miércoles, 3 de diciembre de 2014

LAS MODAS


LAS MODAS


Jacinto tenía un viejo teléfono móvil. Como el celular le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera pasado de moda. Sin embargo, sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su "pisapapeles" del maletín. Llegó a sentirse tan avergonzado que hace poco lo cambió por un Iphone4.

La crisis en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen sobre ellas mismas; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, de lo material y jamás será así.

A nivel social, no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué".

Pocas cosas hay más estresantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar.
¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro viejo teléfono móvil? La risa es buena y si no les gusta el móvil, pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del teléfono móvil, a menos que éste lo acepte.

Desafortunadamente, hoy día uno se refiere a las personas por sus posesiones: "Es el chico del descapotable rojo" o "La señora que usa ropa de marca y tiene una casa enorme" o "Es el director que siempre va a la moda". Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.

Uno puede ser multimillonario, sin dejar de ser sencillo, generoso, adaptable a todo y disfrutar lo disfrutable. Jamás presumir y nunca hace alarde de nada .Teniendo muy en claro qué cosas son importantes en la vida. Las trampas de la presión social siempre están. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social o por carencias afectivas.

El vacío personal no lo llena ni los armarios repletos, ni los automóviles lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo.

La satisfacción de los consumidores insaciables consiste principalmente en presumir sus posesiones ante los demás.
¿Tiene usted un teléfono móvil del que sus "amigos" se ríen cuando lo usa? Ríase con ellos y úselo hasta que guste. ¿Le duelen las burlas? Entonces cambie de amigos, no de teléfono …
Y recuerde que lo único imprescindible en la vida 
es Dios… si lo tenemos a él tenemos todo… y como  dice Santa Teresa de Jesús… :

Nada te turbe, nada te espante,
todo se pasa, Dios no se muda, 
La paciencia …todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene…nada le falta:
sólo Dios basta. 
Eleva el pensamiento, al cielo sube,
por nada te acongojes, nada te turbe. 
A Jesucristo sigue con pecho grande,
y, venga lo que venga, nada te espante. 


¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana; nada tiene de estable,
todo se pasa. 
Aspira a lo celeste, que siempre dura;
fiel y rico en promesas, Dios no se muda. 
…No hay amor fino ..Sin la paciencia. 
Confianza y fe viva mantenga el alma,
que quien cree y espera…Todo lo alcanza. 
Que tengas un día Bendito 

martes, 2 de diciembre de 2014

SIN UNA FE VIVA, LAS IGLESIAS SE CONVIERTEN EN MUSEOS - DICE PAPA FRANCISCO


Sin una fe viva las iglesias se convierten en museos, dice Papa Francisco
Por Alvaro de Juana




VATICANO, 01 Dic. 14 / 11:43 am (ACI).- En la mañana de hoy y después del intenso viaje de tres días en Turquía, el Papa Francisco ha recibido a los obispos de la Conferencia Episcopal de Suiza que están en visita ad limina en Roma, a quienes dijo que “sin una fe viva en Cristo resucitado las hermosas iglesias y monasterios terminan convirtiéndose poco a poco en museos”.

En el discurso que les ha dirigido el Pontífice, les ha animado a mantener viva la tradición de la Iglesia y a tomar muy en cuenta el trabajo de los laicos.

En sus palabras, el Santo Padre señaló que “sin una fe viva en Cristo resucitado las hermosas iglesias y monasterios terminan convirtiéndose poco a poco en museos; todas las obras dignas de alabanza y las instituciones pierden su alma dejando solamente entornos vacíos y personas abandonadas”.

“La misión que se os ha confiado es pastorear el rebaño, caminando según las circunstancias, delante, en medio o detrás.... El pueblo de Dios no puede subsistir sin sus pastores, obispos y sacerdotes; el Señor ha dado a la Iglesia el don de la sucesión apostólica al servicio de la unidad de la fe y de su transmisión completa”.

El Santo Padre aludió también a la importancia de los seminaristas y de su formación, que es “un reto para el futuro de la Iglesia” y les pidió tener paciencia con los sacerdotes y les recordó que “un dialogo humilde, verdadero y fraterno -observa- a menudo permite un nuevo comienzo'”.

