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domingo, 30 de octubre de 2011

REINA CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL

Reina concebida sin pecado original

El privilegio de la Inmaculada Concepción. Estamos muy de acuerdo con que Dios hiciera una excepción con su Madre, que también es nuestra Madre. Nuestra Madre nació igual a nosotros en todos menos en el pecado original. ¡Bendita Tú, que no pasaste por la amargura del pecado! Así, no manchada por nada, puedes ayudar más eficazmente a los manchados con todos los pecados. Vemos que los doctores y enfermeras se ponen guantes y tapabocas para no contagiarse y poder curar mejor.

María no necesita de eso. No necesita antivirus. Más bien los virus mueren en el acto en su presencia. A veces podría uno pensar que, como uno es pecador, si intenta tocar o dar un beso o una flor a María la contamina. No es cierto. Ella no se contagia de nuestra basura, sino que nosotros nos contagiamos de su pureza y de su santidad.

sábado, 29 de octubre de 2011

ALABANZAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Alabanzas a La Santísima Virgen
Meditaciones de las letanías del Rosario. Rezarlas con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración.
 
Alabanzas a La  Santísima Virgen


Rosa mística
Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel...? María es una rosa que no se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.
Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una ternura inacabable.

Torre de David
La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros, sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón.

Torre de marfil
El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de santidad, de pureza.

Casa de oro
Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.

Arca de la alianza
El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella se alarga y se eleva casi hasta el infinito.
Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.

Puerta del cielo
Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María. Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la puerta abierta para entrar.
Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará jamás...

Estrella de la mañana
Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas sus fuerzas a la Estrella del Mar.

Salud de los enfermos
María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos...
Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos morir en brazos de María, digámoselo.

Refugio de los pecadores
Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No desesperes, mientras exista María.
Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella bella reflexión :“Yo les cierro la puerta...pero tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Immaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus hijos enfermos.


Letanias 1a. Parte
Letanias 2a. Parte
Letanias 3a. Parte
Letanias 4a. Parte
Letanias 5a. Parte


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  • P. Mariano de Blas LC

    miércoles, 26 de octubre de 2011

    UNA SONRISA DE MARÍA...

    Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Una sonrisa de María vale más que todos los cariños
    Meditaciones de las letanias del Rosario. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría.
     
    Una sonrisa de María vale más que todos los cariños

    Virgen poderosa
    A la más poderosa de las Reinas, Dios no le niega nada. Se le llama La omnipotencia suplicante. Semper vivens ad interpellandum pro filiis suis: Que vive siempre para interceder por sus hijos.
    “No tienen vino”, dijo en una boda. Y qué vino más exquisito se bebió en Caná. Los que se acogen a Ella no deben tener miedo a nada. Ni al demonio, ni a la muerte, ni a los peligros.
    El rosario parece una oración frágil, y como propia de abuelitas, pero Dios ha querido que sirva para detener los cañones y las bombas. La tierna Virgencita es el terror del infierno entero. Por eso los devotos de María no tienen nada que temer.
    Buscar una alianza perpetua con María de Jesús equivale a ser inexpugnable en la lucha por el cielo. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría. Los hijos de María son personas muy alegres, como su Madre. No se explica que los hijos e hijas de María Santísima se dejen morder por la serpiente de la desesperanza y del temor. No tienen ningún temor.

    Virgen clemente
    Lo aprendió de Jesús. Es la Madre del Hijo pródigo. Sabe curar las heridas, consolas las penas, enjugar las lágrimas, suavizar todo, perdonar todo. Como Ella no debe juzgar, sólo perdona e intercede por sus hijos.
    Cualquier madre es clemente, pero María más que todas juntas. Buena falta nos hace, pues la clemencia la requieren los malhechores. Hemos de saber que los tales no son los que andan en las cárceles, pues cada uno de nosotros, sumando todas sus maldades es un verdadero malhechor que necesita clemencia.. Cuando María intercede ante el Juez divino por uno de sus hijos, obtiene el perdón.
    Oh Madre del Hijo pródigo, que aprendiste de Jesús a perdonar, a hacer una fiesta cuando éste regresa a casa. He huido de casa muchas veces, creyendo ingenuamente que sin Dios la vida es más atractiva y emocionante. Cuantas veces he regresado a casa herido, decepcionado, miserable. Tú has sido, junto con Dios, la que me ha puesto un anillo en el dedo, nuevas sandalias a mis pies descalzos, una túnica, y has mandado hacer la fiesta del becerro gordo. Si en el corazón de Dios hay más alegría por un pecador que se convierte, también en el tuyo una de las más grandes alegrías es la de recuperar un hijo perdido, un hijo muerto.
    Hay un momento crucial en el que clemencia me es absolutamente necesaria: el día del juicio particular. No dejes de asistir, como abogada defensora, a la cita definitiva en la que se decide mi eternidad.

    Virgen fiel
    Es uno de sus títulos más grandes. La fidelidad hecha carne de mujer. Fidelidad a Dios, demostrada en su fórmula favorita: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
    Fidelidad a sus hijos; aún a los hijos que se pierden los ha amado hasta el último segundo de su vida.
    Estaba junto a la cruz... Ella no cayó en la tentación del sueño como Pedro y sus compañeros.
    ¿Qué más se te podía pedir, Virgen Fiel? Todo lo diste.

    Espejo de justicia
    Espejo de santidad...Es la Inmaculada. El tres veces Santo se refleja en Ella como en un espejo.
    Pero no es espejo que, cuando la imagen desaparece, también del espejo desaparece. María es, más bien, una copia muy bien hecha, del Modelo, la más perfecta, hermosa y fiel que se haya dado. María nos aventaja con mucho. Irradia la santidad, la transmite. Quisiera que todos sus hijos se parecieran a Ella. Con más verdad que san Pablo puede decirnos:”Hijos, sed imitadores míos, como yo lo soy de Jesús”.
    Debemos parecernos a nuestra Madre. “Sed santos como yo soy santa”, podría decir, al estilo de Jesús. Cualquier virtud adquiere un brillo y un encanto particular en María. Ella no hace amables practicar dichas virtudes. Es una Maestra incomparable que hace amar y apasionarse por la vida cristiana. Queremos ser discípulos en tu escuela, María.

    Trono de sabiduría
    Lugar donde se asienta la sabiduría. La sabiduría del arte de vivir: Maestra del vivir, porque es maestra del amor. Vivir, en su esencia más alta, es amar. Maestra en el arte del amor: Madre del amor hermoso se le llama. Maestra de todas las virtudes cristianas: Enséñame a ser un discípulo excelente.
    Por ser la mejor discípula de Jesús se convirtió en la mejor Maestra de los hombres.
    Ella nos enseña la sabiduría más alta, la de cumplir la voluntad de Dios, de la santidad. De acuerdo a la frase: “El que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”.
    Nos enseña la verdad de Dios en las Escrituras. Nos ha dado al Verbo, la Palabra de Dios, de una forma en que le podemos tocar, abrazar, mirar, comer. “Haced lo que Él os diga”. Esta frase pronunciada en las bodas de Caná resuena en todos los corazones de los cristianos. Si le hiciéramos más caso a Jesús, nos iría mucho mejor.
    Es una sabiduría humilde. No es fácil hallar sabios humildes, porque la ciencia suele hinchar. María nunca reclamó a su esposo nada, nunca insistió en las preguntas, aceptaba las respuestas que le resolvían solo en parte los misterios.

