 de febrero, el Papa Francisco meditó en la lectura del Génesis que narra el pasaje de Caín y Abel, la historia “de una hermandad que debía crecer, ser bella, pero que termina destruida”.

Esta historia, explica el Santo Padre, comienza “con unos pequeños celos” de Caín para con Abel. El primero, en vez de luchar contra él, prefiere “cocinar dentro de sí este sentimiento, agrandarlo, dejarlo crecer. Este pecado que hará luego se esconde detrás del sentimiento. Y crece, crece”.


“Así crecen las enemistades entre nosotros: comienzan con una cosa pequeña, unos celos, una envidia, y luego crece y vemos la vida solo desde ese punto y esa pajilla se convierte en un fardo, y está allí. Y nuestra vida comienza a girar alrededor de eso y eso destruye el lazo de la hermandad, destruye la fraternidad”.

Poco a poco, prosiguió el Pontífice, uno se “obsesiona” con ese mal. “Y crece, crece la enemistad y termina mal. Siempre. Me aparto de mi hermano y este ya no es mi hermano sino mi enemigo, este es un enemigo que debe ser destruido, cazado… y así se destruye la gente, ¡así las enemistades destruyen familias, pueblos, todo!”.

Esto que le sucedió a Caín al inicio, explicó Francisco, “le ocurre a todos nosotros, está la posibilidad: pero este proceso debe terminarse rápido, al comienzo, a la primera amargura, acabarse. La amargura no es cristiana. El dolor sí, la amargura no. El resentimiento no es cristiano. El dolor sí, el resentimiento no. ¡Cuántas enemistades, cuántas escisiones!”.

En la Misa también estaban presentes algunos párrocos y a ellos les dijo: “también nuestros sacerdotes, con nuestros colegios episcopales: ¡cuántas escisiones comienzan así! ‘Pero, ¿por qué a este le han dado esta sede y no a mí? ¿Y por qué esto?’ Y… pequeñas cositas, escisiones… Se destruye la hermandad”.

Dios, dijo el Papa, cuestiona a Caín “¿Dónde está tu hermano?” y el asesino responde de forma irónica: “¿Acaso soy el guardián de mi hermano?”.

Es posible, continuó el Santo Padre, que no hayas matado a alguien, pero “si tienes un mal sentimiento hacia tu hermano, lo has matado; si insultas a tu hermano, lo has matado en tu corazón. El asesinato es un proceso que comienza con algo pequeño”.

Este proceso, explicó el Papa Francisco, también se ve en los conflictos bélicos: “cuántos poderosos de la tierra dicen ‘a mí me interesa este territorio, me interesa este pedazo de tierra. Si la bomba cae y mata a 200 niños, no es mi culpa sino de la bomba. A mí me interesa el territorio’. Y todo comienza con ese sentimiento, que te lleva a eliminar, a decirle al otro ‘este es fulano, esto es así, pero no es mi hermano’. Y termina con la guerra que mata. Pero ya has matado al inicio. Este es el proceso de la sangre, y la sangre hoy de tanta gente en el mundo grita a Dios desde el suelo”.

“Todo está relacionado. Esa sangre allí tiene una relación –tal vez un poquito de sangre– con mi envidia, con mis celos que han destruido una hermandad”.

Para concluir, el Pontífice alentó a que cada uno repita la pregunta que Dios hace a Caín “¿Dónde está tu hermano?”, y piense en aquellos que “destruimos con la lengua” y “todos los que en el mundo son tratados como cosas y no como hermanos, porque es más importante un pedazo de tierra que el vínculo de la fraternidad”.

Lectura meditada por el Papa Francisco

Génesis 4:1-15, 25

1 Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un varón con el favor de Yahveh.»

2 Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador.

3 Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una oblación de los frutos del suelo.

4 También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su oblacíon,

5 mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro.

6 Yahveh dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro?

7 ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.»

8 Caín, dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.


9 Yahveh dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel? Contestó: «No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?»