El Papa refirió asimismo que “la Iglesia procede de Pentecostés... Cuando los apóstoles salieron y empezaron a hablar en todas las lenguas, pudieron manifestar a todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo, su fe viva en Cristo resucitado. El Redentor nos invita siempre de nuevo a anunciar el Evangelio a todos”.

“Se debe anunciar la Buena Nueva y no plegarse a las fantasías de los hombres. No debemos cansarnos de responder al darnos cuenta de que nuestros interlocutores no buscan respuestas. Se debe anunciar, salir, hacer las preguntas con la visión apostólica que no pasa: ‘Es Jesús, Dios lo ha resucitado, todos nosotros, nosotros somos testigos de eso’”.

“Al asegurarles mi oración por todos ustedes, por sus sacerdotes y sus diocesanos, les deseo que cultiven con celo y paciencia el campo de Dios, contemplando la pasión de la verdad y los aliento a ir adelante todos juntos”, concluyó el Papa Francisco.

La visita Ad Limina Apostolorum (expresión latina que significa “los umbrales de las basílicas de los apóstoles”) la realizan las conferencias episcopales del mundo cada cinco años para dar cuenta al Santo Padre del estado de su diócesis.

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 2 DE DICIEMBRE DEL 2014


Revelación del Padre a los pequeños

Adviento


Lucas 10, 21-24. Adviento. Dios devela sus secretos y su misterio sólo a los sencillos de corazón. 



Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24

En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».

Oración introductoria
¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento que me concedes para dialogar contigo! ¡Gracias, porque me revelas los misterios de tu Reino! ¡Gracias por el don de la fe! Me siento dichoso al ser tu hijo adoptivo. Te amo, Señor.

Petición
Señor, ayúdame a ser sencillo, manso y humilde de corazón.

Meditación del Papa Francisco
Este momento de profunda alegría brota del amor profundo de Jesús en cuanto Hijo hacia su Padre, Señor del cielo y de la tierra, el cual ha ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las ha revelado a los pequeños. Dios ha escondido y ha revelado, y en esta oración de alabanza se destaca sobre todo el revelar. ¿Qué es lo que Dios ha revelado y ocultado? Los misterios de su Reino, el afirmarse del señorío divino en Jesús y la victoria sobre Satanás.
Dios ha escondido todo a aquellos que están demasiado llenos de sí mismos y pretenden saberlo ya todo. Están cegados por su propia presunción y no dejan espacio a Dios. Uno puede pensar fácilmente en algunos de los contemporáneos de Jesús, que Él mismo amonestó en varias ocasiones, pero se trata de un peligro que siempre ha existido, y que nos afecta también a nosotros. En cambio, los “pequeños” son los humildes, los sencillos, los pobres, los marginados, los sin voz, los que están cansados y oprimidos, a los que Jesús ha llamado “benditos”. Se puede pensar fácilmente en Maria, en José, en los pescadores de Galilea, y en los discípulos llamados a lo largo del camino, en el curso de su predicación.» (Papa Francisco, Mensaje del santo padre Francisco para la 88ª Jornada Mundial de las Misiones 2014)

Reflexión
La euforia reina en los comentarios, en los rostros de los discípulos tras su exitosa misión. Jesús los recibe y parece también Él contagiarse de la alegría con que lo celebran. No es solamente un triunfo humano. Es ante todo el reconocimiento del don de Dios que en aquellos hombres sencillos se ha prodigado abundantemente para transformarles en heraldos, en testigos y anunciadores de su mensaje. Y son ellos, gentes sin formación, los que llegan a conocer tal misterio, pues como dijo san Pablo: "Hablamos de una sabiduría de Dios misteriosa, escondida (...) desconocida de todos los príncipes de este mundo.(...) Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio (...) pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios" (1Cor 3, 18-9).

