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sábado, 6 de octubre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 12



FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 12
UN VERDADERO ASISTENTE  



“Lo sabemos por la fe que todo es providencial en este mundo: y esta es la fe que vence al mundo” (San José Marello)   



Durante los estudios de teología José se ganó siempre la mejor estima de los superiores, quienes se la mostraron con claridad haciéndolo auxiliar de disciplina de los clérigos.   Hay que notar que si el cargo valía mucho como señor de estima, rompía también la comunión de amistad que tenía con sus compañeros. 
Es efecto, psicológicamente un asistente es un superior que debe controlar e informar. Casi siempre el cargo de asistente corta la confianza entre amigos.   José se quejó con frecuencia de esa dificultad, especialmente en sus cartas durante las vacaciones. Debe haber sido para él una corona de espinas, porque el tener siempre una atracción particular hacia la amistad. La amistad era como el sol en la vida.   

Pero acepto también esta obediencia y se esforzó en no ser el acostumbrado agente del orden, listo para sancionar; más bien, ser un guía con su ejemplo, un amigo y ayuda en toda ocasión.   Tenía siempre éxito en sus estudios y por eso pidió dar un valido apoyo a los de menos recursos intelectuales. 

También en el campo económico ofrecía su a ayuda. Naturalmente necesitaba  la ayuda de la billetera de papá. Exactamente lo que lamentaba el papa, cada vez que venía a visitarlo:  

- José, ¡tú siempre me vacías los bolsillos! Era una queja que no salía del corazón.  Y José se defendía diciendo: 

- Papa, ¡sabes que soy asistente! Ya desde joven tenía el sentido de la autoridad como servicio. sabía que a los jóvenes hay que amarlos mucho.     

jueves, 4 de octubre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 11


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 11
PUERTAS ABIERTAS DE PAR EN PAR   


“Ahora empiezo, decían nuestros granes maestros que nos han precedido: repitámoslo con sinceridad y firmeza ante Dios” (San José Marello)   



Les había chocado a los superiores del seminario la decisión del clérigo Marello de retirarse de los estudios eclesiásticos para seguir otra vocación. Perder a un joven tan lleno de dotes intelectuales y morales no es cosa de poca importancia.   

A todos les había chocado, a los superiores, al párroco y sobre todo a los compañeros.   Es fácil entender la alegría del párroco cuando José le indico su decisión de volver al seminario. En el corazón del sacerdote debe haber estallado un grito como de aleluya pascual.   
Se fue volando a Asti a explorar el terreno; para saber qué pensarían los superiores. Es cosa conocida que aceptar a un “fugitivo” puede ser peligroso, por lo menos, un riesgo, como ofrecer una copa de venero a sus compañeros.   Por eso don Torchio se presentó con un cierto temor al canónigo Sossi, rector del seminario. De todo corazón presento el pedido de José Marello. 
El rector quiso conocer toda la historia de aquella extraña conversión: de eso dependía toda decisión.   Y la sentencia fue absoluta y triunfal: - A Marello, dijo Sossi, estamos listos a abrirle las puertas de par en par.   

Sentencia muy halagüeña para el joven Marello. Juicio muy favorable, motivado por la óptima conducta que había tenido en los años anteriores en el seminario. Había sido una buena semilla que ahora daba frutos excelentes: indicaba que los superiores conservaban un maravilloso aprecia hacia él.  

jueves, 27 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 10


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 10
  O SEMINARIO O MUERTE   



“Cuando se tiene una meta fija, aunque el mundo se derrumbe, hay que mirar siempre allá”. (San José Marello)   





El año que José paso en Turín, después de salir del seminario de Asti, fue una larga, amarga y atormentada experiencia. Le resultó difícil adaptarse a esa vida. Fue un experimento frustrado de crearse una “posición social honrada”, en el ambiente político-económico de Turín.   

Había fracasado en el esfuerzo por olvidar el pasado, como también el de tratar de vivir como sus nuevos amigos.   Andaba como un “cura”, como si llevara todavía la sotana, todos se daban cuenta. Y el papá gastaba dinero con la esperanza de verlo encajar bien en la nueva vida. Después de un año de vida de ensueños de búsquedas científicas propias de una fantasía, el empuje hacia el seminario se hizo irreductible: como un grito de la conciencia. Insoportable.   
Tal vez no habría podido vencer las dificultades y sobre todo la oposición del padre, si Dios no hubiera intervenido poniendo en peligro su vida.   José cayó enfermo. El diagnóstico del medito fue: “Tifus”. Una enfermedad que en aquel tiempo era una sentencia de muerte. 