10 Replicó Yahveh: «¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo.

11 Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.

12 Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Vagabundo y errante serás en la tierra.»

13 Entonces dijo Caín a Yahveh: «Mi culpa es demasiado grande para soportarla.

14 Es decir que hoy me echas de este suelo y he de esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará.»

15 Respondióle Yahveh: «Al contrario, quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces.»  Yahveh puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase le atacara.

25 Adán conoció otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que puso por nombre Set, diciendo: «Dios me ha otorgado otro descendiente en lugar de Abel, porque le mató Caín.»

miércoles, 8 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO: EL AMOR ES UN DON QUE SE BASA EN LA RELACIÓN DE UN HOMBRE Y MUJER


Papa Francisco: El amor es un don que se basa en la relación de un hombre y una mujer
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 07 Feb. 17 / 05:47 am (ACI).- El Papa Francisco explicó que Dios ha dado al hombre varios dones, entre ellos el amor entre un hombre y una mujer además de la Creación.

En la homilía que ofreció durante la Misa matutina en la Casa Santa Marta, el Santo Padre reconoció además que “el diablo entra por los bolsillos”.

“Señor, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de Él?”. “De verdad que lo has hecho poco menos que un dios, de gloria y honor lo has coronado”, dijo Francisco al comentar el salmo 8.

“Antes que nada, nos ha dado el ADN, es decir, nos ha hecho hijos, nos ha creado a Su imagen, a Su imagen y semejanza, como Él. Y cuando uno hace un hijo no puede ir hacia atrás, el hijo ha sido hecho, está ahí. Y se puede parecer más o menos al padre, pero es hijo, ha recibido una identidad. Y si el hijo parece bueno, el padre está orgulloso de ese hijo”.

El Papa señaló que “Jesús nos ha dado esa identidad de hijo: hombre y mujer, debemos añadir: hijos”. “La tierra ha sido confiada a los hombres para cuidarla con su trabajo y no para destruirla”, dijo a continuación.

“Cómo Él ha trabajado en la Creación, nos ha dado a nosotros trabajo, ha dado el trabajo de llevar adelante la creación. No de destruirla, sino de hacerla crecer, de cuidarla, de custodiarla y de hacerla ir adelante”.

Francisco habló también del dinero y comentó que “dicen las abuelas que el diablo entra por los bolsillos: puede ser… podemos pensar a quien ha dado el dinero. Ha dado toda la Creación para cuidarla y llevarla adelante: este es el don. Y finalmente Dios creó al hombre a Su imagen, hombre y mujer los creó”.

El Santo Padre explicó después el “último” don que hizo Dios: “hombre y mujer los creó. No es bueno que el hombre esté solo. Y le dio una compañera”.

“Demos gracias al Señor por estos tres regalos que nos ha dado: la identidad, el don cumplido del amor. Y pidamos la gracia de cuidar esta identidad de hijos, de trabajar sobre el don que nos ha dado y de llevar adelante con nuestro trabajo este don, y la gracia de aprender cada día a amar más”. 


Salmo comentado por el Papa:

Salmo 8:4-9
4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste tú,
5 ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?
6 Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor;
7 le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:
8 ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo,
9 y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas.

martes, 7 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO: CUARESMA ES FUERTE LLAMADO A LA CONVERSIÓN


Papa Francisco: Cuaresma es fuerte llamado a la conversión y apertura a los demás
Por Miguel Pérez Pichel



VATICANO, 07 Feb. 17 / 07:18 am (ACI).- La Cuaresma es una época propicia para la conversión, para renovarse por medio de los sacramentos, para reconocerse pecadores, buscar el perdón de Dios y comenzar de nuevo el camino hacia la Pascua, “la victoria de Cristo sobre la muerte”.

Así lo señala el Papa Francisco en su mensaje con motivo de la Cuaresma de 2017 que, con el título de “La Palabra es un don. El otro es un don”, se ha hecho público este martes.


