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miércoles, 6 de mayo de 2015

GRACIAS JESÚS EUCARISTÍA!!


Gracias, Jesús Eucaristía



¡Gracias, Jesús Eucaristía, por tu bondad,
que tan generosamente derramas en mi vida!

Gracias, Señor, porque no obstante mis
infidelidades, faltas y pecados, tu amor
y misericordia no cesan de auxiliarme y
bendecidme. Gracias, Señor, es la expresión
sincera que brota de mi ser al experimentar
vivamente tu amor vivificando y colmando
mi existencia.

Gracias mil, te repetiré constantemente,
pues no tengo otra forma de manifestar mi
gozo, mi admiración, todo ese cúmulo de
nobles sentimientos que intensamente experi-
mento desde lo más profundo de mi ser

¡Jesús Eucaristía! Sé tú mismo quién dé
gracias por mí, con tu corazón de hombre
perfecto, de supremo adorador del Padre,
de dócil instrumento en la acción
santificadora del Espítiru Santo.

Concédeme que, desde hoy en adelante,
toda mi vida sea una constante alabanza
de acción de gracias. A imitación de la
Virgen María, proclamaré desde lo más
íntimo de mi corazón.
¡Alaba mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en el Dios que
me salva, porque ha hecho en mí maravillas !

¡Gracias, Jesús Eucaristía! porque tu
misericordia ha colmado de gozo mi
existencia.

Amén.


jueves, 30 de abril de 2015

ACTOS DE ESPERANZA A JESÚS EUCARISTÍA




ACTOS DE ESPERANZA A JESÚS EUCARISTÍA


Espero en Ti, Jesús mío, porque eres mi Dios y me has creado para el cielo.

Espero en Ti, porque eres mi Padre. Todo lo he recibido de tu bondad. Sólo lo malo es mío.

Espero en Ti, porque eres mi Redentor.

Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.

Espero en Ti, porque eres mi Abogado que me defiendes ante el Padre.

Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante en la Eucaristía.

Espero en Ti, porque has conquistado el cielo con tu Pasión y muerte.

Espero en Ti, porque reparas mis deudas.

Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.

Espero en Ti, porque eres tan bueno que me mandas que confíe en Ti bajo pena de condenación eterna.

Espero en Ti, porque siempre me atiendes, y me consuelas, y nunca has defraudado mi esperanza.


¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!

miércoles, 29 de abril de 2015

ACTO DE ADORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


ACTO DE ADORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


Vengo, Jesús mío, a visitarte.
Te adoro en el sacramento de tu amor.
Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.

Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este Sacramento y recibirás hasta el fin de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del mundo.

Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.

miércoles, 15 de abril de 2015

GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA


GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA... 



Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...

jueves, 26 de febrero de 2015

QUINCE MINUTOS CON JESÚS EUCARISTÍA


QUINCE MINUTOS EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO




No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos; dime en seguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas. Háblame así, con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado.

Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón ; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

Y para ti, ¿no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, una lista de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia. Dime francamente que sientes -soberbia, amor a la sensualidad y al regalo; que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente... ; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para quitar de ti tales miserias.

No te avergüences, ¡pobre alma! ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos Santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad... ; y poco a poco se vieron libres de ellos.

Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, éxito feliz en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo darte, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes favorezca y ayude a tu santificación. Hoy por hoy, ¿qué necesitas? ¿qué puedo hacer por tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte !

¿Traes ahora mismo entre manos algún Proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿qué piensas? ¿qué deseas? ¿qué quieres que haga por tu hermano, por tu amigo, por tu superior? ¿qué desearías hacer por ellos?

¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven quizás olvidados de Mí?

Dime qué cosa llama hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente, y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, adonde me place.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿quién lastimó tu amor propio ? ¿quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición.

¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadas se alejan de ti, sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación.

¿Y no tienes tal vez alegría alguna que comunicarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella a fuer de buen amigo ?

Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreir tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas, quizá has visto disipados negros recelos, quizá has recibido faustas noticias, alguna carta o muestra de cariño; has vencido alguna dificultad, o salido de algún lance apurado. Obra mía es todo esto, y yo te lo he proporcionado: ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud, y decirme sencillamente, como un hijo a su padre: « ¡Gracias, Padre mío, gracias!»? El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido.

¿Tampoco tienes Promesa alguna para hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente; a Dios, no. Háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a aquella ocasión de pecado? ¿de privarte de aquel objeto que te dañó? ¿de no leer más aquel libro que exaltó tu imaginación? ¿de no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma ?

¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como enemiga?

Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la familia, al estudio... ; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

Recomendación: Lea todos los días los 15 minutos en compañía de Jesús Sacramentado

jueves, 22 de enero de 2015

ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA



Jesús hostia, quiero consolarte,
Me uno a ti,
Me inmolo contigo,
Me anonado delante de ti,
Quiero olvidarme de mí para pensar en ti,
Quiero ser olvidado y despreciado por amor a ti,
No quiero ser comprendido ni amado sino por ti,
Me callaré para escucharte, y me iré para perderme en ti.

Haz que calme así tu sed por mi salvación, tu sed ardiente por mi santidad, y que purificado, te de un puro y verdadero amor.

No quiero cansarte de esperar; tómame, me doy entero a ti.

Te encomiendo todas mis obras: mi espíritu para iluminarlo, mi corazón para dirigirlo, mi voluntad para fijarla, mi miseria para curarla, mi alma y mi corazón para nutrirlos.

Corazón de mi Jesús en la Eucaristía, cuya sangre es la vida de misma, que yo no viva más, sino vive sólo tú en mí.
Amén.

jueves, 15 de enero de 2015

ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO, JESÚS EUCARISTÍA


ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Con el velo del Santísimo Sacramento
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.
por la flor en que nació, 
por la cruz en que murió,
hablen y se defiendan
y ablanden los corazones 
que estén en su contra.

¡Oh! Jesús sacramentado, 
si enemigos ven venir,
la llaga de tu costado 
siempre los ha de cubrir.
con el velo de Maria Santísima 
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.

El poder de Dios les valga, 
la fuerza de la fe, 
la pureza de María Santísima, 
y la castidad del señor San José.
Así sea.

jueves, 18 de diciembre de 2014

BREVES LECTURAS PARA LOS DÍAS DE SEMANA, PARA VISITAR AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


VISITA AL SANTÍSIMO
BREVES LECTURAS PARA LOS DÍAS DE LA SEMANA


Lunes. AMOR A JESÚS

HABLA JESÚS. Por ti, joven, por ti estoy en el Sagrario. Por ti la noche antes de morir, y viendo que iba a dejar a los hombres según mi presencia visible, encontré un medio para quedarme siempre con ellos, aunque de una manera invisible a los ojos del cuerpo.

Instituí a este efecto la Sagrada Eucaristía convirtiendo el pan y vino en mi verdadero Cuerpo y Sangre, mandando a mis Apóstoles y a todos los Sacerdotes que vinieran después al mundo, que hicieran lo mismo que Yo acababa de hacer.

Y aquí estoy en el Sagrario, noche y día, para ser tu Amigo y Compañero, para favorecerte; pero tú, ¿piensas mucho en Mí?



Martes. INGRATITUD DEL HOMBRE

HABLA JESÚS. La mayor parte de las personas no tienen para Mí el más insignificante detalle de urbanidad, y son muchas las que no se dignan hacerme ni una visita. Y ¡tanto como Yo deseo su bien! Las veo pasar por delante de mis iglesias y no me dirigen ni un saludo, ni una palabra, ni un recuerdo. ¡Como si Yo no estuviera en el Sagrario! ¡Como si no hubiera hecho nada por la salvación de todos! Por lo menos tú, joven de mi alma, no me olvides; ven a visitarme todos los días; que no te domine la ingratitud. Te espero aquí. ¿Me dejarás solo?



MIÉRCOLES- AMARGAS QUEJAS

HABLA JESÚS: Si un hombre cualquiera de la tierra te hubiera hecho muchos menos beneficios de los que Yo te he hecho, le manifestarías tu agradecimiento, le visitarías algunas veces, te considerarías obligado a prestarle algunas atenciones. ¿Por qué no lo haces conmigo?¿No sabes que Yo soy tu Dios, tu Creador, tu Padre, tu Amigo tu Bienhechor? ¿No sabes que por tu amor, sí, sólo por tu amor, estoy en el Sagrario? Por lo menos tú, joven, ven a visitarme. Dime, ¿me amas? ¿Cómo te has portado hoy? ¿No te gusta estar aquí un rato haciéndome compañía? Ven, ven, que yo te diré lo que has de hacer y lo que has de evitar para agradarme y alcanzar la santidad.




JUEVES. LOS PELIGROS

HABLA JESÚS. Cuando estaba yo con mis Apóstoles en el huerto de Getsemaní, y sabiendo los peligros que les aguardaban, les dije: Velad y orad para que no caigáis en la tentación. Lo mismo te digo, querido joven. Te encuentras en medio de muchos peligros; vigila, apártate de ellos, reza bien tus oraciones.

