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lunes, 3 de agosto de 2015

MUJER - HOMBRE: ¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE ELLOS SEGÚN LA IGLESIA CATÓLICA?


Mujer- Hombre: ¿Cuál es la relación entre ellos según la iglesia católica?

Fragmentos de verdad católica



El hombre como la mujer son personas humanas, en igual medida; la igualdad en la dignidad de las personas, lo cual se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, y da lugar a una 



Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net 




¿Qué dice la iglesia acerca de la relación entre el hombre y la mujer?
- La Iglesia, iluminada por la fe en Jesucristo, afirma:
· el carácter personal del ser humano: o sea, que tanto el hombre como la mujer son personas humanas, en igual medida;
· la igualdad en la dignidad de las personas, lo cual se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, y da lugar a una "unidualidad" relacional;
· la importancia y el sentido de la diferencia sexual;
· la existencia de uno con y para el otro;
· el carácter relacional, no competitivo ni de revancha;
· la colaboración activa, entre el hombre y la mujer, la cual parte del reconocimiento de la misma diferencia entre el hombre y la mujer;
· la presencia del pecado, el cual estropea mas no anula esta positiva relación y colaboración entre ellos.
 
¿Dónde encuentra la iglesia esta concepción?
La encuentra en la Sagrada Escritura que, rica, también, en sabiduría humana, la ha manifestado progresivamente gracias a la intervención de Dios en favor de la humanidad.
 ¿Cómo presenta el antiguo testamento la importancia del hombre y la mujer?
Presenta la importancia del hombre y de la mujer de varios modos.
Por ejemplo, el Antiguo Testamento:
· configura una historia de salvación que pone simultáneamente en juego la participación de lo masculino y femenino, la importancia del hombre y la mujer;
· utiliza un vocabulario nupcial: Dios se da a conocer como el Esposo que ama a Israel, su Esposa. Este vocabulario expresa la naturaleza misma de la relación que Dios establece con su pueblo, si bien esta relación es más amplia de lo que se puede experimentar en la relación nupcial humana;
· presenta un amor muy humano, que celebra la belleza de los cuerpos y la felicidad de la atracción recíproca en la que se expresa al mismo tiempo el amor divino por su pueblo (esto se puede ver por ejemplo en el libro del Cantar de los Cantares ).

¿Cómo presenta el nuevo testamento la relación entre el hombre y la mujer?
Confirma y completa lo que ya estaba presente en el Antiguo Testamento:
· Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, asume en su masculinidad todo aquello que el simbolismo veto testamentario había aplicado al amor de Dios por su pueblo, descrito como el amor de un esposo por su esposa;
· la Virgen María, como elegida hija de Sión, en su feminidad, recapitula y transfigura la condición de Israel/Esposa en espera del día de la salvación;
· la Esposa amada de Cristo-Esposo es la Iglesia;
· la revelación misma se concluye con la palabra de la Esposa y del Espíritu que suplican la llegada del Esposo: "Ven, Señor Jesús" (Ap 22, 20);
· el amor total e indisoluble del hombre y de la mujer, vivido en la vida de la gracia bautismal, se transforma en un sacramento, es decir, una realidad que manifiesta y comunica el amor de Cristo y la Iglesia;
· en la gracia de Cristo, que renueva sus corazones, el hombre y la mujer son capaces de liberarse del pecado y de conocer el gozo del don recíproco. Con la fuerza que da la Resurrección de Cristo, es posible la victoria de la fidelidad sobre la debilidad, sobre las heridas sufridas y sobre los pecados de la pareja;
· la rivalidad, la enemistad y la violencia que deforman la relación entre el hombre y la mujer, en Cristo son superables y superadas. La diferencia que existe entre ellos no se convierte en un motivo de discordia que deba superarse con la negación o la nivelación, sino en una posibilidad de colaboración que necesita cultivarse con el respeto recíproco de las diferencias.
Según la concepción cristiana, ¿cuál es la importancia de la sexualidad de la persona humana?
La sexualidad tiene una gran importancia, tanto desde el punto de vista antropológico como desde el punto de vista teológico:
- La dimensión antropológica de la sexualidad en la fe cristiana:
· es la humanidad sexuada la que es declarada explícitamente "imagen de Dios";
· la sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el plano psicológico y espiritual, marcando cada una de sus expresiones;
· la sexualidad es un componente fundamental de la personalidad, de su modo de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano;
· la sexualidad expresa el carácter esponsal del cuerpo, en el cual se inscribe la masculinidad y la feminidad de la persona.
- La dimensión teológica de la sexualidad:
· La distinción hombre-mujer es querida y creada por Dios: "Creo Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó" (Gn 1, 26-27);
· La relación entre el hombre y la mujer es buena, pero ha sido herida por el pecado, por lo tanto necesita de ser sanada, y Cristo lo puede y lo quiere hacer.
 
¿Cuáles son los aspectos negativos que existen hoy en la relación entre la mujer y el hombre?
- Estos son algunos de los aspectos negativos que hoy se pueden relevar en la relación entre el hombre y la mujer:
· subordinación de uno con respecto al otro;
· antagonismo y rivalidad entre ellos;
· actitud de contestación;
· contraposición, desconfianza y defensiva;
· cancelación de las diferencias entre el hombre y la mujer, comenzando por aquellas biológico-sexuales, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural.
 
 ¿Cuáles son las consecuencias que produce el oscurecimiento de esta diferencia o dualidad entre los sexos?
- Produce, a diversos niveles, consecuencias enormes, como por ejemplo:
· el poner en duda la familia misma, por su índole natural biparental, es decir, compuesta de padre y madre;
· la equiparación de la heterosexualidad a la homosexualidad;
· un modelo de sexualidad pluriforme;
· libertad para que cada persona pueda elegir su sexo según sus propios gustos;
· rechazo de las Sagradas Escrituras que, según eso, transmitirían una concepción patriarcal de Dios, alimentada por una cultura esencialmente machista;
- poca importancia al hecho de que el Hijo de Dios asumió la naturaleza humana en su forma masculina.
 