Francisco explica que, mediante el ayuno, la oración y la limosna, la Cuaresma es el tiempo más adecuado “para intensificar la vida del espíritu”.

En el mensaje, el Pontífice afirma que “la Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte”.

"En este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios 'de todo corazón', a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor", afirma el Santo Padre.

El mensaje del Papa se articula en torno a la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro. A partir de esa parábola, el Pontífice establece tres puntos temáticos: “El otro es un don”, “El pecado nos ciega”, y “La Palabra es un don”.

1.- El otro es un don

El Papa Francisco indica que, en esta parábola, “Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido”.


En este sentido, invita a “abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor”.

2.- El pecado nos ciega

En su reflexión a partir de esta parábola, el Papa llama la atención sobre cómo “la riqueza de este hombre era excesiva”, y cómo “la exhibía de manera habitual todos los días”.

En esa actitud del rico “se vislumbra de forma patente la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia”.

El Santo Padre insiste una vez más en los peligros de lo material: “el dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico”.

“En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz”, advierte.

En cuanto a la vanidad, ilustra en su mensaje cómo “la codicia del rico lo hace vanidoso”. “Su vida está prisionera de la exterioridad, de la dimensión más superficial y efímera de la existencia”.

Luego está la soberbia, “el peldaño más bajo de esta decadencia moral”. “El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente un mortal. Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención”.

3.- La Palabra es un don

El verdadero problema del rico, la raíz de sus males, “está en no prestar oído a la Palabra de Dios”, indica el Santo Padre. “Esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y por tanto a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios”.

El Pontífice alertó: “cerrar el corazón  al don de Dios que habla, tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano”.

Abrir el corazón


La Sala de Prensa de la Santa Sede presentó el mensaje del Papa en una conferencia ofrecida por el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y de Chiara Amirante, fundadora de la Comunidad Nuevos Horizontes: una organización internacional que tiene como objetivo llevar alegría a quien ha perdido la esperanza mediante acciones solidarias con personas que se encuentran en grave dificultad.

El Cardenal Turkson subrayó que “la clave del mensaje es cómo la persona se relaciona con el otro”. Explicó que Jesús condena al rico, no por ser rico, “sino por tener el corazón cerrado al otro”.

Recordó que la actitud de un cristiano no debe ser cerrarse en sí mismo, sino “ser una persona que se abra al otro”.

En su intervención, Chiara Amirante destacó la necesidad, apuntada por el Papa Francisco, de “abrir el corazón” a los demás. Insistió también en el don de Dios presente en su Palabra, “un don que te lleva a cambiar la vida, a convertirte”.

Ese don se concreta en “el privilegio de encontrar al pobre”. Amirante explicó que “hay muchas nuevas formas de pobreza”, y en concreto señaló la situación en la que viven muchos jóvenes y menores, “víctimas del abuso de las drogas, del abuso alcohol, del abuso de la sexualidad…, jóvenes que son víctimas de violencia, jóvenes que sufren depresión”.

Ante ello, hizo un llamado a desarrollar “la civilización del amor, basada en la fuerza de la caridad, de la solidaridad, de la fraternidad”.

En su análisis del mensaje pontificio destacó tres conceptos que, según aseguró, “me parece que afectan al hombre de hoy: el apego al dinero, la vanidad y la soberbia”.

“El veneno del consumismo, que ha entrado en el ámbito de las relaciones entre personas, nos lleva a problemas como el hedonismo, el relativismo o el narcisismo, que nos impide relacionarnos con los demás”, resaltó.

lunes, 6 de febrero de 2017

PAPA FRANCISCO: QUIERES SER LIBRE? SÉ ENTONCES ESCLAVO DEL AMOR


Papa Francisco: ¿Quieres ser libre? 
Sé entonces esclavo del amor
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 06 Feb. 17 / 05:27 am (ACI).- El Salmo 103 fue en esta ocasión protagonista de la homilía del Papa Francisco en la Misa que ofició, como cada mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta. Allí el Pontífice invitó a ser esclavo del amor pues de esta manera uno es totalmente libre.

