martes, 10 de febrero de 2015

NUESTRO DIOS, UN MENDIGO DE AMOR


Nuestro Dios, un mendigo de amor
Dios golpea las puertas de nuestro corazón y mendiga un poco de amor, una mirada, un pensamiento.
Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org




Jesús se manifestó a muchas almas a través de los siglos, a partir de aquel día en que Sus amigos, discípulos, apóstoles y Su propia Madre presenciaron Su Ascensión al Reino. De este modo, El se presentó hace ya tiempo a Santa Margarita María de Alacoque, para que a través de ella recibamos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Y se apareció a Santa Gertrudis para enseñarnos, entre muchas otras cosas, el misterio de las almas del Purgatorio y la necesidad de orar por ellas. Y también se manifestó a Santa Faustina Kowalska, para regalarnos esa maravilla que es la devoción al Jesús Misericordioso, al Jesús de la Misericordia. Esa hermosa imagen que ha llenado en pocos años las iglesias, los hogares y los corazones de tantos enamorados de Jesús.

Pero dentro de la historia de Sor Faustina, en aquella lejana y fría Polonia, me conmovió el relato sobre la aparición que sin dudas volcó el alma de aquella sencilla joven mujer hacia el Amor de los amores. Faustina asistía a un baile en Varsovia cuando sorprendida ve a Jesús parado frente a ella, vestido de mendigo, de pordiosero, todo de harapos. Su mirada era una llamada al corazón de la joven Faustina, eran los Ojos de un mendigo, un mendigo de amor. Faustina quedó conmovida por esa imagen que no olvidó por el resto de su vida, ya que la colocó como la receptora de un extremo y casi lastimoso pedido de amor realizado por el mismo Dios.

¡Un Mendigo de amor! Nuestro Dios, El que es Dueño y Creador de todo el universo, frente al que nuestra pequeña alma se torna minúscula e insignificante, se hace un pobre pordiosero para golpear las puertas de nuestro corazón y mendigarnos un poco de amor, una mirada, un pensamiento. ¿Tu crees que El no mendiga tu amor en este momento? A veces me imagino a Dios allí arriba mirando al mundo, a cada uno de nosotros, vivir nuestra vida al margen de El, sin siquiera considerarlo. Y sospecho que mira a cada alma, y espera, pacientemente, una mirada hacia El. Sus Ojos se llenan de lágrimas al ver que pasan los minutos, los días, los años, y Su llamado de amor sigue sin ser respondido.

Creo que nuestro Dios mendigo, enamorado perdidamente de nosotros, hace muchas cosas para atraer nuestra atención desde allí arriba. Se puede decir que literalmente lo intenta todo. Nos da alegrías y nos colma de bienes físicos y espirituales, para que lo reconozcamos y lo amemos. O nos llama con el dolor para ver si en ese punto de necesidad nos acordamos de El y pedimos Su intervención. O simplemente espera, y espera, mientras nuestra vida se derrocha en pequeñas miserias que no agregan nada a nuestra salud espiritual, sino todo lo contrario.

Mis amigos, ¿no se sienten incómodos de que tengamos tanta ceguera, que hemos forzado a nuestro Dios Amante a transformarse en un Mendigo de nuestro avaro amor? ¿Qué clase de hijos somos, de un Padre tan inmensamente tierno e insistente en volver a perdonarnos? ¿Qué clase de hermanos somos, de nuestro Jesús Adorable y Misericordioso? ¿Qué clase de agradecimiento tenemos por el Espíritu Divino, que no nos deja solos jamás, mientras le cerramos nuestro corazón una y otra vez? ¿Y que clase de hijos hacen llorar a su Madre con lágrimas de dolor, ante el abandono y la falta de obediencia a sus suaves mandatos?

Jesús, que me miras con lágrimas de dolor, que te abajas a lo más profundo de Tu Humanidad para acercarte a mi, para que reaccione ante Tu llamado. Con Tu rostro triste me invitas a darte una mirada, un pensamiento, una oración, una muestra de mi amor. Deseas que levante mis ojos en medio de este mar de rostros sin rostro, para que la Luz de Tu mirada me ilumine y cubra. Quiero darte mi amor para que sea como una gota de agua que apague, por un instante, esa sed infinita de amor que arde como una universal hoguera, allí en lo profundo de Tu Sagrado Corazón.