Según la concepción cristiana, ¿en qué consiste la originalidad de la mujer?
La mujer conserva la profunda intuición que lo mejor de su vida se realiza en las actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y protección. Indica la capacidad fundamental de cada ser humano de vivir para el otro y gracias al otro. Por lo tanto, la promoción de la mujer al interno de la sociedad debe ser comprendida y querida como una humanización de la persona, sea hombre o mujer, y de la sociedad misma, realizada gracias a los valores redescubiertos por las mujeres.
 
¿Cómo se expresa esta intuición?
Esta intuición está en relación con la capacidad física que posee la mujer de dar la vida. Ya vivida o en forma potencial, esta capacidad es una realidad que estructura, en profundidad, la personalidad femenina.
 
La capacidad biológica de dar vida, ¿qué le permite a la mujer?
- Le permite adquirir tempranamente la madurez, el sentido de la gravedad de la vida y la responsabilidad que esto implica.
- Desarrolla en ella el sentido y el respeto de lo concreto, que se opone a las abstracciones frecuentemente letales para la existencia de los individuos y de las sociedades.
- Finalmente, es la mujer que, aún en las situaciones más difíciles - y la historia pasada y presente es testigo - posee una capacidad única de resistir en la adversidad, de convertir en posible la vida aún en situaciones extremas, de conservar un sentido tenaz del futuro y, por último, de recordar incluso con las lágrimas el precio que posee cada vida humana.
 
¿La mujer es considerada solamente desde el punto de vista de la procreación biológica?
¡Desde luego que no! La misma existencia de la vocación cristiana a la virginidad niega radicalmente la pretensión de encerrar a las mujeres en un destino que sería solamente biológico.
 
¿Qué relación existe entre maternidad física y virginidad?
Existe una relación de complementariedad. Así como a la virginidad la maternidad física le recuerda que no existe vocación cristiana si no es está presente el don de sí mismo a los demás, de igual modo a la maternidad física la virginidad le recuerda su dimensión fundamentalmente espiritual: no es dando sólo vida física que se genera verdaderamente al otro. Lo que significa que la maternidad puede encontrar formas de realización plena también donde no existe generación física.
 
El papa Juan Pablo II habló de la genio della donna. ¿qué implica esta particularidad, en la vida de la sociedad?
- En primer lugar, implica que la mujer está presente activamente y con firmeza en el seno familia, sociedad primordial y en cierto modo soberana, donde la persona humana aprende a ser amada y a amar, a ser respetada y respetar, a conocer y amar a Dios. Sería sumamente provechoso para la sociedad el hacer posible a la madre - sin obstaculizar su libertad, sin discriminación psicológica o práctica, sin penalización en relación a sus compañeras - el dedicarse al cuidado y educación de los hijos según las diferentes necesidades de los mismos, de acuerdo a sus edades.
- Además implica que las mujeres estén presentes en el mundo del trabajo y de las organizaciones sociales y que tengan acceso a los puestos de responsabilidad que le ofrecen la posibilidad de inspirar las políticas de las naciones y de promover soluciones innovadoras a los problemas sociales y económicos.

 ¿Cómo hacer para que la mujer pueda armonizar familia y trabajo?
- El problema no es sólo jurídico, económico y organizativo. Sobre todo es un problema de mentalidad, cultura y respeto.
- Esto lleva:
· a una legislación y organización del trabajo en armonía con las exigencias de la misión de la mujer al interno de la familia;
· a una justa valorización de la tarea realizada por la mujer en la familia;
· al respeto de las características de las mujeres, diversas a las de los hombres;
· a la presencia de las mujeres en el mundo del trabajo y de la organización social y política.
 ¿Cuál es el rol de la mujer en la vida de la iglesia?
- Las mujeres son llamadas a ser modelos y testimonios insustituibles para todos los cristianos, de como la Esposa (la Iglesia) debe corresponder al amor del Esposo (Jesucristo).
- La figura de la Virgen María constituye en la Iglesia la referencia fundamental, cual modelo de actitudes, que si bien son típicas de todo bautizado, de hecho son características de la mujer, que las vive con particular intensidad y naturaleza.
 
¿Cuáles son las actitudes en las que María es modelo?
- María es modelo:
· en la escucha y acogida de la Palabra de Dios;
· en el agradecimiento y alabanza a Dios, por todos sus beneficios (cfr. 'Magnificat');
· en el reconocimiento de la infinita humildad de Dios, que se hace hombre en su Hijo, que muere en cruz por la salvación de la humanidad.
 
¿Quién es el más grande delante a Dios?
¡Quién mayormente imita a Cristo! Por lo tanto, quién es el más santo es también el más grande en la tierra y en el cielo! Y ésta es la mejor meta tanto para la mujer como para el hombre, sin distinciones.
 
El Primicerio
De la Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos en Roma
Monseñor Raffaello Martinelli

lunes, 27 de julio de 2015

Y AL FINAL DE LOS TIEMPOS... EL ANTICRISTO

Y al final de los tiempos... el anticristo
¿Quién es el Anticristo? ¿Es una persona? ¿Cómo reconocerlo? 


Por: Germán Sánchez Griese | Fuente: Catholic.net 



¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Ése es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
 (1Jn. 2,22)


Los católicos creemos que al final de los tiempos Cristo vendrá para acabar con el mal de este mundo, siendo la muerte el último mal en ser aniquilado. Sin embargo, antes de que esto suceda, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. Así lo expresa Jesucristo: “Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará”. (Mt. 24, 12). Él mismo nos hace ver que la persecución será la compañía de los últimos días de la Iglesia en la tierra: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros.” (Jn. 15, 19-20).

Muchos quieren ver en estas persecuciones o en estas pruebas la figura de un Anticristo. De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, el Anticristo es “la impostura religiosa suprema... un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne” (Catecismo de la Iglesia católica, 675).

Algunos han querido ver en la figura del Anticristo a una persona concreta y así muchos lo identificaron con los emperadores romanos que persiguieron a los primeros cristianos. Otros lo identifican con sistemas políticos que proponen la felicidad completa y perpetua en este mundo, basados en diversos sistemas económicos. “Esta postura aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico.” (catecismo de la Iglesia católica, 676).

