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viernes, 9 de marzo de 2018

9 MUJERES QUE SUPIERON HACER LÍO EN LA IGLESIA Y EL MUNDO


9 mujeres que supieron “hacer lío” en la Iglesia y el mundo
Redacción ACI Prensa








Hay quienes dicen que la mujer no tiene roles importantes en la Iglesia. Sin embargo, desde el inicio del cristianismo hasta la actualidad, Dios ha suscitado mujeres que han orientado al Pueblo de Dios, influyendo también el curso del papado. Conozca a nueve mujeres que supieron hacer “lío” en la Iglesia.

1. La Virgen María

“Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía” (Jn. 2,4), le dijo Jesús a su Madre en las Bodas de Caná, un matrimonio al que ambos habían sido invitados.

María es la primera mujer que acoge al Señor y “arma lío” al motivar el primer milagro conocido de la vida pública de Jesús.

Además, fue quien permaneció al pie de la Cruz con San Juan y estuvo junto a los apóstoles en Pentecostés.

2. Santa Hildegarda de Bingen

Durante la Edad Media se vivía una cultura machista, propia de la época. Esto no fue impedimento para Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), una religiosa benedictina de origen alemán que tuvo una serie de visiones místicas.

Escribió obras teológicas y de moral con notable profundidad y fue declarada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI en el 2012, junto con San Juan de Ávila. Su sabiduría y popularidad hicieron que muchas personas, entre obispos y abades, le pidieran consejos.

“Cuando el emperador Federico Barbarroja provocó un cisma eclesial oponiendo tres antipapas al Papa legítimo, Alejandro III, Hildegarda, inspirada en sus visiones, no dudó en recordarle que también él, el emperador, estaba sometido al juicio de Dios”, contó Benedicto XVI en su catequesis sobre esta santa pronunciada durante una Audiencia General el año 2010.

3. Santa Catalina de Siena

Más adelante aparecería otra mística y Doctora de la Iglesia, Santa Catalina de Siena (1347 - 1380), que vistió el hábito de la tercera orden de Santo Domingo. En esta época los Papas vivían en Avignon (Francia) y los romanos se quejaban de haber sido abandonados por sus obispos, amenazando con el cisma.


El Papa Gregorio XI hizo un voto secreto a Dios de regresar a Roma y cuando le pidió consejo a Santa Catalina, ella le dijo: “Cumpla con su promesa hecha a Dios”. Él se sorprendió, ya que nadie sabía de su promesa, y posteriormente regresó a la Ciudad Eterna.

Años más tarde, los cardenales se distanciaron del Papa Urbano VI –debido a su temperamento– y declararon nula su elección, designando como Pontífice a Clemente VII, quien se trasladó a Avignon.

Santa Catalina escribió cartas a los cardenales alentándolos a reconocer al auténtico Pontífice y exhortó a Urbano VI a controlar su temperamento y llevar con temple y gozo los problemas. También fue a Roma a pedido del Papa, quien siguió sus instrucciones.

La santa, para defender el papado, también escribió a los reyes de Francia y Hungría para alentarlos a no optar por el cisma.

4. Santa Teresa de Jesús

Tras el cisma provocado por el protestantismo, la Iglesia convocó al Concilio de Trento. En ese contexto vivió Santa Teresa de Jesús (1515 - 1582), una monja contemplativa que emprendió una reforma carmelita.

A pesar de haber sido incomprendida, perseguida y hasta acusada ante la Inquisición, su amor a Dios la impulsó a fundar nuevos conventos y a optar por una vida más austera, sin vanidades, ni lujos. Sumergida muchas veces en éxtasis, nunca dejó de ser realista.

A pesar de ser relativamente inculta, la santa dialogaba con miembros de la realeza, personajes ilustres, miembros eclesiásticos y santos de su época para darles consejos, recibir ayuda, y llevar a cabo lo que se había propuesto. Se convirtió en escritora mística y fue declarada Doctora de la Iglesia.

5. Santa Rosa de Lima

Al otro lado del mundo, en América, más precisamente en Perú, Santa Rosa de Lima (1586 - 1617) hizo caso omiso a quienes la pretendían por su gran belleza. Su objetivo era vivir en virginidad sirviendo a los pobres y enfermos.

"Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a la primera santa de América.

San Juan Pablo II dijo que su vida sencilla y austera era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.

6. Santa Teresita de Lisieux

Del amor de los santos esposos franceses Louis Martin y Zelie Guerin, canonizados en octubre de 2015, nació Santa Teresita de Lisieux (1873 - 1897), Doctora de la Iglesia y patrona universal de las misiones.

Santa Teresita vivió solo 24 años. Un año después de su muerte, a partir de sus escritos, se publicó el libro “Historia de un alma”, que conquistó el mundo al dar a conocer lo mucho que la religiosa amó a Jesús.

“Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es la más joven de los ‘Doctores de la Iglesia’, pero su ardiente itinerario espiritual manifiesta tal madurez, y las intuiciones de fe expresadas en sus escritos son tan vastas y profundas, que le merecen un lugar entre los grandes maestros del espíritu”, dijo San Juan Pablo II sobre esta santa.