Durante la enfermedad en sus delirios por la alta fiebre, (¿era una realidad?) veía un hábito de sacerdote y sentía la presencia de la Virgen Consolata. Ella le hizo entender que si no volvía al seminario moriría.   

El mismo se lo dijo a su padre. Un día que la fiebre había bajado un poco, llamo con un hilo de voz al papá que estaba a la cabecera de la cama: 

- Papá, ¿quieres que yo sane? - ¿y me lo preguntas? ¡claro que sí; cueste lo que cueste ¡  

- Oye, papá, la Virgen Consolata me dice que si no vuelvo al seminario me va a llevar consigo. Yo quería continuar mis estudios con mis compañeros de seminario… tú no has querido… te he obedecido… la virgen ve los peligros en que me encuentro y ten compasión de mi… déjame volver.   

Un llanto lleno lo ojos del papá… - Si es así, dijo-apenas podía hablar- acepto con tal que tú sanes.   

La curación fue rápida. Una vez más José experimento la gran verdad; si amas a la Virgen no te encontraras nunca en condiciones desesperadas.     

lunes, 24 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 9


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 09
 SIEMPRE DISPONIBLE



“Cuando te sientas cansado, levanta los ojos, pon la mano derecha sobre tu corazón; estas en la presencia de Dios, estas con los amigos, estas con la catolicidad, la comunión de los santos es un gran dogma; padre, hijos, hermanos, una corriente única de amor.” (San José Marello)   



Año de 1862. La municipalidad de Asti estaba erigiendo en la plaza principal de la ciudad el monumento a uno de los más distinguidos ciudadanos del pasado: el poeta Vittoriop Alfieri.   En esas circunstancias los profesores de letras del colegio cívico realizaron, entre sus alumnos, un concurso literario sobre las obras del poeta.   
Uno de los alumnos, tal vez amigo suyo, y ex condiscípulo de José Marello, conocedor de sus dotes literarios fue a  visitarlo. 

- José, nos han dado un trabajo literatura no es pan para mis dientes. Para ti en cambio, los clásicos son tu fuerte, debes ayudarme.   José leyó atentamente los puntos principales que había que desarrollar. - Es algo bastan difícil… se necesita una preparación que yo no tengo…  - vamos, ayúdame, no me vengas con cuentos. Tu puedes el campo de la literatura es tu fuerte. Lo necesito. Debo hacer una gran impresión para que no me desaprueben en el examen ¿entiendes? si participo del ves gano, ya no pueden aplazarme; estoy seguro. 

- Bien, veré lo que pueda hacer. No te prometo mucho. pero no me niego, solo porque somos amigos y aprecio mucho tu amistad.   Se puso a trabajar con el empeño de las grandes ocasiones y salió un trabajo maravilloso.   

Se enteró del éxito cuando el amigo volvió lleno de entusiasmo a anunciarle que había ganado el primer premio.   Notemos claramente este placer de darse, sacrificadamente por los amigos.    

jueves, 20 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 8


FRENTE AL SEMAFORO
Semáforo 08
  LA MÁS HERMOSA AVENTURA: EL SEMINARIO   


“¡Pobre juventud! ¡Qué fácil es naufragar! Dichoso el que estuvo en peligro entre las oleadas y pudo llegar a la orilla”. 
(San José Marello)   





Año de 1856, es el tiempo a la preparación a las guerras para la independencia italiana. Italia estaba llena de muchachos que soñaban con la independencia y la unidad de Italia, colaborando con sus ensueños juveniles.   

La víspera de la fiesta de todos los santos dejaba el Marello su pueblecito todavía envuelto en las primeras neblinas del otoño y entraba en el seminario menor de Asti; tenía doce años.    Fue el día de la celebración de su victoria, lleno de alegría y de sueño, como tiene naturalmente todo muchacho que se encamina hacia la más fantástica misión: llevar Dios a los hombres y llevar los hombres a Dios.   

Mientas tango tenía que prepararse, porque las grandes empresas necesitan una gran preparación de la inteligencia y del corazón. Fueron años cargados de estudio y alegría. José nunca renunciará a sus características: empeño y alegría.   Pero no fueron años fáciles. En efecto, en marzo del año 1859, los seminaristas tuvieron que dejar el local del seminario, que fue trasformado en hospital militar para los heridos de guerra y tuvieron que buscarse casas particulares donde recibir, mientras les daban las clases en la residencia del obispo.   Fue un gran perjuicio, porque les falto ese conjunto de seguridades y ayudas que da el vivir en comunidad con los compañeros del seminario.  

