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domingo, 19 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 NOVIEMBRE 2017




Domingo 33º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 19 de noviembre de 2017

“Trabajaré agradecido los talentos que me confías“



Primera lectura
Lectura del libro de los Proverbios (31,10-13.19-20.30-31):

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios

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Salmo

Salmo 127,1-2.3.4-5

R/. Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6):

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Palabra de Dios

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 
(25, 14-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.” El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”»

Palabra del Señor

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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 25, 14-30

BÚSQUEDA CREATIVA

A pesar de su aparente inocencia, la parábola de los talentos encierra una carga explosiva. Es sorprendente ver que el tercer criado es condenado sin haber cometido ninguna acción mala. Su único error consiste en no hacer nada: no arriesga su talento, no lo hace fructificar, lo conserva intacto en un lugar seguro.

El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir caminos al reino de Dios.

El gran pecado de los seguidores de Jesús puede ser siempre el no arriesgarnos a seguirlo de manera creativa. Es significativo observar el lenguaje que se ha empleado entre los cristianos a lo largo de los años para ver en qué hemos centrado con frecuencia la atención: conservar el depósito de la fe; conservar la tradición; conservar las buenas costumbres; conservar la gracia; conservar la vocación…

Esta tentación de conservadurismo es más fuerte en tiempos de crisis religiosa. Es fácil entonces invocar la necesidad de controlar la ortodoxia, reforzar la disciplina y la normativa, asegurar la pertenencia a la Iglesia… Todo puede ser explicable, pero, ¿no es con frecuencia una manera de desvirtuar el Evangelio y congelar la creatividad del Espíritu?

Para los dirigentes religiosos y los responsables de las comunidades cristianas puede ser más cómodo «repetir» de manera monótona los caminos heredados del pasado, ignorando los interrogantes, las contradicciones y los planteamientos del hombre moderno, pero ¿de qué sirve todo ello si no somos capaces de transmitir luz y esperanza a los problemas y sufrimientos que sacuden a los hombres y mujeres de nuestros días?

Las actitudes que hemos de cuidar hoy en el interior de la Iglesia no se llaman «prudencia», «fidelidad al pasado», «resignación»… Llevan más bien otro nombre: «búsqueda creativa», «audacia», «capacidad de riesgo», «escucha del Espíritu», que todo lo hace nuevo.

Lo más grave puede ser que, lo mismo que el tercer criado de la parábola, también nosotros creamos que estamos respondiendo fielmente a Dios con nuestra actitud conservadora, cuando en realidad estamos defraudando sus expectativas. El principal quehacer de la Iglesia hoy no puede ser conservar el pasado, sino aprender a comunicar la Buena Noticia de Jesús en una sociedad sacudida por cambios socioculturales sin precedentes.

  

sábado, 18 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 18 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Sábado de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 18 de noviembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (18,14-16;19,6-9):

Un silencio sereno lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu palabra todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los cielos al país condenado; llevaba la espada afilada de tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de muerte; pisaba la tierra y tocaba el cielo. Porque la creación entera, cumpliendo tus órdenes, cambió radicalmente de naturaleza, para guardar incólumes a tus hijos. Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento oleaje hecho una vega verde; por allí pasaron, en formación compacta, los que iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos. Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su libertador.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 104,2-3.36-37.42-43

R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor

Cantadle al son de instrumentos, 
hablad de sus maravillas; 
gloriaos de su nombre santo, 
que se alegren los que buscan al Señor. R/.

Hirió de muerte a los primogénitos del país, 
primicias de su virilidad. 
Sacó a su pueblo cargado de oro y plata, 
y entre sus tribus nadie tropezaba. R/.

Porque se acordaba de la palabra sagrada 
que había dado a su siervo Abrahán, 
sacó a su pueblo con alegría, 
a sus escogidos con gritos de triunfo. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy sábado, 18 de noviembre de 2017
Alejando Carbajo, cmf


Queridos hermanos, paz y bien.

