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miércoles, 9 de julio de 2014

DE PROFESIÓN... MAMÁ


DE PROFESIÓN... MAMÁ


El trabajo en el hogar es, sin duda alguna, el trabajo con mayor dimensión social que existe.

Aún desarrollándose entre cuatro paredes, tiene una repercusión importantísima en la buena salud de la sociedad.

Cuando una madre funciona bien, funciona bien la familia y, a su vez, funciona bien toda la colectividad.

Mis logros personales no pueden competir con los de un alto ejecutivo, ni salen en televisión, ni cotizan en la bolsa. Sin embargo, yo no lo cambio por nada.

Mis satisfacciones son mucho mayores, y en mis manos está el mejor negocio de mi vida pues me siento como la empresaria más importante del planeta.

Me animo a escribir estas sencillas reflexiones pensando, en especial, en aquellas mujeres, trabajadoras como yo, cuyo sueldo es el apoyo y la ayuda de sus maridos y la sonrisa de sus hijos.

Pertenezco a una empresa familiar ubicada en un edificio ocupado, en su mayoría, por negocios similares al mío.

Como toda buena compañía que se precie, goza de unas instalaciones dignas, sencillas, soleadas y, sobretodo, muy acogedoras.

Así, estamos convencidos, se trabaja más, mejor y se está a gusto. La sala de juntas, por ejemplo, es amplia, luminosa, sin ningún elemento decorativo ostentoso (porque ni nos da para ello ni es nuestro estilo) y hace las veces de biblioteca, sala de reuniones, estudio con audiovisuales, aula de descanso..., lo que haga falta.

Sin embargo, es en el que podríamos llamar laboratorio, donde paso la mayor parte del tiempo.

Es aquí donde intento transformar las materias primas que recibo de mis proveedores en exquisitos productos elaborados; donde se lavan los trapos sucios de la empresa, se alisan las arrugas de la convivencia, y un montón de cosas más.

La mesa de mi despacho está entre la nevera y el microondas. El hilo musical que suena de fondo es el del lavaplatos (por cierto, Dios mío, gracias por poder tenerlo porque ¡el trabajo que ahorra!). El sillón de cuero lo sustituí por una banqueta de cocina, bastante cómoda también.

En ocasiones, me traslado momentáneamente al despacho de otro trabajador para poder usar el ordenador. Es una habitación compartida con un futbolín, un corralito y su habitante eventual (al que tengo que atender a cada frase), libros, enseres de descanso, un armario que antes creía muy amplio, cachibaches por doquier, etc.

Y pues, como si de cualquier otro ministro se tratara, me resulta bastante difícil hacer algo sin interrupción, puesto que, esté donde esté, en mi lugar de trabajo entran cada dos por tres mis secretarios particulares de 1, 3, 6, 8 y 10 años, solicitando mi atención para resolver cualquier tipo de problema socio-laboral o simplemente de subsistencia.

Es muy gratificante pensar que eres necesario para los demás. En lo que respecta a mis secretarios, hablaría de ellos horas y horas, como lo haría una madre de sus pequeñuelos.

Digo bien cuando los llamo secretarios porque están bien enseñados (nuestros esfuerzos nos cuesta) y colaboran en el bien de la empresa, ¡todos!

Por supuesto que cada uno ha de ocuparse de que sus pertenencias y material de trabajo esté recogido. Pero, aparte, cada uno tiene un pequeño encargo pensado un poco en el servicio a los demás.

Por ejemplo, José Ramón limpia los zapatos, los suyos y los de sus hermanos; Fran riega las plantas, a veces, cuando ya están un poco desmayadas y piden el agua a gritos; Covadonga repone el papel higiénico en los baños, importantísimo; Macarena se encarga de sacar la basura a la escalera, y ¡por Dios! que nadie se la saque porque sino tenemos follón; por último, Ignacio, que como todavía no sabe caminar (aunque eso no es excusa pues con el andador llega a todos los sitios, lo tenemos comprobado), de momento sólo recoge sus juguetes en el cesto.

Esto, escrito así, se ve muy bonito, pero dada la corta edad laboral de la mayoría del personal, para su buen funcionamiento, requiere una ardua tarea de inspección y seguimiento.

Y como la voluntad tarda más en desarrollarse que la inteligencia hay que repetir las cosas infinidad de veces. Aquí, la paciencia juega un papel fundamental. La paciencia y la gracia del sacramento del matrimonio que en ocasiones creo haberla visto materialmente. ¡Como para desperdiciarla!

