Mostrando entradas con la etiqueta ADVIENTO 2021. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ADVIENTO 2021. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de diciembre de 2021

ADVIENTO... TE ESPERAMOS JESÚS!!!!



 Adviento... te esperamos Jesús!!


El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Con María, nuestra madre vivimos el Adviento. Ella supo esperar con alegría, ilusión y mucha confianza aquello que Dios soñaba para ella.

Dios fue el primero en soñar un mundo lleno de bondad, de cosas bonitas. Después María hizo en parte el sueño de Dios realidad gracias a decirle Si, a confiar en él, a que supo amar y ayudar sin dudar. No siempre fue fácil para ella. Tampoco lo es para nosotros pero ayudados por Jesús lo es un poquito más.

Queremos ser nosotros también soñadores, y soñar con un mundo más justo, mejor. 

Se acerca la Navidad y al mundo le faltas tú, Jesús.

¡Feliz Adviento!

IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA EN ADVIENTO











 




 

jueves, 2 de diciembre de 2021

LUCES DE ADVIENTO - REFLEXIÓN



 LUCES EN ADVIENTO

Javier Leoz 



1.LA LUZ DE LA PALABRA. Acércate al pensamiento de Dios. La lectura de su Palabra te hará comprender y entender qué es lo que Dios quiere de ti y para ti. O, tal vez, lo sentirás más cerca, más vivo, más comprometido con tu existencia.


2.LA LUZ DE LA VERDAD. El Señor aparecerá desnudo en Belén. Esa es una gran realidad: DIOS se despoja de su grandeza para llegarse hasta nosotros con un objetivo: que sea la VERDAD frente a tantos dioses que invaden nuestra conciencia y nos convierten en esclavos del relativismo. 


3.LA LUZ DEL AMOR. Las personas, además de medios económicos, necesitamos del cariño de aquellos que nos rodean. Sólo los corazones obstinados y duros son incapaces de reconocer la enfermedad que nos atenaza: somos calculadores y fríos. Jesús, con su nacimiento, remueve el cemento de nuestras entrañas para convertirlo en algodón que acoge y disfruta dándose a los demás.


4.LA LUZ DE LA ESPERANZA. Las noticias negras nos sacuden y condicionan nuestra felicidad. Los sucesos negativos nos llevan a una conclusión: el mundo va a la deriva. La esperanza cristiana no nace de los grandes regidores del mundo sino, por el contrario, de Jesús Salvador que nos trae otra óptica sobre nuestra humanidad.


5.LA LUZ DE LA FE. Si dejamos de mirar al cielo sólo nos quedará el suelo y, ese suelo, se agrieta frecuentemente. La fe es una lente por la que, aun sin ver, creemos que DIOS vive y se manifiesta de una forma extraordinaria y vertiginosa en Cristo. Lo podremos tocar, adorar y cantar. La fe nos hace tremendamente invencibles.


6.LA LUZ DE LA IGLESIA. Algunos quisieran una Iglesia recluida y sin luz interna. Es más; algunos sólo pretenden unos templos artísticamente bellos por fuera pero sin vida divina por dentro. El Adviento nutre a la Iglesia de aquello que la hace única, imperecedera y soñadora: Jesús es su energía y su razón de ser.


7.LA LUZ DEL OPTIMISMO. Un Niño nos va a nacer y, la casa de nuestro corazón, es traspasada por la alegría. Nadie nos puede robar el sentido más genuino de la Navidad. Tendremos que ser respetuosos con los que se quedan sólo con el celofán navideño pero, nosotros, tendremos que ser como Juan Bautista: anunciar que Alguien está por llegar. Eso produce una sensación de optimismo real y contagioso. 


8.LA LUZ DE LA ORACIÓN. ¿Cómo será ese Niño? ¿Cómo vendrá? ¿Por qué Dios se presenta pequeño y silencioso? La oración es una luz que nos ayuda a prepararnos al acontecimiento de la Navidad. Un cristiano que no reza en adviento es un cristiano que puede ser seducido e inmovilizado por lo secundario o por lo artificial. Quien reza en adviento se convierte en un pesebre donde Dios nacerá con especial vigor.


9.LA LUZ DE LA SOBRIEDAD. Las circunstancias dolorosas de muchas personas reclaman de nosotros no sólo solidaridad sino caridad. El adviento, como Juan proclama, nos invita a despojarnos de aquello que puede estorbar a un Niño que merece la mejor habitación de la casa de nuestra persona. Si nos volcamos con los demás…Dios nacerá en toda su magnitud en nosotros.