Orar sin desanimarse. Buen consejo, en estos tiempos de inmediatez en los que vivimos. Lo queremos todo, y lo queremos ya. Jesús quiere que recemos siempre y no perdamos el ánimo, la ilusión. Nuestra persistencia en la plegaria no cambia los planes de Dios, por supuesto, pero prepara nuestro corazón para incrementar nuestro deseo de Dios.

Cuando sintamos que Dios no nos responde como queremos, que sepamos renovar nuestra confianza. Que, en las decisiones importantes de la vida, en los momentos difíciles, sepamos orar sin desfallecer. Como Jesús, que oremos para ser fieles al proyecto de Dios para con nosotros.

Jesús nos dice que tenemos que cansar a Dios con nuestra oración. Que probemos nuestra confianza en Él con nuestra plegaria sin fin. Por eso necesitamos una fe muy viva, muy grande, pensando que nos va a conceder lo que le pedimos. Por eso, la pregunta final de Jesús: “encontrará esta fe en la tierra?”  ¿Tenemos nosotros esa fe? ¿Puede nuestra fe iluminar la oscuridad del mundo en que habitamos? ¿Podemos transmitir nuestra fe a los demás? Ojalá que sí. Sin fe, es imposible. Sin fe, no entendemos la maldad que hay en el mundo, la injusticia y las dificultades. Que recordemos la oración de Jesús, en los buenos momentos, y en Getsemaní o en la cruz. Que seamos fiel como Cristo.

En la oración presentamos a Dios nuestro verdadero ser, nos mostramos como somos: agradecidos, cansados, tristes, alegres, enfadados. Que la oración confiada nos ayude a trabajar por la justicia en todas las situaciones que vivamos.

Empezábamos la semana pidiendo que el Señor aumentara nuestra fe. Es una buena manera de terminarla recordar eso mismo, pedirle al Dios bueno que nos aumente la fe, para que crezca y nos ayude a superar todas las encrucijadas de nuestra vida.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

viernes, 17 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 17 NOVIEMBRE 2017


Amor con amor se paga
Santo Evangelio según San Lucas 17, 26-37. Viernes XXXII del tiempo ordinario.


Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, que mi corazón no se vaya detrás de falsos amores sino que, experimentando tu gran AMOR, viva siempre en Ti.

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Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 26-37

En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en el tiempo de Noé, así sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.

Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdese de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.

Yo les digo esto: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y al otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada".

Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?". Y él les respondió: "Donde hay un cadáver se juntan los buitres".


Palabra del Señor.

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Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y construían. ¿Está mal comer, beber, comprar, etc.? No. Entonces, si no está mal, ¿por qué recibieron el castigo?

Ellos se dedicaron a quitar de su corazón a Dios, se habían hecho dioses en sus vidas. Las necesidades de los hombres se volvieron más importantes que Dios. "Se fue detrás de sus amantes, olvidándose de mí" (Os. 2,15), se dejaron llevar por las cosas pasajeras. Amaron más a las creaturas que al creador. Ellos mismos fueron sus destructores. Fueron perdiendo poco a poco el amor, pues no tenían a Dios. No quisieron experimentar el amor de Dios en sus vidas para poder, después, amar sin límites. No se dejaron amar para poder amar.

El hombre siempre está en busca de amor, y no se cansa de buscarlo hasta que lo encuentra; pero muchas veces busca en el lugar equivocado. Cuando se experimenta el amor de Dios, el amor verdadero, lo único que uno puede hacer y quiere hacer, es corresponder con amor. Amor como el que ha recibido, pues el amor con amor se paga. No hay que dejar que nuestra vida se quede sin amor, que nuestro corazón deje de latir.

¿Por qué muchas veces me voy detrás de falsos amores, olvidándome del verdadero AMOR? ¿Cuáles son esos falsos amores que tengo en mi vida? ¿He experimentado el amor de Dios?