Por otro lado, estos empleadillos, son muy dados a pedir enseguida recompensa. Es, entonces, cuando se reúnen los sindicatos con la patronal para llegar a un acuerdo. Por mi parte, quedan desterradas las pagas por recompensar un servicio o una ayuda que, a fin de cuentas, no tiene precio.

La colaboración entre los trabajadores no se puede expresar con dinero, y además, somos de la opinión de que cuanto menos tengan de eso, mejor. Sí suelo ser generosa en besos y achuchones (no creo que sea acoso sexual en el trabajo) y también muy efusiva en halagos y felicitaciones. Procuro que el premio lo vean ellos mismos con la satisfacción del trabajo bien hecho, ¡y cómo cuesta convencerles a veces!

Y con todo esto, que quizás a algunos le parezcan paparruchas ... ¡no me siento maruja! Es más, me horroriza la expresión. Y protesto enérgicamente contra aquellos que piensan que las amas de casa, madres de familia, nos dedicamos a esto porque no dimos para más y ahí estamos, sufriendo en silencio, como si de almorranas se tratara.

Tengo estudios universitarios y he ejercido mi profesión antes de casarme. Ahora no tengo un sueldo (bien que lo siento) pero mi trabajo, de horario más amplio y de mayores alegrías, es una especie de conglomerado de varios ministerios.

Ejerzo de ministra de educación y ciencia al hacer los deberes con mis hijos, o al asistir a las reuniones del colegio, del brazo de mi marido, en las que tanto aprendemos y tan bien lo pasamos. O cuando, simplemente, les enseño a actuar de tal o tal manera porque honradamente es lo más correcto; al hacer las cosas con orden, cumplir un horario, o una promesa,...

Como ministra de sanidad, poco a poco me fui soltando: no llego a recetar pero sí me ahorro alguna que otra visita al pediatra, porque de todo se aprende.

En cuanto al ministerio de agricultura, pesca y alimentación lo voy manejando mejor, aunque me costó lo mío. No es que cultive nada, pero cuando te casas sin saber cocinar ...

Sobre la cartera de asuntos sociales, sólo señalar que el hecho de que se vea pasear por la calle a una familia de más de cuatro miembros, es ya una buena aportación a la sociedad.

Dado el número de empleados que tenemos, es el ministerio de economía el que nos trae más de cabeza. Es por ello que hicimos de una frase que repetía mi padre un lema familiar: "soldado que se guarda, vale para segunda vez" y la herencia ha venido a formar parte de nuestras vidas. Sólo hay que cuidar las cosas un poquito.

Todo esto se lleva a cabo con una estrecha colaboración entre marido y mujer, por supuesto.

He de reconocer que la cartera de deportes se la lleva él. Como también quisiera señalar que hay otro aspecto que ejerzo en solitario, al igual que cantidad de mujeres en mi misma situación. Yo lo llamaría el ministerio de imagen y buen aspecto: hemos de ser verdaderas expertas en combinación de colores y prendas.

Tengo, en ocasiones, la tentación de hacer un esquema y pegarlo por dentro del armario: tal pantalón va con tal jersey: si pones este jersey, con tal y tal camisa o color de calcetín, ... Es posible que algún marido se sienta un tanto ofendido, pero hasta nuestra redacción no nos han llegado noticias de ninguno que tenga esta capacidad.

Para terminar, si se me admite un consejo, animaría a todas mis colegas a defender su profesión con la cabeza bien alta. A prepararse de alguna manera para mejorarla, tanto en la cocina como en la educación de los hijos y en muchas cosas más.

Y a no sentir ningún complejo de inferioridad ante esas "supermujeres" que nos vende la televisión, de maletín, peluquería y alta costura, porque en valía personal, como mínimo, estamos a la misma altura.

Autora: Covadonga Cañal

martes, 27 de mayo de 2014

A MI MADRE


A mi madre
Enviado por: Sergio Irizarry


Esta es una historia como muchas, pero más original, porque la vida de cada persona es única e irrepetible, podría tener semejanzas, pero nada se compara.

Hoy, movido por el sentimiento más bello que es el AMOR, me atrevo a escribir este relato; porque un día desperté y mientras muchas personas se dedican a pensar en los triunfos que van atesorar en la vida, yo me di cuenta de que en el momento en que nací de una mujer, alcancé mi mayor ¡VICTORIA!,porque tener una mamita como la mía, no es cualquiera. Y hoy le rindo honor a ella por sacrificarse continuamente, por abstenerse de muchas cosas que realmente se merece y por traerme a este mundo y no haberme abortado.

