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viernes, 20 de noviembre de 2020
jueves, 19 de noviembre de 2020
EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DEL 2020
Lecturas de hoy Jueves de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 19 de noviembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (5,1-10):
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz:
«¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?».
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo:
«Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos».
Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.
Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo:
«Eres digno de recibir el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado, y con tu sangre
has adquirido para Dios
hombres de toda tribu,
lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinarán sobre la tierra».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b
R/.
R/ Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
O bien:
Aleluya
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.
V/. Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.
V/. Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,41-44):
En aquel tiempo al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 19 de noviembre de 2020
Juan Carlos Martos, cmf
Queridos amigos y amigas:
El breve relato que nos trae el evangelio de hoy nos coloca ante un hecho de la vida de Jesús, que mantiene un posible fondo histórico. Existe actualmente una pequeña capilla, llamada “Dominus flevit”, que recuerda el hecho. Está situada en la ladera del monte de los Olivos, al otro lado del torrente Cedrón, y frente a la Puerta Hermosa de la ciudad Santa de Jerusalén. Cercana ya su muerte, Jesús llora contemplando desde allí la ciudad.
El sentido de las lágrimas. No fue la única vez que Jesús lloró en público. Sus lágrimas constituyen un mensaje. Son un lenguaje no verbal para comunicar lo que no pudo decir con palabras. El llanto surge cuando se ha alcanzado el límite de lo inexpresable. La persona que llora capta la atención de los otros. Nunca pasa desapercibida. Tampoco pasó desapercibido el llanto de Cristo para sus compañeros, del que dejaron noticia en esta página evangélica.
El dolor del fracaso. Las lágrimas de Jesús no fueron narcisistas como patentiza la profecía que añade. Sus funestos presagios sobre la ciudad no son de condena sino la triste constatación de que toda sociedad construida al margen de la Palabra de Dios y que rechaza a sus enviados ya está en vías de su destrucción. El presentimiento de Jesús sobre la suerte de la ciudad se cumplió en su sentido más hondo: El rechazo de Dios acaba siendo el mayor desastre para el ser humano.
La ceguera del corazón. Jesús lamenta profundamente la dureza del corazón de sus coetáneos. No reconocieron que les había llegado el momento decisivo, que era su gran oportunidad. No comprendieron lo que conduce a la paz. Rechazaron a su salvador. Esa fue su gran incongruencia: lo tenían delante y no lo veían. Les fue enviado y no lo reconocieron. Mantener los ojos cerrados es como si Dios ocultase la salvación cuando los hombres la rechazan.
Es impresionante ver llorar a Cristo… Sus lágrimas tienen el poder de estrechar un vínculo íntimo con cada uno de nosotros. Que esas lágrimas nos conmuevan y nos agiten para no ser el fracaso de Dios. Que nos sacudan el alma y nos muevan a enjugarlas, repitiendo con ardor la confesión de Tomas: ¡Señor mío y Dios mío! ¡Ten misericordia de mí!
Vuestro hermano en la fe
Juan Carlos Martos cmf
SANTORAL DE HOY JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DEL 2020
Matilde de Hakeborn (o de Helfa), Santa Abadesa y cantante, 19 Noviembre |
Rafael de San José (José Kalinowski), Santo Presbítero Carmelita, 19 de noviembre |
Santiago Benfatti, Beato Obispo, 19 Noviembre |
Abdías, Santo Profeta, 19 de noviembre |
miércoles, 18 de noviembre de 2020
ADVIENTO: 9 FORMAS PARA VIVIR BIEN ESTE TIEMPO LITÚRGICO
Adviento: 9 formas para vivir bien este tiempo litúrgico
Redacción ACI Prensa
El Adviento es el tiempo de preparación para la Navidad. Sin embargo, las actividades propias de estos días, como la decoración del hogar o la compra de regalos, pueden generar agotamiento e impedir que tengamos la disposición necesaria para que Jesús nazca en nuestro corazón.