    Causa de nuestra alegría
    Ella lo sabe. Se lo recordó a Juan Diego. “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la causa de tu alegría?”
    ¿Quién es esa persona? ¿Dónde vive? ¿Cómo se llama? Me muero por verla.
    El que se junta con María es un ser alegre por contagio. Porque Ella contagia la alegría a los hijos de Dios.
    Su sí a Díos abrió la puerta que estaba cerrada. Nos abrió la puerta de la felicidad eterna. Nos dará un abrazo y nos presentará a Jesús y al Padre.¡Qué ilusión me da el pensar en ese momento!
    Las legítimas alegrías humanas tienen color y sabor mariano. Pienso en la sonrisa de María; lo más entrañable de su rostro. Una sonrisa de María vale más que todos los cariños humanos del mundo, por hermosos que sean.

    Vaso espiritual, vaso digno de honor, vaso insigne de devoción
    Se habla aquí de los vasos sagrados, como son el cáliz y la patena. María es un vaso sagrado, como una patena que ha encerrado al Verbo en sus entrañas; es un cáliz precioso, porque encerró en sus venas la sangre de Jesús, la que se derramaría en Getsemaní, en la flagelación y en el Calvario.
    Vaso digno de ser honrado por todos. A María no se le puede faltar al respeto, es una ingratitud y una grosería sin nombre. Pienso en los que, con la Biblia en la mano, predican que María no es la Madre de Dios. Al llegar al cielo, les va a abrir María la puerta. Antes que nada tendrán que pedir atentas disculpas. Y al presentarse ante Dios las disculpas deben ser muy serias, porque, aunque de buena fe, toda la vida dijeron que la Madre de Dios no era su Madre. Eso es muy fuerte.
    Cuando se habla de devoción a la Santísima Virgen, a esto se refieren. Por eso los que sinceramente tienen una gran devoción a María están en el justo y recto camino. Dios los bendice y los premia. Amar y bendecir a su Madre, es amarlo y bendecidlo a Él mismo. Si Él dijo: “Todo lo que hacéis a uno de mis hermanos más pequeños me lo hacéis a Mí”, ¿qué decir cuando se lo hacen a la hermana más grande y a su misma Madre? Se lo hacen a Él en persona. No tengan miedo, por tanto, los que aman a María, Madre de Dios. Sepan que cuentan con la bendición de Dios.
    Vaso insigne de devoción, es decir que merece nuestra devoción, amor y cariño como nadie.

    Letanias 1a. Parte
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    Letanias 5a. Parte


    Comentarios al autor mdeblas@arcol.org

    viernes, 21 de octubre de 2011

    MADRE ENSEÑANOS A ORAR CONTIGO Y COMO TÚ LO HACÍAS

    Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías
    Meditaciones del Rosario. Tercer Misterio Glorioso. La venida del Espíritu Santo
     
    Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías
    Como la gallina a sus pollitos estabas con aquellos apóstoles asustados, infundiéndoles la fortaleza y el valor de una Madre. Les enseñaste a rezar, como Jesús les había enseñado, pues Tú eras una maestra insigne. Única. Bajo tu ejemplo ellos aprendieron a gustar la oración, a hacerlo de manera semejante a como Tú lo hacías. “Nosotros nos dedicaremos a la oración y a la predicación” diría más adelante Pedro a la comunidad de forma contundente.

    Orar con María: Cuanto hubiera disfrutado estando allí, viéndola orar, asimilando por contagio la oración de la criatura más santa y humilde: contemplar su rostro, sus ojos cerrados o semicerrados o mirando hacia lo alto; escuchar su corazón cantando con su bellísima voz, imitar su forma de arrodillarse, de cerrar sus manos. Orar con Ella, junto a Ella, ¡qué gran privilegio!

    Me imagino a los apóstoles, al verla orar tan extáticamente, suplicándole: “Enséñanos a orar contigo y como tú lo haces”. Oh Madre, yo también te digo: “Enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías”. A los cristianos que se aburren en la oración o en la Misa, alcánzales el amor de los enamorados para que disfruten la alegría de orar.

    Tú obtuviste la gracia del Espíritu Santo a los apóstoles. Pedro te necesitaba más que nadie. Después de las negaciones se había roto; estaba herido y necesitaba los cuidados de una Madre para con su hijo enfermo. Pedro necesitaba de una Madre como Juan Pablo II. También él llevaba, si no en su escudo, sí en su corazón, el “Totus tuus” del actual Vicario de tu Hijo.

    Juan era el más parecido. Él de alguna manera compensaba y llenaba el hueco dejado por Jesús. “Ahí tienes a tu Madre”. Este encargo, hecho a todos, él se lo tomó infinitamente en serio.

    Tomás: Yo sé que convertiste a aquel hombre duro para creer en un hijo de fe, por la forma tan bella como Tú le enseñaste a creer.

    María Magdalena: Ya había comenzado su conversión, pero ella como mujer que era, y apasionada, copió mejor que los hombres tu hoguera de amor. Aquella que se había acostado en los basureros tenía ante sí un ejemplo de mujer pura, santa y toda amor. María Magdalena te copió con todas las fuerzas de su ser. Tu presencia la purificó totalmente y le hizo amar locamente la pureza y abominar del pecado.

    Debes repetir el milagro de Pentecostés en la Iglesia y en cada uno de nosotros, en mí. Aunque no sea vea la llama de fuego, que me abrase todo; aunque no haya terremoto externo, que vibre por dentro y me vuelva loco de amor por Él y por Ti. Te lo pido encarecidamente. No te pido mas, pero no te pido menos.

    Pusiste de rodillas a la Iglesia primitiva y así, de rodillas, recibió la fuerza del Espíritu Santo. Hoy debes también enseñar a rezar a los sacerdotes y religiosos, a los fieles, para salir del atolladero.

    Salieron a predicar como leones. Pedro era un león, sentía dentro la fuerza de un león, ávido de presas. Echó las redes de su palabra en nombre de Cristo, y tres mil hombres quedaron atrapados. Los primeros cristianos entraron a la Iglesia por contagio de amor, de aquel amor que ardía en el corazón de los apóstoles. Así comenzó con buen pie la religión del amor, amando y haciendo amar, hasta el punto de arrancar a sus mismos enemigos la mejor alabanza que se pueda decir jamás de los cristianos: “Mirad cómo se aman”. Aprendieron muy bien la lección de Jesús.

    Hoy... en muchos casos, ya no es así. La religión del amor se ha convertido para muchos en la religión del aburrimiento. Porque no aman, porque se han olvidado del amor que Cristo les ha demostrado. Tienes que hacernos como hiciste a los primeros, para seguir convenciendo a los hombres fríos de hoy. La religión del amor se contagia por calor, no por gélidas ideas.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC

    viernes, 14 de octubre de 2011

    OBSEQUIOS A LA VIRGEN MARÍA


    Obsequios a la Virgen María

    Que los hijos amantes suelen tributar a su Santísima Madre; y pueden servir de flores  espirituales. 


    1) Consagrarle el mes que va desde el 7 de noviembre al 7 de diciembre. 


    2) Tener una imagen de María adornada en casa, y obsequiarla lo mejor que se pueda. 