Dicen por ahí que cuando los hijos crecen, se olvidan de sus padres...Mentira!

¿Es difícil creer que un hijo ame más a su madre que ella a su hijo?

No lo crean imposible, yo por ejemplo, vivo en constante lucha por decidir con mi mamita, cual de los dos se ama más.

Hay veces recuerdo las veces que la he hecho sufrir; ya sea por travesuras, palabras hirientes y actos. Entonces me pregunto: 

¿Cómo puede una persona decir amar a alguien y al mismo tiempo hacerle daño? y al ver la otra posición siempre dispuesta a dar oportunidades, llego a la conclusión de que una madre lo perdona todo. Hoy como otras veces te pido perdón mamita por algún dolor que te haya causado y sin proponerme herirte, lo hice. Yo no tengo el don de la poesía, pero quiero que sepas que en verdad lo que te escribo es desde lo más profundo de mi corazón, sería casi imposible relatar aquí todo lo que has hecho por mí, solo tu y yo lo sabemos.

Dicen que no basta con el amor de los hijos, muchas veces hace falta el de pareja, pero nunca crean que es el más duradero, el amor de un hijo (en este caso el mío) es más sincero, más fiel.

Son amores diferentes, es cierto y como me gustaría poder llenarte solo con el mío, pero aunque se que no puedo, sé también que es el verdadero. Mi amor por ti mamita no tiene límites y aunque nos hayan cortado el cordón umbilical físicamente, éste permanecerá ahí por siempre, así como un botón y su ojal, se necesitan mutuamente. Yo le doy gracias a Dios, porque muchos se pasan la vida entera buscando su alma gemela, y yo te encontré a ti mamita, que eres mi Alma Gemela Maternal. Gracias por ser mi amiga, mamá y muchas cosas más al mismo tiempo, te prometo que tus sacrificios no van a ser en vano, porque algún día te recompensaré.

¿Quieres saber cuanto te amo?

"Si la luna recibiera todo el amor que yo siento por ti...siempre estaría llena"

¡Yo te amo más de lo que tu me amas a mi...Gané!

domingo, 11 de mayo de 2014

FELIZ DÍA MAMÁ - 11 DE MAYO 2014


DE PROFESIÓN .... MAMÁ


DE PROFESIÓN... MAMÁ


El trabajo en el hogar es, sin duda alguna, el trabajo con mayor dimensión social que existe.

Aún desarrollándose entre cuatro paredes, tiene una repercusión importantísima en la buena salud de la sociedad.

Cuando una madre funciona bien, funciona bien la familia y, a su vez, funciona bien toda la colectividad.

Mis logros personales no pueden competir con los de un alto ejecutivo, ni salen en televisión, ni cotizan en la bolsa. Sin embargo, yo no lo cambio por nada.

Mis satisfacciones son mucho mayores, y en mis manos está el mejor negocio de mi vida pues me siento como la empresaria más importante del planeta.

Me animo a escribir estas sencillas reflexiones pensando, en especial, en aquellas mujeres, trabajadoras como yo, cuyo sueldo es el apoyo y la ayuda de sus maridos y la sonrisa de sus hijos.

Pertenezco a una empresa familiar ubicada en un edificio ocupado, en su mayoría, por negocios similares al mío.

Como toda buena compañía que se precie, goza de unas instalaciones dignas, sencillas, soleadas y, sobretodo, muy acogedoras.

Así, estamos convencidos, se trabaja más, mejor y se está a gusto. La sala de juntas, por ejemplo, es amplia, luminosa, sin ningún elemento decorativo ostentoso (porque ni nos da para ello ni es nuestro estilo) y hace las veces de biblioteca, sala de reuniones, estudio con audiovisuales, aula de descanso..., lo que haga falta.

Sin embargo, es en el que podríamos llamar laboratorio, donde paso la mayor parte del tiempo.

Es aquí donde intento transformar las materias primas que recibo de mis proveedores en exquisitos productos elaborados; donde se lavan los trapos sucios de la empresa, se alisan las arrugas de la convivencia, y un montón de cosas más.