Yo quiero, simplemente, ser Tu amigo.

SANTA ESCOLÁSTICA, VIRGEN, 10 DE FEBRERO


Escolástica, Santa
Escolástica, Santa

Virgen, Febrero 10 


Fuente: Archidiócesis de Madrid



Virgen

Martirologio Romano: Memoria de la sepultura de santa Escolástica, virgen, hermana de san Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios (c. 547).

La única fuente histórica sobre la vida de Santa Escolástica, hermana de San Benito, son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los Diálogos de San Gregorio Magno. Las noticias, legendarias que se añadieron, enriquecen poco la imagen sencilla e intensa de la santa. Pero a San Gregorio no le interesaba presentarnos una noticia biográfica completa de Santa Escolástica, sino completar el perfil interior del padre del monacato occidental.

Parece que el año del nacimiento de los dos santos coincide: el 480. Por tanto, Benito y Escolástica probablemente fueron gemelos, y si no lo fueron anagráficamente, sí lo fueron espiritualmente, pues sus vidas fueron paralelas hasta la muerte, en el 547, a 40 días de distancia.

Escolástica nació en Nursia y desde muy joven se consagró a Dios; después siguió a su hermano San Benito a Subiaco y a Montecassino. En Piumarola, a los pies del monte, estableció su monasterio, como si humildemente hubiera querido detenerse en las faldas de la montaña, en cuya cumbre el hermano había fijado su habitación. Pero, a pesar de estar tan cerca en el lugar y en el afecto, Benito bajaba a visitar a la hermana sólo una vez al año. Es comprensible que Santa Escolástica quisiera detenerse un poco más con su hermano, pero San Benito era muy riguroso en el cumplimiento de la regla que él mismo se había impuesto.

En el último coloquio, que tuvo lugar tal vez el primer jueves de cuaresma del 547, Dios demostró que le agradaba más el gesto de afectuosa caridad que el cumplimiento riguroso de la regla. En efecto, Escolástica le pidió al hermano que permaneciese con ella, como refiere San Gregorio, “para que toda la noche hasta el día siguiente pudieran hablar de la alegría de la vida celestial”. Ante el severo reproche de Benito, Escolástica juntó las manos y permaneció en oración. “Pudo más ante Dios porque amó más”, comenta San Gregorio Magno.

Y efectivamente, pocos instantes después pareció que se abrían las cataratas del cielo: el aguacero y los truenos obligaron a San Benito a desistir de regresar al monasterio, pero le echó la culpa a la hermana que cándidamente replicó: “Pues bien, yo te lo pedí y no me quisiste escuchar; pedí al Señor y Él si me escuchó; vete si puedes, y regresa al monasterio”.

En el lugar del prodigio se construyó la llamada “iglesia del coloquio” y en recuerdo de ese episodio se invoca a Santa Escolástica contra los rayos y para obtener la lluvia. A los tres días de ese maravilloso coloquio, San Benito, durante la oración, vio que el alma de Escolástica volaba al cielo en forma de paloma, y a los 40 días él la siguió para vivir eternamente “la alegría celestial”.

ORACIÓN A SANTA ESCOLÁSTICA, 10 DE FEBRERO


ORACIÓN A SANTA ESCOLÁSTICA


Oh Dios, que nos mostraste hacia donde la inocencia conduce, Tú hiciste que el alma de la virgen Santa Escolástica se elevara al cielo como una paloma en vuelo. 

Obtenedme a través de ella por sus méritos y sus oraciones que podamos así vivir en la inocencia para lograr las alegrías eternas. Te lo pedimos a través de Nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO


lunes, 9 de febrero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 9 DE FEBRERO DEL 2015


Todos reconocen a Jesús

Tiempo Ordinario


Marcos 6, 53-56. Tiempo Ordinario. Jesús no se cansa, cada día atiende a nuestras necesidades. 



Por: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron enseguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.

Oración introductoria 
Señor, creo en tu capacidad de curar física y espiritualmente. Me acerco a Ti en esta oración enfermo y débil espiritualmente, confío en tu deseo de sanarme y fortalecerme. Te ofrezco humildemente mi vida, herida por el cáncer del amor propio, el orgullo y la autosuficiencia y me abandono en tu misericordia. Pido a la santísima Virgen de Lourdes que interceda por mí.