    3) Saludarla afectuosamente al pasar delante de alguna iglesia o imagen suya. 


    4) Pedirle la bendición al levantarse por la mañana, y al acostarse por la noche. 


    5) Al salir de casa pide a la Virgen que bendiga tus pasos y acciones. 


    6) Inspirar la devoción de María a otros, sobre todo a los hijos y amigos. 


    7) Decir con grande afecto el Avemaría cuando diere el reloj. 


    8) En los peligros y tentaciones acogerse al manto de la Virgen invocando su auxilio. 


    9) Decir mañana y tarde un Avemaría con alguna oración a la Virgen.
    10) Decir con toda confianza el “Acordaos” para alcanzar una buena muerte. 


    11) No dejes pasar día alguno sin ofrecer tu familia y tus trabajos a la Virgen. 


    12) Hacer a María protectora del hogar y la familia. 


    13) Llevar siempre algún escapulario o medalla de la Virgen. 


    14) Oír o hacer celebrar Misa en honor a María Santísima. 


    15) Visitar alguna Iglesia o altar consagrado a María. 


    16) Dar limosna a los pobres en obsequio de nuestra Señora. 


    17) Visitar y consolar algún enfermo por amor a María. 


    18) Socorrer a las almas del purgatorio más devotas de María rezando por ellas. 


    19) Entrar en alguna Congregación de la Virgen y observar fielmente sus estatutos. 


    20) Llevar medalla de la Virgen, y, apretándola de cuando en cuando al corazón, decirle: yo te lo  entrego para siempre, oh Madre mía. 


    21) Compadecerse de los dolores de la Virgen y rezar en su honor siete Avemarías. 


    22) Tener los sentidos, principalmente la vista, recogidos en honor de la Virgen. 


    23) Rezar con especial devoción el Angelus. 


    24) Ejercitarse en algún trabajo bajo y humilde por amor a María. 


    25) Ofrecer de cuando en cuando las penas y trabajos a María. 


    26) Imitar las virtudes de la Virgen, y para esto preguntarse a menudo: ¿qué haría María puesta  en las circunstancias en que yo me hallo? 


    27) Ofrecer el Corazón a la Virgen. 


    28) Trabajar en la conversión de algún pecador. 


    29) Frenar la lengua en honor de María. 


    30) El principal obsequio y el más agradable a María es perseverar, en su devoción, cualquiera  sea. 


    31) Rezar por el Santo Padre. 


    32) Hacer comuniones espirituales durante el día. 


    33) Rezar con fervor el Santo Rosario. 


    34)Hacer alguna mortificación en la comida. 

    35)Rezar por las misiones y los misioneros. 


    36) Hacer una visita a Jesús sacramentado. 


    37) Lectura espiritual sobre la Virgen. 


    38) Rezar por nuestro Padre Fundador y sus intenciones.

    Fuente: cristorey.org

    jueves, 13 de octubre de 2011

    FUENTES DE LA MARIOLOGIA

    Fuentes de la Mariologia
    Congregación para el Clero, Vaticano

    Obtenemos noticias sobre la Virgen Madre de Dios y de la Iglesia:

    De las fuentes de la Revelación: Palabra de Dios escrita (Sagrada Escritura) y Palabra de Dios transmitida de viva voz a través de todas las generaciones (Tradición).

    LA SAGRADA ESCRITURA, en el Antiguo Testamento, nos habla de la Virgen de manera misteriosa.

    En el GENESIS aparece íntimamente llegada a la promesa del Redentor inmediatamente después del pecado de nuestros progenitores, así como Eva estaba íntimamente ligada con Adán en la comisión de ese pecado. Las palabras de Yahvé:

    " Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza mientras tú te abalances a su calcañal " (Gén 3, l5),

    Nos hacen ver a Cristo con María triunfando sobre el demonio tentador.

    En las personas bíblicas de Rut, Judit, Ester, así como en la Esposa de los Cantares y, sobre todo en la Hija de Sión, se ha visto vislumbrada la figura de María, así como en múltiples textos de los libros sapienciales, que la Iglesia recibe en su liturgia mariana.

    Así también aparece, según el mismo entender de los santos padres, la figura del misterio de la Virgen Fecunda en la nube que el profeta Elías divisara desde el Monte Carmelo, y que se convirtió en abundante lluvia (l Re l8, 44), con grandes beneficios para la tierra de Israel esterilizada tras larga sequía.

    En el NUEVO TESTAMENTO aparece María aureolada de una sobriedad maravillosa que hace más admirables y llenos de frescor natural los relatos. En los Sinópticos (Evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas), especialmente en San Lucas, se nos manifiesta la presencia histórica de María en los hechos de la Infancia del Señor. El Evangelio de San Juan nos complementa, por decirlo así, la Mariología del Nuevo Testamento con el relato detallado del papel espiritual de María en las Bodas de Caná y al pie de la Cruz del Señor, en el Calvario. (Jn 2,l2, l9,25-27)

    LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES nos completan la figura neotestamentaria de María, describiéndonos su presencia en la naciente Iglesia del Cenáculo y Pentecostés y, por fin, en el Apocalipsis se vislumbra, según la constante interpretación de la Iglesia en sus Santos Padres y en la Liturgia, el misterio de la gloria de María.

    LA TRADICION, segunda gran fuente de la Palabra de Dios revelada, nos presenta a María, bien sea a través de las decisiones de los concilios y de los Sumos Pontífices acerca de sus diversos misterios, o bien en los comentarios de los Santos Padres y escritores eclesiásticos, así como también en las manifestaciones de la arqueología, del arte cristiano de todos los tiempos, y de la liturgia.

    Fuente: Clerus.org

    miércoles, 12 de octubre de 2011

    OBEDIENCIA DE MARÍA

    Las Virtudes de María
    Obediencia de María
    San Alfonso María de Ligorio



    Por el amor que María tenía a la virtud de la obediencia, cuando recibió la Anunciación del ángel san Gabriel no quiso llamarse con otro nombre más que con el de esclava: "He aquí la esclava del Señor". Sí, dice santo Tomás de Villanueva, porque esta esclava fiel ni en obras ni en pensamiento contradijo jamás al Señor, sino que, desprendida de su voluntad propia, siempre y en todo vivió obediente al divino querer. Ella misma declaró que Dios se había complacido en esta su obediencia cuando dijo: "Miró la humildad de su esclava" (Lc 1,48), pues la humildad de una sierva se manifiesta en estar pronta a obedecer. Dice san Agustín que la Madre de Dios, con su obediencia, remedió el daño que hizo Eva con su desobediencia. La obediencia de María fue mucho más perfecta que la de todos los demás santos, porque todos ellos, estando inclinados al mal por la culpa original, tienen dificultad para obrar el bien, pero no así la Virgen. Escribe san Bernardino: María, porque fue inmune al pecado original, no tenía impedimentos para obedecer a Dios, sino que fue como una rueda que giraba con prontitud ante cualquier inspiración divina. De modo que, como dice el mismo santo, siempre estaba contemplando la voluntad de Dios para ejecutarla. El alma de María era, como oro derretido, pronta a recibir la forma que el Señor quisiera.

