jueves, 17 de septiembre de 2020

SANTORAL DE HOY JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2020

 

Juan Ventura Solsana, BeatoJuan Ventura Solsana, Beato
Sacerdote y Mártir, 17 de septiembre
Segismundo Sajna, BeatoSegismundo Sajna, Beato
Presbítero y Mártir, 17 de septiembre
Álvaro Santos Cejudo, BeatoÁlvaro Santos Cejudo, Beato
Mártir Laico, 17 de septiembre
Manuel Nguyen Van Trieu, SantoManuel Nguyen Van Trieu, Santo
Presbítero y Mártir, 17 de septiembre
Sátiro, SantoSátiro, Santo
Obispo, 17 de septiembre
Pedro de Arbués, SantoPedro de Arbués, Santo
Presbítero y Mártir, 17 de septiembre
Estanislao de Jesús y María (Juan Papczynski), SantoEstanislao de Jesús y María (Juan Papczynski), Santo
Presbítero y Fundador, 17 de septiembre
Segismundo Félix Felinski, SantoSegismundo Félix Felinski, Santo
Obispo y Fundador, 17 de septiembre
Lamberto de Maastricht, SantoLamberto de Maastricht, Santo
Obispo y Mártir, 17 de septiembre
Columba de Córdoba, SantaColumba de Córdoba, Santa
Virgen y Mártir, 17 de septiembre
Querubin Testa de Avigliana, BeatoQuerubin Testa de Avigliana, Beato
Sacerdote, 17 de septiembre
Francisco María de Camporosso, SantoFrancisco María de Camporosso, Santo
Religioso Capuchino, 17 de septiembre
Hildegarda de Bingen, SantaHildegarda de Bingen, Santa
Doctora de la Iglesia, 17 de septiembre
Roberto Belarmino, SantoRoberto Belarmino, Santo
Memoria Litúrgica, 17 de septiembre

FRACASO

 


¿Fracaso?


Triunfar es aprender a fracasar. El éxito en la vida viene de saber afrontar las inevitables faltas de éxito del vivir de cada día. Cada frustración, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.

Fracaso... no significa que somos unos fracasados. Significa que todavía no hemos tenido éxito. Fracaso… no significa que no hemos logrado nada. Significa que hemos aprendido algo. Fracaso… no significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera. Fracaso… no significa que somos inferiores. Significa que no somos perfectos. Fracaso... no significa que debemos echarnos para atrás. Significa que tenemos que luchar con mayor tenacidad. Fracaso... no significa que Dios nos ha abandonado. ¡Significa que Dios tiene un plan mejor!

Las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor. El fracaso hace lucir ante uno mismo la propia limitación pero, al mismo tiempo, nos brinda la oportunidad de dar lo mejor de nosotros mismos. Es así como, en medio de un entorno en el que no todo nos viene dado, te vas forjando el carácter y vas adquiriendo fuerza y autenticidad. Se trata de persistir.


* Enviado por el P. Natalio

DEFINICIÓN DE LITURGÍA

 Definición de liturgia

Es el conjunto de signos y símbolos con los que la Iglesia rinde culto a Dios y se santifica.


Por: P, Antonio Rivero | Fuente: Catholic.net 



Es el modo como la Iglesia en su cabeza y en su cuerpo místico o miembros puede ponerse en contacto y comunicación con Dios, a través de gestos, palabras, ritos, acciones y así poder participar de la maravillosa gracia de Dios, santificarnos y entrar en esa vida íntima de Dios.

Otra definición más formal sería ésta: liturgia es el conjunto de signos y símbolos con los que la Iglesia rinde culto a Dios y se santifica. Todas las acciones litúrgicas: oración, sacramentos están dirigidas, por tanto, a dar culto a Dios Padre, por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo, y a la santificación de cada uno de los fieles que forman esta Iglesia de Cristo.

En palabras del papa Pío XII en su encíclica “Mediator Dei”: “La liturgia no es solamente la parte exterior y sensible del culto, ni mucho menos el aparato de ceremonias o conjunto de leyes y reglas..., es el ejercicio del oficio sacerdotal de Cristo”.