Petición
Señor, sana mi alma y mi corazón. Ayúdame a hacer lo que necesito hacer, para mantenerme siempre en gracia.

Meditación del Papa Francisco
La palabra que nos ayudará a entrar en el misterio de Cristo es cercanía. Un hombre pecó y un hombre nos salvó. ¡Es el Dios que está cerca! Cerca de nosotros, de nuestra historia. Desde el primer momento, cuando eligió a nuestro padre Abraham, caminó con su pueblo. Y esto también se ve con Jesús que hace un trabajo de artesano, de trabajador.
A mí, la imagen que me viene es aquella de la enfermera en un hospital: cura las heridas, una por una, pero con sus manos. Dios se involucra, se mete en nuestras miserias, se acerca a nuestras heridas y las cura con sus manos, y para tener manos se hizo hombre. Es un trabajo de Jesús, personal. Un hombre trajo el pecado, un hombre viene a sanarlo. Cercanía. Dios no nos salva solo por un decreto o una ley; nos salva con ternura, con caricias, nos salva con su vida, por nosotros. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 22 de octubre de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
Los genios son genios no por lo que producen, sino por lo que proyectan, por lo que reparten. Un genio no es un hombre que tiene el alma muy grande, sino un hombre de cuya alma podemos alimentarnos. En los santos la cosa es aún más clara: son santos porque no se reservaron nada para sí, sino que se entregaron a todos cuantos les rodeaban.

Jesús, que acababa de multiplicar los panes compadeciéndose de la multitud, les da después, a los discípulos, un susto tremendo. Por así decirlo, se trata de una de esas «bromas del Altísimo». Una vez que se les pasó el miedo de haber visto a Jesús caminando sobre las aguas, tocan tierra de nuevo. ¡Qué personalidad la de Cristo! En cuanto bajó de la barca, le reconocieron y corrieron a Él. ¡Es la fuerza de los santos, la fuerza de Dios! Cada tarde, al volver del trabajo, anhelamos encontrar a nuestros seres queridos y disfrutar de la paz del hogar. El esfuerzo cotidiano exige un buen descanso. Jesús no se detuvo a contemplar su cansancio, su fatiga ni siquiera, si estaba o no dentro de su horario de trabajo o si se le pagaría una prima extra. Esta es la verdadera generosidad. Esto es no reservarse nada para sí, sino entregarse a los demás.

Le traían enfermos. Deseaban, al menos tocar la orla de sus vestidos para ser curados. A nosotros, Dios no nos pide directamente que curemos enfermos o hagamos todo tipo de milagros. Quizá no esté a nuestro alcance. Pero sí podemos dar una palabra de aliento al compañero de trabajo. Una sonrisa a quienes suben con nosotros en el ascensor. Una atención y un recuerdo en la oración para quien nos pide ayuda por la calle. La alegría y el detalle con nuestra esposa o esposo y nuestros hijos, a pesar de la tensión acumulada en el trabajo. Cosas sencillas pero que, a los ojos de Dios, tienen un valor inmenso. Los genios, los grandes santos, lo han sido a base de estos pequeños pero valiosos actos de amor y generosidad. Y tú, ¿qué esperas para ser feliz?

Propósito
Ofrecer a la Virgen de Lourdes un rosario por todas las personas enfermas, física o espiritualmente, para que encuentren consuelo en Cristo.

Diálogo con Cristo 
Jesús, qué ciego he sido al temer más a la enfermedad o a los problemas cotidianos de la vida que al pecado. He abusado de tu eterna misericordia al no esforzarme por dominar mi debilidad, por eso suplico a la Virgen de Lourdes que me guíe para saber resistir la tentación.

EL SENDERO DE LA AMISTAD


EL SENDERO DE LA AMISTAD



La amistad es un sendero del que puedes disfrutar paseos largos y bellos llenos de felicidad. Es un camino tan lindo y adornado sin igual con las flores más bonitas que puedes imaginar.
La amistad es un sendero al que debes implantar el cariño, la alegría sinceridad y bondad.

Y por cosas de la vida aunque sea bueno y demás, tiene sus piedras pequeñas que te hacen tropezar.

La amistad es un sendero por el que hay que caminar con el corazón abierto y sabiendo perdonar.

Siembra tu mejor semilla y así podrás cultivar de las flores, las más bellas y crecerán muchas más. 