    Bien demostró Maria lo pronto de su obediencia cuando por agradar a Dios quiso obedecer hasta al emperador romano, emprendiendo el viaje a Belén estando en estado y en pobreza, de modo que se vio constreñida a dar a luz en un establo. También, ante el aviso de san José, al punto, la misma noche, se puso en camino hacia Egipto, en un viaje largo y difícil. Pregunta Silveira: ¿Por qué se reveló a José que había que huir a Egipto y no a la Virgen que había de experimentar en el viaje más trabajos? Y responde: Para darle ocasión de ejercitar la obediencia, para la cual estaba muy preparada. Pero, sobre todo, demostró su obediencia heroica cuando por obedecer a la divina voluntad consintió la muerte de su Hijo con tanta constancia. Por eso, a lo que dijo una mujer en el Evangelio: "Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron", Jesús respondió: "Más bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la cumplen" (Lc 11,28). En consecuencia, conforme a Beda el Venerable, María fue más feliz por la obediencia al querer de Dios que por haber sido hecha la Madre del mismo Dios.

    Por esto agradan muchísimo a la Virgen los amantes de la obediencia. Se cuenta que se le apareció la Virgen a un religioso franciscano llamado Accorso cuando estaba en la celda, pero en ese instante fue llamado para confesar a un enfermo y se fue. Mas al volver encontró que María lo estaba esperando, alabándole mucho su obediencia. Como, al contrario, reprendió a un religioso que después de tocar la campana se quedó completando ciertas devociones.

    Hablando la Virgen a santa Brígida de la seguridad que da el obedecer al padre espiritual, le dijo: La obediencia es la que introduce a todos en la gloria. Porque, decía san Felipe Neri, que Dios no nos pide cuenta de lo realizado por obedecer, habiendo dicho él mismo: "El que a vosotros oye, a mí me oye; el que a vosotros desprecia, a mí me desprecia" (Lc 10,16). Reveló también la Madre de Dios a santa Brígida que ella, por los méritos de su obediencia, obtuvo del Señor que todos los pecadores que a ella se encomiendan sean perdonados.

    Reina y Madre nuestra, ruega a Jesús por nosotros, consíguenos por los méritos de tu obediencia ser fieles en obedecer a su voluntad y las órdenes del director espiritual. Amén.

    martes, 11 de octubre de 2011

    JESÚS Y MARÍA

    Jesús y María

    Mi mejor invento, dice Dios, es mi Madre. Me faltaba una y me la hice. Hice yo a mi Madre antes que ella me hiciese. Así era más seguro.

    Ahora sí que soy hombre como los demás. Ya no tengo nada que envidiarles, porque tengo una Madre, una Madre de veras.

    Mi Madre se llama María. Su alma es absolutamente pura y llena de gracia.

    Su cuerpo es virginal y habitado de una luz tan espléndida, que cuando yo estaba en el mundo, no me cansaba nunca de mirarla, de escucharla, de admirarla.
     

    Qué bonita es mi Madre! (Qué bien se está en los brazos de mi Madre!)

    Además, hice a mi Madre así también para mis hermanos los hombres, para que tengan una Madre de veras en el cielo.

    (Ah, si de verdad creyesen esto!)

    (Que se aprovechen!, dice Dios. En el cielo tienen una Madre que les sigue con sus ojos, que les ama con todo su corazón. Si los hombres quisieran.... bien se aprovecharían. )Cómo no se darán cuenta de que yo no puedo negar nada a mi Madre?
     

    Qué queréis! Es mi Madre! Yo lo quise así.... Y no me arrepiento.

    Fuente:  educadormarista.com

    lunes, 10 de octubre de 2011

    IMITAR A MARÍA


    Imitar a María
    Padre Tomás Rodríguez Carbajo 



    - Una manera de amar a María, la más eficaz, que supone otros ejercicios previos, es la imitación de sus virtudes, con ella enraizamos en nuestra vida la auténtica devoción y la limpiamos de estériles sentimentalismos, convirtiendo en frutos de virtudes los deseos de amar.
    En María han florecido todas las virtudes evangélicas, por eso el ejercicio de cualquier virtud supone un transplante en nuestra vida del amor de María hacia Dios, si nos fijamos directamente en María es por el ánimo que nos infunde la posibilidad de ejercitarla, al mismo tiempo que nos agrada el parecernos a nuestra Madre.
    En la medida que crece en nosotros el amor a María crece el amor a Dios. Todo amor tiende a la perfección y ésta está en Dios, por eso el amor a María, que debe terminar en el amor a Dios, tiende a reproducir en nosotros las virtudes, las perfecciones, que encuentran en Dios la máxima expresión y en María la mejor reproducción.

    - Ante el cúmulo de virtudes que sobresalen en la Virgen podemos seleccionar las disposiciones fundamentales en las que aquellas se cultivan. Juan Pablo II en una oración que le dirige nos marca a nosotros el camino a seguir, imitando a María, para conseguir tantas virtudes que en Ella florecieron:
    "Tú creíste en su amor y obedeciste a su palabra. El Hijo de Dios te quiso como Madre suya, al hacerse hombre para salvar a la humanidad. Tú lo acogiste con solícita obediencia y corazón indiviso."


    - La virtud es una faceta del amor a Dios y es el término de una correcta disposición, por eso nuestro amor a Dios, pasando por María, debe encontrar en la correcta disponibilidad que nos indica el Papa en la anterior oración:
    Creer en el amor de Dios,
    Obediencia a su palabra.
    Lo segundo es consecuencia de lo primero. Si creemos en el amor de Dios, aceptamos lo esencial del ser divino, que San Juan claramente nos lo ha dicho: "Dios es Amor" (1Jn. 4, 8). Todo el obrar de Dios procede de su esencia, de ahí que si aceptamos que Dios todo lo hace por amor, lo lógico es que le obedezcamos, que nos pongamos a su entera disposición, ya que Dios busca siempre nuestro bien, como nos lo recuerda San Pablo: "Para el que ama a Dios, todo colabora para su bien" ( Rom. 8, 28 ).

    - María se fió plenamente de la Palabra de Dios: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra" (Lc. 1, 38). El aceptar incondicionalmente lo que Dios le proponía, a pesar de tirar por tierra sus proyectos humanos, implícitamente admite que Dios la ama, que busca su bien, aunque a primera vista no lo entienda, era consciente de lo que San Pablo nos diría: Discernir la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto (Rom. 12, 2).

    - El seguir la voluntad de Dios es la imitación de su perfección y la manera práctica de amarle. María así lo hizo en su vida y nos invita a que la imitemos, para que pasemos de la teoría a la práctica, del deseo a la realidad de amar a Dios.

    - La actitud de una solícita obediencia a la voluntad divina conlleva lo que Juan Pablo II nos dice en la mencionada oración:
    Tú lo acogiste con solícita obediencia y corazón indiviso.

    - No podemos negar que el aceptar a Dios como Amor Supremo, nos exige el estar en continua sintonía con la voluntad divina y ponernos totalmente a su entera y constante disposición, sin fisuras en nuestro corazón, pues, el seguimiento de la voluntad de Dios nos ocupará toda nuestra actividad humana con el deseo de acomodarnos a lo que Dios quiere. María nos ayudará con su ejemplo de fidelidad a que nosotros no le demos a Dios el corazón partido, sino todo y en exclusiva.