Da que pensar el hecho de que a lo largo de más de 4000 años de historia Sagrada, los personajes que Dios ha escogido para anunciar a los hombres sus mensajes, hayan sido, por lo general, gentes sencillas y sin instrucción. En muchos casos eran apocados o tímidos, también mujeres virtuosas aunque a simple vista débiles. La historia de los pastores como José, el hijo pequeño de Jacob, y el mismo David, el rey, parece repetirse cuando la Sma. Virgen María escoge a las personas más sencillas para revelar sus mensajes. La historia de san Juan Diego y la Virgen Guadalupana, las de los pastorcillos de Fátima, o la de Bernardette en Lourdes son sólo algunos casos. Y esto no es por pura coincidencia, sino testimonio de la coherencia de los planes de Dios. La sencillez conquista y "subyuga" a Dios. Él se enamora de las almas humildes y simples.

Él devela sus secretos y su misterio sólo a los sencillos de corazón. Como lo hizo en María y como lo ha hecho a lo largo de todos los siglos. También quisiera hacerlo en nuestra oración de hoy y de cada día, contando con nuestra colaboración.

Propósito
Buscar en este día, ser humilde y pedirlo en la oración como una gracia.

Diálogo con Cristo 
Señor, la auténtica vida de oración es aquella que me lleva a conocerte, amarte, seguirte e imitarte, ¡qué gran privilegio! ¡Qué inmensa alegría! No te pido una gran sapiencia, ayúdame a aceptar, con la sencillez de un niño, lo que quieres de mí. Sólo quiero crecer en mi amistad contigo y eso significa que necesito una confianza inquebrantable en tu infinito amor.

ANCIANOS PERO DICHOSOS


ANCIANOS PERO DICHOSOS


Dichoso el anciano que valora su ancianidad, porque en su atardecer sabrá dar gracias a Dios por el gran don de la vida.

Dichoso el anciano que es portador de paz y energía creadora, porque contribuirá hasta el último momento a la construcción del mundo.

Dichoso el anciano que se mantiene optimista, porque no tendrá la sensación de haber desperdiciado su vida.

Dichoso el anciano, que se acerca al sufrimiento de los demás, porque nunca carecerá de compañía.

Dichoso el anciano que no fomenta el egoísmo de vivir buscando sus seguridades, porque las encontrará cubiertas todas por añadidura.

Dichoso el anciano que viviendo su pobreza siembra alegría a su alrededor, porque conocerá el gozo de vivir.

Dichoso el anciano que acepta con mirada confiada y serena sus limitaciones, porque descubrirá la felicidad de la sencillez.

Dichosos y felices todos los ancianos que encontrándose solos y abandonados continúan amando porque se sentirán amados por Dios.


PLEGARIA PARA LA TERCERA EDAD

Bendice, Señor, a los que tienen comprensión de mis pasos vacilantes y mis manos temblorosas.

Bendice a los que saben que hoy mis oídos van a sufrir para entender a otros.

Bendice los que apartan los ojos, como si no vieran, cuando se me cae el café del desayuno.

Bendice a los que nunca me dicen: es la segunda vez que cuentas lo mismo.

Bendice a los que tienen el don de hacerme evocar los días felices de otros tiempos.

Bendice a los que hacen de mí un ser amado, respetado y no abandonado.

Bendice a los que adivinan que no sé ya cómo encontrar fuerzas para llevar mi cruz.

Bendice a los que endulzan con su amor los días que me quedan de vida, en este viaje hacia la casa del Padre.

CONSIGNAS DE ADVIENTO


Consignas para Adviento


*La esperanza del Adviento es saber a quién estamos esperando: A Jesús.

*El Señor no nos dice cuándo será su venida definitiva pero, en cambio, nos da pistas de cómo hemos de estar a su llegada: vigilantes.

*Esperar al Señor implica hacerlo con aquello que Él nos dijo: salir con amor al encuentro del amor.

*Estar alerta es descubrir que, de mil maneras, Dios pasa a nuestro lado: Dios invisible pero sensible.

*El Adviento es un compás con tres movimientos: vigilancia, oración, conversión y alegría.

*Ir al encuentro de Aquel que viene es poner luz en nuestro corazón para disipar las tinieblas que nos impiden verle.

*El problema del mundo es que desespera por todo. La grandeza del cristiano es que espera en medio de toda desesperanza.