No seas temerario; no te expongas voluntariamente a ningún peligro de pecar, porque caerías miserablemente. Si conoces que una cosa es mala o que no te conviene para tu alma, déjala. ¿Beberías una copa de vino dulce temiendo que está envenenada? Así son muchas ocasiones de pecado...


VIERNES. EL PECADO

HABLA JESÚS. Hijo Mío, ¿por qué pecas? ¿No conoces la enormidad del pecado y cuánto me ofende e injuria? Si alguna vez llegas a pecar mortalmente es como si me azotases, coronases de espinas y clavases de nuevo en la Cruz. ¿Lo has pensado bien?

Al pecar, te entregas a tu enemigo y enemigo mío el demonio. Al cometer un pecado mortal, al consentir voluntariamente un pecado impuro, al dejar sin causa grave la Misa en el día de obligación, pierdes mi amistad, pierdes el derecho al Cielo. Al cometer un pecado mortal, te abres tú mismo las puertas del infierno. ¡Infeliz!  Haz aquí a mis pies el propósito de no cometer nunca un pecado mortal.



SÁBADO. EL GRAN CASTIGO

HABLA JESÚS. Yo soy bueno y quiero la salvación de todos los hombres, y doy a todos mi gracia para que no se condenen. El que va al infierno, es porque quiere.

¿Has pensado seriamente en lo que es el Infierno? ¿Sabes lo que es estar para siempre apartado de MI, lejos de MI, padeciendo las penas del Infierno? Yo te aseguro que, si pensases en él, no pecarías.

Tú que eres tan delicado y que cualquier cosa te molesta y no la puedes sufrir, ¿cómo sufrirás las penas del infierno, que nunca, nunca han de tener fin? Piénsalo unos momentos a mis pies y forma propósito de llevar una vida del todo cristiana.



DOMINGO. EL CIELO

HABLA JESÚS. Ahora no puedes comprender lo que es el Cielo, lo que es estar conmigo en aquella gloria, que tengo preparada para los que me aman y huyen del pecado.

Estás tú acostumbrado a ver las cosas de la tierra, y te figuras el Cielo como lo que ves en este mundo. Y el Cielo es diferente, muy diferente de las cosas de aquí abajo. Si supieras lo que es ver a Dios, gozar de Dios, estar conmigo, con tu Madre la Virgen María, con los Ángeles y Santos...

Los ojos no han visto jamás cosa semejante; y por más que pienses y discurras, nunca podrás imaginarte la felicidad del Cielo.

Allí no hay dolores, tristezas ni tribulaciones de ninguna clase; allí la muerte no tiene entrada; allí se poseen todos los bienes sin ningún mal y sin miedo de perder jamás aquella gloria.

¿No comprendes que vale la pena de abstenerse de las cosas malas de este mundo para poseer el Cielo? ¿No conoces que es una locura, por una tontería de este mundo, perder el Cielo, y perderlo para siempre?

Dime, joven, dime: ¿qué piensas hacer? Mira que el demonio se vale de todos los ardides para condenarte. Vigila, pues, alerta, y procura que no te engañe.

Sea alabado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento.



Oración al Santísimo (de San Alfonso María Ligorio)

Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.

Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO A JESÚS EUCARISTÍA




ALABANZAS DE DESAGRAVIO A JESÚS EUCARISTÍA


Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima sangre.
Bendito sea Jesús en el santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Amen.

jueves, 30 de octubre de 2014

ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO


Oración a Jesús Sacramentado


Oh, amado Jesús.
Ayúdame a esparcir Tu fragancia
por donde quiera que vaya.
Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya.
Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma
con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía.
¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús!

Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar
tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Tí, nada de ella será mía;
serás Tú quien resplandezca
sobre los demás a través de mi.
Brillando sobre quienes me rodean,
permíteme alabarte como mas te gusta.

Permíteme predicarte sin predicar,
no con palabras sino a través de mi ejemplo,
a través de la fuerza atractiva,
de la influencia armoniosa de todo lo que haga,
de la inefable plenitud del amor
que existe en mi corazón por Tí.

Amen.

jueves, 11 de septiembre de 2014

ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Oración al Santísimo Sacramento

Te doy gracias Señor
Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno
porque aunque soy un siervo pecador
y sin mérito alguno,
has querido alimentarme
misericordiosamente
con el cuerpo y la sangre
de tu hijo Nuestro Señor
Jesucristo.