El Papa Francisco tiene una profunda devoción por ella y en una ocasión reveló que antes de cada viaje o ante una preocupación le suele pedir "una rosa".

7. Santa Edith Stein


Durante la persecución nazi en el siglo XX, surgió en Europa otra gran mujer. Se trata de Santa Edith Stein, una conversa del judaísmo que luego tomó el hábito de religiosa carmelita descalza. Conocida también como Santa Teresa Benedicta de la Cruz (1891-1942), fue también mártir.

Ella, junto con otros judíos conversos, fue llevada por las autoridades al campo de concentración de Westerbork, en venganza por el comunicado de los obispos católicos de los Países Bajos que protestaron contra las deportaciones de los judíos.

Luego fue trasladada a Auschwitz, donde murió en las cámaras de gas junto a su hermana Rosa, también convertida al catolicismo.

San Juan Pablo II diría de ella: “Una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo”.

8.- Santa Gianna Bereta Molla

Esta santa italiana sacrificó su vida para dar a luz a su cuarto bebé. A los 15 años hizo el propósito de “mil veces morir antes que cometer un pecado mortal” y era devota de la Virgen María.

Fue médico y practicó la honestidad y la fe en su trabajo. También animaba a las embarazadas para que rechazaran el aborto y considerasen a sus hijos como un regalo de Dios.

Al inicio de su cuarto embarazo, los médicos descubrieron un tumor en su útero y le ofrecieron someterse al aborto “terapéutico”. Ella se negó y pidió que salvaran a su hija. Dio a luz el 21 de abril de 1962 y falleció siete días después mientras repetía: “Jesús te amo”. Fue canonizada por San Juan Pablo II en el año 2004.

9. Santa Teresa de Calcuta

Para cerrar esta lista de grandes mujeres que cambiaron el mundo y la historia, recordamos a Santa Teresa de Calcuta (1910 - 1997). Su servicio a Cristo en los “más pobres entre los pobres” enseñó que la mayor pobreza no estaba en los arrabales de Calcuta, sino en los países “ricos” cuando falta el amor o en las sociedades que permiten el aborto.

"Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz”", decía la también ganadora del Premio Nobel de la Paz de 1979.

En su canonización en octubre de 2016, el Papa Francisco afirmó que la "Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que 'el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre'".

miércoles, 8 de marzo de 2017

DIOS Y LA MUJER

Dios y la mujer



Satanás es un ángel caído y no puede cambiar sustancialmente ni en su ser ni en la forma que tiene de actuar. Por eso vemos que en estos tiempos está usando nuevamente la misma arma que usó en el Paraíso terrenal.

Efectivamente el demonio quiso corromper a Eva y así se adueñó de la Humanidad. Hasta que vino Cristo y rescató la Humanidad de las manos del Maligno, y dio a la mujer el lugar que le corresponde, como lo podemos ver en el Evangelio puesto que el Señor quiso hacerse acompañar de mujeres que lo consolaron y que fueron las destinatarias también del primer anuncio de su Resurrección.

Ése es el verdadero puesto que Dios le ha dado a la mujer como reina del hogar, reina de la familia y como Madre de los vivientes, pues eso significa “Eva”. Es decir, que la mujer es madre por naturaleza, aunque no haya engendrado físicamente. La mujer está hecha para amar, y tanto en el bien como en el mal, es todo corazón.

Ahora bien, en estos tiempos el diablo y sus secuaces vuelven a querer corromper a la mujer porque saben muy bien que corrompiendo a la mujer, se adueñan de la Humanidad entera.

Pero esta vez están cometiendo un error táctico imperdonable, pues quieren volver a la mujer poco menos que un varón, quieren que las mujeres se vuelvan algo así como marimachos, y ése es su error, puesto que las mujeres que tienen inteligencia, se dan cuenta de que estos grupos de presión, detrás de los cuales está el mismo demonio, no buscan el bien de la mujer, sino todo lo contrario, hacer a la mujer un ser frío que no cumple la misión que Dios le ha dado en la Creación, que es la de ser una “ayuda adecuada” como se lee en el Génesis.

Es lógico que el diablo esté apurado por poner todo patas arriba, pues quiere mostrarse cuanto antes como señor del mundo por medio de su hijo predilecto, el Anticristo, que lo negará todo y que podría llamarse “Negación”. No estamos lejos de ese tiempo, y la cuna para su nacimiento ya está casi preparada.

Pero como los demonios son oscuridad, no ven claro, y temen esta derrota. Y será una mujer, la Madre de Dios, quien pondrá las cosas en su lugar.

Dios es orden. Satanás es desorden. Por lo tanto cuando veamos orden, sepamos que allí reina Dios. Cuando veamos desorden, inversión de los sexos, pecado, maldad, allí reina Satanás.

Y para terminar citaremos aquí unos versículos del Apocalipsis que viene muy bien tenerlos presentes porque se están cumpliendo actualmente:

Y me dijo: "No selles las palabras proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca. Que el injusto siga cometiendo injusticias, y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el santo siga santificándose. Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su obra." (Apocalipsis 22, 10-12)



© Sitio Santísima Virgen

IMÁGENES DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER - 8 DE MARZO


















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