No retroceder, no mirar hacia atrás, presenta el ejemplo de la mujer de Lot. También el autor de la Carta a los Hebreos recoge este consejo y dice: "Nosotros -los creyentes- no somos gente que retrocede, sino gente que siempre va hacia adelante". Seguir siempre adelante por este camino, contemplando las bellezas, y con los hábitos que todos tenemos, pero sin divinizarlos porque acabarán. Así, pues, que sean estas pequeñas bellezas, que reflejan la gran belleza, nuestros hábitos para sobrevivir en el canto eterno, en la contemplación de la gloria de Dios.
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de noviembre de 2015).

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Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

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Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

En un breve examen de conciencia revisaré si tengo algunos falsos amores que me impidan amar a Dios sobre todas las cosas y trataré de corregirme.

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Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 16 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 16 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Jueves de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 16 de noviembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (7,22–8,1):

La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, móvil, penetrante, inmaculado, lúcido, invulnerable, bondadoso, agudo, incoercible, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, todopoderoso, todo vigilante, que penetra todos los espíritus inteligentes, puros, sutilísimos. La sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo; porque es efluvio del poder divino, emanación purísima de la gloria del Omnipotente; por eso, nada inmundo se le pega. Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la sabiduría. Es más bella que el sol y que todas las constelaciones; comparada a la luz del día, sale ganando, pues a éste le releva la noche, mientras que a la sabiduría no le puede el mal. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo con acierto. 

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 118

R/. Tu palabra, Señor, es eterna

Tu Palabra, Señor, es eterna, 
más estable que el cielo. R/.

Tu fidelidad de generación en generación, 
igual que fundaste la tierra y permanece. R/.

Por tu mandamiento subsisten hasta hoy, 
porque todo está a tu servicio. R/.

La explicación de tus palabras ilumina, 
da inteligencia a los ignorantes. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, 
enséñame tus leyes. R/.

Que mi alma viva para alabarte, 
que tus mandamientos me auxilien. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,20-25):

En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy jueves, 16 de noviembre de 2017
Alejando Carbajo, cmf



Queridos hermanos, paz y bien.

La pregunta sobre el fin del mundo está presente desde el principio. Siempre ha sido un reto saber cómo y cuándo se acabará el mundo, tal y como lo conocemos. Y los fariseos del tiempo de Jesús, también. Ellos esperaban un Mesías triunfante, que restableciera e antiguo esplendor de Israel.

Jesús desde el comienzo advierte que su Reino no es de este mundo. Es algo más espiritual, invisible, pero presente desde el momento en que Jesús se encarnó. “Ya sí, pero todavía no”.

Podemos contribuir a expandir este Reino viviendo como Jesús vivió y nos enseñó. Él siempre nos ayuda en nuestro camino de fe. Su Palabra, los Sacramentos, sobre todo la Eucaristía, la oración personal… Todo nos ayuda a llevar el reino a los demás. Es que el Reino, si hemos aceptado la oferta de Jesús, está dentro de nosotros. Y por eso no debemos ponernos nerviosos, pensando en el futuro. Lo importante es centrarse en el “aquí” y en el “ahora”. Y estar preparados, para los sufrimientos que conlleva ser fiel al Evangelio. Es lo que le esperó a Jesús en Jerusalén, y lo que, en ocasiones, nos espera a nosotros.

Tenemos que trabajar, pensando que todo depende de nosotros, y a la vez, sabiendo que Dios va marcando los ritmos y los tiempos. No hay que prestar atención a los que van por ahí propagando mensajes alarmistas. Este mundo en el que vivimos es nuestro mundo, el mundo que Dios quiere, y nosotros debemos mejorarlo. Darle forma cristiana, con valor y con paciencia.

Intentemos hoy ver signos de la presencia del Reino a nuestro alrededor. En la gente que nos rodea, en los acontecimientos de nuestra vida. En los sufrimientos, en las cruces de nuestra vida. Necesitamos que el Reino llegue al corazón de todos.

