domingo, 21 de octubre de 2018

NO HA DE SER ASÍ, MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 21 OCTUBRE 2018


No ha de ser así



Hoy nos enseña Jesús algo esencial y muy difícil de cumplir en nuestra religión. Se trata de tener una actitud totalmente diferente de lo que piensa el mundo. La mayoría de las personas piensan que es más importante quien tiene más poder o está por encima de los demás en dignidad, en dinero y en otras cosas materiales. Sin embargo Jesús nos dice que es más importante quien más está al servicio de los demás. La mayoría de los “cristianos” no nos lo creemos. Y sin embargo miles y miles de cristianos verdaderos sí lo han creído y lo han practicado y lo siguen practicando.

Jesús iba con sus apóstoles camino de Jerusalén. Ya les había anunciado por tres veces que iban a Jerusalén, donde él moriría a manos de las autoridades. Ellos estaban perplejos y no lo entendían o no lo querían entender. Ciertamente que también Jesús les decía que a los tres días resucitaría; pero esto menos lo entendían, porque se quedaban a pensar lo primero, lo cual les parecía extraño y casi como una blasfemia. Ellos habían aprendido desde niños que cuando viniera el Mesías, sería el rey triunfante que les haría dominar sobre todas las naciones. Algunos pensaban que con las armas; otros al menos pensaban que sería mediante las creencias religiosas en el Dios todopoderoso, protector especialmente de ellos. Los apóstoles, al ir caminando hacia Jerusalén, pensaban en su interior, que ésta sería la hora en que se declararía rey y sería proclamado así en la capital. Seguro que entre ellos lo comentaban.

Con ese pensamiento, Santiago y Juan, hermanos, se atreven a proponer algo grande para ellos. Al fin y al cabo ellos eran de los más estimados por Jesús. Dice el evangelista san Mateo que fue la madre de los dos hermanos quien se atrevió a hacer la proposición. Le proponen los dos puestos más importantes en ese reino. Jesús no les reprendió, porque veía una buena voluntad. Por eso les dijo que no sabían lo que pedían. Sin embargo les puso las condiciones, que eran beber el mismo cáliz que Él y ser bautizados en el mismo bautismo. Cuando el evangelista escribía esto, ya sabían que se trataba de imitar a Jesús en la entrega total, hasta dar su sangre para que otros puedan conseguir el Reino. Los dos hermanos dijeron a Jesús que estaban dispuestos a ello. Seguro que en ese momento no sabían lo que prometían, pero manifestaban su decisión y buena voluntad. A Jesús le gustó esa decisión; sin embargo les dijo que la cuestión de puestos no entraba en sus planes, pues estaba ya determinado.

Entonces Jesús enseñó cuáles son los planes de Dios en cuanto a la importancia. Resulta que los otros diez apóstoles, que todavía estaban bastante “verdes” en cuanto al verdadero seguimiento de Cristo, se pusieron a discutir sobre quiénes debían ser los primeros en ese Reino. En ese momento es cuando Jesús nos enseña que en ese Reino de Dios la importancia es totalmente diferente de lo mundano. El más importante va a ser quien más sea servidor de los demás. Él mismo se pone de ejemplo.

No es que todos los que mandan sean perversos; pero la realidad es que el poder es una gran tentación y la realidad de la historia nos dice que la mayoría de los que tienen el poder lo aprovechan para su propio beneficio material. Y ello aunque en la propaganda electoral digan que están al servicio del pueblo. ¡Ojalá sea verdad! Se nos ha metido demasiado el concepto mundano de importancia. Y esto hasta en muchos ámbitos eclesiales y de trabajo por la Iglesia. Alguno puede sacar la conclusión de que, si es así, la mayoría de “cristianos” no son cristianos. Pues es verdad. O podemos decir que son cristianos a medias. El estar al servicio de otros no es sólo hacer obras buenas de caridad, que se pueden hacer para ganar “méritos” y mejores puestos, sino que es sobre todo una actitud. Es el desear una vida plena y gozosa para los demás; es el aplaudir las obras buenas de otros y procurar aumentarlo. Una cosa es procurar aumentar económicamente en una familia para el bien de los hijos y otra el querer estar por encima de los demás. Servir es el hacer el bien, dejando que el premio lo dé Dios.