En la Constitución Sacrosanctum Concilium, número 7, encontramos esta definición concisa: “ Es el ejercicio del oficio sacerdotal de Cristo, por medio de signos sensibles, que realizan de una manera propia la santificación del hombre”.

La liturgia es, pues, el servicio que el hombre da a Dios, porque Él se lo merece. Y trae aparejada nuestra propia santificación, es decir, gracias a la liturgia nosotros nos vamos santificando, purificando, pues quien entra en contacto con Dios, recibe ese fuego divino que calienta, purifica y perfecciona.

En cada acción litúrgica que realizamos (participación en una misa, en cualquier sacramento, en la Liturgia de las Horas) Dios nos hace participes de su salvación.

Una bella definición nos la ha dado Juan Pablo II en la carta apostólica con motivo del cuadragésimo aniversario de la “Sacrosanctum Concilium”: “¿Qué es la liturgia sino la voz unísona del Espíritu Santo y la Esposa, la santa Iglesia, que claman al Señor Jesús: `Ven’? ¿Qué es la liturgia sino la fuente pura y perenne de ‘agua viva’ a la que todos los que tienen sed pueden acudir para recibir gratis el don de Dios? (cf. Jn 4, 10)”(Vicesimus Quintus Annus, n. 1)...”La liturgia es el lugar principal del encuentro entre Dios y los hombres, de Cristo con su Iglesia” (n. 7).

El Catecismo de la Iglesia Católica ha explicado también que la misma palabra liturgia significa, en la tradición cristiana, que el pueblo de Dios toma parte en la obra de Dios. En la liturgia, Cristo nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, hace presente en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra Redención (n. 1069).

LOS LIBROS DE LA BIBLIA



 Los libros de la Biblia


Los 7 libros del Antiguo Testamento escritos en griego han sido causa de muchas discusiones. La Iglesia Católica dio a estos 7 libros el nombre de «libros deuterocanónicos»


Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe 


Hoy día vamos a conversar sobre la Biblia: ¿Cuántos libros tiene la Biblia? ¿Qué diferencias hay entre las Biblias católicas y las Biblias protestantes? La Biblia no es un solo libro, como algunos creen, sino una biblioteca completa. Toda la Biblia está compuesta por 73 libros, algunos de los cuales son bastante extensos, como el del profeta Isaías, y otros son más breves, como el del profeta Abdías.

Estos 73 libros están repartidos de tal forma, que al Antiguo Testamento (AT) le corresponden 46, y al Nuevo Testamento (NT) 27 libros.

De vez en cuando suele caer en nuestras manos alguna Biblia protestante, y nos llevamos la sorpresa de que le faltan siete libros, por lo cual tan sólo tiene 66 libros.

Este vacío se encuentra en el Antiguo Testamento y se debe a la ausencia de los siguientes libros: Tobías, Judit, 1 Macabeos, 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y el de Baruc.


¿Por qué esta diferencia entre la Biblia católica y la protestante?

Es un problema histórico-teológico muy complejo. Resumiendo mucho, trataremos de contestar esta pregunta.

Primero vamos a explicar cómo se formó la colección de libros sagrados del Antiguo Testamento dentro del pueblo judío. Y luego veremos cómo los cristianos aceptaron estos libros del A.T. junto con los libros del N.T. para formar la Biblia completa.


La antigua comunidad judía de Palestina 

En tiempos de Jesucristo, encontramos que en Palestina el pueblo judío sólo aceptaba el A.T. Y todavía no habían definido la lista completa de sus libros sagrados, es decir, seguía abierta la posibilidad de agregar nuevos escritos a la colección de libros inspirados.