Abramos las puertas a Jesús, para que él reine en nuestros corazones, y haga lo que quiera con nosotros. Hay que preparar nuestro corazón y nuestra casa, a través de la oración y el amor a los demás.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 15 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Miércoles de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, miércoles, 15 de noviembre de 2017




Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,1-11):

Escuchad, reyes, y entended; aprendedlo, gobernantes del orbe hasta sus confines; prestad atención, los que domináis los pueblos y alardeáis de multitud de súbditos; el poder os viene del Señor, y el mando, del Altísimo: él indagará vuestras obras y explorará vuestras intenciones; siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, ni procedisteis según la voluntad de Dios. Repentino y estremecedor vendrá sobre vosotros, porque a los encumbrados se les juzga implacablemente. A los más humildes se les compadece y perdona, pero los fuertes sufrirán una fuerte pena; el Dueño de todos no se arredra, no le impone la grandeza: él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos, pero a los poderosos les aguarda un control riguroso. Os lo digo a vosotros, soberanos, a ver si aprendéis a ser sabios y no pecáis; los que observan santamente su santa voluntad serán declarados santos; los que se la aprendan encontrarán quien los defienda. Ansiad, pues, mis palabras; anheladlas, y recibiréis instrucción.

Palabra de Dios
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Salmo
Sal 81,3-4.6-7

R/. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra

«Proteged al desvalido y al huérfano, 
haced justicia al humilde y al necesitado, 
defended al pobre y al indigente, 
sacándolos de las manos del culpable.» R/.

Yo declaro: «Aunque seáis dioses, 
e hijos del Altísimo todos, 
moriréis como cualquier hombre, 
caeréis, príncipes, como uno de tantos.» R/.
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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 
Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» 
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.» 
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» 
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
15 de noviembre de 2017
Alejando Carbajo, cmf



Queridos hermanos, paz y bien.

El evangelio de Lucas va mostrando el camino de Jesús hacia Jerusalén, y ya sabemos lo que le esperaba allí. El signo final, la muerte y resurrección. Y de camino, Jesús nos va dejando signos. Hoy es una curación milagrosa.

La lepra hoy en día sigue siendo una enfermedad terrible. En tiempos de Jesús, la persona afectada estaba fuera de la sociedad, vivía apartada de todos, recluida con otros leprosos, se movía con una campanilla para avisar de que iba de camino…  Una verdadera exclusión social. Se hacía el vacío a su alrededor. La muerte civil.

Por eso quizá es tan importante que Jesús les prestara atención, les dedicar un tiempo y les hablara. Quizá ése fue el primer momento de la sanación de esos diez enfermos. Sentirse personas otra vez. Después vino la curación física. Saberse libres de esa enfermedad terrible. Para nueve de ellos fue suficiente. Se volvieron a sus lugares de origen, a intentar reconstruir sus vidas.

Pero hubo uno de ellos que sintió una llamada más fuerte, a ser verdaderamente agradecido. Podemos decir que, además de la curación física, a él le llego la curación espiritual. Y no fue uno delos judíos, de los “buenos”. Fue un extranjero, un samaritano, el que se dio la vuelta y se arrojó a los pies de Cristo. Reconoció en Él a su salvador. Tuvo fe, y su fe le salvó. Le dio la vida eterna, la salud – salvación para siempre.

Nosotros quizá nos sentimos cómodos, seguros, sabedores de que somos parte de la sociedad. Quizá hayamos tenido alguna enfermedad, algún accidente, que nos haya hecho desear recuperar la salud. Y al recuperarnos, habremos dado gracias a los médicos, a las personas que nos han ayudado. Ojalá que no se nos haya olvidad dar gracias a Dios por la salud perdida y hallada.

Hay que pedirle mucho a Dios que tenga compasión de nosotros. Que nos sane, por fuera y, sobre todo, por dentro. Y cada vez que sintamos su misericordia, darle gracias. Por haberle encontrado, porque nos ha hablado, porque nos ha redimido.