 A la edad de 15-18 años es de gran ayuda el vivir con un grupo homogéneo, con los mismos deseos e ideales , y protegidos, ayudados por la presencia de los superiores, el horario, el estudio y la oración en común, los recreos bulliciosos: todas esas cosas que solo la vida en grupo  de un seminario puede dar. José descubrió esta verdad, cuando le toco vivir fuera del seminario y le faltó el cerco de protección.   

domingo, 16 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 7


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 07
AMOR A LOS POBRES  


“Debemos usar la caridad con todas las personas, en todas las circunstancias, sin excepción, ni limites, recordando que el prójimo tiene el lugar de Dios. (San José Marello)   



Debe haber ocurrido después de la vuelta de Savona. Era muy conocida en San Martino la bondad de José hacia los pobres.   
Así cuenta su hermano Vittorio:  - Siempre para darle gusto, cuando llegaba algún limosnero, se le dejaba a él el encargo de ofrecerle alguna cosita. Varias veces dio a los pobres su desayuno, cuando le parecía que se les había dado demasiado poco.   

Un día José estaba yendo a la iglesia: en cierto momento le chocó algo que estaba pasando en la calle a la estrada del pueblo. Un pobre mendigo avanzaba lentamente, apoyado en su bastan y llevando al hombre su alforja. Alrededor de  él algunos muchachos se entretenían empujándolo, jalándolo y lo insultaban haciéndole un montón de preguntas. - Abuelo ¿Dónde está tu casa? - ¿Cuántas pulgas están criando? - ¿No te pesa esa joroba que tienes?   El hombre los amenazaba con el bastón para tenerlos lejos de él. De repente un muchacho le agarró el bastón y empezó a jalarlo dando vueltas y diciéndole: ¡miren como baila el oso! El mendigo perdió el equilibrio y cayó al suelo. 

En ese momento llego José corriendo. Los malcriados se escabulleron y José ayudo al pobrecito a levantarse y sacudirse el polvo. - ¡un muchacho como el, que tanto ama al Señor no pude menos que amar mucho a los pobres!  

 Fue el primer gran acto de bondad que conocemos de José y el inicio de una larga caridad para con los que sufren.  


viernes, 14 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 6


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 06
  ESTALLA LA BOMBA  


 “Vamos a renovar aquellos bonitos tiempos de la antigüedad, cuando el sacerdocio se consideraba inestimable entre los pueblos por la muy viva fe y la profunda caridad.” (San José Marello)  



Fue durante el regreso, mientras el tren corría hacia Asti. Después de un largo silencio, José lanzo la bomba. 

- Papá, quiero entrar al seminario. 

- ¿Qué dices? Prorrumpió el padre sorprendido por esas palabras jamás pensadas. - ¡Estas bromeando! ¿Verdad? 

- No, papá, no es una broma; me has entendido muy bien. Quiero entrar al seminario y ser sacerdote. 

Papá Vincenzo sentía una lucha fuerte en sí mismo. No, no podía ser… tantos planes había hecho sobre este muchacho, no iba a caer al suelo todo, así no más, jadeando, tenía los ojos cerrados. 

- ¿De dónde has sacado esas ideas? ¿Quién te la ha metido en la cabeza? 

- Hace tiempo que lo estoy pensado, y hoy día es como si la virgen me hubiera dicho que me apurase. 

- Pero, ¿no te das cuenta que me lo malogras todo? Yo pensaba volver a Turín y empezar otra vez, ahora que eres ya grande; tu eres todo para mí. Tu tan inteligente, ¿hacerte sacerdote? Y, ¿Qué esperas tú de eso?   José podía decir tantas cosas, prefirió no decir más. Sabía que su padre era hombre honesto, y que nunca lo violentaría…; era cuestión de darle tiempo. 

La noche aclaro las ideas de todos. José esperaba con ansias la respuesta del padre. ¿Y si se lo negase?   Temprano bajo de su dormitorio y busco a papá: había salido muy temprano. Quizás no estaba dispuesto a darle el consentimiento personalmente…   

La abuelita le dio las últimas noticias. Tu padre, dijo, esta mañana estaba de mejor humor: hemos conversado…; en fin te da la libertad de hacer lo que desees, con tal que lo pienses bien, antes de….   Lleno de alegría José fue de prisa a la iglesia: quería decírselo al párroco, sin esperar más.   Y lo supo el pueblo: ¡una alegría para todos!   