No hace mucho tiempo algunos creyeron ver en el comunismo la imagen del Anticristo por la fórmula de felicidad terrena que traía al hombre. Otros pensaba que podría ser una misma persona: Nerón o Diocleciano por la fiereza con la que perseguía a los primeros cristianos. ¿Persona? ¿Sistema político? ¿Cultura? ¿Demonio? Cada vez que a los hombres se les proporciona una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía, esto es, de la negación de la verdad, estamos hablando de una impostura religiosa. La impostura religiosa suprema, como lo apuntábamos anteriormente, es el Anticristo, de acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica.

Quién nos ofrece esa solución aparente a nuestros problemas, negando la verdad nos está ofreciendo a su vez una visión de lo que puede ser la figura del Anticristo. ¿La droga? ¿El sexo desligado de su verdad ética y moral? ¿Los sistemas políticos que glorifican a un tipo de hombre que sólo encontrará su felicidad en esta tierra? ¿El consumismo exacerbado de algunas cultura de Occidente? Cada vez que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías podemos decir que estamos hablando de un Anticristo, bien sea éste una persona, un sistema político o una cultura.

lunes, 13 de julio de 2015

¿CATÓLICO PRACTICANTE?


¿Católico practicante?
Ser practicante es mucho más que el hecho de participar de la Misa, de mis Oraciones, de ir a la Iglesia...


Por: P. Oscar Pezzarini | Fuente: www.feliceslosninos.org 




Son muchas las veces que escuchamos decir a alguien que es “católico practicante”, o también quienes dicen: “soy católico, pero no practicante”.

Me puse a pensar en estas frases tan escuchadas y tratando de ver qué es lo que en realidad se quiere decir y en definitiva a qué le podemos llamar ser un “católico practicante”.

Lo primero que generalmente se constata, es que cuando alguien dice que es Católico, pero que no es practicante, generalmente se está refiriendo a que no suele ir habitualmente a la Iglesia, no participa de la Misa, etc., con lo que deberíamos pensar que quien participa de la Misa, es seguro un “practicante” como católico.

Pienso en realidad, que ser católico practicante, es mucho más que el hecho de participar de la Misa, de mis Oraciones, de “ir a la Iglesia”, todo lo cual es necesario para poder encontrar el alimento y la fuerza para después en mi vida de todos los días, poder llevar a la práctica esa Fe católica que tengo.

Por lo tanto, ser practicante, creo que es demostrarlo en cada momento de mi vida, cuando puedo ir a la Iglesia, pero sobre todo en mis tareas habituales, en mi familia, en mi actividad, en mi estudio, en mi recreación, en mi descanso. Sabemos que de nada valdría mi presencia en un templo, si luego mi vida va por otro camino totalmente distinto.

Ser practicante es llevar una vida lo más coherente posible con la Fe que profeso, y que en definitiva es la búsqueda de imitar al Jesús, quien es la Revelación de Dios y a quien debemos seguir.

Debemos mostrar con nuestras actitudes en cada momento que Jesús es el centro de nuestra vida, que pertenecemos a la Iglesia que Él ha fundado y que el hecho de ser practicantes no debe quedarse en la repetición de determinados ritos, en cumplir algunas prescripciones o en concurrir a determinados lugares y ciertos días, donde sin dudas que no nos costará tanto el vivir esos momentos como personas de Fe.

Vemos y escuchamos a muchos decir su “título” de católicos, pero más que pregonarlo se debería pensar en si cada una de las actitudes que tenemos, si nuestras decisiones, si nuestras palabras, si nuestros gestos son de personas que pertenecen a la Iglesia Católica, o muchas veces no son más que “títulos vacíos” con los que incluso pretendemos quedar tranquilos en nuestras conciencias.

Hoy más que nunca es necesario el testimonio de los Católicos, de aquellos que en cada momento de su vida, en cada lugar que les toca, en la vivencia de sus responsabilidades y obligaciones, muestren a los demás que es posible vivir de acuerdo a la fe que tienen. Entonces sí, estoy seguro, que podremos decir que hay “católicos practicantes”.



Padre Oscar Pezzarini
Superior Provincial de la Obra Don Orione en Argentina, Paraguay, Uruguay y México

jueves, 23 de abril de 2015

POR QUÉ CREO EN LA IGLESIA CATÓLICA +


Por qué creo en la Iglesia católica
Cada uno pone sus ojos en lo que le interesa... ¿Dónde pones tus ojos en los santos o en los escándalos?
Por: P. Jordi Rivero | Fuente: Corazones.org



Creo en la Iglesia por gracia de Dios

La fe es un regalo inmerecido que libremente recibimos.


Creo en la Iglesia porque creo en Jesucristo

Quien cree que Jesús es Dios debe creer también en todo lo que El ha hecho y dispuesto para nuestra salvación. La Iglesia nace de su costado traspasado de donde vertió agua y sangre. La Iglesia sigue viviendo del agua (Bautismo) y de la Sangre (Eucaristía) derramada en la Cruz.


Creo en la Iglesia por la Eucaristía

Dios hace muchísimos milagros para recordarnos las verdades de la fe. Muchos de estos son verificados por rigurosos estudios científicos: Lanciano, Lourdes, Guadalupe y muchos otros. El milagro más grande es la Eucaristía. El dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día" Juan 6,54. Es El mismo Cristo en la Eucaristía quien se hace realmente presente cada día en más de 500.000 iglesias católicas en todos los continentes.

Algunos dicen: "Jesús está en todas partes. Para que ir a la Iglesia". Hay que enseñarles: Sí, Jesús está en todas partes, pero sólo en la Eucaristía está presente en forma substancial para que lo comamos y tengamos vida nueva. Para sanarnos, liberarnos del mal, unirnos en la Iglesia y darnos fuerza para vivir la santidad. Sólo en la Iglesia se encuentra a Cristo Eucaristía.

Cristo ha venido para reunirnos, como un pastor recoge a sus ovejas. Quiere así que seamos su Cuerpo Místico para que en EL seamos todos hijos del Padre. Quiso hacernos familia suya. Por eso funda una sola Iglesia, con una sola fe, un solo bautismo.