Vuestro amigo en la fe, Alejandro, C.M.F.

martes, 14 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 14 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Martes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, martes, 14 de noviembre de 2017




Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,23–3,9):

Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de si; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 33,2-3.16-17.18-19

R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento, 
su alabanza está siempre en mi boca; 
mi alma se gloria en el Señor: 
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Los ojos del Señor miran a los justos, 
sus oídos escuchan sus gritos; 
pero el Señor se enfrenta con los malhechores, 
para borrar de la tierra su memoria. R/.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha 
y lo libra de sus angustias; 
el Señor está cerca de los atribulados, 
salva a los abatidos. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,7-10):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa" ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú" ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 14 de noviembre de 2017
 Alejando Carbajo, cmf



Queridos hermanos, paz y bien.

Humildad para saber quién es Dios, y quienes somos nosotros. El Evangelio hoy nos recuerda que nos anunciamos no a nosotros, sino a Dios. Hacemos más o menos cosas por Él, a veces ayudamos en la parroquia, somos catequistas, colaboramos en Cáritas, visitamos enfermos, rezamos mucho, pero todo para mayor gloria de Dios, no para mayor gloria del anunciante.

Está claro que, a veces, necesitamos alguna alabanza, para que nuestra autoestima se vea alimentada. Pero todo dentro de un orden. “Somos siervos inútiles”, hemos hecho lo que teníamos que hacer y, muchas veces, lo hacemos mal. O lo hacemos por motivos no siempre claros. Una llamada a purificar nuestras motivaciones, y buscar el bien de los demás, no nuestra vanagloria.

Nosotros hemos recibido el don de la fe, y hemos tenido un encuentro con Jesús de Nazaret, y conocemos lo que significa el Reino de Dios. Y por eso entendemos que podemos hacer muchas cosas para anunciar ese Reino, pero nada bastará para compensar todo lo que Él ha hecho por nosotros. Desde enviar a su Hijo, para que muriera por nosotros, hasta darnos cada día la oportunidad de escuchar Su Palabra y tomar su Cuerpo.

Saber quiénes somos nosotros, y quién es Dios, hacer lo que tenemos que hacer y hacerlo para Dios. Agradecer los halagos y elogios que recibimos, pero sabiendo volverlo todo hacia Él. Ese puede ser el mensaje de hoy. Como dice el salmo, “bendigo al Señor en todo momento”.

Un buen día para mirar a la Virgen María, y aprender de ella a estar siempre cerca de Jesús, compartiendo vida con Él, pero siempre en segundo plano. Que seamos cada vez más “marianos” en este sentido.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

lunes, 13 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 13 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Lunes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 13 de noviembre de 2017




Primera lectura
Comienzo del libro de la Sabiduría (1,1-7):

Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 138,1-3a.3b-6.7-8.9-10

R/. Guíame, Señor, por el camino eterno

Señor, tú me sondeas y me conoces; 
me conoces cuando me siento o me levanto, 
de lejos penetras mis pensamientos; 
distingues mi camino y mi descanso. R/.

Todas mis sendas te son familiares. 
No ha llegado la palabra a mi lengua, 
y ya, Señor, te la sabes toda. 
Me estrechas detrás y delante, 
me cubres con tu palma. 
Tanto saber me sobrepasa, 
es sublime, y no lo abarco. R/.

¿Adónde iré lejos de tu aliento, 
adónde escaparé de tu mirada? 
Si escalo el cielo, allí estás tú; 
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.

Si vuelo hasta el margen de la aurora, 
si emigro hasta el confín del mar, 
allí me alcanzará tu izquierda, 
me agarrará tu derecha. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,1-6):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 13 de noviembre de 2017
Alejando Carbajo, cmf



Queridos hermanos, paz y bien.

¡Auméntanos la fe! ¡Auméntamela, Señor! Buena falta nos hace, para afrontar los problemas de cada día. Sobre todo, en las comunidades. Donde la suma de personalidades a veces genera conflictos. En nuestra vida hay muchas ocasiones en las que nos sentimos indignados. Y muchas veces nos parece que no podemos hacer nada, que debe de ser así. “Vamos tirando”, y creemos que, hagamos lo que hagamos, el mundo no va a cambiar.