Que esta sagrada comunión
no vaya a ser para mi
ocasión de castigo
sino causa de
perdón y salvación.
Que sea para mi armadura
de fe, escudo de buena voluntad;
que me libre de todos mis vicios
y me ayude a superar
mis pasiones desordenadas;
que aumente mi caridad
y mi paciencia
mi obediencia y humildad,
y mi capacidad para hacer el bien.

Que sea defensa inexpungable
contra todos mis enemigos,
visibles e invisibles;
y guía de todos
mis impulsos y deseos.

Que me una más íntimamente a ti,
único y verdadero Dios
y me conduzca con seguridad
al banquete del cielo,
donde Tu, con Tu Hijo
y el Espíritu Santo,
eres luz verdadera,
satisfacción cumplida
gozo perdurable
y felicidad perfecta.

Por Cristo, Nuestro Señor, Amén

miércoles, 3 de septiembre de 2014

ORACIÓN AL SACRATÍSIMO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS



ORACIÓN AL SACRATÍSIMO CORAZÓN
EUCARÍSTICO DE JESÚS 


Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús,
yo confío inmensamente en Tu Misericordia.

Te pido humildemente que me des la fe que
necesito para abandonarme a Tu Infinita Misericordia,
porque ya se han agotado mis recursos humanos 
y ahora solo me cabe volverme con confianza 
a Tu Infinita Compasión, porque sé que Tu
no desoirás mi suplica.

Aquí estoy Señor a tus pies pidiendo con fervor
arregles todas mis cosas y problemas, según Tu Amor
y beneplácito divino, que sé, será lo mejor para mí,
concédeme lo que te estoy pidiendo, si es para bien de mi alma.
¡Toma Señor mi problema!.
¡Toma, mi corazón!.

¡Yo confío en Ti Corazón Eucarístico de Jesús !
¡Yo Confío en Ti Corazón Eucarístico de Jesús! 
¡Yo Confío en Ti Corazón Eucarístico de Jesús!...

jueves, 28 de agosto de 2014

ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Con el velo del Santísimo Sacramento
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.
por la flor en que nació, 
por la cruz en que murió,
hablen y se defiendan
y ablanden los corazones 
que estén en su contra.

¡Oh! Jesús sacramentado, 
si enemigos ven venir,
la llaga de tu costado 
siempre los ha de cubrir.
con el velo de Maria Santísima 
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.

El poder de Dios les valga, 
la fuerza de la fe, 
la pureza de María Santísima, 
y la castidad del señor San José.
Así sea.


jueves, 7 de agosto de 2014

ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Con el velo del Santísimo Sacramento
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.
por la flor en que nació, 
por la cruz en que murió,
hablen y se defiendan
y ablanden los corazones 
que estén en su contra.


¡Oh! Jesús sacramentado, 
si enemigos ven venir,
la llaga de tu costado 
siempre los ha de cubrir.
con el velo de Maria Santísima 
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos, 
ni de sus enemigos vencidos.


El poder de Dios les valga, 
la fuerza de la fe, 
la pureza de María Santísima, 
y la castidad del señor San José.
Así sea.

jueves, 31 de julio de 2014

ORACIONES EUCARÍSTICAS: MI VISITA A JESÚS SACRAMENTADO - JUEVES EUCARÍSTICO


ORACIONES EUCARÍSTICAS

MI VISITA A
JESÚS SACRAMENTADO



Actos de adoración:

Vengo, Jesús mío, a visitarte.
Te adoro en el sacramento de tu amor.
Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este Sacramento y recibirás hasta el fin de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del mundo.
Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.



Actos de fe:

Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo que has venido a salvarnos.
Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.
Creo que estás, por mi amor, en el Sagrario noche y día.
Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.
Creo que bendices a los que te visitan, y que atiendes los ruegos de tus adoradores.
Creo que eres el viático de los moribundos que te aman para llevarlos al cielo.
Creo en Ti, y creo por los que no creen. (Comunión espiritual).




Actos de esperanza:

Espero en Ti, Jesús mío, porque eres mi Dios y me has creado para el cielo.
Espero en Ti, porque eres mi Padre. Todo lo he recibido de tu bondad. Sólo lo malo es mío.
Espero en Ti, porque eres mi Redentor.
Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.
Espero en Ti, porque eres mi Abogado que me defiendes ante el Padre.
Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante en la Eucaristía.
Espero en Ti, porque has conquistado el cielo con tu Pasión y muerte.
Espero en Ti, porque reparas mis deudas.
Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.
Espero en Ti, porque eres tan bueno que me mandas que confíe en Ti bajo pena de condenación eterna.
Espero en Ti, porque siempre me atiendes, y me consuelas, y nunca has defraudado mi esperanza.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!