Creo en la Iglesia porque es obra de Dios y no de hombres

No escojo a la Iglesia como podría escoger mi plato favorito. La Iglesia es institución divina y no capricho humano. Los hombres pueden fundar otras muchas iglesias y religiones para reunirse y hacer cosas buenas. A estas guardo respeto y a quienes buscan la verdad con sinceridad les tengo admiración. Pero no por eso olvido que Jesús, Dios y hombre verdadero, quiso reunirnos en UNA IGLESIA, la que El fundó.


Creo en la Iglesia "Católica" que significa "Universal"

La Iglesia católica no es sólo para un grupo o región. Es para todo pueblo, raza y nación. Está en todas partes, es la más grande y bien organizada del mundo. No porque sus miembros sean más inteligentes sino porque es obra de Dios.

¿Sabía usted que cada día hay en el mundo 50.000 nuevos católicos? Cada mes hay un millón y medio de católicos más que el mes anterior. Cada año hay 18 millones de católicos más que el año anterior. Durante el gobierno del Papa Pablo VI, la Iglesia Católica pasó de 600 millones a 750 millones. Durante el gobierno del Papa Juan Pablo II el número de católicos pasó de 750 millones a 1,086 millones en 2003. Esto a pesar de un esfuerzo intenso de parte del mundo para desprestigiarla y destruirla.


Creo en la Iglesia porque sólo ella enseña con autoridad divina toda la verdad

Jesús confió a los Apóstoles la revelación divina contenida en su Palabra. Les prometió el Espíritu Santo y les comunicó la facultad de enseñar en Su nombre. «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» -Lucas 10,16. Sólo la Iglesia Católica es gobernada por el Papa y los obispos, sucesores de los Apóstoles, herederos de esta promesa. Ellos poseen por lo tanto la autoridad del magisterio para enseñar toda la Palabra revelada y profundizar su contenido sin error, con la protección y guía del Espíritu Santo.

Mientras que en otras Iglesias hay diversidad de interpretaciones Bíblicas, sólo la Iglesia Católica ha enseñado la verdad plena con total consistencia en todas partes desde el principio. Sólo ella posee el Depósito de Fe que contiene todo lo que Jesús nos reveló: La Biblia y la Tradición Apostólica.


Creo en la Iglesia porque veo la obra de Dios en María nuestra madre

Los católicos hacemos lo que Jesús pidió al discípulo amado en la Cruz: Llevamos a María a nuestra casa. Cf. Jn 19,27.


Creo en la Iglesia por el testimonio de los Apóstoles y los Padres


Creo en la Iglesia por el testimonio de los santos, nuestros hermanos mayores

Ellos son Evangelios vivos, ejemplos de lo que Dios hace en los que viven plenamente en la Iglesia y son alimentados con Cristo vivo a través de ella.


Creo en la Iglesia porque no me dejo llevar por los escándalos sino por la Palabra de Dios

Es cierto que hay escándalos en la Iglesia. Ya Jesús lo advirtió. Pero también hay cientos de miles de mártires que han derramado su sangre por Cristo en cada siglo incluso el nuestro. Millones y millones viven su fe inspirados por el Evangelio.

Sé bien que la Iglesia está formada de seres humanos pecadores. Pero Jesús quiso reunir en ella a los pecadores para hacerlos hijos de su Padre, Dios. No todos se convierten. Desde el principio algunos desde adentro le traicionan. Pero Jesús no revoca su alianza sellada con Su Sangre. Sigue siempre fiel a sus promesas. Jesús dijo: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella." Mateo 16,18

Cada uno pone sus ojos en lo que le interesa: unos miran a los santos y ven Evangelios vivos dignos de ser imitados. Otros en cambio sólo miran los malos ejemplos para justificar el rechazo a la Iglesia.

¿Dónde pones tus ojos en los santos o en los escándalos? Jesús nos advierte: "el que no tiene pecado, que tire la primera piedra". Por mi parte prefiero mirar a los santos, nuestros hermanos mayores pues tengo mucho que aprender de ellos y aprecio sus ayudas. No desisto en la esperanza de llegar a ser uno de ellos por la misericordia de Dios que perdona y da la gracia.

En cada siglo los enemigos de la Iglesia anuncian su inminente desaparición. Sin embargo ella los entierra a todos. Han pasado 2000 años. Todo imperio se ha derrumbado pero la Iglesia sigue siendo la misma madre con más de mil millones de hijos e hijas, más de 405.450 sacerdotes y más de 3.000 obispos. El número de seminaristas está aumentando y también las ordenaciones sacerdotales. Todavía hay muchachas que optan por la vida religiosa y aun surgen nuevas comunidades religiosas.

Hoy la Iglesia es perseguida, despreciada y difamada por todas partes. Pero su autoridad moral sigue siendo un faro de luz inextinguible que puede ser odiado pero no ignorado. La sucesión de Pedro jamás se ha roto. El Papa sigue gobernando a la Iglesia y los católicos por todo el mundo siguen unidos en comunión con él. A pesar de su ancianidad, el Papa es capaz de reunir a cientos de miles de jóvenes para escucharle enseñar la Palabra de Dios. La Santa Sede mantiene relaciones con 178 países (2011).

Todo esto sólo puede ser obra de Dios. Por eso creo y por eso no puedo dejar de anunciar la verdad a mis hermanos.

Y usted: ¿Conoce la Iglesia católica o la caricatura que hacen de ella sus enemigos? ¿Está usted sobre la roca firme establecida por Cristo o en las arenas movedizas de interpretaciones humanas? Jesús te llama. No lo hagas esperar.

martes, 21 de abril de 2015

¿QUÉ ES LA EXCOMUNIÓN?


¿Qué es la excomunión?
Ciertos pecados particularmente graves están sancionados con la excomunión, la pena eclesiástica más severa


Por: SCTJM | Fuente: corazones.org




La excomunión es la pena impuesta por ley canónica por la que un católico es parcialmente excluido de la vida de la Iglesia.