No sé si ésta es la postura correcta para un cristiano. Es verdad que, en nuestro camino, habrá problemas y dificultades. -pero también tenemos la fe, no solo para los buenos momentos, sino, sobre todo, para los malos. Y siempre con un corazón de madre, sintiendo que el otro puede cambiar, “arrepentirse”, como dic e el Evangelio hoy. Así es como nuestra fe, incluso si es pequeña, puede hacer milagros.

Si creemos, confiamos en Dios. Y Dios confía en nosotros, en cada uno de nosotros. Dios, Padre Bueno, nos recuerda que, si nuestra fe no es tan grande que nos permita vivir así, tenemos que pedirle que nos la aumente. Con el perdón, demostramos el respeto al otro y la conciencia de no ser mejores que nadie (todos comentemos errores, y todos tenemos que pedir perdón).

Además, el Señor nos dice que somos responsables no solo de nosotros mismos. Alrededor nuestro hay una zona de influencia, e influimos en el bien que allí se hace, como en el mal. Nadie está solo, nadie vive aislado. ¿Cómo son mis relaciones? ¿Soy consciente de que lo que para mí es normal, para otros puede ser un escándalo? ¿Tengo en cuenta la variedad de mentalidades, de educación de experiencias vividas? Respetar a los demás, saber perdonar, no convertirnos en obstáculos para los demás con nuestras actitudes y con nuestras palabras, son medios que tenemos para llegar a ser semejantes a Dios. Todo por la fe. Lo imposible se vuelve posible.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

domingo, 12 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 12 NOVIEMBRE 2017



Domingo 32º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 12 de noviembre de 2017

“Quien espera la llamada de Jesús que no olvide el cargador“



Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,12-16):

La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento.

Palabra de Dios

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Salmo

Salmo: 62,2.3-4.5-6.7-8
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-17):

No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Palabra de Dios

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Lectura del santo evangelio según san Mateo (25, 1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor

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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 25, 1-13

ENCENDER UNA FE GASTADA

La primera generación cristiana vivió convencida de que Jesús, el Señor resucitado, volvería muy pronto lleno de vida. No fue así. Poco a poco, los seguidores de Jesús se tuvieron que preparar para una larga espera.

No es difícil imaginar las preguntas que se despertaron entre ellos. ¿Cómo mantener vivo el espíritu de los comienzos? ¿Cómo vivir despiertos mientras llega el Señor? ¿Cómo alimentar la fe sin dejar que se apague? Un relato de Jesús sobre lo sucedido en una boda les ayudaba a pensar la respuesta.

Diez jóvenes, amigas de la novia, encienden sus lámparas y se preparan para recibir al esposo. Cuando, al caer el sol, llegue el novio a tomar consigo a la esposa, los acompañarán a ambos en el cortejo que los llevará hasta la casa del esposo, donde se celebrará el banquete nupcial.

Hay un detalle que el narrador quiere destacar desde el comienzo. Entre las jóvenes hay cinco «sensatas» y previsoras que toman consigo aceite para alimentar sus lámparas a medida que se vaya consumiendo la llama. Las otras cinco son unas «necias» y descuidadas que se olvidan de tomar aceite, con el riesgo de que se les apaguen las lámparas.

Pronto descubrirán su error. El esposo se retrasa y no llega hasta medianoche. Cuando se oye la llamada a recibirlo, las sensatas alimentan con su aceite la llama de sus lámparas y acompañan al esposo hasta entrar con él en la fiesta. Las necias no saben sino lamentarse: «Que se nos apagan las lámparas». Ocupadas en adquirir aceite, llegan al banquete cuando la puerta está cerrada. Demasiado tarde.

Muchos comentaristas tratan de buscar un significado secreto al símbolo del aceite. ¿Está Jesús hablando del fervor espiritual, del amor, de la gracia bautismal…? Tal vez es más sencillo recordar su gran deseo: «Yo he venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué he de querer sino que se encienda?». ¿Hay algo que pueda encender más nuestra fe que el contacto vivo con Jesús?