    - Decía Juan Pablo II en el Santuario de Nuestra Señora del Rocío (14-6-93): "La verdadera devoción a la Virgen os llevará a la imitación de sus virtudes. A través de Ella y por su mediación, descubriréis a Jesucristo, su Hijo, Dios y Hombre verdadero, que es el único mediador entre Dios y los hombres".

    domingo, 9 de octubre de 2011

    PELDAÑOS PARA UNA VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA

    Peldaños para una verdadera devoción a María
    Padre Tomás Rodríguez Carbajo 



    Una auténtica devoción a María supone un ascenso en la vida espiritual, ya que en la medida en que amamos a María, estamos amando a Jesús, a quien Ella siempre nos encamina.

    1.- El primer peldaño que hemos de subir está apoyado en un sólido fundamento: En el amor a María. Si no hay amor en el cristiano, no hay fundamento en su vida hacia Dios, pues, San Pablo en 1 Cor. 13, 1 ss nos lo advierte: Ya puedo tener todos los carismas, riquezas, bienes... "si no tengo caridad, nada me aprovecha" (v. 3).

    Amor cristiano, que tiene su fundamento en Dios, quien fue el primero en amar (1Jn. 4, 19). Mi correspondencia a este amor me lleva a amar a todos los que Dios ama, y hemos de reconocer que el primer puesto entre las criaturas está reservado para María, la predilecta de Dios, quien tuvo el privilegio de estar siempre inmune de pecado por ser la elegida para ser la Madre del Verbo Encarnado.
    El amor que le tiene Dios es razón suficiente, para que yo la ame, pero además hay otra de gran peso, y es que es ni Madre. Cristo me la ha entregado en el momento culminate del Calvario, allí donde del "costado de Cristo nace la Iglesia".

    María no es sólo la Madre de Jesús de Nazaret, también lo es del Cuerpo Místico de Cristo. Con gran entusiasmo fue acogido en el discurso de Pablo Vl, el 21 de Noviembre de 1964 en la sesión de clausura de la tercera etapa conciliar la proclamación de María Madre de la Iglesia: "Nos proclamamos a María Santísima "Madre de la Iglesia", es decir, de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores, que la llaman Madre amorosa, y queremos que desde ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título".
    Esta razón de que María es mi Madre tiene peso sobrado, para que la ame, aparte de otros motivos de muchísimo peso ya mencionados.

    2.- El segundo peldaño basado en el anterior es el de la veneración.

    A María la invocamos con títulos, que implican en nosotros un gran respeto y veneración por lo que Ella es y por el papel necesario, que ha ocupado en la obra de la redención llevada a cabo por su Hijo, le decimos: "Arca de la Alianza", "Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad".

    La humildad no tiene por qué estar reñida con la verdad, de ahí que María proféticamente haya reconocido que iba a ser objeto de veneración por parte de sus hijos fieles, así nos dijo en el Magníficat: "Me llamarán Bienaventurada todas las generaciones". (Lc. 1, 48).
    Abriendo las páginas de la historia de la Iglesia, en todas las épocas, tiempos y lugares donde prendió la fe cristiana allí brotaba el reconocimiento de las maravillas, que Dios había hecho con una simple criatura humana elegida por El, para que fuera su Madre.
    Esto lo atestiguan de manera muy plástica las ermitas, iglesias, catedrales, santuarios dedicados a honrar a María, como las innumerables imágenes, que están diseminadas por todos los lugares de culto, de casas de formación religiosas, de colegios, de hogares cristianos. Son incontables las fiestas, romerías, novenas, procesiones celebradas para honrar a María.

    3.- El tercer peldaño basado en la veneración y en el amor está en la invocación.
    Las limitaciones y necesidades humanas, juntamente con los peligros, que nos rodean, nos hacen levantar los ojos hacia María, "la Omnipotencia Suplicante", quien tiene "vara alta" delante de su Hijo. D. Bosco decía: "Cuando María ruega, todo se obtiene, nada se niega".

    Ningún hijo bien nacido niega a su madre nada de lo que esté a su alcance. Qué decir cuando se lo pide la mejor de las Madres al mejor de los Hijos en favor de sus hijos necesitados, que se encuentran en "este valle de lágrimas".

    A María se le invoca:
    .- para que nos consiga gracias y favores de su Hijo,
    .- para que nos ayude a agradecer los favores recibidos,
    .- para alabarla y bendecirla por lo que Dios ha hecho en "la esclava del Señor".
    La invocan los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos, los sanos y los enfermos, los ricos y los necesitados, los sabios y los ignorantes, todos los cristianos conscientes del papel de María en sus vidas se ven impelidos a rezarle "ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte".

    4.- El Vaticano ll nos pone un cuarto peldaño (L.G. n 66), es la imitación.
    La verdadera devoción no se reduce a un sentimentalismo, ni simplemente a invocarla o venerarla, debe llevarnos a una imitación.
    María, que es ejemplo y modelo de todas las virtudes, quiere para nosotros lo mejor, por eso nos encamina siempre hacia Cristo, pues, nos repite constantemente la invitación de Caná: "Haced lo que El os diga"(Jn. 2, 5). Ella fue siempre fiel en llevar a la práctica la voluntad de Dios, aunque no la entendiera, pero por la fe aceptaba cualquier insinuación que conociera venida de Dios.

    Para cualquier hijo es un título de honra el que le digan: "Te pareces a tu madre", también lo es para un cristiano el que le digan que se parece a María, pues, en la medida en que ama e imita a María, en esa misma proporción está amando a Cristo.
    Subiendo por estos cuatro peldaños, llegamos a la cima de la verdadera devoción a María.

    sábado, 8 de octubre de 2011

    BIENAVENTURANZAS DE MARÍA

    Bienaventuranzas de María
    Padre Ignacio Prado


    BIENAVENTURADOS SI RESPONDEMOS A LA IDEA CREADORA DE DIOS

    Bienaventurados nosotros si respondemos como ella con todo nuestro ser y en respuesta, va contenida una cooperación perfecta con la gracia de Dios que previene y socorre y una disponibilidad plena y generosa a la acción del Espíritu Santo que hace de nosotros una criatura nueva y abierta a la acción constante y maravillosa de nuestro padre y creador.

    BIENAVENTURADOS SI ABIERTOS A SU PALABRA MANTENEMOS UN DIALOGO CONSTANTE CON ÉL

    Bienaventurados nosotros si sabemos que creer es "abandonarse" en la verdad misma de la palabra de Dios viviente, sabiendo y reconociendo humildemente cuán inescrutables son sus designios e inescrutables sus caminos. Se conforma a ellos en la penumbra de la fe, aceptando plenamente y con corazón abierto todo lo que está dispuesto en su proyecto eterno de amor.

    BIENAVENTURADOS SI EN LAS PRUEBAS Y DIFICULTADES SABEMOS DECIR AMÉN

    Bienaventurados nosotros si como Ella, que confió plenamente en Él, en medio de las pruebas y dificultades de la vida y supo decir cada día con más hondura y radical confianza: "Hágase en mí según tu palabra". Que seamos capaces de crecer y cultivar juntos en familia, en grupo, en comunidad, esa Palabra dicha para cada uno, aceptando, descubriendo, asumiendo en toda su profundidad ese beneplácito amoroso de Dios.