Por el bautismo, el cristiano es unido a Cristo y a su Iglesia, en la que El vive y se nos comunica. No puede haber cosa peor que perder esa unidad.

Los pecados veniales no rompen la comunión con Dios (aunque si la debilitan). Los pecados graves si nos quitan la gracia (la vida de Dios en nuestras almas). La persona en pecado mortal es como una rama seca, que aunque unida físicamente al árbol (Iglesia), no tiene vida. Por medio del arrepentimiento y el sacramento de penitencia, el pecador puede volver a la plenitud de la vida en la Iglesia.

Catecismo 1463:

Ciertos pecados particularmente graves están sancionados con la excomunión, la pena eclesiástica más severa, que impide la recepción de los sacramentos y el ejercicio de ciertos actos eclesiásticos, y cuya absolución, por consiguiente, sólo puede ser concedida, según el derecho de la Iglesia, por el Papa, por el Obispo del lugar, o por sacerdotes autorizados por ellos. En caso de peligro de muerte, todo sacerdote, incluso privado de la facultad de oír confesiones, puede absolver de cualquier pecado y de toda excomunión. 

Mas allá de la pérdida de la gracia, la excomunión implica una ruptura con de los vínculos que nos unen a Cristo por medio de su Iglesia. La excomunión no pone a la persona fuera de la Iglesia pero si la separa de la participación de su comunión. Es posible también la auto-excomunión, cuando la persona rompe los vínculos de comunión con la Iglesia.

La excomunión automática (latae sententiae) "de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito". Se trata de delitos sumamente graves: apostasía, herejía o cisma. (Canon 1364); la violación directa del sacramento de la confesión por un sacerdote (Canon 1388); el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo (CIC 2272; Ley Canónica 1398).

En otros casos la excomunión ocurre por un proceso formal (ferendae sententiae) (Cánones 1314, 1341).

La ley canónica advierte algunos factores que quitan imputabilidad - ignorancia de la ley, falta de libertad, etc. (Canon 1323). Otros factores pueden disminuir la culpa, como el uso imperfecto de la razón e ignorancia de la pena envuelta por la violación. (1324.3).

Efectos de la excomunión

El efecto mas notable de la excomunión es la exclusión de la recepción o administración de los sacramentos, incluso de la confesión, ya que no puede haber reconciliación de algunos pecados mientras no hay arrepentimiento de uno que sea mortal. (cf. Canon 1331.1.2) Lamentablemente, con frecuencia personas que han incurrido excomunión automática continúan recibiendo los sacramentos sin arrepentirse. Estos cometen un sacrilegio y quien les aconseja a continuar en el error los está encerrando en el pecado.

Se les prohibe además ejercer oficios o funciones eclesiásticas. Si la excomunión ha sido impuesta públicamente, todo atento de ejercer un oficio eclesiástico es inválido

El fin de la excomunión es medicinal

Es el pecador, y no la Iglesia, quien rompe la comunión. La Iglesia, como madre y maestra, debe advertir sobre la seriedad de los males mortales para el alma y las consecuencias, con el propósito de atraer al pecador al arrepentimiento y el retorno a la comunión. Pero si este se obstina en el pecado, la excomunión le sirve para entender claramente su situación. En casos de pecado grave y público, la Iglesia tiene además la obligación de proteger a sus fieles del escándalo que ocurre cuando se aparenta que el pecado grave es compatible con la práctica de la fe. El arrepentimiento hace posible la absolución de la excomunión (cf. CCC 1463).

San Pablo:

Y ¡vosotros andáis tan hinchados! Y no habéis hecho más bien duelo para que fuera expulsado de entre vosotros el autor de semejante acción. Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor. ¡No es como para gloriaros! ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? - I Corintios 5:2-6

El lenguaje de San Pablo parece duro para la mente moderna que no entiende la gravedad del pecado. En realidad San Pablo conoce mucho mejor la realidad del hombre y desea salvar del infierno tanto al que cometió el grave pecado como a la comunidad. Estima que sacar al hombre de la comunidad le servirá para comprender su mal y volver arrepentido. Quiere la "destrucción" de su carne (las tendencias de pecado) para que se salve para la eternidad.

Catecismo 2272: Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.

La pena de excomunión siempre ha existido en la Iglesia. Hay referencias a ella ya en los primeros concilios (ej. Nicea, 325d.C.). La pena de excomunión pública es poco frecuente. El caso mas notable después del Concilio Vaticano es el del Arzobispo Lefebre (m.1991), quien comenzó un cisma al consagrar obispos sin el permiso del Papa.

miércoles, 15 de abril de 2015

¿QUÉ ES EL LIMBO?


¿Qué es el limbo?
Faltan fundamentos en la Sagradas Escrituras de su existencia 


Por: P. Miguel Ángel Fuentes, V.E. | Fuente: El Teólogo Responde



El limbo es lo que en el Credo se designa como “infiernos” cuando se afirma que "Jesucristo descendió a los infiernos".

Explica este artículo el Catecismo al enseñar: “La Escritura llama infiernos, sheol o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios. Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos, malos o justos, lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el ‘seno de Abraham’.

Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos. Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación, sino para liberar a los justos que le habían precedido”
. (nº 633)

Y más adelante (nº 635): “Cristo, por tanto, bajó a la profundidad de la muerte para que los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan vivan. Jesús, el Príncipe de la vida (Hch 3,15), aniquiló mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo y libertó a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud (Hb 2,14-15). En adelante, Cristo resucitado tiene las llaves de la muerte y del Hades (Ap 1,18) y al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los abismos". (Flp 2,10)

El catecismo de Trento, promulgado después del Concilio de Trento, al explicar los lugares donde están detenidas después de la muerte las almas privadas de gloria, enseña que “hay una tercera clase de cavidad, en donde residían las almas de los Santos antes de la venida de Cristo Señor Nuestro, en donde, sin sentir dolor alguno, sostenidos con la esperanza dichosa de la redención, disfrutaban de pacífica morada. A estas almas piadosas que estaban esperando al Salvador en el seno de Abraham, libertó Cristo Nuestro Señor al bajar a los infiernos” (Catecismo de Trento, parte 1, cap. 6, n. 3).