Padre Silverio Velasco

CUÁNDO HACES ORACIÓN TE DISTRAES MUCHO? ESTO ES PARA TI


¿Cuándo haces oración te distraes mucho? Esto es para ti
La Iglesia nos comparte algunos consejos para poder combatir nuestras distracciones


Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: ConMasGracia.org 




En muchas ocasiones me ha pasado que cuando estoy haciendo oración me distraigo mucho, mi mente comienza a pensar en otras cosas y dejo de prestarle atención a lo que estoy haciendo en ese momento. Incluso, he pensado que es mejor no seguir y abandonar la oración. ¿Te ha pasado? ¿Qué debemos hacer? Vamos a ver.

Primero habrá que distinguir si nuestras distracciones son voluntarias o involuntarias. Las últimas llegan solas, nacen en nuestra mente en cualquier momento; ya sea cuando hacemos oración, al rezar el rosario o al participar de la Eucaristía. Éstas no se pueden evitar y experimentarlas no significa pecar. Por otro lado, las voluntarias, son aquellas a las que nosotros les abrimos las puertas, queremos experimentarlas y las buscamos. No llegan por sí solas y como tal sí nos apartan de Dios, por lo que llevan consigo una falta.

La Iglesia, a través del Catecismo en el número 2729, nos comparte algunos consejos para poder combatir nuestras distracciones:

1.-No las persigas: Dice textual: “Dedicarse a perseguir las distracciones es caer en sus redes”. Si nos proponemos analizar el porqué de su presencia y profundizamos más y más en su origen, sin darnos cuenta habremos caído en la trampa, pues nuestra mente terminará por centrarse totalmente en la distracción y no en Dios.

2.-Vuelve a tu oración: Si caímos presas de la distracción será suficiente con re direccionar nuestra mente y nuestro corazón a nuestra oración, a ese momento de encuentro con el Señor.

El artículo que citamos del Catecismo también dice: “La distracción descubre al que ora aquello a lo que su corazón está apegado”. Será bueno entonces preguntarnos, cuando hacemos oración, ¿la hacemos con el corazón y la mente puestos en el Señor o sólo tenemos la mente más no el corazón? Podemos caer en el error de que nuestra oración sea solamente repetir y repetir palabras como si fuera un monólogo aprendido. Debemos también reconocer que en muchas ocasiones damos más importancia a las cosas del mundo que a las de Dios.

Propongámonos fortalecer nuestro amor por Dios, que se encuentre libre de toda preocupación o pensamiento que pueda apartarnos del encuentro con Él. Antes de comenzar a orar, pidamos con humildad que nos ayude a centrarnos en su presencia con la mente y el corazón. Con nuestras propias palabras, las palabras del alma.

San Alfonso María de Ligorio escribe que “si tienes muchas distracciones durante la oración, puede ser que al diablo le moleste mucho esa oración”, y ya lo creo, pues la intención del enemigo es que nuestro encuentro con el Señor no se lleve a cabo, que por las distracciones y pendientes del mundo nos olvidemos de nutrir nuestra alma de Dios.

San Juan XXIII decía: “el peor rosario es el que no se reza”. Aunque las distracciones siempre lleguen a tu puerta y te hagan perder por un momento la concentración en tu oración, no decaigas, vuelve a comenzar tu diálogo y aprovéchalas. Si quizás te distraes por alguna situación de dolor o tristeza que estás viviendo, pídele con mayor intención al Señor, que te haga experimentar la paz que tu corazón necesita.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 16


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 16
PARA UN AMIGO… DE TODO CORAZÓN



“Hay que ejercitar la caridad con todos, sin preguntar quiénes son, ni de dónde vienen, sino únicamente porque representan a Cristo”. (San José Marello)



Para José Marello la amistad no fue solo algo sentimental. Fue más bien siempre un compartir mutuo de los gozos y dolores del amigo.
1874, Era secretario del obispo, conocía muy bien lo que pasaba en la diócesis de Asti. Así supo lo que había pasado al joven párroco del Camerano de Asti, su muy querido amigo don Motta.

Le afligía una forma grave de oftalmitis y se había puesto casi ciego. Como consecuencia se encontraba muy incómodo en su trabajo por estar solo. Don José decidió inmediatamente correr en su auxilio: quería serle útil, ayudarle no solo físicamente en sus actividades, sino también moralmente con su presencia.