Pero desde hacía mucho tiempo, desde alrededor de los años 600 antes de Cristo, con la destrucción de Jerusalén y la desaparición del Estado judío, estaba latente la preocupación de concretar oficialmente la lista de libros sagrados. ¿Qué criterios usaron los judíos para fijar esta lista de libros sagrados? Debían ser libros sagrados en los cuales se reconocía la verdadera fe de Israel, para asegurar la continuidad de esta fe en el pueblo. Había varios escritos que parecían dudosos en asuntos de fe, e incluso francamente peligrosos, de manera que fueron excluidos de la lista oficial. Además aceptaron solamente libros sagrados escritos originalmente en hebreo (o arameo). Los libros religiosos escritos en griego fueron rechazados por ser libros muy recientes, o de origen no-judío. (Este último dato es muy importante, porque de ahí viene después el problema de la diferencia de libros.)

Así se fijó entonces una lista de libros religiosos que eran de verdadera inspiración divina y entraron en la colección de la Escritura Sagrada. A esta lista oficial de libros inspirados se dará, con el tiempo, el nombre de «Canon», o «Libros canónicos». La palabra griega Canon significa regla , norma, y quiere decir que los libros canónicos reflejan «la regla de vida», o «la norma de vida» para quienes creen en estos escritos. Todos los libros canónicos de la comunidad de Palestina eran libros originalmente escritos en hebreo-arameo.

Los libros religiosos escritos en griego no entraron en el canon, pero recibieron el nombre de «apócrifos», «libros apócrifos» (= ocultos), porque tenían doctrinas dudosas y se los consideraba «de origen oculto».

En el primer siglo de nuestra era (año 90 después de Cristo) la comunidad judía de Palestina había llegado a reconocer en la práctica 39 libros como inspirados oficialmente.

Esta lista de los 39 libros de A.T. es el llamado «Canon de Palestina», o «el Canon de Jerusalén».


La comunidad judía de Alejandría 

Simultáneamente existía una comunidad judía en Alejandría, en Egipto. Era una colonia judía muy numerosa fuera de Palestina, pues contaba con más de 100.000 israelitas. Los judíos en Egipto ya no entendían el hebreo, porque hacía tiempo habían aceptado el griego, que era la lengua oficial en todo el Cercano Oriente. En sus reuniones religiosas, en sus sinagogas, ellos usaban una traducción de la Sagrada Escritura del hebreo al griego que se llamaba «de los Setenta». Según una leyenda muy antigua esta traducción «de los Setenta» había sido hecha casi milagrosamente por 70 sabios (entre los años 250 y 150 antes de Cristo).

La traducción griega de los Setenta conservaba los 39 libros que tenía el Canon de Palestina (canon hebreo), más otros 7 libros en griego. Así se formó el famoso «Canon de Alejandría» con un total de 46 libros sagrados.

La comunidad judía de Palestina nunca vio con buenos ojos esta diferencia de sus hermanos alejandrinos, y rechazaban aquellos 7 libros, porque estaban escritos originalmente en griego y eran libros agregados posteriormente.

Era una realidad que, al tiempo del nacimiento del cristianismo, había dos grandes centros religiosos del judaísmo: el de Jerusalén (en Palestina), y el de Alejandría (en Egipto). En ambos lugares tenían autorizados los libros del A.T: en Jerusalén 39 libros (en hebreo- arameo), en Alejandría 46 libros (en griego).


Los primeros cristianos y los libros sagrados del A.T. 

El cristianismo nació como un movimiento religioso dentro del pueblo judío. Jesús mismo era judío y no rechazaba los libros sagrados de su pueblo. Además los primeros cristianos habían oído decir a Jesús que El no había venido a suprimir el A.T. sino a completarlo (Mt. 5, 17). Por eso los cristianos reconocieron también como libros inspirados los textos del A.T. que usaban los judíos.

Pero se vieron en dificultades. ¿Debían usar el canon breve de Palestina con 39 libros, o el canon largo de Alejandría con 46 libros?

De hecho, por causa de la persecución contra los cristianos, el cristianismo se extendió prioritariamente fuera de Palestina, por el mundo griego y romano. Al menos en su redacción definitiva y cuando en los libros del N.T. se citaban textos del A.T. (más de 300 veces), naturalmente se citaban en griego, según el Canon largo de Alejandría.