10.LA LUZ DE LA EUCARISTÍA. La Iglesia es una gran familia que, cuando se reúne, pide perdón, escucha, reza, canta y hace presente el Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La Eucaristía, en adviento, nos hace mejores centinelas, nos mantiene despiertos, nos llena del Espíritu de María y, sobre todo, nos centra en lo esencial: DIOS VIENE A NUESTRO ENCUENTRO.

ADVIENTO: ESPERANZA, ORACIÓN Y ALEGRÍA



 Adviento: esperanza, oración, alegría

Adviento es la visita de Dios, es nuestra espera y nuestra esperanza activa, es oración y es alegría.

Por: Ramiro Pellitero | Fuente: iglesiaynuevaevangelizacion.blogspot.it 



El comienzo del adviento me ha traído a la memoria, una vez más, este cuento bien conocido.

     "Martín era un humilde zapatero de un pequeño pueblo de montaña. Vivía solo. Hacía años que había enviudado y sus hijos habían marchado a la ciudad en busca de trabajo.

     Martín, cada noche, antes de ir a dormir leía un trozo de los evangelios frente al fuego del hogar. Aquella noche se despertó sobresaltado. Había oído claramente una voz que le decía. ‘Martín, mañana Dios vendrá a verte’. Se levantó, pero no había nadie en la casa, ni fuera, claro está, a esas horas de la fría noche...

    Se levantó muy temprano y barrió y adecentó su taller de zapatería. Dios debía encontrarlo todo perfecto. Y se puso a trabajar delante de la ventana, para ver quién pasaba por la calle. Al cabo de un rato vio pasar un vagabundo vestido de harapos y descalzo. Compadecido, se levantó inmediatamente, lo hizo entrar en su casa para que se calentara un rato junto al fuego. Le dio una taza de leche caliente y le preparó un paquete con pan, queso y fruta, para el camino y le regaló unos zapatos.

     Llevaba otro rato trabajando cuando vio pasar a una joven viuda con su pequeño, muertos de frío. También los hizo pasar. Como ya era mediodía, los sentó a la mesa y sacó el puchero de la sopa excelente que había preparado por si Dios se quería quedar a comer. Además fue a buscar un abrigo de su mujer y otro de unos de sus hijos y se los dio para que no pasaran más frío.

    Pasó la tarde y Martín se entristeció, porque Dios no aparecía. Sonó la campana de la puerta y se giró alegre creyendo que era Dios. La puerta se abrió con algo de violencia y entró dando tumbos el borracho del pueblo.

    – ¡Sólo faltaba este! Mira, que si ahora llega Dios...– se dijo el zapatero.

    – Tengo sed –exclamó el borracho.

    Y Martín acomodándolo en la mesa le sacó una jarra de agua y puso delante de él un plato con los restos de la sopa del mediodía.

    Cuando el borracho marchó ya era muy de noche. Y Martín estaba muy triste. Dios no había venido. Se sentó ante el fuego del hogar. Tomó los evangelios y aquel día los abrió al azar. Y leyó:

    – ‘Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestiste. Cada vez que lo hiciste con uno de mis pequeños, a mí me lo hiciste.’

    Se le iluminó el rostro al pobre zapatero. ¡Claro que Dios le había visitado! ¡No una vez, sino tres veces! Y Martín, aquella noche, se durmió pensando que era el hombre más feliz del mundo...".

    Adviento, esperanza de la venida de Dios que de muchas formas nos visita.




La visita de Dios

     En el comienzo del adviento de 2009, Benedicto XVI se detenía en el uso de la palabra “adviento” (parousia en griego) por San Pablo, cuando invita a los cristianos a preparar “la venida (adventus) del Señor nuestro Jesucristo” (1 Ts 5, 23). Adviento es la visita de Dios, es nuestra espera y nuestra esperanza activa, es oración y es alegría.

     1. Adviento: la visita de Dios. En el lenguaje antiguo, explicaba el Papa, ese término indicaba la llegada de un funcionario, la visita del rey o del emperador a una provincia. También podría indicar la visita de la divinidad que se manifiesta con poder, o a la que se celebra en el culto.

    Pues bien, señala Benedicto XVI: “Los cristianos adoptaron la palabra "Adviento" para expresar su relación con Jesucristo: Jesús es el Rey, que ha entrado en esta pobre "provincia" denominada tierra para visitar a todos; invita a participar en la fiesta de su Adviento a todos los que creen en él, a todos los que creen en su presencia en la asamblea litúrgica”.

      De esta manera, con esa palabra, “adviento”, se quería decir: “Dios está aquí, no se ha retirado del mundo, no nos ha dejado solos. Aunque no podamos verlo o tocarlo, como sucede con las realidades sensibles, él está aquí y viene a visitarnos de múltiples maneras”.