    BIENAVENTURADOS SI NOS ADHERIMOS A CRISTO, CAMINO Y VERDAD DE NUESTRAS VIDAS

    Bienaventurados nosotros si como Ella, llena de Gracia, que está permanentemente presente en el misterio de Cristo, pegada y adherida a Él en todo su peregrinar (terrestre y celeste) y al mismo tiempo, de modo discreto, pero directo y eficaz, haciendo presente a los hombres el misterio de Jesucristo doloroso, muerto y resucitado. Quien cree en Él no muere, vive para siempre.

    BIENAVENTURADOS NOSOTROS SI UNIDOS AL ESPÍRITU HACEMOS IGLESIA

    Bienaventurados nosotros si estrechamos nuestra unión y abiertos a la acción fecunda del Espíritu Santo, sabemos aguardar con ánimo abierto y esperanzado, la promesa de los dones del Espíritu para hacer brotar y renacer algo nuevo e inesperado, porque las riquezas del Espíritu son inagotables. Para Dios NADA hay imposible. "Dichosa tú que has creído, porque se hará lo que Él ha dicho".

    BIENAVENTURADOS SI SOMOS LIBRES Y VIVIMOS EN LA VERDAD Y LA LUZ

    Bienaventurados nosotros si abiertos totalmente a la luz de Dios y orientados hacia Él, por el empuje de la fe, vemos en María, al lado de su hijo, la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos. La Iglesia debe mirar hacia Ella, Madre y Modelo, para comprender en su integridad el sentido de su misión expresado en el Magnificat.¡Eso engrandece!

    BIENAVENTURADOS SI LA ACOGEMOS EN EL ESPACIO MÁS ÍNTIMO DE NUESTRO SER

    Bienaventurados nosotros si como auténticos discípulos de Cristo, como Juan al pie de la Cruz, vivimos esta dimensión Mariana, mediante una entrega filial y confiada a la Madre de Dios, iniciada con el testamento del Redentor en el Calvario, "acogiéndola entre las cosas propias" e introduciéndola en todo el espacio de su vida interior, es decir, en su yo humano y cristiano. Vivir en Él.

    BIENAVENTURADOS SI VEMOS EN ELLA EL MODELO DE UNA PERSONA PLENA Y REALIZADA

    Cultivando los más altos sentimientos de que es capaz el corazón humano: la oblación total del amor, la fuerza que sabe resistir los más fuertes dolores, la fidelidad sin límites, la laboriosidad infatigable y la capacidad de conjugar la intuición penetrante con la palabra de apoyo y de estímulo. El verdadero sentido de la mujer que la Iglesia descubre a la luz de María. "Tú, que para asombro de la naturaleza humana, has dado el ser humano a tu Creador.


    viernes, 7 de octubre de 2011

    La Virgen del Rosario: ¡Vencedora de las batallas!

    La Virgen del Rosario: ¡Vencedora de las batallas!

    Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!

    La batalla de Lepanto
     
    En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

    En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen  había otorgado la victoria. Semanas mas tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario.

    Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacia muy vulnerable. El emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario.  Hubo gran lucha y derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.

    La batalla de Temesvar
    El Príncipe Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (en la Rumania moderna) a un ejercito turco dos veces mas grande que el suyo, el 5 de agosto de 1716, que en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.

    NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO - 7 DE OCTUBRE

    Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
    Nuestra Señora del Rosario
    Advocación mariana, 7 de octubre
     
    Nuestra Señora del Rosario

    Fiesta

    Martirologio Romano: Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.

    Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.

    En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.

    El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar un suceso lejano cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave María. La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

    Las promesas de la Virgen a los que recen el rosario

    Las promesas de la Virgen a los que recen el rosario

    Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

    El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

    Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:

    1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
    2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
    3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
    4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
    5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
    6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
    7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
    8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
    9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
    10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
    11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
    12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
    13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
    14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
    15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

    jueves, 6 de octubre de 2011

    EL SILENCIO DE MARÍA..

    El silencio de María
    Padre Ignacio Larrañaga


    "Juan fue, seguramente el primero en experimentar aquello que nosotros llamamos la devoción a María: amor filial, admiración, disponibilidad, fe ...

    Dios no puede ser objeto de intelección sino de fe. Esto quiere decir que a Dios no se le entiende, se le acoge. Y si se le acoge de rodillas, se le "entiende" mejor.

    La fe es eso precisamente: peregrinar, subir, llorar, dudar, esperar, caer y levantarse, siempre caminar como los seres errantes que no saben dónde dormirán hoy y qué comerán mañana.
    Como Abraham, como Israel, como Elías, como María.

    Pero la peregrinación, normalmente, es desierto.

    Eso mismo ocurre entre nosotros. Muchas almas tuvieron en otras épocas visitaciones gratuitas de Dios, experimentaron vivamente su presencia, recibieron gracias infusas y gratuidades extraordinarias, y aquellos momentos quedaron marcados como heridas rojas en sus almas. Fueron momentos embriagadores. Pasan los años. Dios calla. Estas almas son asaltadas por la dispersión y la tentación. La monotonía las invade. Se prolonga obstinadamente el silencio de Dios. Tienen que agarrarse, casi desesperadamente, al recuerdo de aquellas experiencias vivas para no sucumbir ahora.

    La grandeza de María no está en imaginarse que ella nunca fue asaltada por la confusión. Está en que cuando no entiende algo, ella no reacciona angustiada, impaciente, irritada, ansiosa o asustada.

    En lugar de eso, toma la actitud típica de los Pobres de Dios: llena de paz, paciencia y dulzura, toma las palabras, se encierra en sí misma, y queda interiorizada, pensando: ¿Qué querrán decir estás palabras? ¿Cuál será la voluntad de Dios en todo esto?

    La Madre es como una de esa flores que cuando desaparece la claridad del sol se cierran sobre sí mismas: así ella se repliega en su interior y, llena de paz, va identificándose con la voluntad desconcertante de Dios, aceptando el misterio de la vida.

    ¿Qué se consigue con resistir los imposibles?
    En esos momentos nos corresponde actuar como María: cerrar la boca y quedar en paz.

    Creer es confiar. Creer es permitir. Creer, sobre todo, es adherirse, entregarse. En una palabra creer es amar. Creer es "caminar en la presencia de Dios" (Gén 17,1). La fe es, al mismo tiempo, un acto y una actitud que agarra, envuelve y penetra todo cuanto es la persona humana: su confianza, su fidelidad, su asentimiento intelectual y su adhesión emocional. Compromete la historia entera de una persona: con sus criterios, actitudes, conducta general e inspiración vital.

    A mi entender, las palabras más preciosas de la Escritura son estás: " He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según su palabra " (Lc 1,38)

    Lo que sabemos, con absoluta certeza, es que la vida normal de esta muchacha de campo fue interrumpida, de forma sorprendente, por una visitación extraordinaria de su Señor Dios.

    Frente a la aparición y a estas inauditas proposiciones uno queda pensando cómo esta jovencita no quedó trastornada, cómo no fue asaltada por el espanto y salió corriendo. Siguió llena de dulzura y serenidad.

    El hecho de ser inmaculada debió influir decisivamente, porque los desequilibrios son generalmente resultado perturbador del pecado, es decir, el egoísmo.

    Todos nosotros llevamos en nuestra constitución personal una franja de soledad en la que y por la que unos somos diferentes de otros. Nadie -excepto Dios- puede compartir ese peso.