Era lo más lógico, por tanto, que los primeros cristianos tomaran este Canon griego de Alejandría, porque los mismos destinatarios a quienes debían llevar la palabra de Dios todos hablaban griego. Por lo tanto, el cristianismo aceptó desde el comienzo la versión griega del A.T. con 46 libros.


La reacción de los judíos contra los cristianos

Los judíos consideraban a los cristianos como herejes del judaísmo. No les gustó para nada que los cristianos usaran los libros sagrados del A.T. Y para peor, los cristianos indicaban profecías del A.T. para justificar su fe en Jesús de Nazaret. Además los cristianos comenzaron a escribir nuevos libros sagrados: el Nuevo Testamento.

Todo esto fue motivo para que los judíos resolvieran cerrar definitivamente el Canon de sus libros sagrados. Y en reacción contra los cristianos, que usaban el Canon largo de Alejandría con sus 46 libros del A.T., todos los judíos optaron por el Canon breve de Palestina con 39 libros.

Los 7 libros griegos del Canon de Alejandría fueron declarados como libros «apócrifos» y no inspirados. Esta fue la decisión que tomaron los responsables del judaísmo en el año 90 después de Cristo y proclamaron oficialmente el Canon judío para sus libros sagrados.

Los cristianos, por su parte, y sin que la Iglesia resolviera nada oficialmente, siguieron con la costumbre de usar los 46 libros como libros inspirados del A.T. De vez en cuando había algunas voces discordantes dentro de la Iglesia que querían imponer el Canon oficial de los judíos con sus 39 libros. Pero varios concilios, dentro de la Iglesia, definieron que los 46 libros del A.T. son realmente libros inspirados y sagrados.


¿Qué pasó con la Reforma?

En el año 1517 Martín Lutero se separó de la Iglesia Católica. Y entre los muchos cambios que introdujo para formar su nueva iglesia, estuvo el de tomar el Canon breve de los judíos de Palestina, que tenía 39 libros para el A.T. Algo muy extraño, porque iba en contra de una larga tradición de la Iglesia, que viene de los apóstoles. Los cristianos, durante más de 1.500 años, contaban entre los libros sagrados los 46 libros del A.T.

Sin embargo, a Lutero le molestaban los 7 libros escritos en lengua griega y que no figuraban en los de lengua hebrea.

Ante esta situación los obispos de todo el mundo se reunieron en el famoso Concilio de Trento y fijaron definitivamente el Canon de las Escrituras en 46 libros para el A.T. y en 27 para el N.T.

Pero los protestantes y las muchas sectas nacidas de ellos, comenzaron a usar el Canon de los judíos palestinos que tenían sólo 39 libros del AT.

De ahí vienen las diferencias de libros entre las Biblias católicas y las Biblias evangélicas.


Los libros canónicos

Los 7 libros del A.T. escritos en griego han sido causa de muchas discusiones. La Iglesia Católica dio a estos 7 libros el nombre de «libros deuterocanónicos». La palabra griega «deutero» significa Segundo. Así la Iglesia Católica declara que son libros de segunda aparición en el Canon o en la lista oficial de libros del A.T. porque pasaron en un segundo momento a formar parte del Canon.

Los otros 39 libros del A.T., escritos en hebreo, son los llamados «libros protocanónicos». La palabra «proto» significa «Primero», ya que desde el primer momento estos libros integraron el Canon del A.T.


Qumram

En el año 1947 los arqueólogos descubrieron en Qumram (Palestina) escritos muy antiguos y encontraron entre ellos los libros de Judit, Baruc, Eclesiástico y 1 de Macabeos escritos originalmente en hebreo, y el libro de Tobías en arameo. Quiere decir que solamente los libros de Sabiduría y 2 de Macabeos fueron redactados en griego. Así el argumento de no aceptar estos 7 libros por estar escritos en griego ya no es válido. Además la Iglesia Católica nunca aceptó este argumento.