     Se trata, prosigue el Papa, nada menos que de la visita de Dios: “Él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí”. 

Vencer la tiranía del activismo con la presencia de Dios

     “En la vida cotidiana –observa– todos experimentamos que tenemos poco tiempo para el Señor y también poco tiempo para nosotros. Acabamos dejándonos absorber por el ‘hacer’. ¿No es verdad que con frecuencia es precisamente la actividad lo que nos domina, la sociedad con sus múltiples intereses lo que monopoliza nuestra atención? ¿No es verdad que se dedica mucho tiempo al ocio y a todo tipo de diversiones? A veces las cosas nos ‘arrollan”.

     El Adviento –continúa– es una ocasión para detenernos y darnos cuenta de la presencia de Dios en nuestra vida. “Es una invitación a comprender que los acontecimientos de cada día son gestos que Dios nos dirige, signos de su atención por cada uno de nosotros. ¡Cuán a menudo nos hace percibir Dios un poco de su amor!”. Y añade: “Escribir —por decirlo así— un ‘diario interior’ de este amor sería una tarea hermosa y saludable para nuestra vida”.

     ¿Qué pasaría –cabría cuestionarse– si tuviéramos más presente al Señor?

     “La certeza de su presencia –se pregunta Benedicto XVI– ¿no debería ayudarnos a ver el mundo de otra manera? ¿No debería ayudarnos a considerar toda nuestra existencia como ‘visita’, como un modo en que Él puede venir a nosotros y estar cerca de nosotros, en cualquier situación?”

    Y es que, en la perspectiva realista del cristianismo, nuestra vida es una visita de Dios, un encuentro con Él cada día.




El Adviento es espera


     2. En segundo lugar, otro elemento del Adviento, es la espera, “una espera –señala el Papa– que es al mismo tiempo esperanza”. Notemos por tanto que no se trata de esperar sin más, con los brazos cruzados, a que suceda algo; es más bien una espera activa, tratando de percibir lo que sucede y de colaborar en lo que podamos con la acción divina. Así lo explica Benedicto XVI:

     “El Adviento nos impulsa a entender el sentido del tiempo y de la historia como "kairós", como ocasión propicia para nuestra salvación”. Continúa señalando cómo “Jesús explicó esta realidad misteriosa en muchas parábolas: en la narración de los siervos invitados a esperar el regreso de su dueño; en la parábola de las vírgenes que esperan al esposo; o en las de la siembra y la siega”.

     La espera de algo que ha de acontecer es experiencia de todos: “En la vida, el hombre está constantemente a la espera: cuando es niño quiere crecer; cuando es adulto busca la realización y el éxito; cuando es de edad avanzada aspira al merecido descanso”.

    “Pero –advierte el Papa– llega el momento en que descubre que ha esperado demasiado poco si, fuera de la profesión o de la posición social, no le queda nada más que esperar”. Es, diríamos, como si alcanzada esa meta, o llegado el tiempo en que debería haberse alcanzado, no tuviera respuesta para esta pregunta: ¿Y ahora, qué? 

     Para los cristianos la esperanza está animada por una certeza: “El Señor está presente a lo largo de nuestra vida, nos acompaña y un día enjugará también nuestras lágrimas. Un día, no lejano, todo encontrará su cumplimiento en el reino de Dios, reino de justicia y de paz”.



Una espera que es esperanza

     3. Añade Benedicto XVI que hay muchas maneras de esperar. Y es muy diferente el caso de que no se tenga nada de lo que se espera, del caso en que haya algo, aunque no sea pleno: “Si el tiempo no está lleno de un presente cargado de sentido, la espera puede resultar insoportable; si se espera algo, pero en este momento no hay nada, es decir, si el presente está vacío, cada instante que pasa parece exageradamente largo, y la espera se transforma en un peso demasiado grande, porque el futuro es del todo incierto. En cambio, cuando el tiempo está cargado de sentido, y en cada instante percibimos algo específico y positivo, entonces la alegría de la espera hace más valioso el presente”.

     Por eso, porque los cristianos ya tenemos al Señor en los dones que nos da (la fe, los sacramentos, la vida cristiana personal y en la Iglesia), aunque aún no nos hayamos unido a Él de modo pleno, podemos darnos cuenta de que Dios está con nosotros y llenarnos de esperanza en que se nos dará más plenamente aún.

     “Queridos hermanos y hermanas, vivamos intensamente el presente, donde ya nos alcanzan los dones del Señor, vivámoslo proyectados hacia el futuro, un futuro lleno de esperanza”.