Se presentó al obispo y pidió ser exonerado por un tiempo de su cargo de secretario, lo necesario para trasladarse a Camerano. El obispo asintió y José dejo su despacho provisionalmente a un clérigo. Rápido se fue a Camerano al lado de su amigo.

Podemos imaginar la satisfacción del amigo al tener a su lado al ex–asistente y compañero de estudios, fiel amigo de aventuras. Don José se quedó en Camerano más de dos meses en los que aprovecho, más que todo, para alentarlo en la confianza en Dios.
Lo dejo para volver a su trabajo de secretario cuando al amigo le dieron un buen ayudante. Es otro ejemplo de la verdadera amistad que nos afrece el Marello.

8 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA REZAR MEJOR EL ROSARIO


8 consejos prácticos para rezar mejor el Rosario
El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad- (JPII, 29 oct 78)


Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: La-oracion.com 




El Papa Juan Pablo II dijo: "El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad." (JPII, 29 oct 78) Comenzó a rezarlo desde joven y nunca lo dejó. Él mismo nos cuenta que el Rosario le acompañó en momentos de alegría y de tribulación, y que en él encontró consuelo y le confió sus preocupaciones.

No tan sólo el testimonio de Juan Pablo II y de muchos otros Papas y Santos nos exhortan a rezar el Rosario todos los días, sino la misma Virgen María se ha ocupado en diversas ocasiones de pedirnos recurrir a esta forma de oración contemplativa, especialmente para pedir por la paz del mundo.

Desde mi adolescencia tengo el hábito de rezar el Rosario todos los días, pero debo confesar que a veces caigo en la rutina: no siempre lo rezo bien. A aquellos a quienes les pasa lo mismo que a mí, quisiera compartirles algunos elementos que me ayudan para tratar de rezarlo mejor cada día.


8 consejos para rezar mejor el Rosario

Entre los 8 consejos hay actos, actitudes y reflexiones. Los he ido extrayendo de documentos de la Iglesia, sobre todo del Papa Juan Pablo II, de conversaciones con personas que disfrutan mucho el rezo del Rosario y de mi propia experiencia.

1. Antes de iniciar el Rosario es provechoso guardar unos segundos de silencio para tomar conciencia de lo que vas a hacer y así rezarlo con devoción, no mecánicamente. Adoptar la actitud del hijo que se acerca con mucho cariño a su Madre del cielo y decirle algo así: Aquí me tienes de nuevo, María, quiero estar un rato contigo, mostrarte mi afecto, sentir tu cercanía; quiero que me ayudes a conocer mejor a Tu Hijo, que me enseñes a rezar como Él y a parecerme cada día más a Él.

2. Durante unos minutos o durante todo el rezo del Rosario puedes tener delante una imagen de la Santísima Virgen que te recuerde a la que está en el cielo. A partir de la imagen perceptible con los sentidos, trae a la memoria a tu Madre del cielo y ponte espiritualmente en Sus brazos.

3. Recuerda que el Rosario consiste en meditar y contemplar los principales episodios de la vida de Cristo para conocerlo, amarlo e imitarlo. Mientras rezas las diez Avemarías de cada misterio como si fueran una melodía de fondo que tranquiliza y serena, centras tu oración en Cristo, su vida, sus enseñanzas. Los misterios del Rosario son como un compendio del mensaje de Cristo. Cada misterio tiene sus gracias especiales, grandes temas en qué meditar, grandes enseñanzas. Meditar en los misterios de la vida de Cristo nos ayuda a crecer en nuestra configuración en Él. No es un simple ejercicio intelectual, sino un encuentro vivo con Cristo, pues por las virtudes teologales podemos entrar en contacto real con Cristo.

4. "Contemplar con María el rostro de Cristo" (RVM, 3). Ponte al lado de María junto con Ella recuerda a Cristo. Si rezas así el Rosario, verás que algo sucede en tu alma mientras lo rezas. Experimentas la presencia de María que te dice que Ella está allí, siempre a tu lado, te abraza, te enseña a contemplar a Jesús. Durante el Rosario, María trabaja de manera especial en tu alma, modelándola conforme a la imagen de Jesús. Ella es quien nos conduce de modo más seguro a Cristo y lo hace no sólo con su ejemplo sino con una acción espiritual, profundamente eficaz. Cuando María y el Espíritu Santo trabajan juntos, forman una mancuerna realmente poderosa.