¿No es una insensatez pretender conservar una fe gastada sin reavivarla con el fuego de Jesús? ¿No es una contradicción creernos cristianos sin conocer su proyecto ni sentirnos atraídos por su estilo de vida?

Necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Cuidar todo lo que nos ayude a centrar nuestra vida en su persona. No gastar energías en lo que nos distrae o desvía de su Evangelio. Encender cada domingo nuestra fe rumiando sus palabras y comulgando vitalmente con él. Nadie puede transformar nuestras comunidades como Jesús.

sábado, 11 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 11 NOVIEMBRE 2017


Lecturas del Sábado de la 31ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 11 de noviembre de 2017




Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,3-9.16.22-27):

Saludos a Prisca y Aquila, colaboradores míos en la obra de Cristo Jesús; por salvar mi vida expusieron su cabeza, y no soy yo sólo quien les está agradecido, también todas las Iglesias del mundo pagano. Saludad a la Iglesia que reúne en su casa. Saludos a mi querido Epéneto, el primero convertido de Cristo en Asia. Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros. Saludos a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo. Saludos a Ampliato, mi amigo en el Señor. Saludos a Urbano, colaborador mío en la obra de Cristo y a mi querido Estaquis. Saludaos unos a otros con el beso santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan. Yo, Tercio, que escribo la carta, os mando un saludo cristiano. Os saluda Gayo, que me hospeda, y toda esta Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús –revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe–, al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 144

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey

Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.

Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta sus hazañas;
alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.

Que todas las criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

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Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (16,9-15):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. 
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio del sábado, 11 de noviembre de 2017
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf


NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

(...Continúa desde ayer) 

      No faltará quien piense en su interior, e incluso lo diga abiertamente: ¿Y por qué tengo que compartir lo mío con los otros, con el esfuerzo y los sacrificios que honradamente me ha supuesto, más aún si no se lo merecen, o van a desperdiciarlo, o no se han esforzado por ganárselo honradamente, o no son de nuestro país...?

            Juan Pablo II, en uno de sus viajes a Brasil, dijo que no era admisible un sistema económico que se despreocupa de los más necesitados, que deja sin trabajo a una parte de la población, o les da un trabajo con un salario que no llega a un mínimo indispensable. Y un dirigente empresarial,  respondió diciendo que las palabras del Papa eran muy hermosas, pero irrealizables, porque «las leyes de la economía obligan a preocuparse más del dinero que de las personas».

        La mayoría de las preguntas con que terminábamos ayer no tienen respuesta directa en el Evangelio, ni hay recetas universales. Pero sí hay alguna clave propuesta por Jesús. Por tanto: ¿Qué supone SERVIR AL SEÑOR o SERVIR AL DINERO? ¿Cómo puedo yo saber a quién estoy sirviendo realmente?

       Por una parte podemos fijarnos en el «tiempo» que dedicamos a uno y a otro. Y no me refiero al tiempo que nos pasamos rezando, sino al tiempo y las energías que dedicamos a «los demás» o a nuestros personales intereses.

      En segundo lugar: el dinero (con todos sus discípulos y ropajes) es un señor tremendamente exigente que nos pide grandes sacrificios: a veces es el tiempo que debiéramos dedicar a la familia o a nuestra vida interior; a veces está atacando directamente a nuestra salud: estrés, falta de descanso, un ritmo de vida vertiginoso y superficial, irritabilidad... A veces nos hace romper con familiares y amigos: quién paga tal cosa, cómo se reparte una herencia.  De manera que revisando estas cosas, podemos encontrar pistas muy seguras sobre quién es nuestro «señor».