  

miércoles, 12 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 5


FRENTE AL SEMAFORO
Semáforo 05
LA HORA DE LA LLAMADA  


 “Desde niño, aun antes de conocer la oro 05   Eucaristía, nos han enseñado la devoción a María: dichosos nosotros que hemos tenido tan buena educación.” (San José Marello)  





 Un día, Vincenzo, el papá de José ofreció al hijo un viaje hasta Savona, al mar. Para aquellos tiempos era sin duda una aventura estupenda para un muchacho. En fin, claro era un premio por la conducta de José, pero para el papá tenía otra finalidad también prepararlo a la vocación de comerciante.   Savona era el puerto principal del reino del Piamonte. 

Todo salió espléndidamente, muy divertido. El papá puso empeño en hacerle conocer a José y admirar el gran movimiento del puerto.   No se sabe cómo se vino a la mente la idea de llevar a José al santuario de la misericordia, a unos ocho kilómetros de la ciudad. Para José fue un gesto claro de la Providencia.   Cuando se puso de rodillas delante de la imagen de la Virgen y miró, sintió que lo llamaba a tomar una decisión: ¡seré sacerdote!  

 La virgen le estaba apremiando y él aceptó. A José no le eran desconocidos los proyectos de papa sobre él. Tendría que luchar contra esos proyectos. Pero el permanecería fiel a la llamada aceptaba la lucha para poder seguir su vacación. Detrás de él rezaba también el padre, y por cierto con otras aspiraciones y pedidos. No podía imaginar que la virgen se había puesto de acuerdo con José en otra dirección.   

Sucede muchas veces que los padres programan el porvenir de los hijos, como a ellos les gusta, si tener en cuenta lo que decidirán los hijos. Así se ponen contra el destino delos hijos. Tal fue el caso de José Marello.  


lunes, 10 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 4


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 04
¡TE HAREMOS CURA!  


“Esta es nuestra misión: hacer conocer, hacer amar, hacer practicar la doctrina de Jesucristo”. (San José Marello)  



 José era un muchachito algo distinto de los otros muchachos del pueblo. La educación recibida y el haber residido en Turín le habían dado un trato amable y una manera de conversar fácil.   Inteligente más de lo común, comprendía al vuelo y bien lo que se le enseñaba. Le gusta hablar y hacerse escuchar.   

Todo esto movió a Don Torchio, el párroco, en el cuarto año de primaria a invitarlo a dar lecciones de catecismo a los más pequeñitos. José lo hizo de todo corazón. Varias veces el párroco se escondía a escuchar las lecciones tan amables del muchacho. A vece le vino el deseo… ojala se haga sacerdote.  

 También la gente veía en él un futuro sacerdote. Debía ser algo frecuente en las familia hablar de eso, porque a los compañeros de José les gustaba decirle como estribillo -¡Te haremos cura, te haremos cura!   En fin, parte en broma, parte en verdad todos pensaban que él tenía las cualidades para ser un estupendo sacerdote.   Solo el padre soñaba para su hijo el camino del comercio. José en silencio estaba escogiendo en su corazón la parte mejor ser un feliz embajador de Dios entre los hombres, un amigo de los pobres: en serio.   


NOTA: Don Torchio lo vio sacerdote, secretario del Obispo, Canónigo; le presentó la mitra de Obispo a nombre del pueblo y lo acompaño a Roma a la consagración episcopal y a Acqui para la toma de posesión como nuevo Obispo.     

viernes, 7 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 3


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 03
   CRECÍA COMO LA UVA 



  “Hay que ser santamente alegres, estar siempre contentos de todo, hasta de nuestras caídas, porque nos hacen más humildes.” 
(San José Marello)  



 La vida de José en San Martino seguía llena de tantas cosas, pequeñas aventuras, cierto, no tan famosas como las del futuro san Juan Bosco, quien en Castelnuovo d´Asti, no tan lejos de San Martino, había hecho hablar de sí.   También en aquel entonces los muchachos sabían hacer sus travesuras, cometer pequeñas injusticias y tantas mentiras, hasta merecerse algunas cachetadas. 

¿Así habrá sido también para el muchacho Marello? Se supone que sí, pero también se distinguía de sus compañeros por sus muchas bellas dotes. En efecto, encontraos un montón de alabanzas a su favor. 

 - ¿Quién es ese muchachito que sirve tan bien en el altar? Preguntaba la Marquesa de Sostegno, que vivía en el castillo de San Martino. 

- ¡Quisiera que todos Uds. Fueran como el alumno Marello! decía el maestro. 

- Querido Vincenzo, decía el Párroco, Dios ha querido consolarte de tantos dolores con este buen muchacho.  