Consideraciones finales

Después de todo, nos damos cuenta de que este problema acerca de los libros, es una cuestión histórico-teológica muy compleja, y con diversas interpretaciones y apreciaciones. Con todo, es indudable que la Iglesia Católica, respecto a este punto, goza de una base histórica y doctrinal que, muy razonablemente, la presenta como la más segura.

Sin embargo, desde que Lutero tomó la decisión de no aceptar esta tradición de la Iglesia Católica, todas las iglesias protestantes rechazaron los libros Deuterocanónicos como libros inspirados y declararon estos 7 libros como libros «apócrifos».

En los últimos años hay, de parte de muchos protestantes, una actitud más moderada para con estos 7 libros e incluso se editan Biblias ecuménicas con los Libros Deuterocanónicos.

En efecto, han ido comprendiendo que ciertas doctrinas bíblicas, como la resurrección de los muertos, el tema de los ángeles, el concepto de retribución, la noción de purgatorio, empiezan a aparecer ya en estos 7 libros tardíos.

Por el hecho de haber suprimido estos libros se dan cuenta de que hay un salto muy grande hasta el N.T. (más o menos una época de 300 años sin libros inspirados). Sin embargo estos 7 libros griegos revelan un eslabón precioso hacia el N.T. Las enseñanzas de estos escritos muestran una mayor armonía en toda la Revelación Divina en la Biblia.

Por este motivo, se ven ya algunas Biblias protestantes que, al final, incluyen estos 7 libros, aunque con un valor secundario.

Quiera Dios que llegue pronto el día en que los protestantes den un paso más y los acepten definitivamente con la importancia propia de la Palabra de Dios, para volver a la unidad que un día perdimos.



Cuestionario

¿De cuántos libros está formada la Biblia Católica y de cuántos la Evangélica? ¿Cómo se originó esta diferencia? ¿Cuáles son los libros canónicos y los Deuterocanónicos? ¿Por qué se llaman así? ¿Qué aporte hacen estos libros a la Revelación? ¿Qué pasó con la Reforma de Lutero en lo referente al número de los libros de la Biblia? ¿Qué se confirmó con los hallazgos de Qumram? ¿Incluyen últimamente algunas Biblias protestantes los libros Deuterocanónicos? ¿Qué sería deseable a futuro?

ADORACIÓN EUCARÍSTICA DE SAN JUAN PABLO II - JUEVES EUCARÍSTICO

 

Adoración Eucarística de Juan Pablo II

Señor Jesús:


Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.

“Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios” (Jn. 6,69).

Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres.

Aumenta nuestra FE.

Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo.

Contigo ya podemos decir: Padre nuestro.

Siguiéndote a ti, “camino, verdad y vida”, queremos penetrar en el aparente “silencio” y “ausencia” de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz del Padre que nos dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo” (Mt. 17,5).

Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.

Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.

Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives “siempre intercediendo por nosotros” (Heb. 7,25).

Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el Padre.

Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.

Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.

Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.

Quisiéramos decir como San Pablo: “Mi vida es Cristo” (Flp. 1,21).

Nuestra vida no tiene sentido sin ti.

Queremos aprender a “estar con quien sabemos nos ama”, porque “con tan buen amigo presente todo se puede sufrir”. En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque en la oración “el amor es el que habla” (Sta. Teresa).

Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas, decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación cristiana.

CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a tus palabras: “Quedaos aquí y velad conmigo” (Mt. 26,38).

Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación.

El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos “gemidos inenarrables” (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con sola tu presencia, tu amor y tu palabra.

En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación.

Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o “misterio”.

Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el “misterio” de cada hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación.

Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de SERVIR.

Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.

Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.

Amén.

 

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2020

 

 Lecturas de hoy Jueves de la 24ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, jueves, 17 de septiembre de 2020



Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,1-11):


Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 117,1-2.16ab-17.28


R/. Dad gracias al Señor porque es bueno


Dad gracias al Señor porque es bueno, 

porque es eterna su misericordia. 