    Y la pobre muchacha, solitariamente como adulta en la fe, salta por encima de todas las perplejidades y preguntas y, llena de paz, humildad y dulzura, confía y se entrega. "¡Hágase!" Está bien Padre mío.

    Sólo un profundo espíritu de abandono y una fe adulta nos librará del desconcierto y nos evitará ser quebratados por el silencio.

    Antés de ser Señora nuestra, fue Señora de sI misma."

    lunes, 3 de octubre de 2011

    ¡Gracias, por haber dicho que sí!

    Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    ¡Gracias, por haber dicho que sí!
    Meditaciones del Rosario. Primer Misterio de Gozo. La Anunciación del Ángel a la Virgen
     
    ¡Gracias, por haber dicho que sí!

    Eres la misma que habías renunciado a ser madre: del Mesías y de otros posibles hijos, porque Dios te pidió ser virgen. Pero Él hizo que pudieras seguir siendo virgen y que al mismo tiempo fueras madre de Cristo y madre de todos los hombres.

    Dios es un ladrón muy singular. Algunos roban y no devuelven. Son la mayoría. Algún ladrón, arrepentido, devuelve lo que ha robado o parte de lo que ha robado. Pero Dios devuelve lo que robó multiplicado al ciento por uno. En ese sentido yo quisiera que Dios me robara todo para aumentarlo al cien por cien.

    ¡Gracias, por haber dicho que sí!

    Un día llamaron a la puerta de una casita de Nazareth. La niña abrió la puerta y escuchó al mensajero que le pedía de parte de Dios: Se solicita una madre para el redentor de los hombres. ¿Aceptas ser su madre?...

    Todos los hombres de todos los tiempos, encadenados, infelices, destinados al castigo eterno, rodeaban la casita de Nazareth. Gritaban angustiosamente a la niña inocente y asustada: Di que sí, dilo pronto, y estaremos salvados... La respuesta fue tan sencilla como firme: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.”
    Hoy todos los hombres decimos a aquella mujer: ¡Gracias, madre, por haber dicho que sí.”

    Yo me uno a ese coro de voces que le dan las gracias. Santa María de Guadalupe es el nombre de aquella maravillosa Niña que nos fue quitando las cadenas de las manos y las cadenas dela cuello; la que no-s ha abierto a cada uno las puertas de la gloria, hasta el punto de ser invocada como “Puerta del cielo”. Hay que decirle con el corazón: ¡Gracias, Madre, por haber dicho que sí”


    El sí de María

    María es un alma de aceptación: Pasó por el susto, la sorpresa y la alegría del llamado como tú. Dijo sí con unas palabras hermosas que eran su fórmula de consagración”:He aquí la esclava del Señor...” En esas palabras había entrega total, confianza plena, amor muy hondo...¿como tú?

    Alma que alimentaba el amor y vivía del amor en su vida.

    Una lámpara en que reponía el aceite, una hoguera en que renovaba la leña para alimentar la llama. El aceite era la oración rica, jugosa, apasionante...¿cómo tú?. Y el sacrificio por amor la leña de la hoguera. Todas las cosas que hacía llevaban un sello: Amor a Dios. Todo era razón y motivo para amar: una escoba, un puchero, un cántaro.¿Para ti también?

    Vivía de amor; era su respiración, su vida, su sentido. Sin el amor a Dios, a su hijo, a san José, a las almas, su vida no era nada... ¿cómo tú?

    Y María era feliz en medio del dolor, del trabajo, de la sencillez de su vida. ¿Cómo tú?

    Alma que de su consagración hizo su vida, su por qué, su alegría.

    Demostró que una vida entregada a Dios por amor es una vida hermosísima, muy valiosa, muy rica, digna de imitarse. Tú eres uno de esos imitadores, imitadoras... Tienes que seguir demostrándote a ti y al mundo que tu vida dedicada a Dios y a los hombres es muy hermosa, valiosísima, riquísima, digna de vivirse e imitarse.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC

    sábado, 1 de octubre de 2011

    Octubre mes del Rosario

    Octubre mes del Rosario
    Padre Tomás Rodríguez

    . La auténtica devoción se exterioriza con prácticas piadosas, cada persona puede tener preferencias de una sobre otras, todas son buenas, lo importante no es lo exterior, sino la actitud interna, la devoción.

    . Cuando amamos a una persona, siempre que podamos hemos de contentarla en sus gustos; refiriéndonos a María, a Ella le gusta que sus hijos la veneren con el rezo del Santo Rosario, así lo ha pedido en muchas apariciones, que la Iglesia ha reconocido: Lourdes, Fátima.

    . La Iglesia ha dedicado un mes, el de Octubre, para honrar a María con el rezo del Santo Rosario, ninguna devoción tiene una fiesta litúrgica como la tiene esta devoción, el 7 de Octubre se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

    . Desde el Pontificado de Sixto lV, 1478, hasta nuestros días, el testimonio de todos los Papas sobre la excelencia del Rosario no ha podido ser más unánime. Sobre ninguna otra práctica de piedad han publicado jamás los Papas tanto número de Encíclicas. Sobresale León Xlll con 12, en todas ellas hay un recurso a María por el Rosario. Es conocido como “El Papa del Rosario”.

    . Una de las imágenes de María, que más difusión tiene es la de Nuestra Señora del Rosario. Esto es sintomático de cómo ha calado en el pueblo cristiano esta devoción. Hace años en muchos hogares cristianos era práctica ordinaria el rezo diario en familia del Santo Rosario. Entre el silencio obligado de los más pequeños, el recogimiento del cabeza de familia y el ajetreo del ama de casa se terminaba la jornada con la sarta de las Avemarías, que indudablemente eran escuchadas por la Madre del Cielo complacida de que sus hijos cerrasen el horario de sus faenas con el rezo del Santo Rosario.

    . No podemos traspasar aquellos clichés familiares a nuestros días, pues, no encajarían; pero no por eso tenemos que desterrar aquel amor a la Madre, que vela constantemente por nosotros.

    . El fiel cristiano en muchas ocasiones, cuando tiene que rezar a nivel personal o comunitario acude en la mayoría de las veces al rezo del Santo Rosario, esta devoción nos parece un “comodín”, que siempre nos saca de apuros, pues, en el fondo de ella encontramos los distintos momentos de nuestra vida, gozo, dolor y alegría reflejados en la contemplación de los misterios.

    . El que la Iglesia haya dedicado un mes especialmente a esta devoción, no es con un sentido exclusivo, sino para potenciar la importancia que tiene para nuestra vida esta expresión de devoción a María.

    . A las dificultades, que algunos alegan en contra de esta devoción como puede ser la rutina debido a repetir siempre la misma oración, daremos algunas de las ya sabidas respuestas:

    - “El amor, aunque tenga las mismas palabras, no tiene el mismo sentido”
    - “Hablan mal del Rosario los que no lo rezan”
    - “El peor Rosario es el que no se reza”.
    . La actualidad del rezo del Rosario nos viene
    - porque es una expresión de nuestro amor a María y éste no es de temporada,
    - porque le agrada a María a quien tenemos que amar por ser nuestra Madre.

    martes, 27 de septiembre de 2011

    ¡Prepárate! en Octubre, no dejes de rezar el Rosario

    Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
    ¡Prepárate! en Octubre, no dejes de rezar el Rosario Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y "nuestro mundo" será mejor.   