 A José le gustaba estar con sus compañeros. Siempre fue un muchacho extravertido, alegre, chistoso. Le gustaba jugar a la peloto que en aquellos tiempos era como el fútbol de ahora. ¡Cuántos partidos en los prados en las tardes domingueras, después de vísperas!   

La alegría llena toda la vida de este muchacho como una gran luz. Él sabía que la alegría gusta a todos y haces mucho bien. Este difundir alegría será siempre una de las características de su apostolado.    

martes, 4 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 2


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 02
DIOS MIO, !QUE DESGRACIA!


"Oremos e inclinémonos resignados a la voluntad muy providencial de Dios"
San José Marello




Tarde o temprano llega la desgracia, violenta o calladamente, y toca a la puerta de nuestra casa; es una invitación a salir y vivir como hombres, no como topos. En los designios de la Providencia, el dolor siempre tiene su sentido y su valor.

Para Joselito Marello, la desdicha llegó corriendo, muy pronto. Humanamente hablando fue una cosa muy mala.

A eso de la mitad del mes de marzo del año 1848 la señora Anna María Viale, la mamá de José (que apenas tenía cuatro años) y de Victorio (que tenía más o menos un año) se enfermó. 

- Nada grave, dijo el médico; sanará con un poco de descanso.

No era verdad. En los planes de la Providencia estaba escrito que José tenía que caminar en la vida sin su presencia.

Anna María ya ni sintió el beso de sus criaturas en su pálida cara. La muerte se la llevó el 5 de Abril de 1848.

José y Victorio se quedaron huerfanitos: una cosa muy sensible. Felizmente la mamá había indicado a José otra mamá, la que nunca muere, la Virgen, y José muy pronto se va enamorar de esa Madre.

Y la Virgen cumplirá muy bien su papel de madre en las distintas fases de su vida.

La vida continuó en Turín guiada por una tía que hacía las veces de madre.

A los siete años, (1852) José y su familia se traslada al pueblo de sus padres, San Martino (Alfieri) Tánaro, cerca de Asti donde vivían los abuelitos  (de parte de padre): un lindo pueblito en una colina cerca del río Tánaro. Era todo un mundo nuevo.



NOTA: La tía que los crió se llamaba Catterina (Catalina), de la cual escribe a su hermano Vittorio en 1892: "nuestra segunda madre, una santa mujer".



lunes, 3 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 1



FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 01
TURIN, SU CIUDAD DE ORIGEN


"Cuántas cosas tendría que decirte de Turín; cuántas fuerzas desconocidas por nosotros; cuántos secretos para nuestra corta experiencia; cuántas esferas de acción inexploradas para nosotros. Siento el corazón lleno de cariño y la mente henchida de miles de recuerdos placenteros, y... tendría que decirte grandes cosas.". 

   San José Marello





Turín ya en el siglo pasado era una gran ciudad. Quizás no tan grande en superficie y habitantes, pero sin duda sí en sentido político y religioso. Era el centro de toda una lucha, la del Resurgimiento.

El sentido patriótico era una obsesión para todos, particularmente los jóvenes, los muchachos. También José Marello, muchacho, estudiante de media y seminarista la sentía tan fuerte que escribió en sus cuadernos de estudio el lema "W Garibaldi".

En sus cartas de joven descubre un gran amor por su patria: Italia.

José Marello nación en Turín a eso de las 9 de la mañana del día 26 diciembre de 1844.

La mamá, Anna María Viale quiso que fuera bautizado inmediatamente. Y así el pequeñuelo recibió con el Bautismo sus tres nombres: Guiseppe, Chiaffredo, Stéfano. El primero será su nombre habitual.

La Parroquia en la cual se bautizó y fue inscrito como ciudadano de la Iglesia era la del Corpus Dómini, levantada para recordar y celebrar un gran milagro eucarístico que había acontecido exactamente en ese lugar, unos siglos antes, cuando la Hostia Consagrada había salido del costal de unos ladrones que habían saqueado una iglesia, y se había subido a lo alto llena de luz y resplandor delante de una gran cantidad de gente y había después bajado en las manos del Arzobispo de Turín.

En Turín existe también el santuario de la Virgen "Consolata", santuario muy querido por José y refugio en los momentos difíciles de su vida.

José vivió en Turín sus primero años, educado por su familia, sobre todo en la práctica de una gran bondad.




NOTA: Resurgimiento: fue un conjunto de propaganda, revoluciones, y guerras que desde 1820 a 1870 llevaron a la independencia y unificación de Italia. Tuvo un tinte anticlerical.


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