En la literatura más reciente se emplea esta palabra para indicar el lugar y la situación en que se encuentran los niños y quienes se les equiparan, que mueren sin haber recibido el sacramento del bautismo: “el limbo de los niños”. Este problema de quienes mueren sin haber llegado al uso de razón y sin haber sido bautizados ha dado lugar a diversas teorías:

–Sauras afirma que obtienen la gloria por el voto real del bautismo;

–Boudes también lo afirma, pero en razón de la solidaridad con Cristo;

–Héris y antiguamente Cayetano, creen que se salvan por la fe de los padres.

–Laurenge opina lo mismo pero en razón de una opción personal después de la muerte.

–García-Plaza supone una iluminación extraordinaria que les hace hacer un acto de caridad perfecta.

–Schell cree que se les computa la propia muerte como martirio, etc.

A falta de datos escriturísticos es necesario recurrir al pensamiento de los Santos Padres. Éstos han afirmado claramente la existencia del limbo (cf. por ejemplo, San Gregorio Nacianceno, PG 36,385-390; San Agustín, PL 40,275). En general los Padres y teólogos han afirmado la existencia del limbo como lugar y estado de aquellos que habiendo muerto antes de llegar al uso de razón y sin bautismo, y por tanto con pecado original pero sólo con él, son privados de la visión de Dios, que es don gratuito y personal, aunque no sean castigados con penas aflictivas, sino que pueden gozar de una felicidad natural.

El Magisterio no se ha expedido nunca sobre esta cuestión, aunque tenemos un par de datos debidos al magisterio de Juan Pablo II:

–el primero se refiere a los que mueren en razón del aborto; de ellos dice el Papa escribiendo a las madres que han realizado el aborto: “Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Os daréis cuenta de que nada está perdido y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor.” (Evangelium Vitae, n° 99);

–el segundo está en el Catecismo: “En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin el Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo”(Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1261).

La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en el cielo. Pero también reconoce que la manera en que Dios interviene para la salvación de las almas no queda reducida a los sacramentos. Así por ejemplo, se aplican el Bautismo de sangre o el de deseo.

Cristo murió por todos y la vocación de todo hombre es llegar a Dios. Así que la Iglesia confía en que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se salven. Y confía también en la misericordia divina, que quiere que todos se salven (1 Tm 2, 4) pensando que debe haber un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo.

Respecto a la teoría de un estado intermedio entre el cielo y el infierno, donde las almas de estos niños no sufren, pero no gozan de la visión de Dios, el Concilio de Cártago en el año 418, la declaró como falsa.

Así que del limbo, no podemos decir que existe, primero por falta de fundamentos en las Sagradas Escrituras y segundo porque la felicidad a la que todos estamos llamados por naturaleza se debe extender a todos los hombres.

LAS OBLIGACIONES DEL PÁRROCO

Obligaciones del párroco
La importancia pastoral de la misión del párroco en el Código de derecho canónico


Por: Pedro María Reyes Vizcaíno | Fuente: El párroco en el derecho canónico



Es difícil sintetizar en unas líneas los derechos y obligaciones que competen al párroco, porque son tan amplias como lo es la vida de la Iglesia. El párroco, como afirma el canon 519, “ ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del Obispo diocesano”. Por lo tanto, sus competencias son las que se refieren a la vida cristiana en la comunidad que tiene encomendada. Ya se ve que cualquier relación de derechos y obligaciones del párroco siempre será una reducción, pues la tarea más importante es nada menos que el cuidado de la vida cristiana en la comunidad que el Obispo diocesano le ha encomendado.


En atención a la importancia pastoral de su misión, el Código de derecho canónico dedica dos extensos cánones, los cánones 528 y 529, a dar indicaciones al párroco sobre el cumplimiento de sus funciones. De acuerdo con ellos:

a) El párroco está obligado a procurar que la palabra de Dios se anuncie en su integridad a quienes viven en la parroquia (canon 528 § 1)

b) Procurará que la Santísima Eucaristía sea el centro de la vida parroquial (canon 528 § 2)

c) El párroco debe procurar conocer a los fieles que se le encomiendan (canon 529 § 1)

d) El párroco procurará promover la función propia de los laicos, y cooperará con el Obispo diocesano (canon 529 § 2)


Las funciones anteriores constituyen obligaciones verdaderas para el párroco, aunque son de difícil concreción. Por eso, además, el Código de derecho canónico da una relación de las obligaciones más concretas del párroco:

a) La administración de ciertos sacramentos (canon 530, y canon 1108 para el matrimonio)

b) Obligación de residir en la parroquia, salvo que haya justa causa (canon 533)

c) Debe aplicar la Misa por el pueblo a él confiado los días de precepto (canon 534)

d) Ha de llevar con orden los libros parroquiales y el archivo de la parroquia (canon 535)

e) Debe presentar la renuncia una vez cumplidos los setenta y cinco años. El Código de derecho canónico en este caso hace aquí un ruego a los párrocos, sin imponerles la obligación de presentar la renuncia. Por otro lado, la renuncia, una vez presentada no es automática, puesto que el Obispo decidirá sobre ella, ponderando todas las circunstancias (canon 538 § 3).

f) Ha de procurar que se predique la homilía los días en que está indicado (canon 767 § 4)

g) Debe cuidar de la formación catequética de los fieles (cánones 776 y 777)

h) Ha de guardar en lugar decoroso los Santos óleos (canon 847 § 2)

i) Ha de cuidar la debida preparación de los padres y padrinos de los niños que se vana bautizar (canon 851, 2)

j) Ha de cuidar la debida preparación de quienes acceden por vez primera a la Eucaristía (canon 914)

k) Ha de llevar un libro con las cargas, obligaciones y cumplimientos de las obras pías (canon 1307)


Por su parte, el derecho canónico le da el derecho a ausentarse de la parroquia por tiempo de un mes en concepto de vacaciones, salvo que obste una causa grave (canon 533 § 2). Igualmente, en caso de renuncia por edad tiene el derecho a la conveniente sustentación y vivienda (canon 538 § 3). Puede parecer descompensada esta relación de derechos, en comparación con las obligaciones del párroco, pero se debe tener en cuenta que el párroco tiene los derechos y deberes de los clérigos (cfr. cánones 273 a 289).