    Ya pronto empezaremos Octubre y lo celebramos como el mes del rosario.
    Rezar el rosario para algunas personas es un tiempo desperdiciado en una letanía de repetidas oraciones, que en la gran mayoría, están dichas de una manera distraída y maquinalmente. Pero no es así. El hecho de ponernos a rezarle ya es un acto de amor a la Madre de Dios. Es una súplica constante y repetida para pedir perdón y rogarle por nosotros y por todos los hombres en el presente y también en la hora de la muerte.

    Rezar el rosario es meditar en los Misterios de la Vida de Cristo, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, los sufrimientos, los momentos luminosos y transcendentales y glorificación del Señor, siempre acompañado de los momentos de grandeza de la Santísima Virgen, su Madre, siendo así una síntesis de su obra Redentora.

    Rezar el rosario es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aún las menos instruidas y una excelente manera de ejercitar los actos más sublimes de fe y contemplación. El Padrenuestro con el que se empieza cada Misterio es la oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo no pueden cansarse de repetirlo. En cuanto el Avemaría, toda ella está centrada en el Misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en el Avemaría hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por la infinita misericordia que nos mostró al encarnarse en Ella y hacerse hombre para su Misión redentora.
    La Santísima Virgen en sus repetidas apariciones , siempre ha sido la súplica más importante que en sus mensajes nos ha dado. Ella nos ha pedido que recemos el rosario. Ella nos lo pide insistentemente porque tiene su rezo un GRAN VALOR. Quiere que repitamos una y otra vez la súplica, la alabanza, con la esperanza puesta en su gran amor por toda la Humanidad.

    Tal vez, por lo repetitivo del rezo, como decía Santa Teresa, la "loca de la casa", nuestra mente, se nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero aún así nuestro corazón y nuestra voluntad está puesto a los pies de la Madre de Dios, y esas Avemarías son como el incienso que sube en oscilantes volutas hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.

    Nuestro mundo se está olvidando de rezar. Tenemos fe, creemos en Dios pero no hablamos con El. El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de muchos rosarios.

    Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y "nuestro mundo" será mejor.

    miércoles, 21 de septiembre de 2011

    EL NOMBRE DE MARÍA ...

    El nombre de María
    Padre Miguel Antonio Barriola

    El mes de setiembre, que vamos promediando, es rico en fiestas de nuestra Madre María Santísima. Recordamos el 8 su nacimiento, el 12 su dulce nombre y el 14 sus dolores al pie de la cruz de su Hijo, nuestro redentor.

    Reflexionar sobre su “nombre”, nos ayudaría a profundizar en palabras, que recitamos en tantas ocasiones, pero que, a veces, se vuelven rutinarias y, por lo mismo se desdibujan.

    La explicación más aceptada para la etimología y uso arameo, la emparenta con «mará’», que significa «Señor», por lo cual «Maryám» vendría a ser «Señora».Ya este dato nos da que pensar, porque esta «señora» se calificó a sí misma como «sierva» (Lc 1, 38; 48).

    El hecho es corroborado, porque, Lucas, acto seguido de notificar que «el nombre de la Virgen era María» (Lc 1, 27), nos comunica que Gabriel no la saludó: «La paz contigo María», según la usanza judía, sino que, pasando por alto su nombre propio, se dirige a ella de este modo: «Alégrate, llena de gracia». El nombre cede ante el designio de amor, que Dios, fuente de toda gracia, tiene reservado para ella.

    Se amplifica el panorama, si repasamos el Evangelio de Juan. En él nunca aparece el nombre expreso de María. Siempre se la distingue como «la Madre de Jesús» (2, 1 – 5; 6, 42; 19, 25 – 27). Y S. Pablo, que, en todas sus cartas, recuerda una sola vez a la Madre de Cristo, tampoco la nombra, sino que, se refiere a ella como «mujer» : «nacido de mujer» (Gal 4, 4).

    Tal comprobación nos induce a contemplar hasta qué punto la persona de María, secundando los planes divinos, se olvidó de sí misma, para transformarse enteramente en receptora total de lo que Dios disponía para su existencia. Subrayemos, que no sólo fue un recipiente inerte de los dones de la gracia (también Eva vino al mundo «sin pecado original»), sino que secundaba con todo su corazón a las propuestas de su Señor, aunque más de una vez no las comprendiera (ver: Lc 1, 29; 2, 19; vv. 50 – 59).

    María es cerciorada de su rango de «reina y señora», puesto que se le informa que el hijo, que va a nacer de ella, recibirá de Dios «el trono de David su padre... y su reino no tendrá fin» (Lc 1, 33). Pero, María no se queda pavoneándose con tan alta dignidad, sino que enseguida se pone a servir, «partiendo sin demora» para asistir a su parienta, que se encontraba en su sexto mes (Lc 2, 36 y 39).Como ya se anotó, Jesús, en el Cuarto Evangelio, nunca la llama «María», sino «Mujer» (2, 4; 19, 26; ver: Apoc 12, 1 ss.).

    En la cruz, es descrita como «su madre» (de Jesús), pero enseguida es calificada como «“la” madre», sin el posesivo que la relaciona con Jesús (Jn 19, 26). El proceso de amplificación desemboca en el cambio mismo de los pronombres: «Aquí tienes a “tu” madre» (de Juan y de todos nosotros en él representados).

    Justamente por ser «Madre de Jesús», no se posee más a sí misma, dado que el Hijo de Dios, no puede ser monopolizado por nadie, ni siquiera por su mamá.

    En consecuencia, festejar el «nombre de María» significa celebrar ese proceso de despojamiento total, para no ser otra cosa que un vaso comunicante: receptor de gracia y difusor de la misma, sin acaparar sobre María, ni en cada uno de nosotros, los dones divinos, sino trabajando para volvernos todos canales transmisores de un amor que nadie puede almacenar para sí solo. Por otro lado, todo está en línea con el «anonadamiento» del mismo Hijo de Dios, que, sin considerar su condición divina como un botín a defender celosamente, se hizo esclavo, hasta la cruz. Sólo entonces, no como fruto de su propio afán, sino como don del Padre, recibe «UN NOMBRE» sobre todo nombre: «Jesucristo es el Señor» (ver: Filip. 2, 6 – 11).

    lunes, 19 de septiembre de 2011

    LA VIRGEN MARÍA...



     
    La Virgen María..

    La Virgen María, por un privilegio único en vista de su destino divino, fue concebida sin pecado. Nunca el demonio tuvo poder alguno sobre Ella, porque estuvo exenta de pecado original. Debes honrar muy especialmente esta prerrogativa de la Madre de Dios, porque es el comienzo de su santificación y de su gloria. Regocíjate con Ella por la dicha que tuvo de ser librada del pecado de Adán, y recibir más gracias, en ese momento feliz de su Concepción, que la que nunca poseyeron los hombres y los ángeles juntos.

    Oh Dios que, por la Inmaculada Concepción de la Virgen, habéis preparado un santuario digno para vuestro Hijo, dignaos, después de haberlo preservado de toda mancha en previsión de la muerte de este mismo Hijo, concédernos a nosotros, por su intercesión, la gracia de llegar hasta Vos, purificados de toda mancha. Por Jescucristo Nuestro Señor, Amén.


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