*La oración, en Adviento, es un papel en el que el cristiano escribe su carta personal al Dios que viene en Belén.

*La Palabra de Jesús, además de fortalecernos, nos da seguridad en nuestra esperanza: habla.

*El mundo se empeña en cambiar las cosas pero, el Señor, va al fondo de las personas: al corazón.

*La rutina es enemiga del vigilante. ¿Quieres y deseas un futuro con Dios? Permanece en pie.

*La sociedad ¿espera en algo? Posiblemente no. Nosotros en cambio esperamos otro nuevo mundo.

*Las mejores autopistas necesitan constantemente arreglos. La llegada del Señor ¿cómo encuentra los caminos de nuestros corazones?

*¡Qué alegría sentimos cuando alguien nos devuelve algo que es nuestro! ¿Sentimos la misma alegría con el nacimiento de Jesús que nos trae y nos devuelve a Dios?

*Amar a María es llenarnos de lo que, en María, fue constitutivo: la Palabra de Dios. ¿La escuchamos y la veneramos? ¿La reflexionamos y la llevamos a nuestra vida?

*Preparar los caminos al Señor es salir a su encuentro; no detenernos en los escaparates que seducen nuestros instintos pero adormecen nuestras ansias de ir a los brazos de Dios.

*Celebremos la primera Navidad pero, además de eso, levantemos un poco más nuestras cabezas: la segunda venida del Señor está al caer. ¿Cuándo? Eso es lo de menos. Lo importante es….la esperanza.

*Sobran palabras y faltan testimonios. En Belén, con pocas palabras y con una presencia, Dios lo dijo todo. ¿Por qué será que a nosotros nos cuesta tanto el hacer y tan poco el hablar?


Javier Leoz

APRENDER DE NUESTROS FRACASOS


APRENDER DE NUESTROS FRACASOS



Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta para SER personas exitosas es... ¡aprender de "nuestros fracasos"!

Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son peldaños que conducen al verdadero éxito.

Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada, significa que hemos aprendido algo.

Fracaso no significa que hemos actuado como necios, significa que hemos tenido mucha fe.

Fracaso no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.

Fracaso no significa que somos inferiores, significa que no somos perfectos.

Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida, significa que tenemos buenas razones para comenzar de nuevo.

Fracaso no significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar con mayor ahínco.

Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas, significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.

Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Dios tiene una idea mejor para ti.

No te acuerdes sólo del Señor y de la Virgen María en situaciones de adversidad. Tenlos también presentes en todas las circunstancias de tu vida, las de éxito también.

Que el Señor te bendiga abundantemente.

DIOS PREFIERE CONTAR CONTIGO


Dios prefiere contar contigo


Dios está contigo
Sólo Dios puede dar la fe...pero tú puedes dar tu testimonio.

Sólo Dios puede dar la esperanza... pero tú puedes devolverla a tus hermanos.

Sólo Dios puede dar amor...pero tú puedes enseñar a amar.

Sólo Dios puede dar la paz...pero tu puedes sembrar la unión.

Sólo Dios puede dar la fuerza...pero tú puedes animar al desanimado.

Sólo Dios es el camino...pero tú puedes señalarlo a los otros.

Sólo Dios es la luz... pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos.

Sólo Dios es la vida...pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir.

Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible... pero tú puedes hacer lo posible.

Sólo Dios se basta a sí mismo... pero prefiere contar contigo.


ADVIENTO: CAMINO Y PÓRTICO



Adviento: camino y pórtico
El pasar de los siglos no apagó la esperanza. El Señor cumple su promesa al mandarnos al Mesías.
Por: P. Fernando Pascual L.C. | Fuente: Catholic.net



El Adviento es como un camino. Inicia en un momento del año, avanza por etapas progresivas, se dirige a una meta.

Llega la invitación a ponernos en marcha. ¿Quién invita? ¿Desde dónde iniciamos a caminar? ¿Hacia qué meta hemos de dirigir nuestros pasos?

La invitación llega desde muy lejos. La historia humana comenzó a partir de un acto de amor divino: “Hagamos al hombre”. El amor daba inicio a la vida.