¿Cómo se puede calmar el corazón y centrarlo en el verdadero significado de este tiempo litúrgico, sin renunciar a la alegría de la auténtica anticipación? Sí, es posible vivir este tiempo con la reverencia necesaria y a la vez, de forma festiva. A continuación, presentamos algunas ideas prácticas para vivir bien el Adviento en familia.
1. Ten las cosas a tiempo
Trata de que la compra de regalos y gran parte de la organización y decoración del hogar estén listas antes del inicio del Adviento. Recuerda que tener ordenado el exterior, permite despejar la mente de preocupaciones mundanas y ello propicia que se pueda disponer el espíritu para estar enfocado en la preparación interior.
2. Reduce el ruido y escucha buena música
Durante este tiempo, las calles, los hogares de los vecinos y los medios de comunicación llenan el ambiente de variedad de melodías navideñas que en simultáneo podrían provocar ruido interior.
En tu hogar, intenta tener tiempos de silencio o escucha melodías instrumentales que calmen el espíritu o ayuden a la oración personal y equilíbralo con canciones católicas que ayuden a tu familia a rezar cantando.
3. Arma el pesebre en familia
Se creativo al momento de armar tu nacimiento y haz que este gesto externo refuerce la vivencia de la preparación interior a la Navidad.
Una idea podría ser colocar un recipiente lleno de pedazos de paja o materiales que lo simulen y dile a los miembros de tu familia que cada vez que hacen una obra de caridad u ofrecimiento coloquen en privado una pieza en el pesebre. Para cuando llegue Navidad, Jesús tendrá una cama blanda compuesta simbólicamente de acciones hechas con amor en su nombre.
En los hogares donde hay niños se podría fomentar que el primer regalo que se abra en Navidad sea una imagen del Niño Jesús, y que sea justamente el más pequeño la coloque en un lugar especial del hogar preparado con anticipación.
4. Bendice la Corona de Adviento
Comienza el tiempo litúrgico bendiciendo la corona de Adviento, de ser posible en una parroquia, y reza en familia la siguiente oración:
Señor Dios
Bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento, para que al encenderla,
despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras,
y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
5. Lee la Palabra de Dios
Reúnanse en familia y lean juntos con frecuencia las lecturas diarias o el Evangelio antes de cenar, pues estas permiten reflexionar y aprender sobre temas relacionados a la conversión, vigilancia y preparación de una forma progresiva hacia el nacimiento de Cristo.
6. Canta cada noche antes de rezar
Canten en familia un verso de “O Ven, O Ven, Emmanuel” cada noche antes de rezar y enciende la vela de Adviento respectiva durante la oración. El momento puede ser acompañado de instrumentos musicales si es posible hacerlo.
Sobre las luces de las velas, si tiene temor que suceda un accidente por el uso de fuego, especialmente por la presencia de niños pequeños, puede optar por usar velas con luces LED o que funcionen a pilas.
7. Crea un calendario de Adviento personal
Pidan a los niños del hogar que creen un calendario de Adviento en donde escriban sus propios propósitos a cumplir, uno por día, hasta la Navidad. Además, anímelos a dibujar una escena del nacimiento de Jesús en una hoja al final del calendario. Los niños deberán revisar a diario el cumplimiento de sus propósitos, y así, ir preparando su corazón al nacimiento de Jesús.
8. Arma un árbol de Navidad diferente
Algunas familias esperan hasta el domingo de Gaudete, o tercer Domingo de Adviento, para armar su árbol de Navidad. En lugar de hacerlo con prisa, podrías incluir esta actividad como parte de la preparación al Adviento.
El “Árbol de Jesé” es una tradición divertida creada especialmente para los niños, en la que se recorre la genealogía de Jesús, partiendo de Jesé, padre del rey David, a través de medios gráficos (dibujos) que en conjunto muestren la historia de la Salvación.
La actividad consiste en que cada miembro de la familia coloque cada día del Adviento (o solo los cuatro domingos) un ornamento especial que represente una historia de la Biblia desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento y así se enseñe su relación con al nacimiento de Cristo.