viernes, 27 de marzo de 2015

DIEZ COSAS QUE DEBERÍAS DECIR A TUS MONAGUILLOS




Diez cosas que deberías decir a tus monaguillos (con copia también para sus padres)

Los monaguillos son realmente mportantes, pero demasiado a menudo no saben porque


Por: Dwight Longenecker



Los monaguillos son REALMENTE importantes [mayúsculas del autor, ndt],  pero demasiado a menudo no saben porqué lo son. Esta es la razón por la que a veces llegan tarde o ni siquiera se presentan. A veces no parecen estar orgullosos de su función porque tal vez nadie les ha dicho la razón de su importancia.
Por lo tanto, si ayudas con los monaguillos, si tienes hijos que son monaguillos o si piensas que los monaguillos de tu parroquia deberían tener un aspecto impecable, aprende estas diez cosas para decírselas a tus monaguillos.
Esta es la idea: imprime esta entrada de blog y dásela a la persona que forma a los monaguillos o haz copias para los niños y sus padres…
Te sorprenderá lo que cambia la celebración cuando los monaguillos son de primera.
Estas son las diez cosas que hay que decirles:
1. No eres necesario
¡Hala! Este no parece el mejor modo de empezar, pero es verdad. El sacerdote puede hacer todo lo que tú haces en la misa. Esto significa que tú estás haciendo en la liturgia algo que es MÁS que útil. Lee los restantes nueve puntos para saber el qué.
2. Eres un testigo silencioso
En cuanto llegues a la iglesia, - veinte minutos antes de que empiece la Misa -, ponte tu sotana y empieza a preparar las cosas para la Misa. Con ello estarás diciendo a todo el que está en la iglesia: «Mirad, es importante llegar temprano. Es importante preparar la misa con respeto. Es importante hacerlo con tiempo y cuidadosamente». Recuerda, la gente está mirando todo lo que haces. Les encanta ver cómo lo haces, por lo que hazlo con reverencia y con cuidado.
3. Las acciones hablan más alto que las palabras
Tienes que estar bien vestido para la misa. No hace falta que te pongas ropa elegante porque la sotana la cubrirá, pero lo que la gente vea debe estar bien. Ponte calzado negro. ¿Deportivas? ¿Deportivas fosforescentes? ¿Botas marrones? ¿Chancletas? ¡Anda ya! ¡Eres mejor que esto! Nada sobre tu apariencia tiene que llamar la atención. Nada de pendientes largos, por favor… ¡esto va también por vosotros, chicos! ¿Y qué decir de las lacas de uña de colores rabiosos y los peinados extravagantes? ¿Y de los tatuajes salvajes o los piercings? ¡Ajá! Esto atrae la atención sobre uno mismo. Todo lo que hagáis tiene que llevar la atención al altar, no a los monaguillos. Niñas, recogeros el pelo. Niños, peinaros. Y por favor, limpiaros la cara para eliminar esos restos de desayuno…
4. El lenguaje corporal habla en voz alta
Cuando te dispongas para la misa muévete más lentamente. En la procesión, muévete con majestuosidad. Vivimos de manera muy rápida y para oír a Dios tenemos que estar en silencio y para ir al mismo paso que Dios tenemos que movernos más lentamente. Dios pasea tranquilamente, se toma las cosas con calma. Está aquí para siempre, por lo que mantén una buena postura y muévete bien y con lentitud. No corras nunca. Lo creas o no, esto ayuda a la gente a entrar en la celebración con la mentalidad adecuada, de manera respetuosa.
5. La procesión es más que el hecho de entrar caminando en la iglesia
La procesión, en sí, es una antigua ceremonia religiosa. Al entrar en la iglesia estás guiando a todos a la presencia de Dios. Esto se remonta al Antiguo Testamento, cuando solían subir en procesión por la colina hasta Jerusalén y el Templo de Dios. La procesión eres tú guiando al pueblo de Dios a través de la tierra salvaje hasta la Tierra Prometida. La procesión es el triunfo real del rey entrando en la ciudad. Por lo tanto, la procesión tiene que hacerse majestuosamente, con solemnidad y dignidad. No corras con torpeza hasta tu sitio.
¡Siente el orgullo de ser un monaguillo en el altar del rey! Cuando lleves la cruz en la cabeza de la procesión, llévala con solemnidad porque le estás diciendo a los fieles: «Mirad, todos estamos llamados a coger nuestra cruz y seguir a Cristo. Este es nuestro estandarte para la batalla. ¡Este es nuestro signo de llamada!». Por lo tanto, lleva la cruz silenciosa y solemnemente como un soldado en un desfile.
6. Ser el que sujeta un cirio o un libro es más de lo que piensas
¿Eres el que llevas el cirio? Estás diciendo: «Todos llevamos en nuestros corazones la luz de Cristo que hemos recibido en el Bautismo. Somos las luces en la oscuridad, las estrellas brillantes del universo». Los cirios acompañan a la cruz y al Evangelio porque el Evangelio y la cruz traen la luz al mundo. ¿Sujetas o llevas el libro? Representas a los evangelistas y a los apóstoles que llevaron la palabra de Dios al mundo. También nos recuerdas que estamos llamados a llevar la Buena Nueva del amor de Dios a todo el mundo.
7. Sois los ángeles ante el Trono
En el momento del Santo, Santo, Santo debéis ir a los escalones que conducen al altar y arrodillaros para la oración de la consagración. En este momento representáis a los ángeles de Dios que se inclinan ante el trono de Dios en adoración.
Dije esto una vez a mis monaguillos cuando los estaba formando y una de las madres dijo: «¡Usted bromea!». Ella bromeaba, pero esto dice claramente que vosotros, chicos y chicas normales y comunes, representáis a los ángeles ante el trono de Dios. Arrodillaos en la consagración. Tocad la campanilla con cuidado y belleza. El modo como vosotros adoréis en este momento elevará los corazones y las mentes de toda la gente. Si sois respetuosos, si estáis en silencio, todo ello con sinceridad, ayudaréis a todos a entrar más profundamente en la belleza de lo sagrado.
8. Servid el altar con actos rituales
Haced una reverencia ante el altar. Haced una pequeña reverencia al sacerdote y al diácono después de que hayan cogido los elementos y se hayan lavado las manos. Estos pequeños actos rituales ayudan a la gente a entrar en una actitud ritual. Lo ritual trasciende nuestras propias personalidades y nos hace más grandes que nuestras pequeñas vidas ordinarias.
Cuando servís en el altar de una manera ritual estáis ayudando a elevar los corazones y las mentes de todos. Realizad las acciones con solemnidad y dignidad. Este lenguaje visual ayuda a elevar la mente de las personas a Dios. Ni siquiera se dan cuenta. ¿Es genial, verdad?
9. Siente orgullo por lo que haces
Sé fiel a tus tareas porque Dios te es fiel a ti. Presta atención a los detalles porque Dios está en los detalles. Convierte tus acciones en oraciones porque todo lleva a Dios si nosotros lo permitimos. Lo que estás haciendo es un servicio a Dios y abrirá tu corazón y te acercará a Él incluso cuando no te des cuenta de ello. Si te sientes orgulloso por servir bien en el altar, te sorprenderás al ver cómo esto empieza a afectar a toda tu vida. Pronto te sentirás orgulloso de tu aspecto, de tu trabajo en el colegio, tu deporte y tus amigos.
10. Eres muy necesario
¿Dije que no eras necesario? Lo que quería decir es que eres MÁS que necesario: eres vital porque estás realizando no sólo un papel funcional, sino un papel simbólico, y el simbolismo es el lenguaje de la adoración.
Tus acciones en la misa son mucho más simbólicas de lo que tú piensas y el modo como sirvas en la misa acercará a la gente a Dios.
Eres más que necesario porque la belleza es más que necesaria y lo que estás haciendo es bello.
Hay demasiada poca belleza en nuestro mundo brutal, y al dedicar tu tiempo a hacer algo bello por Dios está haciendo del mundo un lugar mejor. ¡No te avergüences de esto y no subestimes tu importancia!
(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)