“Qué grande eres Señor”, es “un canto de alabanza”, dijo el Papa. “El Padre trabaja para hacer esta maravilla de la creación y para hacer con el Hijo esta maravilla de la recreación”, explicó.


Francisco se preguntó por qué Dios ha creado el mundo y señaló que “simplemente para compartir su plenitud, para tener alguno al que dar y con el que compartir su plenitud”. Y en la recreación hace “de lo feo algo bonito, del error algo cierto, de lo malo algo bueno”.

“Cuando Jesús dice: ‘El Padre siempre obra, también yo obro siempre’, los doctores de la ley se escandalizaron y querían matarlo por esto. ¿Por qué? Porque no sabían recibir las cosas de Dios como un don. Solo como justicia: ‘Estos son los mandamientos. Pero son pocos, nosotros hacemos más’. Y en lugar de abrir el corazón al don, se han escondido, han buscado refugio en la rigidez de los mandamientos, que ellos habían multiplicado hasta 500 o más. No sabían recibir el don. Y el don solo se recibe con libertad. Y estos rígidos tenían miedo de la libertad que Dios nos da; tenían miedo del amor”.

Francisco continuó: “por esto hoy hemos dicho ‘Señor eres grande’. ‘Te quiero mucho, porque me has dado este don. Me has salvado, me has creado’”.

“Esta es la oración de alabanza, la oración de alegría, la oración que nos da alegría en la vida cristiana. Y no esa oración cerrada, triste de la persona que nunca sabe recibir un don porque tiene miedo de la libertad que siempre lleva consigo un don. Solo sabe hacer el ‘deber’, pero el deber cerrado. Esclavos del deber, pero no del amor. ¡Cuando uno es esclavo del amor es libre! Es una bella esclavitud esta, pero ellos no lo entendían”.

Para el Papa hay 2 “maravillas del Señor”: “la maravilla de la creación y la maravilla de la redención, de la recreación”. “¿Cómo recibo yo esto que Dios me ha dado –la creación– como un don? Y si lo recibo como un don, ¿amo la creación, la cuido?”.

“¿Cómo recibo la redención, el perdón que Dios me ha dado, el hacerme hijo con su Hijo, con amor, con ternura, con libertad o me escondo en la rigidez de los mandamientos cerrados, que siempre son más ‘seguros’ pero no te dan alegría, porque no te hacen libre?”, se preguntó.

“Cada uno de nosotros puede preguntarse cómo vive estas dos maravillas, la maravilla de la creación y más todavía la maravilla de la recreación. Y que el Señor nos haga entender esto que es tan grande, y nos haga entender lo que Él hacía antes de crear el mundo: ¡amaba! Que nos haga entender este amor hacia nosotros y que podamos decir –como hemos dicho hoy– ‘¡Eres tan grande Señor!, ¡Gracias, gracias!'”.


Salmo responsorial comentado por el Papa:

Salmo 104:1-2, 5-6, 10, 12, 24, 35

1 ¡Alma mía, bendice a Yahveh! ¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres! Vestido de esplendor y majestad,
2 arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda,
5 Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás.
6 Del océano, cual vestido, la cubriste, sobre los montes persistían las aguas;
10 Haces manar las fuentes en los valles, entre los montes se deslizan;
12 sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fronda.
24 ¡Cuán numerosas tus obras, Yahveh! Todas las has hecho con sabiduría, de tus criaturas está llena la tierra.
35 ¡Que se acaben los pecadores en la tierra, y ya no más existan los impíos! ¡Bendice a Yahveh, alma mía!

martes, 31 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO INVITA A EXPERIMENTAR EL ENCUENTRO CON JESÚS


Papa Francisco invita a experimentar el estupor que produce el encuentro con Jesús
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 31 Ene. 17 / 05:12 am (ACI).- El Papa Francisco invitó a los cristianos a dejarse sorprender por el encuentro con Jesús, a experimentar el estupor que produce en cada uno el ver a Jesús con su mirada fija en los problemas que sufren las personas.