Actos de caridad:

Te amo, Jesús mío, y te amo con todas las veras y como a nadie.
Porque Tú me has amado infinitamente,
Porque Tú me has amado desde la eternidad.
Porque Tú has muerto para salvarme
Porque Tú no has podido amar más.
Porque Tú me has hecho participante de tu divinidad y quieres que lo sea de tu gloria.
Porque Tú te entregas del todo a mi en la Comunión.
Porque Tú me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu Sangre.
Porque Tú estás siempre por mi amor en la Santa Eucaristía.
Porque Tú me recibes siempre en audiencia sin hacerme esperar.
Porque Tú eres mi mayor Amigo.
Porque Tú me llenas de tus dones.
Porque Tú me tratas siempre muy bien, a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Porque Tú me has enseñado que Dios es Padre que me ama mucho.
Porque Tú me has dado por Madre a tu misma Madre.
¡Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más y más!
Dulce Corazón de Jesús, sé mi amor.
Te amo por los que no te aman.
Te amo por los que nunca piensan en Ti.
Te amo por los que no te visitan.
Te amo por los que te ofenden e injurian.
¡Que pena por esto!
Te amo y te digo con aquel tu siervo:
¡Oh Jesús, yo me entrego a Ti para unirme al amor eterno, inmenso e infinito que tienes a tu Padre celestial! ¡Oh Padre adorable! Te ofrezco el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado Hijo Jesús, como mío que es. Te amo cuando tu Hijo te ama. (S. Juan Eudes).




Actos de contrición:

¡Jesús mío, misericordia!
Jesús mío; te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.
Por los de mi niñez y adolescencia.
Por los de mi juventud.
Por los de mi edad adulta.
Por los que conozco y no conozco.
Por lo mucho que te he disgustado con ellos.
Por lo mal que me he portado contigo.
Siento mucho haberte ofendido.
¡Perdóname, perdóname, perdóname!
Perdóname según tu gran misericordia.
Perdóname por lo ingrato que he sido para Ti.
Perdóname y no quieras ya acordarte de mis pecados.
Perdóname y limpia mi alma de toda basura e infidelidad.
Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.
Perdóname, porque estoy muy arrepentido.
Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tu divina gracia.
Perdóname y aparta tu rostro de mis ingratitudes.
Perdóname, que me causan mucho miedo mis pecados.
Perdóname, porque me reconozco pecador y reo.
Perdóname, porque no obstante Tú sabes que te quiero mucho.
Jesús, sé para mí Jesús.
Madre mía, intercede por mí ante tu divino Hijo Jesús.
¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación!



Actos de gratitud:

Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios que me has dado.
Yo no sabré nunca contarlos sino en el cielo, y allí te los agradeceré eternamente.
Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.
Espíritu Santo que me inspiráis estos sentimientos, a Ti sea dado todo honor y toda gloria.
Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido.
Por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyas promesas renuevo.
Por haberme dado por Madre a tu misma Madre.
Por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre.
Por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo.
Por haberme dado al Ángel de mi Guarda.
Por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia.
Por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir en tu gracia.



Actos de súplica:

Te ruego, Jesús mío, que no me dejes, porque me perderé.
Que persevere siempre en tu amor.
Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar, y en la hora de mi muerte.
Que no permitas que jamás me aparte de Ti.
Que sepa padecer con resignación por Ti.
Que no me preocupe sino de amarte.
Que ame también a mis prójimos.
Que ame mucho a los pecadores.
Que ame mucho a los pobres y a los enfermos.
Que ame mucho a las almas del Purgatorio. Que saque muchas almas del Purgatorio con mis obras, que te las ofrezco a este fin.
Que ampares a tu Iglesia.
Al romano Pontífice, tu Vicario visible en la tierra.
A los Prelados y a los Sacerdotes.
A los Religiosos y Religiosas.
A los que mandan en tu nombre.
A los que gobiernan nuestra nación
A nuestra querida patria.
A mis amados parientes y allegados.
Que pagues a mis bienhechores
Que favorezcas a los que ruegan por mí.
Que bendigas a los que me miren con indiferencia y no me quieran.
Que trabaje mucho por Ti hasta la muerte.
Que me concedas una muerte santa.
Que diga al morir: ¡Jesús, Jesús, Jesús!
Que me lleves al cielo cuando muera.
Amén.



ORACIÓN FINAL

Jesús mío, échame tu bendición antes de salir, y que el recuerdo de esta visita, que acabo de hacerte, persevere en mi memoria y me anime amarte más y más. Haz que cuando vuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus divinos ojos.

Adiós, adiós, Jesús mío.
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