sábado, 21 de febrero de 2015

¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA PAPA?


¿Qué significa la palabra Papa?
En el principio a los sucesores de San Pedro se los llamaba simplemente Obispo de Roma. El título de Papa comezó a ser usado muchos siglos después 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net



Un error muy difundido en internet acerca de por qué al Sumo Pontífice se le dice "Papa" es el que se basa en las iniciales de 4 palabras latinas: P etrí - A postoli - P otestatem - A ccipiens, y se traducen así: "El que recibe la Potestad del Apóstol Pedro". El segundo error en la interpretación del significado es el que se atribuye a la unión de las dos primeras sílabas de estas palabras latinas: PA ter y PA stor, que se traducen como "padre y pastor".

El origen de la palabra PAPA es muy distinto. El término “Papa” procede del griego “Pappas” o “Papas” y significa “papá” o “padre”. Se encuentra testimoniado en Aristófanes (Pax 120), Menandro (Mis 213). P. Levillain observa que en Homero significa “sacerdote”. Como quiera que sea, el término se hizo común en oriente como signo de afecto y respeto para con obispos y sacerdotes.

En Occidente hace su aparición a inicios del S. III, progresivamente se fue aplicando a los obispos [Cipriano, Ep 8,8.23,30; 31,36]. Aplicado al obispo de Roma como signo de afecto y respeto se encuentra por vez primera en una inscripción del diácono Severo a san Calixto: "Jussu Papae sui Marcellini" (por orden del Papa Marcelino). Se hizo específico para finales del S. IV y en el V al título se precisa la expresión “Papa Urbis Romae" (Papa de la ciudad de Roma).

En el S. VI la cancillería de Constantinopla se dirigió al obispo de Roma con el título “Papa”. Para finales del S. VIII el título se emplea solamente para los romanos pontífices. Con Gregorio V (996-999) el Concilio de Pavía estipuló que el arzobispo Arnulfo de Milán no se designara así. Gregorio XI (1073-1085) prescribió de modo formal que el título se aplicara definitivamente a los sucesores de Pedro.

La expresión “Santísimo Padre” se remonta al S. XII y corresponde al significado histórico de “papa”, es decir, “reverendo padre” y con él se relaciona su definición de “pater patrum”, de uso común por parte de los obispos de la Iliria y del África que así se dirigían a los sucesores de Pedro en los primeros siglos VI-VII.

Nominalmente el Papa es el Obispo de la Diócesis de Roma. Según la tradición católica, desde que San Pedro se estableció para predicar el Evangelio en la ciudad y nombró su sucesor a uno de los Presbíteros de Roma, se ha establecido la ciudad como la sede de la Iglesia Universal.

En el principio a los sucesores de San Pedro se los llamaba simplemente Obispo de Roma. El título de "Papa", como hemos visto, comezó a ser usado muchos siglos después.

El título papa, que alguna vez fue utilizado con gran amplitud, actualmente se emplea exclusivamente para denotar al Obispo de Roma quien, en virtud en su posición como sucesor de san Pedro, es el supremo pastor de toda la Iglesia, el vicario de Cristo sobre la tierra. Además del obispado de la diócesis romana, el Papa detenta varias otras dignidades junto con la de pastor universal y supremo. Él es el arzobispo de la provincia romana, primado de Italia e islas adyacentes, y único patriarca de la Iglesia Occidental. La doctrina de la Iglesia acerca del Papa fue declarada por el Concilio Vaticano I en la Constitución Dogmática “Pastor Aeternus”, el 18 de julio de 1870. Los cuatro capítulos de esa constitución tratan respectivamente del oficio de cabeza suprema conferido a san Pedro, la perpetuidad de ese oficio en la persona del romano pontífice, la jurisdicción papal sobre todos los fieles y su autoridad suprema para definir cuestiones de fe y moral. (Enciclopedia Católica)
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