El Santo Padre, durante la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, comentó el Evangelio de San Marcos de hoy, en el que se recogen dos milagros de Jesús.


Por un lado, la resurrección de la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga. Por otro lado, la curación de la hemorroísa, la mujer anciana que padecía flujo de sangre desde hacía doce años y que se curó al tocar el manto de Jesús.

Estos dos ejemplos, explicó el Pontífice, ilustran la importancia que el Señor da a los problemas: los grandes y los pequeños. “La mirada de Jesús se dirige tanto a los problemas grandes como a los pequeños. Así mira Jesús: nos mira a todos, a cada uno de nosotros".

"Dirige la mirada hacia nuestros grandes problemas, hacia nuestras grandes alegrías, y mira también nuestras cosas pequeñas. Porque es cercano a nosotros. Jesús no tiene miedo de las cosas grandes, y también tiene en cuenta las pequeñas. Así nos mira Jesús”.

Francisco recordó que Jesús “estaba siempre en medio de la multitud. No iba con una guardia que le hiciera de escolta con el objetivo de que no le tocasen. No. Él se quedaba con la gente y la gente se acercaba a Él. Cada vez que Jesús salía al encuentro de la gente, la multitud aumentaba. Él no buscaba la popularidad".

"Buscaba otra cosa: buscaba a la gente. La gente se le acercaba: la gente tenía los ojos fijos en Él, y Él tenía los ojos fijos en la gente, en cada una de las personas. Esta es la particularidad de la mirada de Jesús. Jesús no masifica a la gente: Jesús mira a cada uno”.

El Santo Padre animó a no tener miedo de cruzar la mirada con la de Jesús: “avanzo, camino delante, fijo la mirada en Jesús y, ¿qué es lo que encuentro? ¡Que Él ha fijado su mirada en mí! Y eso me hace sentir un gran estupor. Es el estupor del encuentro con Jesús. ¡Pero no tengamos miedo!"

"No tengamos miedo, al igual que no tuvo miedo aquella mujer anciana de tocar su manto. ¡No tengamos miedo! Corramos por ese camino, con la mirada siempre fija en Jesús y nos encontraremos con esa bella sorpresa: Nos llenará de estupor porque el mismo Jesús ha fijado su mirada en mí”.


Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Marcos 5:21-43
21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar.
22 Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies,
23 y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»
24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.
25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años,
26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor,
27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
28 Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.»
29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.
30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?»
31 Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"»
32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.
33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad.
34 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»
35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos dicendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»
36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe.»
37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.
39 Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.»
40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.
41 Y tomando la mano de la niña, le dice: « Talitá kum », que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate.»
42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.
43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.

domingo, 29 de enero de 2017

QUIERES SER FELIZ? ESTO TE DICE EL PAPA FRANCISCO


¿Quieres ser feliz? Esto es lo que te invita a hacer el Papa Francisco
Por Álvaro de Juana
 Foto: Lucía Ballester



VATICANO, 29 Ene. 17 / 06:23 am (ACI).- El Papa Francisco reflexionó sobre las “Bienaventuranzas” desde el balcón del estudio pontificio del Palacio Apostólico del Vaticano antes de rezar el Ángelus, y aseguró que para ser feliz hay que llevarlas a cabo, hacerlas concretas en la propia vida.

“El pobre en espíritu es el cristiano que no se confía en sí mismo, en sus riquezas materiales, no se obstina en sus propias opiniones, sino que escucha con respeto y está dispuesto a las decisiones de otros”, dijo Francisco.