Ese acto magnífico se vio turbado por la respuesta del hombre, por un pecado que significó una tragedia cósmica. Dios, a pesar de todo, no interrumpió su Amor apasionado y fiel. Prometió que vendría el Mesías.

La humanidad entera fue invitada a la espera. El Pueblo escogido, el Israel de Dios, recibió nuevos avisos, oteó que el Mesías llegaría en algún momento de la historia. El pasar de los siglos no apagó la esperanza. El Señor iba a cumplir, pronto, su promesa.

Esa invitación llega ahora a mi vida. También yo espero salir de mi pecado. También yo necesito sentir el Amor divino que me acompaña en la hora de la prueba. También yo escucho una voz profunda que me pide dejar el egoísmo para dedicarme a servir a mis hermanos.

¿Desde dónde comienzo este camino? Quizá desde la tibieza de un cristianismo apagado y pobre. Quizá desde odios profundos hacia quien me hizo daño. Quizá desde pasiones innobles que me llevan a caer continuamente en el pecado. Quizá desde la tristeza por ver tan poco amor y tantas promesas fracasadas.

La voz vuelve a llamar. En el desierto del mundo, en la soledad de la multitud urbana, en la calma de la noche invadida por los ruidos, en las risas de una fiesta sin sentido... La voz pide, suplica, espera que dé un primer paso, que abra el Evangelio, que escuche la voz de Juan el Bautista, que abandone injusticias y perezas, que mira hacia delante.

El Salvador llega. Juan lo anuncia. La voz que suena en el desierto llega hasta nosotros: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15-16).

lunes, 1 de diciembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 1 DE DICIEMBRE DEL 2014



El siervo del centurión
Adviento


Mateo 8, 5-11. Adviento. La fe procede de la confianza y la humildad... ¿Qué no podrá lograr el poder de Dios? 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-11
Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos.

Oración introductoria
Señor, yo tampoco soy digno de que entres en mi casa, por eso te suplico que esta oración me disponga para tu venida. Quiero que encuentres en mí un alma vacía de apegos y de preocupaciones superficiales, que esté abierta a acogerte y a vivir conforme a tu voluntad.

Petición
¡Ven Señor y renueva mi corazón!

Meditación del Papa Francisco
La Navidad no es sólo un acontecimiento temporal o un recuerdo de una cosa bonita. La Navidad es algo más: vamos por este camino para encontrarnos con el Señor. ¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe.
El Señor, en la palabra que hemos escuchado, se maravilló de este centurión: se maravilló de la fe que él tenía. Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no sólo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe!
Pero más allá de ser nosotros los que encontremos al Señor, es importante dejarnos encontrar por Él. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 2 de diciembre de 2013)
Reflexión
Jesús fue enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Ni la mujer cananea, ni el soldado romano eran parte del pueblo judío. Sin embargo, la voluntad de Jesús "sucumbió" tanto en uno como en otro caso ante la insistencia de la fe de estos paganos. ¡Qué extraño y maravilloso poder tiene la fe cuando es capaz de hacer cambiar hasta los planes de Dios! Y cuando además, la fe procede de la confianza y la humildad... ¿Qué no podrá lograr del omnipotente poder de Dios?

Jesús aprovecha la circunstancia del encuentro con el centurión para advertir a los judíos su falta de fe. La carencia de ella en éstos, en contraste con la fe de aquellos que no pertenecían al pueblo de la Alianza, se hacía aún más evidente. A nosotros, cristianos, nos puede suceder algo parecido cuando no valoramos la riqueza espiritual y los medios de salvación que conservamos en la Iglesia. Cuando sentimos que la rutina amenaza nuestra vida cristiana, o cuando permitimos que las angustias y los problemas de la vida vayan corroyendo la paz de nuestra alma.

Si la vivencia de los sacramentos no es asidua, si no nos mueve a crecer, a pedir perdón y a levantarnos; si ya no tenemos tan claro en nuestra mente y corazón que hemos sido llamados personalmente por el Señor a la plena felicidad; entonces, es quizás el momento de escuchar de nuevo las palabras que Cristo nos dirige.