      Por otra parte, el dinero y la riqueza (ahorros, reservas, acumulación, cuentas bancarias...) cuentan con unos aliados muy poderosos: el consumismo y la publicidad. Se encargan de multiplicar nuestros deseos, siempre insaciables, por mucho que gastemos y compremos y experimentemos... Cada vez «necesitamos» más chismes tecnológicos, y más nuevos, con posibilidades que ni siquiera llegamos a conocer o dominar; más ropa, más metros cuadrados, más viajes y desplazamientos (contaminación, gasolina...), más cosas nuevas simplemente porque son nuevas y nos parece que «lo nuevo» siempre es mejor que lo que tenemos (jejeje, uno se sorprende de esas enormes colas de días que se organizan cuando va a salir al mercado un nuevo, iphone, «ipod», o cualquier cosa que empiece por «i»). Sin embargo, todos reconocemos que «tener» y «comprar» todo eso... no nos hace más felices.  Que la felicidad está en otra parte. Pero gastamos, compramos, coleccionamos, acumulamos, desperdiciamos, derrochamos...

«La Tierra dejó de ser suficiente para el hombre desde 1976, cuando comenzamos a consumir más de lo producido anualmente. Y si se sigue esta tendencia, en 2030 se necesitarían dos planetas para abastecernos. En una parte es debido al crecimiento de la población mundial, pero sobre todo a los estilos de vida y a la dependencia de los combustibles fósiles. En tan solo siete meses, todos los recursos producidos en 2017 se han consumido, según el estudio anual de Global Footprint Network, un instituto de investigación internacional de Oakland (California). El estudio, con datos de la ONU, compara la huella ecológica humana, que mide la explotación de los recursos naturales de la Tierra con la biocapacidad del planeta. Según sus cálculos, el consumo de la humanidad excede el 70% de los recursos disponibles. En otras palabras, se necesita el equivalente de 1,7 planetas para satisfacer las necesidades humanas».

       En cambio, podemos decir que servimos a Dios cuando somos capaces de «darnos cuenta» de las necesidades del prójimo y preocuparnos por echarles una mano porque también son «asunto» nuestro. El consumista» poco a poco se va volviendo insolidario. No por maldad, sino que no «ve» las necesidades y sufrimientos de los otros. Más aún: los otros no me incumben. Y se va cerrando en sí mismo y en unos pocos de los «suyos».  Por eso, el Dios-Amor, el Dios de los pobres que le ayudaría a poner las cosas en su sitio, no tiene sitio en su corazón. En todo caso, convertirá su relación con Dios en otro negocio: «encargar» (nefasta palabra) misas, hacer rezos, acudir al culto para tranquilizar la conciencia, ganar méritos y poseer el cielo. «No podéis servir a Dios y al dinero». No se puede vivir consumiendo egoístamente toda clase de bienes y pretender, al mismo tiempo, ser fieles a un Dios que pide amor y fraternidad. 

      Servimos al Señor cuando las personas son nuestra mayor riqueza: y cuidamos a los amigos, a la familia («si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis, no hacen lo mismo los pecadores?», Lc 6, 32)..., y también a los que se sienten solos, a los que están enfermos, a los que tienen dificultades de cualquier tipo. 

«Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios».

Papa Francisco, I Jornada Mundial de los pobres, 19 de Noviembre 2017

       Así no se multiplicará nuestra cuenta corriente, ni nuestros incontables caprichos y gastos innecesarios... cuanto el número de personas a las que queremos, que nos quieren, o a las que hemos ayudado desinteresadamente, que nos ocupan el tiempo y el corazón... y no pocas veces nos vacían el bolsillo.

      ¿Y cuánto hay que dar? Comentaba el Papa Francisco en una de sus homilías que «nunca ha visto que detrás de un cortejo fúnebre vaya un camión de mudanzas transportando los bienes del difunto. Sólo nos llevamos con nosotros, lo que hayamos dado a los otros».  Y San Agustín: los pobres son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá.

      La situación de crisis global que llevamos tiempo padeciendo está mandando al paro a tantos hombres y mujeres, y en no pocos casos sin ninguna tipo de asistencia, nos tiene que obligar a revisar nuestros presupuestos de vida, para ver cómo podemos reducirlos, y solidarizarnos de manera concreta con los más pobres. Este sería el mejor «test» para descubrir si servimos a Dios o a nuestro dinero.

      Siento haberme alargado con este «tema». Pero lo más importante no es reflexionar, analizar, estar o no de acuerdo... sino... Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
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