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martes, 9 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 9 DE MAYO DEL 2017


¿Se escucharte cuando me llamas?
San Juan 10, 22-30. IV Martes de Pascua



Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te doy gracias por el don de mi vida. Gracias por haberme hecho hijo tuyo. Gracias por todos los dones que día a día me das. Perdona las veces que no he correspondido a tu amor. Ayúdame a amarte cada vez más y más. Te pido aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad. Inflama mi corazón de un celo ardiente por la salvación de las almas y por la extensión de tu Reino.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Mesías, dínoslo claramente".
Jesús les respondió: "Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y Yo somos uno".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Son tres las características que pones a las ovejas que son de tu rebaño. La primera es que ellas escuchan tu voz, la segunda es que Tú las conoces, la tercera es que ellas te siguen. Hoy quisiera preguntarme delante de Ti si soy, según estas características, oveja de tu rebaño. Yo quiero, Señor, ser una de tus ovejas. Ésa de la que te preocupas, la cuidas, la alimentas, la proteges. Dame la gracia de ser oveja de tu redil y jamás salirme de allí.
¿Sé escucharte en mi vida? Obviamente que no me hablas con una voz física, con apariciones espectaculares, o grandes visiones. No. Tú generalmente hablas de otra manera. Pero siempre hablas. Tal vez, soy yo quien no te escucha. Tú me hablas a través de las Sagradas Escrituras, del sacerdote, de mis padres, de mis superiores. Me puedes hablar también por medio del buen consejo de un amigo, de un bello paisaje de la naturaleza o incluso en aquel suceso que puedo considerar casualidad. Siempre me hablas, sólo necesito escucharte.
¿Me conoces, Señor? Sobre esto creo que no hay dudas. Nadie me conoce mejor que Tú. Me conoces incluso más que yo mismo. En otro pasaje que hablas de las ovejas, dices que las llamas por el nombre. Esto me ilumina. Me conoces por mi nombre. No hay confusión de personas en tus designios. Me conoces por mi nombre, por lo más mío de mí. No me conoces por un número, por mis cualidades o pecados, por mis obras buenas o las malas. Tampoco me conoces por la ropa que llevo, el trabajo que tengo o las cosas que uso. Me conoces en lo más íntimo, me conoces tal y como soy, y no en las apariencias.
¿Te estoy siguiendo? Una cosa es escucharte, Señor, y otra es dar el paso, dejarlo todo y seguirte. No basta con escuchar, es necesario ponerse en marcha. Seguirte es imitarte, conocerte, amarte. Seguirte es ir contigo, acompañarte, sufrir contigo, tomar la cruz. Seguirte es amar al prójimo, cuidar tus dones, cumplir tus consejos. Seguirte es ver a quien camina adelante limpiando el camino, protegiendo, guiando.
Dame la gracia, Jesús de confiar en Ti porque Tú has dicho que nadie puede arrebatarme de tu mano. Cuida siempre de mí y jamás permitas que me salga de tu redil.
"Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede decirse seguidor de Jesús si no escucha su voz. Y este "escuchar" no hay que entenderlo de una manera superficial, sino comprometedora, al punto que vuelve posible un verdadero conocimiento recíproco, del cual pueden surgir un seguimiento generoso, expresada en las palabras "y ellas me siguen". Se trata de un escuchar no solamente con el oído, sino ¡una escucha del corazón! Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros. Él es nuestra guía, nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro modelo, pero sobre todo es nuestro salvador."

(Regina Coeli de S.S. Francisco, 17 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un Padrenuestro por la conversión de los pecadores.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

lunes, 8 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 8 DE MAYO DEL 2017


Escuchar el silbido del amor
Evangelio según San Juan 10, 11-18. IV Lunes de Pascua