5. Rezar el Rosario es rezar desde el corazón de María. "Aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y la profundidad de su amor". (RVM 1) María es modelo insuperable de contemplación. A partir de la experiencia de María, el Rosario es oración contemplativa; es entrar a la escuela de oración de la Virgen María. Nos enseña mostrándonos a Jesús y permitiéndonos ver cómo ella los vive interiormente.

6. Ten siempre presente que el Rosario es un arma poderosa. Rezándolo con esta certeza de fe, obtenemos abundantes gracias a través de las manos de María. La paz del mundo es una intención particularmente querida por María. Otra intención muy especial y que, como dice Juan Pablo II, requiere hoy "urgente atención y oración", es la familia.

7. Es una oración que ayuda a unificar e integrar toda la vida y a ponerla en manos de Jesús y María, pues a lo largo de los misterios del Rosario podemos ir poniendo en sus manos las personas que más llevamos en el corazón, la familia, los amigos, la Iglesia, la nación, la humanidad, la misión, el trabajo, las preocupaciones e intenciones personales.

8. El hábito de rezar el Rosario todos los días es un modo de asegurar un contacto diario con la Virgen María, de expresarle todo tu afecto, veneración y gratitud. Es bueno tratar de rezarlo cada día mejor, con más atención, disponiéndote con las actitudes correctas, meditando mejor, poniendo más amor.

PAPA FRANCISCO: EL CAMINO DEL SERVICIO ES EL QUE CONDUCE AL CIELO


Papa Francisco: El camino del servicio es el que conduce al Cielo
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media / ACI Prensa.




En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a 20.000 peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco aseguró que es el camino del servicio el “que conduce al Cielo”.

La reflexión del Santo Padre se enfocó en el Evangelio de este domingo, en que los hermanos Santiago y Juan le piden sentarse a la derecha e izquierda de su trono.

La respuesta de Jesús a Santiago y Juan, recordó el Papa, fue decirles que “‘ustedes no saben lo que piden’. Y mientras ellos hablaban de ‘trono de gloria’ en el cual sentarse junto a Cristo Rey, Él habla de un ‘cáliz’ para beber, de un ‘bautismo’ a ser recibido, es decir de su pasión y muerte”.

“Santiago y Juan, siempre apuntando al privilegio esperado, dicen de impulso: ‘¡sí podemos!’. Jesús preanuncia que su cáliz lo beberán y su bautismo lo recibirán, es decir, ellos también, como los otros apóstoles, participarán en su cruz, cuando llegue el momento. Sin embargo –concluye Jesús– ‘sentarme a mi derecha o a mi izquierda no es para mí concedérselo; es para aquellos para quienes fue preparado’. Como si dijera: ahora síganme y aprendan el camino del amor ‘con pérdida’, y el Padre celestial se hará cargo del premio”.

Luego, indicó Francisco, “Jesús se da cuenta de que los otros diez apóstoles están enojados con Santiago y Juan, demostrando así que tienen la misma mentalidad mundana. Y esto le ofrece la inspiración para una lección que se aplica a los cristianos de todos los tiempos”.

“Él dice: ‘ustedes saben que aquellos que son considerados los gobernantes de las naciones dominan sobre ellos y sus líderes los oprimen. Pero no es así entre vosotros; pero el que quiera ser grande entre ustedes será su servidor, y el que quiera ser el primero entre ustedes será esclavo de todos’”.

Para el Papa, el mensaje de Jesús es muy claro: “mientras los grandes de la Tierra construyen ‘tronos’ para el poder propio, Dios elige un trono incómodo, la cruz, de donde reinar dando la vida: ‘El Hijo del Hombre –dice Jesús– no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos’”.


Por eso, subrayó el Santo Padre, “el camino del servicio es el antídoto más eficaz contra la enfermedad de la búsqueda de los primeros lugares, que infecta muchos contextos humanos y no perdona tampoco a la Iglesia”.