Diga la casa de Israel: 

eterna es su misericordia. R/. 


«La diestra del Señor es poderosa, 

la diestra del Señor es excelsa.» 

No he de morir, viviré para contar 

las hazañas del Señor. R/.


Tú eres mi Dios, te doy gracias; 

Dios mío, yo te ensalzo. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,36-50):


En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. 

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» 

Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» 

Él respondió: «Dímelo, maestro.» 

Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» 

Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» 

Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» 

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» 

Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» 

Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 

Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»


Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy jueves, 17 de septiembre de 2020

 CR

Queridos amigos:


Solo la finitud humana puede explicar tanta ceguera. La palabra y el comportamiento de Jesús son claros como el día. El Dios que nos revela Jesús es el Padre de la compasión. El evangelista Lucas ilumina, como ninguno,  esta convicción con parábolas, signos y sentencias que salen de la boca de Jesús. En un solo capítulo, el 15, confirman este juicio las parábolas de la oveja perdida, de la moneda perdida y del hijo pródigo. 

Basta con fijarnos en el modo de moverse los personajes en escena. Primero, la mujer pecadora. De improviso, irrumpe e interrumpe a los comensales. Entra decidida, sin mediar palabra, sin rubor, aunque conocida por su mala fama. Se dirige al Maestro, y lo colma de atenciones: se coloca a sus pies, a los que baña con sus lágrimas, los enjuga con su cabellera, los besa y los llena de perfume. Es la mujer agradecida a la bondad de Jesús. En esta pecadora pública sorprendemos a todas las personas excluidas en la vida: leprosos, pecadores, homosexuales, recaudadores, extranjeros. Salta, en seguida, Simón, el fariseo. De entrada, ha tenido el gesto de invitar a Jesús, pero pronto aparece la vena moralista; queda horrorizado de que tal mujer se atreva a tocar a Jesús. ¡Cómo va a ser profeta! Es incapaz de enternecerse y mirar las lágrimas agradecidas; al revés, juzga la conducta de Jesús, le puede la ley, la norma de siempre. Miremos, pues, a Jesús. Empezó aceptando la invitación “del enemigo”, y ahora no siente escrúpulo de que una pecadora le abrace. Ve el corazón, y el amor y gratitud que atesora. Es el profeta de la compasión, sencillamente la ama, la perdona, admira sus gestos.

Jesús siempre está a punto para el perdón. Un perdón sin condiciones. Solo nos queda abrirnos a su amor, y experimentar su clemencia. Para ello, como la mujer pecadora, hemos de sentirnos necesitados de la misericordia de Dios. El fariseo soberbio de la parábola bajó del templo no reconciliado. Si, como Simón, nos creemos dueños de la verdad y, en actitud moralista, juzgamos y condenamos a los otros, ¿cómo vamos a estar dispuestos al perdón? Escuchemos a Jesús que nos dice “Vete en paz”. Esta paz es fruto del encuentro con Jesús. El amor de Dios borra y purifica todo lo malo que pueda socavar la bondad en nosotros. Si así lo sentimos, miraremos a los demás con los ojos de Jesús, incluso a los pecadores. Y nos sorprenderemos de cuantas cosas buenas habitan en el corazón de la gente; como la gratitud de la mujer pecadora. Todos caben en la Iglesia; a nadie vamos a apartar o excluir. No hagamos caso a esos que gritan en el anonimato de Internet: “Que se vayan”, “Que los echen de la Iglesia”. De hecho, Jesús comenzó citando al Levítico: “Sed santos  como yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo” y remató su discurso proclamando: “Sed compasivos. Como vuestro Dios es compasivo”.

ANUNCIAN PANEL SOBRE NULIDAD MATRIMONIAL Y ACOMPAÑAMIENTO A DIVORCIADOS EN NUEVA UNIÓN

 

 Anuncian panel sobre nulidad matrimonial y acompañamiento a divorciados en nueva unión

Redacción ACI Prensa

Crédito: Anna Pritchard / Unsplash



El Instituto de Ciencias para la Familia (ICF) en Perú ofrece un panel virtual sobre “la reforma de los procesos de nulidad matrimonial y el acompañamiento espiritual de las personas divorciadas y vueltas a casar civilmente”.