Al comentar las lecturas del día, Francisco señaló que “Jesús manifiesta la voluntad de Dios de conducir a los hombres a la felicidad”. “En esta predicación Jesús sigue un camino particular: comienza con el término ‘dichosos’, es decir, felices; prosigue con las indicaciones de las condiciones para ser así y concluye haciendo una promesa”.

El Papa explicó que “se parte de condiciones de desgracia para abrirse al don de Dios y acceder al mundo nuevo, el ‘reino’ anunciado por Jesús. No es un mecanismo automático, sino un camino de vida en el seguimiento al Señor, cuya realidad de dificultades y aflicciones es vista desde una perspectiva nueva y experimentada según la conversión que se realiza”.

“No se es dichoso si uno no se convierte en grado de apreciar y vivir los dones de Dios”, aseguró el Papa.

Francisco comentó después la bienaventuranza “dichosos los pobres de espíritu” y dijo que “el pobre de espíritu es aquel que ha asumido los sentimientos y las actitudes de esos pobres que en su condición no se rebelan, sino que saben ser humildes, dóciles, disponibles a la gracia de Dios”.

“La felicidad de los pobres de espíritu tiene dos dimensiones: respecto a los bienes materiales es la sobriedad, no necesariamente renuncia, sino la capacidad de vivir lo esencial, de compartir; capacidad de renovar cada día el estupor por la bondad de las cosas sin sobrecargarse en la opacidad del consumo voraz”.

“Cuanto más tengo, más quiero y esto mata el alma. El hombre o la mujer que haga esto no será feliz”, manifestó.

Por otro lado, “respecto a Dios y a su alabanza, es el reconocimiento de que el mundo es bendición y que en su origen está el amor creador del Padre. Pero es también apertura a Él, docilidad a su señoría, que ha querido el mundo para todos los hombres en sus condición de pequeñez”.

“¡Si en nuestras comunidades hubiese pobres de espíritu habría menos divisiones, contrastes y polémicas!”, exclamó. “La humildad como la caridad es una virtud esencial para la convivencia en las comunidades cristianas”, añadió.

viernes, 27 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO ADVIERTE SOBRE EL PECADO QUE NOS PARALIZA Y NOS QUITA LA VALENTÍA


El Papa Francisco advierte sobre el pecado “que nos paraliza” y nos quita la valentía
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano.



VATICANO, 27 Ene. 17 / 06:18 am (ACI).- El Papa Francisco, durante la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta el 27 de enero, animó a los cristianos a ser valientes y a confiar en Dios, porque “Dios nos libra de la pusilanimidad, ese pecado que nos paraliza, que nos quita la esperanza, la valentía, la paciencia”.

Ese pecado, advirtió, “nos hace tener miedo de todo" y "nos quita la memoria del paso de Dios por nuestras vidas”.


El Santo Padre también recordó las palabras de la Carta de San Pablo a los Hebreos: “hermanos, traed a la memoria los días pasados”.

“La memoria de los días del entusiasmo, del andar adelante en la fe, de los primeros pasos en la fe. No se entiende la vida cristiana sin memoria. No solo no se entiende, sino que no se puede vivir cristianamente sin memoria. La memoria de la salvación de Dios en mi vida, la memoria de los problemas de mi vida”, señaló el Papa.

“Nos preguntamos: ¿de qué forma el Señor me ha salvado de estos problemas? La memoria es una gracia: la gracia de pedir”, explicó.

El Papa exhortó a pedir: “‘Señor, que no me olvide de tu paso por mi vida, que no me olvide de los buenos momentos, tampoco de los malos, de la gracia de la cruz’. El cristiano es un hombre de memoria”.

Francisco destacó otro aspecto importante presente en la Carta a los Hebreos: la esperanza.

“La esperanza, mirar al futuro. Así como no se puede vivir una vida cristiana sin la memoria de los pasos dados, tampoco se puede vivir una vida cristiana sin mirar al futuro con la esperanza del encuentro con el Señor”.