9. Realiza las actividades que podrá cumplir
Sacerdotes experimentados aconsejan no incluir demasiadas tradiciones, sino más bien, vivir las necesarias siempre que tengan un propósito claro y relacionado con este tiempo. La clave es la consistencia, la simplicidad y no sentir que ha fallado si no cumple con todas las actividades.
Se recomienda elegir algunas actividades que considere ayuden a su familia y además, que conscientemente se sepa que se seguirán fielmente. Recuerde que los niños apreciarán los tiempos juntos por encima de todo lo demás, y continuarán las tradiciones que fueron más importantes para su familia hasta la edad adulta.
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 18 DE NOVIEMBRE DEL 2020
Lecturas de hoy Miércoles de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 18 de noviembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (4,1-11):
Yo, Juan, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y aquella primera voz, como de trompeta, que oí hablando conmigo, decía:
«Sube aquí y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto».
Enseguida fui arrebatado en espíritu. Vi un trono puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado. El que estaba sentado en el trono era de aspecto semejante a una piedra de diamante y cornalina, y había un arco iris alrededor del trono de aspecto semejante a una esmeralda.
Y alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos con vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Y del trono salen relámpagos, voces y truenos; y siete lámparas de fuego están ardiendo delante del trono, que son los siete espíritus de Dios, y delante del trono como un mar transparente, semejante al cristal.
Y en medio del trono y a su alrededor, había cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer viviente era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo. Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban llenos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa:
«Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir».
Cada vez que los vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas ante el trono diciendo:
«Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 150,1-2.3-4.5
R/. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
V/. Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza. R/.
V/. Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras;
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas. R/.
V/. Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,11-28):
EN aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.
Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”.
Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
Os digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 18 de noviembre de 2020
Juan Carlos Martos, cmf
Queridos amigos y amigas:
La liturgia eucarística nos emplaza en el día de hoy ante la parábola de los talentos, o mejor “de la onza de oro” según la versión lucana. Estamos ante una parábola elocuente y clara, pero que contiene también su misterio escondido, porque no habla solo de laboriosidad y de pereza sino de otras cosas.
Dios nos regala a todos dones preciosos para que los usemos, no para que abusemos de ellos. Somos libres de usarlos y libres de tomar iniciativas, pero sólo con buen fin. Ya nadie está de acuerdo con lo que se decía en la Edad Media (= “el dinero está muerto, porque no puede tener hijos”). Nada está muerto. Todo don produce, forma parte de lo que crece y se desarrolla. No todos somos poetas o músicos, pero de alguna forma todos somos artistas. En nuestras manos tenemos talento, herramientas y materiales para crear la más bella obra de arte que es nuestra propia vida como don de Dios a los demás. Y no hay nada más plenificante en esta vida que la satisfacción que produce verla concluida como la obra más hermosa.
Cobra además protagonismo en la parábola el tercer personaje. La razón que aduce para no hacer fructificar su talento era el miedo a su señor. Curiosamente no le produce pavor confesárselo directamente al mismo señor que tanto pavor le causaba. En esta parábola se nos previene contra el miedo. El miedo es una emoción negativa y paralizante desde la que “frecuentamos el futuro” … Consigue congelar nuestras mejores resoluciones. Hay más decisiones que se toman por no tomarlas que por tomarlas. ¿Cómo se pasa del miedo a la decisión? Tal vez el secreto está en mandarlo callar, en no darle poder, en no dejar que domine nuestras ideas y nuestra voluntad… Quien remueve con el palito de su conciencia sus propios miedos se condena a verse atrapado en sus cadenas.
Haríamos mal si tras rezar esta parábola se nos queda en el alma la imagen de un Dios muy exigente e inflexible… Jesús está hablando aquí de Dios mismo que es amor, sino de la imagen de Dios que fabrica el miedoso. Y son cosas distintas y opuestas.
Vuestro hermano en la fe
Juan Carlos Martos cmf