La amistad es un sendero que al andarle sin cesar con los años se convierte en una eterna... hermandad.

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oración de la consagración de las familias de todo el mundo al Sagrado Corazón de Jesús
 (realizada el 3 de Junio de 2007 en Barcelona España)
 por el Cardenal De Giorgi



Señor Jesucristo, Redentor del mundo,
Amigo de los sencillos y de los pecadores, 
que en la Cruz te has dejado traspasar
tu Corazón Sagrado 
para salvarnos del pecado
y darnos la abundancia de la gracia divina.
Mira compasivo nuestra debilidad, y ten piedad.
Libéranos del pecado y del mal, 
y condúcenos a la auténtica paz,
que se encuentra por la conversión 
y la acogida de tu Palabra.
Tú que nos invitas a seguirte
y a amarte como discípulos, 
porque así encontraremos el descanso 
y la felicidad que tanto deseamos,
no nos dejes nunca de tu mano poderosa,
y sostennos bondadoso en todos nuestros caminos.

Hoy consagramos humildemente a tu Corazón
nuestras vidas y nuestras familias,
y encomendamos a tu misericordia todas las familias del mundo.
porque queremos vivir siempre con la confianza puesta sólo en Ti, 
que eres el Amor infinito,
y porque te queremos servir de todo corazón a Ti y a nuestros hermanos por amor a Ti.
Haz, Señor, que todos podamos encontrar en Ti
el Amigo verdadero y el Maestro bondadoso y humilde,
y que en tu Corazón Sagrado aprendamos el amor generoso y sacrificado hacia todos.
Amén.

PISTAS PARA ESCOGER PÁGINAS EN INTERNET


Pistas para escoger páginas en Internet
Aprovechar mejor nuestra navegación en la red para que el tiempo que empleemos en ella sea de provecho


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net




Nos ocurre con cierta frecuencia: después de ir por aquí y por allá, tenemos que reconocer que perdimos mucho tiempo en Internet. No sólo porque el reloj no perdona y dejamos de hacer cosas importantes por seguir ante la pantalla, sino porque a veces vimos y leímos páginas que realmente no merecían ni un minuto.

Por eso necesitamos buscar pistas para aprovechar mejor nuestra navegación en la red, para que el tiempo que empleemos en ella sea, de verdad, de provecho (y sin excesos).

Los consejos pueden ser muchos. Aquí van algunos, por si sirven como ayuda a la hora de determinar qué vamos a leer.

1. Evitaré páginas llenas de chismes, escándalos e intrigas, sobre personas o sobre instituciones. Preferiré páginas serias, basadas en datos y con fuentes de valor.

2. Huiré de articulistas que engañan con sus titulares. Daré mi tiempo a aquellos escritores que titulan sus trabajos desde la honestidad, un sano ingenio y con palabras que reflejen bien el tema abordado.

3. Dejaré a un lado a quienes faltan a normas básicas de respeto, que se burlan de los apellidos, que insultan a las personas, que desprecian a los que piensan de otra manera. Escogeré aquellos escritores que saben distinguir entre las personas y sus actuaciones, que muestran educación y respeto también hacia quienes defienden ideas diferentes de las propias.

4. No seguiré páginas que me llevan a perder el tiempo sin dejar nada bueno en mi alma. Buscaré aquellos sitios que enseñan a pensar, a perdonar, a amar.

5. Renunciaré a escritos que envuelven con palabras vacías y valoraciones confusas importantes hechos de nuestro mundo. Daré espacio a quienes saben distinguir con equilibrio entre los hechos y sus interpretaciones.

6. No perderé el tiempo con periodistas que no controlan datos informativos y que saltan apresurados a comentar lo que todavía no está del todo claro. Preferiré aquellos periodistas y bloggers que antes de opinar controlan los datos recibidos y pisan sobre terreno seguro.

7. No seguiré a quienes sólo destacan lo malo y olvidan lo bueno. Acogeré a quienes saben apreciar lo positivo y sano presente en cada corazón humano.

8. Huiré de quienes siembran dudas gratuitas e insinúan malas intenciones en personas inocentes (mientras no se demuestre lo contrario). Aplaudiré y difundiré a quienes respetan el derecho a la buena fama de los demás.

9. Dejaré a un lado frivolidades sobre artistas y famosos. Hincaré el diente en tantos textos que presentan los miles de dramas que sufren tantos hombres y mujeres del planeta.