     Y así, “el Adviento cristiano es una ocasión para despertar de nuevo en nosotros el sentido verdadero de la espera, volviendo al corazón de nuestra fe, que es el misterio de Cristo, el Mesías esperado durante muchos siglos y que nació en la pobreza de Belén. Al venir entre nosotros, nos trajo y sigue ofreciéndonos el don de su amor y de su salvación. Presente entre nosotros, nos habla de muchas maneras: en la Sagrada Escritura, en el año litúrgico, en los santos, en los acontecimientos de la vida cotidiana, en toda la creación, que cambia de aspecto si detrás de ella se encuentra Él o si está ofuscada por la niebla de un origen y un futuro inciertos”.




Tiempo de oración y de alegría

     4. Dios está presente; se nos da de tantas maneras; ¿pero qué podemos hacer nosotros? He aquí la propuesta, que pasa necesariamente por la oración:

    “Nosotros podemos dirigirle la palabra, presentarle los sufrimientos que nos entristecen, la impaciencia y las preguntas que brotan de nuestro corazón. Estamos seguros de que nos escucha siempre. Y si Jesús está presente, ya no existe un tiempo sin sentido y vacío. Si él está presente, podemos seguir esperando incluso cuando los demás ya no pueden asegurarnos ningún apoyo, incluso cuando el presente está lleno de dificultades.

     “El Adviento es –concluye el Papa– el tiempo de la presencia y de la espera de lo eterno”. Y añade: “Precisamente por esta razón es, de modo especial, el tiempo de la alegría, de una alegría interiorizada, que ningún sufrimiento puede eliminar. La alegría por el hecho de que Dios se ha hecho niño. Esta alegría, invisiblemente presente en nosotros, nos alienta a caminar confiados”. En todo esto nos sostiene María, y nos obtiene la gracia de vivir este tiempo litúrgico “vigilantes y activos en la espera”.

15 CONSEJOS PARA PREPARARTE FIELMENTE EN ESTE TIEMPO DE ADVIENTO 2021



 15 consejos para prepararte fielmente en este tiempo de Adviento

Redacción ACI Prensa



A pocas semanas de la Navidad y en medio de una cultura que busca silenciar la religión, estos son algunos consejos que te permitirán experimentar el Adviento de una manera más profunda y prepararte en santidad para recibir el nacimiento de Jesús.

Estos fueron publicados en el libro “Holy Hacks: Everyday Ways to Live Your Faith and Get to Heaven” de la escritora y periodista católica Patti Maguire Armstrong.


La lista es la siguiente:

1. El Adviento se trata de esperar. Debes ser paciente siempre, ya sea en el tráfico o en las largas colas. Debes orar mientras esperas.

2. Ser agradecido por todo lo que se tiene. Contemplar tus muchos dones y todo lo que te rodea, desde las comodidades hasta las personas que están a tu alrededor.

3. Que no sea un problema si alguien utiliza saludos como “felices fiestas” o de otro tipo.  Simplemente se debe ser agradecido y desearles a las personas una feliz Navidad.

4. Simplificar la celebración navideña buscando alcanzar el espíritu de la primera Navidad, junto al pesebre. Armstrong afirma que “si Jesús quisiera promover el consumismo, la natividad se habría desarrollado en un centro comercial”.

5. Armar un pesebre.

6. Obtener una corona de Adviento. Debe encenderse todos los días y reza junto a ella.

7. Entonar canciones de Adviento antes de Navidad.

8. Ver películas sobre la verdadera historia navideña.

9. Cantar villancicos.

10. Enviar tarjetas de Navidad a personas que pueden sentirse solas, como soldados en el extranjero o presos. Puedes decirles que orarás por ellos durante el Año Nuevo.

11. Escribir notas e intenciones de oración para Jesús durante el Adviento y colocarlas en el belén.

12. Encontrar formas de ser generosos con la familia ya sea en la preparación de alimentos o en las actividades navideñas.

13. No olvidar un regalo para su párroco o amigo sacerdote.

14. Donar juguetes, ropa o dinero antes de Navidad. Se debe regalar las cosas que aún te gustan. Eso es hacer un pequeño sacrificio y ofrecerlo verdaderamente por Jesús. También se puede guardar dinero para organizaciones de caridad que brindan ayuda a los necesitados o para comprar objetos que permitan a estas personas celebrar la verdadera Navidad.

15. Pedirle a la Sagrada Familia que ayude a que el Adviento sea santo.

martes, 30 de noviembre de 2021

SACERDOTE PROPONE ESTOS 28 DESAFÍOS DIARIOS PARA EL ADVIENTO 2021




Sacerdote propone estos 28 desafíos diarios para el Adviento 2021

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa




El P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, de la diócesis española de Getafe, publicó recientemente la edición de 2021 de su Calendario de Adviento.