El panel virtual busca dar respuesta a los cambios recientes en los procesos de nulidad matrimonial y además orientación acerca del modo en que se puede ayudar espiritualmente a los creyentes que están en una situación matrimonial no sacramental.

El ICF, centro académico de la Universidad de Piura, tiene más de 12 años de experiencia en docencia e investigación en temas relacionados con la estructura y dinámica familiar.

La exposición estará a cargo del P. Ricardo Bazán, doctor en Derecho Canónico y capellán del Campus Lima de la Universidad de Piura, y el P. Miguel Arce, doctor en derecho canónico y Vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de Piura.

El P. Arce dijo a ACI Prensa que “muy poca gente sabe” que el Papa Francisco impulsó una reforma que hace que “por las condiciones del caso” una serie de procesos de nulidad matrimonial se puedan “resolver en pocos meses”. Normalmente, “tendrían que durar un año”, “pero por la precariedad de los medios humanos que tenemos […] pueden durar mucho más”. 

Señaló que en el panel también se explicarán “cuáles son las causales de nulidad” matrimonial, porque “puede ocurrir que como hay matrimonios que se realizan entre personas que no tienen la madurez o que no han recibido de sus familias ejemplos de lo que es un matrimonio fiel y amoroso”, mucha gente “puede casarse sin las disposiciones adecuadas”.

“Entonces podemos ver que hay tantos fracasos matrimoniales que terminan en separaciones o divorcios con o sin unión civil, y que muchos de esos quizás podrían encausarse por nulidad matrimonial. Pero, la gente desconoce y le parece que es un tema tan difícil que no acuden”, añadió.

El P. Arce explicó que “las personas merecen la ayuda espiritual del sacerdote porque sufren o han sufrido mucho”, pero también requieren apoyo de “especialistas, psicólogos, psiquiatras cuando sea necesario, abogados canonistas, abogados civiles”, para que “encuentren en la Iglesia lo que es una madre, que no lo juzga, sino que los comprende y los ayuda en la medida en que sea posible”.

Además, señaló que en algunos casos, “la ayuda puede terminar en que una persona separada no vuelva a entablar un nuevo matrimonio o una relación que termine en unión civil”. No obstante, aclaró que “en otros casos quizás si termine en eso o ya está en eso y es difícil desarmarlo, y sería muy dañino para ellos o para los hijos que quizás ya tengan”.

El objetivo final es ayudar a las personas a “que vivan una vida cristiana, curar heridas, sanar corazones, y que en la condición en la que están puedan estar lo más cerca de Dios posible y no se sientan juzgados y alejados de la Iglesia”, concluyó.

El panel se realizará el sábado 19 de septiembre a las 12 (mediodía de Perú) y está dirigido especialmente a sacerdotes, agentes pastorales, comunidades apostólicas y consejeros familiares, pero también, al público en general. Los interesados en inscribirse pueden hacerlo ingresando AQUÍ.

El ICF señaló que cada quince días ofrece otros paneles virtuales con temas relacionados a la familia, y también, cuentan con una Maestría en Matrimonio y Familia. Los interesados en conocer más sobre los cursos que ofrecen, pueden seguirlos en su página web, cuenta de Instagram, Facebook, Twitter, Youtube.

IMÁGENES DE LA AUDIENCIA CON FIELES, PAPA FRANCISCO 16 DE SEPTIEMBRE DE 2020

 










 AUDIENCIA GENERAL CON FIELES

PAPA FRANCISCO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2020


Como muchos maestros espirituales han enseñado, el cielo, la tierra, el mar, cada criatura posee una capacidad icónica o mística para llevarnos de vuelta al Creador y a la comunión con la creación. - #PapaFrancisco

FELIZ JUEVES!!

  




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