10. Evitaré discusiones con quienes actúan de modo impositivo, pasional, engañoso, sofisticado. Dialogaré con quienes saben razonar, con respeto y paciencia, sobre temas importantes.

11. Prescindiré de textos y autores que ahogan la esperanza, que construyen castillos en una ciencia autorreferencial, cerrada a todo lo que huela a espíritu, alma y eternidad. Buscaré y acogeré textos y autores que ayudan a abrir los corazones hacia Dios, hacia la verdad, hacia la belleza y hacia la justicia.

ORACIONES A SAN MIGUEL FEBRES-CORDERO MUÑOZ, 9 DE FEBRERO




SAN MIGUEL FEBRES-CORDERO MUÑOZ, RELIGIOSO LASALLISTA, 9 DE FEBRERO


Miguel Febres-Cordero Muñoz, Santo

Miguel Febres-Cordero Muñoz, Santo


Religioso Lasallista, Febrero 9 



Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net




Religioso Lasallista

Martirologio Romano: En Premiá de Mar, cerca de Barcelona, en España, san Miguel (Francisco Luis) Febres-Cordero, religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que durante cuarenta años se dedicó a la educación en la ciudad de Cuenca, en Ecuador, y, trasladado a España, se distinguió por la perfecta observancia de la disciplina de la vida religiosa (1910).

Cuando el hermano Miguel Febres Cordero era niño, todos lo llamaban “Panchito” y hasta le tenían lástima por su delicada salud y sus pies deformes que le impedían caminar bien. Pero el 21 de octubre de 1984, día de su canonización en la Plaza de San Pedro, en Roma, se convirtió en el gran santo de la historia de Ecuador: seguidor, hasta en la santidad, de Juan Bautista de La Salle, el fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Congregación a la que pertenecía Panchito.

En 1863 el presidente ecuatoriano García Moreno, preocupado por el enorme analfabetismo de su país, después de muchas insistencias, obtiene que diez Hermanos de las Escuelas Cristianas vayan de Francia a Ecuador a fundar las escuelas populares. Las primeras tres escuelas nacen en Quito, Guayaquil y Cuenca. Los comienzos son duros, los Hermanos viven y enseñan en edificios miserables. Pero los alumnos se multiplican; entre los de Cuenca está Panchito, que se distingue inmediatamente por su inteligencia y por su deseo de aprender. La enseñanza le encanta, permanece en la escuela fuera de horario y con frecuencia les da una mano a los Hermanos. Quisiera entrar a formar parte de su obra, pero los familiares se oponen: demasiado pobre la vida de los Hermanos para quien, como él, pertenece a la alta sociedad. ¿Por qué, si tiene vocación religiosa, no sigue la carrera eclesiástica?
Miguel Febres Cordero obedece y entra al seminario. Sale a los tres meses con graves enfermedades debidas a la dificultad para ambientarse. Finalmente los padres ceden, y en la fiesta de la Anunciación de 1868 Miguel puede vestir el hábito de los lasallistas, convirtiéndose en el Hermano Miguel.

Terminado el noviciado, pasa a Quito, entre otras cosas para evitar las presiones del padre que sigue insistiendo para llevárselo a casa. Son años de trabajo intenso, preludio de una vida que no conocerá descanso, ni mucho menos tiempo libre. Tiempo completo para la enseñanza, con horarios agotadores, el trabajo catequístico y la ayuda a los cohermanos enfermos. Sin embargo, el flaco Panchito logra sacar algunas horas para estudiar idiomas (no solo latín, sino también francés, italiano, inglés y alemán) y para escribir libros para las escuelas.

En tres años publica un centenar de textos escolares que tratan de religión y literatura, gramática y matemáticas. Aunque en varios casos se trata solo de ediciones corregidas, el trabajo es increíble, si se tiene en cuenta que Miguel fundamentalmente es un autodidacta.
Como profesor es muy bueno, y logra hacerse querer. Cuando en 1890 se abre el grande Instituto La Salle del Cebollar, que tiene un semi-internado, es a él a quien se le confían los semi-internos.