Propósito
Es hora de renovar nuestra conciencia y nuestra respuesta a Cristo. Nada de lo que digamos o hagamos es indiferente ante Él. La fe es capaz de mover montañas... Si fuera auténtica sería capaz de mover hasta al mismo Dios... ¿A qué estamos esperando?

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por este tiempo privilegiado para prepararnos a celebrar el acontecimiento que marcó la Historia… y mi historia. Dios mismo se encarna en su Hijo Jesús para curar nuestra herida original: esa desobediencia, esa soberbia que aparta del amor. Que este Adviento sea mi oportunidad para llevar a Cristo a los que tengo más cerca.

LA NARANJA Y EL ATEO


LA NARANJA Y EL ATEO


Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios. Después de haber finalizado su discurso, desafió a cualquiera que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma. 

Un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que había encontrado recientemente liberación y esperanza en Cristo Jesús aceptó la invitación y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente. 

El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; el hombre, continuó imperturbable pelando la naranja en silencio, al termino de lo cual, se la comió. 

Se volvió al conferencista y le preguntó : "¿Estaba dulce o amarga?"

"No me pregunte tonterías", respondió el orador con señales evidentes de enojo; "¿Cómo puedo saber el gusto si no la he probado?" 

Y aquel hombre regenerado por el amor de Dios respondió entonces: 

"¿Y cómo puede usted saber algo de Cristo, si nunca lo ha probado?" 

EL PECADOR


EL PECADOR


Un hombre fue a confesarse con un sacerdote y le pidió que fuera su intercesor ante Dios, para ver si así dejaba sus pecados y su mala vida. El sacerdote así se lo prometió y así lo hizo; mas como al cabo de algún tiempo no paraba de quejarse de que seguía pecando y no le eran de provecho alguno aquellas oraciones, el sacerdote le dijo: 

- Ven y ayúdame a levantar aquel costal de trigo que se le ha caído a esa mula. 

Cogió el hombre por un lado y el sacerdote por otro, y cuanto más tiraba el pecador para arriba, más tiraba el sacerdote para abajo: 

- ¿Cómo lo vamos a levantar de esta manera? preguntó el hombre. 

- Pues igual haces tú -respondió el sacerdote- cuando pido a Dios que te libre de tus pecados, tú sigues tirando hacia abajo. 

Moraleja: Nuestra voluntad de querer cambiar es determinante en el proceso de santificación. La voluntad se ve fortalecida con la oración y los sacramentos. Estas constituyen nuestros mejores escudos para protegernos más eficientemente en el ambiente en que vivimos. ¡Vívelos para poder tener vida verdadera! 

ORACIÓN A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

ORACIÓN A LA INMACULADA
CONCEPCIÓN

Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.

A Vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.

San Vicente Pallotti

ADVIENTO: TIEMPO EN EL QUE SE DESPIERTAN LOS CORAZONES.. VELAD!


Adviento: tiempo en el que se despiertan los corazones ¡Velad!
Es una llamada a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un 
Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net




Palabras de SS Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus en el primer domingo de Adviento, 27 noviembre 2011 

¡Queridos hermanos y hermanas!

Iniciamos en toda la Iglesia el nuevo Año litúrgico: un nuevo camino de fe, a vivir juntos en las comunidades cristianas, pero también, como siempre, a recorrer dentro de la historia del mundo, para abrirla al misterio de Dios, a la salvación que viene de su amor. El Año litúrgico empieza con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en los corazones la espera de la vuelta de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal.

"¡Velad!". Este es el llamamiento de Jesús en el Evangelio. Lo dirige no sólo a sus discípulos, sino a todos: “¡Velad!” (Mt 13,37). Es una llamada saludable a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un “más allá”, como una plantita que germina de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotada de libertad y responsabilidad,por lo que cada uno de nosotros será llamado a rendir cuentas de cómo ha vivido, de cómo ha usado las propias capacidades: si las ha conservado para sí o las ha hecho fructificar también para el bien de los hermanos.