La mesa de mi despacho está entre la nevera y el microondas. El hilo musical que suena de fondo es el del lavaplatos (por cierto, Dios mío, gracias por poder tenerlo porque ¡el trabajo que ahorra!). El sillón de cuero lo sustituí por una banqueta de cocina, bastante cómoda también.

En ocasiones, me traslado momentáneamente al despacho de otro trabajador para poder usar el ordenador. Es una habitación compartida con un futbolín, un corralito y su habitante eventual (al que tengo que atender a cada frase), libros, enseres de descanso, un armario que antes creía muy amplio, cachibaches por doquier, etc.

Y pues, como si de cualquier otro ministro se tratara, me resulta bastante difícil hacer algo sin interrupción, puesto que, esté donde esté, en mi lugar de trabajo entran cada dos por tres mis secretarios particulares de 1, 3, 6, 8 y 10 años, solicitando mi atención para resolver cualquier tipo de problema socio-laboral o simplemente de subsistencia.

Es muy gratificante pensar que eres necesario para los demás. En lo que respecta a mis secretarios, hablaría de ellos horas y horas, como lo haría una madre de sus pequeñuelos.

Digo bien cuando los llamo secretarios porque están bien enseñados (nuestros esfuerzos nos cuesta) y colaboran en el bien de la empresa, ¡todos!

Por supuesto que cada uno ha de ocuparse de que sus pertenencias y material de trabajo esté recogido. Pero, aparte, cada uno tiene un pequeño encargo pensado un poco en el servicio a los demás.

Por ejemplo, José Ramón limpia los zapatos, los suyos y los de sus hermanos; Fran riega las plantas, a veces, cuando ya están un poco desmayadas y piden el agua a gritos; Covadonga repone el papel higiénico en los baños, importantísimo; Macarena se encarga de sacar la basura a la escalera, y ¡por Dios! que nadie se la saque porque sino tenemos follón; por último, Ignacio, que como todavía no sabe caminar (aunque eso no es excusa pues con el andador llega a todos los sitios, lo tenemos comprobado), de momento sólo recoge sus juguetes en el cesto.

Esto, escrito así, se ve muy bonito, pero dada la corta edad laboral de la mayoría del personal, para su buen funcionamiento, requiere una ardua tarea de inspección y seguimiento.

Y como la voluntad tarda más en desarrollarse que la inteligencia hay que repetir las cosas infinidad de veces. Aquí, la paciencia juega un papel fundamental. La paciencia y la gracia del sacramento del matrimonio que en ocasiones creo haberla visto materialmente. ¡Como para desperdiciarla!

Por otro lado, estos empleadillos, son muy dados a pedir enseguida recompensa. Es, entonces, cuando se reúnen los sindicatos con la patronal para llegar a un acuerdo. Por mi parte, quedan desterradas las pagas por recompensar un servicio o una ayuda que, a fin de cuentas, no tiene precio.

La colaboración entre los trabajadores no se puede expresar con dinero, y además, somos de la opinión de que cuanto menos tengan de eso, mejor. Sí suelo ser generosa en besos y achuchones (no creo que sea acoso sexual en el trabajo) y también muy efusiva en halagos y felicitaciones. Procuro que el premio lo vean ellos mismos con la satisfacción del trabajo bien hecho, ¡y cómo cuesta convencerles a veces!

Y con todo esto, que quizás a algunos le parezcan paparruchas ... ¡no me siento maruja! Es más, me horroriza la expresión. Y protesto enérgicamente contra aquellos que piensan que las amas de casa, madres de familia, nos dedicamos a esto porque no dimos para más y ahí estamos, sufriendo en silencio, como si de almorranas se tratara.

Tengo estudios universitarios y he ejercido mi profesión antes de casarme. Ahora no tengo un sueldo (bien que lo siento) pero mi trabajo, de horario más amplio y de mayores alegrías, es una especie de conglomerado de varios ministerios.

Ejerzo de ministra de educación y ciencia al hacer los deberes con mis hijos, o al asistir a las reuniones del colegio, del brazo de mi marido, en las que tanto aprendemos y tan bien lo pasamos. O cuando, simplemente, les enseño a actuar de tal o tal manera porque honradamente es lo más correcto; al hacer las cosas con orden, cumplir un horario, o una promesa,...

Como ministra de sanidad, poco a poco me fui soltando: no llego a recetar pero sí me ahorro alguna que otra visita al pediatra, porque de todo se aprende.

En cuanto al ministerio de agricultura, pesca y alimentación lo voy manejando mejor, aunque me costó lo mío. No es que cultive nada, pero cuando te casas sin saber cocinar ...