En 1907 lo llaman a Europa a preparar los textos escolares para los Hermanos de las Escuelas Cristianas que parten para América Latina. Primero va a Bélgica y luego, por su delicada salud, en busca de un clima más suave, pasa a España (a Premiá de Mar, cerca de Barcelona). Siguen siendo años de mucha actividad hasta la muerte por pulmonía. Antes de morir, les dice a los hermanos que rodean su lecho de muerte, entristecidos: “Otros trabajarán mejor que yo”. Era el 9 de febrero de 1910.

ORACIÓN A SANTA APOLONIA, 9 DE FEBRERO


SANTA APOLONIA, VIRGEN Y MÁRTIR, 9 DE FEBRERO



Apolonia, Santa
Virgen y Mártir, 9 de febrero 
Fuente: Archidiócesis de Madrid


Virgen y mártir
Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, conmemoración de santa Apolonia, virgen y mártir, la cual, después de haber sufrido muchos y crueles tormentos por parte de los perseguidores, para no verse obligada a proferir palabras impías prefirió entregarse al fuego antes que ceder en su fe (c. 250).

Etimología: Apolonia = Aquella que desciende de Apolo, es de origen griego.

Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana. El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio.

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto. El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas. Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad. Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar. Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse a al suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa. Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

domingo, 8 de febrero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 8 DE FEBRERO DEL 2015


Día litúrgico: Domingo V (B) del tiempo ordinario




Texto del Evangelio (Mc 1,29-39): En aquel tiempo, cuando Jesús salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. 

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». Él les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.


Comentario: Rev. D. Francesc CATARINEU i Vilageliu 
(Sabadell, Barcelona, España)


Todos te buscan

Hoy, contemplamos a Jesús en Cafarnaúm, el centro de su ministerio, y más en concreto en casa de Simón Pedro: «Cuando salió de la sinagoga se fue (...) a casa de Simón y Andrés» (Mc 1,29). Allí encuentra a su familia, la de aquellos que escuchan la Palabra y la cumplen (cf. Lc 8,21). La suegra de Pedro está enferma en cama y Él, con un gesto que va más allá de la anécdota, le da la mano, la levanta de su postración y la devuelve al servicio.

Se acerca a los pobres-sufrientes que le llevan y los cura solamente alargando la mano; sólo con un breve contacto con Él, que es fuente de vida, quedan liberados-salvados.

Todos buscan a Cristo, algunos de una manera expresa y esforzada, otros quizá sin ser conscientes de ello, ya que «nuestro corazón está inquieto y no encuentra descanso hasta reposar en Él» (San Agustín).

Pero, así como nosotros le buscamos porque necesitamos que nos libere del mal y del Maligno, Él se nos acerca para hacer posible aquello que nunca podríamos conseguir nosotros solos. Él se ha hecho débil para ganarnos a nosotros débiles, «se ha hecho todo para todos para ganar al menos algunos» (1Cor 9,22).

Hay una mano alargada hacia nosotros que yacemos agobiados por tantos males; basta con abrir la nuestra y nos encontraremos en pie y renovados para el servicio. Podemos “abrir” la mano mediante la oración, tomando ejemplo del Señor: «De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración» (Mc 1,35).

Además, la Eucaristía de cada domingo es el encuentro con el Señor que viene a levantarnos del pecado de la rutina y del desánimo para hacer de nosotros testigos vivos de un encuentro que nos renueva constantemente, y que nos hace libres de verdad con Jesucristo.

LA SABIA VOZ DEL VACÍO


LA SABIA VOZ DEL VACÍO



El lama impartía enseñanzas a los monjes y novicios del monasterio.


Siguiendo la doctrina del Buda, ponía especial énfasis en captar la transitoriedad de todos los fenómenos, así como de aquietarse, retirarse de los pensamientos y, en meditación profunda, percibir en el glorioso vacío interior la voz de la mente iluminada. Mostraba métodos muy antiguos a sus discípulos para que pudieran apartarse del  pensamiento y vaciar la mente de inútiles contenidos.

-Vaciaos, vaciaos - exhortaba incansablemente a los discípulos. Así un día y otro día, con la misma insistencia que las aguas fluyen en el seno del río o el ocaso sigue al amanecer.

-Vaciaos, vaciaos.

Tanto insistiera en ello, que algunos discípulos acudieron a visitar al maestro y le dijeron respetuosamente: - Venerable maestro, en absoluto ponemos en duda la validez de tus enseñanzas, pero...

- ¿Pero?- preguntó el lama con una sonrisa en los labios.