El Santo Padre señaló que “la vida es un suspiro, ¿verdad? Pasa. Cuando uno es joven piensa que tiene mucho tiempo por delante, pero luego la vida nos enseña aquella expresión que decimos todos: ‘¡cómo pasa el tiempo! ¡Esta persona, que hace poco era un niño, y ahora se casa! ¡Cómo pasa el tiempo!’”.

La Carta a los Hebreos, dijo, invita a vivir el presente “con valentía y paciencia”, aunque sea “muchas veces doloroso y triste”.

El Santo Padre explicó que “todos somos pecadores, pero seguimos adelante con valentía y con paciencia. No nos quedamos quietos, cerrados, porque eso no nos hará crecer”.

El Papa advirtió contra el riesgo de excedernos en la prudencia: “no arriesgarse, ser prudentes. Sí, es cierto, la prudencia, pero también te puede paralizar, te puede hacer olvidar la gracia recibida, te puede quitar la memoria, te puede quitar la esperanza porque no te deja avanzar”.

También comparó a un cristiano con el alma restringida con una persona que viste con ropas de mala calidad y que, cuando le sorprende un aguacero por la calle, se contraen los tejidos: “eso es tener el alma restringida, eso es la pusilanimidad. Se trata de un pecado contra la memoria, la valentía, la paciencia y la esperanza”.

“El Señor nos hace crecer en la memoria, nos hace crecer en la esperanza, nos da, cada día, coraje y paciencia, y nos libra de la pusilanimidad, del tener miedo de todo. Cuidado con tener el alma restringida para conservarla. No olvidemos las palabras de Jesús: ‘Quien quiera conservar la propia vida, la perderá’”, dijo.

Lectura comentada por el Papa Francisco:

Hebreos 10:32-39

32 Traed a la memoria los días pasados, en que después de ser iluminados, hubisteis de soportar un duro y doloroso combate,


33 unas veces expuestos públicamente a ultrajes y tribulaciones; otras, haciéndoos solidarios de los que así eran tratados.

34 Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera.

35 No perdáis ahora vuestra confianza, que lleva consigo una gran recompensa.

36 Necesitáis paciencia en el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo prometido.

37 Pues todavía un poco, muy poco tiempo; y el que ha de venir vendrá sin tardanza.

38 Mi justo vivirá por la fe; mas si es cobarde, mi alma no se complacerá en él.

39 Pero nosotros no somos cobardes para perdición, sino creyentes para salvación del alma.

miércoles, 25 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO: LAS MUJERES SON MÁS VALIENTES QUE LOS HOMBRES


Papa Francisco: Las mujeres son más valientes que los hombres
Por Álvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 25 Ene. 17 / 08:03 am (ACI).- En la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco afirmó de manera categórica e improvisando: “Esta es mi opinión: las mujeres son más valientes que los hombres”.

El Pontífice dijo estas palabras cuando ofrecía, como cada miércoles, una de sus catequesis centrada de nuevo sobre la esperanza cristiana. En concreto habló de la figura de Judit en el Antiguo Testamento, quien según él era una mujer valiente.


Francisco explicó que Judit era “viuda, una mujer de gran belleza y sabiduría” y que “habla al pueblo con el lenguaje de la fe”. “Valiente, reprocha en la cara al pueblo diciendo: ‘Ustedes ponen a prueba al Señor todopoderoso. No, hermanos; cuídense de provocar la ira del Señor, nuestro Dios. Porque si él no quiere venir a ayudarnos en el término de cinco días, tiene poder para protegernos cuando él quiera o para destruirnos ante nuestros enemigos. […]. Por lo tanto, invoquemos su ayuda, esperando pacientemente su salvación, y él nos escuchará si esa es su voluntad’”, contó el Papa sobre el relato bíblico.