“Por lo tanto, como discípulos de Cristo, acojamos este Evangelio como un llamado a la conversión, a dar testimonio con valentía y generosidad a una Iglesia que se inclina a los pies de los últimos, para servirles con amor y sencillez”.

“Que la Virgen María, que se adhirió plenamente y humildemente a la voluntad de Dios, nos ayude a seguir a Jesús con alegría en el camino del servicio, el camino que conduce al Cielo”, concluyó.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 21 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
21 Octubre




Jesús tiene que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios; pero ahora, en el mundo de hoy y para los hombres de hoy, lo debe hacer por tu intermedio.

El mundo de hoy habrá de salvarse por el Evangelio de Jesucristo, pero comunicado por ti, anunciado por ti, de suerte que ésa es tu vocación y  "para eso has venido": para actualizar a Jesucristo, para hacer presente a Jesucristo aquí y ahora y en estos hombres, que viven en el mismo mundo en que tú vives.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 21 OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Domingo 29º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Hoy, domingo, 21 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (53,10-11):

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. 

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32,4-5.18-19.20 y 22

R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (4,14-16):

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un no sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 21 de octubre de 2018
 Fernando Torres cmf


Ser cristiano es vivir al servicio de los demás

      Hay muchos que sólo se sienten bien cuando se sienten poderosos, cuando los demás les rodean llenos de admiración y envidia. Se creen muy seguros. Tienen poder y dinero. Y piensan que no les hace falta nada más en la vida. Algunos también creen que la Iglesia debería ser igualmente poderosa. Así, piensan, sería mas respetada y más personas creerían en Jesús y entrarían a formar parte de ella. 

      Me atrevería a decir que se equivocan totalmente. Es que leyendo el Evangelio de hoy nos damos cuenta de que ser cristiano no es una cuestión de poder. Más aún. Jesús renunció a todo poder para hacerse servidor de todos los hombres y mujeres. Hasta dar la vida por nuestra salvación. Hasta ese punto se hizo nuestro siervo, nuestro esclavo. Jesús se pone de modelo para sus apóstoles: el que quiera ser grande o ser el primero entre ellos, tiene que ser el servidor de todos. Sólo así los apóstoles se terminarán pareciendo al Hijo del Hombre, a Jesús, que no vino al mundo para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por todos. 

      La forma de pensar de Jesús es diferente de la forma de pensar del mundo. Entre nosotros hay personas con poder. Se les nota en la ropa, en las cosas que usan, en la casa. Miran a los demás de arriba abajo. Desprecian a los que no son como ellos. Y muchas veces se aprovechan de los demás. Jesús tenía más poder que nadie. Era el Hijo de Dios. Habría podido vivir como nadie nunca ha vivido en este mundo. Pero no lo hizo. En cambio nos vino a ofrecer el amor de Dios. Lo hizo de una forma práctica. No se contentó con decir hermosas palabras. Salió a los caminos, entró en los pueblos, se encontró con los enfermos, les dio palabras de aliento y esperanza, compartió sus dolores. Al final de su vida, lavó los pies a sus discípulos, para dejarles bien claro que su vocación era el servicio, pasar la vida dedicado al bienestar de los demás y no a que los demás le hiciesen sentir bien a él. 

      Eso es lo que hace diferente a Jesús. Jesús no se aprovechó de nadie sino que se acercó a los que sufrían y les dio todo lo que tenía. Jesús renunció al poder y a la autoridad para encontrarse de tú a tú con cada uno de nosotros y hablarnos del amor que Dios nos tiene. Por eso el que quiera ser más importante en el Reino, tiene que empezar por hacerse servidor de todos. No hay otro camino. Se lo dejó muy claro a los hijos del Zebedeo. Y hoy nos lo dice con claridad a nosotros: si queremos ser felices más vale que nos empecemos a preocupar por el bienestar y la felicidad de los que nos rodean, porque sólo con ellos seremos nosotros felices. Imitando a Jesús encontraremos la verdadera felicidad. 



Para la reflexión

      ¿Crees que Jesús escogió el mejor camino para salvarnos (hacerse servidor de todos)? ¿Te preocupas de verdad de hacer felices a los que te rodean, especialmente a tu familia y a tus amigos? ¿Crees que ésa es la mejor forma que tienes de dar testimonio de Jesús?

FELIZ DOMINGO






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