-¿Por qué pones tanto énfasis en que nos vaciemos? ¿Acaso, respetado maestro, no acentúas demasiado ese aspecto de la enseñanza?

- Me gusta que me cuestionéis - dijo el lama-. No quiero que aceptéis nada que no sea sometido al escrutinio de vuestra inteligencia  primordial.

-Ahora debo llevar a cabo sin demora mi práctica meditacional, pero solicito que todos vosotros os reunáis al anochecer conmigo en el santuario.

-Eso sí, queridos míos, quiero que cada uno de vosotros traiga consigo un vaso lleno de agua.

Los discípulos disimularon como pudieron su asombro e incluso alguno de ellos se vio obligado a sofocar la risa.

¿Será posible? O sea, que su maestro les pedía algo tan ridículo como que todos ellos fueran al santuario portando un vaso lleno de agua. ¿Se trataría de algún rito especial?

¿Sería una ofrenda que iban a hacer a alguna de las deidades? Fue transcurriendo el día con lenta seguridad.

Los discípulos no dejaban de conjeturar sobre la extraña solicitud del maestro.

Unos aventuraban si no se trataría de una ceremonia especial en honor de la misericordiosa Tara; otros pensaban que tal vez era que el lama les iba a hacer leer durante toda la noche las escrituras y que el agua era para evitar la excesiva sequedad de boca; otros confesaban no tener la menor idea del por qué de la insólita petición del lama.

El sol, anaranjado-oro, se comenzaba a ocultar tras los inmensos picos que se divisaban a lo lejos. Los discípulos tomaron cada uno de ellos un vaso y lo llenaron de agua. Luego, ansiosos por desvelar el misterio, fueron hasta el santuario y se presentaron ante el maestro.

-Bueno chicos - dijo el maestro riendo con su excelente humor-. Ahora vais a hacer algo muy simple. Golpead los vasos con cualquier objeto.

-Quiero escuchar el sonido, la música capaz de brotar de vuestros vasos.

Los discípulos golpearon los vasos. De los mismos no brotó más que un feo sonido sordo, desde luego nada musical.

Entonces el maestro ordenó: - Ahora, queridos míos, vaciad los vasos y repetid la operación.

Así lo hicieron los monjes. Vaciados los vasos, golpearon en ellos y surgió un sonido vivo, intenso, musical.

Los discípulos miraron al lama interrogantes. El lama esbozó una sonrisita amorosamente pícara y se limitó a decir: - Vaso lleno no suena; mente atiborrada no luce. Os deseo felices sueños.

Los discípulos, un poco avergonzados, comprendieron al momento.

Nunca habrían de olvidar aquello de "vaso lleno no suena".

"Cuando eliminamos los densos nubarrones de ignorancia de la mente, en el vacío original de la misma surge el revelador sonido de la iluminación."



Leyenda Hindú

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO


SANTA JOSEFINA BAKHITA, 8 DE FEBRERO


Santa Josefina (Giuseppina) Bakhita 
Esclava, religiosa, santa, de origen sudanés. 
Fiesta: 8 de febrero



"Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa". 

Bakhita: "Afortunada"

La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre "Bakhita" significa "afortunada" y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina.

De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos". También  cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.

Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco'. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.

Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: 'Si gritas, morirás! Síguenos!'".

Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría.  Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal". 

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: "Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad". 

En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli. 

En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.

Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que "Dios había permanecido en su corazón", por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quien era". Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

Al ser bautizada expresó: "¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!". Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".

La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.

Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.

Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.

Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!"

Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como "Nostra Madre Moretta".

Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia. 


A los altares

En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia. 

Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón.  Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa". El Papa la llamó "Nuestra Hermana Universal".

sábado, 7 de febrero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 7 DE FEBRERO DEL 2015


Como ovejas sin pastor
Tiempo Ordinario

Marcos 6, 30-34. Tiempo Ordinario. Cada uno de nosotros tiene su propia misión en este mundo. 


Por: Joseí Garnica | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34 
En aquel tiempo los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. 

Oración introductoria 
Señor, el día de hoy, como a los apóstoles, me llamas a un lugar solitario para descansar de mis afanes y preocupaciones, ¡quieres hablar conmigo! Señor, llévame a tu lado siempre y compadécete de mí como te compadeciste de la multitud, porque soy una pobre oveja que necesita de Ti, de tu misericordia, Tú eres mi único pastor.