Sobre la cartera de asuntos sociales, sólo señalar que el hecho de que se vea pasear por la calle a una familia de más de cuatro miembros, es ya una buena aportación a la sociedad.

Dado el número de empleados que tenemos, es el ministerio de economía el que nos trae más de cabeza. Es por ello que hicimos de una frase que repetía mi padre un lema familiar: "soldado que se guarda, vale para segunda vez" y la herencia ha venido a formar parte de nuestras vidas. Sólo hay que cuidar las cosas un poquito.

Todo esto se lleva a cabo con una estrecha colaboración entre marido y mujer, por supuesto.

He de reconocer que la cartera de deportes se la lleva él. Como también quisiera señalar que hay otro aspecto que ejerzo en solitario, al igual que cantidad de mujeres en mi misma situación. Yo lo llamaría el ministerio de imagen y buen aspecto: hemos de ser verdaderas expertas en combinación de colores y prendas.

Tengo, en ocasiones, la tentación de hacer un esquema y pegarlo por dentro del armario: tal pantalón va con tal jersey: si pones este jersey, con tal y tal camisa o color de calcetín, ... Es posible que algún marido se sienta un tanto ofendido, pero hasta nuestra redacción no nos han llegado noticias de ninguno que tenga esta capacidad.

Para terminar, si se me admite un consejo, animaría a todas mis colegas a defender su profesión con la cabeza bien alta. A prepararse de alguna manera para mejorarla, tanto en la cocina como en la educación de los hijos y en muchas cosas más.

Y a no sentir ningún complejo de inferioridad ante esas "supermujeres" que nos vende la televisión, de maletín, peluquería y alta costura, porque en valía personal, como mínimo, estamos a la misma altura.

AMOR DE MADRE



AMOR DE MADRE

De niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre... esa imagen que guardamos de ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando pasan los años... Entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor...

La vemos como un héroe sobrevivir a grandes tragedias, llevarnos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más bello...
De niños no entendemos sus lágrimas... de adultos nos preocupan... o no las comprendemos...
Así como nosotros necesitamos tantas veces de la protección de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor... ella también nos necesita...

Por eso debemos detenernos y observarla... abrazarla y hacer que sienta que estamos allí... que nos importa, que es valiosa... y de esta forma regresaremos a ella el más hermoso sentimiento que nos enseñó, el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales... pero por sobre todo nos enseña a dar sin pedir nada a cambio: El Amor.

Reflexión: Graciela Heger

EL VALOR DE LA MUJER



EL VALOR DE LA MUJER

Cuenta la leyenda que al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.

Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomo la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real, la suavidad de la pluma de un cisne y la dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve.
Mezclo tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.

Después de una semana, vino el hombre y le dijo: ¡¡¡Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, parece que se divierte al hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella!!!

Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.
Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo: Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la vista y suave al contacto. Me cuidaba y protegía cuando lo necesitaba, me daba dulzura, ternura, comprensión y amor sin condiciones, por  favor Dios, devuélvemela, ¡¡¡porque no puedo vivir sin ella!!!

Ya veo, dijo Dios, ahora valoras sus cualidades, eso me alegra mucho, claro que puedes tenerla de nuevo, fue creada para ti, pero no olvides cuidarla, amarla, respetarla y protegerla, porque de no hacerlo, corres el riesgo de quedarte de nuevo sin ella...

sábado, 10 de mayo de 2014

LETRAS ANIMADAS DE FELICIDADES MAMÁ PARA TUS MENSAJES

















BENDITA SEAS MAMÁ


BENDITA SEAS MAMÁ

Gracias mil, querido Dios
doy a ti con regocijo
al clamar cual digno hijo
"¡Cual mamá no existen dos!"

Ella es santa de alma pura
que me quiere con ternura
y no hay amor mas grande que el ella me da.

Mi sendero alumbra ella
con la luz que da la estrella
de su noble corazón...

Ella es buena... Yo la quiero
por lo tanto que me mima
y a mí nadie me ama así
ni me da su amor entero...

Por eso te pido que la cuides te todo mal
porque sin ella moriría.

Porque soy, Jesús, buena niña,
como premio a su cariño
y perenne devoción,
por ser ella mi tesoro,
con sentido amor te imploro
que le des tu bendición.



Colaboración de Jassibe Díaz Ruiz
México

HOLA MAMÁ



Hola mamá...