También Isaías, el profeta del Adviento, nos hace reflexionar con una sentida oración, dirigida a Dios en nombre del pueblo. Reconoce las faltas de su gente, y en un cierto momento dice: "Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo para adherirse a tí; porque tu nos escondías tu rostro y nos entregabas a nuestras maldades" (Is 64,6).

¿Cómo no quedar impresionados por esta descripción? Parece reflejar ciertos panoramas del mundo postmoderno: las ciudades donde la vida se hace anónima y horizontal, donde Dios parece ausente y el hombre el único amo, como si fuera él el artífice y el director de todo: construcciones, trabajo, economía, transportes, ciencias, técnica, todo parece depender sólo del hombre. Y a veces, en este mundo que parece casi perfecto, suceden cosas chocantes, o en la naturaleza, o en la sociedad, por las que pensamos que Dios pareciera haberse retirado, que nos hubiera, por así decir, abandonado a nosotros mismos.

En realidad, el verdadero "dueño" del mundo no es el hombre, sino Dios.

El Evangelio dice: "Así que velad, porque no sabéis cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer o a media noche, al canto del gallo o al amanecer. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos" (Mc 13,35-36). El Tiempo de Adviento viene cada año a recordarnos esto para que nuestra vida reencuentre su justa orientación hacia el rostro de Dios. El rostro no de un "amo", sino de un Padre y de un Amigo.

Con la Virgen María, que nos guía en el camino del Adviento, hagamos nuestras las palabras del profeta: "Señor, tu eres nuestro padre; nosotros somos de arcilla y tu el que nos plasma, todos nosotros somos obra de tus manos" (Is 64,7).

domingo, 30 de noviembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE DEL 2014



Y tú ¿Abrirás tu casa al rey?
Y tú ¿Abrirás tu casa al rey?


Marcos 13, 33-37. Adviento.¡Ojalá que le abramos la puerta y le dejemos entrar a nuestra casa esta Navidad! 



Por: P . Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a que hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que legue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta"

Oración introductoria
Señor, gracias por este tiempo del Adviento que me ayuda a prepararme espiritual y apostólicamente al gran acontecimiento de la Navidad. Permite que esta meditación me descubra los medios de perseverancia en lo que tengo que poner más atención.

Petición
¡Ven, Señor, no tardes! ¡Ven que te esperamos! ¡Ven pronto Señor!

Meditación del Papa Francisco
El Señor Jesús se ha donado y sigue donándose a nosotros, para llenarnos de toda la misericordia y la gracia del Padre. Somos nosotros, por tanto, los que podemos convertirnos en cierto sentido en jueces de nosotros mismos, auto condenándonos a la exclusión de la comunión con Dios y con los hermanos, con la profunda soledad y tristeza que esto produce. No nos cansemos, por tanto, de vigilar nuestros pensamientos y nuestras actitudes, para pregustar desde ahora el calor y el esplendor del rostro de Dios.
Será bellísimo ese Dios que en la vida eterna contemplaremos en toda su plenitud. ¡Adelante! Pensando en ese juicio que comienza ahora, que ya ha empezado. ¡Adelante! Haciendo que nuestro corazón esté abierto a Jesús y a su salvación, y ¡Adelante! Sin tener miedo, porque el amor de Jesús es más grande, y si nosotros pedimos perdón por nuestros pecados él nos perdona. Jesús es así. ¡Adelante con esta certeza, que nos llevará a la gloria del cielo!  (S.S. Francisco, 11 de diciembre de 2013).
Reflexión
El domingo pasado celebramos con regocijo la solemnidad de Cristo Rey, y con esta fiesta hemos cerrado el ciclo ordinario del año litúrgico. Hoy iniciamos el Adviento. Adviento –en latín, adventus significa llegada – es el tiempo que va desde el día de Cristo Rey hasta la Navidad, y que nos prepara espiritualmente para celebrar con gozo y con óptimas disposiciones interiores el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en la tierra, momento maravilloso de nuestra salvación.

En estas semanas previas a la Navidad, la Iglesia entera aguarda con júbilo la nuevallegada del Mesías, del Hijo de Dios, de nuestro Redentor, de nuestro hermano Jesús, hecho Hombre como nosotros y nacido para redimirnos. La virtud propia y más característica de este período es la esperanza.