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te amo pero sé que jamás podré recompensar suficientemente el amor tan grande y tan maravilloso que me has tenido. Por eso me pongo humildemente a tus pies y me dejo amar. Tú conoces muy bien mi corazón y conoces todo lo que llevo en mi interior, mis penas y mis alegrías. Por eso, en el silencio de este nuevo día, vengo a ponerte mi corazón en tus manos para que lo llenes de amor y pueda hacer la experiencia profunda de sentirme amado.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según sanJuan 10,11-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida pos sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, yo la doy porque quiero. Tengo el poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús es el buen Pastor, ¿qué significa eso? Sin duda podemos escuchar esa expresión como tantas otras y nos puede dejar ya sea indiferentes o decirnos realmente poco. Pero si leemos con calma este pasaje, seguramente sacaremos mucho fruto. Y hoy, el mismo Jesús nos explica qué es ser pastor y porqué Él se describe como tal.
En primer lugar es el que da la vida por todas y al mismo tiempo por cada una. No es alguien que escapa al ver llegar el peligro, sino que defiende a todas. Pero no sólo eso, ya que está dispuesto a recorrer los caminos más peligrosos con tal de encontrar a esa oveja que se ha perdido. Piensa en cada una como si fuese la única. Y es justamente ésta la segunda característica. Jesús conoce a cada una y la ama con especial predilección. No importa cuán lejos esté porque las lleva muy cerca de su corazón. Y si alguna se aleja sufre hasta encontrarla, y cuando la encuentra se llena de un gran gozo. Para Él ninguna es igual porque cada una es insustituible.
Pues bien, hemos visto que Jesús es nuestro pastor que ha dado su vida para que nosotros pudiésemos ser plenamente dichosos. Y las muchas veces que nos hemos escapado o que el pecado nos ha alejado de Él, no ha tardado en salir a nuestro encuentro y en ir a los lugares más recónditos. Pero al mismo tiempo, como Él es buen pastor y como nos conoce perfectamente, sabe cómo hablarnos y entonces nosotros somos verdaderamente sus ovejas y como tales debemos aprender a escuchar la voz, el silbido de Jesús cuando nos llama y descubrir el amor que hay detrás de un sencillo gesto.
"El pastor según Jesús tiene el corazón libre para dejar sus cosas, no vive haciendo cuentas de lo que tiene y de las horas de servicio: no es un contable del espíritu, sino un buen Samaritano en busca de quien tiene necesidad[…] Cristo ama y conoce a sus ovejas, da la vida por ellas y ninguna le resulta extraña. Su rebaño es su familia y su vida. No es un jefe temido por las ovejas, sino el pastor que camina con ellas y las llama por su nombre. Y quiere reunir a las ovejas que todavía no están con él."
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, voy a leer con calma el salmo 22, preferentemente en una iglesia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

domingo, 7 de mayo de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 7 DE MAYO DEL 2017


IV Domingo de Pascua – Ciclo A
Domingo 7 de Mayo de 2017




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41:

El día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 22,1-3a.3b-4.5

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,17-21:

Queridos hermanos:
Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios. Pues para esto habéis sido llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca. Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente. Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Con sus heridas fuisteis curados. Pues andabais errantes como ovejas, pero ahora os habéis convertido al pastor y guardián de vuestras almas.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según san Juan 10,1-10:

EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra del Señor

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viernes, 5 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 5 DE MAYO DEL 2017


El mejor consejo que debemos poner en práctica hoy
Evangelio según San Juan 6, 52-59. III Viernes de Pascua,


Por: H. Hiram Galán LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, quiero resucitar contigo; sácame de la mediocridad de vida que me impide permanecer en tu amor. Enciende mi corazón de amor por Ti para que sea capaz de alejar de mi vida todo aquello que me aparta de Ti
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 6, 52-59
En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?".
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre".
Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando nos recomiendan algún alimento que nos ayuda a mantener la figura, adelgazar o mejorar alguna cualidad física, creo que a ninguno le interesa si el que lo dice es un doctor o un científico cualificado. Somos prontos a poner en práctica aquel consejo buscando obtener resultados.
Esto se debe a que consideramos una necesidad de primer nivel el mantener nuestro cuerpo sano y bello. Y claro, esto es importante pero no es lo más importante. La pregunta es, ¿qué tal está tu alma? ¿La mantienes en forma y sana?, a esto es lo que se refiere el mejor médico de cuerpos y almas, "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes". Es su cuerpo y su sangre.
El mejor consejo que debemos poner en práctica hoy mismo. No dejemos pasar un día más sin recibir la gracia y la vida que sólo nuestro Dios y Señor nos puede dar.
Ayúdanos, Madre Santísima, a valorar el don inestimable del Santísimo cuerpo y sangre de Jesucristo, tu Hijo. Y dispón nuestras almas para que lo recibamos digna y santamente.
"Nutrirnos de ese "Pan de vida" significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor oblativo y convertirse en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho."
(Papa Francisco, Ángelus 16 de agosto de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Durante un momento, junto a Jesús Eucaristía, le haré saber cuánto lo amo y cuánto lo necesito en mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 4 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 4 DE MAYO DEL 2017


Si uno come de este pan, vivirá para siempre
San Juan 6, 44-51. III Jueves de Pascua



Por: Ignacio Sarre LC | Fuente: Catholic.net 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración introductoria

Señor, creo en ti. Creo que por amor te has quedado en la Eucaristía para darme el pan que me da la vida. Confío en tu planes divinos y te pido en esta oración una fe que me haga ver mucho más allá de las preocupaciones, de las tristezas, para poder caminar siempre hacia delante.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del Santo Evangelio según san Juan 6, 44-51


Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Tenemos hambre, hambre de Dios. Necesitamos el pan de vida eterna. Quizás hemos probado otros banquetes y hemos descubierto que no sacian nuestro deseo plenamente. Pero Cristo se revela como el alimento que necesitamos, el único que puede colmar nuestras necesidades y darnos la fuerza para el camino.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que en la comunión recibimos el pan del cielo y el cáliz de la salvación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó para la vida del mundo (cfr. CIC 1355).
Como el cuerpo es sostenido por el alimento, así nuestra alma necesita de la Eucaristía. Cristo baja del cielo al altar, por manos del sacerdote. Viene a nosotros y espera que también nosotros vayamos a El, que le busquemos con frecuencia para recibirle, para visitarle en el Sagrario.

Es pan de vida eterna, según su promesa: Que todo el que ve al Hijo y cree en El tenga la vida eterna. Quien vive sostenido por la Eucaristía, crece progresivamente en unión con Dios, y viéndole en este mundo bajo el velo de las especies del pan y el vino, nos preparamos para contemplarle cara a cara en la vida futura.




Es necesario tener siempre presente que la Eucaristía no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoración nuestra de aquello que Jesús ha dicho o hecho. No. ¡Es precisamente una acción de Cristo! Es Cristo que actúa ahí, que está sobre el altar.
Y Cristo es el Señor. Es un don de Cristo, el cual se hace presente y nos reúne en torno a sí, para nutrirnos de su Palabra y de su vida. Esto significa que la misión y la identidad misma de la Iglesia surgen de allí, de la Eucaristía, y allí toman siempre forma. Una celebración puede resultar también impecable desde el punto de vista exterior. ¡Bellísima! Pero si no nos conduce al encuentro con Jesucristo, corre el riesgo de no traer ningún alimento a nuestro corazón y a nuestra vida.

A través de la Eucaristía, en cambio, Cristo quiere entrar en nuestra existencia y permearla de su gracia, para que en cada comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida. El corazón se llena de confianza y de esperanza pensando en las palabras de Jesús recogidas en el evangelio: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de preocupación por los necesitados, y por las necesidades de tantos hermanos y hermanas, en la certeza de que el Señor realizará aquello que nos ha prometido: la vida eterna. ¡Así sea!»
(S.S. Francisco, catequesis, 12 de febrero de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Acercarme a la Eucaristía debidamente preparado y con la máxima frecuencia posible.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

miércoles, 3 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 3 DE MAYO DEL 2017


Camino, Verdad, Vida
San Juan 14, 6-14. III Miércoles de Pascua



Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, ven y acompáñame en esta oración. Háblame de tu hijo Jesús, y ayúdame a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Enséñame a rezar y pide conmigo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y toda vía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Quién no desea una vida plena? En momentos de la vida como una boda, una graduación, un cumpleaños, quisiéramos congelar el tiempo. La fotografía queda para el recuerdo, sí, pero el evento pasa, regresamos a la vida ordinaria, hay que volver al trabajo, nos envuelven los problemas, enfrentamos la enfermedad, y la rutina nos va marcando el paso, y… ¡Cuánto deseamos en esos momentos algo más que una fotografía! ¡Quién pudiera darnos de nuevo un poco del gozo ya esfumado!
Para encontrar la vida -la vida en plenitud- Cristo nos muestra el camino. Él es el Camino. Él nos dio ejemplo de obediencia heroica: obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz. Él confió hasta el extremo en Aquél que nos ha dado tantos beneficios. Quien sigue sus huellas se acerca a la fuente inagotable de vida: el Padre.
Y la vida plena, se encuentra ahí mismo donde encontramos la verdad. Cristo es la Verdad. El mundo vive confundido, busca por todas partes algo que sacie el corazón y, mientras más busca entre las cosas, se queda más vacío y más seco. En cambio, Cristo nos muestra al Padre, y nos dice que somos hijos. Algo muy sencillo para la mente, pero profundo para el corazón. Y, en realidad, sólo esto sacia. Pues, como decía santa Teresa: "Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta."
"Jesús habla también del Padre. En ese lugar, en el discurso con los discípulos, habla del Padre, asegurando que el Padre los quiere y que cualquier cosa que ellos pidan al Padre, el Padre se la dará. Que confíen en el Padre. Y, así da un paso más: no dice solamente "no os dejaré solos", sino también "no os dejaré huérfanos, os doy el Padre, con vosotros está el Padre, mi Padre es vuestro Padre."

(Homilía de S.S. Francisco, 15 de septiembre de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy renovaré mi unión a Cristo por medio de comuniones espirituales.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.
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