Petición
María, intercede por mí para que sepa entender y vivir el sentido cristiano del descanso.

Meditación del Papa Francisco
Y después hay una expresión que se repite en la Biblia, tantas veces: «El Señor tuvo gran compasión». La misma compasión que tenía, dice el Evangelio, cuando vio a tanta gente como ovejas sin pastor. Cuando Dios visita a su pueblo, está cerca de él, se acerca a él y siente compasión: se conmueve”.


El Señor se siente profundamente conmovido, como lo estuvo ante la tumba de Lázaro. Del mismo modo se conmovió aquel Padre cuando vio volver a casa a su hijo pródigo. Cuando nosotros queremos anunciar el Evangelio, llevar adelante la Palabra de Jesús, éste es el camino. El otro camino es el de los maestros, el de los predicadores de aquel tiempo: los doctores de la ley, los escribas, los fariseos… Alejados del pueblo, hablaban… bien: hablaban bien. Enseñaban la ley, bien. Pero alejados. Y ésta no era una visita del Señor: era otra cosa. El pueblo no sentía esto como una gracia, porque faltaba la cercanía, faltaba la compasión, es decir, padecer con el pueblo. En la historia hubo tantos buenos predicadores, pero si no fueron capaces de sembrar esperanza, esa prédica no sirve. Es vanidad. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 16 de septiembre de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
Jesús se presenta en este evangelio como un hombre incansable de predicar a su Padre, como autor de innumerables milagros, como sabio, maestro y pastor. Sin embargo todo esto nos da una visión limitada de lo que realmente es Cristo.

En la historia ha habido muchos "líderes sociales", pero Jesús hace una diferencia, tiene un rostro que le diferencia de los demás y es la misión que le viene dada de su Padre. Es tan absorbente su misión que no tiene tiempo ni para comer. Y en medio de sus planes y su cansancio también busca momentos de reposo con los suyos, con los apóstoles que continuarán la misión que recibió del Padre.

Cada uno de nosotros tiene su propia misión en este mundo. Nuestra vida familiar, el colegio, la universidad, el trabajo serán muy distintos si vivimos con mayor coherencia aquello que predicamos. Cristo fue coherente con su misión pero pagó esta coherencia con la traición y la muerte. A nosotros tal vez no nos suceda lo mismo, pero podemos seguir el ejemplo de Cristo con coraje y valentía.

Propósito
Respetar el tiempo que tengo destinado para mi oración, encuentro con la misericordia de Dios.

Diálogo con Cristo 
Jesús mío, gracias por enseñarme que descansar y divertirse no es incompatible con pensar y servir a los demás. Tu compasión fue siempre pronta y eficaz porque no «dabas» sino que «te dabas» a los demás. Te pido perdón por mis impaciencias, por mis juicios temerarios sobre los otros, por las veces que no he sido compasivo con los demás, por el sufrimiento que haya podido provocar en los que me rodean y por no haber sabido reservar el mejor tiempo para mi oración.

VIVIR


VIVIR


Vivir, es vibrar a cada instante, ante la emoción de percibir
la maravilla de la creación que nos rodea.

Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá.

Es atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo,
que sabemos ha quedado en el ayer.

Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad,
y llevar a su máxima expresión, nuestra capacidad de ser.

Vivir, es gozar los momentos bellos
y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.

Vivir, es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar
para hacer de nosotros un ser mejor que ayer,
un ser que justifica su existir.

Vivir, es amar intensamente a través de una caricia,
es escuchar en silencio la palabra del ser amado.

Es perdonar sin réplica una ofensa es aspirar la presencia del otro,
es besar con pasión a quien nos ama.

Vivir, es contemplar apaciblemente, la alegría de un niño,
escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar.
acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.

Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y aunque
se tenga mil argumentos para contradecirlo o justificarlo,
finalmente sólo escucharlo, es tener la capacidad de
regocijarme ante sus triunfos y su realización.

Vivir, es sentir que nuestro existir no fue en vano
y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros
en cada momento, logremos manifestar 
la grandeza de nuestra alma para amar.

Vivir, es permanecer en paz ante la presencia de Dios,
contemplando en silencio la inmensidad de su Ser.

Vivir, es vibrar y sentir, es amar y gozar,
es observar y superar, es dar y aceptar,
es ser y permanecer, es comprender que nuestro tiempo
es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

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