Y, mientras esperamos su venida gloriosa, el Señor nos recuerda que hemos de estar siempre en vela, "porque no sabemos a qué hora llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o al amanecer", nos dice en el Evangelio.

Hace tres semanas, Jesús nos contaba la parábola de las diez vírgenes, invitándonos a la vigilancia. Y hoy nos vuelve a recordar la necesidad de velar para que, cuando llegue, nos encuentre despiertos y preparados para recibirlo con un nuestro corazón puro, noble y generoso. Un poeta alemán del siglo XVIII decía: "Aunque Cristo naciera mil veces en Belén, si no nace en tu corazón, seguirías siendo un desgraciado".

Se cuenta que un famoso artista pintó un bello cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas y una gran concurrencia de espectadores. Llegado el momento, se tiró el paño que cubría el cuadro. Un estallido de aplausos hizo retumbar el salón. Una impresionante figura de Jesús tocaba suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, pretendía oír si adentro de la casa alguien le respondía. Se pronunciaron discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Sin embargo, un observador muy curioso y perspicaz, encontró un fallo en el cuadro y se lo hizo notar a su autor: la puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista, no sin cierta picardía: "Oiga, su puerta no tiene cerradura. ¿Cómo se hace para abrirla?"
- "Así es- respondió el pintor. Usted ha observado bien. Esa casa no tiene puerta porque representa el corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro".

Si nosotros queremos que Cristo venga a nuestra alma y nazca en nosotros esta Navidad, tenemos que abrirle nuestra casa desde adentro. Él no obliga a nadie, ni fuerza contra su voluntad a que le abran. Cada uno lo hace libremente. Él nos respeta siempre porque nos ama, incluso aunque en nuestra indiferencia o negación nos hacemos daño a nosotros mismos. Es el misterio del amor de Dios y de la libertad humana. Si queremos que Dios nazca en nosotros, hemos de preparar nuestro nacimiento, nuestro "belén" interior. Y esto exige estar en vela para que el pecado y los vicios del mundo no hagan presa de nuestra vida.

Propósito
¡Ojalá que le abramos la puerta y le dejemos entrar a nuestra casa esta Navidad! Tenemos cuatro semanas de Adviento para preparar nuestra alma.
Comentarios al autor P . Sergio Córdova LC

UNA PENITENCIA CURIOSA


UNA PENITENCIA CURIOSA



San Felipe Neri era un santo con gran sentido común. Trataba a sus penitentes de una manera muy práctica. 
Una señora tenía la costumbre de confesarse con él muy habitualmente y casi siempre tenía el mismo pecado del que arrepentirse: el de calumniar a sus vecinos. Por ello, San Felipe, le dijo: 

– <<De penitencia, vas a ir al mercado, compras una gallina y me la traes. Pero de camino, la vas desplumando y dejando las plumas en las calle conforme caminas>>. 

La señora pensó que ésta era una penitencia rara, pero deseando recibir la absolución, hizo conforme se le había indicado y por fin regresó donde san Felipe. 

– <<Bueno, Padre, he completado mi penitencia>>. Y le mostró la gallina desplumada. 

– <<Oh, de ningún modo la has completado – le dijo el santo. Ahora regresarás al mercado y en el camino, recoges todas las plumas y las pones en una bolsa. Entonces regresas aquí con la bolsa>>. 

– <<¡Pero eso es imposible! – lloró la señora –, ¡esas plumas deben de estar ahora por toda la ciudad por el efecto del viento!>>. 

– <<Es cierto – replicó el santo –, pero tienes aún menor oportunidad de recoger todos los calumnias que has esparcido sobre tus vecinos>>.

Los falsos rumores que decimos de los demás, las mentiras que esparcimos, no sabemos dónde van a parar, ni qué mal pueden hacer. Cuesta mucho después querer arreglar lo que hemos estropeado. Es imposible rectificar lo que hemos dicho. Y hablar mal de los otros es una de las cosas que más daño pueden hacer en tu ambiente. 

IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA EN ADVIENTO




















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