El calendario de Adviento, dibujado por el P. Bronchalo, propone 28 desafíos diarios para vivir como preparación para la celebración de la Navidad.

El Adviento es el tiempo de preparación de la Iglesia Católica para celebrar la Navidad, es decir, el nacimiento del Señor Jesús.

En 2021 el tiempo de Adviento comienza el domingo 28 de noviembre y termina el 24 de diciembre, en la víspera de Navidad.

Los desafíos propuestos por el P. Bronchalo incluyen hacer “un buen examen de conciencia” y buscar “tiempo para confesar esta semana”. Además, alienta a rezar “por los sacerdotes de tu parroquia” y por los “cristianos perseguidos”.

El sacerdote español publicó además una versión de su calendario de Adviento “en blanco y negro para colorear”. 

jueves, 25 de noviembre de 2021

ORACIÓN FAMILIARA PARA EL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO 2021



Oración familiar para el Primer Domingo de Adviento 2021

Redacción ACI Prensa



Este domingo 28 de noviembre celebramos con toda la Iglesia el Primer Domingo de Adviento 2021. Un medio del cual podemos valernos para sintonizar con el espíritu de este tiempo de espera es rezar en familia una liturgia u oración apropiada, como la que sugerimos a continuación, en la que vamos a encender la primera vela de la corona.


Nos disponemos para rezar:

Te recomendamos poner la corona de Adviento en un lugar especial de la casa, en torno al cual podamos reunirnos todos los miembros de la familia. Al lado de la corona podemos colocar alguna imagen de la Virgen, procurando iluminar el ambiente con una luz cálida, no muy fuerte, que favorezca el espíritu de recogimiento.

Se puede nombrar un MONITOR principal, que puede ser el papá o la mamá, para que dirija la oración; así como designar un LECTOR (o lectores, según se desee, para distribuir las distintas partes, de manera que puedan participar el mayor número de personas).

Los demás pueden participar con sus respuestas, cantando o con peticiones. Uno de los participantes debe encender la primera vela en el momento indicado en la oración.

Te sugerimos leer el texto de la oración previamente.


Liturgia para el Primer Domingo de Adviento: se enciende la primera vela de la corona


TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.

MONITOR: Hoy, al iniciar el Adviento, comenzamos un nuevo año litúrgico. El Adviento es un tiempo especial de preparación y espera. Iremos encendiendo, semana tras semana, las cuatro velas de esta corona como un símbolo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que irrumpe en el mundo para disipar las tinieblas. El color verde que caracteriza a la corona simboliza la vida y la esperanza que Él, Dios hecho niño, viene a traernos.

LECTOR: Lectura del libro del profeta Isaías: "Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece".

MONITOR: Nos recogemos unos instantes en silencio e inclinando nuestras cabezas vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento. Oremos...

LECTOR (o lectores que se repartan esta oración):

La tierra, Señor, se alegra en estos días,

y tu Iglesia desborda de gozo

ante tu Hijo, el Señor Jesús,

que se avecina como luz esplendorosa,

para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,

de la ignorancia, del dolor y del pecado.

Lleno de esperanza en su venida,

tu pueblo ha preparado esta corona

con ramos del bosque y la ha adornado con luces.


Ahora, pues, que vamos a empezar

el tiempo de preparación

para la venida de tu Hijo,

te pedimos, Señor,

que, mientras se acrecienta cada día

el esplendor de esta corona, con nuevas luces,

a nosotros nos ilumines

con el esplendor de Aquel que,

por ser la Luz del mundo,

iluminará todas las oscuridades.

Te lo pedimos por Él mismo

que vive y reina por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.


MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona mientras cantamos la primera estrofa del canto “Hoy se enciende una llama” (o cualquier canto apropiado).


TODOS CANTAN:

Hoy se enciende una llama

en la corona de Adviento

que arda nuestra esperanza

en el corazón despierto

y al calor de la Madre

caminemos este tiempo.

1. Un primer lucero se enciende

anunciando al Rey que viene,

preparad corazones, allánense los senderos.


MONITOR: Pidamos al Señor que fortalezca nuestra fe en este tiempo y elevemos nuestras peticiones con confianza. Los que deseen pueden hacer en este momento sus peticiones.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 




ADVIENTO PARA NIÑOS - COLOREAR, ESCRIBIR Y RECORTAR










#Adviento2021 El Adviento es un periodo de preparación a la gran fiesta de la Navidad. Aquí te decimos cómo explicar este tiempo a los niños y te sugerimos actividades.
👉


 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...