Te escribo porque te extraño
Y porque no te he olvidado
Y porque aunque pase uno o mil años
Yo madre mía te sigo amando.

Como olvidar aquella carita blanca y pecosa
Siempre sonriente siempre dichosa
Tu buen humor y tu comida deliciosa
Tu amor y tus regaños por ser yo perezosa.

No olvido madre mía que tuviste 11 hijos
Y que a todos nos atendías aún después 
De haber trabajado y ayudado a mi padre
Tu labor madre mía no fue cosa fácil.

Sin embargo ahí estabas 
cuando yo llegaba de la escuela
Olía a sopita y se sentía el calor de hogar
Mientras tú seguías lavando ropa 
y acomodando todo en su lugar.

Mi chaparrita preciosa mi naricita chatita
Mi gordita con mandil que no te cambiaría
Por nada.

No lo pude evitar, te fuiste
Y cada día te extraño más.

Mira nada más
yo te criticaba por algunas cosas
Y ahora soy igual.

Como tú quiero ser la mejor madre 
Y he visto mi suerte cambiar,
antes me preocupaba mi persona
y ahora sólo me preocupa él.

Si, mi hijo madre mía 
al que tu me enseñaste a cuidar
y te preocupabas pensando que 
yo me iba a rajar.

Ya viste que no mi querida mamá
que con tu ejemplo me enseñaste
que a un hijo no se le debe pegar
si no al contrario con el amor de madre
los cariños y la buena comida
el crece y crecerá mas.

Gracias, madre mía, siempre te voy a extrañar.



Colaboración de Teresa Mares
México

CON CARIÑO PARA MI MAMÁ



Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net
Con cariño para mi mamá
Una madre es alguien que nos guía y nos inspira; ella nos ayuda a lograr nuestros sueños y deseos.


Dios nos ha regalado a todos los hijos un tesoro incalculable, un diamante muy fino, es decir, a una MAMÁ . Una madre es alguien que nos guía y nos inspira; ella nos ayuda a lograr nuestros sueños y deseos; con su sabiduría y profundidad, alumbra el sendero de sus hijos y les trae alegría. 

Lo que hace maravillosa a una madre, es el espíritu abnegado que la mueve a sacrificar tiempo, fuerzas y, de ser necesario, hasta la salud por el bien de su hijo. 

En cierta ocasión, un niño parcialmente sordo volvió del colegio a su casa; llevaba una nota de la dirección, la cual recomendaba que los padres lo sacaran del centro docente, ya que «era demasiado falto de inteligencia para aprender». 

La madre del niño leyó la nota y dijo: «Mi hijo Tom no es falto de inteligencia. Yo misma le enseñaré.» 

Cuando Tom murió muchos años después, los estadounidenses le rindieron homenaje apagando todas las luces del país durante un minuto, pues este Tom fue el que inventó la lámpara incandescente, y no solo eso, también inventó el fonógrafo y un rudimentario proyector de películas. En total, Thomas Edison patentó más de mil inventos (Thomas A. Edison (1847-1931). 

Cierta vez preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido, aquel que ella más amaba, y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió: 

“Nada es más voluble que un corazón de madre. Y, como madre, le respondo: 

El hijo predilecto, es aquel a quien me dedico en cuerpo y alma… 

Es mi hijo enfermo, hasta que sane. 

El que partió, hasta que vuelva. 

El que está cansado, hasta que descanse. 

El que está con hambre, hasta que se alimente. 

El que está con sed, hasta que beba. 

El que está estudiando, hasta que aprenda. 

El que está desnudo, hasta vestirlo. 

El que no trabaja, hasta que se emplee. 

El que se enamora, hasta que se case. 

El que se casa, hasta que conviva. 

El que es padre, hasta que críe a sus hijos. 

El que prometió, hasta que cumpla. 

El que debe, hasta que pague. 

El que equivocó el camino, hasta que se convierta. 

El que llora, hasta que calle. 

El que está triste, hasta que se alegre”. 

Y ya con el semblante bien distante de aquella sonrisa, completó: 

“El que ya me dejó… hasta que lo reencuentre en el cielo…” 

Valoro y te agradezco por ser quien eres, un faro de luz y de amor en mi camino. Cuidemos este tesoro tan especial que Dios ha puesto en nuestras manos. Gracias por ser quien eres, 
MAMÁ TE AMO… 

MI MADRE, LA MEJOR DE TODAS


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