Fue en este momento cuando expresó su opinión a cerca de las mujeres: “Es el lenguaje de la esperanza. Toquemos la puerta del corazón de Dios, Él es Padre, Él puede salvarnos. Esta mujer, viuda, arriesga de quedar mal ante los demás. ¡Pero es valiente! ¡Va adelante! Esta es mi opinión: las mujeres son más valientes que los hombres”.

martes, 24 de enero de 2017

PAPA FRANCISCO: AL SEÑOR LE GUSTA LE DIGAMOS LAS COSAS


Al Señor le gusta que nos enfademos y le digamos las cosas a la cara, dice el Papa
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 24 Ene. 17 / 06:05 am (ACI).- “A Dios le gusta discutir con nosotros”, aseguró el Papa Francisco en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano. “Algunos me dicen: ‘Padre, hay tantas veces en que, cuando voy a rezar al Señor, me enfado con Él…’. ¡Pero es que eso es la oración! ¡A él le gusta cuando te enfadas y le dices a la cara aquello que sientes, porque es Padre!”, destacó el Santo Padre.

“¡He aquí que vengo a hacer, oh Dios, tu voluntad!”. A partir de estas palabras de la Carta a los Hebreos, reflexionó sobre nuestra aceptación de la voluntad del Señor, sobre nuestro consentimiento a lo que Él nos pide, sobre nuestro “aquí estoy para hacer tu voluntad”.


El Papa, señaló que “la Historia de la Salvación es una historia de ‘aquí estoy’, de estoy dispuesto”, como demostraron Abraham, Moisés, Elías, Isaías, Jeremías y, finalmente, la Virgen María con su gran “aquí estoy”.


“El Señor dialoga siempre con aquellos que invita a hacer el camino y decir ‘aquí estoy’”, señaló, y destacó que el Señor “tiene mucha paciencia. Cuando leemos en el Libro de Job, todas esas palabras de Job, que no entiende, y el Señor le responde, el Señor le explica, le corrige…, y finalmente, ¿cuál es el ‘aquí estoy’ de Jacob?: ‘Ah, Señor, Tú tienes razón. Yo te conocía sólo por lo que había oído decir de ti; ahora mis ojos también te ven’. Ese ‘aquí estoy’, cuando hay voluntad…, ¿verdad?”.

El Pontífice insistió en que “la vida cristiana es eso, un ‘aquí estoy’, un ‘aquí estoy’ continuo para hacer la voluntad del Señor. Es bello leer la Escritura, la Biblia, buscando la respuesta en la persona del Señor. ‘Aquí estoy yo para hacer Tú voluntad’”.

En este sentido, reflexionó sobre las diferentes actitudes que podemos adoptar ante la petición de Dios: “¿Acaso voy a ocultarme, como Adán, para no responder? ¿Voy a ocultarme, cuando el Señor me llama, en vez de decir ‘aquí estoy’ o ‘qué quieres de mí’? ¿Huyo como Jonás que no quería hacer aquello que el Señor le pedía? ¿O pretendo hacer la voluntad del Señor, pero sólo externamente, como los doctores de la Ley que Jesús condena duramente? ¿O miro hacia otro lado como hacían el levita y el sacerdote delante de aquel pobre hombre herido, apaleado por los ladrones, y que dejaron tirado medio muerto? ¿Qué respuesta le doy yo al Señor?”.

“Cada uno de nosotros puede responder: ¿Cómo es mi ‘aquí estoy’ al Señor para hacer su voluntad antes que la mía?”, dijo el Papa.


Lectura comentada por el Papa Francisco:

Hebreos 10:1-10
1 No conteniendo, en efecto, la Ley más que una sombra de los bienes futuros, no la realidad de las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, dar la perfección a los que se acercan.
2 De otro modo, ¿no habrían cesado de ofrecerlos, al no tener ya conciencia de pecado los que ofrecen ese culto, una vez purificados?
3 Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados,
4 pues es imposible que sangre de toros y machos cabríos borre pecados.
5 Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo.
6 Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron.
7 Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad!
8 Dice primero: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron - cosas todas ofrecidas conforme a la Ley -
9 entonces - añade -: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer el segundo.
10 Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo.
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